26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Los ropones aparecían invadidos por muchos <strong>de</strong> aquellos mortíferos Anopheles<br />

(mosquito transmisor <strong>de</strong> la malaria), Aé<strong>de</strong>s aegypti (responsable <strong>de</strong> la<br />

fiebre amarilla), Culex quinquefasciatus (provocador <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ngue) y otros<br />

in<strong>de</strong>seables propagadores <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s como el tifus, filariasis, leishmaniasis,<br />

tripanosomiasis y oncocercosis, entre otras.<br />

Aceleramos. Des<strong>de</strong> el puente sobre el Zalmon hasta la ciudad <strong>de</strong> Nahum<br />

restaban aún cuatro kilómetros.<br />

Nos <strong>de</strong>slizamos sin problemas por el jardín <strong>de</strong> Guinosar y los molinos <strong>de</strong> Tabja.<br />

El tránsito <strong>de</strong> gentes y animales, tal y como suponíamos, era casi nulo en<br />

aquel sábado.<br />

Y al llegar a la altura <strong>de</strong> la familiar colina o monte <strong>de</strong> las Bienaventuranzas,<br />

antigua «base-madre-dos», disfrutamos rememorando los muchos e intensos<br />

momentos vividos en el segundo «salto».<br />

Lo habíamos discutido y, a la vista <strong>de</strong> los negros muros <strong>de</strong> Nahum (Cafarnaum),<br />

replanteamos el dilema.<br />

Esta vez no cometeríamos los mismos errores. Al menos lo intentaríamos...<br />

Esta vez no nos proclamaríamos como «prósperos comerciantes en vinos y<br />

ma<strong>de</strong>ras» y, mucho menos, en mi caso, como médico. Era mejor así. Y <strong>de</strong><br />

mutuo acuerdo establecimos que, a partir <strong>de</strong> ese sábado, 18 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong>l<br />

año 25, aquellos «griegos <strong>de</strong> Tesalónica» serían, sencillamente, unos ricos<br />

viajeros, <strong>de</strong>seosos <strong>de</strong> conocer mundo y <strong>de</strong> averiguar dón<strong>de</strong> estaba la Verdad.<br />

En el fondo, algo absolutamente cierto.<br />

El solo recuerdo <strong>de</strong> los problemas suscitados por mi condición <strong>de</strong> «sanador»<br />

me hacían estremecer. No caería en semejante error. Otra cuestión era si<br />

podría mantenerme al margen. ¿Reaccionaría con frialdad ante una circunstancia<br />

<strong>de</strong> esa naturaleza? Honradamente, lo dudé...<br />

10 horas.<br />

Los nueve kilómetros que separaban el peñasco <strong>de</strong>l Ravid <strong>de</strong> la «ciudad <strong>de</strong><br />

Jesús» -Nahum- fueron cubiertos a un tren excelente.<br />

¿De dón<strong>de</strong> sacábamos aquel ímpetu?<br />

Al principio lo atribuí a Eliseo, fuerte como un toro, tirando sin piedad <strong>de</strong> quien<br />

esto escribe. Pudo ser. Sin embargo, había «algo» más... Conforme nos<br />

aproximábamos a la primera <strong>de</strong>sembocadura <strong>de</strong>l Jordán, los corazones iniciaron<br />

un agitado bombeo. Más cerca, sí, nos hallábamos más cerca..<br />

¡Dios mío!... ¿Qué nos ocurría? Aquel Hombre nos tenía trastornados...<br />

Nahum, más silenciosa que <strong>de</strong> costumbre, tampoco se presentó diferente.<br />

Bajo los arcos <strong>de</strong> la puerta norte, displicentes y <strong>de</strong>rrotados por el calor, algunos<br />

mendigos y lisiados nos observaron al pasar. Uno o dos agitaron las<br />

escudillas <strong>de</strong> barro, solicitando las consabidas limosnas.<br />

Si continuábamos a este ritmo, y el Destino no nos «entretenía», en cuatro o<br />

cinco horas divisaríamos la orilla sur <strong>de</strong>l lago Hule.<br />

118

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!