26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

momento amargo. El primer enfrentamiento serio. ¿Era en verdad un cobar<strong>de</strong>?<br />

El pensamiento me torturó.<br />

Quizá tenía razón... Ya lo habíamos hablado. Ya convenimos que nuestra<br />

salud no era lo importante. Entonces...<br />

Sí, un cobar<strong>de</strong>...<br />

Y aquella magnífica y po<strong>de</strong>rosa «fuerza» que nos asistía me puso en pie. Salté<br />

a tierra y, <strong>de</strong>cidido, salí al encuentro <strong>de</strong> Eliseo.<br />

No hubo muchas palabras.<br />

Fui yo quien solicitó disculpas. Y el noble amigo, sonriendo abiertamente, se<br />

encargó <strong>de</strong>l resto:<br />

-No, soy yo quien te pi<strong>de</strong> perdón... Y ahora, escúchame... Comprendo que la<br />

situación no es óptima. Si quedáramos disminuidos físicamente en este<br />

tiempo, tal y como apuntas, no sé qué sería <strong>de</strong> nosotros y, muy especialmente,<br />

<strong>de</strong> la valiosa información que se nos ha concedido...<br />

¿A dón<strong>de</strong> quería ir a parar? Al punto, con idéntica seguridad, aclaró la cuestión:<br />

-... Pues bien, te propongo una vía intermedia.<br />

Me observó fijamente. Sin pestañear. Y tras la breve y estudiada pausa,<br />

proclamó:<br />

-Prosigamos. Busquemos al Maestro. Cumplamos la misión..., hasta don<strong>de</strong><br />

sea posible. Y al primer síntoma grave, al primero..., regresemos.<br />

Su mirada se intensificó. Yo diría que brilló.<br />

-¿Aceptas?<br />

Sonreí complacido. Su <strong>de</strong>voción e interés por aquel Hombre eran más fuertes<br />

y profundos que los míos.<br />

Le tendí la mano.<br />

-Hecho... Pero con una condición...<br />

Aguardó impaciente.<br />

-Llegado ese momento, cuando la nave <strong>de</strong>spegue <strong>de</strong>l Ravid, no <strong>de</strong>berás<br />

preguntar..., sobre lo que veas. Sencillamente, acéptalo.<br />

Frunció el ceño, sin compren<strong>de</strong>r. Pero, astuto, no indagó.<br />

-Hecho..., mayor. Usted está al mando... Llegado ese instante tendrá un<br />

copiloto ciego, sordo y mudo. Lo normal en nuestra situación…<br />

Recompuesto el ánimo, olvidado el agrio enfrentamiento, nos enfrascamos en<br />

el último repaso <strong>de</strong>l plan y <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>sta impedimenta.<br />

Como mencioné, si la información <strong>de</strong>l anciano Zebe<strong>de</strong>o era correcta, en<br />

aquellos días -agosto <strong>de</strong>l año 25 <strong>de</strong> nuestra era-, el Galileo <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> encontrarse<br />

en algún lugar <strong>de</strong>l macizo montañoso que espejeaba al norte. En mi<br />

po<strong>de</strong>r obraban dos valiosas pistas que, quizá, si la fortuna seguía <strong>de</strong> nuestro<br />

lado, nos permitirían localizarlo con relativa facilidad (?).<br />

En teoría, el plan era sencillo.<br />

107

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!