26.10.2014 Views

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

Caballo de Troya 6 - IDU

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

No supe contestar. Mejor dicho, no quise.<br />

Por supuesto que lo era. Des<strong>de</strong> mi punto <strong>de</strong> vista como médico, «aquello», al<br />

menos, constituía un síntoma preocupante.<br />

Terminé mostrando las mías y creo que entendió.<br />

-¿Y bien?<br />

Moví la cabeza negativamente y, supongo, se hizo cargo.<br />

De la noche a la mañana, en efecto, como un aviso, los dorsos <strong>de</strong> las manos<br />

aparecieron abundantemente moteados. No había duda. Las máculas seniles,<br />

<strong>de</strong> un inconfundible color rojizo oscuro y con las típicas formas circulares, nos<br />

estaban invadiendo. El envejecimiento, animado por la agresión <strong>de</strong> los radicales<br />

libres, seguía su curso. Y me eché a temblar...<br />

Si las manchas se presentaron en cuarenta y ocho horas, ¿cuánto necesitaría<br />

el resto <strong>de</strong> la patología para hacer acto <strong>de</strong> presencia? La recuperación tras los<br />

<strong>de</strong>svanecimientos, ciertamente, fue buena. Casi óptima. Sin embargo, allí<br />

estaba la verdad. El mal cabalgaba inexorablemente.<br />

Luché por serenarme. Ahora, más que nunca, <strong>de</strong>bía ser frío y consecuente.<br />

Lo primero era someter a mi compañero, y a mí mismo, a un concienzudo<br />

chequeo. Después, ya veríamos...<br />

Eliseo, dócil y preocupado, me <strong>de</strong>jó hacer.<br />

Estaba claro que los capilares fallaban como consecuencia <strong>de</strong>l déficit <strong>de</strong> vitamina<br />

C. La fragilidad saltaba a la vista.<br />

Al inspeccionar los ojos, sin embargo, me tranquilicé relativamente. El arco<br />

corneano senil, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l iris, no se había presentado aún. El gerontoxon,<br />

a nivel <strong>de</strong> la córnea, con su <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> calcio y células muertas, era otro <strong>de</strong><br />

los indicios más temido. Esta opacidad amarillenta <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong> la<br />

córnea, por la <strong>de</strong>generación adiposa <strong>de</strong> las citadas células corneales, podía<br />

marcar el principio <strong>de</strong>l fin...<br />

Ninguno <strong>de</strong> los dos lucíamos aquel «aviso»..., <strong>de</strong> momento.<br />

Tampoco el cabello y las unas aparecían afectados. El primero se conservaba<br />

firme y lozano, sin señales <strong>de</strong> recesión o encanecimiento. Las segundas, por<br />

su parte, se hallaban igualmente limpias e íntegras. Un envejecimiento<br />

prematuro las volvería quebradizas.<br />

Otra cuestión fue la piel...<br />

Al igual que sucediera con este explorador, la <strong>de</strong> mi hermano acababa <strong>de</strong><br />

iniciar un preocupante proceso <strong>de</strong> secado, con una abundante <strong>de</strong>scamación.<br />

Estaba, por tanto, ante una piel hiperqueratósica.<br />

Procuré animarle, explicando que el síntoma, aunque aparatoso y <strong>de</strong>sagradable,<br />

no era alarmante. Ni yo me lo creí...<br />

El piloto continuó en silencio, cada vez más entero y reposado. E intenté<br />

imitarle, aunque la verdad, sólo lo conseguí a medias.<br />

Al proce<strong>de</strong>r con la vista y el oído, Eliseo estalló. No pudo contenerse y se<br />

<strong>de</strong>sbordó en una risa limpia y contagiosa. Aquello era absurdo, en efecto.<br />

105

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!