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y directora general de Museos de la Ciudad. Y agrega:<br />

“Es increíble: generan una liturgia que los implica como<br />

si fueran desinteresados, y eso es una mentira. La<br />

comida se las paga siempre alguien: galería, museo,<br />

gobierno, institución global. Cuando un curador se<br />

plantea como independiente siempre hay alguien detrás<br />

seduciéndolo para venderle sus proyectos”.<br />

Curator, comisario, comissaire, curador en nuestras<br />

pampas. Devenidos stars, arrebataron el poder que<br />

tuvieron críticos como Harold Rosenberg o Clement<br />

Greenberg, peso pesado ferviente promotor de Jackson<br />

Pollock, Willem de Kooning y Clyfford Still, entre otras<br />

luces del expresionismo abstracto. Hoy existe un star<br />

system con nombres que pisan fuerte como el nigeriano<br />

Okwui Enwezor –sin dudas, curador global siglo XXI–,<br />

Robert Storr, Catherine David y Mari Carmen Ramírez.<br />

¿En la Argentina? “No, aquí es demasiado provinciano.<br />

Sí, se da la disputa entre curadores y artistas. Y hay<br />

curadores más estrella que otros, pero no dejan de ser<br />

todos domésticos y hogareños”, afirma Pacheco.<br />

Las palabras, las cosas y el vacío<br />

¿Qué opinan los curadores? “Estoy de acuerdo con<br />

Noé. Hay muchas operaciones para llenar con palabras<br />

rimbombantes obras que no dan para mucho: creo que<br />

el buen arte no se explica tanto”, sostiene Helguera. Por<br />

su parte, Pacheco señala la exaltación de las palabras<br />

en bienales y grandes muestras. La metástasis del<br />

discurso que bien apuntó Gumier Maier: “En el agujero<br />

aparece discurso hasta por debajo de las baldosas”.<br />

Eso, aclara Pacheco, no tiene nada que ver con la<br />

práctica curatorial.<br />

“Adhiero absolutamente a lo que dice Yuyo, incluso<br />

creo que los curadores no sólo se cuelan en el hueco,<br />

sino que han generado y promovido el hueco traducible.<br />

Cualquier mercado se alegra de tener más mercadería<br />

en circulación. Tener muchos artistas fue un objetivo de<br />

las sociedades vinculadas al universo mercado del arte”,<br />

sostiene Braga Menéndez y señala que la institución<br />

curatorial frigidiza el arte: “Lo vuelve previsible, cómodo<br />

y accesible, pero el mundo del arte no está hecho para<br />

ser fácil y predigerido. En ese camino, bajo un ejercicio<br />

de domesticación, “los curadores suelen matarle la<br />

carga de sentido y dejar afuera a muchos artistas que<br />

no son fáciles de entender”.<br />

Ana María Battistozzi, crítica de arte y curadora,<br />

disiente con Noé: “El curador no aparece por el vacío<br />

que generó el strip-tease de la pintura, sino cuando<br />

los museos y espacios de circulación se multiplicaron,<br />

pasaron a formar parte de la industria de la cultura y<br />

generaron mayores demandas de programación. La<br />

nueva figura surgió cuando instituciones importantes<br />

se vieron obligadas a generar varias muestras por año”.<br />

Curadores creadores: ¿pretensión justificada?<br />

Y hasta se ha planteado, bajo la idea del curador<br />

autor –al estilo del director autor de un filme–, que la<br />

exposición se convierte en una nueva obra, cuyo autor<br />

es el curador (“¿Los pasteles calientes del funeral<br />

sirvieron de fiambres en las mesas de la boda?”).<br />

“Eso pasa en las bienales, donde el curador explora<br />

una idea, y al final lo individual se pierde en esa<br />

especie de maremágnum colectivo: termina siendo<br />

el espectáculo del curador”, afirma Helguera. “Para<br />

mí eso es un disparate mayúsculo: el acto creativo le<br />

toca al artista, y nadie se lo arrebata. En la curaduría<br />

estamos hablando de la posición discursiva sobre la<br />

obra o sobre el artista”, dice Pacheco, quien reconoce<br />

que, con la idea de la curaduría como creación, el<br />

artista vio limitado su campo de acción. “En eso estoy<br />

de acuerdo con Noé –dice–, pero hay que poner el foco<br />

en que el curador es un producto de la transformación<br />

del sistema poscapitalista tardoindustrial: es una figura<br />

funcional para el neoliberalismo porque administra lo<br />

que el sistema necesita que esté concentrado en una<br />

sola persona: legitima, actúa con el coleccionista, con<br />

el periodismo, el público, los artistas, los galeristas,<br />

las ferias, las bienales y en la academia”. Battistozzi<br />

reconoce que si bien la curaduría es un trabajo creativo<br />

“no la llamo obra para que ningún artista se ofenda:<br />

muchos en nuestro país tienen el viejo prejuicio<br />

romántico del artista genio, se creen excepcionales por<br />

el solo hecho de crear y no pueden ponerse a la altura<br />

de otros, como por ejemplo de un investigador”.<br />

¿A estudiar curaduría?<br />

Hoy, si bien la mayoría de los curadores salieron de la<br />

carrera de Historia del Arte, los especialistas sostienen<br />

56 http//www.fba.unlp.edu.ar/<strong>textos</strong>

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