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Revista Peruana del Pensamiento Marxista N°1

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Revista Peruana del Pensamiento Marxista<br />

Elogio a “La Internacional”<br />

(A Alcides Spelucín, poeta grande y bueno)<br />

Jorge Basadre<br />

La cantan las multitudes oprimidas en Italia y<br />

triunfantes en Rusia; la cantan en Alemania y en<br />

Francia, en Asia y en Estados Unidos, en Santiago<br />

y en Lima. Multitudes lejanas e ignorantes<br />

entre sí, pero parece que su espíritu fuera uno y<br />

que fuera una sola y formidable voz, que la<br />

fusilería ha coreado miles de veces sin hacerla<br />

acallar. Pasa sobre los idiomas y las razas, los<br />

mares y las montañas, la historia y la naturaleza:<br />

es el primer ciudadano del mundo. El burgués de<br />

todas partes, que ante un obrero aislado se<br />

ensordece de desdén y de orgullo, le rinde el<br />

homenaje de su pavor. Dios mismo debe oírlo,<br />

que en todos los rincones del mundo halla un<br />

eco. Diríase el trueno creciente, precursor de la<br />

tempestad universal.<br />

¡Hija de la Marsellesa! ¡Hermana de la bandera<br />

roja! Nadie enseñó los acordes ni las palabras<br />

finas y armoniosas a los que ignoran la voluptuosidad<br />

de todo lujo. Estas palabras son pobres,<br />

pero no tanto como el hogar de los operarios.<br />

Esta música es monótona, pero no tanto como<br />

las vidas de los que no saben sino trabajar.<br />

Aunque ningún músico genial estremeció tanto<br />

al pueblo. Himno sencillo como el alma de los<br />

apasionados, los únicos que hacen la historia;<br />

himno guerrero como el origen de todo progreso;<br />

himno religioso como todo ideal, pero con<br />

misticismo que coloca en el porvenir la vivificante<br />

utopía del paraíso. En todos los villancicos de<br />

las madres que cuidan a sus hijos, con sonsonete<br />

idéntico, símbolo humilde y tierno de la hermandad<br />

universal, no hay esperanza santa. En el<br />

canto de los segadores que vuelven de la trilla en<br />

la paz ambarina del atardecer rural no hay esta<br />

fuerza fecunda. Juntando todas las canciones a<br />

la belleza armoniosa e impura de la mujer, no<br />

hay el amor desesperado de este himno de amor<br />

universal.<br />

No son los labios impuros y mediocres de<br />

cobardía los que pueden amar su belleza dulce y<br />

terrible. Se necesita sufrir y soñar, luchar y creer<br />

ser fuerte y ser puro para contagiarse de su<br />

divina locura. Nació del ideal y de la realidad: de<br />

un eterno ensueño abstracto que poetas y<br />

filósofos sintieron y de una desesperante<br />

humillación tiránica en las glebas miserables.<br />

Está hecha con los andrajos, las pocilgas, los<br />

sudores fecundos, los cansancios cotidianos y las<br />

lágrimas y las miserias malditas. Es el hijo<br />

robusto del tugurio propicio a la tisis, el vengador<br />

gigante de todas las víctimas anónimas del<br />

monstruo viscoso y multiforme de la sociedad.<br />

Es el caudillo de las mesnadas que vencerán al<br />

mal, el agitador ejemplar a quien el oro no<br />

enerva, la cárcel no acalla, la duda no fragmenta.<br />

Consuela en medio de la brega ruda y del<br />

descanso breve como un confidente leal de todo<br />

oprimido en las horas de desfallecimiento o de<br />

excitación. Acoge a la amargura y crea la esperanza.<br />

Trae el mensaje lejano de los hermanos<br />

que se sacrificaron o de los que luchan alentando<br />

y guiando; el mandato de los muertos en estos<br />

tiempos negros y el mandato de las generaciones<br />

mejores que vendrán. Transfigura miles de vidas<br />

obscuras con el anhelo de los sublime y magnifica<br />

miles de horas que serían estériles en lo fugaz<br />

del egoísmo. Que su numen vigorice y extienda<br />

los sindicatos, anime las huelgas justas, aliente a<br />

la juventud que se ha hermanado con el pueblo,<br />

detenga a los claudicantes, enfervorice a los<br />

egoístas con la eficacia incesante de la paciencia<br />

y de la convicción.<br />

¡Canción inmortal! Aunque sé que aún vivirás<br />

mucho tiempo perseguida, yo que comprendí<br />

tarde tu grandeza, te doy las gracias porque has<br />

aproximado a mi pobre vida una fe.<br />

72<br />

Rescates<br />

Variedades, 16 de mayo de 1925

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