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FACTORES A SER CONSIDERADOS EN LA ESPECIFICACIÓN<br />

DE PLANTAS DESMINERALIZADORAS DE AGUA


FACTORES A SER CONSIDERADOS EN LA ESPECIFICACIÓN<br />

DE PLANTAS DESMINERALIZADORAS DE AGUA<br />

Ing. Ricardo E. Pauer (*) (1996)<br />

Introducción<br />

El presente artículo resume una serie de elementos o factores a ser considerados en la<br />

especificación y/o diseño de plantas de desmineralización.<br />

Está orientado principalmente hacia aquellas personas, habitualmente usuarios de<br />

este tipo de plantas, que deben especificar los requerimientos correspondientes con el<br />

objeto de obtener por parte de los fabricantes o proveedores de equipos, un precio por el<br />

suministro en cuestión.<br />

Con frecuencia se encuentran en estas especificaciones datos contradictorios,<br />

información faltante o no clara, y a veces requerimientos que contribuyen a encarecer<br />

innecesariamente las plantas. El objetivo del presente trabajo estará logrado si a través de<br />

su lectura permite al responsable de especificar una planta, hacerlo adecuadamente,<br />

solicitando lo necesario en forma precisa, sin omisión de datos, y sin exagerar<br />

requerimientos que solo conducen al encarecimiento innecesario de la planta a diseñar<br />

y suministrar.<br />

Calidad del agua a tratar<br />

La calidad del agua cruda, o agua a tratar, es fundamental para el diseño de la planta, ya<br />

que de ella depende el tamaño de los equipos (cantidad de resinas o de membranas de<br />

ósmosis inversa). Se requiere un análisis completo con las concentraciones<br />

individuales de cationes y aniones, y otros datos tales como el pH, sólidos en suspensión,<br />

materia orgánica, SDI, temperatura, etc.<br />

Independientemente de las unidades utilizadas para expresar los análisis, estos deben<br />

cerrar. Es decir, la suma de los cationes debe ser igual a la suma de los aniones. Es<br />

frecuente encontrar análisis que no cierran, lo que obliga al diseñador a modificarlos a su<br />

criterio para que esto ocurra. La persona que especifica debería asegurarse siempre que<br />

los análisis que incluye en las especificaciones cierren.<br />

Otra cuestión frecuente es la inclusión de más de un análisis, por ejemplo máximo y<br />

mínimo. Si bien es habitual que la salinidad del agua cruda, sobre todo si proviene de río,<br />

varíe por épocas entre un máximo y un mínimo, debe indicarse el valor a considerar para el<br />

diseño.<br />

En efecto, en el caso del intercambio iónico existe una relación casi lineal entre la<br />

salinidad y la cantidad de resina a utilizar, lo que determina el tamaño de la planta.<br />

Supongamos un caso frecuente, con agua del río Paraná o de La Plata, donde la salinidad<br />

varía entre unas 400 y 600 ppm (como CO 3 Ca). La planta diseñada para 600 ppm es un<br />

50% más grande, y por lo tanto más cara, que la diseñada para 400 ppm. Qué actitud<br />

[01]


asume el diseñador? Si no se le indica otra cosa es casi seguro que diseñará para 400<br />

ppm, obteniendo así una planta mas barata.<br />

Pero el cliente que compra esta planta estará la mayor parte del tiempo con carreras mas<br />

cortas que las solicitadas, y no por culpa del proveedor: el tomó, a falta de mayor<br />

especificación, el valor que mas le convino. Es muy difícil pensar que alguien pueda tomar<br />

el valor máximo, u otro sensiblemente mayor que el mínimo, pues al encarecer la planta le<br />

resta posibilidades en una competencia de precios.<br />

La especificación debe definir con exactitud el análisis a considerar para el diseño. Esto<br />

permite también que todas las ofertas sean en este aspecto técnicamente equivalentes.<br />

Al fijar el análisis de diseño tampoco debe caerse en la tentación de adoptar el máximo,<br />

pues en este caso se dispondrá de una planta que estará sobredimensionada gran parte<br />

del tiempo.<br />

Si se dispone de un análisis máximo y otro mínimo, para distintas épocas del año, se<br />

sugiere fijar como análisis de diseño el promedio de ambos e informar los valores<br />

máximos y mínimos. En estos casos es útil solicitar que el diseño incluya una curva de<br />

duración de las carreras en función de la salinidad, entre los valores máximo y mínimo.<br />

Obviamente para el valor de diseño la carrera debe ser la especificada; se acortará hacia la<br />

salinidad máxima y se alargará hacia la salinidad mínima.<br />

Se debe informar también el contenido de materia orgánica del agua a tratar pues un<br />

exceso de la misma trae problemas con las resinas aniónicas si no se tiene en cuenta<br />

este hecho en el diseño. También debe prestarse atención al contenido de cloro, que es<br />

perjudicial tanto para las resinas como para las membranas de ósmosis poliamídicas.<br />

Si se piensa en la utilización del proceso de ósmosis inversa en fundamental conocer el<br />

contenido de sílice y también el de algunos elementos, tales como el bario o el estroncio,<br />

que normalmente no existen, pero a veces aparecen y son problemáticos aún en muy<br />

bajas concentraciones.<br />

Es común encontrar análisis donde solo se informa alcalinidad, cloruros y sulfatos, y<br />

dureza. En este caso hay que inventar la distribución de calcio y magnesio.<br />

Calidad del agua a obtener<br />

Otra cuestión importante es fijar adecuadamente la calidad del agua a obtener de una<br />

planta desmineralizadora. En la mayoría de los casos el agua está destinada a la<br />

alimentación de calderas, en otros casos puede estar destinada a ciertos procesos. Nos<br />

referiremos al primer caso, aunque el segundo puede tratarse de modo similar.<br />

Cuando mayor es la presión de trabajo de la caldera, mayores son los requerimientos de<br />

calidad del agua. Sin embargo, la concentración admisible de sales dentro de la caldera<br />

es normalmente muchísimo mas alta que la del agua de aporte. Esta concentración<br />

depende del aporte de sales y demás elementos que se producen no solo a través del agua<br />

de aporte(mínimos), sino de lo que arrastra el condensado. Este aporte será mayor o<br />

menor según el estado del sistema, la existencia o nó de tratamiento de condensado, el<br />

tipo de tratamiento, etc. Finalmente, el incremento de la concentración se frena a través<br />

de la purga. Una mejor calidad de agua de aporte puede bajar algo las purgas.<br />

[02]


Son los fabricantes de las calderas quienes establecen normalmente la calidad del agua<br />

requerida. Debe tenerse en cuenta que ellos tenderán a solicitar calidades mejores que<br />

las realmente necesarias.<br />

Dentro de rangos amplios, puede obtenerse la calidad requerida sin mayores problemas.<br />

Pero a partir de ciertos valores el proceso requerido cambia totalmente.<br />

Los parámetros que definen la calidad del agua tratada son: Conductividad; pH; total de<br />

sales disueltas; alcalinidad; Sílice.<br />

Estos parámetros no son totalmente independientes, sino que algunos se relacionan<br />

entre sí. El desconocimiento de este hecho ha llevado a especificar calidades imposibles<br />

de lograr. En ocasiones, para poder cumplir el requisito exigido se han debido agregar<br />

sistemas absurdos y de difícil regulación, además de totalmente innecesarios.<br />

Así por ejemplo, en un tren catión-anión operando correctamente, solo debe considerarse<br />

a la salida una cierta fuga de sodio. Esta fuga se transforma en hidróxido de sodio al pasar<br />

por el anión. En estas condiciones son válidas las siguientes relaciones:<br />

a) Relación conductividad-fuga de sodio<br />

Conductividad(S/cm)= 5 x fuga de sodio(ppm como CO 3 Ca)<br />

b) Relación pH-fuga de sodio (y conductividad resultante)<br />

1 ppm de Na produce un pH = 9.4 (C= 5 S/cm)<br />

2 9.7 (C=10 S/cm)<br />

3 9.9 (C=15 S/cm)<br />

4 10.0 (C=20 S/cm)<br />

Con sistemas regenerados en co-corriente es difícil lograr fugas menores de 2 ppm de<br />

sodio, por lo que simultáneamente es muy difícil poder garantizar conductividades<br />

menores de 10 S/cm, aún con consumos altos de reactivos.<br />

Para lograr una mejor calidad es necesario pasar a sistemas regenerados en<br />

contracorriente. Hoy día estos equipos son simples de construir y de funcionamiento<br />

económico, pero hasta no hace muchos años esto no era así. Los equipos que trabajaban<br />

en contracorriente eran complejos y caros. Entonces, la diferencia de especificar una<br />

calidad que implique una fuga de 1 ppm (5S/cm) en vez de 2 ppm (10 S/cm) implicaba<br />

el cambio total del concepto de diseño, con las implicancias económicas aparejadas.<br />

En muchos casos no existía una razón valedera para especificar 1 ppm en vez de 2 ppm.<br />

Otras veces se ha pedido que el pH sea 7. Tal cosa es imposible. La única forma de lograrlo<br />

es mediante la inyección de algo de agua decationizada en la salida del anión, pero la<br />

regulación de este sistema es muy difícil, además de inútil.<br />

Otro punto a considerar es que a medida que el tren se agota, la conductividad tiende a<br />

subir. Normalmente las tablas de diseño están hechas para una fuga media. El punto de<br />

corte es habitualmente un valor aprox. tres veces superior. Si se especifica que la fuga<br />

no puede ser superior a un dado valor en todo momento, esto implica diseñar para una<br />

fuga media tres veces menor!<br />

Los sistemas regenerados en contracorriente con bloqueo mecánico de las resinas<br />

permiten lograr cómodamente calidades mejores que 1 S/cm durante mas del 80% de la<br />

carrera.<br />

[03]


Si el nivel de calidad requerido para el agua es aún mayor, como sucede con las calderas<br />

de alta presión y un solo paso, o en ciertos procesos industriales, entonces debe<br />

agregarse un lecho mixto. La salida del lecho mixto sí tiene un pH alrededor de 7.<br />

Fácilmente se logran conductividades por debajo de 0.5 S/cm, y fugas de sílice menores<br />

que 0.005 ppm.<br />

Al especificar una planta se debería ser muy cuidadoso al fijar la calidad requerida, ya que<br />

la inclusión de un lecho mixto encarece la planta y aumenta la complejidad de la misma.<br />

Si se utiliza ósmosis inversa, la calidad especificada puede hacer que no sea suficiente un<br />

paso, sino que se necesite un segundo paso o un lecho mixto pulidor.<br />

Procesos a utilizar<br />

En el caso del intercambio iónico. el proceso a utilizar (co- o contracorriente) depende de<br />

la calidad de agua requerida. Antiguamente, si se requería una conductividad no menor de<br />

10 S/cm, o si la planta incluía unidades de lechos mixtos, para el tren catión-anión se<br />

prefería la utilización de unidades regeneradas en cocorriente, a pesar de su menor<br />

eficiencia. Esto se debía a la complejidad que implicaban los sistemas de bloqueo por<br />

agua, y mas tarde por aire, que tendía a compensar las ventajas de la regeneración en<br />

contracorriente. Sin embargo, el desarrollo de nuevos procesos de regeneración en<br />

contracorriente con bloqueo mecánico, que se han popularizado a partir de la década del<br />

80 (Amberpack de Rohm & Haas; Liftbet de Bayer; UFD de Degremont, UP-CORE de Dow,<br />

etc.), han desplazado totalmente al sistema de regeneración en cocorriente al permitir<br />

obtener las ventajas simultáneas de una mejor calidad, un menor consumo y equipos mas<br />

sencillos y económicos.<br />

Dependiendo de la composición del agua a tratar, la inclusión de resinas débiles mejora el<br />

consumo de reactivos, y con los sistemas actuales mencionados no implica una<br />

complicación adicional sensible como cuando debían implementarse tanques separados,<br />

con sus correspondientes cuadros de válvulas, etc.<br />

Otro elemento a ser tenido en cuenta, cuando el contenido de alcalinidad es importante,<br />

es la inclusión de una torre descarbonatadora. La torre permite eliminar la alcalinidad con<br />

un bajo consumo de electricidad, y simultáneamente permite que la unidad aniónica sea<br />

más chica y el consumo de soda disminuya apreciablemente. Por otra parte, implica un<br />

equipo adicional y un rebombeo del agua. No obstante, en la ecuación técnico-económica<br />

global, el resultado suele ser ampliamente favorable. Esta ventaja, sin embargo, era más<br />

importante con los sistemas antiguos. En la actualidad, con los menores consumos<br />

derivados de utilizar equipos regenerados en contracorriente con bloqueo mecánico, y con<br />

el requerimiento de efluentes autoneutralizables, las ventajas a veces se desdibujan,<br />

pero no deberían despreciarse sin un estudio adecuado.<br />

Si se utiliza el proceso de ósmosis inversa, es importante considerar la recuperación de<br />

diseño de la instalación. Quienes especifican tienden a solicitar altas recuperaciones con<br />

el argumento de una mayor eficiencia en el consumo de electricidad. Sin embargo, una<br />

mayor recuperación implica simultáneamente una mayor concentración de sales en el<br />

rechazo, y esto puede ser problemático con algunos elementos, principalmente la sílice. Si<br />

bien es cierto que hoy existen antiescalantes eficientes, estos productos son caros. Por<br />

otra parte, se debe considerar siempre la posibilidad de que algunas veces los operadores<br />

[04]


no utilicen el antiescalante. Este problema tiene características insidiosas. En efecto, la<br />

disminución de la dosis, o simple y llanamente la no dosificación del antiescalante, no<br />

manifiesta consecuencia observables en plazos cortos o medianos. Esto resulta tentador<br />

para el operador o supervisor que no comprenda claramente el problema, pues solo ve el<br />

ahorro inmediato. La real consecuencia de esto la verá al año, cuando deba cambiar las<br />

membranas que deberían haber durado por lo menos otro año. Es común encontrar<br />

usuarios (de plantas) que se quejan por que el diseño contemplaba altas recuperaciones,<br />

lo que los obliga al gasto mayor de antiescalantes y al peligro del ensuciamiento de las<br />

membranas, cuando preferirían haber tenido una planta con una recuperación menor, aún<br />

con un consumo algo mayor de electricidad y de agua.<br />

Consumo de reactivos y energía eléctrica<br />

El consumo de reactivos, normalmente ácido sulfúrico y soda cáustica, es un detalle que<br />

debe ser cuidadosamente considerado.<br />

El consumo de ácido y soda en una planta de intercambio iónico bien diseñada puede<br />

llegar a cifras del orden del 50% del costo de la instalación al año (incluyendo en el costo<br />

de la instalación la obra civil y montaje).<br />

En la evaluación de una oferta debe considerarse en forma realista el precio de la<br />

instalación y el costo anual del consumo de reactivos, energía eléctrica, etc. Esta forma<br />

de evaluación debe además estar bien definida en las especificaciones. De no ser así, el<br />

diseñador tenderá a ofertar equipos mas baratos pero de mayor consumo.<br />

En general, puede decirse que a mayor nivel de regeneración se obtiene mayor capacidad<br />

operativa en las resinas, y por lo tanto equipos mas chicos y menos costosos. Pero<br />

simultáneamente, con el incremento del nivel de regeneración baja la eficiencia<br />

(capacidad/nivel de regeneración), con lo que el consumo por metro cúbico de agua<br />

tratada aumenta.<br />

Es útil que quien especifica los requerimientos suministre los valores a considerar para la<br />

comparación de las ofertas (costo de los reactivos a utilizar, energía, agua cruda, etc.).<br />

Un ejemplo típico podría ser el siguiente: Para la comparación de las ofertas se utiliza el<br />

precio de la planta mas el costo del consumo durante 5 años. Este último valor puede<br />

afectarse de un coeficiente de utilización o factor de servicio del 80%, y se trae a valor<br />

presente con una tasa del 12% anual.<br />

Autoneutralización de los efluentes<br />

Excepto casos particulares poco frecuentes, toda planta de desmineralización por<br />

intercambio iónico debe estar provista del equipamiento necesario para la neutralización<br />

de los efluentes de la regeneración.<br />

Dado que normalmente los reactivos utilizados para la neutralización son los mismos<br />

que los empleados para la regeneración, es conveniente establecer el requerimiento de<br />

autoneutralización. Esto no implica, sin embargo, prescindir del equipamiento necesario<br />

[05]


para neutralizarlos si por alguna mala maniobra o por cualquier otra razón resultara<br />

necesario.<br />

Este requerimiento debe incluirse junto con el de considerar los consumos, es decir que<br />

estos deben incluir lo necesario tanto para regenerar los trenes como para neutralizar los<br />

efluentes producidos. En algunos casos se han podido garantizar consumos menores<br />

simplemente por no considerar lo necesario para la neutralización, con el pretexto de que<br />

no estaba claramente indicado en la especificación.<br />

Cantidad de trenes, carreras, etc.<br />

Una de las primeras cuestiones a considerar es el caudal neto requerido y su distribución<br />

temporal. En plantas de magnitud importante se trabajan las 24 horas del día, sin<br />

modificación sensible del ritmo. Por lo tanto, el caudal neto requerido es uniforme durante<br />

todo el día. Uno o mas tanques de almacenamiento de agua desmineralizada son<br />

aconsejables como elementos de seguridad ante cualquier problema, o simplemente<br />

como amortiguadores ante variaciones momentáneas del caudal requerido, pero no<br />

estrictamente necesarios.<br />

En cambio, en una instalación de menor envergadura, es posible trabajar con una planta<br />

desmineralizadora durante, por ejemplo, dos turnos y parar por la noche. También es<br />

posible que durante la noche se reduzca la necesidad de agua por disminución del ritmo<br />

de trabajo general. En estos casos sería necesario contar con tanque/s de acumulación<br />

que permita/n almacenar durante las horas de trabajo de la planta de desmineralización,<br />

el agua necesaria para el período en que no trabaja.<br />

En otros casos, y siempre pensando en instalaciones pequeñas, es posible que se utilice<br />

un solo tren. En este caso también resulta imprescindible un tanque de almacenamiento,<br />

no solo para acumular el agua que se utilizará mientras dure la regeneración, sino<br />

también para acumular el agua desmineralizada necesaria para la propia regeneración.<br />

Con respecto al número de trenes, lo mas usual es instalar dos, pero el número<br />

aconsejable depende del caudal total a producir.<br />

La instalación de un solo tren es solamente considerada en instalaciones pequeñas. Debe<br />

tenerse en cuenta que ante un mantenimiento o un problema en el tren, toda la planta<br />

queda fuera de servicio. Por esta razón no es aconsejable instalar menos de dos trenes.<br />

Con dos trenes se puede operar en dos formas: uno de ellos en operación y el otro en<br />

regeneración o espera; o bien uno en operación mientras el otro se regenera, y el resto del<br />

tiempo hasta el agotamiento del primero con los dos trenes en operación.<br />

Hoy se puede considerar que el límite de caudal para cada tren está entre los 150 y los<br />

200 m 3 /h. Si el caudal requerido es superior resultará necesario instalar mas de dos<br />

trenes.<br />

Instalando tres trenes, es posible tener una instalación con dos trenes operando<br />

continuamente mientras el tercero está en regeneración.<br />

Si el caudal requerido es aún mayor, habrá que instalar cuatro o más trenes.<br />

También es necesario considerar la duración de la carrera. Debe tenerse en cuenta que<br />

carreras muy largas exigen equipos grandes. Aparte del costo, que es aproximadamente<br />

[06]


proporcional a la duración de la carrera, un equipo sobredimensionado puede llegar a tener<br />

problemas por caudales específicos bajos.<br />

A la inversa, carreras muy cortas implican mucho tiempo muerto de los trenes, y mayor<br />

trabajo de regeneración. Lo común es trabajar con carreras de 12 horas cuando se trabaja<br />

con dos trenes, y de 8 horas trabajando con tres trenes.<br />

La duración de la regeneración depende del diseño particular, pero con cierto margen de<br />

seguridad y sistemas modernos puede tomarse un tiempo de unas 4 horas, que incluye la<br />

eventual neutralización de los efluentes y el desagote de la pileta de neutralización.<br />

Casos típicos muestran que con tres trenes se puede operar con carreras de 8 horas por<br />

tren y 4 horas para regeneración y descarga de los efluentes. Esto permite tener dos<br />

trenes en operación en forma permanente.<br />

Es importante definir y establecer claramente lo que se entiende por duración de la<br />

carrera, ciclo, tiempo entre regeneraciones, etc. Es muy común encontrar imprecisiones<br />

al respecto.<br />

En el caso mencionado anteriormente la "carrera" o "tiempo de operación entre<br />

regeneraciones" es de 8 horas; el "tiempo para regeneración, neutralización, desagote y<br />

margen de seguridad" es de 4 horas; y el "ciclo" o "tiempo entre regeneraciones" resulta de<br />

12 horas. No importa la denominación que se utilice, sino que lo importante es que quede<br />

claro qué es lo que se especifica.<br />

Finalmente, y volviendo al caudal, los valores a fijar, y esto debe destacarse en la<br />

especificación, son los valores netos o útiles. Corre por cuenta del diseñador considerar<br />

los caudales reales para producir además el agua necesaria para la regeneración.<br />

En caso de que la planta incluya lechos mixtos, es habitual que se coloque uno por tren.<br />

Dado que estos equipos trabajan como pulidores, son regenerados semanalmente.<br />

Existen dos formas de trabajar con los lechos mixtos. Una de las formas, bastante<br />

difundida, consiste en que cada lecho mixto forma parte de un tren.<br />

Así, cuando el tren catión-anión esta en regeneración, el lecho mixto no opera. Este<br />

sistema presenta algunas desventajas:<br />

-cada vez que arranca puede ser necesario un enjuague para alcanzar calidad, lo que<br />

implica perder agua y tiempo.<br />

-Si un equipo debe salir de servicio, lo hace necesariamente el tren completo.<br />

-Cuando se regenera el lecho mixto, el tiempo total de regeneración (tren no operativo)<br />

puede duplicarse fácilmente.<br />

Por esta razón resulta aconsejable que los trenes catión-anión descarguen a un colector<br />

común, y de este se alimenten los lechos mixtos. Así, la operación de los lechos mixtos<br />

resulta independiente de la de los trenes catión-anión, y se evitan los inconvenientes<br />

mencionados anteriormente.<br />

En el caso de los trenes de ósmosis inversa valen consideraciones similares. Sin embargo<br />

es necesario tener en cuenta que mientras los trenes de intercambio iónico pueden<br />

operar a caudales variables dentro de un amplio rango, los de ósmosis operan a caudal<br />

fijo. Por ello, alimentando a un tanque de reserva, debe implementarse una lógica que<br />

arranque y detenga los trenes en función, por ejemplo, del nivel en el tanque. Si las<br />

detenciones previstas en el diseño son de alguna horas, es conveniente incluir un lavado<br />

automático al detenerse el equipo para evitar precipitaciones dentro de las membranas.<br />

[07]


Recipientes<br />

En la última década se han verificado avances notables en este tema.<br />

Los recipientes para las unidades aniónicas, catiónicas y de lechos mixtos se construyen<br />

habitualmente en chapa de acero al carbono, con diseño según código ASME, y revestidos<br />

interiormente con ebonita.<br />

Si bien en equipos chicos se ha llegado a utilizar revestimiento epoxi, el mismo no brinda<br />

una seguridad tal como el ebonitado.<br />

Últimamente se ha presentado como una posibilidad interesante la utilización de un<br />

revestimiento en base a resinas bisfenólicas, cargas minerales y microescamas de vidrio.<br />

Este sistema ha dado muy buen resultado aplicado sobre hormigón, y promete resultados<br />

aún mejores sobre acero dadas sus propiedades de dilatación térmica y adherencia sobre<br />

el metal. No obstante, solo se conocen aplicaciones en piezas de cañerías con ácido<br />

sulfúrico diluido. De dar resultado tendría la enorme ventaja de requerir un menor trabajo<br />

de amolado y permitir la aplicación in-situ y en frío, sin requerir procedimientos especiales<br />

con vapor para lograr la vulcanización del ebonitado, lo que limita la ejecución de este<br />

revestimiento a firmas o talleres de cierta magnitud.<br />

La utilización de mantos soporte (arena en las unidades catiónicas y antracita en las<br />

aniónicas) con colectores de caño perforado ha sido totalmente abandonada por los<br />

extensos lavados que se requerían. Resulta más simple y práctico utilizar falsos fondos<br />

planos o curvos. En el falso fondo se colocan toberas o strainers que distribuyen<br />

eficazmente el líquido.<br />

Si el falso fondo es plano, es necesario vincularlo mecánicamente con el cabezal para<br />

transmitirle los esfuerzos, en cambio si es curvo esto no resulta necesario. En cualquiera<br />

de estos casos es necesario revestir la cámara que queda entre el falso fondo y el cabezal,<br />

y dotarla de una entrada de hombre adicional, pero se obvia la utilización de distribuidores<br />

de caños. Además, los strainers son de plástico (polipropileno, ABS, etc.) con lo que no<br />

existen dentro del recipiente elementos metálicos en contacto con el fluido (Hastelloy,<br />

AISI 316, según el regenerante). La utilización de distribuidores, aunque se construyan de<br />

plástico, requiere grampas y bulonería de fijación.<br />

A veces se utilizan distribuidores construidos con caños perforados con mallas, o bien con<br />

caños y pequeños strainers, que se montan sobre el falso fondo plano. Esto permite<br />

reducir la superficie a ebonitar. En algunos diseños también se puede prescindir del<br />

cabezal inferior, soportando el falso fondo plano con perfiles soldados a una pequeña<br />

pollera del recipiente.<br />

Válvulas<br />

Para las válvulas principales de proceso se han utilizado tradicionalmente las válvulas a<br />

diafragma tipo Saunders. Esta válvula es muy noble y presenta la ventaja de tener solo dos<br />

partes en contacto con el fluido: el cuerpo y el diafragma. El cuerpo es generalmente de<br />

fundición, pudiendo estar revestido con ebonita, vitón o teflon. El diafragma puede ser de<br />

goma, vitón, teflon, etc.<br />

En diámetros no muy grandes (4" o menores) son siempre recomendable, tanto para<br />

agua como para ácido o soda diluidos o concentrados (el material del revestimiento y del<br />

[08]


diafragma debe estar de acuerdo al fluido a manejar). Pueden ser manuales, o<br />

automáticas con actuadores neumáticos.<br />

A medida que el diámetro aumenta, aumenta mucho el tamaño del cuerpo (peso) y el<br />

costo de la válvula. Además, el esfuerzo de cierre, al tener que vencer la presión del fluido<br />

contra el diafragma, también hace que los actuadores se agranden y encarezcan mucho,<br />

especialmente cuando son del tipo normal cerrado.<br />

En válvulas de 8" ya puede ser problemático asegurar el cierre con algunos bares de<br />

presión en la línea.<br />

Otra válvula muy utilizada, aunque no tanto en nuestro medio, es la mariposa. Esta válvula<br />

es más económica y requiere actuadores más simples y pequeños. Además, presenta<br />

pérdidas de carga mínimas. El cuerpo es generalmente de fundición, con o sin<br />

revestimiento. El eje y la clapeta frecuentemente se construyen en acero inoxidable. Su<br />

utilización más aconsejable es en las líneas principales de proceso (líneas de circulación<br />

de agua y drenajes). Bien construida brinda un cierre hermético sin problemas.<br />

Lamentablemente, en el pasado las válvulas mariposa de origen nacional han dieron<br />

resultados poco satisfactorios, por lo que muchos usuarios les tienen una gran<br />

desconfianza. Sin embargo este problema ha desaparecido.<br />

Para las líneas de transferencia de resinas se prefieren válvulas de paso total,<br />

preferentemente de tipo esférica, pero la experiencia ha demostrado que las a diafragma<br />

dan muy buen resultado en este servicio.<br />

Donde es necesario controlar un caudal mediante un lazo de control, se debe instalar una<br />

válvula de control. Cuando la válvula de control resulta de 2" o mayor, conviene instalar<br />

una de tipo mariposa, con su correspondiente actuador y posicionador electroneumático.<br />

Una válvula de tipo globo, por sus características constructivas, resulta muy cara y no<br />

brinda necesariamente una prestación superior. En diámetros menores de 2", la<br />

diferencia de costo no resulta tan importante y suelen utilizarse válvulas globo.<br />

En algunos casos se han llegado a utilizar válvulas a diafragma con un posicionador<br />

provisto de una leva o dispositivo equivalente que permita corregir la característica de la<br />

válvula, que es de tipo apertura rápida, llevándola a una de tipo igual porcentaje o lineal. La<br />

experiencia muestra que esto es solo una medida que puede tomarse ante una<br />

emergencia, pero no como una solución definitiva.<br />

Finalmente, para bloqueo de instrumentos o tomamuestras es frecuente utilizar<br />

pequeñas válvulas esféricas de inox., de _" o _".<br />

La utilización de válvulas de plástico (PVC, polipropileno, etc.), si son de buena calidad, es<br />

una solución económica. Pero debe considerarse muy bien el material a utilizar (tipo de<br />

plástico, origen, fabricante, etc.). Este es un rubro donde es muy fácil encontrar<br />

materiales aptos para instalaciones domiciliarias pero no para una industrial.<br />

Automatismo<br />

Este es un tema donde frecuentemente es necesario definir los alcances de los términos<br />

que se utilizan en las especificaciones, pues no se verifica un consenso o unidad de<br />

criterio para definir lo que se entiende por "planta automática", "semiautomática" o<br />

"manual". Lo mas seguro es explicar claramente lo que se desea.<br />

[09]


Trataremos de explicar algunos de estos términos, pero debe considerarse que pueden<br />

existir personas que los usen en forma diferente.<br />

En primer lugar es necesario considerar que una planta desmineralizadora admite tres<br />

estados diferentes: detenida o parada; en operación; o en regeneración.<br />

Cuando la planta está parada, solo se requiere que las válvulas estén cerradas. Ninguna<br />

otra acción o control es necesaria.<br />

Cuando la planta está en operación, las válvulas están posicionadas de una determinada<br />

manera y tampoco se modifica esta situación mientras la planta está operando. Cuando<br />

los trenes se han agotado es necesario regenerarlos, para lo cual la planta es llevada<br />

primero a estado de parada, y luego se inicia la regeneración. Esta consiste en una serie<br />

de etapas, cada una con un conjunto de válvulas abiertas y otras cerradas, bombas en<br />

operación o paradas, etc. La cantidad y duración de estas etapas, y qué se hace en cada<br />

una de ellas, depende del tipo de regeneración que se emplee y del diseño particular de la<br />

planta. Es sin embargo importante considerar que esta secuencia de etapas es fija, es<br />

decir que no depende de situaciones derivadas de la misma planta.<br />

Trataremos de aclarar algunos conceptos:<br />

PLANTA MANUAL: Es una planta donde todas las decisiones y acciones son tomadas por el<br />

operador. Es él quien abre y cierra las válvulas que corresponda, arranca o apaga las<br />

bombas, etc. Para ello debe recorrer la planta a efectos de accionar in-situ cada uno de<br />

estos elementos.<br />

Una mejora, sobre todo en equipos grandes, podría ser la inclusión de actuadores<br />

neumáticos para la operación de las válvulas, los que a su vez pueden comandarse a<br />

través de solenoides. Puede disponerse de contactos de fin de carrera en las válvulas, y<br />

fácilmente implementarse un tablero o panel de control, con o sin mímico, desde donde el<br />

operador puede accionar todos estos elementos, e incluso verificar el cumplimiento de la<br />

orden. Esto facilita la tarea del operador ya que no necesita desarrollar el esfuerzo físico<br />

de abrir y cerrar las válvulas, ni debe trasladarse continuamente al pié de cada elemento a<br />

operar.<br />

No obstante, estas alternativas no cambian el concepto de planta manual, ya que todas<br />

las acciones son decididas y ejecutadas por el operador.<br />

Adicionalmente existen algunas funciones de control que pueden estar implementadas<br />

sin modificar el concepto de planta manual. Cuando una planta entrega agua a un<br />

consumo variable, es frecuente instalar un lazo de control de caudal que mantiene a esta<br />

variable en su valor prefijado o lo modifica en función de algún parámetro externo, como<br />

por ejemplo el nivel del tanque de almacenamiento.<br />

Cuando se utiliza una torre descarbonatadora es habitual instalar un lazo de control que<br />

regula el caudal a través del catión en función del nivel en la cisterna de agua<br />

descarbonatada. Estos controles pueden ser on-off o preferiblemente proporcionales.<br />

A veces, el caudal de agua requerido para la dilución de los reactivos durante la<br />

regeneración también es regulado por un lazo de control. Es común incluir un<br />

enclavamiento que evita la dosificación de ácido o soda concentrados si el caudal de agua<br />

de dilución cae por debajo de ciertos valores.<br />

[010]


Nuevamente, estos controles no cambian el concepto de planta manual. Se consideran<br />

regulaciones mínimas que evitan tener que disponer todo el tiempo de operadores<br />

controlando válvulas en función de un nivel o un caudal.<br />

PLANTAS AUTOMATICAS Y SEMIAUTOMATICAS: Son plantas donde todas la acciones<br />

(apertura y cierre de válvulas, arranque y parada de bombas, etc.) son tomadas por una<br />

lógica automática. Mas adelante se explicarán las diferencias entre semiautomática y<br />

automática.<br />

Una planta operando en estas condiciones tiene la ventaja de no requerir operadores en<br />

forma permanente. El operador asignado a la planta solo supervisa el accionar del sistema<br />

mientras puede desarrollar otras actividades.<br />

En su inicio las lógicas de accionamiento se implementaban con programadores a levas o<br />

a cinta perforada y temporizadores. Posteriormente se utilizaron lógicas con relays y<br />

temporizadores. Estos sistemas eran favorecidos por el hecho de que una vez adoptadas,<br />

las secuencias son fijas. Sin embargo, algunas modificaciones que surgían durante la<br />

puesta en marcha obligaban a veces a modificaciones de cableado en la lógica que no<br />

eran simples.<br />

Un avance posterior fueron los programadores electromecánicos a tambor, mucho más<br />

versátiles.<br />

Sin embargo, con el advenimiento de los PLC, todos estos sistemas fueron superados. Al<br />

utilizar un PLC la secuencia se establece por software, no requiriéndose ningún cableado<br />

para ello. Cualquier modificación posterior se realiza también sobre el software.<br />

Esta simplicidad ha permitido incluir en forma simple algunas acciones adicionales tales<br />

como la denominada detección de "discrepancia de estado". Esto significa que cada vez<br />

que la lógica da una orden (abrir o cerrar una válvula, arrancar o parar una bomba, etc),<br />

espera un cierto tiempo (suficiente para que se ejecute la orden) y verifica la ejecución de<br />

la misma. Si la orden no ha sido cumplida existe una "discrepancia" entre el estado real<br />

del elemento y el que debería tener.<br />

Es importante destacar que la experiencia indica, al menos en nuestro país, que cuando<br />

se tiene una indicación de discrepancia, la gran mayoría de las veces la falla está en el<br />

sensor y no en el elemento que debe actuar. Por ello es aconsejable que estas situaciones<br />

provoquen alarma pero no detengan la secuencia, excepto casos muy particulares.<br />

Estas lógicas de control que utilizan PLC, permiten hoy día construir paneles de control<br />

muy pequeños, además de brindar mucha información. Generalmente se utiliza una<br />

computadora tipo PC como interfase con el operador, y a través del teclado se pueden dar<br />

todas las órdenes necesarias. De la misma forma, a través de la pantalla se puede<br />

disponer de mucha información sobre el funcionamiento de la planta.<br />

Trataremos ahora de explicar las diferencias entre lo que definimos como "automático" o<br />

"semiautomático". En una planta "automática", la lógica saca de servicio el tren cuando<br />

esto es necesario, lo que resulta de una señal que puede ser por tiempo de operación del<br />

tren (duración de la carrera), por volumen de agua tratada (caudal integrado), por alta<br />

conductividad o por alto contenido de sílice.<br />

Una vez que el tren ha salido de servicio, la lógica desarrolla toda la secuencia de<br />

regeneración, quedando finalmente el tren regenerado y en espera. Al sacar un tren de<br />

servicio, la lógica pone en servicio el tren que estaba en espera.<br />

[011]


Como puede verse, el operador no tiene injerencia en el funcionamiento normal de la<br />

planta, limitándose solo a vigilar los parámetros de interés.<br />

En una planta "semiautomática", en cambio, se le reservan al operador algunas<br />

decisiones trascendentes. Estas decisiones, como máximo llegan a tres: sacar de servicio<br />

el tren; poner el tren en servicio; iniciar la secuencia de regeneración.<br />

La experiencia indica que esta última alternativa es mas aconsejable. Tiempo atrás,<br />

cuando comenzó a promocionarse en los EEUU el diseño de plantas totalmente<br />

automáticas, se observaron una serie de inconvenientes derivados de la falta de<br />

confiabilidad de los instrumentos. En efecto, era frecuente que señales espurias de<br />

conductímetros o silicómetros sacaran de servicio trenes no agotados, con los<br />

consiguientes problemas: consumo innecesario de reactivos, trenes parados esperando<br />

turno para regeneración y por lo tanto bajo caudal de producción. Si bien la<br />

instrumentación actual ha evolucionado mucho, lo que permite evitar estos problemas, se<br />

considera mas versátil el concepto de planta semiautomática. En efecto, el operador<br />

puede en ciertos casos decidir si saca el tren agotado de servicio, o si por necesidad de<br />

agua, o por algún impedimento para la inmediata regeneración, le conviene operarlo<br />

durante un tiempo adicional.<br />

La mayor carga de trabajo para el operador es realmente despreciable, limitándose a tres<br />

pulsaciones de un comando por cada carrera de un tren.<br />

En los equipos de ósmosis inversa es usual que estos arranquen o paren con una señal<br />

de la lógica de control, en función del nivel de agua en el tanque de reserva. El operador<br />

también puede arrancar y parar los equipos. Cuando resulta necesario efectuar un lavado<br />

químico o CIP, es el operador el que toma estas decisiones.<br />

Instrumentación<br />

La instrumentación requerida depende del tipo de planta (automática o manual), de<br />

cuanta información se desea disponer, y fundamentalmente de cuanto dinero se puede<br />

invertir.<br />

En los recipientes catiónicos, aniónicos o de lechos mixtos conviene contar con<br />

manómetros a la entrada y salida. En el caso de recipientes con mas de una cámara<br />

puede ser útil disponer de al menos un manómetro en cada placa de separación entre<br />

cámaras.<br />

En los equipos que operan con bloqueo mecánico es conveniente disponer de una<br />

medición de presión diferencial con alarma. Lo mismo es aconsejable para las trampas de<br />

resinas. Eventualmente puede disponerse de una sola medición que incluya recipiente y<br />

trampa.<br />

En todos los casos es interesante poder determinar, ante una situación de alarma, qué<br />

cámara, placa o trampa es la responsable del incremento de la pérdida de carga. Esto<br />

puede hacerse disponiendo de mediciones independientes dedicadas (caro), o de una<br />

medición dotada de un juego de válvulas que permita seleccionar el sector (cámara, placa<br />

o trampa) cuya pérdida de carga se desea medir.<br />

Debe tenerse en cuenta que existen tres posibilidades para la medición de presión<br />

diferencial:<br />

[012]


1) Transmisor de presión diferencial, habitualmente electrónico, con indicador local y<br />

transmisión de señal a panel donde puede obtenerse la señal de alarma.<br />

2) Celda tipo Barton, con indicador local y contacto para alarma.<br />

3) Presóstato diferencial.<br />

Las dos primeras posibilidades son de costo similar, por lo que si se dispondrá de<br />

instrumentación electrónica, la primera es mas aconsejable pues permite tener las<br />

señales en panel y leerlas. La tercera posibilidad mencionada es mas barata pero no<br />

permite leer la pérdida de carga, sino solo obtener la señal de alarma.<br />

La experiencia demuestra que es muy poco probable el taponamiento de los strainers de<br />

las placas, por lo que estas mediciones pueden prescindirse. Por otra parte, las trampas<br />

de resina se tapan o no, sin situaciones intermedias, por lo que no es importante conocer<br />

el valor de la pérdida de carga cuando se ha tapado, sino solo detectar esta situación. Lo<br />

que sí puede ir incrementando su pérdida de carga en función del tiempo son las cámaras<br />

con resina, por lo que allí sí es aconsejable poder determinar el valor correspondiente.<br />

Es normal que las bombas centrífugas estén provistas de manómetros, pero carece de<br />

sentido exigir manómetros en bombas dosificadoras (alternativas), excepto que se<br />

instalen amortiguadores de pulsaciones.<br />

La medición del caudal de producción es importante. Resulta igual si se mide el caudal de<br />

agua desmineralizada producida o el de agua cruda ingresante, pues no existe posibilidad<br />

de derivación intermedia (excepto cuando se utiliza una torre descarbonatadora<br />

compartida por dos o más trenes). Esta medición puede ser una simple lectura local o, si<br />

se dispone de una instrumentación mas elaborada, puede ser transmitida a un panel para<br />

registro e integración. Si hay un controlador de caudal esta medición es necesaria para<br />

alimentar el controlador.<br />

Si se utiliza torre descarbonatadora, es necesario contar con un lazo de control de nivel en<br />

la cisterna de agua descarbonatada.<br />

Para controlar la calidad del agua obtenida se utilizan conductímetros que se instalan a<br />

la salida del anión. Si se implementa un proceso con recirculación debe tenerse el<br />

cuidado de ubicar la toma, o la celda, en un punto tal que pueda sensar el agua producida<br />

por el anión en las dos circunstancias, recirculación o producción. Es normal registrar<br />

esta variable.<br />

La medición del pH de salida es a veces solicitada, con su correspondiente registro,<br />

aunque no es importante (puede ser mas útil disponer de un pHmetro portátil para usos<br />

generales).<br />

Otra medición utilizada frecuentemente como control de calidad es la de sílice, con<br />

registro y alarma. Sin embargo, el elevado costo de este instrumento y el alto factor de<br />

indisponibilidad observado en la mayoría de las plantas que lo poseen<br />

(fundamentalmente por falta de un mantenimiento adecuado), hace que la<br />

recomendación sea pensarlo muy bien antes de solicitar su inclusión (puede ser<br />

suficiente con algunos ensayos periódicos en laboratorio).<br />

La medición del pH en la cisterna de neutralización es necesaria cuando se dispone de un<br />

sistema automático de neutralización. En plantas manuales puede ser suficiente con el<br />

equipo portátil mencionado anteriormente.<br />

La inclusión de contactos (fines de carrera) en las válvulas solo se justifica en<br />

instalaciones grandes, para indicación en el mímico o para determinar discrepancia de<br />

estado en la lógica de control.<br />

[013]


Es importante disponer de tomamuestras que permitan obtener muestras de agua cruda y<br />

tratada, aún en etapas intermedias, y de los reactivos diluidos utilizados para la<br />

regeneración. Para el primer grupo por lo general se utilizan las válvulas de purga de los<br />

manómetros. Para el ácido y la soda diluidos es necesario instalarlos. A veces, la muestra<br />

es conducida a una especie de probeta fija, construida en inoxidable, donde se dispone<br />

permanentemente de un densímetro. Normalmente solo se requiere que el operador<br />

verifique la densidad en alguna oportunidad durante la regeneración.<br />

En caso de diseños mas sofisticados (no frecuentes) suele controlarse la concentración<br />

de los reactivos diluidos mediante mediciones de conductividad o de densidad, que son<br />

transmitidas al panel de control, eventualmente registradas y/o utilizadas con alguna<br />

función de control o alarma.<br />

Es necesario contar con mediciones de caudal de agua de dilución para el ácido o la soda,<br />

que pueden ser simples rotámetros en plantas manuales pequeñas, o ser mediciones con<br />

función de control en instalaciones de mayor envergadura. En todos los casos es<br />

importante disponer de una señal de bajo caudal para enclavar la inyección de reactivos<br />

concentrados si falla o baja demasiado el caudal de agua de dilución.<br />

Un termostato en la línea de ácido diluido, con la misma finalidad, puede ser aconsejable<br />

como segundo elemento de seguridad.<br />

Otras mediciones como temperaturas, presiones, etc. pueden ser aconsejables según el<br />

caso particular que se analice.<br />

En los equipos de ósmosis inversa es conveniente medir los caudales de agua de<br />

alimentación, permeado y rechazo. También es necesario contar con un conductímetro<br />

para control de la calidad del permeado, y eventualmente con un silicómetro. Se instalan<br />

manómetros en la salida de las bombas de alta presión, en el permeado y entre los<br />

arreglos de membranas. Los filtros a cartucho deben disponer de presóstatos diferenciales<br />

para alarma. Es útil que las salidas de permeado de cada tubo de presión dispongan de<br />

válvulas tomamuestras.<br />

[014]


Lay out y edificio<br />

El lay out o distribución de equipos en la planta depende de cada diseño particular, y debe<br />

prever espacios de paso y acceso suficiente para poder efectuar en forma cómoda la<br />

operación y las tareas de mantenimiento que puedan requerirse.<br />

Consideramos de interés comentar algunos puntos particulares. En zonas templadas,<br />

excepto la sala de control y ambientes para los operadores, las plantas<br />

desmineralizadoras se construyen totalmente a la intemperie, sin ningún tipo de<br />

cerramiento. Los equipos están montados sobre bases de hormigón y se dispone de una<br />

platea del mismo material para piso.<br />

En cambio, en zonas donde la temperatura suele ser muy baja, con temperaturas<br />

cercanas o por debajo del 0 º C durante bastante tiempo, resulta inevitable proveer a la<br />

planta de un cerramiento, y eventualmente de algún sistema de calefacción para impedir<br />

problemas de congelamiento en equipos parados o en espera, además de brindar un<br />

ambiente mas confortable a los operadores y personal de mantenimiento.<br />

(Los equipos operan a la temperatura del agua, no produciéndose una disminución<br />

sensible de la temperatura a lo largo del tren aunque las temperaturas ambientales sean<br />

muy bajas. Esto se debe a que el área de intercambio es muy pequeña frente al caudal<br />

involucrado. Pero el equipo que no opera sí puede llegar a congelarse). Si el agua está muy<br />

fría puede llegar a ser necesario un precalentamiento de la misma antes de entrar a las<br />

unidades catiónicas. No resulta conveniente trabajar con temperaturas por debajo de los<br />

10 º C pues la capacidad de las resinas se resiente mucho.<br />

Debe considerarse que la soda cáustica puede presentar problemas con temperaturas por<br />

debajo de los 15 ºC. Por ello es conveniente aislar las cañerías de soda concentrada y<br />

colocarle un tracing eléctrico. Los tanques, en zonas frías, también deben estar al menos<br />

aislados, y preferentemente contar con un sistema de calefacción o tracing.<br />

Si se utiliza torre descarbonatadora, la cisterna de agua descarbonatada se construye<br />

habitualmente de hormigón, sobre el nivel del piso, y sobre ella se monta la torre y los<br />

ventiladores. El revestimiento interno puede ser epoxi o utilizarse resinas bisfenólicas<br />

flexibles con cargas minerales y microescamas de vidrio.<br />

La pileta o cisterna de neutralización debe estar dimensionada generosamente, para<br />

contener al menos los efluentes de una regeneración completa más un cierto porcentaje,<br />

generalmente un 50%. Se construyen en hormigón y el revestimiento interno que mejor<br />

resultado ha dado es el de resinas bisfenólicas flexibles con cargas minerales,<br />

microescamas de vidrio y telas de fibra de vidrio. También se utiliza el revestimiento epoxi<br />

o con PRFV.<br />

Tradicionalmente la pileta o cisterna se ubica al costado de la planta a un nivel inferior<br />

para que los efluentes circulen por gravedad.<br />

Los efluentes son conducidos por canaletas revestidas de la misma forma que la cisterna.<br />

En los sistemas modernos, donde los efluentes pueden volcarse o disponerse a cierta<br />

altura, parece más razonable utilizar caños de plástico o PRFV, sin presión, para conducir<br />

los efluentes a la pileta. Las canaletas siempre han sido una fuente de problemas por las<br />

fallas de los revestimientos que han terminado en infiltraciones de ácido en el suelo con<br />

los problemas consiguientes.<br />

[015]


Una alternativa poco utilizada pero muy práctica y ventajosa es montar la planta sobre la<br />

cisterna de neutralización, de modo que el piso de la planta sea el techo de la cisterna.<br />

Esta construcción tiene la ventaja de no requerir conducción de efluentes desde las<br />

unidades a la cisterna: solo se requiere un agujero en el piso. Otra ventaja es que el área<br />

requerida por la planta disminuye considerablemente, a veces a la mitad. Esta<br />

construcción no es mas cara ya que la losa de techo es solo una losa liviana para caminar.<br />

Los equipos apoyan sobre columnas y pilotes pasantes. Solo hay un pequeño incremento<br />

del área a revestir (columnas pasantes y revestimiento liviano en el techo) compensada<br />

por la disminución del pilotaje total.<br />

Las ventajas se aumentan si todo el conjunto se construye sobre el nivel del piso, pues el<br />

drenaje de la cisterna se produce por gravedad. Esta construcción no es mas cara pues la<br />

mayor longitud de los pilotes se compensa con la eliminación de la excavación, que en<br />

algunos lugares es problemática por la cercanía de la napa freática.<br />

La operación de la planta, que queda en el "primer piso", no ocasiona mayor consumo<br />

energético ni problemas de otro tipo.<br />

El drenaje, al producirse por gravedad, permite adoptar diámetros generosos que brindan<br />

un elevado caudal, y por lo tanto una descarga de la cisterna en corto tiempo.<br />

Si tuviera que emplearse una bomba, esta debería ser muy grande para una descarga<br />

rápida, o admitirse una descarga en un tiempo mayor (cinco o seis veces) con un tamaño<br />

lógico de bomba.<br />

(*) El Ing. Ricardo E. Pauer es Ingeniero Químico, de la U.N.L. Especializado en el tratamiento de aguas y<br />

efluentes. Forma parte de Consultora de Aguas y Devre Internacional SA.<br />

[016]

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