Cabildo y Justicia - Universidad Nacional de RÃo Cuarto
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ACTIVIDADES DE UN MERCADER DE CAMPAÑA Y SUS RELACIONES ECONÓMICAS Y<br />
OLGA CABILDO BONET Y Y ZULMA JUSTICIA LARREA<br />
SOCIALES EN LOS TIEMPOS DEL CABILDO DE RÍO CUARTO<br />
metálico. Esto generaba un mecanismo <strong>de</strong> en<strong>de</strong>udamiento respecto<br />
<strong>de</strong>l merca<strong>de</strong>r, síntoma <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l capital comercial que<br />
pa<strong>de</strong>cían las productoras, víctimas <strong>de</strong> las reglas <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> la economía<br />
colonial. El en<strong>de</strong>udamiento surgía <strong>de</strong>l particular trato que<br />
concertaban las productoras con el comerciante. Ellas compraban<br />
unas pocas manufacturas europeas que pagaban con el esfuerzo <strong>de</strong><br />
varios meses <strong>de</strong> trabajo en los telares. El mercachifle entregaba sus<br />
ventas y en el mismo acto estipulaba las características y el precio <strong>de</strong><br />
los tejidos que recibiría luego como pago. El hecho que las tejedoras<br />
no obtuviesen metálico a cambio <strong>de</strong> su producción confirma que el<br />
objeto <strong>de</strong> su trabajo no era la acumulación sino el consumo.<br />
A nivel macroeconómico estas transacciones resultaban minúsculas,<br />
sin embargo, multiplicadas en el ámbito virreinal,<br />
formaban parte <strong>de</strong> un sistema en que la presencia <strong>de</strong> géneros<br />
europeos posibilitaba la inserción <strong>de</strong> los productos americanos<br />
a circuitos <strong>de</strong> envergadura. Este nivel <strong>de</strong> intercambio animaba<br />
el proceso <strong>de</strong> mercantilización <strong>de</strong> la economía regional, pero<br />
no favorecía el <strong>de</strong> su monetización. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> no percibir metálico,<br />
las artesanas asistían impotentes a las arbitrarieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
comerciante que discrecionalmente estipulaba las condiciones.<br />
Las tejedoras <strong>de</strong>bían acordar los precios individualmente con<br />
el mercachifle, quien imponía los términos <strong>de</strong>l intercambio. Ellas<br />
se veían imposibilitadas <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a otros mercados para colocar<br />
su producción, tanto por la dispersión geográfica como por<br />
la ausencia <strong>de</strong> una organización que les facilitara dichos contactos.<br />
El autoabastecimiento <strong>de</strong> materia prima reducía los costos<br />
<strong>de</strong> producción, sin embargo el tiempo empleado y la mano<br />
<strong>de</strong> obra no eran compensados por los precios impuestos por el<br />
merca<strong>de</strong>r, quien era a la vez organizador y regulador <strong>de</strong>l mercado.<br />
Como consecuencia, las tejedoras «transfieren constantemente<br />
su trabajo exce<strong>de</strong>nte y parte <strong>de</strong>l necesario a manos <strong>de</strong>l<br />
capital comercial. Es éste uno <strong>de</strong> los componentes fundamentales<br />
<strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l capital mercantil como vehiculizador <strong>de</strong>l exce<strong>de</strong>nte<br />
y en esta época, es uno <strong>de</strong> los pilares centrales <strong>de</strong> la formación<br />
misma <strong>de</strong> la ganancia comercial» 8 .<br />
8<br />
Garavaglia, J., Mercado interno y economía colonial, Enlace Grijalbo, México,<br />
1983, p. 480.<br />
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