Cabildo y Justicia - Universidad Nacional de Río Cuarto

DAILA PRADO Y MIGUEL ÁNGEL TRÉSPIDI
civil para las personas: la única constancia de los nacimientos (igualmente
matrimonios y defunciones) estaba a cargo de las parroquias, y
quedaba asentada en los libros parroquiales sólo después de que el sacerdote
hubiera administrado el sacramento pertinente. En muchas oportunidades
los niños eran bautizados tiempo después de su nacimiento,
debido a las dificultades para el traslado, ya fuera de parte de los progenitores
o del mismo sacerdote.
Juan José Oncotipay declara que no tiene oficio alguno; a estas personas
se las conocía como vagamundos o bagamundos. Eran quienes no
tenían domicilio fijo, ni permiso de conchabo. En el censo de 1778
aparecen en varias oportunidades las personas y las familias
vagamundas. En uno de los casos con esta aclaración, correspondiente
a una familia de indios libres: «thodos estos son una familia Los
mas estrafalarios y vagamundos que cubre el sol» (Carbonari, María
Rosa, Censo 1778, UNRC, 2003).
A Oncotipay se lo condena a servir un mes en la obra de la iglesia. La
pena sería compatible a las tareas comunitarias que se imponen a los
infractores en nuestra época. En cuanto a la obra de la iglesia, no se
trataba de la construcción del edificio sino de la refacción del mismo.
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