Revista Derecho en Sociedad, n.° 2 - Febrero 2012 - Ulacit
Revista Derecho en Sociedad, n.° 2 - Febrero 2012 - Ulacit
Revista Derecho en Sociedad, n.° 2 - Febrero 2012 - Ulacit
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
DERECHO EN SOCIEDAD, N. º 2. <strong>Febrero</strong> de <strong>2012</strong><br />
<strong>Revista</strong> Electrónica de la Facultad de <strong>Derecho</strong>, ULACIT – Costa Rica<br />
ilusoria. Compartir valores cívicos es fundam<strong>en</strong>tal para el bu<strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to de la<br />
democracia, pero el “plebiscito diario” de la concepción nacional de R<strong>en</strong>an, como<br />
voluntarismo subjetivo para pert<strong>en</strong>ecer a una nación, <strong>en</strong> su decir metafórico, prescinde<br />
de la complejidad del término (Sanz Mor<strong>en</strong>o 2005: 18; 2010: 787-821). Nadie pierde su<br />
condición de nacional por su rechazo a los valores constitucionales 18 ; y m<strong>en</strong>os aún la<br />
gana por su mera adhesión a ellos, como el cierre de fronteras -y los nuevos muros<br />
fr<strong>en</strong>te a la inmigración, fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te económica- nos demuestra sin lugar a<br />
dudas 19 .<br />
De ahí que nuestro dilema no sea volver a la pugna maniquea <strong>en</strong>tre bu<strong>en</strong>os y malos,<br />
<strong>en</strong>tre naciones cívicas y naciones étnicas, sino rechazar lo peor de las últimas y<br />
pot<strong>en</strong>ciar los mejores valores de las primeras. Pero, a pesar de ello, somos consci<strong>en</strong>tes<br />
que toda nación ti<strong>en</strong>e, <strong>en</strong> su formación y desarrollo, elem<strong>en</strong>tos objetivos y subjetivos,<br />
étnicos y cívicos, lógica racional y rasgos irracionales, voluntarismo y factores exóg<strong>en</strong>os,<br />
etc. Para los más, la pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a una nación no es ninguna elección voluntaria, sino<br />
cuestión de nacimi<strong>en</strong>to. La vinculación <strong>en</strong>tre elem<strong>en</strong>tos culturales y valores políticos se<br />
halla sometida a cambiantes presiones y nuevas delimitaciones, pero permanecerá<br />
siempre <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del debate público. El verdadero problema es cuando el<br />
nacionalismo basado <strong>en</strong> una id<strong>en</strong>tidad exclusiva pres<strong>en</strong>ta al Estado como su expresión<br />
absoluta; y esto no es sólo rechazable ante el grupo mayoritario, sino también ante todo<br />
nacionalismo que considere su territorio como posesión absoluta y a sus miembros<br />
como sujetos subyugados a una única id<strong>en</strong>tidad, la nacional (Norman 2007: 64).<br />
3. Nueva ciudadanía.<br />
La ciudadanía ni se puede disolver <strong>en</strong> el mero universo cosmopolita de los derechos<br />
humanos, ni cabe su reducción a la vinculación inexorable con la nacionalidad. En un<br />
mundo global/local los retos que plantean las reivindicaciones nacionalistas y las nuevas<br />
corri<strong>en</strong>tes migratorias ni se reconduc<strong>en</strong> a partir de cánticos de unidad d<strong>en</strong>tro de una<br />
excluy<strong>en</strong>te id<strong>en</strong>tidad colectiva, ni con supuestos irreales de una ciudadanía universal o<br />
cosmopolita.<br />
18 Como ejemplo la Constitución Española de 1978: “Ningún español de orig<strong>en</strong> podrá ser privado de su<br />
nacionalidad” (art.11.2).<br />
19 Antinomia hipócrita del derecho internacional <strong>en</strong>tre libre circulación de las personas y soberanía estatal<br />
fronteriza: “Toda persona ti<strong>en</strong>e derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su<br />
propio país” (artículo 13.2 de la Declaración Universal de <strong>Derecho</strong>s Humanos de 1948), pero este<br />
derecho a salir no ti<strong>en</strong>e su correlato con el derecho a <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> otros: podemos ser emigrantes, pero la<br />
<strong>en</strong>trada al resto de los países nos puede estar vedada. La superación del concepto tradicional de<br />
soberanía estatal no ha significado una quiebra del monopolio sobre el territorio a través de las políticas<br />
de inmigración y de nacionalización, sino, más bi<strong>en</strong>, su reforzami<strong>en</strong>to (B<strong>en</strong>habib 2004).<br />
12