La Revolución de los Transgénicos - Universidad Iberoamericana

La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Prefacio
◗ Los días 21 y 22 de abril de 2004 se llevó a cabo el evento La Revolución de los Transgénicos:
Certezas e Incertidumbres, organizado por el Programa de Medio Ambiente de la Universidad
Iberoamericana Ciudad de México, en el marco de la IV Jornada Universitaria de Medio
Ambiente. Este evento congregó a 12 especialistas en el tema, representantes de la comunidad
científica, organizaciones de la sociedad civil, la industria biotecnológica, profesores de la
Universidad Iberoamericana e instituciones gubernamentales, quienes debatieron en torno a
diversos aspectos de los organismos genéticamente modificados (OGM), así como también
acerca de aquellas cuestiones sociales, jurídicas, éticas y económicas que permean el debate.
Desde sus inicios, el Programa de Medio Ambiente ha promovido la creación de nuevos
espacios de discusión multidisciplinaria sobre temas ambientales de actualidad. Hoy en día,
el tema de los OGM es objeto de un intenso debate muy polarizado en la sociedad en general.
Una de las principales causas que alimentan este debate es la falta de conocimiento que
existe en la población en general sobre los OGM. Por otro lado, se observa un manejo
inadecuado de la información por parte de algunos de los actores involucrados, quienes tienden
a maximizar los beneficios y restar importancia a los riesgos, o viceversa. A su vez, los medios
de comunicación no han logrado un papel importante en la difusión de este tema, en gran
medida debido a la falta de comprensión del mismo.
Por todo esto, se hace urgente la necesidad de crear foros de difusión, intercambio y
reflexión objetiva que promuevan un diálogo público abierto e incluyente, basado en información
fundamentada científicamente. Las universidades constituyen el espacio idóneo para lograr
una discusión abierta e imparcial sobre éste y otros temas controversiales, fungiendo como
actores neutrales generadores de conocimiento.
El objetivo fundamental de este evento, fue brindar información completa y objetiva sobre
los OGM que permitiera a la comunidad universitaria generar una opinión crítica y propositiva
en torno al debate de los transgénicos, con la finalidad de adoptar decisiones fundamentadas
al respecto.
El presente documento contiene la relatoría de las conferencias y mesas redondas llevadas
a cabo durante este evento, así como resúmenes de las presentaciones de cada uno de los
ponentes. Esperamos que esta información provoque en los lectores un mayor interés y los
motive a profundizar sobre este importante tema del siglo XXI. ❍
Programa de Medio Ambiente
Dirección General Administrativa y de Asuntos Comunitarios
Abril, 2004
Universidad Iberoamericana Ciudad de México

La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Síntesis de la intervención del Rector de la Universidad Iberoamericana,
Mtro. Enrique González Torres, S.J., con motivo de la inauguración del
evento “La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres”
◗ El Mtro. González Torres comenzó su intervención apuntando que en el año 2002, 58.7
millones de hectáreas cultivadas en el mundo correspondieron a cultivos transgénicos. Señaló
asimismo que el 51% de la soya que se produce mundialmente es modificada genéticamente.
Estas cifras subrayó, indican sin duda, que el fenómeno de los transgénicos está tomando un
lugar preponderante en el mundo actual.
Señaló que este fenómeno ha desatado muchas inquietudes y reflexiones desde distintas
disciplinas. Por otro lado, la complejidad de la tecnología de la ingeniería genética, así como
la falta de certeza sobre los efectos en la salud y el medio ambiente, generan cierto temor
en la sociedad, lo cual trae como consecuencia que el tema se aborde con reservas.
El Mtro. González Torres comentó que las exigencias del mundo actual nos hacen mirar
hacia estas nuevas tecnologías con la esperanza de que contribuyan a resolver algunos de los
graves problemas que nos aquejan.
Enfatizó que es de gran importancia que en las universidades se empiece a reflexionar con
libertad, escuchando las posturas a favor y en contra, sin olvidar los argumentos de orden
sociológico y cultural, cuya consideración es también de gran importancia.
Al dirigirse a los estudiantes, resaltó que en la generación a la que ellos pertenecen se
debatirá intensamente sobre el tema de los transgénicos, por lo que es primordial que en la
Universidad se discuta desde ya este tema con amplitud y apertura, en un atmósfera
interdisciplinaria, con el fin de que cada uno se forme un juicio lo más humano y honesto
posible.
El Mtro. González Torres exhortó al auditorio a crecer y ser abiertos en el pensamiento,
señalando que, sin duda, este tema es de gran importancia para el futuro y para las condiciones
de vida de la humanidad. ❍
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RELATORÍA CONFERENCIA
¿Qué son los organismos genéticamente modificados?
Dra. Paulina Balbás
◗ La Dra. Paulina Balbás, Investigadora del Centro de Investigación en Biotecnología de la
Universidad Autónoma del Estado de Morelos, inició su presentación mencionando que,
además de los alimentos, existen muchas otras aplicaciones de organismos genéticamente
modificados (OGM).
Su exposición se centró en señalar la importancia de los diversos tipos de OGM y concluir
cuáles de éstos son los más significativos para los países en vías de desarrollo.
Explicó que los OGM son animales, vegetales, microorganismos o sus células o tejidos a
los que se les ha alterado artificialmente su material genético con DNA (o RNA) de otro
organismo, para transferir características de uno a otro. Estos organismos pueden ser de la
misma especie o de especies distintas, e incluso el DNA puede ser sintetizado artificialmente
en un laboratorio.
Es posible llevar a cabo la manipulación genética, ya que cada gen es un fragmento de
DNA que codifica para un RNA mensajero, el cual se traduce en una proteína para generar
una característica específica.
Mencionó que la idea de seres híbridos ha existido en la mente y la cultura humana desde
hace miles de años. Se han originado muchos mitos alrededor de este tema, lo que ha suscitado
temores debido a la incertidumbre que causan los posibles riesgos a la salud y al medio
ambiente. Sin embargo, agregó, se debe tomar en cuenta que los OGM también generan
grandes beneficios para la sociedad.
La Dra. Balbás explicó que la clonación molecular tuvo su origen con el descubrimiento
de los plásmidos, pequeños fragmentos de DNA circular en los que se introduce un gen
extraño que puede insertarse en una bacteria para modificarla.
También comentó que existen varias definiciones o acepciones de la palabra clon, que en
griego quiere decir retoño o vástago. Estas acepciones abarcan desde la clonación animal hasta
la clonación molecular y generan por lo tanto una gran confusión entre la gente que no es
experta en el tema.
Los componentes genéticos importantes, además del gen de interés, según la expositora,
son: [el promotor, que es el punto donde se comienza a leer el gen, [el terminador, donde
se deja de leer, y [el gen de selección, que permite identificar las células que han sido
transformadas.
Apuntó que los microorganismos transgénicos han sido muy exitosos para la producción
industrial de hormonas, enzimas y proteínas. Además de los microorganismos, también han
sido modificados otros organismos, como plantas, insectos, mamíferos e incluso células
humanas, lo que, según la Dra. Balbás, crea conflictos éticos. El dilema científico consiste en
determinar si lo técnicamente posible es éticamente aceptable.
Se refirió también al impacto que puede tener la tecnología en el entorno global, y las
aplicaciones que es posible desarrollar para el beneficio común. Mencionó varias biotecnologías
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importantes para los países en desarrollo, según un estudio realizado por expertos en el tema,
dentro de las cuales destacó:
• Tecnologías sencillas para el diagnóstico de enfermedades.
• Producción de vacunas recombinantes y de tecnologías para introducirlas al cuerpo
humano.
• Biorremediación de contaminantes, que consiste en bacterias que degradan los diferentes
contaminantes.
• Alimentos modificados y mejorados.
• Medicamentos recombinantes.
Subrayó que el reto de la biotecnología moderna consiste en cambiar la mentalidad de la
gente hacia éstas nuevas tecnologías, de manera rápida y eliminando los mitos y temores
irracionales que puedan existir a su alrededor.
Una situación inquietante, que enfatizó la Dra. Balbás es que las tecnologías que son muy
exitosas desde su aparición, buscan el mayor beneficio a corto plazo, sin preocuparse por los
efectos que puedan generar en el futuro.
Al responder a las inquietudes del público acerca de las modificaciones que puedan ser
introducidas a los seres humanos a través de la ingeniería genética, la expositora indicó que
aunque la tecnología en varios casos ya existe, esto presenta un dilema ético. Acerca de la
liberación de OGM al medio ambiente, respondió que no se debe generalizar sobre sus efectos,
y señaló la importancia de analizar los riesgos que existan caso por caso y enfrentarlos si esto
fuera viable. Además, expresó que dado que aún no se reportan en la literatura riesgos
asociados a los OGM, un punto de mayor preocupación es el hecho de que estas actividades
se realicen ilegalmente y sin control, por lo que es necesario una reglamentación adecuada
en este tema.
Por último, concluyó que la tecnología no es mala en si misma, sino que los perjuicios
provienen del mal uso que se haga de ésta. Toda nueva tecnología tiene consecuencias, pero
es necesario afrontarlas, buscando los beneficios para poder ser competitivos y extremando
los cuidados para evitar los riesgos y no cometer errores. ❍
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RELATORÍA CONFERENCIA
La biotecnología en la vida diaria
Dr. Agustín López Munguía
◗ La segunda presentación estuvo a cargo del Dr. Agustín López Munguía, investigador del
Instituto de Biotecnología de la UNAM, quién inició su intervención haciendo notar que desde
hace miles de años el hombre ha modificado genéticamente ciertos cultivos provocándoles
grandes cambios a través de la selección de características, como es el caso del teozintle,
antecesor del maíz.
La diferencia entre dichas modificaciones y las que se hacen actualmente a través de las
técnicas de ingeniería genética, es que las primeras eran rudimentarias y empíricas, mientras
que hoy en día es posible manipular la información genética de un organismo en virtud de
obtener algún resultado benéfico para la humanidad de una forma controlada, con mayor
precisión y con objetivos determinados.
El expositor explicó que la biotecnología surgió como una ciencia en el Siglo XIX, cuando
Luis Pasteur tratando de resolver la contaminación del vino y la cerveza descubrió que son
los microorganismos los responsables de estos procesos de transformación. En la primera
mitad del Siglo XX, la biotecnología se convirtió en una industria cuando comienza a ser
producida la penicilina a nivel industrial. El Dr. López Munguía resaltó el hecho de que estos
dos descubrimientos suscitaron grandes polémicas en las sociedades de aquellos tiempos.
Aunque el término “Biotecnología” es polémico y se emplea hoy en día de manera muy
amplia, hace no más de 20 años era claramente definido como el uso de microorganismos y
sus partes para la producción de bienes y servicios. Esta definición ha debido adaptarse ante
el vertiginoso avance en el conocimiento de la célula y de sus repercusiones tecnológicas, de
tal suerte que en la actualidad debe ampliarse dicha definición. Indicó que no se trata de una
disciplina científica ni tampoco de una industria, sino de un espectro de tecnologías que van
desde la ingeniería genética, las amplificaciones de genes o el cultivo de células vegetales, hasta
procesos de fermentación tradicionales. En todos los casos el objetivo final es la producción
de bienes o servicios que se encuentran distribuidos en prácticamente todos los sectores
industriales.
Desde el punto de vista histórico, la biotecnología puede dividirse en tres etapas:
a) Biotecnología Tradicional: Se inicia con procesos del sector típicamente alimentario (por
ejemplo, las fermentaciones lácticas y alcohólicas).
b) Biotecnología Industrial: Nace con la producción masiva de penicilina, y se consolida
hacia la segunda mitad del siglo XX, gracias a importantes aportaciones de la ingeniería
a los procesos biológicos.
c) Biotecnología Moderna: Surge como consecuencia de los avances en el conocimiento
del funcionamiento de la célula, ya que recurre a las técnicas de manipulación genética.
La primera ola de productos de la biotecnología moderna son básicamente proteínas; en
la actualidad existen más de 100 productos de gran utilidad para el hombre derivados de esta
tecnología. Los primeros organismos modificados genéticamente fueron bacterias y levaduras.
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El uso de estos organismos no generó controversias debido a que el trabajo en el laboratorio
con estos microorganismos se puede lograr en ambientes controlados con altas medidas de
seguridad. Más adelante se buscó hacer más eficientes y confiables los sistemas de producción
mediante la manipulación genética de animales. Sin embargo, el paso que ha generado más
cuestionamientos es la utilización de plantas, debido al riesgo de que los organismos entren
a la cadena alimenticia.
El Dr. López Munguía demostró mediante claros ejemplos que hoy en día encontramos
aplicaciones biotecnológicas, tanto modernas como tradicionales, en prácticamente todos los
sectores de nuestra vida diaria, tales como:
• Alimentario: Lácteos, bebidas alcohólicas (destiladas y fermentadas), quimosina,
edulcorantes, texturizantes, cereales fortificados (arroz dorado), prebióticos.
• Energético: Combustibles biológicos (biofuels).
• Farmacéutico: Antígenos, enzimas, hormonas, vacunas, vitaminas.
• Químico: Insecticidas, colorantes, biopolímeros.
• Ambiental: Biorremediación.
• Doméstico: Detergentes con proteasas.
• Cosmetología: Colorantes.
Afirmó que la tecnología no es ni buena ni mala, sino que depende del uso que hagamos
de ella. La biotecnología ha resuelto el problema de la disponibilidad de ciertos productos,
tales como la quimosina, utilizada en la producción de quesos. Por otro lado, la biotecnología
moderna ofrece un gran potencial para resolver problemas ambientales, en la generación de
combustibles y para la alimentación humana.
Mencionó que la biotecnología es una poderosa herramienta, mas no la solución a todos
nuestros problemas, enfatizando lo anterior con la siguiente metáfora: “El que tiene un martillo,
cree que todos sus problemas son clavos”.
Posteriormente expuso cómo un desarrollo biotecnológico puede llegar a ser perjudicial
si se abusa del mismo, explicando el caso de la hormona del crecimiento, la cual se elaboró
con el fin de solucionar problemas de enanismo y, sin embargo, ahora se utiliza en casos
innecesarios con fines estéticos.
Resaltó que es muy importante contar con una visión global que incorpore los beneficios
y las alternativas de los desarrollos disponibles. Los OGM confieren ciertas ventajas a las
técnicas tradicionales de cultivo tales como el aumento en la productividad agrícola reduciendo
el empleo de insumos o incrementando los rendimientos, el aumento en la calidad de los
alimentos, la reducción del uso de agroquímicos, etc. Sin embargo, deben considerarse los
posibles efectos adversos derivados del mal uso de esta tecnología, como el impacto en la
biodiversidad, la pérdida de agricultura como fuente de riqueza cultural y empleo, y la
introducción de corporaciones transnacionales al campo.
A su juicio, en lugar de continuar con el debate, científicos y organizaciones no
gubernamentales debieran unir sus puntos de vista y alcanzar consensos para atender las
preocupaciones más importantes derivadas de este tema. Asimismo expuso que la sociedad
debe informarse para poder participar y tomar decisiones al respecto.
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El expositor lamentó el hecho de que los medios de comunicación masiva insistan en
resaltar los riesgos de la biotecnología moderna, pues esto genera temor. Por otro lado,
aquellos que promueven los beneficios de los OGM son señalados como promotores de las
grandes compañías.
Existe gran inquietud por el dominio del mercado por parte de las grandes transnacionales.
Sin embargo, países como China han realizado inversiones millonarias en productos transgénicos.
En la actualidad se encuentran en investigación más de 100 organismos modificados genéticamente
en ese país.
La enorme biodiversidad con que México cuenta puede ser traducida en riqueza y beneficios,
si sabemos aprovecharla para enfrentar los grandes retos del futuro, tales como la deforestación
el calentamiento global, la contaminación y la seguridad alimentaria.
El Dr. López Munguía concluyó mencionando que si el siglo pasado fue, desde el punto
de vista tecnológico, el siglo del átomo y de la industria química, el siglo XXI lo será sin duda
de la célula y de la biotecnología. Además, destacó la necesidad imperante de impulsar la
investigación en nuestro país, pues la biotecnología está impactando fuertemente en nuestra
vida diaria, por lo que resulta preponderante desarrollarla antes de volvernos completamente
dependientes de las potencias internacionales que llevan el liderazgo en esta área del
conocimiento. ❍
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RELATORÍA
MESA REDONDA
La sociedad ante la revolución de los transgénicos
◗ La moderadora de la mesa, la Dra. Rosa Luz González Aguirre, investigadora de la
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, apuntó que el propósito de la
mesa consistía en reflexionar sobre los posibles efectos sociales de los organismos genéticamente
modificados y lo que esto representa para un país como el nuestro. Estos efectos se traducen,
en términos de individuos, en el derecho a la información, a la transparencia, a la participación
y a la compensación. Asimismo, acentuó que como individuos también existe un deber a
participar de una manera más clara, con mayor conocimiento de causa, lo cual implica
interacciones entre individuos, grupos e instituciones. Por otro lado, señaló que algunos de
los efectos sociales que se observan a nivel institucional tienen que ver con concentración de
poder, confianza y complejidad regulatoria, y de igual manera es necesario preguntarse de qué
forma esta tecnología puede contribuir a solucionar necesidades sociales tales como el empleo
y el mejoramiento de la calidad de vida.
Más adelante, la Dra. González destacó que la biotecnología es una tecnología compleja
que comprende la interacción de una serie de actividades entre las que se encuentran la
investigación y el desarrollo, la producción y puesta a punto, la adopción de la tecnología, la
promoción y la regulación. Tradicionalmente, quienes han participado en estas actividades han
sido los gobiernos, las empresas y algunos científicos. Sin embargo, la participación de la
sociedad ha sido muy limitada.
Hizo énfasis en que nuestro reto como sociedad es lograr la capacidad de participar en cada
una de estas actividades, particularmente desde la definición de los proyectos, lo cual implica
abrir canales de mayor acceso a las mismas. Subrayó así la importancia del vínculo que debe
existir entre el desarrollo tecnológico realizado por la comunidad científica y los demás miembros
de la sociedad. Para que este vínculo sea fructífero, es necesaria una adecuada difusión de la
información, para lograr así foros de discusión y debate donde se puedan exponer puntos de
vista y lograr acuerdos para el beneficio de todas las partes.
Posteriormente, la Dra. González cedió la palabra a Marisol Morales y Juan Alberto
Gutiérrez, alumnos de la materia de Política Internacional y Medio Ambiente de la carrera de
Relaciones Internacionales, quienes expusieron los resultados de una encuesta llevada a cabo
entre alumnos de la Universidad Iberoamericana, coordinada por el Prof. Arturo González y
Sánchez para conocer su percepción frente a los organismos genéticamente modificados, en
particular frente a los alimentos transgénicos.
Para llevar a cabo esta investigación se aplicó una versión adaptada y traducida del
cuestionario utilizado por el Instituto de Política Alimentaria de la Universidad de Rutgers en
New Jersey para realizar el estudio “Public perception of genetically modified foods: A national
sutdy of american knowledge and opinion”.
La encuesta se aplicó de manera aleatoria a 267 estudiantes de la UIA cuyas edades se
encontraban entre los 20 y los 29 años.
La alumna Marisol Morales explicó que el objetivo de ésta encuesta era evaluar la percepción
y el conocimiento que los alumnos de la Universidad tiene sobre la biotecnología y los alimentos
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modificados genéticamente.
La encuesta se inició identificando las costumbres alimenticias de la población estudiantil.
Posteriormente se examinó la percepción y el conocimiento que tienen los estudiantes sobre
la biotecnología y la ingeniería genética, así como el sentir de los alumnos sobre los actuales
y potenciales productos alimenticios modificados genéticamente. Por último, se buscó conocer
la opinión de los universitarios sobre el etiquetado de los alimentos transgénicos.
Algunos de los resultados más relevantes de la encuesta son:
• La mitad de la población encuestada sabe poco o no sabe nada sobre biotecnología.
• El 47% de la muestra reportó haber escuchado o leído muy poco o nada sobre organismos
genéticamente modificados.
• El 41% de los estudiantes dijo haber comido alimentos transgénicos alguna vez, mientras
que el 30% respondió no saber si los había ingerido.
• En relación a la percepción de los estudiantes encuestados sobre los OGM, el 83%
tiene una percepción negativa, el 11% neutra y el 6% positiva. A su vez, el 33.2%
aprueba los OGM, el 44.4% los desaprueba, mientras que el 22.4% respondió no saber.
• Sobre las razones por las cuales desaprueban la modificación genética, la opinión
mayoritaria manifestó que es porque afectan al ser humano.
• Existe una contundente opinión a favor de que los transgénicos sean etiquetados.
Las conclusiones a las que llegó el grupo de estudiantes fueron las siguientes:
• La encuesta aplicada en la UIA revela que una parte educada de la sociedad sabe poco
sobre la ingeniería genética, la modificación genética y la biotecnología.
• Los temas abordados en la encuesta siguen siendo polémicos.
• La opinión pública debe estar informada.
• El gobierno de México y las autoridades en la materia tienen la obligación de informar
a la sociedad.
• La información tiene que ser transparente y clara en todos los niveles.
• La información debe ser congruente con los compromisos que el país ha adquirido a
nivel internacional en los tratados que ha suscrito y ratificado.
• Uno de los medios para informar a la sociedad es a través del etiquetado en los alimentos
que contengan OGM.
En esta encuesta se demostró que existe una preocupante desinformación acerca de este
tema entre los alumnos de la Universidad, y una actitud acerca de los organismos genéticamente
modificados mayoritariamente negativa. La encuesta hizo explícito que los encuestados desearían
saber si los alimentos que consumen están elaborados a partir de organismos transgénicos, y
expresaron que se sentirían menos inclinados a consumirlos si incluyeran esta leyenda en la
etiqueta.
A continuación, la Dra. González dio la palabra al Lic. Alejandro Calvillo, Director Ejecutivo
de Greenpeace, México. El Lic. Calvillo hizo notar que la investigación científica y tecnológica
está controlada en su mayor parte por las grandes corporaciones transnacionales con un poder
político y económico creciente a nivel mundial. Esto provoca que la investigación se dirija más
hacia el aumento de las ganancias de estas compañías, que a resolver problemas de interés
público.
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Respecto a los organismos genéticamente modificados, dijo que los gobiernos no otorgan
recursos suficientes para evaluar los riesgos que estos organismos representan para la salud
humana, el medio ambiente y la biodiversidad. Debido a esta carencia, la responsabilidad recae
en la misma empresa, hecho que no asegura que el control sea el más adecuado. En este
contexto, México, que es centro de origen de biodiversidad de importantes cultivos como
el maíz, se ha convertido en el primer centro de origen contaminado debido a una falta de
políticas sobre bioseguridad.
El Lic. Calvillo hizo una fuerte crítica a las técnicas empleadas por la ingeniería genética,
ya que, a su juicio:
• No hay control del flujo genético entre organismos de diferentes especies en la naturaleza.
• Se basa en un pensamiento lineal y determinista, y no sistémico, que observe el problema
de forma global.
• La biotecnología de plantas no ha sido la solución esperada para el problema del hambre
en el mundo. El problema real es un problema de distribución y no de producción.
El representante de Greenpeace enfatizó, en resumen, que lo más importante es la
participación de la sociedad en la toma de decisiones respecto a este importante tema, para
controlar así la enorme influencia y poder económico y político que tienen las grandes compañías
transnacionales en este campo. Ello permitiría tener un mejor control sobre los organismos
genéticamente modificados para evitar los daños a la salud humana y al medio ambiente que
pueda causar su uso.
Posteriormente, tomó la palabra el Dr. José Luis Solleiro, Investigador del Centro de
Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM y Director Técnico de AgroBIO
México, A.C.
El Dr. Solleiro comentó que, si bien el hambre a nivel mundial es un problema de distribución,
en México éste no es el caso, ya que uno de los mayores problemas de nuestra economía es
la baja productividad, que trae como consecuencia la necesidad de importar una gran cantidad
de productos agrícolas, entre otros.
Señaló que la problemática que enfrentan los países en vías de desarrollo frente a las
grandes transnacionales no debe centrarse sólo en las empresas biotecnológicas que utilizan
esta tecnología, ya que las grandes empresas participan en muchos otros sectores de la
economía. Mencionó que todo nuevo desarrollo tecnológico implica riesgos y beneficios, y
es necesario por tanto hacer un análisis detallado de éstos para decidir si en este balance la
tecnología es aceptable para la sociedad.
Hizo énfasis en que el estudio de los riesgos implicados en esta nueva tecnología debe
hacerse caso por caso y cultivo por cultivo, evitando las generalizaciones que acostumbran
los opositores a esta tecnología. Comentó que la inversión necesaria para este estudio de
riesgos debe ser pagada por la compañía interesada en la comercialización, y no por el sector
público, aunque las normas para estos análisis deben ser estrictas y establecidas por las
autoridades correspondientes.
Para terminar, la Dra. Rosa Luz González comentó que existe un acuerdo general de que
la tecnología no determina a las sociedades, ni las sociedades a la tecnología, sino que están
mutuamente implicadas. Afirmó que en el caso de tecnologías genéricas que están en sus
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inicios es posible guiarlas hacia objetivos de beneficio social más amplios. Sin embargo, se
presenta el dilema de quién debe ser el responsable de guiarlas.
También mostró la complejidad de las redes de interacción entre las instituciones
involucradas en la regulación y control de los organismos genéticamente modificados en
México. Comparó las que existen en la normatividad actual, con las interacciones que se
generarían de acuerdo con la Ley de Bioseguridad que actualmente está en discusión en la
Cámara de Diputados. Finalizó su intervención invitando al público a asumir su responsabilidad
para guiar la tecnología hacia un mayor beneficio social.
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RELATORÍA
MESA REDONDA
Aspectos jurídicos nacionales
e internacionales en torno a los
Organismos Genéticamente Modificados
◗ El segundo día de la IV Jornada Universitaria de Medio Ambiente, dio inicio con la
Mesa redonda “Aspectos jurídicos nacionales e internacionales en torno a los Organismos
Genéticamente Modificados”.
La primera presentación estuvo a cargo del Mtro. Arturo González y Sánchez, actualmente
catedrático de la Universidad Iberoamericana, quién habló sobre la “Negociación Ambiental
Internacional: el caso de los organismos vivos modificados”.
El Mtro. González y Sánchez comenzó diciendo que la comunidad internacional ha venido
negociando y profundizando cada vez más en la protección del medio ambiente a nivel global,
regional y subregional. Desde 1972 se han realizado tres conferencias internacionales al más
alto nivel sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Estocolmo, Río de Janeiro y Johannesburgo),
y se han negociado más de 150 tratados y convenios. Uno de los temas destacados ha sido
la preservación de la diversidad biológica, incluyendo la diversidad genética. A la fecha, la
comunidad internacional ha suscrito, y se encuentran en vigor, alrededor de 20 instrumentos
jurídicos.
Continuó explicando que la preservación de la diversidad biológica tiene entre sus
antecedentes importantes la Conferencia de Estocolmo, pero merece especial atención el
diagnóstico y primeras propuestas de políticas de la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), seguidas por la consideración del tema en
el PNUMA, en parte como un resultado del Informe Brundtland preparado entre 1984 y 1987.
Al terminar esa década, ya se estaba negociando la Convención sobre Diversidad Biológica,
la cual se concluyó y suscribió durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, en 1992. El
Mtro. González y Sánchez afirmó que, con ello se logró el primer instrumento de carácter
obligatorio para toda la comunidad internacional para atender de manera global los problemas
de la diversidad biológica, su conservación, el uso sustentable de sus componentes y una
adecuada distribución de los beneficios derivados de la utilización de los recursos genéticos.
Un componente decisivo en la Convención fue la clara definición de los recursos genéticos y
las propuestas generales para el manejo y distribución de los beneficios de la biotecnología,
tales como los procedimientos generales para la liberación de los organismos vivos modificados
(OVM) como resultado de la biotecnología, y la necesidad de crear las reglamentaciones para
el manejo seguro de los mismos y la difusión abierta de la información científica sobre los
eventuales efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana.
Señaló que para cubrir el capítulo sobre OVM y sus repercusiones, la Convención sugirió
la conveniencia de que los países estudiaran la necesidad y características que podría tener
un protocolo emanado de esa convención.
Explicó que durante la negociación de ese Protocolo, se definió su objetivo en los siguientes
términos:
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“El objetivo del presente Protocolo es contribuir a garantizar un nivel adecuado de protección
en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización seguras de los organismos vivos modificados
resultantes de la biotecnología moderna, que puedan tener efectos adversos para la conservación
y utilización sostenible de la biodiversidad biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para
la salud humana, y centrándose concretamente en los movimientos transfronterizos.”
Continuó diciendo que con este nuevo instrumento, la comunidad internacional reconoce
que “la tecnología moderna tiene un gran potencial para el mejoramiento del bienestar humano,
pero al mismo tiempo presenta riesgos potenciales para la diversidad biológica y la salud
humana”.
El Protocolo fue adoptado por la Conferencia de las Partes el 29 de enero de 2000 y entró
en vigor el 11 de septiembre de 2003. En la actualidad lo han ratificado ya 92 naciones, con
las notables excepciones de los Estados Unidos de América y Canadá.
En este sentido, el Mtro. Arturo González y Sánchez expuso que el Protocolo de Cartagena
sobre Bioseguridad contiene una detallada guía para los estados miembros sobre la definición
de conceptos y términos, así como de mecanismos y procedimientos para el tratamiento de
los movimientos transfronterizos, el manejo y almacenamiento y eventual diseminación
deliberada de los OVM.
Otro de los temas relevantes que el expositor resaltó fue el establecimiento de un
mecanismo para la acumulación e intercambio de información científica y técnica a nivel mundial
sobre los OVM y los eventuales efectos que hayan sido comprobados en materia de salud
humana, la diversidad biológica incluyendo la genética, así como sobre el medio ambiente y
los ecosistemas.
Señaló que al cerrarse ese círculo negociador internacional (sobre la preservación de la
diversidad biológica), se abre otra compleja etapa consistente en las aplicaciones del Convenio
y del Protocolo a nivel nacional, sobre las políticas públicas en materia de salud humana y
medio ambiente, debido a los riesgos potenciales de los movimientos transfronterizos de los
organismos genéticamente modificados.
En ese entorno, puntualizó que corresponde a nuestro país instrumentar a nivel nacional
el Protocolo de Bioseguridad, en sus manifestaciones política, económica, científico-técnica,
institucional, administrativa y de difusión, tomando en cuenta que México suscribió y ratificó
ambos instrumentos jurídicos internacionales sin haber expresado ninguna salvaguarda al
contenido de esos textos.
Finalmente, concluyó que la capacidad de los países en desarrollo como México para
obtener beneficios de las innovaciones de la biotecnología moderna y evaluar apropiadamente
los riesgos potenciales de los OVM, dependerá, en buena medida, de las políticas tecnológicas
que adopte el país, de la situación que guarde la ciencia y la tecnología, de la capacitación de
sus recursos humanos y de su capacidad para negociar el acceso a las corrientes financieras
existentes dentro de los esquemas de cooperación internacional.
Posteriormente tomó la palabra, la Mtra. Norma Munguía Aldaraca, asesora legal externa
de la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad y profesora de la
UIA, ITAM y la Universidad la Salle, con la presentación títulada “Legislación vigente en materia
de OGM y Bioseguridad”.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
La Lic. Munguía inició su intervención recordando la posición de México como una de las
regiones del mundo con mayor diversidad biológica, por lo cual es de gran importancia que
nuestro país cuente una infraestructura legal apropiada que garantice su conservación.
A continuación presentó el Marco Legal vigente en Bioseguridad en México, sobre el cual
destacó que:
• Carece de un proceso regulatorio coordinado, prevé procesos independientes,
desvinculados, con enfoques divergentes.
• Establece requisitos, trámites, limitaciones y prohibiciones muy diferentes, y alcances
y objetivos poco claros, dejando un amplio espacio a la discrecionalidad.
• Presenta vacíos regulatorios que frenan la utilización y comercialización de productos
de interés para diferentes industrias, aun habiendo sido sometidos a evaluaciones de
riesgo rigurosas. Al mismo tiempo, estos vacíos legales dejan sin control actividades que
pueden resultar riesgosas para el equilibrio de los ecosistemas y la salud humana y
animal.
De acuerdo con su exposición, son cuatro las entidades públicas de carácter federal que
tienen competencia en materia de OGM: las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos
Naturales, la de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, la de Salud y
la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados
(CIBIOGEM).
Describió con detalle la normatividad aplicada por cada una de esas entidades, subrayando
la insuficiencia jurídica para regular el complejo e importante tema de la bioseguridad.
A continuación explicó la situación que guarda la liberación al medio ambiente de los
OGM. Comentó que actualmente se encuentran reguladas las relativas al uso contenido, la
importación de los mismos y las pruebas experimentales con ellos. A su vez, señaló que no
se encuentran reguladas la exportación de OGM, los proyectos piloto, ni los cultivos con fines
comerciales.
Uno de los temas centrales de su exposición fue la referencia a la iniciativa de Ley de
Bioseguridad de OGM que aún se encuentra en estudio en la Cámara de Diputados, la cual,
de aprobarse, sustituiría toda la normatividad existente y sería un cuerpo completo de normas
que vinculara las competencias de cada entidad federal. Adicionalmente, reforzaría la presencia
de la SEMARNAT, haría obligatorio la evaluación de riesgo ambiental y sería la base para otorgar
o negar certificados de liberación de OGM.
Otro proyecto sería la modificación de la NOM-FITO/SEMARNAT–2003 que, de aprobarse,
podría reglamentar programas piloto y liberaciones al medio ambiente con fines comerciales,
sustituyendo la NOM–056–FITO-1995.
También mencionó las propuestas del “Acuerdo Nacional para el Campo del 2003” para
legislar sobre Bioseguridad y OGM, con el fin de que la biotecnología tenga mayores posibilidades
de contribuir al desarrollo de la agricultura, con las medidas de seguridad para el medio ambiente
y la salud humana.
La ponente finalizó expresando las siguientes conclusiones:
1. México tiene dos grandes retos: conservar su vasta biodiversidad y usarla en su propio
beneficio.
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2. El Protocolo de Cartagena entró en vigor en México el 11 de septiembre pasado y aún
quedan interrogantes sin resolver, para estar en cabal cumplimiento del mismo:
a) CIBIOGEM quedó como punto focal para el Secretariado del Protocolo. Sin embargo,
SAGARPA es la autoridad que de conformidad con la legislación vigente se encarga de
procesar las solicitudes de liberación al ambiente y es la dependencia que toma la decisión
de otorgar o negar un certificado de liberación.
b) CIBIOGEM, como punto focal, tendrá que determinar cuál será el procedimiento para
las solicitudes, si el establecido en el Protocolo o el establecido en la legislación nacional.
c) Como país megadiverso, México está en posibilidad de aplicar una legislación más
exigente en materia ambiental, asistencia técnica y financiera para estudios.
3. El marco legal vigente es insuficiente para dar respuesta a la realidad nacional de los
transgénicos en nuestro país. Es imperante contar con un cuerpo normativo actualizado
que recoja las necesidades de todos los sectores involucrados.
Sin embargo, ese marco legal deberá contar con la aprobación de dichos sectores, además
de someterse a consultas públicas sustantivas. Este marco legal deberá asimismo subsanar las
carencias del actual, así como del proyecto de Ley de Bioseguridad ya mencionado.
Posteriormente, en su intervención sobre los “Organismos Genéticamente Modificados
y Desarrollo Sustentable en México”, el Ing. Fernando Ortiz Monasterio, Director General del
Corporativo Ambiental y Ex Secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad
y Organismos Genéticamente Modificados, comenzó expresando que el tema de los transgénicos
es complejo, de enorme importancia para el comercio nacional e internacional y está sujeto a
un intenso debate por parte de la sociedad civil por los potenciales riesgos a la salud humana
y al medio ambiente. Dijo que en la actualidad existen cerca de 150 productos agrícolas y
medicinales transgénicos de consumo cotidiano en México.
El Ing. Ortiz Monasterio expresó que una de las grandes esperanzas de los transgénicos,
es su capacidad de incrementar la productividad de alimentos. Señaló que la productividad
potencial teórica del maíz transgénico es de hasta 22 toneladas de maíz por hectárea, comparada
con las 3 a 5 toneladas por hectárea en cultivos de alto rendimiento tradicional.
Manifestó asimismo que México, siendo un país megadiverso y centro de origen del maíz,
tiene una especial responsabilidad de cuidar las más de 50 razas de maíz autóctono de la
contaminación con polen transgénico. Lo anterior se complica ante las presiones de las empresas
multinacionales por obtener sus permisos para el cultivo en México de maíz transgénico.
Adicionalmente comentó que, en la actualidad, está en discusión la iniciativa de Ley de
Bioseguridad presentada por los grupos parlamentarios de los diferentes partidos políticos,
siendo urgente que la iniciativa, basada en los puntos de la Academia de Ciencias, sea aprobada
a la brevedad.
Enfatizó que es urgente que con imparcialidad y suficiente información, se abra una discusión
sobre las políticas públicas de bioseguridad y organismos genéticamente modificados en México,
y que las universidades son el foro ideal para ello.
Por otro lado afirmó que es urgente abrir un diálogo entre científicos, empresas, gobierno
y ciudadanía en general, haciendo llegar las conclusiones al más alto nivel. Expresó su opinión
de que la Presidencia de la República tome con determinación cartas en el asunto.
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El Ing. Ortiz Monasterio señaló la importancia de crear centros de bioseguridad y OGM
en los que, además de la investigación tengan lugar la producción de transgénicos de forma
segura para la población y el medio ambiente, para que de esta forma México asuma el liderazgo
que le corresponde.
Continuó formulando las siguientes preguntas: “¿Hasta cuándo seguiremos timoratos e
indecisos sin asumir una posición frontal, clara y abierta? ¿Hasta cuándo seguiremos navegando
a la deriva en los mares de la turbiedad y dejando pasar oportunidades de desarrollo insospechadas?
¿Hasta cuándo dejaremos que bajo el reinado de la desinformación y la confusión, las razas de
maíces criollos sigan siendo invadidas por transgénicos?.
El Ing. Fernando Ortiz Monasterio concluyó que en México se ha perdido un precioso
tiempo en discusiones bizantinas. “El fuego sí quema, las calderas sí explotan. Los transgénicos
sí tienen riesgos. Usémoslos bien. El mundo es de los valientes, pero ante la indecisión, todos
perdemos”. ❍
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RELATORÍA MESA REDONDA
Los grandes debates en torno a los organismos
genéticamente modificados:
el debate ecológico y el debate ético”
◗ La última mesa redonda del evento La Revolución de los Transgénicos: Certezas e
Incertidumbres se tituló: “Los grandes debates en torno a los organismos genéticamente
modificados: el debate ecológico y el debate ético”. La moderadora de la mesa, la Dra. Soledad
de Santiago, directora del Departamento de Salud de la UIA, cedió la palabra al Biol. Jorge
Larson, colaborador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
CONABIO.
El Biol. Larson inició su intervención mencionando que la economía y sus fuerzas están
alterando la naturaleza. Ejemplo de esto es la forma en que los productos económicamente
más redituables han desplazado a otros cultivos menos atractivos en el mercado, provocando
cambios en el entorno.
Expresó que el acelerado ritmo al cual están ocurriendo las innovaciones tecnológicas
hace difícil la adaptación de la sociedad para aceptar, regular y controlar estos cambios.
Jorge Larson apuntó que la biotecnología debe ser concebida como una disciplina
multidimensional. Para tomar las decisiones adecuadas en torno a este tema, es necesario
llevar a cabo una evaluación de riesgos (en base a un análisis enfocado a las ciencias de la vida).
Por otro lado, indicó que debe ampliarse el panorama y fomentar la discusión y la colaboración
entre especialistas de todas las áreas involucradas (técnica, legal, política-social, económica,
ética) para poder manejar correctamente las aplicaciones biotecnológicas y los riesgos que de
éstas puedan emanar.
El ponente enfatizó que en el caso de los organismos genéticamente modificados no se
debe generalizar, y que es importante hacer un análisis caso por caso y tomando las precauciones
pertinentes a cada situación, teniendo en mente que el comportamiento ético deberá ir siempre
de la mano del técnico.
Señaló que, dado que la manipulación genética ocurre a nivel microscópico y que la materia
prima de esta tecnología son los seres vivos, esto juega un papel importante en la percepción
de la población, creando en ésta una idea de riesgo.
Por otra parte, subrayó que las presiones económicas operan también sobre la cultura,
y que actualmente se está presentando un fenómeno de hibridización de nuestra cultura. Con
el fin de ganar eficiencia y aumentar la productividad económica, se está perdiendo identidad.
En nuestro país esto es ya una realidad. Ejemplo de ello es la elaboración de textiles artesanales
con diseños indígenas que utilizan fibras de algodón transgénico.
El representante de la CONABIO mencionó que, en un principio, los recursos genéticos
buscaban un beneficio común pero que actualmente la privatización de estos recursos acumula
los beneficios en manos de pocos, generando así que los riesgos se socialicen y la dinámica
se complique.
Por último, señaló que las medidas de bioseguridad que México adopte deben basarse en
el proyecto de alimentación nacional que el país elija, el cual debe localizarse entre el tradicional
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
y el moderno dependiendo de las necesidades que exige la realidad social, cultural y política
del país.
El ponente terminó su intervención con la siguiente frase: “Líbranos de la ciencia en manos
de los déspotas y los millonarios”
A continuación tomó la palabra el Lic. Gustavo Alanís, Presidente del Centro Mexicano
de Derecho Ambiental, quien centró su ponencia en el problema de la presencia de transgenes
en los maíces criollos de Oaxaca, haciendo una secuencia cronológica de hechos.
El Lic. Alanís comentó, en primer lugar, que a partir de la entrada en vigor del TLC ha
habido un incremento considerable de las importaciones de maíz proveniente de EUA a
México. Estas importaciones han adolecido de un ineficiente control por parte de las autoridades
mexicanas.
Continuó su exposición mencionando que investigaciones del Dr. Ignacio Chapela, de la
Universidad de California, en Berkeley, comprobaron en octubre de 2000 la presencia de
secuencias transgénicas en el DNA del maíz analizado.
Comunidades del estado de Oaxaca, con gran inquietud por la situación de la contaminación
del maíz, informaron posteriormente al Instituto Nacional de Ecología INE, a la SEMARNAT
y a otras instituciones competentes sobre los descubrimientos del Dr. Chapela y solicitaron
que les fuera informado el estado de la situación.
En el año de 2001, se publicaron las investigaciones del Dr. Chapela en la revista Nature.
Un año después aparecieron en esta misma revista resultados adicionales que confirmaban
lo que ya se sabía. Sin embargo, en esta publicación se hizo una nota aclaratoria en la que los
editores cuestionaron la metodología utilizada por el Dr. Chapela y su grupo de investigación.
No obstante lo anterior, este cuestionamiento no pone en duda el resultado positivo obtenido
en un principio.
Ante la falta de respuestas adecuadas y oportunas por parte de las instituciones de gobierno,
comunidades de Oaxaca se acercaron a ONG ambientalistas, las que les recomendaron que
acudieran, con fundamento en el artículo 13 del Acuerdo de Cooperación Ambiental de
América del Norte (ACAAN), a la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA) del TLC, para
solicitarle un reporte independiente en relación con este asunto, así como que se emitieran
las recomendaciones pertinentes al gobierno de México para poder atender esta situación de
la mejor manera posible.
El Secretariado de la CCA aceptó en el verano del 2002 realizar el reporte y anunció en
los meses siguientes la creación de un grupo de expertos independientes quienes fueron los
responsables de elaborar los capítulos contenidos en el reporte; asimismo, el Secretariado de
la CCA formó un Grupo Asesor para revisar los capítulos y aportar sus comentarios y
observaciones al Secretariado de la CCA, quien finalmente será el responsable de la publicación
del reporte en cuestión y de las recomendaciones que el mismo contenga.
El 11 de marzo de 2004, se llevó a cabo en Oaxaca, México un taller organizado por la
CCA con la finalidad de conocer los comentarios y observaciones del público en relación a
los capítulos del reporte. Derivado del taller, el Comité Consultivo Público Conjunto (CCPC)
de la CCA recomendó, entre otros aspectos, que “como mínimo, se debería de establecer
una moratoria en las importaciones mexicanas de maíz transgénico hasta que se comprendan
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
mejor los riesgos para la salud humana, la integridad cultural de los campesinos mexicanos y
del medio ambiente en general, para tomar decisiones adecuadas de largo plazo”.
El representante del Centro Mexicano de Derecho Ambiental comentó que los resultados
de la investigación se publicarán el próximo mes de junio, previo a la reunión del Consejo de
Ministros de la Comisión para la Cooperación Ambiental.
Por último, el Lic. Alanís puntualizó que uno de los problemas más importantes de los
cultivos transgénicos en México es la posibilidad de perder una de sus especies más importantes,
el maíz, además de que no se han dado a conocer los riesgos que este producto puede tener
para el ser humano.
Finalmente tomó la palabra el Lic. Jorge Linares, profesor de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM quien apuntó que uno de los rasgos más característicos de la tecnociencia
contemporánea consiste en que su desarrollo se da en medio de controversias sociales y
conflicto de valores entre los diversos agentes que participan en su conformación. Particularmente,
este marco de controversias sociales ha sido significativo en el caso de la biotecnología. La
relación entre la tecnociencia y la sociedad se ha vuelto conflictiva, controvertida, y ello se
debe al mayor interés social en la reducción de los riesgos para el medio ambiente y la salud
humana que conllevan las prácticas tecnocientíficas.
En cuanto a la aplicación de la ingeniería genética para la producción de alimentos, se ha
generado una serie de polémicas y conflictos de valores que se basan en el margen de
incertidumbre que existe aún sobre los potenciales riesgos a largo plazo.
El Lic. Linares señaló que existe en nuestros días un nuevo modelo de relación de la
sociedad con la “tecnociencia” que busca reducir los riesgos, mediante el control y la prueba
de los efectos, con el fin de evitar probables consecuencias dañinas sobre el ser humano y el
medio ambiente. Es decir, se ha evolucionado de un enfoque reparativo a uno preventivo.
Según el ponente, la resolución de las controversias sociales sobre el desarrollo tecnológico
implica nuevos problemas de gestión política nacional e internacional para poder regular y
poner bajo el control social las innovaciones tecnológicas. Las condiciones indispensables para
la resolución de controversias tecnológicas se pueden resumir en: difundir y compartir el
saber, compartir el poder de decisión, potenciar la autonomía de los ciudadanos y extender
la responsabilidad, ampliar los alcances de la prevención basada en conjeturas racionales y
pactar acuerdos mínimos de orden global. Esto significa que el nuevo contrato social para la
tecnociencia involucra, en las decisiones cruciales sobre las políticas tecnológicas, no sólo a
los científicos y tecnólogos, a los expertos y representantes del gobierno, empresas y
productores, sino también a los ciudadanos comunes que participen como usuarios y como
receptores potenciales de los beneficios y de los riesgos de una nueva tecnología.
La resolución de las controversias sobre las innovaciones tecnocientíficas implica, por lo
tanto considerar una pluralidad de intereses y valores.
En el caso que nos ocupa, continuó expresando el Lic. Linares, no sólo son válidos los
valores intrínsecamente pragmáticos, técnicos, epistémicos, económicos, productivos o
agronómicos de la tecnología de los transgénicos. También deben entrar en acción valores
éticos relativos a la seguridad, la prevención de daños probables, la distribución equitativa de
los costos y riesgos, la protección de la biodiversidad, la igualdad de condiciones en la producción
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
y el comercio mundial, la validación social y democrática de las innovaciones tecnológicas.
En la segunda parte de su exposición, el Lic. Linares se refirió algunas directrices éticas
en torno a la tecnología de los transgénicos, para lo cual apeló a un conjunto de cuatro
principios, los cuales se han discutido en la ética aplicada, la bioética y la ética de la tecnociencia.
Estos son: responsabilidad, precaución, justicia y protección de la autonomía.
a) Responsabilidad colectiva: La nueva tecnología del ADN recombinante abre nuevas
posibilidades pragmáticas, pero también nuevas responsabilidades y márgenes de incertidumbre.
Los transgénicos se convierten en objeto de responsabilidad colectiva por los efectos que
pudieran ocasionar en el medio ambiente, en la salud humana y en las condiciones
socioeconómicas de la producción agrícola. La responsabilidad sobre estos nuevos productos
artefactuales (los OGM) implica que la humanidad debe conocer y anticipar los efectos actuales
y probables que tendrán sobre el medio ambiente y la sociedad. La responsabilidad sobre
estas producciones implica también que su finalidad pueda generar beneficios para el mayor
número posible de personas, y que los probables efectos negativos no sean superiores a ellos,
ni resulten incontrolables o que pongan en peligro la salud o las condiciones ambientales de
la biodiversidad. En suma, el aumento en el poder de intervención tecnológica en el mundo
implica necesariamente una ampliación de la responsabilidad colectiva. La responsabilidad por
los efectos posibles y a largo plazo de la liberación de OGM en el medio ambiente implica
asimismo nuevas tareas de coordinación de esfuerzos colectivos y sistémicos de investigación
científica y gestión política, para los cuales no existen instituciones políticas internacionales
adecuadas.
b) Precaución: Como consecuencia de la nueva responsabilidad, se deriva la aplicación
del principio de precaución. Este principio fue adoptado en la Declaración de Río sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo (1992), en el que se establece que “con el fin de proteger
el medio ambiente los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme
a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible, la falta de certeza científica
absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces”.
El Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad (2002) también integra el mismo principio e
intenta generar un marco de políticas globales para que los Estados se hagan cargo de los
OGM. El principio de precaución indica que, dado un margen mínimo de incertidumbre,
conviene establecer medidas de cautela, de prueba continua, de estudios y debates científicos,
de seguimiento o trazabilidad en la fabricación y comercialización de cualquier producto
tecnológico. El principio de precaución, vinculado con el de responsabilidad, indica que por
primera vez se tendrá que supervisar, monitorear, controlar, registrar y crear bases de datos
mundiales para dar seguimiento a los nuevos productos transgénicos. Asimismo, la aplicación
del principio de precaución implica una justa distribución de la responsabilidad y las obligaciones
y la búsqueda de alternativas y de modificaciones tecnocientíficas para evitar los posibles
riesgos. El principio de precaución parte del reconocimiento de que es imposible un riesgo
cero. Las medidas precautorias deberán ser factibles, tanto en términos económicos como
sociales y políticos y congruentes con las prácticas tecnocientíficas, además de costeables,
revisables o revocables. La evaluación debe hacerse caso por caso, por lo que ninguna medida
precautoria puede aceptarse de entrada como definitiva y generalizable.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
c) Protección de la autonomía: El principio de autonomía o protección de la autonomía
individual comprende la protección de las libertades y las capacidades esenciales de los
individuos. Las innovaciones tecnocientíficas deben respetar la capacidad de los sujetos para
actuar de manera autodeterminada.
d) Justicia distributiva: Este principio determina que los intereses individuales con
respecto al desarrollo y aprovechamiento del poder tecnológico tienen que ser regulados por
la distribución equitativa de oportunidades y de bienes de interés público. La tecnología deberá
valorarse no sólo en función de los beneficios económicos y pragmáticos, sino que también
deberá contribuir a la disminución de la brecha en los niveles de vida entre los más ricos y los
más pobres. El principio de justicia también implica la distribución de responsabilidades y de
riesgos en el conjunto de la sociedad global. Así, pues, el principio de justicia implica que en
el mundo tecnológico debe asegurarse el libre derecho a disfrutar de los beneficios de la
tecnociencia en igualdad de oportunidades. Como base de la justicia distributiva, el saber
tecnocientífico no debe ser privatizado y los transgénicos que aportarán beneficios alimentarios
y de salud deberían ser subvencionados mediante estímulos fiscales.
El Lic. Linares finalizó su intervención señalando que para que la biotecnología sea viable
y pueda ofrecer todo su potencial, deberá realizarse en el marco de los principios éticos a los
que hizo mención. ❍
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Conclusiones
◗ Los ponentes de este evento coincidieron en que la palabra “transgénico” se asocia siempre
con plantas, particularmente con el maíz, e insistieron en que los organismos genéticamente
modificados comprenden una amplia variedad de organismos vivos, entre los que se encuentran
bacterias y otros microorganismos, animales y plantas. Enfatizaron que los productos de la
tecnología recombinante se encuentran presentes en nuestra vida diaria desde hace muchos
años, sin que los consumidores seamos muchas veces conscientes de esto.
Concordaron en que existe una percepción generalizada de temor en relación con los
organismos genéticamente modificados, la cual se ve alimentada por la incertidumbre que aún
existe sobre los potenciales riesgos a la salud y el medio ambiente y las controversias y conflictos
éticos. Convinieron en afirmar que la percepción del riesgo depende de la experiencia y de
la información con la que se cuenta. La información imprecisa o incorrecta o la falta de ella
trae como consecuencia mayor confusión y temor. Por todo esto, apuntaron que es preciso
abrir foros incluyentes en los que se permita que todos los actores puedan expresarse con
el fin de eliminar mitos y temores.
Además, el acelerado ritmo al que ocurren las innovaciones tecnológicas hace difícil la
adaptación de la sociedad para aceptar, regular y controlar los cambios. Este apresurado ritmo
también alimenta el temor.
Los ponentes reconocieron que existe una gran desinformación en torno a los organismos
genéticamente modificados, como se hizo patente en los resultados de la encuesta realizada
en la UIA por los alumnos de la materia Política Ambiental y Medio Ambiente.
Asimismo, resaltaron la importancia de la participación de la sociedad en la toma de
decisiones respecto a este importante tema, para lo cual es requisito indispensable que la
población cuente con información fundamentada científicamente, precisa y entendible, para
así tomar decisiones libres. Resaltaron la importancia de que cada persona reflexione y tome
una postura definida en este debate.
Destacaron que México es un país privilegiado por su riqueza biológica y que además
cuenta con recursos humanos e instituciones reconocidas internacionalmente en este campo,
por lo que debe aprovechar estas ventajas y asumir el liderazgo que le corresponde antes de
que otros países se beneficien de nuestros recursos.
Como país megadiverso y centro de origen y diversificación de cultivos de importancia
económica como el maíz, México tiene la responsabilidad de conservar sus recursos, ya que
son un legado para la humanidad.
Los conferencistas coincidieron en que para conocer los potenciales riesgos implicados
en esta nueva tecnología siempre debe llevarse a cabo una evaluación de riesgos y que este
análisis debe hacerse caso por caso (cada variedad, gen, función y uso), evitando generalizaciones.
De manera constante señalaron que el marco legal vigente en México, en materia de
biotecnología es insuficiente para dar respuesta a la realidad nacional. Nuestro país tiene
urgencia de contar con infraestructura legal para hacer frente a los desafíos de esta nueva
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
tecnología, que recoja las necesidades de todos los sectores involucrados y que dé cumplimiento
a los acuerdos internacionales. Por otro lado, se requiere también de una mejor coordinación
intersectorial. El costo de no lograr un acuerdo sobre la ley de bioseguridad en México será
la falta de un sistema eficiente y confiable que regule las actividades de experimentación,
liberación, exportación y comercialización de los transgénicos.
Destacaron que la resolución de controversias sobre las innovaciones tecnológicas implica
considerar una pluralidad de intereses y valores. Con el fin de evaluar adecuadamente los
riesgos y beneficios de esta nueva tecnología, debe ampliarse el diálogo y fomentar la discusión
y la colaboración entre científicos, empresas, gobierno y ciudadanía. ❍
No hay ejército que detenga una idea cuyo tiempo ha llegado
Víctor Hugo
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Anexos
Resúmenes de las
participaciones de los ponentes

La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
¿Qué son los organismos genéticamente modificados?
Dra. Paulina Balbás*
◗ El término “transgénico” es un neologismo surgido recientemente como resultado de la
capacidad de introducir y mantener de forma estable, material genético extra a células vivas.
Las células, tejidos u organismos así manipuladas, quedan modificados genéticamente, o
transformados, con cualidades o características nuevas que modifican su metabolismo de
alguna manera. Si bien en los inicios de la modificación genética se buscaba cambiar un gen
(la unidad mínima de la herencia, que determina una característica biológica), actualmente se
puede cambiar el metabolismo de modo global, o sea, muchas características en un solo paso.
Esta capacidad de alterar de manera dirigida el material genético celular, y por ende de
organismos completos, sin duda se perfila como uno de los mayores avances en la historia de
la biología y sus aplicaciones, genéricamente llamadas las biotecnologías modernas.
Las tecnologías que usan a los animales vivos, sus productos y sus partes para la producción
de bienes y servicios se conocen como biotecnologías y tradicionalmente engloban actividades
tan antiguas como las de conservación y producción de alimentos, fermentaciones, curtido
de pieles por medios no químicos, etc. Sin embargo, es hasta mediados de los años 1970s,
con el advenimiento de las técnicas para el manejo específico de genes y genomas, que la
biotecnología empieza a formar parte del léxico popular en su sentido moderno.
Un aspecto sorprendente de la biotecnología moderna es que ha producido muchas
aplicaciones novedosas en muy corto tiempo, y este paso acelerado ha causado cuestionamientos
profundos y temores acerca de sus efectos a largo plazo: sobre el medio ambiente, la salud
humana y animal, la ecología, el desarrollo económico, la cultura, etc.
Aunque en general la palabra “transgénico” se asocia con el maíz y otras plantas, los
organismos transgénicos mas exitosos desde los años 70’s son las bacterias y las levaduras,
de las cuales se han obtenidos hormonas, enzimas y otras proteínas que se usan cotidianamente,
directamente o indirectamente en procesos industriales. Ejemplos de esto son la insulina
humana, los interferones, vacunas, enzimas, etc. La transformación de las plantas, los hongos
y los animales, sus tejidos y órganos, están siendo también utilizados para la producción de
proteínas y productos no protéicos, actualmente, la mayoría en ambientes cerrados y contenidos,
como laboratorios y sitios experimentales. Algunas plantas han sido liberadas al ambiente en
algunos países, especialmente aquellas que contienen modificaciones genéticas que las hacen
resistentes a ataques de insectos o a plaguicidas poco tóxicos que se utilizan durante el cultivo.
De éstas destacan el maíz, el arroz, el jitomate, la papa, la soya y la canola, aunque hay
actualmente mas de 100 especies y variedades en experimentación.
México, como país en vías de desarrollo, puede verse beneficiado por el uso de organismos
genéticamente modificados en las áreas de salud especialmente en la producción de agentes
terapéuticos como hormonas, anticuerpos, vacunas y medicamentos contra agentes infecciosos,
así como con el uso de biotecnologías basadas en organismos transgénicos para la biorremediación
* Investigadora del Centro de Investigación en Biotecnología de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
de ambientes contaminados, la generación de plantas resistentes a sequía o salinidad, y la
producción de alimentos con cualidades nutricionales mejoradas. En términos agrícolas, México
ha decidido declarar moratoria en la producción de cereales modificados, no así de algodón,
y algunas variedades de soya, papa, jitomate y canola.
La implementación de tecnologías novedosas despierta en la sociedad fuertes controversias,
y el desarrollo de biotecnologías basadas en la alteración molecular de los genomas no es la
excepción. Siempre existe una escala de opiniones y juicios que va desde la oposición total a
la aceptación absoluta, sin cuestionamientos. Es por esto de capital importancia generar
opiniones basadas en la realidad del momento histórico, y no en supuestos catastróficos que
serían evitados si el desarrollo de una tecnología se trunca.
Una posición mas centrada, menos extremista, es la que observa al quehacer científico y
tecnológico como un flujo continuo de creación y aplicación de conocimientos naturales del
ser humano. El uso adecuado de los desarrollos tecnológicos deviene en una mejor calidad
de vida siempre y cuando se valoren cuidadosamente los riesgos y los beneficios potenciales
en la aplicación de las tecnologías nacientes, con respecto a otras tecnologías y prácticas
prevalecientes. Siempre hay riesgos y beneficios, y la introducción de cualquier nueva tecnología
en la sociedad, nunca es inocua ya que afecta la manera de ver el mundo.
El impacto que la biotecnología molecular ha tenido en áreas como la agricultura, la salud,
la producción y procesamiento de alimentos ha sido enorme. Por esto una gran cantidad de
aspectos éticos, legales, económicos y sociales han surgido como resultado de estas nuevas
tecnologías. ❍
REFERENCIAS
• Balbás, P. Genética. De la clonación molecular al desarrollo cultural. Plaza y Valdés, Editores. México, 2003.
• Balbás, P. De la biología molecular a la biotecnología. Editorial Trillas. México, 2002.
• Daar, A.S, et al. Top 10 biotechnologies for improving health in developing countries. Univ. of Toronto joint Center for
Bioethics. Toronto, 2002.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
Biotecnología y Vida Diaria
Dr. Agustín López Munguia*
◗ Aunque el término de “biotecnología” es polémico y se emplea hoy en día de manera
muy amplia, hace no más de 20 años era claramente definido como el uso de microorganismos
o sus partes para la producción de bienes y servicios. Esta definición ha tenido que adaptarse
ante el vertiginoso avance en el conocimiento de la célula y de sus repercusiones tecnológicas,
de tal suerte que en la actualidad debe emplearse una definición mucho más amplia. No se
trata de una disciplina científica ni tampoco de una industria, sino de un espectro de tecnologías
que van desde técnicas altamente sofisticadas y complejas, como lo es la tecnología de ADN
recombinante (ingeniería genética), las amplificaciones de genes mediante las reacciones de
polimerasa o el cultivo de células vegetales, hasta procesos de fermentación tradicionales,
característicos de los alimentos más antiguos, en particular muchos derivados de la industria
láctea y una gran variedad de bebidas alcohólicas. En todos los casos el objetivo final es la
producción de bienes o servicios, encontrándose estos distribuidos en prácticamente todos
los sectores industriales.
Desde el punto de vista histórico, la biotecnología se inicia en el sector alimentario, donde
ubicamos la mayor parte de los procesos de la “Biotecnología Tradicional”. Mas tarde surge
la Biotecnología Industrial, aquella que nace con la producción masiva de penicilina, y que se
consolida hacia la segunda mitad del siglo XX gracias a importantes aportaciones de ingeniería
a los procesos biológicos. Finalmente, y como consecuencia de los avances en el conocimiento
del funcionamiento de la célula surge la Biotecnología Moderna, entiendo por ésta, aquella
que recurre a las técnicas de manipulación genética. Por su alto valor agregado, la primera
generación de productos de la “Biotecnología Moderna” surgió dentro del sector farmacéutico,
pero hoy en día encontramos aplicaciones biotecnológicas —tanto modernas como
tradicionales—, en prácticamente todos los sectores estratégicos como son el alimentario,
el energético, el químico y el ambiental, así como en áreas mas alejadas de la biología como
es la minería e incluso la cosmetología.
Dado lo anterior, es posible analizar los procesos biotecnológicos desde diversos enfoques,
como puede ser su desarrollo histórico, el impacto comercial, la repercusión social, el de su
papel estratégico en el desarrollo, el de su impacto ambiental o bien su presencia en nuestra
cotidianeidad. Es posible también analizarlos en función de su contenido científico y tecnológico.
Igualmente, en términos del potencial que representa para la solución de los problemas del
mundo actual, así como de los riesgos que su desarrollo conlleva. Lamentablemente, es en
esta última dirección en la que más se insiste en los medios masivos de comunicación al abordar
el impacto de la biotecnología, siendo importante contar con una visión global que incorpore
los beneficios y las alternativas de los desarrollos disponibles. Si el siglo que pasó fue, desde
el punto de vista tecnológico, el siglo del átomo y de la industria química, el siglo XXI lo será
sin duda de la célula y de la biotecnología. ❍
* Investigador del Instituto de Biotecnología, UNAM
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
La sociedad ante la revolución de los transgénicos
Lic. Alejandro Calvillo*
◗ La ingeniería genética se presenta como una de las formas tecnológicas dominantes y de
mayor expansión en el siglo XXI. Sus efectos ambientales, económicos y sociales serán más
profundos que aquellos provocados por la industria química sobre los ecosistemas globales y
la salud en el siglo XX.
El desarrollo de esta industria se da en el contexto en el cual la investigación científica y
tecnológica está controlada, en su mayor parte, por las grandes corporaciones. Por lo tanto,
la investigación dirigida a evaluar la introducción de organismos genéticamente modificados
en el medio ambiente, así como los riesgos que pudiera representar para la salud, es muy
limitada e, incluso, carente de fondos. De igual manera, la dirección de la investigación se ha
dado más hacia el aumento de las ganancias y control por parte de las corporaciones, es decir
hacia los intereses privados, que hacia resolver problemas de interés público.
Frente a los riesgos que representan los organismos genéticamente modificados, a través
de Naciones Unidas, ha entrado en vigor el Protocolo de Cartagena como parte esencial de
la Convención sobre Biodiversidad Biológica. Este Protocolo se estableció con el fin de
resguardar la biodiversidad frente a los OGM. Sin embargo, la influencia interna, a través de
México, de países promotores de los transgénicos como Estados Unidos y Canadá, han
impedido que el Protocolo avance hacia mecanismos efectivos para evitar los riesgos de los
OGM.
En este contexto, México que es centro de origen y diversidad de importantes cultivos, ante
una falta total de política de bioseguridad, se ha convertido en el primer centro de origen
contaminado por transgénicos. El maíz se ha convertido en el primer cultivo de importancia
contaminado por transgénicos. La contaminación transgénica del maíz representa una amenaza
contra la diversidad de maíces criollos, a la vez de ser una amenaza contra las culturas campesinas
de nuestro territorio, así como el riesgo de que las corporaciones se apropien de las semillas
que los campesinos han sembrado, seleccionado e intercambiado durante siglos y milenios. ❍
* Director Ejecutivo de Greenpeace, México
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
Mitos y realidades de la biotecnología
moderna y los transgénicos
Dr. José Luis Solleiro*
◗ La biotecnología moderna comenzó a aplicarse en la agricultura desde 1995; para 2002,
se sembraron más de 58 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados y esta
cifra se incrementó en 15% durante 2003. La alta tasa de adopción de estos cultivos se basa
en los beneficios que ha obtenido el agricultor, quien logra aumentos de rendimiento y
reducciones de costos, principalmente los asociados a control de plagas y malezas. Tal es el
caso de los productores de algodón transgénico de la Comarca Lagunera y del Valle de Mexicali.
México es uno de los diez países que siembran cultivos genéticamente modificados en el
mundo. La calidad científica de los institutos de investigación biotecnológica en México como
CINVESTAV y el Instituto de Biotecnología de la UNAM que se establecieron desde los años
ochenta, es reconocida a nivel nacional e internacional.
La institución responsable de la regulación de los organismos genéticamente modificados
en México es la CIBIOGEM (Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos
Genéticamente Modificados), agrupando a 6 Secretarías de Estado y al CONACYT. Desde
1995 la Secretaría de Salud de México ha aprobado algunos productos biotecnológicos para
consumo humano por considerarlos inocuos. Nuestro marco regulatorio se encuentra en
constante evolución para garantizar en todo momento la aplicación responsable de este avance
tecnológico.
Los beneficios mencionados han despertado grandes expectativas para que se puedan
solucionar múltiples problemas de la agricultura de países latinoamericanos y, particularmente,
los de un país como México. Sin embargo, paralelamente, han surgido también diversos
cuestionamientos sobre la seguridad del uso de estos cultivos, sobre todo desde las perspectivas
de salud humana y animal, ambiental y socioeconómica.
Por ejemplo, a muchos consumidores les preocupa saber que sus alimentos contienen
genes, pues desconocen que en realidad todos los alimentos, al ser o provenir de materia viva,
contienen genes. La nueva generación de alimentos derivados de la biotecnología moderna,
donde se aplica la ingeniería genética, ha sido más evaluada que ningún otro alimento en la
historia de la humanidad mediante pruebas de toxicología, metabólicas y de reproducción,
alergenicidad, así como la determinación, cuantificación y manejo de los posibles riesgos para
la salud. Hasta hoy no se ha demostrado con estudios científicos, que el consumo de estos
productos ya aprobados pueda tener algún efecto sobre la salud humana y animal.
Los beneficios ambientales más mencionados de la nueva biotecnología son: mayor
producción de alimentos en la misma superficie, que además de los beneficios económicos
que pueden reportar, implica una reducción de las presiones sobre las áreas silvestres, los
bosques y las tierras marginales. Por consiguiente, redundará en la protección de la diversidad
* Investigador de la UNAM y Director Técnico de AgroBIO México
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
biológica, menores pérdidas de alimentos después de las cosechas y mayor calidad en alimentos
frescos y procesados, menor consumo de energía y de recursos tales como fertilizantes e
insecticidas y mejores prácticas agrícolas, incluyendo el manejo integrado de cultivos.
Cualquier cuestionamiento sobre el consumo de alimentos derivados de cultivos
genéticamente modificados como los mencionados, siempre debe ser aclarado con el debido
fundamento científico para tranquilidad de toda la sociedad. ❍
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
La negociación ambiental internacional.
El caso de los organismos vivos modificados
Mtro. Arturo González y Sánchez*
◗ La comunidad internacional ha venido negociando y profundizando cada vez más en la
protección del medio ambiente a nivel global, regional y subregional. Desde 1972, se han realizado
tres conferencias internacionales al más alto nivel sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Estocolmo,
Río de Janeiro y Johannesburgo), y se han negociado más de 150 tratados y convenios.
Uno de los temas destacados ha sido la preservación de las especies y la diversidad biológica
incluyendo la diversidad genética. La comunidad internacional ha suscrito y se encuentran en
vigor alrededor de 20 instrumentos jurídicos.
Los temas sobre la preservación de la biodiversidad biológica, tienen entre sus antecedentes
importantes la propia Conferencia de Estocolmo, pero merece especial atención el diagnóstico
y primeras propuestas de políticas de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza y los Recursos Naturales (IUCN), seguidas por la consideración del tema en el
PNUMA, en parte como un resultado del Informe Brundtland preparado entre 1984 y 1987.
En ese entonces, entre otras contribuciones, se llamó la atención sobre los temas de la
preservación de la diversidad biológica, pero también a la importancia que venía cobrando la
biotecnología, la necesidad de conservar los recursos genéticos, la responsabilidad de los
estados en ese proceso así como la comercialización de la diversidad biológica y los productos
de la tecnología.
Al terminar la década de los años ochenta, ya se estaba negociando la Convención sobre
Diversidad Biológica, la cual se terminó y suscribió durante la Cumbre de la Tierra en Río de
Janeiro, en 1992.
Luego del largo y a veces difícil proceso de negociación, puede afirmarse que, finalmente,
se logró el primer instrumento de carácter obligatorio para toda la comunidad internacional
para atender de manera global los problemas de la diversidad biológica, su conservación, el
uso sustentable de sus componentes y una adecuada distribución de los beneficios derivados
de la utilización de los recursos genéticos.
Un componente decisivo en la propia convención es la clara definición de los recursos
genéticos y las propuestas generales para el manejo y distribución de los beneficios de la
biotecnología, tales como los procedimientos generales para los liberación de los organismos
vivos modificados (OVM) como resultado de la biotecnología y la necesidad de crear las
reglamentaciones necesarias para el manejo seguro de los mismos y la difusión abierta de la
información científica sobre los eventuales efectos adversos sobre el medio ambiente y la
salud humana.
Para cubrir el capítulo sobre OVM y sus repercusiones, la Convención sugirió la conveniencia
de que los países estudiaran la necesidad y características que podría tener un protocolo a esa
convención.
*Profesor de la UIA
Universidad Iberoamericana Ciudad de México
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Durante la negociación de ese Protocolo, se definió su objetivo como sigue:
“El objetivo del presente Protocolo es contribuir a garantizar un nivel adecuado de
protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización seguras de los
organismos vivos modificados resultantes de la biotecnología moderna, que puedan
tener efectos adversos para la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad
biológica, teniendo también en cuenta los riesgos para la salud humana, y centrándose
concretamente en los movimientos transfronterizos” (Protocolo de Cartagena sobre Seguridad
de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica).
En este sentido, con este nuevo instrumento, la comunidad internacional reconoce que
“la moderna tecnología tiene un gran potencial para el mejoramiento del bienestar humano,
pero al mismo tiempo presenta riesgos potenciales para la diversidad biológica y la salud
humana” (Toepfer, Klaus Toepfer, Executive Director of the United Nations Environment Programme).
El Protocolo, fue adoptado por la Conferencia de las Partes el 29 de enero de 2000 y
entró en vigor el 11 de septiembre de 2003, noventa días después de haber sido ratificado
por el quincuagésimo. En la actualidad lo han ratificado ya 92 naciones, con la notable excepción
de los Estados Unidos de América.
En este sentido, el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad a la Convención sobre
Diversidad Biológica, contiene una detallada guía para los estados miembros sobre la definición
de conceptos y términos, así como de mecanismos y procedimientos para el tratamiento a
los movimientos transfronterizos, el manejo y almacenamiento y eventual diseminación
deliberada de los OVM.
Otro de los grandes méritos de este Protocolo, es el establecimiento de un mecanismo
para la acumulación e intercambio de información científica y técnica a nivel mundial sobre
los OVM y los eventuales efectos que hayan sido comprobados en materia de salud humana,
la diversidad biológica incluyendo la genética, así como sobre el medio ambiente y los
ecosistemas.
Al cerrarse ese círculo negociador internacional (sobre la preservación de la diversidad
biológica), se abre otra compleja etapa consistente en las aplicaciones del Convenio y del
Protocolo a nivel nacional, sobre las políticas públicas en materia de salud humana, medio
ambiente y ecosistemas debido a los riesgos potenciales de los movimientos transfronterizos
de los organismos genéticamente modificados.
En ese entorno, toca a nuestro país instrumentar a nivel nacional el Protocolo de Bioseguridad
a la Convención de Diversidad Biológica, en sus manifestaciones política, económica, científicotécnica,
institucional, administrativa y de difusión, tomando en cuenta que México suscribió
y ratificó ambos instrumentos jurídicos internacionales sin haber expresado ninguna salvaguarda
al contenido de esos textos.
La “revolución de la biotecnología” que estamos viendo pasar ante nuestros ojos, es el
resultado de una serie de desarrollos científicos y tecnológicos que se han apoyado mutuamente,
y que incluyen el descubrimiento de la doble hélice del ADN y todos sus avances desde
entonces, hasta el conocimiento del genoma humano y de otros seres vivos.
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31

La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Finalmente, la capacidad de los países en desarrollo como México para obtener beneficios
de las innovaciones de la biotecnología moderna y evaluar apropiadamente los riesgos potenciales
de los OVM , dependerá, en buena medida de las políticas tecnológicas que adopte el país,
de la situación que guarde la ciencia y la tecnología, de la capacitación de sus recursos humanos
y de su capacidad para negociar el acceso a las corrientes financieras existentes dentro de los
esquemas de cooperación internacional. ❍
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
Marco legal vigente en bioseguridad
Mtra. Norma Munguía Aldaraca*
◗ México se encuentra entre los 12 países megadiversos del mundo. Ocupa el primer lugar
en reptiles, segundo lugar en mamíferos, el cuarto lugar en plantas, y cuarto lugar en anfibios.
Por lo anterior, una de las principales tareas que tenemos es cuidar de esta biodiversidad.
Los avances tecnológicos han rebasado el actual marco regulatorio, el cual debe ser actualizado
para estar a la vanguardia y permitir con ello un verdadero desarrollo sustentable en nuestro
país.
El actual marco legal para regular la bioseguridad en México:
• Carece de un proceso regulatorio coordinado, prevé procesos independientes,
desvinculados, con enfoques divergentes
• Establece requisitos, trámites, limitaciones y prohibiciones muy diferentes, y alcances
y objetivos poco claros, dejan amplio espacio a la discrecionalidad
• Hay vacíos regulatorios que frenan la utilización y comercialización de productos de
interés para diferentes industrias, aún habiendo sido sometidos a evaluaciones de riesgo
rigurosas
• Al mismo tiempo estos vacíos legales dejan sin control actividades que pueden resultar
riesgosas para el equilibrio de los ecosistemas y la salud humana y animal
La competencia en materia de organismos modificados genéticamente es exclusivamente
federal, recayendo en:
• Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT)
• Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)
• Secretaría de Salud (SSA)
• Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados
(CIBIOGEM). Creada por Acuerdo Presidencial el 5 de noviembre de 1999.
A continuación se menciona la normatividad aplicada por cada una de las Secretaría
mencionadas en el marco de su competencia:
1. Normatividad aplicada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (SAGARPA):
• Ley Federal de Sanidad Vegetal, 5 de enero 1994. Art. 5 y 43
• Ley sobre Producción, Certificación y Comercio de Semillas, 15 de julio de 1991.
Art. 3, 5, 16.
• Ley de Desarrollo Rural Sustentable, aún no publicada en el DOF. Art. 36,39, 93 y 99.
• NOM-056-FITO-1995 Por la que se establecen los Requisitos Fitosanitarios para la
Movilización Nacional, Importación y Establecimiento de Pruebas de Campo de
Organismos Manipulados Mediante la Aplicación de Ingeniería Genética, 11 de julio
de 1996. Actualmente en revisión por las autoridades competentes para su aplicación.
*Asesora legal externa de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
2. Normatividad aplicada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT)
• Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, 28 de enero de
1988. Art. 2, 3, 28,79, 82, 170 y 171.
• Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente
en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental, 30 de mayo de 2000. Art. 5
3. Normatividad aplicada por la Secretaría de Salud (SSA)
• Ley General de Salud, 7 de febrero de 1984. Art. 98, 282 bis, 282 bis-1, 282 bis-2
• Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, 9 de agosto de 1999. Art.
164, 165, 166 y 167.
• Reglamento de Insumos para la Salud, 4 de febrero de 1994. Art. 81.
• Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Publicidad, 4 de mayo de 2000.
Art. 70 y 71.
• Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud, 6
enero de 1987. Art. 85, 86, 87 y 88.
De la normatividad anteriormente mencionada, la NOM-056-FITO-1995 Por la que se
establecen los Requisitos Fitosanitarios para la Movilización Nacional, Importación y
Establecimiento de Pruebas de Campo de Organismos Manipulados Mediante la Aplicación
de Ingeniería Genética, 11 de julio de 1996, es la más importante hasta el momento, ya que
es el sustento jurídico sobre el que se están autorizando las liberaciones al ambiente de este
tipo de organismos.
Algunas liberaciones al ambiente de organismos modificados genéticamente se encuentran
reguladas y otras no:
Reguladas:
• Uso contenido de OGM
• Importación de OGM
• Pruebas experimentales
No Reguladas:
• Exportación de OGM
• Proyectos Piloto
• Cultivos con fines comerciales
De la legislación y regulaciones en proyecto podemos mencionar:
A) Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGMs): Se espera
se apruebe durante la actual legislatura. Pretende sustituir a toda la normatividad
existente. Contiene 127 artículos y regulará áreas actualmente desreguladas.
En caso de aprobación, se lograría:
1. Un cuerpo completo de normas que conecte las competencias en el tema de las
Secretarías
2. La presencia de la SEMARNAT se volverá relevante
3. Será obligatorio llevar a cabo una evaluación de riesgo ambiental, hecha por SEMARNAT
y el resultado será la base para otorgar o negar un Certificado de liberación de OGM
al ambiente
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
4. Se regularán los programas piloto y las liberaciones con fines comerciales
Sin embargo, es un proyecto de Ley:
a) Que no es de orden público ni de interés general
b) La participación ciudadana y la consulta pública contenidos en la ley son inadecuados
c) El derecho a la libre elección y el etiquetado está marginado y diluido en el artículo
101
d) No establece un sistema de responsabilidad e indemnización a las comunidades
en caso de contaminación de sus cultivos
e) Carece de correspondencia con el Protocolo de Cartagena específicamente en lo
relativo al Acuerdo Fundamentado Previo
f) La inclusión del principio de precaución es inadecuada ya que altera la esencia del
mismo
g) Omite mencionar la importancia de la soberanía y la seguridad alimentaria
B) Proyecto de NOM-FITO/ECOL-2002: en dictamen de SEMARNAT y SAGARPA
1. Regula programas piloto y liberaciones al ambiente con fines comerciales
2. Contiene medidas de bioseguridad más estrictas que en la NOM-056-FITO-1995
3. Sigue conservando a cada Secretaría sus competencias
Conclusiones
1. México tiene dos grandes retos: conservar su vasta biodiversidad y usarla en su propio
beneficio
2. El Protocolo de Cartagena entró en vigor para México el 11 de septiembre pasado y
aún no se ha determinado exactamente como se instrumentará, algunos de los puntos
que siguen sin definición son:
a) CIBIOGEM quedó como punto focal para el Secretariado del Protocolo, sin embargo,
SAGARPA es la autoridad que de conformidad con la legislación vigente se encarga
de procesar las solicitudes de liberación al ambiente y es la dependencia que toma
la decisión sobre otorgar o negar el certificado de liberación
b) CIBIOGEM, como punto focal, tiene que determinar cual será el procedimiento para
las solicitudes, si el establecido en el Protocolo o el establecido en la legislación
nacional
c) Como país megadiverso, México puede aplicar una legislación más exigente en materia
ambiental, asistencia técnica y financiera para estudios pero ¿Cómo se ve vis-a-vis los
tratados comerciales y el capítulo de agricultura en el TLC?
3. El marco legal vigente es insuficiente para dar respuesta a la realidad nacional de los
transgénicos en nuestro país. Es imperante contar con un cuerpo normativo actualizado
que recoja las necesidades de todos los sectores involucrados.
Sin embargo, ese marco legal debe contar con la aprobación de dichos sectores además
de haber sido sometido a consultas públicas sustantivas. Debe por supuesto subsanar
las carencias del marco legal actual así como del proyecto de Ley de Bioseguridad ya
mencionado. ❍
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
RESUMEN
Una perspectiva ética sobre los transgénicos
Lic. Jorge Enrique Linares*
◗ Uno de los rasgos más característicos de la tecnociencia contemporánea consiste en que
su desarrollo se da en medio de controversias sociales y conflictos de valores entre los diversos
agentes que participan en su conformación. 1 La relación de la sociedad con el poder tecnocientífico
se ha modificado (de la simple aceptación pasiva y la confianza plena, a la preocupación e
interés por controlar sus posibles efectos negativos). Particularmente, este marco de controversias
sociales ha sido significativo en el caso de la biotecnología, como también lo había sido en los
debates acerca de la seguridad de la industria nuclear, la industria química o la farmacéutica.
Así pues, la relación entre la tecnociencia y la sociedad se ha vuelto conflictiva, controversial,
y ello se debe al mayor interés social en la reducción de los riesgos para el medio ambiente
y la salud humana que conllevan las realizaciones tecnocientíficas.
Como resultado de amplios debates, ha habido cierto consenso de restricciones y moratorias
sobre la biotecnología aplicada al genoma humano (por lo menos en el caso de la clonación
reproductiva); 2 en cambio, en lo que se refiere a la aplicación de la tecnología de ADN
recombinante en la producción de alimentos se han suscitado controversias y conflictos de
valores que se basan en el margen de incertidumbre que aún subsiste con respecto a la
posibilidad de efectos ambientales negativos a largo plazo.
El surgimiento de las controversias tecnocientíficas muestra que el viejo modelo industrial
que desarrollaba innovaciones sin que la sociedad conociera y participara en su evaluación
parece ya no ser adecuado. En ese antiguo modelo industrial sólo la evidencia de daños ya
causados a la salud o al medio ambiente era un motivo justificado para retirar o modificar una
realización tecnológica. Por el contrario, se perfila en nuestros días un nuevo modelo de
relación entre la sociedad y la tecnociencia, que busca reducir los riesgos, mediante el control
y la prueba de los efectos, con el fin de evitar probables consecuencias dañinas sobre el ser
humano y el medio ambiente. 3 Así pues, se ha venido generando un nuevo “contrato social”
para la ciencia y la tecnociencia, como establecía la Declaración de Budapest de 1999. 4
Esas controversias 5 reflejan los intereses de los diversos actores de la tecnociencia:
científicos y tecnólogos, empresarios e inversionistas, agricultores, políticos, ciudadanos.
Implican, por tanto, una deliberación abierta y plural que considere distintos sistemas de valores
e intereses. Las controversias pueden resolverse si se alcanza un consenso estable, lo que no
implica necesariamente la superación del conflicto de valores e intereses, puesto que cabe
que el consenso consista en la necesidad de dejar a un lado la cuestión controvertida. Si el
resultado es una postergación de la decisión, ésta se aplaza hasta que nuevas informaciones
científicas permitan la proyección de alternativas, o al menos, un consenso restringido. Lo que
no es deseable es evitar la deliberación y la decisión para no enfrentar el conflicto. 6
Ahora bien, desde el punto de vista ético, no suponemos entonces que toda controversia
tecnológica se resuelva felizmente ni que tenga que desembocar en moratorias sobre la
*Asesor del Consejo Académico del Área de las Humanidades y de las Artes, UNAM
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
realización tecnológica en cuestión, pero tampoco en una absoluta liberación de los productos
tecnológicos, sin ninguna regulación. Más bien, lo deseable y esperable de la racionalidad de
las controversias es el hecho de que los actores acepten una vía dialógica de resolución de
conflictos sociales, es decir, un método que impida la coacción y la violencia para construir
consensos en la medida en que los diversos intereses se ponderen y se equilibren.
La resolución de las controversias sociales sobre el desarrollo tecnológico implica nuevos
problemas de gestión política nacional e internacional para poder regular y poner bajo el
control social las innovaciones tecnológicas. Además, la participación de la sociedad en el
“desocultamiento” de los riesgos del mundo tecnológico, y en su evaluación, no podrá darse
como un proceso de repentina “iluminación” colectiva. Es necesario tener en cuenta que, a
medida en que la sociedad posea mayor información de los efectos de la tecnociencia (no
siempre adecuada o bien comprendida), habrá una discrepancia entre los riesgos objetivos
(hasta cierto punto calculables y medibles probabilísticamente) y la percepción subjetiva e
intersubjetiva de los mismos riesgos. La percepción colectiva de un riesgo razonablemente
aceptable dependerá no sólo de la disponibilidad de información científica respecto de los
efectos de una tecnología, sino también del manejo político de la información, la gestión de
los riegos y la legitimación de una innovación tecnológica.
Las condiciones indispensables para la resolución de controversias tecnológicas podríamos
resumirlas en: difundir y compartir el saber, compartir el poder de decisión, potenciar la
autonomía de los ciudadanos y extender la responsabilidad, ampliar los alcances de la prevención
basada en conjeturas racionales, pactar acuerdos mínimos de orden global. En otros términos:
se deben buscar acuerdos racionales mediante un proceso público y legitimado de decisión,
para ello, toda la información relevante se pondrá a disposición de los involucrados; se debe
buscar establecer rangos mínimos de beneficios y máximos de riesgos aceptables (no negociables)
como criterios de racionalidad colectiva, potenciar la capacidad de decisión de los ciudadanos
y, desde luego, asegurar la máxima participación de la sociedad, mediante procedimientos de
representación democrática.
Esto significa que el nuevo contrato social para la tecnociencia involucra en las decisiones
cruciales sobre las políticas tecnológicas no sólo a los científicos y tecnólogos, a los expertos
y representantes de los poderes convencionales (gobiernos, empresas, productores), sino
también a los ciudadanos de a pie que participen como usuarios y como receptores potenciales
de los beneficios y de los riesgos de una nueva tecnología. Esta participación compleja responde
al hecho de que el sujeto de la tecnociencia se ha vuelto colectivo y que, por tanto, las acciones
tecnocientíficas responden a un conjunto diverso de valores que, en principio, deben ser
considerados y ponderados por igual.
En el caso que nos ocupa, no sólo son válidos los valores intrínsecamente pragmáticos,
técnicos, epistémicos, económicos, productivos o agronómicos de la tecnología de los
transgénicos. También deben entrar en acción valores éticos relativos a la seguridad, la
prevención de daños probables, la distribución equitativa de los costos, riesgos, la protección
de la biodiversidad, la igualdad de condiciones en la producción y el comercio, la validación
social y democrática de las innovaciones tecnológicas. El sistema de valores que están
relacionados con los tansgénicos de primera generación (el maíz Bt, el algodón Bt, la soya y
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
el algodón RR [Roundup Ready]) incluye finalidades como: mayor rentabilidad para los
productores (retraso de maduración, reducción de pérdidas, fortalecimiento de las plantas),
aumentos en la productividad agrícola, mayor resistencia a enfermedades y pestes reduciendo
el uso de agroquímicos, mayor resistencia a sequías o inundaciones. Los beneficios de la
segunda generación de OGM comprenderían: incrementos en la calidad y poder nutricional
de los alimentos (el arroz dorado para ayudar a prevenir deficiencias en vitamina A y hierro).
Y los de tercera generación: eliminación de elementos considerados como nocivos a la salud,
disminución de efectos alergénicos, incorporación de vacunas y aditamentos nutritivos (como
los antioxidantes) o medicinales, producción de biocombustibles (etanol) y plásticos
biodegradables. 7 Sin dejar de reconocer la trascendencia de los valores agroeconómicos de
la primera generación, los de las siguientes generaciones comprenderían beneficios sociales
más amplios, a condición de que se cumplan niveles adecuados de seguridad y fiabilidad.
Me propondré a continuación apuntar brevemente algunas directrices éticas en torno a
la tecnología de los transgénicos. Para ello, apelaré a un conjunto de principios que se han
discutido en la ética aplicada, la bioética y la ética de la tecnociencia. Esos cuatros principios
forman un sistema en interacción y comprenderían subsistemas de valores que guían las
prácticas tecnocientíficas. Los principios son: responsabilidad, precaución, justicia y protección
de la autonomía. Ninguno de los cuatro se impone de manera absoluta. Una acción tecnológica
éticamente aceptable debe poder satisfacer en una mínima medida los cuatros principios, pero
el grado de satisfacción o incluso la maximización de cada uno de ellos puede darse en
diferentes variantes y contrapesos, de acuerdo con las circunstancias y a lo largo de un proceso
continuo de deliberación social que pueda revisar y modificar las políticas establecidas en torno
al diseño, producción, distribución y comercialización de los OGM.
Principio de responsabilidad
Los organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos constituyen un nuevo tipo
de producción artefactual, distinta de la artificialidad de otros productos industriales (inorgánicos)
o de los cultivos agrícolas tradicionales. Se ha dicho que los cultivos que alimentan a la humanidad
(trigo, maíz, arroz) no son “naturales”, sino más bien el resultado de una combinación de
caracteres genéticos derivados de las cruzas que los agricultores realizaron durante siglos. El
caso del maíz mexicano, y su gran diversidad, es prototípico. 8
Sin embargo, si observamos las técnicas tradicionales de cruzas, el largo tiempo de
adaptación que tuvieron esas nuevas especies y la asimilación lenta a la cultura, podemos decir
que esos cultivos se convirtieron en producciones técnicas que se integraban armoniosamente
con el entorno natural. Dado que la población mundial no crecía desorbitadamente, como
ahora, nunca hubo un interés pragmático de aumentar en lo inmediato la producción; el
objetivo era más bien seleccionar rasgos y características que se consideraban valiosos. Por
el contrario, las presiones del crecimiento exponencial de la población durante el último siglo
han causado la necesidad de aumentar la producción de alimentos. El modelo agroindustrial
lo hizo mediante la utilización de agroquímicos (que después se revelaron como nocivos, el
caso del DDT), y que sustituyeron, en lo fundamental, a las técnicas tradicionales por la
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
agroindustria química y mecanizada que, como afirmaba Heidegger, “emplazó” o conminó a
la naturaleza entera a entregar cantidades ingentes de productos. Pero la producción agroindustrial
se hizo ecológicamente inestable y comenzó a provocar efectos ambientales perjudiciales.
Ante esos problemas, la tecnología de los transgénicos intenta dar respuesta al objetivo del
incremento espectacular de la producción y, por otro lado, la reducción del uso de agroquímicos.
Sin embargo, los transgénicos aceleran el proceso de combinación natural de genes y la
adaptación de las plantas al ambiente. Esta aceleración y combinación de elementos vivos
puede repercutir en consecuencias azarosas o insospechadas, el margen de incertidumbre se
mantiene. La nueva tecnología del ADN recombinante es poderosa y eficaz porque permite
la transferencia de caracteres genéticos de un organismo a otro, incluso entre especies y reinos
diversos, que las técnicas de cultivo tradicional no podían ejecutar. Así pues, se abren nuevas
posibilidades pragmáticas, pero también nuevas responsabilidades y márgenes de incertidumbre.
Las viejas técnicas eran justamente de cultivo, de espera y cuidado, de relación armónica
con la Tierra. Esas prácticas quedaron rebasadas por la presión del aumento constante de la
producción agroindustrial. La utilización de agroquímicos (mucho de ellos muy tóxicos) resultó
quizá una “necesidad” técnica, pero también fue una decisión tecnológica que no contó con
el aval amplio de la sociedad, ni fue sometida a un detenido y amplio debate. Si bien una vía
para superar los efectos negativos de los agroquímicos puede ser la de los transgénicos, es
preciso ponderar si el remedio que se propone no traerá consigo, en el largo o mediado plazo,
nuevos y más complejos problemas ecológicos, más complicados que los que se quiere
remediar.
La artificialidad de los transgénicos es novedosa, pues implica la generación de híbridos
que no han surgido de las cruzas naturales entre especies cercanas o que no se han adaptado
a través de una larga cadena de cruzas y selecciones durante generaciones. Por ello, los
transgénicos se convierten en objeto de responsabilidad colectiva por los efectos que pudieran
ocasionar (incluso accidentalmente) en el medio ambiente, en la salud humana y en las
condiciones socioeconómicas de la producción agrícola. Responsabilidad insólita, pues la
humanidad nunca se planteó tal deber con respecto a los cultivos tradicionales, ni tampoco
en relación con la agroindustria, desgraciadamente, pues muchos daños pudieron haberse
prevenido (deforestación, contaminación química, intoxicación, etc.). La responsabilidad sobre
estos nuevos productos artefactuales (los OGM) implica que la humanidad debe conocer y
anticipar los efectos actuales y probables que tendrán sobre el medio ambiente y sobre la
sociedad. Por ello, los transgénicos no son una solución mágica. La responsabilidad sobre estas
producciones implica también que su finalidad pueda generar beneficios para el mayor número
posible de personas, y que los probables efectos negativos no sean superiores a ellos, ni
resulten incontrolables o que pongan en peligro la salud o las condiciones ambientales de la
biodiversidad. En suma, el aumento en el poder de intervención tecnológica en el mundo
implica por necesidad una ampliación de la responsabilidad colectiva.
Por eso, está a nuestro cuidado la diversidad biológica de esas especies vegetales que la
humanidad misma desarrolló como cultivos, y que ahora son “naturales” en comparación con
los transgénicos. Se trata de una responsabilidad temporalizada, hacia el pasado, para proteger
una herencia recibida, biológica y cultural; y hacia el futuro, para entregar a las generaciones
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
futuras una biodiversidad protegida y una herencia cultural de los cultivos alimentarios.
En consecuencia, la responsabilidad por los efectos posibles y a largo plazo de la liberación
de OGM en el medio ambiente implica nuevas tareas de coordinación de esfuerzos colectivos
y sistémicos de investigación científica y gestión política, para los cuales no poseemos, por
desgracia, instituciones políticas internacionales adecuadas.
Se ha argumentado que una nueva amenaza de escasez de alimentos (debido al crecimiento
sostenido de la población mundial, principalmente en los países pobres) se convertiría en el
acicate para el desarrollo de la biotecnología, capaz de emprender la modificación y recombinación
(ya no el cultivo) de las características genéticas de organismo vivos para aumentar la producción
de alimentos, mejorar el rendimiento e introducir algunos nuevos rasgos. Pero los fines de la
primera generación de transgénicos sólo han respondido a valores pragmáticos y económicos
impulsados por los cambios en las leyes de patentes y los intereses de lucro de las compañías
de agroquímicos, para comercializar en paquete semillas y pesticidas y monopolizar el mercado
mundial.
Principio de precaución
Como una consecuencia de la nueva responsabilidad que, de facto, hemos contraído con esos
nuevos productos, se deriva la aplicación del principio de precaución. Este principio tuvo su
origen en algunos pensadores pioneros de la ética ambiental, como Hans Jonas, Véase Jonas,
Hans, El principio de responsabilidad, Herder, Barcelona, 1995. y se introdujo pro primera
vez en la legislación ambiental alemana en los años setentas (se denominó el Vorsorgeprinzip).
En la Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo (1992) se estableció que: “con
el fin de proteger el medio ambiente los Estados deberán aplicar ampliamente el criterio de
precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o irreversible,
la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción
de medidas eficaces”. El Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad (2000) también integra
el mismo principio e intenta generar un marco de políticas globales para que los Estados se
hagan cargo de los OGM.
Ahora bien, la aplicación del principio de precaución no significa, como muchos piensan,
la obstaculización de la investigación científica ni la detención automática del desarrollo
tecnológico, ni se funda en una especie de profecía catastrofista. Por el contrario, indica que,
dado un margen mínimo de incertidumbre (como en este caso), es decir, la posibilidad de
algún efecto negativo en el medio ambiente y en la salud, conviene establecer medidas de
cautela, de prueba continua, de estudios y debates científicos, de seguimiento o trazabilidad
en la fabricación y comercialización de cualquier producto tecnológico. En el caso de los
transgénicos, bien podría adoptarse una versión más débil del principio de precaución, justo
porque aun subsisten las dudas acerca de la posibilidad futura de efectos negativos, aunque
en los estudios actuales esa posibilidad se ha ido reduciendo.
Hasta el momento existe consenso científico en que los riesgos sanitarios de los OGM
son mínimos y controlables (los que han sido alergénicos se han retirado, como el maíz Starlink),
mientras que la discusión sobre los probables efectos ecológicos a largo plazo continúa abierta.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Es preciso reconocer que existe un margen de incertidumbre, por pequeño que sea, sobre
los efectos a largo plazo, propio de la temporalidad evolutiva. Además, las consecuencias de
una nueva tecnología son el resultado de la interacción compleja con otros factores tecnológicos,
sociales, políticos y ambientales, a veces azarosos, que hacen imposible una previsión absoluta.
El principio de precaución, vinculado con el de responsabilidad nos indica que, por primera
vez, tendremos que supervisar, monitorear, controlar, registrar y crear bases de datos mundiales
para dar seguimiento a nuestros nuevos “cultivos” transgénicos. Por tanto, los OGM tendrán
que ser productos controlados y regulados, como los de la industria farmacéutica actual,
aunque no manejados como sustancias peligrosas pues no hay comprobaciones de peligros
o daños. La aplicación del principio de precaución ha logrado ya un consenso en la nueva
legislación de la Unión Europea sobre la trazabilidad, identificación y etiquetado de alimentos
y piensos que contienen transgénicos. 10
De este modo, los probables riesgos deben ser evitados: a) la posibilidad, aunque sea
mínima de transferencia horizontal de genes, y consecuentes efectos en la biodiversidad de
especies naturales, así como el reforzamiento de la resistencia en insectos y malezas que
recrudecería el uso de pesticidas, b) efectos alergénicos (ya se ha eliminado el uso de marcadores
de resistencia a los antibióticos), c) competencia inequitativa, dependencia de semillas patentadas,
y de los agricultores pobres hacia las grandes compañías, afectando las posibilidades de la
conservación in situ y el mejoramiento de la diversidad genética a nivel local, d) favorecimiento
de los monocultivos y de la homogeneidad genética, e) monopolio de unas cuantas industrias
en el mercado mundial de alimentos, presionando el uso extensivo y uniforme de los mismos
productos transgénicos, f) la uniformidad mediante el uso extensivo de transgénicos, que
afectaría igualmente a los métodos sustentables de rotación de cultivos.
La aplicación del principio de precaución implica una justa distribución de la responsabilidad
y las obligaciones: los agentes productores tienen el deber de realizar las pruebas necesarias
y de absorber su costo, sólo pueden transferirlo a los usuarios en la medida en que se regule
su fiabilidad y se les provea de información precisa y veraz para que ellos tenga el derecho
de libre opción. El costo (en recursos humanos, económicos, científicos) por los estudios y
controles de los productos transgénicos, debe recaer en los productores, en primer lugar, y
la obligación de la supervisión y del financiamiento de investigación básica, en los Estados.
Ahora bien, la acción precautoria puede tomar varias modalidades, que en este caso son
medidas prudenciales ante la no evidencia de daños. Pero el principio de precaución también
promueve la búsqueda de alternativas y de modificaciones tecnocientíficas para evitar los
posibles riesgos. Pero, si se descubrieran efectos negativos en el curso de las investigaciones
y pruebas, entonces serán necesarias restricciones; y si los riesgos aumentan, entonces
moratorias en el desarrollo; y si el daño es comprobado, entonces prohibiciones y retiro de
OGM del mercado.
El principio de precaución parte del reconocimiento de que es imposible un riesgo cero,
y de que su aplicación no debe ser excesivamente costosa o implicar esfuerzos y mayores
problemas, desproporcionados con respecto a lo que se quiere evitar. Las medidas precautorias
deberán ser factibles, tanto en términos económicos como sociales y políticos, y consistentes
con las practicas tecnocientíficas, además de costeables, y revisables o revocables. Se debe
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
evaluar en todo momento: los posibles agentes causales de riesgos, las circunstancias,
probabilidades, medidas disponibles o factibles para minimizar el riesgo, alternativas tecnológicas,
y finalmente, efectuar una adecuada comunicación y divulgación del nivel de riesgo. Pero la
evaluación debe hacerse caso por caso, por lo que ninguna medida precautoria puede aceptarse
de entrada como definitiva y generalizable. Por ello, cualquier medida de precaución debe
dejar un margen de error, pues debe poder ser revisable y reversible. Lo cual exige el desarrollo
de estudios tecnocientíficos continuos, a cargo de los principales interesados en obtener
beneficios de una tecnología; pero también a cargo del Estado, en función de la protección
de los intereses sociales.
El principio de autonomía
El principio de autonomía o principio de protección de la autonomía individual comprende la
protección de las libertades y las capacidades esenciales de los individuos. Las innovaciones
tecnocientíficas deben respetar la capacidad de los sujetos para actuar de manera
autodeterminada. En este sentido, es esencial el derecho de los ciudadanos a elegir los productos
que van a consumir. El etiquetado para el seguimiento y para dar información precisa a los
consumidores es la condición para ejercer la libertad de elección. No sólo autonomía para
decidir consumir o no esos productos, cualquiera que sea la razón, sino también para optar
por otros medios de cultivos. Al mismo tiempo, se debe asegurar la autonomía e independencia
para investigar, debatir y publicar lo referente a la tecnología de los transgénicos. Aquí la
intervención de los medios de comunicación es crucial para potenciar el juicio informado y
meditado de las personas. Por último, la libertad de empresa y de desarrollo tecnológico se
ve limitada por los principios de precaución y de responsabilidad, así como por los derechos
de los consumidores. Por ello, no existen razones éticas de peso para oponerse al etiquetado
y seguimiento de OGM.
Principio de justicia distributiva
El principio de justicia distributiva determina que los intereses individuales con respecto al
desarrollo y aprovechamiento del poder tecnológico tienen que ser regulados por la distribución
equitativa de oportunidades y de bienes de interés público. Además, el principio de justicia
debe proteger la autonomía o las condiciones para que los ciudadanos puedan ejercer su
autonomía moral, es decir, que actúen como agentes libres y responsables de los fines que
persiguen. No sólo significa que la tecnología se valore en función de los beneficios económicos
y pragmáticos, sino que contribuya en la disminución de la brecha en los niveles de vida entre
los más ricos y los más pobres. Por otro lado, que los riesgos derivados del desarrollo
tecnológico sean compartidos social e internacionalmente y enfrentados de manera coordinada,
mediante ordenamientos y legislaciones ambientales de orden global. Los problemas ecológicos
afectan a todo el mundo, pero los riesgos y los daños se incrementan para los más vulnerables
en la escala socioeconómica.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Por ello, el principio de justicia también implica la distribución de responsabilidades y de
riesgos en el conjunto de la sociedad global. En un mundo de bienes escasos y necesidades
siempre crecientes, pero además de riesgos extendidos y de conocimientos inciertos, los
objetivos del principio de justicia distributiva serán: a) distribuir los bienes tecnológicos con
igualdad de oportunidades para que todos disfruten de lo beneficios de las tecnologías seguras,
eficientes y que contribuyan al desarrollo humano, b) priorizar el desarrollo de tecnologías
que cubran las necesidades de los más desfavorecidos (producción de vacunas en transgénicos
u otros nutrientes en determinados productos que son de consumo masivo), c) desde marcos
precautorios, minimizar los riesgos de las acciones tecnológicas y distribuir equitativamente
los riesgos y la responsabilidad para controlarlos.
La sociedad del mundo tecnológico asigna de manera injusta los riesgos y los daños
provocados por el desarrollo tecnológico, tanto como los bienes mismos. Son los más pobres,
los menos informados, los más marginados, quienes resultan los últimos beneficiarios de los
bienes tecnológicos, y los receptores privilegiados de los males que ellos producen. La justicia
como equidad también debe funcionar en la distribución de riesgos o males reales provocados
por el desarrollo tecnológico.
La equidad implica que quienes más han contaminado y han contribuido a la cadena de
daños ecológico deben asumir mayores costos para la remediación ecológica y la aplicación
del principio de precaución en nuevas tecnologías. Hacerse cargo de los daños implica asumir
las responsabilidades y pagar cuotas de compensación por los beneficios obtenidos.
Así pues, el principio de justicia implica que: en el mundo tecnológico debe asegurarse
el libre derecho a disfrutar de los beneficios de la tecnociencia en igualdad de oportunidades,
sin discriminación ni acceso condicionado. Pero además, debe favorecerse que la tecnología
responda a las necesidades básicas de los más desfavorecidos, siempre y cuando no implique
nuevos e imponderables riesgos. (Habría que cuestionar si la comercialización de transgénicos
tiene como fin humanitario acabar con el hambre en el mundo).
No obstante, hemos de reconocer que, de ser viables, los transgénicos de segunda y
tercera generaciones, podrían convertirse en vectores tecnológicos para compensar desigualdades
en el desarrollo, y particularmente, en la alimentación. El caso del arroz dorado puede ser
paradigmático. Los transgénicos podrían ser medios de redistribución de bienes (fundamentales
para la salud y el desarrollo), pero sólo a condición de que el riesgo sea minimizado, y de que
la comunidad internacional asuma la responsabilidad de la supervisión y seguimiento de sus
efectos. Pero también, a condición de que la autonomía de las comunidades y de lo individuos
se respete: por ejemplo, su derecho a utilizar o elegir medios tradicionales de cultivo, a
rechazar transgénicos para no tener obligaciones con las transnacionales que monopolizan el
mercado de semillas.
El desarrollo de la biotecnología vinculada directamente a los fines de beneficio económico
ha generado un nuevo problema: la privatización del conocimiento y su subordinación a los
intereses de las grandes multinacionales. Por ello, los Estados y los organismos internacionales
deben financiar investigación básica sobre los resultados de la biotecnología. Toda la información
que se desprenda de esas investigaciones debe ser pública.
Por otra parte, como base de la justicia distributiva, el saber tecnocientífico no debe ser
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
privatizado y los transgénicos que aportaran beneficios alimentarios y de salud deberían ser
subvencionados mediante estímulos fiscales. Las patentes de esos productos de primera
necesidad podrían ser de menor duración o tener restricciones en el caso de una emergencia
alimentaria.
Conviene asimismo, preservar las técnicas tradicionales de cultivos, y fomentar e desarrollo
de una agricultura sostenible, mediante tecnologías alternativas que reduzcan el impacto
ambiental, que promuevan la autosuficiencia y el control local de los recursos económicos
como medios para lograr una distribución mas justa de los beneficios.
Así pues, para que la biotecnología sea viable y pueda ofrecer todo su potencial deberá
realizarse en el marco de los principios éticos que hemos mencionado, en un continuo proceso
de controversias y debates acerca de los fines últimos de este nuevo poder tecnológico. Para
ello, es posible introducir valores ético-políticos en el desarrollo de la tecnociencia actual,
mediante principios y regulaciones globales “recombinantes” que se mezclen con los objetivos
pragmáticos de la biotecnología. ❍
1
Véase Echeverría, Javier, La revolución tecnocientífica, FCE, Madrid, 2003.
2
Las controversias en torno a otras tecnociencias han sido menores, aunque no menos importantes, por ejemplo, las
tecnologías informáticas, la de realidad virtual y acción a distancia, o la nanotecnología.
3 La no evidencia de daños ya no es un criterio suficiente, se debe demostrar la inocuidad y la compatibilidad de cualquier
artefacto a largo plazo, y permitir su liberación en el mercado hasta que haya suficientes evidencias de no-daño.
4 Me refiero a la Conferencia Mundial “La ciencia para el siglo XXI: un nuevo compromiso”, Budapest, Hungría, 26 de
junio al 1º de julio de 1999, realizada con los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU). Véase
http://www.oei.org.co/cts/budapestdec.htm
5
Una definición de controversia: “movilización social de medios comunicativos y otras microinstituciones que deliberan,
evalúan y contrastan las posibilidades tecnológicas que introduce una innovación, los riesgos, costos, quiénes los van
a pagar, y las consecuencias indeseables. La discusión es un proceso conversacional que implica a grupos de expertos,
medios de comunicación, organizaciones permanentes o esporádicas de usuarios, agencias gubernamentales,
departamentos universitarios, gestores de empresas”. […]. Broncano, F., Mundos artificiales, Paidós, México, 2000.
6
Esto es lo que ha sucedido en México por la dilación del poder legislativo para aprobar una ley general de bioseguridad
que cumpla los compromisos de nuestro país, de conformidad con el Protocolo de Cartagena de 2000.
7
Véase sitio web de Monsanto: www.monsanto.com Sitio Monsanto Argentina: www.monsanto.com.ar
8
En efecto, la actividad técnica de transformación de la naturaleza comenzó propiamente con la agricultura, que permitió
el almacenamiento de alimentos (granos principalmente), base para la construcción y consolidación de las primeras
ciudades, el espacio tecnológico por excelencia. Ambos factores permitieron el crecimiento poblacional de nuestra
especie y constituyeron las bases de su desarrollo técnico y cultural, y de su expansión por todo el planeta.
9
Véase Jonas, Hans, El principio de responsabilidad, Herder, Barcelona, 1995.
10
El objetivo de reglamento, que entró en vigor en estos días, dice: “Regular la trazabilidad de los productos que contienen
OGM, con el fin de facilitar el etiquetado preciso, el seguimiento de los efectos en el medio ambiente y, cuando
proceda, sobre la salud, y la aplicación de las medidas de gestión de riesgo, incluida, en caso necesario, la retirada de
productos”.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Síntesis curricular de los ponentes
Conferencia: ¿Qué son los organismos genéticamente modificados?
• Dra. Paulina Balbás
Nutrióloga egresada de la Universidad Iberoamericana.• Doctora en Biotecnología por la Universidad
Nacional Autónoma de México.• Autora de más de 40 obras en el área de la Biología Molecular y
la Biotecnología moderna. Además de su obra científica, escribe sobre la filosofía del quehacer de
las ciencias genéticas como respuesta a la creciente necesidad de resolver problemas asociados a la
aplicación de nuevas tecnologías, y su impacto sobre el ambiente y la sociedad.• Actualmente la Dra.
Balbás es profesora investigadora en el Centro de Investigación en Biotecnología (CeIB) de la
Universidad Autónoma del Estado de Morelos y miembro de la Academia Mexicana de Bioética.
Conferencia: La biotecnología en la vida diaria
• Dr. Agustín López Munguía
Ingeniero Químico egresado de la Facultad de Química de la UNAM.• Doctor en Biotecnología por
el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Toulouse, Francia.• Ha publicado 80 artículos de
investigación en revistas arbitradas, nacionales e internacionales. Es editor y autor del libro Biotecnología
Alimentaria, de Editorial LIMUSA y de los libros de divulgación: Alimentos: del Tianguis al Supermercado
de ADN y CONACULTA, entre otros.• Fue Profesor titular de la materia de Biotecnología desde
1981 a 1990 en la Facultad de Química de la UNAM y Coordinador del Tópico Selecto de “Biocatálisis”.
Actualmente es Investigador Titular de tiempo completo en el Instituto de Biotecnología de la UNAM,
en Cuernavaca, Morelos. Además, es profesor en el Departamento de Alimentos de la Facultad de
Química de la UNAM.
Mesa Redonda: La sociedad ante la revolución de los transgénicos
• Dra. Rosa Luz González
Ingeniera Química y Doctora en Ciencias Sociales con la Especialidad en Desarrollo Rural.• Ha
publicado más de 100 artículos de investigación en libros, memorias in extenso, presentaciones en
congresos nacionales e internacionales, conferencias y revistas.• Tiene experiencia docente y formación
de recursos humanos en la Universidad de Sonora, en la UAM, Unidad Azcapotzalco e Iztapalapa.
• Actualmente es profesora investigadora en el Grupo Sociedad y Biotecnología de la Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco.
• Lic. Alejandro Calvillo
Sociólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana. • Doctor en Filosofía por la
Universidad de Barcelona.• Elaboró un documento sobre el estado de la central nuclear Laguna
Verde.• Llevó adelante, junto con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el primer caso penal
contra PEMEX por arrojar desechos tóxicos al medio ambiente.• Estuvo al frente de la campaña que
impidió la construcción de un depósito de desechos radiactivos al lado de la frontera con México en
Sierra Blanca, Texas.• Actualmente es director ejecutivo de Greenpeace México.
• Dr. José Luis Solleiro
Su producción como investigador comprende más de 150 trabajos, entre artículos, capítulos de libros
y ponencias publicadas en memorias de congresos internacionales.• Ha impartido clases en programas
de educación continua, licenciatura, maestría y doctorado en múltiples instituciones académicas de
15 países.• Ha sido evaluador internacional de programas y proyectos, miembro de comisiones
dictaminadoras académicas y de comités editoriales de revistas de su especialidad.• Hoy en día, el
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
Dr. Solleiro es el Director Técnico de AgroBIO México, asociación civil que reúne a organizaciones
interesadas en el fomento de la educación, investigación y desarrollo de la biotecnología agrícola en
México. Paralelamente es Investigador del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico
de la UNAM.
Mesa redonda: Aspectos jurídicos nacionales e internacionales en torno
a los Organismos Genéticamente Modificados
• Mtra. Norma Munguía
Licenciada egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM.• Obtuvo la maestría en Derecho
Internacional Ambiental en el King´s College en Londres, Inglaterra.• Profesora en la Facultad de
Derecho de La Salle, de la Universidad Iberoamericana y el ITAM.• De 1997 a 2003 se desempeñó
como Directora General para Asuntos Internacionales de la PROFEPA, anteriormente Directora de
América del Norte en la UCAI-SEMARNAT.• Ha participado como representante del gobierno de
México en foros internacionales diversos desde 1989. • Actualmente es Asesora Legal de la Comisión
Nacional para el Uso y Conocimiento de la Biodiversidad (CONABIO).
• Mtro. Arturo González y Sánchez
Licenciado en Economía egresado de la UNAM.• Obtuvo su maestría en e-Business en la Fundación
Getulio Vargas de Río de Janeiro, Brasil.• De 1976 a 2001 se desempeñó como Embajador en los
siguientes países: República Socialista de Viet Nam, República Oriental del Uruguay, República Popular
de Polonia y en la República de Kenia. Además, fue asesor del Secretario de Relaciones Exteriores y
representante permanente de México ante el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA).• Ha publicado diversos artículos sobre temas económicos en la Revista Comercio Exterior
y la Revista de Economía. Actualmente se encuentra preparando el artículo Globalización. Pasado,
presente y futuro.• Ha sido catedrático de la Facultad de Economía de la UNAM y del Centro de
Estudios para el Comercio Exterior del IMCE.• Actualmente imparte, en la Universidad Iberoamericana,
el curso de Política Internacional y Medio Ambiente y el de Negociaciones Internacionales.
• Ing. Fernando Ortiz Monasterio
Ingeniero Industrial egresado de la Universidad Iberoamericana.• Realizó estudios de Post-grado
sobre Planificación del Desarrollo en la Development Planning Unit de la Universidad de Londres.•
De 1975 a 1986 fue Profesor de Diseño Industrial en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad
Xochimilco.• Fue Fundador y Vicepresidente de MONARCA, A.C. realizando el primer plan de
manejo de la zona.• De 1990 al 2000 se desempeñó como Director General de Environmental
Resources Management, S.A. con más de 1000 proyectos de mejoramiento.• De 2001 a 2003 fue
Secretario Ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente
Modificados.• Actualmente es punto focal de México ante el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad
de la Biotecnología. Paralelamente es representante de México en el Grupo de Trabajo de Harmonización
Regulatoria de Biotecnología de OECD y Coordinador del Comité Técnico de CIBIOGEM.
Mesa redonda: Los grandes debates en torno a los OGM: el debate ecológico y ético
• Biol. Jorge Larson
Biólogo egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM • Miembro de la Delegación Mexicana de
la 1ª y 2ª Conferencia de las Partes al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD). • De 1998 a
1999 se desempeñó como Coordinador Técnico de la Delegación Mexicana a la negociación del
Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad.• Actualmente es coordinador del Programa “Recursos
Biológicos Colectivos” de la Conabio.
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La Revolución de los Transgénicos: Certezas e Incertidumbres
• Lic. Jorge Linares
Licenciado egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. • Candidato a Doctor en
Filosofía por la misma Institución.• Obtuvo el primer Premio de Ensayo Eduardo Nicol en 1997
(Facultad de Filosofía y Letras, UNAM) por el ensayo: El problema del fin de la filosofía y la negación
de la historia en Eduardo Nico, ensayo que fue publicado como libro en 1999.• Actualmente es
Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en las asignaturas de Ética y Metafísica, y
del Posgrado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud de la misma institución.
• Lic. Gustavo Alanís
Licenciado en Derecho egresado de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.• Obtuvo
la Maestría en Derecho Ambiental Internacional en la American University, Washington College of
Law , Washington D.C., E.U.A.• Columnista para el periódico “REFORMA” de la Ciudad de México,
Sección Ciudad, en el área de Derecho y Educación Ambiental.• Catedrático de la Universidad
Iberoamericana, Ciudad de México y Co-director del Diplomado en Derecho y Política Ambiental
de la misma institución.• Actualmente se desempeña como presidente del Centro Mexicano de
Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).
La coordinación de la Memoria de la IV Jornada Universitaria de Medio
Ambiente La Revolución de los Transgénicos. Certezas e Incertidumbres,
estuvo a cargo del Programa de Medio Ambiente con la valiosa colaboración
de la Mtra. Carmen Doria, Coordinadora de Química del Departamento de
Ingeniería y Ciencias Químicas de la UIA, el Mtro. Arturo González y Sánchez,
Profesor del Departamento de Estudios Internacionales de la UIA, y los
alumnos de la carrera de Ingeniería Química de la UIA, Fernando Almada Calvo,
Adriana Castro Reyes, Pablo Cortina Correa, Mariana de la Garza Fernández del
Valle y José Manuel Valencia Serrato. A todos ellos les agradecemos
profundamente su disposición, tiempo y entusiasmo para la realización de
este documento, que esperamos sea de gran interés.
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