¿cuál independencia, cuál revolución? - Universidad Iberoamericana
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6<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA ›¿CUÁL INDEPENDENCIA, CUÁL REVOLUCIÓN? Año ii febrero-marzo de 2010<br />
Año II Número 6 Febrero-marzo de 2010<br />
Perla<br />
Chinchilla<br />
Pawling<br />
Jesús Gómez<br />
Fregoso, S. J.<br />
Teresa<br />
Matabuena<br />
Peláez<br />
Enrique Semo<br />
REVISTA DE LA<br />
¿Hay algo qué rescatar?<br />
¿Hay algo qué celebrar?<br />
Opinan: René Avilés Fabila,<br />
Emmanuel Carballo, Bruno<br />
Estañol, Hugo Gutiérrez Vega,<br />
Víctor Jiménez, Hernán<br />
Lara Zavala, Mauricio de<br />
Maria y Campos, Carlos<br />
Montemayor, Alberto<br />
Montoya<br />
Martín del Campo,<br />
›<br />
Humberto<br />
Musacchio, Rius,<br />
Rodolfo<br />
Stavenhagen<br />
Gonzalo Celorio El tequila: Una bebida que<br />
se fuma María Teresa de la Garza Camino<br />
Bioética y biopolítica Carlota Peón Rodríguez<br />
Vietnam: ¿Guerra o seducción? Luis Tovar Las<br />
otras 10 mejores películas mexicanas<br />
ROAMERICANA<br />
¿CUÁL INDEPENDENCIA,<br />
CUÁL REVOLUCIÓN?<br />
Prepa Ibero, una nueva oferta educativa<br />
primer<br />
aniversario<br />
Líder Ibero<br />
Gustavo Loza,<br />
cineasta<br />
Eraclio Zepeda<br />
Los trenes de Chile<br />
Rogelio Naranjo<br />
La historia está<br />
poniendo a cada<br />
quien en su lugar<br />
Beatriz Espejo<br />
Sorpresas te<br />
da la vida<br />
Hugo<br />
Gutiérrez<br />
Vega<br />
Dos poemas<br />
inéditos
Índice<br />
5 Carta del Rector, Dr. José Morales<br />
Orozco, S. J.<br />
6 ¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen.<br />
A la sombra de los centenarios,<br />
Enrique Semo<br />
8 ¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen.<br />
Jesuitas mexicanos<br />
precursores de la Independencia, J. Jesús<br />
Gómez Fregoso, S. J.<br />
12 ¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/valoraciones.<br />
¿Hay algo qué<br />
rescatar? ¿Hay algo qué celebrar?, René<br />
Avilés Fabila/Emmanuel Carballo/Bruno<br />
Estañol/Hugo Gutiérrez Vega/Víctor<br />
Jiménez/Hernán Lara Zavala/Mauricio<br />
de Maria y Campos/Carlos Montemayor<br />
/ Alberto Montoya Martín del Campo/<br />
Humberto Musacchio/Rius/Rodolfo<br />
Stavenhagen<br />
18 ¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen.<br />
Revolución y vida cotidiana,<br />
Perla Chinchilla Pawling<br />
20 ¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/investigación.<br />
¿Revolucionarios?,<br />
¿revoltosos?: Primeras noticias de la Revolución,<br />
Teresa Matabuena Peláez<br />
24 Mirador. La historia está poniendo<br />
a cada quien en su lugar. Entrevista con<br />
Rogelio Naranjo, Juan Domingo Argüelles<br />
30 Divulgación científica. Bioética y<br />
biopolítica, María Teresa de la Garza<br />
Camino<br />
32 Líder Ibero. Entrevista con el cineasta<br />
Gustavo Loza. Poder generar y contar mis<br />
propias historias es una de mis mayores<br />
satisfacciones, Carlos Deveaux Homs<br />
36 La llama inextinguible. Hugo<br />
Gutiérrez Vega: Cantar lo que a todos<br />
pertenece<br />
36 La llama inextinguible. Dos poemas<br />
inéditos, Hugo Gutiérrez Vega<br />
38 Trivium/cuento. Los trenes de Chile,<br />
Eraclio Zepeda<br />
40 Trivium/crónica. Sorpresas te da la<br />
vida, Beatriz Espejo<br />
42 Cine. Las otras 10 mejores películas<br />
mexicanas, Luis Tovar<br />
44 Actualidad Ibero. Prepa Ibero, una<br />
nueva oferta educativa, Raquel Druker<br />
46 El viajero ilustrado. Vietnam: ¿Guerra<br />
o seducción?, Carlota Peón Guerrero<br />
50 Saberes/Sabores. El tequila: Una bebida<br />
que se fuma, Gonzalo Celorio<br />
52 La voz del libro/el eco de la lectura.<br />
Qué leer y por qué, Arturo Ahmed Romero/Armando<br />
González Torres/Angélica de<br />
Icaza/Félix Suárez<br />
54 Música para camaleones. Qué escuchar<br />
y por qué, Beatriz Palacios<br />
56 Innovación tecnológica. Dispositivos e<br />
instrumentos que facilitan la vida<br />
DIRECTORIO<br />
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
CIUDAD DE MÉXICO<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />
Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />
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IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />
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Vicente Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />
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Gonzalo Olivares Velázquez, Eugenio Páramo<br />
Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />
Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />
José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />
Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />
Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />
Helena Varela, Gabriela Warkentin<br />
Director Carlos Deveaux Homs<br />
Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />
Asistente de edición Beatriz Palacios<br />
Administración Áurea Maristany<br />
Información Angélica Cortés, Francelia Vargas<br />
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contenido de la revista, sin autorización previa y expresa,<br />
por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año II, número<br />
6, febrero-marzo de 2010. Fotografías de portada:<br />
Corbis. ISSN en trámite.
Carta del Rector<br />
De entre las fechas posibles, la historiografía eligió<br />
la del 16 de septiembre de 1810 para señalar el<br />
inicio de la vida independiente de México: la<br />
separación definitiva de la corona española. Cien<br />
años más tarde, nuestra joven patria vería establecidas las pautas<br />
de su convivencia nacional mediante el violento proceso de la<br />
Revolución.<br />
Al pensar en ambos hechos, tan distantes en el tiempo, pero<br />
fusionados entre sí por el carácter simbólico de otra cifra, 2010,<br />
lo primero que salta a la vista es que México no se hizo de un<br />
momento a otro. Como toda realidad humana, nuestro país<br />
—gracias al valor, al talento y al esfuerzo (y a veces a pesar de<br />
la mezquindad y la ineptitud) de quienes nos precedieron—,<br />
ha sido edificado poco a poco sin llegar a tener, por decirlo de<br />
algún modo, una forma acabada.<br />
Esa perspectiva que invita a atravesar dos siglos, y más, para<br />
ver cómo nos hemos ido haciendo y lo que hemos llegado a<br />
ser, es la misma que nos permite percatarnos de que estamos<br />
siendo autores de lo que será nuestra patria en el futuro y,<br />
en consecuencia, a preguntarnos por lo que queremos que<br />
ésta sea.<br />
El sexto número de IBERO, con el que esta publicación de<br />
la UIA inicia su segundo año, aparece en el marco de la gran<br />
discusión que la celebración de los centenarios ha suscitado<br />
en el país, y es una de las aportaciones de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> a este debate. Es también una invitación<br />
al discernimiento y a la voluntad de esta generación para<br />
identificar y superar los dolorosos pendientes que arrastra<br />
la construcción de México. Recientemente, por ejemplo, la<br />
sagaz mirada de don Miguel León-Portilla puso el dedo en la<br />
lacerante llaga de la situación de los pueblos indígenas.<br />
Considero que la mejor manera de celebrar la Independencia<br />
y la Revolución es contribuyendo a hacer cada vez plenos el<br />
derecho, la justicia, la igualdad y la libertad, que nuestra patria<br />
sigue reclamando hoy.<br />
La verdad nos hará libres<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
Rector<br />
Ibero 5
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen<br />
›A la sombra<br />
de los centenarios<br />
Enrique Semo<br />
Historiador. Fue secretario de Cultura del Gobierno del Distrito Federal. En su amplia<br />
bibliografía destacan las obras Historia del capitalismo en México, Viaje alrededor<br />
de la izquierda, Entre crisis te veas, Historia económica de México y Crónica de<br />
un derrumbe: las revoluciones inconclusas del Este<br />
El intervalo entre la decadencia de lo viejo y la<br />
formación y establecimiento de lo nuevo,…debe ser<br />
siempre, necesariamente un período de incertidumbre,<br />
confusión, y un fanatismo fiero y salvaje.<br />
John Calhoun<br />
¿Acaso hay algo qué celebrar en 2010? Flotan en el aire<br />
las respuestas más disímiles y contradictorias. Para algunos<br />
las revoluciones mexicanas son sucesos del pasado<br />
lejano que no tienen ningún mensaje claro para el presente<br />
y el futuro previsible. Forman parte de una historia de la<br />
cual podemos enorgullecernos o avergonzarnos pero que carece<br />
de voz o mensaje directo para la vida presente: como la cultura<br />
maya o la arquitectura colonial.<br />
Vivimos una época en que las élites dominantes están ocupadas<br />
en la deconstrucción de la obra de las revoluciones mexicanas:<br />
¿soberanía e <strong>independencia</strong>, nacionalismo, reforma agraria,<br />
estado social? Categorías esenciales, ligadas indisolublemente a<br />
las dos revoluciones que son combatidas abierta u ocultamente.<br />
Las llaves al México contemporáneo y futuro serían, según esto:<br />
el libre mercado, el individuo emprendedor, la competitividad,<br />
el equilibrio macroeconómico y el compromiso del TLCAN,<br />
que nos subordina históricamente a los Estados Unidos.<br />
Los voceros de esta oligarquía deconstruyen también la historiografía,<br />
y la ideología que se desprende de esas revoluciones:<br />
“No hubo <strong>revolución</strong> de <strong>independencia</strong> sino una serie de rebeliones<br />
inconexas. El impulso más loable fue criollo, hacia una<br />
autonomía dentro del imperio español, cuyo inicio fue 1808.<br />
6 IBERO
Las revoluciones de hoy no tienen<br />
porqué ser como las de ayer.<br />
El concepto mismo deber ser<br />
repensado. Males de las dos<br />
revoluciones pueden evitarse.Hay<br />
sufrimientos causados por la guerra<br />
civil que no tienen que repetirse.<br />
El verdadero consumador de la Independencia fue Agustín de<br />
Iturbide. No hubo a partir de 1910 una <strong>revolución</strong>. En el mejor<br />
de los casos, una ‘gran rebelión’ y en el peor, una serie de movimientos<br />
armados locales trabados en la lucha por el poder con<br />
ideología, motivos y objetivos quizás indescifrables. Los hacendados<br />
sobrevivieron a la <strong>revolución</strong> mejor que los revolucionarios.<br />
La dictablanda priísta fue una versión sofisticada y sexenal<br />
de la de Porfirio Díaz.” Para ese sector la respuesta es diáfana y<br />
clara, pese al reconocimiento resignado político de que las revoluciones<br />
como memoria colectiva popular tienen cierta vida, y<br />
por lo tanto deben ser festejadas, el medio siglo que siguió a la<br />
<strong>revolución</strong> de <strong>independencia</strong> fue un caos lamentable y costoso,<br />
y el siglo XX —que siguió en 1910—, un siglo de errores sin<br />
fin… Un “siglo perdido”.<br />
Para otros, inmersos en la decadencia que vivimos, los centenarios<br />
tienen un sentido muy diferente. Repentinamente somos<br />
conscientes de la persistencia acumulada de viejos problemas<br />
cuyo peso se vuelve insoportable porque los gobernantes, concentrados<br />
en la lucha obtusa por espacios de poder temporales han<br />
dejado de abordarlos. La desigualdad económica, social, educativa.<br />
La corrupción a todos los niveles. La economía que ha dejado<br />
de crecer en el último cuarto de siglo. La descomposición social.<br />
Y luego están los nuevos problemas que nos asaltan desde todos<br />
los ángulos. Crisis económica. Inseguridad y violencia creciente.<br />
Extravío de la nueva clase política. Y sin embargo no vemos<br />
quién pueda ser el sujeto de cambio, quién logre llevarnos a la<br />
otra orilla del turbulento río. Se generaliza la convicción de que<br />
no podemos seguir así, y la sensación fatalista de que no sabemos<br />
cómo salir del cul de sac. Ante el reto de un futuro público sombrío,<br />
la mayoría de la gente se refugia en la húmeda oscuridad de<br />
una vida individual sin perspectivas. Pero no todos. Muchos se<br />
preparan para la acción.<br />
Hay quien piensa que la posibilidad de<br />
una <strong>revolución</strong> como las pasadas, se está<br />
volviendo inevitable, y que la fecha mítica<br />
de 2010 puede ser la señal para otra,<br />
diferente, más eficaz, pero no menos revolucionaria.<br />
Algunos ven la perspectiva<br />
con temor y otros con una sensación de<br />
liberación. No creemos en la repetición<br />
de la historia, pero hay quien sí, y puede<br />
tomar la fecha como un llamado irresistible.<br />
Las revoluciones de 1810 y 1910 tienen<br />
para éstos, mensajes muy actuales. El primero, que en México<br />
se puede humillar y ofender repetidamente al pueblo sin que<br />
suceda nada, aun cuando las vejaciones sean brutales. Pero hay<br />
un proceso acumulativo invisible. Y después, en el momento más<br />
inesperado, por la causa más nimia, en el lugar menos previsto<br />
se produce la explosión. En 1810, nadie esperaba que los 600<br />
vecinos que inicialmente siguieron al padre Hidalgo, cuya edad<br />
no era idónea para dirigir revoluciones, se transformaran en una<br />
multitud de 80 mil hombres y mujeres venidos de quién sabe<br />
dónde y quién sabe cómo. En septiembre de 1910, Porfirio Díaz,<br />
en la plenitud del poder y en la majestuosidad de su aureola patriarcal,<br />
festejaba el centenario con el propósito de establecer el<br />
paralelismo y la continuidad secular entre el “padre de la patria”<br />
y el “excelso benefactor de la patria”: de Hidalgo a Díaz, ese era<br />
el mensaje. Las misiones extranjeras con embajadores especiales<br />
y contingentes militares simbólicos, las fiestas y desfiles en todo<br />
el país proclamaban la durabilidad y solidez del régimen. Algunos<br />
meses después, el país estaba envuelto en la primera gran<br />
<strong>revolución</strong> latinoamericana del siglo XX.<br />
La segunda lección es crítica. Los tiempos, decididamente, han<br />
cambiado. Las revoluciones de hoy no tienen porqué ser como las<br />
de ayer. El concepto mismo deber ser repensado. Males de las dos<br />
revoluciones pueden evitarse. Hay sufrimientos causados por la<br />
guerra civil que no tienen que repetirse. El cambio no tiene que<br />
ser traumático para uno de los actores. Los efectos catastróficos<br />
de la oposición al cambio a ultranza y de la búsqueda del cambio<br />
inmediato, es una lección ya aprendida. Muchas cosas pueden ser<br />
negociadas incluso en una <strong>revolución</strong>. Los ejemplos, esta vez, no<br />
vienen de las revoluciones mexicanas, sino de las que tienen lugar<br />
en América Latina actualmente. México no es una isla, y aún si lo<br />
fuera, sería parte del subcontinente. La tentación natural es repetir<br />
el pasado, el impulso reflexivo es corregirlo y superarlo.<br />
Ibero 7
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen<br />
›Jesuitas<br />
mexicanos<br />
precursores de la<br />
Independencia<br />
J. Jesús Gómez Fregoso, S. J.<br />
<strong>Universidad</strong> de Guadalajara<br />
Es muy interesante<br />
que esos jesuitas, con raíces<br />
en el mundo universitario<br />
europeo, sobre todo de<br />
París y Salamanca, se<br />
aficionaran muy pronto<br />
a estudiar las lenguas<br />
del Nuevo Mundo.<br />
Fotografía: Museo Nacional del Virreinato, CONACULTA-INAH.<br />
8 IBERO
La Compañía de Jesús, la orden religiosa de los jesuitas,<br />
se fundó en Roma en 1542. Sólo treinta años después,<br />
en 1572, llegaron a México, conocido entonces como<br />
la Nueva España: se trataba de quince religiosos españoles<br />
que llegaban a la ciudad de México, capital del virreinato<br />
español más próspero y querido de la Corona Española. Muy<br />
pronto, en 1573, los primeros tres nacidos en México pidieron<br />
hacerse jesuitas, entre ellos estaba Juan de Tovar, que además del<br />
castellano, que hablaba su padre, tenía como lengua materna el<br />
náhuatl o mexicano, que aprendió de su madre, una princesa<br />
de la nobleza texcocana. Tovar es el autor del códice que lleva<br />
su nombre y que sigue siendo documento muy importante<br />
para conocer el pasado de “los antiguos mexicanos”, como diría<br />
Clavigero. Luego, ese mismo año de 1573, llegaron otros ocho<br />
“nativos”, entre ellos Antonio del Rincón, descendiente también<br />
de la nobleza de Texcoco y que luego escribiría su Arte de la<br />
lengua mexicana. Así pues, los jesuitas llegados a México desde el<br />
principio tuvieron fuerte relación con la lengua indígena y con<br />
jóvenes nacidos ya en estas tierras. Al organizarse, los jesuitas tuvieron<br />
la preocupación de que los jóvenes que se incorporaban a<br />
la Compañía aprendieran el náhuatl, el otomí y diversas lenguas<br />
indígenas. Junto con el castellano, el latín y el griego bíblico, los<br />
jóvenes jesuitas de México debían ser expertos por lo menos en<br />
una lengua indígena. Es muy interesante que esos jesuitas, con<br />
raíces en el mundo universitario europeo, sobre todo de París y<br />
Salamanca, se aficionaran muy pronto a estudiar las lenguas del<br />
Nuevo Mundo. Apareció un tipo nuevo de sacerdotes católicos,<br />
los “padres lengua”, capaces de convivir con las diversas naciones<br />
de lo que ahora es México, y tomando distancia de España.<br />
Un ejemplo paradigmático de su afición y su inmersión en las<br />
culturas indígenas se puede ver en la actitud del padre Francisco<br />
María Piccolo, siciliano y misionero de la Baja California, quien<br />
hacia 1705 viajó a la ciudad de México y con un grupo de californios,<br />
visitó al arzobispo, que era al mismo tiempo el virrey de<br />
la Nueva España, quien escuchó complacido que la gente de Piccolo<br />
sabía de memoria todo el catecismo, pero en lengua de la California.<br />
El arzobispo virrey “con mucha instancia” urgió al misionero<br />
para que en adelante catequizara a los californios en castellano<br />
y no en californio. Piccolo escribió una carta al padre General<br />
de Roma, dando cuenta de su entrevista, con el siguiente comentario:<br />
“Pobre Compañía de Jesús si obedeciera tales órdenes<br />
y mandamientos”. Es decir que manifestaba absoluto rechazo<br />
al arzobispo virrey que ordenaba castellanizar la enseñanza de<br />
la doctrina cristiana en lugar de preservar y conservar la lengua<br />
indígena.<br />
La actitud de Piccolo no era una excepción: los jesuitas en todas<br />
sus misiones defendieron las culturas indígenas: en Etiopía y<br />
Abisinia, en China y en las tierras del Malabar, y entre los hurones<br />
del Canadá tuvieron la preocupación de cristianizar y no de<br />
europeizar. En las misiones del Paraguay fue notable su esfuerzo,<br />
como lo ilustra la novela histórica, llevada al cine, La Misión,<br />
por defender los valores indígenas, de suerte que a la fecha, en<br />
esa nación, casi todo el mundo es bilingüe: hablan castellano o<br />
español como lengua oficial, pero hablan también guaraní como<br />
lengua nacional.<br />
En el siglo XVIII en México fue notable su esfuerzo por exaltar<br />
los valores autóctonos. Dice Luis González: “Hacia 1760 los<br />
jesuitas jóvenes de la Nueva España le perdieron el cariño y el<br />
respeto a la vieja España y le cobraron amor e interés a México.<br />
Dejan de sentirse vástagos de una raza y comienzan a considerarse<br />
hijos de una tierra… Les niegan el título de padres y<br />
hermanos a los descoloridos españoles y se lo dan a los oscuros<br />
nahuas. Se dicen descendientes del imperio azteca y proclaman<br />
con orgullo su parentesco con los indios. Éstos, hasta entonces<br />
despreciados, empiezan a ser vistos como iguales”. El jesuita<br />
criollo Pedro José Márquez defiende la tesis de que “la verdadera<br />
filosofía no reconoce incapacidad en hombre alguno, o porque<br />
haya nacido blanco o negro, o porque haya sido educado en los<br />
polos o en la zona tórrida. El padre Francisco Xavier Clavigero<br />
asegura que los indios son tan capaces como los europeos.<br />
Además de indigenistas, el incipiente patriotismo de aquellos<br />
hombres fue telúrico. Les brotó un amor desmesurado por la<br />
geografía de México” (“El periodo formativo”, en Historia mínima<br />
de México, El Colegio de México). Ese “amor desmesurado”<br />
no fue solamente por la geografía de México, sino por todo lo<br />
que existía en esa tierra, incluyendo lo que luego sería el símbolo<br />
y la bandera de México: la Virgen de Guadalupe. De ser<br />
una devoción popular, los jesuitas de los siglos XVII y XVIII la<br />
convirtieron en devoción que arraigó también en las clases cultas<br />
y pensantes de la Nueva España. El incipiente nacionalismo<br />
se reforzaba con el liberalismo intelectual de los jóvenes jesuitas<br />
de mediados del siglo XVIII, que se preocupaban por buscar<br />
la verdad y que fomentaban las ideas sociales de dos jesuitas<br />
anteriores: Juan de Mariana y Francisco Suárez, cuyas teorías<br />
desembocaban en aquello de que la soberanía radicaba en el<br />
pueblo, que los monarcas recibían su autoridad no directamente<br />
de Dios, sino a través del pueblo; que si un tirano se aferraba al<br />
poder, el pueblo podía derrocarlo. Esas teorías, y otras variadas<br />
circunstancias, propiciaron que Carlos III los expulsara no sólo<br />
de la Nueva España, de México, sino de todos los dominios de<br />
la Corona española: de la península y todas las colonias, incluidas<br />
las Filipinas.<br />
Para esas fechas, 1767, los jesuitas habían incluido una palabra<br />
en el diccionario: el adjetivo mexicano, porque debe recordarse<br />
que en los registros de nacimiento, es decir en los libros de<br />
bautizos de las parroquias, junto al nombre del recién nacido, se<br />
añadía su “nacionalidad”: español, criollo, mestizo, mulato, negro,<br />
indio… En adelante eso debería suprimirse y todos los nacidos<br />
en el territorio de la Nueva España serían mexicanos sin distinción.<br />
Esos jesuitas de 1767 en su enorme mayoría eran criollos,<br />
Ibero 9
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen<br />
Los jesuitas habían incluido una palabra en el<br />
diccionario: el adjetivo mexicano, porque debe<br />
recordarse que en los registros de nacimiento, es decir<br />
en los libros de bautizos de las parroquias, junto al<br />
nombre del recién nacido, se añadía su “nacionalidad”:<br />
español, criollo, mestizo, mulato, negro, indio…<br />
pero ellos mismos insistían en autonombrarse<br />
“mexicanos”, y los aztecas serían<br />
los “antiguos mexicanos”.<br />
Expulsados de su patria, los jesuitas<br />
fueron confinados a los territorios del<br />
Papa, al norte de Italia a los rumbos de<br />
Módena, Ferrara, Bolonia. La lejanía<br />
y nostalgia de su patria lejana a la que<br />
nunca volverían, se vio agravada por<br />
el hecho de que se encontraron con<br />
la desagradable sorpresa de que varios<br />
autores de moda, como Raynal, de Paw,<br />
Bufón, Robertson, esparcían en el mundo<br />
culto europeo una visión tremendamente<br />
negativa del Nuevo Mundo y en<br />
especial de México. Su legítimo orgullo<br />
y su enojo los hizo dedicarse a escribir<br />
en defensa de su tierra bienamada. Francisco<br />
Xavier Clavigero, el más brillante<br />
y famoso del grupo, al comenzar su espléndida<br />
Historia antigua de México, declaró:<br />
“la historia antigua de México que<br />
he emprendido para… servir del mejor Francisco Xavier Clavigero.<br />
modo posible a mi patria y nación y para<br />
restituir a su esplendor la verdad ofuscada por una turba increíble<br />
de modernos escritores”. Y ahí mismo declara que aquélla es:<br />
“una historia de México escrita por un mexicano”.<br />
No es este el lugar para analizar la obra de Clavigero, sobre la<br />
calidad de su historia y sólo hacemos resaltar que nunca antes<br />
alguien se había autonombrado mexicano, y que, si bien Sor Juana<br />
Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora, que murió<br />
como jesuita, en el siglo XVII ocasionalmente habían empleado<br />
la palabra patria, al referirse a la Nueva España, Clavigero y su<br />
grupo emplean repetidamente esa palabra e insisten en autonombrarse<br />
mexicanos.<br />
Pedro José Márquez, desterrado en Roma, y a quien Napoleón<br />
Bonaparte, en 1808, lo nombra con algo equivalente a Secretario<br />
de Cultura, no tiene empacho en decir que así como<br />
se admira a Grecia no por los griegos del siglo XVIII, vencidos<br />
y empobrecidos, sino por los del Siglo de Pericles, así debería<br />
hablarse de “los mexicanos” en su siglo de oro, cuando “eran<br />
los amos” y no de los de 1750, cuando era un pueblo sojuzgado<br />
y empobrecido. Y para dar una muy clara prueba de la cultura<br />
mexicana, en aquella Italia que admiraba a<br />
los autores clásicos grecolatinos, los jesuitas<br />
mexicanos escriben maravillas en latín:<br />
Francisco Javier Alegre traduce en versos<br />
latinos, en hexámetros virgilianos, la<br />
Ilíada de Homero, y Rafael Landívar, en<br />
hexámetros también, escribe su Rusticatio<br />
mexicana (Por los campos de México,<br />
o Paseo por México), en que trata temas<br />
exóticos como los voladores de Papantla,<br />
las corridas de toros, las cacerías en los<br />
lagos, las bellezas del paisaje mexicano.<br />
Juan Luis Maneiro escribe su De vitis<br />
aliquot mexicanorum, sobre la vida de algunos<br />
mexicanos, en un latín digno de<br />
Cicerón, César o Tácito.<br />
Ese grupo de exiliados mexicanos,<br />
muy lejos de su amada patria, en un destierro<br />
injusto, sobreviviendo casi milagrosamente<br />
en condiciones de extrema<br />
pobreza, hizo lo que estaba en sus manos<br />
para poner en alto el nombre de México,<br />
insistiendo en que sus habitantes ya<br />
no eran ni hispanos ni novohispanos, ni<br />
mestizos o criollos o indios, sino mexicanos sin distinción. Clavigero<br />
fue tal vez el primero que tuvo la audacia de preguntar<br />
“hasta qué grado ha de llegar la dependencia que ha de tener<br />
la Nueva España de la antigua” (Proyectos útiles para adelantar<br />
el comercio de la Nueva España). No fue decisión arbitraria<br />
el homenaje que el gobierno de la República, el 6 de agosto de<br />
1970, dedicara a Clavigero y a sus compañeros, al depositar los<br />
restos mortales del historiador en la Rotonda de los Hombres<br />
Ilustres; y el Secretario de Educación Pública, Agustín Yánez, en<br />
nombre del presidente de la República, terminó así su discurso:<br />
“Sean estos actos de homenaje a la grandeza de México, en la<br />
persona de uno de sus hijos ilustres, poderoso estímulo, fecunda<br />
cátedra y decisivo ejemplo para la formación cívica de las nuevas<br />
generaciones llamadas al relevo de fuerzas en servicio —crecientemente<br />
fervoroso— de la República, o sea: la conscripción de<br />
conocimientos, emociones y resoluciones inspiradas por veraz<br />
patriotismo, a imagen y semejanza de la vida y la obra de Francisco<br />
Xavier Clavigero, gran mexicano, constructor eminente de<br />
nuestra nacionalidad”.<br />
10 IBERO
¿CUÁL INDEPENDENCIA, CUÁL REVOLUCIÓN?/valoraciones<br />
IBERO ha buscado a algunas destacadas personalidades del medio<br />
intelectual, académico y literario a fin de saber sus opiniones sobre lo<br />
más rescatable de los movimientos independentista y revolucionario de<br />
México; los saldos de ambas guerras, lo que aún permanece en la historia<br />
patria, más allá de discursos y celebraciones. ¿Hay algo qué rescatar?<br />
¿Hay algo qué celebrar? Éstas son las respuestas de quienes atendieron,<br />
verbalmente o por escrito, nuestra solicitud, y a quienes les expresamos<br />
nuestro agradecimiento y el de los lectores. (Juan Domingo Argüelles)<br />
Hemos pasado el tiempo en<br />
festejos y lamentaciones<br />
René Avilés Fabila<br />
Escritor y periodista. Sus Obras completas (a la fecha once<br />
volúmenes) han aparecido en la editorial Nueva Imagen. Director de<br />
la revista cultural Universo de El Búho<br />
›¿Hay algo<br />
qué rescatar?<br />
¿Hay algo qué<br />
celebrar?<br />
Pregunta inocua en apariencia, muy compleja en realidad.<br />
¿Qué rescatar de la Independencia y la Revolución so<br />
pena de no quedar como un apátrida o un mal mexicano?<br />
¿Conmemoraciones? Razones las hay, figuras también.<br />
Respecto a estas últimas ninguna es impoluta, a veces son mezclas<br />
confusas de sentimientos y pasiones, pero hay algunas que<br />
hasta heroicas resultan al menos para la versión oficial hecha por<br />
los liberales y más adelante por los vencedores o sobrevivientes<br />
de la Revolución. Ideas son las que faltan.<br />
Tanto un movimiento como el otro carecen de un soporte<br />
ideológico que impresione. Estados Unidos solicita su <strong>independencia</strong><br />
pidiendo libertad, democracia y una república. Nosotros<br />
casi forzados por hechos ajenos al país. Madero es el más<br />
acabado caso de ingenuidad. Fue afortunado, pudo recibir proyectos<br />
y planes del más allá, su espiritismo fue, pues, benéfico:<br />
su actuación pudo haber sido determinada por seres malignos<br />
como Atila. Sus sucesores son poco románticos y sí brutales,<br />
especialmente los que convierten al movimiento armado en<br />
sistema político burocrático. Yo no entraría en la competencia<br />
nacional para hacer recuerdos de ensoñación, lo que haría es<br />
ver hacia el futuro: ¿Cómo vamos a ser los mexicanos dentro<br />
de algunos años? ¿Seguiremos siendo parte de una lamentable<br />
partidocracia carente de ideología real (de derecha o izquierda)<br />
o simplemente la historia nos seguirá llevando como dicen las<br />
canciones mexicanas cual hoja al viento? ¿Por qué no conme-<br />
morar el Bicentenario creando un sistema político racional, más<br />
acabado, quizá un nuevo congreso constituyente, pensar en el<br />
famoso Estado de bienestar y cómo podríamos tener uno?<br />
Para la <strong>revolución</strong> me gustaría ver actos concretos que nos<br />
permitan salir del atraso económico, político y social en que,<br />
igual que en 1910, padecemos. Para esta pregunta (¿Qué hay de<br />
rescatable de la Independencia y la Revolución?) sólo tengo más<br />
preguntas. Puras interrogaciones. Cuando en Francia celebraron<br />
la Revolución que por fortuna casi acabó con la nobleza, todo<br />
era algarabía y hasta parecía un país gobernado por el PRD:<br />
allí estaban cenas “revolucionarias”, vino “revolucionario”, recorridos<br />
“revolucionarios”, filmes “revolucionarios”... Era una<br />
curiosa caricatura de un movimiento intenso y trágico. Eso sí,<br />
a la menor provocación los franceses cantaban La Marsellesa,<br />
como nosotros lo hacemos con el Himno Nacional. Estoy seguro<br />
que en México no faltarán, ya lo estamos viendo, calles que<br />
cambian de nombre y en lugar de un héroe o un país, reciben el<br />
de Bicentenario, la que hace esquina con Centenario, no faltarán<br />
puentes o presas que lleven esa misma denominación. ¿Todo en<br />
México necesita ser parodia o ridiculez? ¿En tiempos de crisis<br />
es indispensable hacer pistas de hielo, disfrazar al DF de ciudad<br />
alpina o crear el árbol más grande del mundo? Se me ocurre<br />
hacer un teletón y reunir dinero para llevar a cabo al menos una<br />
nueva <strong>revolución</strong> más justa y razonable, con resultados óptimos.<br />
Ah y no permitir más que la famosa columna de la Independen-<br />
12 IBERO
—¿Qué rescataría, si hay acaso algo<br />
qué rescatar, de la Independencia y la<br />
Revolución mexicanas?<br />
—A su pregunta, le comento lo siguiente:<br />
1. Rescataría el proyecto de hacer de<br />
México un país independiente.<br />
2. Rescataría el proyecto de hacer de<br />
México un país más justo.<br />
Carlos Montemayor. Escritor, académico y periodista.<br />
Premio Nacional de Literatura y Lingüística 2009.<br />
Autor del libro Guerra en el Paraíso.<br />
cia, donde están los restos de los héroes nacionales, siga siendo<br />
un punto clave para festejar el triunfo de la selección mexicana.<br />
Para eso hay estadios.<br />
Más que festejos o conmemoraciones, hay que ver el futuro.<br />
Hemos pasado el tiempo en festejos y lamentaciones y así el país<br />
se ha ido deteriorando más y más. ¿O es el mismo que recibimos<br />
de manos de los forzados autores de la Independencia? Al menos<br />
hemos logrado conservar la mitad del territorio original, escasa<br />
democracia, mucha corrupción, una religión fatal y eso sí, una<br />
larga cadena de caudillos de toda índole a ritmo de la música<br />
de Michael Jackson en lugar de la poesía de Sor Juana Inés de<br />
la Cruz.<br />
Foto: Corbis.<br />
Ibero 13
¿CUÁL INDEPENDENCIA, CUÁL REVOLUCIÓN?/valoraciones<br />
Dos de los más grandes<br />
engaños de nuestra historia<br />
Emmanuel Carballo<br />
Escritor y editor. Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas<br />
Artes en 2009, en reconocimiento a su trayectoria literaria. Autor del<br />
libro Protagonistas de la literatura mexicana<br />
De niño no entendía por qué cada año, en septiembre, se<br />
celebraba el 16 como aniversario de la Independencia y<br />
no el 27 del mismo mes. Ese día, del año 1821, México<br />
dejó de ser colonia de España. El 16 únicamente se conmemora<br />
el grito de Dolores, el inicio de la guerra. Al llegar a la primera<br />
juventud me di cuenta del por qué de esa operación quirúrgica.<br />
Como pueblo amamos a los héroes diáfanos como Hidalgo y<br />
sentimos desprecio por políticos pragmáticos como Iturbide. Se<br />
fue España como nación y se quedaron como dueños del país<br />
los criollos y sus aliados desde el siglo XVI, la Iglesia, el ejército<br />
y los terratenientes.<br />
Con la Revolución de 1910 el combate se dio entre mexicanos<br />
desposeídos y poseedores. Los primeros contribuyeron con<br />
la entrega a la patria del único bien que era suyo, su vida. Los<br />
poseedores sufrieron únicamente cambios casi imperceptibles,<br />
pasaron de porfiristas a ser revolucionarios: unos desde el primer<br />
momento, los más comprometidos con el dictador tardaron varias<br />
décadas en aproximarse al erario.<br />
El bicentenario y el centenario conmemoran dos “momentos<br />
gloriosos” de la historia nacional. Yo los miro desde otro punto<br />
de vista: constituyen dos de los más grandes engaños de nuestra<br />
historia. Los caudillos de ambas gestas murieron (o los mataron)<br />
pronto; ocuparon su lugar gente menor complaciente y corrupta.<br />
El país perdió el camino<br />
Hugo Gutiérrez Vega<br />
Poeta, ensayista y periodista. Medalla de Oro del Instituto Nacional<br />
de Bellas Artes en 2009. Director de La Jornada Semanal,<br />
suplemento cultural del diario La Jornada<br />
En México hubo Independencia a partir de un movimiento<br />
popular encabezado por uno de nuestros principales caudillos,<br />
Miguel Hidalgo, y por el más inteligente de los independentistas,<br />
José María Morelos, que de inmediato hizo una<br />
Constitución, la de Apatzingán. Pero la Independencia nos duró<br />
poco. Muy pronto dejamos de ser soberanos y ya estábamos<br />
dependiendo de alguna manera, como seguimos dependiendo<br />
ahora, de la política y la economía de los Estados Unidos. En<br />
este episodio el nombre fatal es el de Antonio López de Santa<br />
Anna, con sus derrotas, sus tonterías y sus entregas.<br />
La Independencia vuelve de alguna manera a establecerse con<br />
la Reforma, que es el mejor momento de México en el siglo<br />
XIX. El mejor grupo intelectual de este periodo es el de la Reforma,<br />
con Ocampo, Juárez, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez,<br />
El Nigromante, etcétera. Juárez es nuestro primer estadista. Después,<br />
la Independencia fue menoscabada y sigue menoscabada.<br />
En cuanto a la Revolución, ésta significó la caída del régimen<br />
de Porfirio Díaz. El intenso movimiento campesino hizo que<br />
se movilizara la sociedad, y produjo una clase media que ahora,<br />
desgraciadamente, está desapareciendo por la depauperación.<br />
Fue una <strong>revolución</strong> burguesa en el sentido clásico, con la variante<br />
de la participación campesina. La Revolución nos dio un<br />
estadista, Lázaro Cárdenas, que tenía una idea de Estado y que, al<br />
igual que Juárez, sabía lo que quería para la República.<br />
Pero después el país perdió el camino. Nos hundimos en el<br />
caos, la indefinición y la falta de ideas claras sobre lo que queríamos<br />
para la República. En estos momentos, la Revolución es<br />
sólo un recuerdo que hay que leer en los libros de Martín Luis<br />
Guzmán y Rafael F. Muñoz; la clase media es una memoria perdida,<br />
y la depauperación del país es cada vez mayor.<br />
14 IBERO
Hace muy poco viajé a Morelia y a Guanajuato. A partir de lo<br />
que observé, deploro decir que no sé si ganamos algo con la<br />
Independencia y con la Revolución, pues a mi parecer seguimos<br />
igual que antes de la Independencia y antes de la Revolución, y el<br />
copete de Peña Nieto se yergue ominoso sobre todos nosotros. Ya<br />
ni la literatura nos puede salvar.<br />
Bruno Estañol. Narrador y ensayista. Premio Nacional de Cuento. Entre sus libros más<br />
recientes está la novela La conjetura de Euler (Cal y Arena, 2005).<br />
Existe un elemento<br />
atávico que urge superar<br />
Hernán Lara Zavala<br />
Escritor, académico y editor. Autor del libro Península, Península<br />
(Alfaguara, 2008), Premio Iberoamericano de Novela “Elena<br />
Poniatowska” 2009<br />
Tanto la Independencia como la Revolución fueron dos momentos<br />
históricos importantes y significativos para afianzar<br />
la identidad nacional y para fomentar una mejor distribución<br />
de la riqueza y de la justicia social en el país durante los<br />
siglos XIX y XX. Sin embargo, me parece que en ambos casos,<br />
Independencia y Revolución mexicanas, existe un elemento<br />
atávico que urge superar.<br />
Logrados la <strong>independencia</strong> y el concepto de nación debemos<br />
pugnar ahora por aceptar tanto nuestro pasado hispánico como<br />
el indígena. Debe erradicarse del sentir popular el rencor histórico<br />
en contra de la conquista porque además de ser un hecho<br />
irreversible nuestra cultura, nuestra lengua y nuestra concepción<br />
del mundo son fundamentalmente occidentales y en tanto no<br />
aceptemos nuestra herencia hispánica como parte de nuestra<br />
identidad, como mexicanos estaremos condenados a ser y a vivir<br />
como un pueblo resentido.<br />
Lo mismo sucede con la Revolución que incluso logró institucionalizarse<br />
como parte de la visión del mundo del país durante<br />
un largo siglo. Sin embargo, ha llegado el momento de<br />
que en lugar de rendirle pleitesía a la violencia y a la sacrosanta<br />
palabra “<strong>revolución</strong>”, en cuyo nombre se han cometido tantísimas<br />
injusticias y crímenes en todo el orbe, pugnemos ahora<br />
por nuevos derroteros más institucionales, más democráticos y<br />
jurídicamente más rigurosos para superar las diferencias de clase,<br />
para tener una legislación más justa y para permitir que todo<br />
mexicano tenga derecho a una vida digna. No olvidemos que el<br />
rencor y la violencia generan mayor rencor y mayor violencia.<br />
Nos está faltando<br />
un proyecto nacional<br />
Mauricio de Maria y Campos<br />
Director del Instituto de Investigaciones sobre Desarrollo Sustentable y<br />
Equidad Social (IIDSES) de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />
de México. Ha sido Embajador de México en Sudáfrica, Embajador<br />
para Proyectos Especiales y Asesor de la ONU en África y Medio<br />
Oriente. Coeditor del libro ¿Estamos Unidos Mexicanos?: Los<br />
límites de la cohesión social en México, Informe de la Sección<br />
Mexicana del Club de Roma<br />
México está viviendo una gran crisis multidimensional:<br />
en lo político, lo económico, lo social, la educación, la<br />
salud y la seguridad. Por ello, creo que, si queremos mirar<br />
hacia adelante, la mejor manera de celebrar estos dos centenarios<br />
es reflexionando sobre lo que pretendimos ser con ambos<br />
movimientos. Éste es el momento clave y la oportunidad para<br />
reflexionar, justamente cuando estamos viviendo la más grande<br />
crisis nacional que yo recuerde, porque ésta es una crisis de identidad<br />
como nación. Por ello, en estos momentos, vale la pena<br />
asomarse al pasado para ver cómo éramos antes y cómo somos<br />
hoy y qué entendemos por <strong>independencia</strong> no nada más en lo<br />
político, sino también en lo económico, en lo cultural, etcétera.<br />
Mantener nuestra identidad como nación es algo muy complejo<br />
en esta época globalizadora y de interdependencia internacional.<br />
Creo que no hemos logrado cabalmente nuestros propósitos<br />
de <strong>independencia</strong> nacional, pues en muchos aspectos seguimos<br />
demasiado ligados a visiones externas y faltos de una verdadera<br />
reflexión de lo que hoy somos. Los países exitosos son los que tienen<br />
su propio proyecto nacional, que es lo que nos está faltando.<br />
En el caso de la Revolución es necesario examinar qué pretendimos<br />
con ella y qué conseguimos verdaderamente cuando nos<br />
propusimos reducir los privilegios sociales y tener un México más<br />
grande y justo para todos los mexicanos y no nada más para una<br />
élite. En este sentido, creo que lamentablemente muchos de los<br />
problemas del pasado (inequidad, mala distribución del ingreso<br />
y de la riqueza, etcétera) siguen vigentes, y la tarea pendiente es<br />
enorme. Lo que tendríamos que hacer es aprovechar el momento<br />
actual para pensar cómo podemos construir y reconstruir un<br />
México independiente y un México más justo y más próspero.<br />
Ibero 15
¿CUÁL INDEPENDENCIA, CUÁL REVOLUCIÓN?/valoraciones<br />
La pregunta me parece muy pertinente, y creo, para empezar,<br />
que los dos movimientos, Independencia y Revolución, son<br />
absolutamente rescatables. En cuanto a la primera, porque no<br />
somos aún, ni remotamente, una nación independiente (cada vez<br />
menos, y no está de más recordarlo); la segunda, porque no somos<br />
aún, ni remotamente, un país en el que exista el sufragio efectivo<br />
(cada vez menos, y no está de más recordarlo).<br />
Víctor Jiménez. Arquitecto e investigador. Director de la Fundación Juan Rulfo. Coautor<br />
del libro Inquisición y arquitectura (México, Editorial RM, 2009).<br />
Un gigantesco fracaso histórico<br />
Alberto Montoya Martín del Campo<br />
Académico de tiempo completo de la Dirección de Investigación de la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y miembro del Centro<br />
de Estudios Estratégicos Nacionales. Autor del libro Neoliberalismo<br />
y sociedad<br />
Me parece muy grave que, en esta oportunidad, ni el Poder<br />
Ejecutivo ni el Legislativo hayan convocado a una<br />
verdadera reflexión nacional sobre nuestra identidad<br />
e intereses. Más allá de los discursos de celebración, no se ve<br />
en absoluto un esfuerzo real de reflexión sobre lo que significan<br />
los movimientos de Independencia y Revolución mexicanas.<br />
México ha cedido poder como Estado-Nación frente a los<br />
procesos de acumulación de las empresas globales, lo cual nos<br />
está llevando a una involución histórica con consecuencias que,<br />
seguramente, serán cada vez más graves, no sólo por la mayor<br />
desigualdad social, el aumento de la pobreza y la pérdida de<br />
cohesión nacional, sino también por los claros procesos de descomposición<br />
que se traducen en una violencia descontrolada del<br />
crimen organizado, que ha vulnerado a toda la sociedad.<br />
En este contexto histórico globalizador, padecemos una pérdida<br />
creciente de identidad y de reconocimiento de nuestros<br />
intereses nacionales. La Independencia refleja la voluntad de autonomía,<br />
de libertad, y ese espíritu que animó este movimiento<br />
hace doscientos años hoy está francamente en un proceso de disolución.<br />
Nuestro país se ha rendido de manera pasiva a poderes<br />
externos y ha abandonado ese proyecto histórico de construcción<br />
de una soberanía, la que no solamente es política, sino que<br />
también requiere una base económica, social, cultural, educativa,<br />
jurídica, resultado del trabajo de muchas generaciones.<br />
Por otra parte, es evidente que México dejó de guiarse y gobernarse<br />
por la Constitución de 1917, y en cambio adoptó de<br />
facto la mayor prelación y jerarquía de los tratados de libre comercio<br />
sobre nuestro proceso de desarrollo, y ahí están claramente<br />
los resultados de este gigantesco fracaso histórico en el<br />
cual estamos instalados.<br />
Somos el hazmerreír en el<br />
concierto internacional<br />
Humberto Musacchio<br />
Escritor y periodista. Autor del diccionario enciclopédico Milenios<br />
de México. Su más reciente libro es El Taller de Gráfica Popular<br />
(México, Fondo de Cultura Económica, 2007)<br />
Lo más valioso de la Independencia es que permitió que cesara<br />
la transferencia de riqueza mexicana a España (ahora se<br />
transfiere a Estados Unidos). Lo más valioso de la Revolución<br />
es que después de la fase armada se desplegó un prolongado<br />
proceso que nos dio educación primaria obligatoria, laica y gratuita<br />
y una buena educación media y superior igualmente laica y<br />
gratuita; un respetable sistema de salud (vacunación masiva, IMSS,<br />
ISSSTE, etc.); que hubo una intensa movilidad social con la que<br />
se abrieron oportunidades de mejoramiento para el grueso de la<br />
población; que el mundo del trabajo tuvo derechos laborales y<br />
un crecimiento de varias décadas; que México, gracias a su digna<br />
política exterior y pese a los inevitables zarpazos del vecino del<br />
norte, se ganó un respetable lugar en el mundo... En fin, supongo<br />
que hubo más, pero eso me parece lo más importante.<br />
Lamentablemente, el sistema de educación pública está en proceso<br />
de extinción, la salud se privatiza a paso acelerado, hace varias<br />
décadas cesó la movilidad social ascendente, desde hace más de un<br />
cuarto de siglo la economía crece menos de uno por ciento anual<br />
y la distribución de la riqueza es cada vez más lesiva a los de abajo,<br />
que de ser los abanderados de la no intervención y la autodeterminación<br />
hoy somos el hazmerreír en el concierto internacional.<br />
La Independencia y la Revolución nos dieron el legítimo orgullo<br />
de ser mexicanos, lo que también se está perdiendo, pues<br />
millones de paisanos quieren ser gringos y muchos ya lo están<br />
consiguiendo: uno de cada nueve nacidos en México radica permanentemente<br />
en el país vecino, lo que no incluye a hijos y nietos<br />
nacidos de aquel lado ni a los migrantes que van y vienen.<br />
16 IBERO
Sólo se salvan las ideas de<br />
libertad y justicia<br />
Eduardo del Río, Rius<br />
Caricaturista, historietista y escritor. Pronto aparecerá su libro Ni<br />
<strong>independencia</strong> ni <strong>revolución</strong>, en Editorial Planeta<br />
Pienso que lo único rescatable de la Independencia son las<br />
ideas de libertad (sobre todo para los pobres y los indios)<br />
que manejaron Hidalgo y Morelos, y que finalmente no<br />
se pusieron en práctica por el fracaso de la guerra. Igualmente<br />
en el caso de la supuesta Revolución, sólo se salvan las ideas de<br />
libertad y justicia que manejaron Flores Magón, Pancho Villa y<br />
Zapata a favor de los pobres. Fracasados los tres, el único que<br />
trató de llevarlas a cabo fue Lázaro Cárdenas y ya sabemos lo que<br />
pasó después de su sexenio. Parece que los pobres y los indios<br />
tendrán todavía que esperar un rato para que se les haga justicia.<br />
Los pueblos indígenas no tienen<br />
nada que celebrar<br />
Rodolfo Stavenhagen<br />
Ex Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de<br />
la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Premio Nacional<br />
de Ciencias y Artes. Autor del libro Conflictos étnicos y Estado<br />
nacional (ONU/Siglo XXI, 2000)<br />
Para los pueblos indígenas, la Independencia y la Revolución<br />
tienen muy poco significado. ¿Qué pueden celebrar<br />
ellos? Para empezar, en los primeros cien años fueron víctimas<br />
de explotación, despojos y discriminación por parte del<br />
Estado Nacional, Independiente, Soberano y Republicano. Por<br />
lo que toca a la Revolución de 1910, ésta les prometió sobre todo<br />
reparto de tierras y educación, pero los gobiernos surgidos de esa<br />
<strong>revolución</strong> les han cumplido muy poco o casi nada. A cien años<br />
de esa guerra, la situación de los pueblos indígenas sigue siendo,<br />
en general, realmente desastrosa. Lo único que podemos desear<br />
es que para el tricentenario las cosas hayan cambiado.<br />
Ibero 17
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/examen<br />
›Revolución<br />
y vida cotidiana<br />
Perla Chinchilla Pawling<br />
Coordinadora de la Conmemoración de los Centenarios,<br />
de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México<br />
Como historiadora, aunque no como especialista<br />
del tema, y al tener la encomienda por parte de<br />
la UIA de coordinar la conmemoración de lo<br />
que hemos llamado “los Centenarios”, me permito<br />
hacer algunas reflexiones que relacionan<br />
estas celebraciones con la producción de conocimiento histórico<br />
hoy. En concreto, el peso cada vez mayor que ha adquirido la<br />
recuperación histórica de la vida cotidiana.<br />
Si bien la narración de costumbres de pueblos, regiones y grupos,<br />
así como la de anécdotas de la vida de los grandes personajes<br />
ha sido una práctica recurrente en la “historia de la cultura” o<br />
en el género biográfico, es hasta hace sólo algunas décadas que<br />
el estudio de lo cotidiano ha adquirido carta de naturaleza en la<br />
disciplina de la historia.<br />
En este ámbito sitúo la reflexión sobre el vínculo entre “vida<br />
cotidiana y <strong>revolución</strong>”, ya que el curso de una <strong>revolución</strong> es un<br />
espacio privilegiado para apreciar el problema de la casi inconmensurabilidad<br />
entre el punto de vista del actor social como hacedor<br />
del día a día de la historia y el historiador como hacedor de<br />
“acontecimientos históricos”, pues el tiempo vivido y la perspectiva<br />
presentista del primero se enfrentan al tiempo histórico y la<br />
visión de conjunto que requiere el historiador para trabajar con un<br />
fenómeno social como el de las revoluciones, las cuales en especial<br />
fracturan las rutinas y costumbres diarias y colocan a los actores en<br />
un peculiar estado de falta de perspectiva y continuidad, a la vez<br />
que algunos perciben que están en un momento excepcional.<br />
Las revoluciones<br />
En un texto ya clásico, Theda Skocpol, al referirse a “las causas”<br />
de las “revoluciones sociales de Francia, Rusia y China”,<br />
afirmaba que éstas “fueron lanzadas por crisis centradas en las<br />
estructuras y situaciones de los Estados de los antiguos regímenes”.<br />
1 Controvertidas o superadas, descripciones de este tipo son<br />
las que se han ocupado de presentar una <strong>revolución</strong> como un<br />
proceso social complejo, datable y en el que el tiempo histórico<br />
se condensa y acelera. Este tipo de concepción de una <strong>revolución</strong><br />
es el que hemos elaborado los historiadores y científicos<br />
sociales, pero los contemporáneos de esos movimientos sociales<br />
no pueden percibir en su momento esto es, el proceso completo<br />
y logrado, incluso cuando ya le es posible tener en mente la organización<br />
de un movimiento social revolucionario. 2<br />
Foto:Corbis.<br />
18 IBERO
Las revoluciones y lo cotidiano<br />
Al referirse a la visión del “hombre ordinario” el que todos somos<br />
en nuestra vida cotidiana, De Certeau describe a éste como<br />
caminante “cuyo cuerpo obedece a los trazos gruesos y a los<br />
más finos [de la caligrafía] de un “texto” urbano [él se refiere<br />
al habitante de la ciudad] que escriben sin poder leerlo. Estos<br />
practicantes manejan espacios que no se ven; […] Las redes de<br />
estas escrituras que avanzan y se cruzan componen una historia<br />
múltiple, sin autor ni espectador, formada de fragmentos de trayectorias<br />
y alteraciones de espacios: en relación con las representaciones,<br />
esta historia sigue siendo diferente, cada día, sin fin.” 3<br />
Así ha surgido otra perspectiva historiográfica, que trabaja a<br />
partir de ese presente fragmentado, unidimensional y sufriente<br />
del que experimentó y al mismo tiempo llevó a cabo una <strong>revolución</strong><br />
ya “fraguada” como la francesa, rusa, china o mexicana, o<br />
fracasada como las Revoluciones de 1948.<br />
Ver desde ahí a los habitantes de la Nueva España de 1810<br />
y de 1910, incluso a sus líderes e ideólogos, es comprender estos<br />
movimientos sociales desde otro ángulo, y nos permite ver<br />
cómo se movían en el espacio de lo cotidiano,<br />
en el que percibían en forma<br />
fragmentada, confusa y dubitativa lo que<br />
les rodeaba, al tiempo que por pertenecer<br />
a grupos sociales muy diversos, tanto los<br />
canales de información a los que tenían<br />
acceso como sus intereses, descontentos y<br />
agravios eran distintos aunque no necesariamente<br />
antagónicos, al mismo tiempo<br />
que locales, o en todo caso regionales<br />
en el mejor de los casos. Pero incluso en<br />
muchos casos la violencia y las luchas ni<br />
siquiera fueron experimentadas en carne<br />
propia, como fue el caso de la ciudad de<br />
México, en la que escasamente se sufrió la guerra como tal. Ellos<br />
ciertamente participaron de un modo u otro en esas “revoluciones”,<br />
pero fue hasta muchas décadas después cuando los historiadores<br />
las convertimos en gestas heroicas, con finalidades claras<br />
y metas unívocas: conseguir la <strong>independencia</strong> de México en el<br />
primer caso, y liberar al pueblo oprimido en el segundo.<br />
No quisiera concluir sin presentar un par de ejemplos de estas<br />
vivencias, en el tono y límites que he tratado de explicitar en<br />
este breve espacio:<br />
Durante la guerra de Independencia, el comandante realista de<br />
Ometepec escribió en 1811: “Poca confianza [en] unos y otros<br />
[compañía patriota y voluntarios] por ser gente sin instrucción,<br />
burda e ignorante, que no conciben ni saben formar ideas de [las]<br />
ventajas que les resultaran defendiendo sus patrias y familias; y así<br />
los pocos que se alisten jamás tomarán empeño en una acción o<br />
ataque en que se necesite de sus brazos; yo los conozco”. 4<br />
Entre 1914 y 1916 en la zona zapatista, durante la Revolución,<br />
“la tragedia rondaba cotidianamente y la mortalidad infantil,<br />
elevada de por sí en la época y en la región posiblemente se<br />
incrementó como consecuencia de la guerra. A Gregorio García<br />
sus niños se le murieron. Por lo tanto susto… como entraron los<br />
carrancistas salimos y nos correteaban, un llano pasamos y nos<br />
seguían los carrancistas y ya nos tiraban… para matar… y como<br />
llegamos a un pueblito y como tanto ciruela y guayaba comió el<br />
niño, comió harto guayaba y luego tomó el agua en ayunas…<br />
luego otro día ya se murieron”. 5<br />
Por último mencionaré el trágico ejemplo del revolucionario<br />
ruso Fedoséyev, quien antes de suicidarse, víctima de la presión<br />
nerviosa y su incapacidad para trabajar dejó a Lenin un mensaje en<br />
el que escribía que no cometía este acto “por estar desilusionado”,<br />
y que continuaba con una “fe en la vida, inquebrantable y total”. 6<br />
Cada uno de estos ejemplos nos muestra los presentes de los<br />
“caminantes” de tres revoluciones.<br />
El curso de una <strong>revolución</strong> es un espacio<br />
privilegiado para apreciar el problema de<br />
la casi inconmensurabilidad entre el punto<br />
de vista del actor social como hacedor del<br />
día a día de la historia y el historiador como<br />
hacedor de “acontecimientos históricos”.<br />
1 Theda Skocpol, “Causas de las revoluciones sociales en Francia, Rusia y China”, en<br />
Perla Chinchilla, Historia e interdisciplinariedad, México, Departamento de Historia UIA,<br />
1994 (Antologías Universitarias, 3), p. 167.<br />
2 Esto sólo fue posible con posterioridad a la Revolución Francesa, ya que a partir<br />
de allí empezó a surgir el propio “concepto de <strong>revolución</strong>” como un momento de<br />
cambio inaugural que se proyecta hacia el futuro, en tanto que antes significaba<br />
incluso lo contario: el regreso a los orígenes. En este sentido, Francisco Rivero Rubio<br />
comenta que incluso “en 1789 pocos hablaban de abolir todo para emprender una<br />
reconstrucción total” sobre terrenos eternamente nuevos […]. De esta forma, el espiral<br />
que retorna a lo antiguo, pero abriéndose en círculos concéntricos cada vez más<br />
distantes fue adquiriendo una dimensión del tiempo irrepetible […] Podríamos decir<br />
que aproximadamente dura de 1780 a 1820”. Texto manuscrito, 2009.<br />
3 Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano. 1. Artes de Hacer, México, UIA,<br />
1996, p. 105.<br />
4 Citado en Eric van Young, La otra rebelión. La lucha por la <strong>independencia</strong> de México,<br />
1810-1821, México, Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 596.<br />
5 Citado en Felipe Arturo Ávila Espinosa, “La vida campesina durante la Revolución: el<br />
caso zapatista”, en Pilar Gonzalbo Aizpuru (dir.), Historia de la vida cotidiana en México,<br />
México, El Colegio de México/Fondo de Cultura Económica, 2006, tomo V, p. 78.<br />
6 Edmund Wilson, Hacia la estación de Finlandia, Madrid, Alianza Editorial, 1972, p. 107.<br />
Ibero 19
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/investigación<br />
Fotos: Corbis.<br />
› ¿ Revolucionarios?, ¿revoltosos?:<br />
Primeras noticias de la Revolución<br />
Teresa Matabuena Peláez<br />
Coordinadora de Acervos Históricos de la Biblioteca Francisco Xavier<br />
Clavigero de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México<br />
20 IBERO<br />
Día a día, a lo largo de todo su mandato, el presidente<br />
Porfirio Díaz recibió un gran número de cartas<br />
enviadas por todos los grupos sociales, provenientes<br />
de todas partes de la República y del extranjero.<br />
Por medio de estas misivas, gobernadores, jefes políticos,<br />
presidentes municipales, autoridades locales, jefes militares<br />
y ciudadanos le enviaban informes, lo enteraban de eventos<br />
importantes en sus estados y comunidades, le comunicaban sus<br />
opiniones sobre diversos asuntos y le pedían instrucciones y<br />
consejos. Le llegaban felicitaciones por diversas celebraciones,<br />
como su cumpleaños, el triunfo en las elecciones, tomas de posesión,<br />
la conmemoración de la batalla del 2 de abril, la del 5 de<br />
mayo o las Fiestas del Centenario.<br />
Los ciudadanos utilizaban este medio para comunicarse con<br />
el Presidente y hacerle llegar sus inquietudes, saludos, peticiones,<br />
solicitud de favores y audiencias, le enviaban muestras de<br />
admiración y respeto y en algunas ocasiones estas misivas acompañaban<br />
a algún regalo o fotografía. Una parte importante de<br />
esta correspondencia, un poco más del 40% de las cartas, está<br />
formada por peticiones. A lo largo de sus años como presidente<br />
de México, Díaz recibió infinidad de solicitudes enviadas por<br />
personas de diversos grupos sociales, de diferentes sexos y edades.<br />
Becas, audiencias, ascensos, ayudas económicas, préstamos,<br />
solicitudes de indulto, pensiones e incluso empleos le fueron<br />
pedidos por los mexicanos que veían al Presidente como el Todopoderoso<br />
que, si quería, podía otorgar cualquier cosa. 1<br />
Varios acontecimientos importantes marcan la temática particular<br />
de la correspondencia recibida por Porfirio Díaz desde<br />
mediados y hasta finales de 1910, como lo fueron las elecciones<br />
presidenciales, llevadas a cabo en julio, la última reelección de<br />
Porfirio Díaz, las Fiestas del Centenario, la toma de posesión<br />
como presidente en diciembre y los inicios del movimiento maderista.<br />
La temática de la correspondencia de estos meses, en rasgos<br />
generales es la misma que en años y meses anteriores, pero
entre las cartas de los dos últimos meses<br />
de este año destacan dos temas especiales:<br />
la toma de posesión del presidente, por la<br />
cual recibe felicitaciones y votos de confianza,<br />
y los informes que le enviaban sobre<br />
las actividades de los “revoltosos”.<br />
La revisión de la correspondencia recibida<br />
por Díaz en noviembre y diciembre<br />
de 1910 2 nos permite acercarnos al<br />
conocimiento que tuvo el presidente de<br />
los primeros pasos de los movimientos revolucionarios, cartas<br />
y telegramas de México, así como del extranjero, le llegaron<br />
al presidente Díaz informándole del avance del maderismo en<br />
los diferentes estados de la República. Menos del 10% de los<br />
documentos de estos meses mencionan de alguna manera el levantamiento<br />
armado, dentro de éstos se pueden encontrar varias<br />
vertientes de información. 3<br />
Existe correspondencia de aquellos que ofrecen su voto de<br />
confianza y apoyo contra los “revoltosos” y lo felicitan por la<br />
manera como ha ido acabando con el movimiento. Algunas de<br />
estas cartas vienen firmadas por particulares, mientras que otras<br />
fueron enviadas por ayuntamientos y presidencias municipales.<br />
Así, por ejemplo, el 9 de diciembre de 1910 Juan de la Torre, a<br />
nombre del ayuntamiento de Mezoquite, en Jalisco, le informa<br />
que en la sesión extraordinaria del ayuntamiento del 8 de diciembre<br />
se acordó darle el “más sincero voto de gracias por la<br />
energía y patriotismo sin límites que ha desplegado V. E. en sofocar<br />
los conatos de <strong>revolución</strong> que se iniciaron o registraron últimamente<br />
en la República, asimismo que se protesta por parte de<br />
esta corporación, contra los intentos revolucionarios dichos”. 4<br />
El Ayuntamiento Constitucional de Tarimoro en Guanajuato en<br />
su sesión extraordinaria del 7 de diciembre aprobó por unanimidad<br />
la invitación del Ayuntamiento de Irapuato para “protestar contra<br />
las perturbaciones que desgraciadamente han tenido lugar en algunas<br />
poblaciones del norte de la República, promovidas por grupos<br />
de criminales antipatrióticos y también dar un voto de confianza,<br />
adhesión y agradecimiento al invicto General Porfirio Díaz”. 5<br />
Otro grupo de cartas son aquéllas en las cuales los gobernadores,<br />
jefes políticos o militares e inclusive particulares le informan<br />
de la situación en sus estados, la mayoría de ellas son en tono positivo:<br />
no hay novedad en el estado, los maderistas no se han levantado<br />
en armas, o si es el caso contrario: hubo levantamientos,<br />
pero éstos se encuentran controlados. También le informan que<br />
tienen noticias sobre posibles alzamientos. Así, por ejemplo, el<br />
14 de noviembre de 1910 Clemente Villaseñor jefe de la cuarta<br />
zona militar le escribe desde Guadalajara: “Un amigo mío bajo<br />
toda reserva me ha comunicado que tiene conocimiento por<br />
otra persona que vio un plan revolucionario firmado por Madero<br />
y otros para que el día 20 del actual, se levantarán en armas en<br />
varios estados de la República, entre ellos Jalisco […] También se<br />
dice que el citado día 20 [de noviembre] estará Madero en una<br />
de las poblaciones fronterizas y que tiene 8,000 carabinas”. 6 Le<br />
agrega que no cree que el rumor sea cierto pero, si acaso sucede<br />
Los mexicanos veían al<br />
Presidente Porfirio Díaz como<br />
el Todopoderoso que, si quería,<br />
podía otorgar cualquier cosa.<br />
algo, se encuentra preparado y la zona militar a su mando siempre<br />
le será incondicional.<br />
El gobernador de Yucatán, en una carta fechada el 7 de diciembre,<br />
informa al presidente Díaz: “Rumórase aquí que los<br />
maderistas tratan de verificar en Yucatán un movimiento revolucionario<br />
a mediados o fines del mes en curso. [A] Todos los<br />
enemigos del orden los tengo bien vigilados”. 7<br />
Los informes quizá más interesantes de estos meses relacionados<br />
con el movimiento maderista son aquellos enviados por<br />
los gobernadores de Chihuahua y de Coahuila, los triunfos o<br />
derrotas en las batallas, el número de prisioneros, las actividades<br />
de la familia Madero, la participación de Venustiano Carranza en<br />
el movimiento o las actividades de Madero en San Antonio 8 son<br />
algunos de los eventos que marcan la correspondencia proveniente<br />
de estos estados.<br />
Desde Chihuahua donde, al parecer, por la correspondencia<br />
revisada el movimiento y la lucha armada son más serios, Díaz es<br />
informado de los combates y refriegas en el Cañón de Malpaso<br />
y en Guerrero, así como en otros puntos del estado. Se le hace<br />
saber los problemas que se tuvieron para mover las tropas por<br />
tren, ya que los ferrocarrileros se negaron a transportarlas por<br />
estar amenazados ellos y sus familias. 9<br />
En general, los gobernadores informan que sus estados están en<br />
paz y sin novedad, pero se encuentran preparados para afrontar a<br />
los “revoltosos” y tienen bien vigiladas a personas sospechosas. 10<br />
Ya fuera por informes de su embajador en los Estados Unidos<br />
o por diferentes agentes contratados para tal fin, las actividades de<br />
los revolucionarios en general, y de Madero y los Flores Magón<br />
en particular, en ciudades estadounidenses como San Antonio,<br />
Laredo o Houston, fueron conocidas por Díaz por medio de cartas<br />
y telegramas que le llegaban con frecuencia. Planes políticos,<br />
movimientos, reuniones y publicaciones de los revolucionarios<br />
en el extranjero fueron conocidos por Díaz. En una carta fechada<br />
en Washington, el 1 de diciembre de 1910, Francisco León de la<br />
Barra después de felicitarlo por su toma de posesión e informarle<br />
sobre cómo se encuentran las relaciones de ambos países le<br />
comenta: “Uno de los asuntos que más me han preocupado en<br />
estos últimos tiempos, ha sido el de la aprehensión de Madero, así<br />
como la de Flores Magón y sus socios”. 11 El presidente conoce<br />
los actividades realizadas por su embajador ante las autoridades<br />
norteamericanas para hacer valer las leyes de neutralidad; le informa<br />
también de las actividades de Madero, y de los esfuerzos<br />
realizados para desmentir las noticias aparecidas en Estados<br />
Ibero 21
¿Cuál Independencia, <strong>cuál</strong> Revolución?/investigación<br />
Unidos en donde presentan la revuelta como generalizada y no<br />
como es en realidad: una serie de levantamientos aislados. 12<br />
Desde Europa, Díaz recibe cartas de apoyo e información de<br />
cómo se veía el movimiento en aquellas latitudes. Según Limantour,<br />
que se encontraba en París, las noticias sobre los levantamientos eran<br />
exageradas y se notaba una campaña contra México difundida por<br />
la agencia Reuter de la que hicieron eco las agencias europeas. 13<br />
Enrique de Angeli desde Roma le informa que está enterado de los<br />
acontecimientos, mismos que lo tienen muy disgustado. 14<br />
Otro grupo de cartas son aquellas en donde personas informadas<br />
del levantamiento le ofrecen sus servicios, como soldados,<br />
informantes, médicos, espías, ferrocarrileros, etcétera. También se<br />
ofrecen para capturar a Madero ya que conocen sus movimientos<br />
y propiedades. Personas sin empleo, militares en retiro, además<br />
de oportunistas, encuentran en el movimiento una fuente<br />
para obtener ingresos. 15<br />
Llaman la atención las misivas de Evaristo Madero el cual trata<br />
de convencer a Díaz a través de sus cartas y de una audiencia<br />
que le solicitó su hijo Ernesto para comprobarle: nuestra absoluta<br />
abstención en los desgraciados movimientos políticos que<br />
últimamente han sacudido al país. 16 Evaristo Madero insiste en<br />
su correspondencia en hacer notar la adhesión que él y sus hijos<br />
tienen a Díaz y afirman no haber simpatizado ni financiado<br />
nunca los trabajos políticos de su nieto Francisco. En una familia<br />
numerosa, afirmaba: “es cosa común que alguno se sus miembros<br />
tengan ideas extravagantes o alguna otra lacra de las que no<br />
faltan en la humana naturaleza […] como ha sucedido con mi<br />
nieto Francisco que se le ha metido en la cabeza meterse en la<br />
alta política, aconsejado por los espíritus, pues es espiritista”. 17<br />
Desde el inicio del movimiento las víctimas del mismo le piden<br />
ayuda a Díaz y así, personas encarceladas por maderistas,<br />
que aseguran no serlo, como por ejemplo Francisco Herrera, le<br />
escriben desde la Penitenciaría de San Luis Potosí solicitando<br />
su ayuda para salir de la cárcel: “Nunca había sido preso; y hoy,<br />
por equívoco o no sé por qué, se me confunde con los infames<br />
y traidores maderistas, siendo yo con toda forma contrarios a<br />
ellos”. 18 O ciudadanos que fueron asaltados por los “revoltosos”,<br />
piden su ayuda. Así por ejemplo Vicente Granados le informa<br />
desde Chihuahua que es un cura y que le fueron robados quinientos<br />
pesos y dos caballos que tenía destinados para la construcción<br />
de la iglesia. 19 En otras ocasiones los familiares de los<br />
encarcelados piden su ayuda e intervención; éste es el caso de<br />
B. M. Alatriste, hermana y tía de la esposa e hija de Aquiles Serdán,<br />
las cuales fueron apresadas el día 18 de noviembre después<br />
del tiroteo en su casa. “Mi hermana y sobrina están para ser<br />
trasladadas a esta capital con el objeto que siga el proceso el Sr.<br />
Juez de Distrito. Sin ningunos méritos ante usted le ruego con<br />
encarecimiento que teniendo en cuenta la inocencia y enfermedad<br />
de ellas y demás circunstancias que las favorecen, tenga<br />
la bondad de hacerme la gracia de señalarles para su detención<br />
un local que no sea la cárcel pública ni la penitenciaría sino mi<br />
casa u otra, comprometiéndome, empeñando hasta mi vida, a<br />
mantenerlas incomunicadas y a responder por su seguridad”. 20<br />
Acompaña la solicitud con un memorándum con los principales<br />
puntos de proceso. Afirma no tomaron parte en el tiroteo ni en<br />
el movimiento, sino que sólo fueron testigos y víctimas ya que la<br />
refriega fue en su casa, las tienen incomunicadas, se encuentran<br />
en mal estado de salud y una de ellas está embarazada.<br />
A través de la correspondencia revisada vemos que el presidente<br />
Díaz estuvo informado del desarrollo del movimiento<br />
revolucionario desde sus primeros días. Gobernadores, militares,<br />
autoridades locales, amigos y ciudadanos le informan del avance<br />
del movimiento en los estados, le ofrecen sus servicios, le piden<br />
ayuda y le dan consejos para terminar con los “revoltosos”. Esta<br />
información está mezclada con la correspondencia cotidiana de<br />
estos meses en donde empleos, ayudas, audiencias, becas, ascensos,<br />
entre otros, le son solicitadas, las felicitaciones las muestras<br />
de admiración y respeto incluso los últimos comentarios de las<br />
Fiestas del Centenario le fueron enviados como si la situación<br />
del país fuera la misma que en años anteriores.<br />
Pocos indicios podemos encontrar en las cartas recibidas por<br />
Porfirio Díaz entre noviembre y diciembre de 1910, que su recién<br />
tomada presidencia tan solo duraría unos meses más. Amigos,<br />
gobernadores, embajadores y ciudadanos lo felicitan por su<br />
nuevo periodo de gobierno: las riendas de la patria, le dicen, se<br />
encuentran en buenas manos y la paz y progreso conseguidos a<br />
lo largo de sus 30 años de gobierno continuarían. La Revolución<br />
no se ve como un movimiento importante, se percibe en las<br />
cartas recibidas por Díaz en estos primeros días del movimiento,<br />
que el fracaso del mismo es inminente.<br />
1 Cerca de 800,000 documentos de la correspondencia<br />
de Porfirio Díaz han llegado hasta nosotros. Estos<br />
documentos integran la Colección Porfirio Díaz (CPD)<br />
formada por la correspondencia recibida por el presidente<br />
de México entre 1876 y 1916. Este importante<br />
fondo documental está en custodia de la Biblioteca<br />
Francisco Xavier Clavigero de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong><br />
Ciudad de México.<br />
2 Para este artículo se revisaron los últimos de 4,000<br />
documentos de los 21,000 que integran el año de 1910.<br />
3 En estos documentos revisados se encontró un<br />
número limitado que hablan francamente en contra<br />
de Porfirio Díaz. Destaca el documento 19816 titulado:<br />
Al Tirano de México.<br />
4 CPD Legajo 35 documento 21083.<br />
5 CPD Legajo 35 documento 21099.<br />
6 CPD Legajo 35 documento 17631.<br />
7 CPD Legajo 35 documento 20834. Fechado en Mérida<br />
el 7 de diciembre 1910.<br />
8 CPD Legajo 35 documento 18862.<br />
9 Se encuentran en los documentos revisados algunas<br />
sugerencias para solucionar estos problemas entre<br />
ellos militarizar al personal de ferrocarriles o contratar<br />
gente que le sea fiel en puestos claves de ferrocarriles<br />
para lo cual algunos ciudadanos ofrecen sus servicios.<br />
Documentos: 19574 y 19903.<br />
10 CPD Legajo 35 documentos: 18812, 19040,<br />
19239,19623, 19760, 19816, entre otros.<br />
11 CPD Legajo 35 Documento 19401-19402.<br />
12 CPD Legajo 35 Documento 19401-19402.<br />
13 CPD Legajo 35 Documento 19888. Fechada el 23<br />
de noviembre de 1910.<br />
14 CPD Legajo 35 Documento 19512. Fechado el 26<br />
de noviembre de 1910.<br />
15 CPD Legajo 35 documentos: 19508, 19512, 19574,<br />
19739, 20547, 20572, 20621, 20658.<br />
16 CPD Legajo 35 Documento 20711. Carta de Ernesto<br />
Madero a Porfirio Díaz. Fechado en México D.F. , el<br />
26 de diciembre de 1910.<br />
17 CPD Legajo 35 Documento 20770.<br />
18 CPD Legajo 35 Documento 20668.<br />
19 CPD Legajo 35 Documento 19034. Fechado el 22<br />
de diciembre.<br />
20 CPD Legajo 35 Documento 19515.<br />
22 IBERO
mirador<br />
›Entrevista<br />
con Rogelio<br />
Fotografía: Archivo de Rogelio Naranjo.<br />
Naranjo<br />
La historia está<br />
poniendo a cada quien<br />
en su lugar<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director Editorial de IBERO<br />
Nacido en Peribán, Michoacán, en 1937, Rogelio<br />
Naranjo es uno de los mejores caricaturistas mexicanos<br />
y uno de los más importantes cartonistas<br />
políticos de la prensa nacional. A lo largo de más<br />
de cuatro décadas ha sabido combinar su maestría<br />
en el dibujo con su profunda conciencia social, constituyéndose en<br />
uno de los periodistas gráficos más críticos de nuestro país. Para<br />
muchos especialistas es uno de los grandes dibujantes mexicanos<br />
y, quizá, el mayor caricaturista político con el que contamos.<br />
Es, también, un retratista ejemplar. Manuel Buendía lo definió<br />
como “un artista y un luchador social invencible” y añadió que<br />
“pocos son los caricaturistas que, como Naranjo, muestran parejamente<br />
un dominio de la técnica, y menos aún los que son capaces<br />
de ennoblecerla como instrumento en la creación de rango<br />
artístico. Y hay algo más que definitivamente hace de Naranjo el<br />
caricaturista político non: su insobornable y permanente compromiso<br />
social”.<br />
A decir de su colega Magú, a la maestría del trazo y el detalle<br />
que consigue Rogelio Naranjo hay que agregar “el preciosismo<br />
de su elegante y fina línea, y su serio, descarnado, ácido, mórbido,<br />
feroz y contundente modo de hacer humor”. Por su parte,<br />
Carlos Monsiváis celebra y reivindica “la ferocidad y la lucidez<br />
de sus dibujos”. Con 72 años de edad a cuestas, Naranjo ha<br />
colaborado en las más importantes publicaciones periódicas y<br />
ha recogido algunos de sus más de veinte mil cartones en libros<br />
como Alarmas y distracciones, La escena política, Me vale madre, Elogio<br />
de la cordura, Los presidentes en su tinta, Los reyes de la baraja, Qué<br />
caso tiene y La rueda del infortunio. Entre otros reconocimientos<br />
ha merecido el Premio Nacional de Periodismo, la Bienal Internacional<br />
del Humorismo Gráfico, el Premio de Periodismo<br />
Manuel Buendía y el Premio de Caricatura La Catrina de la<br />
Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Este gran periodista<br />
gráfico realizó estudios de artes plásticas en la <strong>Universidad</strong><br />
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y comenzó su carrera de<br />
caricaturista profesional en el periódico El Día y la revista Sucesos<br />
en 1965. Al cumplirse 45 años de esos inicios, conversamos con<br />
él para los lectores de IBERO.<br />
¿Cómo define su profesión de caricaturista?<br />
Es una profesión que me apasiona. Desde mis inicios, me adapté<br />
inmediatamente a lo que deseaba hacer: la caricatura. Después de<br />
los primeros quince o veinte años de trabajo práctico, constante,<br />
me gané muchos espacios en los periódicos y en las revistas.<br />
Nunca he padecido el desempleo como caricaturista, y me ha<br />
tocado estar en algunos de los mejores medios: Excélsior, Siempre!,<br />
El Universal y, por supuesto, Proceso.<br />
24 IBERO
Hay obras de grandes<br />
caricaturistas muy<br />
comprometidos, y muchos de<br />
ellos sufrieron represión, cárcel<br />
y persecución, que era lo<br />
menos grave que podían sufrir<br />
entonces.<br />
Además de una crítica social, ¿qué es, para usted, la<br />
caricatura?<br />
Es, sobre todo una búsqueda de la verdad. Sería muy poco humilde<br />
si creyera que todo lo que hago le está abriendo los ojos<br />
a mucha gente. A lo largo de 45 años de trabajo y con alrededor<br />
de 20 mil dibujos en toda mi carrera, no creo, ni nunca he pretendido,<br />
que todos mis cartones sean excelentes, pero doy mi<br />
mayor esfuerzo en cada uno de ellos y si consigo que de cada<br />
diez salga uno bueno, con ello cumplo mi cometido. Ha habido<br />
épocas que, por las circunstancias políticas del país, se hilan sucesos<br />
que impactan o que llaman la atención de un gran público, y<br />
entonces he conseguido cartones muy buenos, sobre esos temas,<br />
casi de manera consecutiva. Es imposible que sea siempre así.<br />
Hay épocas de sequía o intrascendencia que corresponden, por<br />
supuesto, a la misma realidad del país.<br />
¿Tiene influencia la caricatura política en la conciencia<br />
social de los lectores?<br />
En algunos medios, sí. Digamos que en los medios en los que<br />
todavía prevalece el decoro y no son meros negocios a los que no<br />
les preocupa en absoluto favorecer la conciencia social en la<br />
gente. Por fortuna, el siglo XX fue rico en aportaciones periodísticas<br />
de gran relieve intelectual y moral. He sido testigo de la<br />
honestidad de medios y periodistas a los que quiero y admiro, y<br />
confío en que lo que sembraron no se quedará sin frutos. Creo<br />
que el periodismo mexicano se está renovando: han surgido jóvenes,<br />
tanto reporteros como caricaturistas, que prolongan una<br />
tradición crítica muy necesaria en México.<br />
¿Podemos decir, entonces, que hay una conciencia<br />
social que perdura en el periodismo mexicano?<br />
Sí, definitivamente. Lo he palpado, y he visto cómo se han sucedido<br />
los cambios. Cuando yo empecé era imposible simplemente<br />
hacer las críticas que hoy se hacen por medio de la caricatura.<br />
Lo del 68 fue un momento de claridad para mucha gente, y<br />
algunos seguimos necios en que deben cumplirse las demandas<br />
sociales de entonces. Por esas demandas murieron muchos<br />
compañeros, y los que les sobrevivimos tratamos de ser dignos<br />
de la lucha por la que ellos perdieron la vida. Por lo demás, esta<br />
Ibero 25
mirador<br />
Tanto la Independencia<br />
como la Revolución tenían<br />
postulados que eran<br />
muy valiosos de haberse<br />
conservado, y ahora de todo<br />
aquello no queda nada.<br />
¿Qué podemos celebrar?<br />
conciencia social del periodismo nos viene desde fines del siglo<br />
XIX. Hay obras de grandes caricaturistas muy comprometidos,<br />
y muchos de ellos sufrieron represión, cárcel y persecución, que<br />
era lo menos grave que podían sufrir entonces. Y yo creo que esta<br />
tradición crítica continuará, porque en estos momentos el caldo<br />
de cultivo es ideal para ello. En esto sí soy optimista.<br />
¿Cómo juzga el presente y el futuro del país, a la luz de<br />
la realidad social?<br />
Pues debería decir, como algunos, que ¡mejor me voy para Yucatán!<br />
A veces me encuentro muy decepcionado. Desde que<br />
empecé a participar activamente en la política, con mi modesta<br />
tribuna en los periódicos, abrigaba bastantes esperanzas. Me ha<br />
tocado conocer a gente muy valiosa y estar cerca de ella y compartir<br />
ideas. Por poner dos ejemplos: Heberto Castillo y Julio<br />
Scherer García. Las próximas generaciones tendrán que luchar<br />
por lo mismo que luchamos nosotros. Yo ya me siento viejo,<br />
muy desencantado de algunas cosas y triste de que mi condición<br />
física ya no me ayude demasiado. La caricatura misma me cuesta<br />
mucho trabajo, por el temblor de mis manos. Dibujo con muchas<br />
dificultades, y ya estoy viendo muy cerca mi jubilación.<br />
¿Qué le dicen las palabras Independencia y<br />
Revolución, referidas a México?<br />
Tuvimos una guerra de Independencia respecto del reino español.<br />
Los muchos muertos que hubo no pueden indicar lo contrario.<br />
Además, el objetivo de echar a los gachupines se cumplió.<br />
Pero esto sólo se refiere a una guerra, pues en términos económicos<br />
y políticos, la <strong>independencia</strong> hoy no es para nada palpable.<br />
Sabemos que México depende mucho, en su política exterior, de<br />
Estados Unidos. Lo que es evidente es que los españoles se fueron,<br />
y los que se quedaron no lo hicieron en plan de dominio. La<br />
guerra independentista de México contó con una gran cantidad<br />
de patriotas y formó una conciencia social de gran importancia;<br />
a partir de ella se acabó la intervención de España en todos los<br />
asuntos de México, y se buscó forjar una nación soberana y nueva.<br />
En cuanto a la Revolución, ésta dejó mucho más que desear,<br />
26 IBERO
porque se caracterizó por una enorme cantidad de traiciones,<br />
que las hubo también, aunque en menor medida, en la guerra de<br />
Independencia. A la fecha no se ven resultados muy halagadores<br />
en relación con las demandas que enarboló dicha Revolución.<br />
¿Se han vuelto mitos la Independencia y la Revolución?<br />
Insisto en que la Independencia era un paso que se tenía que<br />
dar para conseguir una nación. En esa lucha murieron muchos<br />
de nuestros héroes más limpios y honestos. Habría que separar<br />
eso de lo que vino después. Y en el caso de la Revolución, la<br />
principal bandera que era el reparto de la tierra a los campesinos,<br />
ya sabemos que fue un fraude. Las figuras más limpias fueron<br />
asesinadas y los caudillos que quedaron eran casi todos unos<br />
traidores a la patria. No aportaron más que puras penas para el<br />
pueblo mexicano.<br />
¿Qué figuras limpias sobresalen en estas luchas?<br />
Antes que nadie, Morelos, a quien le debemos la primera constitución,<br />
donde se plantearon por escrito muchas de las mejores<br />
aspiraciones del pueblo mexicano. Y junto con Morelos otros<br />
visionarios que irremediablemente fueron muertos, del mismo<br />
modo que fueron traicionados y asesinados, en la Revolución,<br />
Villa y Zapata. Hay que tomar en cuenta que estas figuras limpias<br />
no tuvieron nunca realmente el poder, y los que sí lo tuvieron<br />
fueron precisamente quienes los traicionaron y asesinaron.<br />
¿Cómo ha visto Rogelio Naranjo estos episodios en sus<br />
cartones?<br />
Como caricaturista he tratado de hacer una semblanza de estos<br />
acontecimientos a la luz de la realidad, pues muchos de los motivos<br />
de la Revolución y aun de la Independencia siguen vigentes.<br />
En México hay muchísimas cosas por corregir.<br />
¿De modo que han pasado cien años de la guerra<br />
revolucionaria y aún continúan las mismas demandas<br />
sociales, necesidades e injusticias?<br />
Pues yo diría que incluso muchas más. Con excepción del período<br />
de Lázaro Cárdenas, a quien debemos el reparto de la tierra<br />
a los campesinos, la expropiación petrolera y la instauración<br />
de una educación laica, además de otras cosas positivas, los demás<br />
regímenes electos después de la Revolución, lo único que han<br />
mostrado son los intereses personales de cada gobernante. Hay<br />
muchos que incluso ignoran la historia y, con ello, el valor de las<br />
pocas conquistas revolucionarias que se hicieron realidad. Lo que<br />
Ibero 27
mirador<br />
persiguen es enriquecerse. La no reelección se ha mantenido más<br />
o menos, pero no así el sufragio efectivo, casi siempre burlado.<br />
¿Y en el caso de la Independencia, qué pasó?<br />
Hay cosas que son más bien episódicas. En realidad, España no<br />
tenía posibilidades de darle a México los satisfactores necesarios;<br />
de tal forma que la dependencia había llegado a su fin casi de<br />
modo lógico. Para decirlo pronto, España ya no tenía nada que<br />
hacer aquí, y México tenía el apoyo de potencias como Estados<br />
Unidos y otros países que tenían interés en que España perdiera<br />
sus colonias.<br />
¿Qué celebramos, entonces?<br />
En México, los gobiernos hacen mucho escándalo de todo aquello<br />
que les conviene. Las fechas finalmente para mí no significan<br />
nada, y sobre todo cuando parten de algo hueco, sin sustancia.<br />
Tanto la Independencia como la Revolución tenían postulados<br />
que eran muy valiosos de haberse conservado, y ahora de todo<br />
aquello no queda nada. ¿Qué podemos celebrar? La realidad en<br />
el campo mexicano es terrible y todas nuestras riquezas se venden<br />
o malbaratan al extranjero cuando no se las roban los gobernantes.<br />
Insisto en que fuera del sexenio de Lázaro Cárdenas, todo<br />
lo demás es mediocre o definitivamente nulo.<br />
¿Cómo define estas conmemoraciones?<br />
Son rituales vacíos. En México, la realidad está todo el tiempo<br />
contradiciendo los actos celebratorios de la oficialidad. No hay<br />
realmente nada que celebrar.<br />
¿Es, entonces, un contrasentido?<br />
¡Por supuesto! Los actos corren a cargo de un gobierno panista,<br />
es decir de los herederos de los conservadores. Si los ancestros de<br />
los que gobiernan hoy, tomaron parte en la Revolución, sin<br />
duda fue en contra. Incluso en contra de la Independencia. Todos<br />
los sectores pensantes de México saben esto perfectamente.<br />
No nos engañemos o, más bien, no nos dejemos engañar: para<br />
lo único que sirven hoy los postulados de la Independencia y la<br />
Revolución es para pronunciar discursos vacíos de sentido, precisamente<br />
por quienes, de manera sistemática, han combatido<br />
esos postulados y se han alineado en las filas de la dependencia<br />
y la contrar<strong>revolución</strong>.<br />
¿Y qué se puede recuperar de los últimos doscientos<br />
años?<br />
Ya lo dije: el gobierno de Lázaro Cárdenas. Y de los últimos<br />
treinta o cuarenta años, mencionaría el fortalecimiento de la<br />
conciencia crítica de la gente. Hubo épocas que podríamos de-<br />
28 IBERO
nominar luminosas, como la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas,<br />
a pesar de su declive. También, las luchas sindicales de Demetrio<br />
Vallejo y los ferrocarrileros; la limpia lucha de los estudiantes en<br />
el 68, y otras cosas más que resulta muy difícil abarcar en unas<br />
cuantas palabras. Una cosa importante que se dio en el siglo<br />
XX fue la participación política que acabó con el unipartidismo<br />
en un país donde resultaba inimaginable que un candidato que<br />
no fuera del PRI ganase siquiera un gobierno municipal. Ahora<br />
esto es algo normal en México, aunque, por otra parte, los presidentes<br />
de la República emanados del PAN para maldita cosa<br />
que han servido, porque los dos, tanto Fox como Calderón, han<br />
resultado verdaderos fiascos.<br />
Pero tal vez recuerde otros peores.<br />
Bueno, hay mucho de donde escoger. Díaz Ordaz es el ejemplo<br />
más nefasto, porque era un salvaje represor. Cualquier político<br />
con dos dedos de frente hubiera aprovechado la coyuntura del<br />
descontento social, a partir de un movimiento estudiantil muy<br />
limpio, para encauzar políticamente esa efervescencia, en lugar<br />
de aplastarlo de la forma tan brutal como lo hizo. A lo largo de<br />
doscientos años de vida independiente, los políticos mexicanos<br />
no han aprendido de la gente; creen que sólo ellos saben lo que<br />
hay que hacer. El PRI tuvo un período nefasto en el poder. De<br />
A lo largo de doscientos<br />
años de vida independiente,<br />
los políticos mexicanos no<br />
han aprendido de la gente;<br />
creen que sólo ellos saben<br />
lo que hay que hacer.<br />
Díaz Ordaz pasó a Echeverría, luego a López Portillo y después a<br />
De la Madrid, para terminar con un Salinas y un Zedillo, algo de<br />
lo más terrible y decadente, de lo peor y más corrupto que le ha<br />
sucedido a México. Y me consta que incluso a muchos priístas<br />
eso les daba vergüenza. El PRI hiló una serie de presidentes que<br />
parecía que los seleccionaba por ineptos y discapacitados para<br />
gobernar. Y después de ese desastre, acabamos en dos sexenios<br />
del PAN que están oscureciendo las ineptitudes del PRI. Fox<br />
y Calderón se creen poseedores de la verdad única, y así nos ha<br />
ido. Lo que sí ha cambiado, para bien, es que la historia los juzga<br />
ahora con una rapidez impresionante. Ya no tenemos que esperar<br />
mucho tiempo para poner a cada quien en su sitio. Gracias a la<br />
educación política de la gente, que ya no se cree los cuentos de<br />
antes, la historia está poniendo a cada quien en su lugar.<br />
Ibero 29
divulgación científica<br />
›Bioética y<br />
biopolítica<br />
María Teresa de la Garza Camino<br />
Profesora e investigadora del Departamento de Filosofía de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México<br />
La bioética puede y debe ser biopolítica<br />
en su aspecto más positivo: la construcción<br />
de una política orientada por la ética que<br />
permita la constitución de sociedades<br />
guiadas por la equidad y el respeto de la<br />
vida biológica humana y no humana.<br />
Foto: Corbis.<br />
En los últimos años se han multiplicado las publicaciones<br />
y los encuentros académicos que tienen como<br />
tema central la biopolítica. Asimismo van surgiendo<br />
diversas organizaciones nacionales e internacionales<br />
de biopolítica, lo que muestra la relevancia que ha adquirido<br />
este tema en pocos años. Sin embargo, no todos están de<br />
acuerdo en el contenido propio de ésta o en el carácter positivo<br />
o negativo que debemos darle.<br />
Para algunos autores, la bioética se ocupa de una dimensión<br />
amplia y rica de lo humano: el cuidado y promoción de la vida<br />
en general y, por tanto, de la vida humana. En este escenario<br />
ha surgido la biopolítica o política del bios. En su acepción más<br />
positiva se refiere a las políticas de salubridad y medio ambiente<br />
que atienden, no sólo a la vida humana, sino a la vida de otras especies<br />
y del planeta entero. Se definiría así por su preocupación<br />
por la vida en general y por las acciones y compromisos que la<br />
política puede asumir para garantizar el cuidado y la promoción<br />
de la vida; en este sentido, la biopolítica está estrechamente ligada<br />
con la bioética en la finalidad de salvaguardar la dignidad de<br />
la vida. Otros autores señalan que se refiere a las políticas públicas<br />
respecto a las tecnologías reproductivas y a la ingeniería genética.<br />
Existen organizaciones internacionales que la definen como la<br />
disciplina académica o campo de estudio en el que se encuentran<br />
la política y las ciencias de la vida. Tal es el caso, por ejemplo, del<br />
Global Biopolitics Research Group que se ocupa de cuestiones políticas<br />
que surgen a partir del rápido desarrollo de las ciencias de la<br />
vida y de las nuevas tecnologías de la salud en el contexto de una<br />
economía global.<br />
En este sentido podríamos decir que en la actualidad el paradigma<br />
interpretativo del cruce entre política y vida está signado<br />
por las posibilidades de transformación técnica. Esto apunta a un<br />
proceso de tecnificación de la vida en el que el mundo creado<br />
por el hombre se proyecta sobre el cuerpo mismo instalando a<br />
la técnica en el centro mismo de la vida. Este proceso se puede<br />
encontrar ya expresado en la literatura a través de anticipaciones<br />
como la clásica de Frankenstein, la robótica, el cyborg y otras<br />
metáforas. Pero las nuevas tecnologías con sus procesos de modificación<br />
del cuerpo nos enfrentan a la necesidad de repensar su<br />
definición. El sujeto no sería ya algo dado, sino algo construido<br />
con el propósito de mejorar sus funciones y prolongar la vida.<br />
El relampagueante desarrollo de las tecnociencias nos presenta<br />
la imagen del ser humano como reconstruible, modificable y no<br />
como una esencia humana fija y constante. Estas posibilidades<br />
de modificación van desde la concepción, hasta el proceso de<br />
envejecimiento y muerte, pasando por la posibilidad de modificaciones<br />
en el propio cuerpo cuyas partes son reemplazables por<br />
las prótesis; en la experiencia externa, mediante la manipulación<br />
de los procesos nerviosos y la mutación de los sentidos; en la<br />
interna, mediante la neuroquímica, capaz de modificar la memoria,<br />
las emociones, etcétera.<br />
30 IBERO
Pero de todas estas manipulaciones, la que causa más debate<br />
es la manipulación genética, pues concierne a la especie como<br />
tal y a la posibilidad de trascenderla. Así, las tecnociencias de la<br />
vida, del viviente y, especialmente, del viviente humano tienen<br />
como efecto un replanteamiento de lo que significa ser humano<br />
y ponen en jaque las fundamentaciones tradicionales de la ética.<br />
Esto representa un reto para la bioética y nos obliga a hablar de<br />
la biopolítica.<br />
En esta línea es importante la obra del pensador italiano Roberto<br />
Esposito quien plantea la posibilidad de vincular bioética y<br />
biopolítica para lograr una política de la vida. Él sigue las huellas de<br />
Foucault en sus reflexiones sobre la relación entre política y vida y<br />
trata de encontrar respuesta a la pregunta de por qué la política es<br />
tanatopolítica y no política de la vida. Se pregunta por las contradicciones<br />
de nuestro tiempo en el que las “guerras humanitarias”<br />
acaban devastando a las poblaciones que deberían defender. Otra<br />
contradicción consiste en nuestra capacidad de combinar la idea de<br />
guerra preventiva con los ideales de paz que decimos compartir.<br />
Ya desde el siglo XVIII, como lo había señalado Foucault, empiezan<br />
a adquirir importancia las políticas sanitarias, demográficas<br />
y urbanas. A partir de entonces el mantenimiento, desarrollo<br />
y expansión de la vida asumen relevancia política y, por otro<br />
lado, la misma política tiende a configurarse siguiendo modelos<br />
biológicos, particularmente, médicos. Se da una politización de<br />
la vida y una biologización de la política. El interés central es<br />
conservar o mejorar la especie humana mediante una gran política<br />
que se entiende como “saludable”.<br />
Para Roberto Esposito (Bios, biopolítica y filosofía, Amorrortu,<br />
Madrid, 2006), el totalitarismo nazi representa un punto crucial<br />
en el desarrollo de la biopolítica en su forma de tanatopolítica.<br />
Desde ahí emprende su reflexión. La categoría del nazismo es la<br />
vida entendida desde la perspectiva de la biología comparada entre<br />
razas humanas y animales. El nazismo es la biología realizada<br />
y se asumen sus parámetros como criterio intrínseco de acción,<br />
por eso nos habla de biocracia.<br />
En el régimen nazi, los antropólogos, zoólogos y médicos participaron<br />
directamente en la elaboración de la política racial y en las<br />
diversas etapas del genocidio. Los médicos, en especial, interpretaron<br />
su tarea como: “curar el cuerpo de Alemania afectado por una<br />
grave enfermedad, eliminando la parte infectada y los gérmenes<br />
invasores en forma definitiva” (Esposito 2006). En el nazismo, la<br />
vida se protege ampliando el círculo de muerte y no sólo el soberano<br />
tiene derecho de vida y muerte sobre sus súbditos, sino que<br />
ese derecho pertenece a todos los ciudadanos del Reich.<br />
La propuesta de Esposito no consiste en proponer acciones<br />
políticas o convertir a la biopolítica en una nueva <strong>revolución</strong>.<br />
La propuesta de Esposito no es “pensar la vida en función de<br />
la política, sino pensar la política en la forma misma de la vida”<br />
(Esposito 2006), a fin de invertir el signo negativo que, con el<br />
paradigma inmunitario, acompañó hasta ahora a la biopolítica.<br />
Pero la biopolítica no es producto del nazismo, más bien el<br />
nazismo representa una forma extrema de su realización histórica.<br />
Sin embargo, el nexo destructivo entre política y vida que se dio<br />
en el totalitarismo aún está vigente en nuestras sociedades y parece<br />
ir en aumento. Este hecho nos obliga a pensar cómo lograr que<br />
el lazo entre política y vida deje de ser destructivo o selectivo.<br />
A partir de los ataques terroristas del 11 de septiembre de<br />
2001 en Nueva York y de la consecuente “guerra contra el terrorismo”<br />
que se desata por parte del gobierno de los Estados<br />
Unidos, podemos apreciar cómo la seguridad de la vida se convierte<br />
en el centro de la política. Paradójicamente, para asegurar<br />
la seguridad de la vida se establecen políticas de muerte, como<br />
la “guerra preventiva”, los bloqueos a países considerados “peligrosos”,<br />
las medidas contra la inmigración que se van reforzando<br />
cada vez más, los dispositivos de control de fronteras, y otras más<br />
que, en muchos casos violan las garantías individuales e incluso<br />
los derechos humanos de muchas personas. Un ejemplo especialmente<br />
grave de estas políticas de muerte lo constituyen las<br />
prisiones como Abu Ghraib y Guantánamo, así como otras prisiones<br />
clandestinas en Europa, cuya existencia ha sido revelada<br />
recientemente y en las que la práctica de la tortura es cotidiana.<br />
La guerra preventiva constituye también un caso claro que<br />
lleva a la superposición de paz y guerra, vida y muerte. En este<br />
caso vemos claramente la paradoja inmunitaria de hacer la guerra<br />
para evitar la guerra. Para justificarla se hizo uso de la teoría<br />
de la “guerra preventiva” que aparece en los siglos XVI y XVII,<br />
avalando que el ejército de los Estados Unidos desatara un ataque<br />
preventivo ante un supuesto enemigo para evitar ser atacado<br />
por éste. Otro de los argumentos utilizados fue la existencia de<br />
un llamado “eje del mal” que amenazaba a las sociedades democráticas,<br />
lo que justificó el derecho “de injerencia humanitaria”:<br />
defender la vida destruyéndola.<br />
También podemos mencionar al terrorismo y a las correspondientes<br />
medidas antiterroristas que se vuelven contra las víctimas<br />
y que cuestionan la esencia misma del sistema democrático a<br />
favor de una hegemonía de la fuerza. Esta actitud, como hemos<br />
visto, lejos de desalentar el terrorismo, lo ha exacerbado, proporcionando<br />
una apariencia de legitimación a los actos terroristas<br />
contra el imperio de la fuerza.<br />
La bioética, en su aspecto político debería dirigirse al ideal<br />
que rige el diálogo político, la reflexión conjunta a fin de descubrir<br />
líneas de acción generalizables que sirvan de orientación al<br />
enfrentar los problemas políticos que surgen de la centralidad de<br />
los procesos de la vida en nuestras sociedades y, particularmente,<br />
de los avances de las tecnociencias.<br />
Ella puede ser el camino para revertir la tendencia de la biopolítica<br />
hacia la tanatopolítica, construyendo una política de la vida, de<br />
promoción y conservación de la vida, restituyendo la dignidad de<br />
la misma. La bioética puede y debe ser biopolítica en su aspecto<br />
más positivo: la construcción de una política orientada por la ética<br />
que permita la constitución de sociedades guiadas por la equidad<br />
y el respeto de la vida biológica humana y no humana.<br />
Ibero 31
LÍDER IBERO<br />
Entrevista con<br />
el cineasta<br />
Gustavo Loza, izquierda. Fotografía: Archivo de Gustavo Loza.<br />
Gustavo Loza<br />
Carlos Deveaux Homs<br />
Director de Comunicación Institucional de la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México<br />
Poder generar y<br />
contar mis propias<br />
historias es una<br />
de mis mayores<br />
satisfacciones<br />
Licenciado en Comunicación por la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>,<br />
donde se formó como cineasta, Gustavo<br />
Loza (ciudad de México, 1970) estudió guión cinematográfico<br />
en la Sociedad General de Escritores de<br />
México (Sogem) y realizó una especialización en dirección<br />
de niños para cine y televisión, en las ciudades de Ámsterdam,<br />
Estocolmo y Toronto.<br />
En el ámbito de la televisión destaca su labor en OnceTV<br />
como productor de la barra infantil, donde creó, dirigió y produjo<br />
la serie de televisión Bizbirije, que obtuvo el tercer lugar<br />
en el Prix Jeunesse Internacional 1998 (Munich, Alemania) en<br />
la categoría Up to 7 Non Fiction, una nominación al Emmy<br />
y el Premio Nacional de Periodismo como mejor programa<br />
infantil de la televisión mexicana. Para esta misma televisora<br />
creó y produjo el programa preescolar Mi gran amigo con el que<br />
obtuvo por segundo año consecutivo el Premio Nacional de<br />
Periodismo en la misma categoría, y la serie Camino a casa, que<br />
se convirtió en la primera serie de ficción para niños filmada<br />
en cine y que obtuvo la Bronze world medal como mejor serie<br />
familiar de televisión en el The New York Festival.<br />
Es fundador de Matatena Films, empresa dedicada a la producción<br />
de cine y spots publicitarios y ha escrito y dirigido<br />
seis cortometrajes de manera independiente, entre ellos Silencio<br />
profundo (2003), que ha participado en más de 80 festivales internacionales<br />
como Sundance 2004, y recibido 22 reconocimientos<br />
internacionales.<br />
32 IBERO
En 2001 coescribió y dirigió su primer<br />
largometraje, Atlético San Pancho, y<br />
con su segunda cinta titulada Al otro lado<br />
(2004), representó a México en la 78<br />
entrega de los premios Oscar y obtuvo<br />
25 premios internacionales. Su película<br />
más reciente es Paradas continuas (2009),<br />
y hace muy poco concluyó su largometraje<br />
La otra familia.<br />
Gracias a la Ibero tengo una<br />
carrera, la de Comunicación, que<br />
ha sido una base muy importante,<br />
y ahí realicé mis primeros trabajos<br />
de cortometraje.<br />
¿Qué aspecto de tu quehacer profesional te ha dado<br />
más satisfacción?<br />
Definitivamente lo mío es el cine, y lo que más satisfacción me<br />
da es poder generar y contar mis propias historias; tengo claridad<br />
en cuanto a lo que quiero proponer y no siempre lo he podido<br />
hacer, porque de las cuatro películas que he realizado, sólo dos<br />
han sido proyectos personales: Al otro lado, en 2004, y ahora La<br />
otra familia.<br />
Sobre esta última, sabemos que aún no concluyes el<br />
proyecto, ¿en qué proceso se encuentra?<br />
Actualmente estamos editando. La película tiene un elenco diverso,<br />
con figuras de primer nivel; es una fusión entre actores de<br />
cine y de televisión. Algunos ya tenían experiencia en cine y para<br />
otros es su primera incursión y esta mezcla creo que puede ser<br />
interesante para la gente. Participan Luis Roberto Guzmán, conocido<br />
como “El Pantera”; Jorge Salinas, que tiene dos películas<br />
y ha hecho mucha televisión, y Ana Serradilla, que ha tenido una<br />
presencia constante en cine, pero en películas más comerciales,<br />
además de Mario Zaragoza, Silverio Palacios, Alejandro Calva,<br />
Carmen Salinas, el actor de teatro Juan Ríos, Dominika Paleta,<br />
Nailea Norvind y Bruno Loza. En cuanto a la fotografía, estoy<br />
muy sorprendido con el trabajo de Carlos Marcovich, que me<br />
parece que es un fotógrafo muy talentoso.<br />
¿Consideras que debe existir un compromiso social por<br />
parte de los cineastas?<br />
En cuanto a mi obra, yo siempre lo he asumido, pero creo que<br />
no es una exigencia para todos los creadores, ya que al final el<br />
cine es un entretenimiento masivo. No obstante, me parece que<br />
dada la situación de nuestro país y de Latinoamérica en general,<br />
los cineastas, quienes tenemos la posibilidad de contar historias,<br />
tendríamos que asumir un compromiso con nuestros temas. En<br />
mi caso, antes de escribir una historia elijo el tema a tratar, sin<br />
dejar de lado la forma, que también me importa mucho. Hace<br />
poco en una entrevista me preguntaron si haría algún proyecto a<br />
propósito del centenario de la Revolución y el bicentenario de<br />
la Independencia, y contesté que no, pero gente muy importante<br />
del cine nacional regresa a hacer películas con esta temática, lo<br />
cual me alegra; mientras, yo me ocupo de temas actuales que<br />
repercuten en la sociedad. Generalmente hablo de temas universales<br />
que es lo que me interesa abordar, más que ser localista.<br />
¿Qué fue lo más importante que te dejó la Ibero para el<br />
desempeño de tu profesión?<br />
Gracias a la Ibero tengo una carrera, la de Comunicación, que ha<br />
sido una base muy importante, y ahí realicé mis primeros trabajos<br />
de cortometraje. Lo que encontré en esta universidad fue una<br />
gran libertad y un apoyo total, desde los profesores hasta del rector.<br />
Para mí fue una experiencia única que valoro mucho y parte<br />
de lo que soy se lo debo al apoyo que se me dio, porque me dejaron<br />
filmar mis historias. A lo largo de cinco años me permitieron<br />
llevar mi carrera de comunicólogo a la par con la de cineasta. El<br />
maestro Jaime Ponce también fue fundamental porque confió<br />
en mí desde el primer semestre, él fue el primero que puso una<br />
cámara de cine en mis manos. Por otro lado, cuando concluí mi<br />
educación universitaria me percaté de mis carencias y de mi sed<br />
de más, por lo que me inscribí en la Escuela de Escritores de la<br />
Sogem y de ahí busqué otras especializaciones.<br />
¿Cómo valoras el cine mexicano en la actualidad,<br />
crees que está en un momento importante?<br />
En cuanto al contenido, a los autores y creadores lo veo sano,<br />
diverso, me agrada mucho. Hay distintas generaciones trabajando,<br />
y ese es uno de los aspectos maravillosos del cine porque, si<br />
tienes la energía y las ganas, te da la posibilidad de seguir trabajando<br />
a los 80 años, y también un joven de veintitantos años<br />
puede estar filmando películas. Este diálogo generacional al final<br />
enriquece mucho. Hoy en día el cine mexicano está de moda;<br />
no hay festival que no tenga dentro de su selección oficial una<br />
Ibero 33
LÍDER IBERO<br />
película mexicana, aunque hay muchas de baja calidad, pero lo<br />
que importa es que se filmen y en general el balance es positivo.<br />
Actualmente se realizan alrededor de 70 películas al año y eso<br />
me alegra, pero lo lamentable es que si el cine como industria<br />
no es negocio no basta con filmar esta cantidad de cintas. El<br />
Artículo 226 de la Ley del Impuesto sobre la Renta sólo es un<br />
paliativo; ayuda para que podamos filmar pero no para generar<br />
una industria. No se puede invitar a un empresario a invertir en<br />
nuestro trabajo si sabemos que ni siquiera va a recuperar su dinero,<br />
porque el mecanismo está estructurado de tal manera que<br />
las ganancias sólo llegan a los distribuidores. Es una pena porque<br />
hasta ahora los cineastas no podemos vivir de nuestro trabajo.<br />
Si no se combate este cáncer, el cine no<br />
va a avanzar por más que se filmen películas.<br />
Estamos caminando en una línea<br />
muy delgada que en el momento en que<br />
se rompa, de las 70 películas que ahora<br />
se están haciendo gracias al Artículo 226,<br />
podemos regresar a hacer 15, por falta de<br />
apoyo a la industria y de las condiciones<br />
para que se genere un negocio.<br />
Para ti <strong>¿<strong>cuál</strong></strong> es la mejor película<br />
mexicana de todos los tiempos y<br />
<strong>cuál</strong> de épocas recientes?<br />
Los olvidados me parece la mejor película,<br />
y recientes definitivamente Amores perros porque llegó a marcar<br />
un antes y un después en el cine nacional.<br />
¿Crees que haya un referente obligado en el cine<br />
nacional?<br />
No, pero en cuanto al cine mexicano estoy muy atento al trabajo<br />
de Alejandro González Iñárritu a quien conocí hace poco, y me<br />
parece alguien muy maduro y distinto, lo que se refleja en lo que<br />
hace, y también del cine de Guillermo del Toro que, a pesar de<br />
34 IBERO<br />
Fotografía: Archivo de Gustavo Loza.<br />
tener un estilo totalmente distinto al mío,<br />
reconozco su trabajo. Trato de ver todo<br />
el cine mexicano que va saliendo y también<br />
lo que se presenta en la mayoría de<br />
los festivales, que muestran lo que se está<br />
haciendo en el mundo, y dentro de ese<br />
universo tener un parámetro para saber<br />
dónde estoy y hacia dónde voy.<br />
¿Hay alguna película que por falta<br />
de productor o de las condiciones<br />
adecuadas te hayas quedado con<br />
deseos de realizar?<br />
Sí, siempre he dicho que si tuviera un mecenas filmaría tres o<br />
cuatro películas seguidas, pero como eso no sucede hay que tener<br />
paciencia. El proceso que más disfruto es el de la creación de<br />
la historia, y tengo un par de películas a las que no he renunciado;<br />
espero que en algún momento se puedan concretar. Una de<br />
ellas se basa en una investigación sobre la frontera sur de México,<br />
en concreto de la Mara Salvatrucha y el tren de la muerte, de la<br />
terrible realidad que ahí se vive. Desarrollé el guión y estuve a<br />
punto de filmarla pero no llegamos a un buen acuerdo; aunque<br />
sobre este tema ya salió una película, afortunadamente buena,<br />
que se llama Sin nombre, del japonés Cary Fukunaga, no tiene<br />
nada que ver con mi historia.<br />
Dada la situación de nuestro país<br />
y de Latinoamérica en general,<br />
los cineastas, quienes tenemos<br />
la posibilidad de contar historias,<br />
tendríamos que asumir un<br />
compromiso con nuestros temas.<br />
¿Cuál consideras que es tu mejor película?<br />
Mi mejor película es la que acabo de filmar, La otra familia, pues<br />
es la más madura. A pesar de que llevo cuatro, sólo Al otro lado<br />
y La otra familia son las que considero proyectos propios. Al otro<br />
lado fue una película muy sufrida, ya que las condiciones no estaban<br />
dadas para que filmara una película como se debe, y La otra<br />
familia espero que sea la película que me proyecte, pues tuvo un<br />
proceso de maduración mayor, se dieron las condiciones adecuadas<br />
y siento que es muy superior a toda mi obra.
la llama inextinguible<br />
›Hugo<br />
Gutiérrez<br />
Vega:<br />
Cantar<br />
lo que<br />
a todos<br />
pertenece<br />
Hugo Gutiérrez Vega: Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Hugo Gutiérrez Vega nació en Guadalajara, Jalisco, el 11<br />
de febrero de 1934. En 2009, con motivo de sus 75<br />
años de edad, el INBA le hizo entrega de la Medalla<br />
de Oro Bellas Artes, en reconocimiento a su brillante<br />
trayectoria literaria. Entre otros reconocimientos, ha merecido<br />
también el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, el Premio<br />
Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde y el Premio de<br />
Literatura Xavier Villaurrutia. Al igual que Alfonso Reyes, Jaime<br />
Torres Bodet y Octavio Paz, entre otros destacados hombres de<br />
letras, con una gran vocación humanística y cultural, Gutiérrez<br />
Vega representó honrosamente a nuestro país en el servicio exterior,<br />
dando así continuidad a una noble tradición en la diplomacia<br />
mexicana.<br />
A lo largo de nueve lustros, Hugo Gutiérrez Vega ha dotado<br />
de frescura y bienestar a la poesía, el teatro, la prosa memorialista<br />
y el periodismo. Como poeta, está entre las figuras más destacadas<br />
en el panorama lírico de México. Desde la aparición de su<br />
primer libro, Buscado amor, en 1965, ha erigido una obra amplia<br />
y gozosa que incluye por lo menos otros doce títulos y varias antologías:<br />
Desde Inglaterra (1971), Resistencia de particulares (1974),<br />
36 IBERO
Cantos de Plasencia (1977), Cuando<br />
el placer termine (1977) —con el que<br />
obtuvo el Premio Nacional de Poesía<br />
Aguascalientes, en 1976—, Poemas para<br />
el perro de la carnicería y algunos homenajes<br />
(1979), Cantos de Tomelloso y otros<br />
poemas (1984), Georgetown blues (1987),<br />
Andar en Brasil (1988), Los soles griegos<br />
(1989), Cantos del despotado de Morea<br />
(1993), Nuevas peregrinaciones (1994) y<br />
Una estación en Amorgós (1996).<br />
En 1993 publicó Las peregrinaciones<br />
del deseo, su poesía reunida de 1965 a<br />
Dos poemas inéditos<br />
Hugo Gutiérrez Vega<br />
Pavana para<br />
una flautista muerta<br />
Cuando llegaba la mañana<br />
se te oía trajinar<br />
entre tus flores, jugar con el color<br />
para que en el día<br />
y en la noche<br />
crecieran los matices, los aromas.<br />
Eran tres hermanas.<br />
Una fue arrebatada<br />
por el viento innombrado.<br />
No pude ver sus últimos días,<br />
el estruendo y la furia<br />
me cerraron las puertas.<br />
Me quedé con su última sonrisa<br />
y sigo viendo cómo su cuerpo<br />
oscilaba al ritmo de la flauta<br />
(en ese momento era toda música)<br />
Eran tres hermanas<br />
siempre lo serán;<br />
eran tres hermanas<br />
en el tiempo real,<br />
las veo caminando<br />
por el Rock Creek Park.<br />
Serán tres hermanas<br />
en el tiempo irreal.<br />
1986; en 1998, llevó a cabo una disfrutable y rigurosa Antología<br />
personal, y en 2002 reunió toda su obra poética en el volumen<br />
Peregrinaciones, que abarca su producción lírica de 1965 a 2001.<br />
En los primeros versos de su libro inaugural, celebrado ni<br />
más ni menos que por Rafael Alberti, Gutiérrez Vega nombra<br />
las cosas; entre esas cosas el amor y la emoción: “Decir esta<br />
mañana/ un nombre femenino/ y ver cómo la niebla/ va cubriendo/<br />
los espejos del día./ Decir un nombre, lentamente,/<br />
sin prisa,/ dejarlo entre los labios/ y madurarlo/ para que perdure”.<br />
Al final de su poema-prólogo, Alberti le desea a nuestro<br />
poeta algo que ha tenido afortunadamente cumplimiento:<br />
“Que el buen amor, amigo, y la esperanza/ nunca jamás te<br />
dejen de su mano”.<br />
Desde 1965, la poesía de Gutiérrez Vega revela la necesidad de<br />
comunicación con los lectores, pues su poesía es una poesía vital<br />
que ha evolucionado siempre hacia el coloquio lírico, hacia la<br />
Basora<br />
En esta nueva rigidez del aire<br />
se detienen los cuerpos y las horas.<br />
Nada transita y en la madrugada<br />
nada se escucha. Está desierto el día<br />
y no hay risas ni pájaros ni cantos.<br />
A lo lejos, las torres de un Bizancio<br />
que era y no era la ciudad de siempre,<br />
borraban sus perfiles<br />
en la niebla rojiza y enemiga.<br />
Pero nada se mueve, no se escuchan<br />
los gritos de soldados vencedores<br />
ni el estertor del afligido viento<br />
ni el lamento sin fin de la derrota.<br />
Las llamas arden pero no iluminan.<br />
La noche es turbia y en silencio pasan<br />
los hijos de un verano sin sonidos,<br />
de un principio de otoño acogotado.<br />
De lo que nos dijeron poco es cierto:<br />
una aurora del mar, la luz violácea,<br />
los besos en la tarde<br />
y las caricias que otorgó la vida.<br />
El fuego va acabando y no sentimos<br />
el prudente calor de su rescoldo.<br />
No agita el aire las banderas rotas.<br />
En el silencio de la nueva aurora<br />
sabemos que la apuesta está perdida.<br />
Copilco el Bajo, primavera de 2006<br />
poesía que comunica, que comparte la experiencia de vivir. Sabe<br />
rimar amor con humor y conjuga todos los estados de ánimo del<br />
poeta y de los lectores. Sabe que el verso engolado no es el mejor<br />
alimento para la poesía ni para el lector de poesía, y pregona<br />
sin modestia pero asimismo sin soberbia que “lo único que hace<br />
la poesía es cantar lo que a todos pertenece”.<br />
Poeta humilde en su actitud, y grande en sus consecuciones,<br />
Hugo Gutiérrez Vega hizo la siguiente declaración en vísperas<br />
de su cumpleaños 75: “Salvo uno que otro best seller, los poetas<br />
estamos un poquito en las sombras y eso nos hace inseguros.<br />
Para algunos esa inseguridad se convierte en vanidad, por eso<br />
hay muchos poetas prepotentes que se creen la sal de la tierra”.<br />
Ajeno a la vanidad y a la arrogancia, poeta dialogante por excelencia,<br />
Hugo Gutiérrez Vega entrega a los lectores de IBERO<br />
un par de espléndidos poemas inéditos, con los cuales nos honra<br />
en este número de aniversario.<br />
Ibero 37
TRIVIUM /cuento<br />
›Los trenes<br />
de Chile<br />
Foto: Cobis.<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Eraclio Zepeda<br />
Cuentista, novelista y poeta. Autor de los libros<br />
Benzulul, Asalto nocturno y Andando<br />
el tiempo, Premio de Literatura Xavier<br />
Villaurrutia. Sus libros más recientes son<br />
las novelas Tocar el fuego y Las grandes<br />
lluvias (Fondo de Cultura Económica)<br />
En el mapa de América del Sur, el país llamado Chile<br />
es largo y delgado. Limita al este con la cordillera de<br />
los Andes y al oeste con el océano Pacífico. Su tierra<br />
abarca desde el norte desértico, con arenas ardientes,<br />
hasta el sur Antártico y sus glaciares eternos. Un país<br />
bello de grandes poetas, excelentes viñedos y buenos amigos.<br />
He sido un amante de la geografía desde niño. A veces dedico<br />
varias horas al estudio de las cartas. Cuando viajo a una región<br />
particularmente interesante, puedo quedarme ante sus mapas<br />
noches enteras. Pasé mi infancia cerca de una pequeña estación<br />
de ferrocarril. El tren de pasajeros pasaba dos veces al día: muy<br />
temprano en la mañana hacia la frontera con Guatemala y en<br />
las primeras horas de la noche, rumbo al centro de la República<br />
Mexicana. Nunca me cansé de presenciar el paso majestuoso<br />
de los vagones, sus pasajeros asomados a las ventanillas viéndonos<br />
con curiosidad a nosotros, los lugareños, y al edificio de<br />
la estación bajo cuyo alero presenciábamos diariamente el paso<br />
matutino y el casi nocturno del tren. Para premiar mi fidelidad y<br />
compañía, el jefe de la estación me obsequió un mapa de vías. Yo<br />
lo recorría imaginando las estaciones al paso de la locomotora<br />
conducida por mí.<br />
Hace algún tiempo viajé en avión a Chile para cumplir un<br />
compromiso profesional. Desembarqué en Antofagasta, ciudad<br />
situada al norte del país, donde empezaban mis obligaciones.<br />
Debía continuar por tren el recorrido a que me obligaba el programa<br />
de conferencias sobre antropología mesoamericana que<br />
debía impartir, según señalaba mi contrato.<br />
Una vez cumplido mi trabajo en Antofagasta, me dirigí a la<br />
estación, consulté el mapa exhibido junto a la ventanilla de los boletos<br />
y vi que el último destino en el sur era Puerto Mont, cercano<br />
a la Isla de Chiloé donde dictaría la conferencia final. Ahí mi plan<br />
era navegar hasta los glaciares rumbo al estrecho de Magallanes en<br />
un recorrido de interés personal geográfico y turístico. Pregunté<br />
por el precio del recorrido con las cinco escalas necesarias para<br />
cumplir mi compromiso. Me desconcertó el precio del viaje. Me<br />
pareció muy caro. Dudé un instante pero mi entusiasmo por conocer<br />
el tren chileno hizo a un lado mis cálculos económicos y<br />
mis dudas. Compré el billete.<br />
El tren llegaría en una hora. Me senté en una banca de la sala de<br />
espera, dejé mi maleta en el piso, entre las piernas como todo viajero<br />
atento a un robo típico de cualquier estación. Disfrutaba del calor<br />
del desierto cuando en la banca de enfrente se instaló un caballero,<br />
sin duda chileno. Se había formado detrás de mí en la fila para la<br />
compra de boletos. Un sombrero de carrete tocaba su cabeza.<br />
Desde el principio sentí su mirada. Como no tenía un periódico<br />
a la mano para protegerme con su lectura, miraba al techo,<br />
a la puerta de entrada, a las vías, hasta que finalmente saqué de<br />
mi maleta el libro que traía como lectura para el avión y me sumergí<br />
en él buscando refugio. Fue inútil. El caballero se levantó<br />
de su banca y vino a instalarse a mi lado.<br />
—¿Es usted mexicano? —preguntó.<br />
—¿Cómo lo sabe? —contesté con otra pregunta.<br />
—Está escrito en su valija, Mé-xi-co —respondió pronunciando<br />
el nombre de mi país deteniéndose en cada sílaba.<br />
38 IBERO
Otros presuntos pasajeros voltearon curiosos a verme, aumentando<br />
mi incomodidad.<br />
—Yo estaba formado después de usted en la fila para la compra<br />
de boletos y advertí su reacción ante el precio del pasaje...<br />
—Efectivamente, me parece un precio muy elevado. Pero mi<br />
interés por el viaje en tren es grande y voy a recorrer lo más que<br />
pueda en este medio. ¿Usted viaja en el mismo tren?<br />
—No, caballero. Yo voy por otro rumbo, haré un espectacular<br />
recorrido por los Andes, voy a La Paz.<br />
Descubrió su cabeza y se abanicó largamente la cara con el<br />
sombrero de carrete mirándome con atención.<br />
—Si me permite, caballero, quisiera darle unos informes que<br />
para un extranjero como usted pueden ser reveladores. Algunos,<br />
diríamos, secretos del tren chileno que le servirán para entender<br />
mejor a mi país.<br />
—País al que amo y donde tengo muy buenos amigos...<br />
—Lo celebro... Mire usted, el problema de los altos costos se<br />
origina por la naturaleza misma de nuestra geografía larga y estrecha.<br />
Durante el viaje de norte a sur no existe ningún problema.<br />
El ferrocarril se desliza con eficacia y puntualidad. La atención<br />
del personal a bordo es conocida por<br />
su efectividad. Verá usted paisajes inolvidables.<br />
Al abandonar el desierto entrará<br />
a una serie sucesiva de valles, cada<br />
uno tan bello como el siguiente. Más<br />
allá de Santiago, nuestra capital, usted<br />
alcanzará los trigales dorados, las viñas<br />
y los grandes bosques.<br />
Tenía ya en las manos una pequeña<br />
libreta de apuntes por si me diera algún<br />
dato interesante. Él volvió a cubrirse la<br />
cabeza. Su cara lucía fresca.<br />
—En el país de los viñedos conocerá<br />
su rica variedad de caldos celosamente<br />
cuidados por sus propietarios, siguiendo<br />
tradiciones familiares. Le aconsejo<br />
degustar esos vinos tan diversos que<br />
nos han dado tanta fama en el mundo:<br />
tintos, blancos, rosados excelentes, cada<br />
uno tan bueno o más que el anterior.<br />
Le recomiendo también probar, con<br />
medida, el pisco y la chicha. Pasará por<br />
Talca, bella ciudad, luego por Chillán<br />
donde un ilustre paisano suyo, David Alfaro Siqueiros, pintó un<br />
mural en el Colegio de México. Llegará usted a la gran región<br />
de los lagos, empezando por Los Ángeles y Temuco. Y prepárese<br />
para admirar Osorno con el volcán que lleva su nombre y la<br />
ciudad de Valdivia con sus aires europeos. Por momentos la vía<br />
lo acercará al océano Pacífico y usted podrá ver un mar muy<br />
Nunca me cansé de<br />
presenciar el paso<br />
majestuoso de los<br />
vagones, sus pasajeros<br />
asomados a las<br />
ventanillas viéndonos<br />
con curiosidad a<br />
nosotros, los lugareños,<br />
y al edificio de la<br />
estación bajo cuyo<br />
alero presenciábamos<br />
diariamente el paso<br />
matutino y el casi<br />
nocturno del tren.<br />
distinto al de su país que conocí de joven cuando fui marinero,<br />
como tantos y tantos chilenos. El mar de ustedes es de aguas tibias,<br />
parece que uno se bañara en un consomé. Nuestras aguas son<br />
frías, con alto contenido de yodo y aquí verdaderamente tiene<br />
sentido llamar a su color azul marino. Las playas de ustedes son<br />
de arenas a veces negras, otras grises y hasta blancas deslumbrantes<br />
en el mar Caribe. Las nuestras vienen de montañas y rocas, se<br />
desprenden en piedras de diversos tamaños y cantos rodados que<br />
se internan al mar como animales vivos.<br />
Había sacado de la maleta mi carta geográfica de Chile para<br />
seguir las indicaciones de aquel caballero.<br />
—Qué oportuno —me dijo—, al desplegar su mapa puede<br />
ver con claridad cómo se va estrechando el mundo. Los Andes<br />
están cada vez más cerca del océano y la planicie se reduce.<br />
¡Véalo!<br />
Y marcaba con su índice el punto en que debía culminar mi<br />
viaje en tren.<br />
—Ahí reside el gran problema nacional en asuntos ferroviarios.<br />
Al llegar a Puerto Mont nuestros trenes carecen de espacio<br />
para la maniobra de dar la vuelta al convoy y dirigirlo hacia<br />
el norte para su regreso. Las máquinas<br />
quedan ahí detenidas para siempre. Los<br />
trenes permanecen arrumbados al final<br />
del país, inútiles, en una muerte costosísima<br />
para el erario. A tren por viaje.<br />
Por eso las tarifas son caras. Hay que<br />
recuperar la inversión perdida.<br />
Lo vi a los ojos. Estaba serio, preocupado,<br />
sin la menor sonrisa.<br />
—Pero no terminan ahí nuestros<br />
problemas. Los trenes arrumbados trastocan<br />
las brújulas, éstas enloquecen por<br />
tanto acero acumulado de los convoyes<br />
muertos. Sus agujas pierden la orientación<br />
y en lugar de apuntar al Norte<br />
señalan al Sur. Con el descontrol de las<br />
brújulas, los grandes barcos pierden el<br />
rumbo. Y ya extraviados, van a encallar<br />
en las rocas de Puerto Mont, acrecentando<br />
el desorden. Tenemos tanto acero<br />
en chatarra que la atracción magnética<br />
ha virado definitivamente y pronto el<br />
Polo Norte, en una maroma, quedará<br />
en el Polo Sur. Y nadie podrá orientarse en el mundo.<br />
El tren que debía abordar llegó pitando. El caballero<br />
chileno se descubrió nuevamente y con el<br />
sombrero de carrete en la mano me hizo una reverencia,<br />
me deseó buen viaje y se retiró calándose el<br />
tocado.<br />
Ibero 39
TRIVIUM /crónica<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Antes de empezar la mesa redonda sobre literatura<br />
femenina, teníamos que enfrentarnos a un grupo<br />
de periodistas interrogándonos sobre el tema. Laura<br />
Esquivel, vestida como el personaje de su novela<br />
con una falda de olanes y botines abotonados hasta<br />
el tobillo como para bailar una polca, sistemáticamente se negaba<br />
a intervenir. Por más que la instigábamos, inclinaba la cabeza<br />
con su cabello alborotado rehusándose con todas sus fuerzas. La<br />
situación había quedado en nuestras manos. Para enfrentarla, Luisa<br />
Josefina Hernández y yo hurgábamos en los ejemplos. Decíamos<br />
que Marguerite Duras había encontrado en El amante un estilo<br />
personal e irrepetible violentando los tiempos, cambiando arbitrariamente<br />
la puntuación y los sujetos; un estilo apoyado en las repeticiones.<br />
Le servía a las mil maravillas para retomar el recuerdo<br />
que nos llega desordenado y en tropel, un estilo con el cual ganó<br />
el Premio Goncourt. Argumentábamos que Teresa de Ávila explicaba<br />
sus raptos místicos con un español llano quizás imitando a<br />
Jesús seguido por multitudes en la Galilea, que Woolf y Mansfield<br />
revolucionaron la novela y el cuento modernos, que Jean Austen<br />
reconstruyó la historia de Cenicienta casando a su protagonista<br />
con el príncipe Darcy, que las Brönte resultaban verdaderas maestras<br />
sosteniendo la tensión narrativa. Para nosotras, ellas eran parte<br />
integrante de nuestras vidas. Representaban la senda de la liberación<br />
y la libertad. Y, atentas a ser corteses, dejábamos turno a Laura;<br />
pero sin mayores explicaciones evadía cualquier pregunta de la<br />
prensa. No y no y de ahí no la sacamos. Simone de Beauvoir, Eudora<br />
Welty, Hortense Calisher, Clarice Lispector escucharon sus<br />
nombres cómodamente sentadas en tronos destinados a los clásicos.<br />
Mientras tanto, Laura las oía mencionar como si oyera una<br />
granizada que duraría apenas algunos minutos. Seguía moviendo<br />
la cabeza diciendo no y haciendo gala de una obstinación inconmovible.<br />
Finalmente agradecimos el interés y sin perder tiempo,<br />
porque la Feria Internacional del Libro de Guadalajara tiene horarios<br />
exactos, pasamos a un salón atestado por mil personas.<br />
De pronto se me acercó una muchacha mandada por los organizadores.<br />
Explicaba que la moderadora se había enfermado y me<br />
rogaban que hiciera un doble papel. Acepté de mala gana. Eso le<br />
quitaría brillo a mi participación y además no podría presentarme<br />
sola encareciendo mis escasos méritos; pero resignada le pedí<br />
a Laura que siguiendo el orden del programa tomara la palabra.<br />
Bajó la cabeza, otra vez la movió de un lado a otro y arguyó<br />
que necesitaba tranquilizarse porque estaba muy nerviosa. Tuve<br />
que lanzarme hablando de las escritoras negras que en Estados<br />
›Sorpresas te<br />
da la vida<br />
Beatriz Espejo<br />
Escritora e investigadora. Premio Nacional de Narrativa para Obra<br />
Publicada por su libro El cantar del pecador. En septiembre de<br />
2009 le fue entregada la Medalla de Oro del Instituto Nacional de<br />
Bellas Artes, en reconocimiento a su trayectoria literaria.<br />
Unidos forman, o formaban en aquel tiempo, grupo. Expliqué<br />
asuntos nacidos de su entorno, su conciencia de pertenecer a<br />
minorías, la forma como trataban problemas peculiares y otras<br />
características. Apenas puedo acordarme, el texto permanece<br />
inédito. Creo vagamente haber establecido comparaciones con<br />
nuestras autoras y que mientras leía pensé que hubiera sido mejor<br />
ocuparme de asuntos más cercanos a la sensibilidad reinante. La<br />
literatura chicana me hacía guiños desde un rincón; sin embargo<br />
nunca he sido buena para promoverme, me faltó olfato y me<br />
había metido con un tema a mi juicio original relegado siempre<br />
al pie de página. Obama no era todavía presidente de los Estados<br />
Unidos. Obtuve aplausos y la aprobación risueña de Emilio Carballido<br />
que se hallaba en primera fila. Agradecí la buena voluntad<br />
inconforme conmigo misma, luego volví a mi segunda misión<br />
y le supliqué a Laura que participara según le correspondía si<br />
atendíamos los méritos de la maestra allí presente. Imposible. Con<br />
aspecto angustiado alegó terror escénico o algo por el estilo. Luisa<br />
lo escuchó y en voz bastante audible me dijo que dejara por la<br />
paz a una tipa tan banal empeñada en quedarse al último. Le cedí<br />
el micrófono procurando retribuirle un poco de lo mucho que<br />
me había dado durante sus clases en la Facultad de Filosofía y Letras.<br />
Exalté sus logros académicos, las becas obtenidas, su nombramiento<br />
de emérita, su generosidad en la formación de numerosos<br />
discípulos, su larga trayectoria novelística, sus contribuciones a<br />
la dramaturgia mexicana y hasta la elegancia con que fumaba<br />
siguiendo el humo de sus cigarrillos rumbo al techo mientras<br />
traducía de primera intención obras de Yeats, O’Neil, Miller o de<br />
algún otro autor preferido ante alumnos arrobados por su belleza<br />
y su inteligencia tan dotada. El auditorio aplaudió conmovido.<br />
Luisa debió enfocar las dificultades que enfrentamos las mujeres<br />
escritoras o cosas por el estilo. Procuro traerlo a la memoria inútilmente.<br />
Cuando terminó, ya no hubo más remedio y le dije a<br />
Laura que si quería hacerlo, tomara parte o de una vez por todas<br />
se excusara frente a los asistentes. Entonces mis ojos asombrados<br />
descubrieron su verdadero don. La vieron poner toda la carne en<br />
el asador. Pareció salir con los brazos en alto desde las entrañas de<br />
un gigantesco pastel de cumpleaños, movió esta vez su melena<br />
alborotada diciendo sí, se la alisó enderezándose en la silla, abrió<br />
su bolsa, sacó un papel mecanografiado con letras de dieciséis<br />
40 IBERO
Me puse blanca de<br />
rabia, el doctorado<br />
en letras ganado con<br />
tanto esfuerzo regurgitó<br />
en mi estómago<br />
anunciando un magno<br />
cataclismo.<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Laura Esquivel. Foto: Cobis.<br />
puntos, para evitar equivocaciones y prescindir de los lentes, y<br />
con un dominio admirable leyó su ponencia. Afirmaba que la<br />
literatura femenina universal había nacido en el momento que<br />
escribió Como agua para chocolate, argumento de una película dirigida<br />
por su marido. A continuación escogió su capítulo favorito,<br />
mecanografiado con las mismas letrotas, donde una de las protagonistas<br />
muere de flatulencias como justo castigo por desposarse<br />
con el galán y gracias a esa muerte infamante deja el campo libre<br />
a su hermana pequeña para unirse al amor de su vida. El público<br />
enloqueció. Mil individuos olvidaron la existencia de Sor Juana<br />
para arriba y para abajo y vitorearon de pie a la partera literaria.<br />
Fue increíble. Me puse blanca de rabia, el doctorado en letras<br />
ganado con tanto esfuerzo regurgitó en mi estómago anunciando<br />
un magno cataclismo. Con violencia me levanté al baño para<br />
vomitar la burla. Luisa se dio cuenta y tocaba en la puerta exigiéndome<br />
que abriera, diciéndome que nadie salvo yo tomaría<br />
seriamente argucias baratas e invitándome a bebernos unas copas<br />
acompañadas por Carballido. Mi estómago revuelto no estaba<br />
para copas y como soy dada a rumiar acontecimientos infelices,<br />
decidí irme al hotel, bañarme, ponerme un pijama y prender la<br />
televisión buscando antídotos en mi propia compañía. En eso<br />
sonó el teléfono. Raúl Padilla, rector de la <strong>Universidad</strong> y fundador<br />
de la Feria, preguntaba por mi salud ya perfectamente bien.<br />
Me invitó a cenar. No lo convencieron disculpas de ninguna<br />
especie y mandó un coche para buscarme. En la mesa principal<br />
a la que me condujeron estaba Alfonso Arau muy sonriente y<br />
Laura Esquivel muy callada que de nuevo quedó a mi derecha.<br />
Un rato después llegó Eraclio Zepeda. Con su tono cantarino<br />
y chiapaneco me dijo: ¿Doñita, dónde dejaste al don? Saludó a<br />
todos y apenas se fue, Laura preguntó: ¿Quién es? ¿Cómo, no<br />
conoces a este cuentista excelente? No lo conocía. Tampoco a<br />
Gustavo Sáinz ni a José Agustín, padre de la Onda, que también<br />
vinieron y también fueron ignorados. Es el colmo, le espeté con<br />
un coraje nacido del alma, en tu vida has abierto un libro. Estoy<br />
convencida de que ni siquiera sabes hacer chiles en nogada. Eso<br />
sí, argumentó presurosa con una ingenuidad digna de mejor<br />
causa. Y haciéndole un examen, añadí, ¿a ver, les pones peras y<br />
duraznos? Y además plátano y manzana, contestó. Con lo cual<br />
cayeron al suelo mis sospechas y nuevamente perdí el lance.<br />
Cuando regresé a mi casa aún seguía procesando los incidentes.<br />
Encontré a mi hijo Francisco, en plena adolescencia,<br />
retorciendo su tenedor según costumbre ante un majestuoso<br />
plato de tallarines. Siempre ha sido mi confesor y le conté punto<br />
por punto los detalles de la experiencia. Él, con cara de conmiseración<br />
me dijo sin mucho esfuerzo: ¿Pero, mamá, cuándo<br />
has visto a los publicistas promover las ventajas de un celular,<br />
alguna marca de hamburguesas o una pasta de dientes sin proclamar<br />
que son las primeras y mejores del mercado?<br />
Ibero 41
cine<br />
›Las otras mejores<br />
películas mexicanas<br />
Luis Tovar<br />
Narrador, ensayista y crítico de cine. Jefe<br />
de Redacción de La Jornada Semanal.<br />
Autor de los libros Diccionario del mar<br />
(<strong>Universidad</strong> Veracruzana, 2008) y Una<br />
jornada en el otro tiempo (Ediciones sin<br />
Nombre, 2009)<br />
Al ser inevitablemente subjetiva,<br />
parcial e incluso arbitraria, cualquier<br />
lista de diez mejores —libros,<br />
películas, discos, canciones, etecé—<br />
comporta la ejecución de un acto profundamente<br />
injusto, cuya primera víctima es<br />
el propio perpetrador del enlistado, sin embargo<br />
de lo cual, y sin paradoja, es punto menos<br />
que imposible sustraerse a la fascinación<br />
producida por la oportunidad de decirle a los<br />
demás <strong>cuál</strong>es son nuestras diez mejores, a veces<br />
coincidentes, a veces otras, muy otras.<br />
En materia de cine mexicano, la lista que<br />
la memoria de este juntapalabras pergeñó de<br />
inmediato incluía más de veinticinco filmes, y<br />
aun así quedaban fuera otros que Másdeuno<br />
consideraría insoslayables. Empero, puesto que<br />
el juego de la isla desierta es poco dado a la<br />
benevolencia, en la parte final de este texto<br />
se apuntan unas, otras diez mejores películas<br />
mexicanas de todos los tiempos, no sin antes<br />
consignar el sentimiento de autotraición<br />
experimentado al dejar fuera, por ejemplo y<br />
mencionadas sin un orden particular, Janitzio,<br />
de Carlos Navarro; Ensayo de un crimen, La ilusión<br />
viaja en tranvía y El ángel exterminador, de<br />
Buñuel —mejor dicho, prácticamente todo lo<br />
que el aragonés filmara en México—; ¡Esquina<br />
bajan! y Campeón sin corona, de Alejandro<br />
Galindo; Tlayucan y En la trampa, de Alcoriza;<br />
Bajo California, el límite del tiempo, de Carlos<br />
Bolado; Historia de un gran amor, de Julio Bracho;<br />
El grito, de Leobardo López Aretche; ¡Vámonos<br />
con Pancho Villa!, de Fernando de Fuentes;<br />
Segundo siglo, de Jorge Bolado; Cobrador, de<br />
Paul Leduc; varias del Indio Fernández, no pocas<br />
de Ismael Rodríguez, algunas de Miguel<br />
Zacarías, más un etcétera tan grande como el<br />
deseo de seguir consignando títulos.<br />
La otra lista sería, pues, como sigue, nuevamente<br />
sin que el orden asignado implique<br />
nada más que una jerarquía cronológica:<br />
42 IBERO<br />
10<br />
La mujer del puerto (1933), de Arcady Boytler. Aquí nació la numerosa<br />
estirpe fílmica de mujeres adorables-buenas-desgraciadas-hermosas-señaladas-vilipendiadas<br />
que ha poblado la mitad<br />
o más del cine mexicano.<br />
Dos monjes (1934), de Juan Bustillo Oro. Este filme fundó en México<br />
el cine de suspenso y terror, y tiene el plus de ser el mejor —y<br />
casi único— ejemplo de cómo se ejecutaba en nuestras tierras<br />
el estilo cinematográfico impresionista.<br />
Ahí está el detalle (1940), también de Bustillo Oro. Además de ser<br />
quizá el mejor trabajo histriónico de Cantinflas, esta comedia es<br />
paradigma de un género que nutrió medio cuerpo de la llamada<br />
época de oro de nuestro cine.<br />
La perla (1945), de Emilio Indio Fernández. Basada en, y adaptada<br />
por John Steinbeck, fotografiada por Gabriel Figueroa y con<br />
un Pedro Armendáriz en plenitud, esta cinta sobre los sinos de la<br />
ambición, la pobreza y un triste destino manifiesto del individuo,<br />
debería formar parte de una lista no nacional, sino internacional<br />
de diez mejores.<br />
Los olvidados (1950), de Luis Buñuel. Poco puede decirse, sin redundar,<br />
acerca de esta obra maestra de la cinematografía mundial.<br />
Surrealismo, hiperrealismo, denuncia social, ternura cruel; los<br />
inmortales Roberto Cobo y Miguel Inclán...<br />
La fórmula secreta (1965), de Rubén Gámez. También conocida<br />
como Coca Cola en la sangre y con la colaboración entre otros<br />
de Juan Rulfo y Jaime Sabines, esta es la muestra más alta que<br />
México ha dado de un cine auténticamente experimental, osado<br />
y lúdico.<br />
Mecánica nacional (1971), de Luis Alcoriza. Monumental coro<br />
de idiosincrasia social y decadencia espiritual, así como retrato<br />
fidelísimo de una época cuyos claroscuros todavía nos alcanzan<br />
y, en buena medida, nos explican.<br />
Rojo amanecer (1989), de Jorge Fons. Mítico y polémico como<br />
pocos, desde la manera en que tuvo que filmarse y lo que pudo/<br />
no pudo/debió incluirse en ella, este sigue siendo el mejor ejercicio<br />
de ficción en torno a la matanza del 2 de octubre del 68,<br />
uno de los capítulos más sangrientos y dolorosos en la historia de<br />
este país.<br />
Japón (2002), de Carlos Reygadas. Por su temática —la soledad,<br />
el aislamiento, el suicidio—, pero sobre todo por el tono, la mirada<br />
y el ritmo elegidos, este filme abrió una veta formal poco explorada<br />
en México, al tiempo que contribuyó mucho a desatar una<br />
polémica, aún vigente, en torno a la estética y la conceptualización<br />
mismas del cine contemporáneo.<br />
El violín (2005), de Francisco Vargas. Mitad alegórico, mitad fincado<br />
en claros referentes de nuestra historia actual, esta ficción<br />
acerca de la guerrilla indígena, que para algunos peca de inexactitud<br />
o escamoteos, tiene la virtud de amalgamar lo aparentemente<br />
inasociable, como el horror y la dignidad, o la belleza<br />
y el dolor.
ACTUALIDAD IBERO<br />
›Prepa Ibero,<br />
una nueva oferta<br />
educativa<br />
Raquel Druker<br />
Directora de Prepa Ibero<br />
Hace poco más de un año,<br />
un grupo de profesores de<br />
la Ibero fuimos invitados<br />
a participar en un proyecto<br />
que de inmediato captó<br />
nuestro interés. La consigna fue sugerente,<br />
clara, pero a la vez abierta: soñar con una<br />
escuela de educación media superior que<br />
respondiera a las demandas del presente<br />
y al anhelo interno de ser mejores seres<br />
humanos; con esa Prepa que a cada uno<br />
de nosotros nos hubiese gustado cursar.<br />
Nada se interponía entre nosotros y el<br />
sueño, sólo era cosa de dejar volar la imaginación<br />
y empezar a plasmar en papel<br />
ese sueño que, poco a poco, se fue enriqueciendo<br />
y se compartió.<br />
Es importante destacar que, desde la<br />
conformación del equipo, éste ya tenía su<br />
riqueza propia, puesto que se trataba de académicos de diversas<br />
áreas de competencia, interés y disciplinas, lo que hacía que cada<br />
uno imprimiera en el sueño su enfoque personal, su formación<br />
profesional y su experiencia docente.<br />
El trabajo del equipo consistió también (además de soñar)<br />
en revisar diversos modelos educativos, analizar programas, visitar<br />
instituciones, empaparse de lo que sucede hoy en materia<br />
de educación media superior en nuestro país en general, y en<br />
la ciudad de México en particular, en conocer las tendencias,<br />
las vanguardias educativas. Sin duda, también, en escuchar a los<br />
compañeros que trabajan en la <strong>Universidad</strong> y analizar lo que<br />
señalan como deficiencias de los jóvenes que llegan a nuestras<br />
aulas. Leer y tratar de comprender la Reforma Integral de la<br />
Educación Media Superior que se anunció por parte de las autoridades<br />
de Educación en 2008 y que entró en vigencia en el<br />
ciclo escolar 2009-2010.<br />
Todo eso se sumaba a la conciencia de los retos que la sociedad<br />
contemporánea le plantea a los educandos y a los educadores, y<br />
al claro entendido de que sería una Preparatoria que —como la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> lo hace— partiera de una visión<br />
humanista de inspiración cristiana.<br />
Nos queda claro que los cambios se están dando en forma<br />
vertiginosa, y ellos se presentan en todos los ámbitos de la vida<br />
humana, encabezados primordialmente por avances en la ciencia<br />
y en la tecnología, por lo que la educación debe ser dinámica y<br />
expuesta a modificaciones, pero a la vez debe trasmitir valores éticos<br />
y universales. Esta combinación sutil y delicada fue una de las<br />
constantes de nuestro trabajo. Comprendimos que el incremento<br />
exponencial de la información, la facilidad en su acceso y distribución,<br />
el desvanecimiento de fronteras entre países requieren de<br />
los diferentes actores sociales el replanteamiento de estructuras,<br />
objetivos y formas de transmitir la educación y, por consiguiente<br />
44 IBERO
debíamos pensar en alternativas que respondieran<br />
a dichas demandas.<br />
Tomamos en consideración que los jóvenes<br />
que llegarían a esa Prepa en el 2010<br />
se toparían con un mundo más competitivo<br />
en el 2013, al terminar su bachillerato<br />
e insertarse en el mundo laboral,<br />
y aún más en el 2017, para aquellos que<br />
quisieran cursar una licenciatura, lo que<br />
los obliga a ser más eficaces y eficientes.<br />
Nos preguntamos: ¿Cómo se logra? La<br />
respuesta que nos dimos fue: con una sólida preparación, con<br />
bases científicas y tecnológicas. Se consigue a través de una<br />
educación de mejor calidad que esté a la altura de estándares<br />
internacionales, para que esos jóvenes puedan insertarse en el<br />
mercado laboral y profesional que les tocará enfrentar en el futuro<br />
próximo, sin olvidar que la competitividad, la excelencia<br />
académica, los conocimientos y las habilidades no son suficientes<br />
si no vienen acompañadas de actitudes, de una conciencia de<br />
responsabilidad social, de pensar en los demás, de tal forma que<br />
propongan alternativas dirigidas a alcanzar el bien común, que<br />
participen en la tarea de solucionar el rezago social, político y<br />
económico de nuestro país, que sean capaces de generar estructuras<br />
que contribuyan a una sociedad más equitativa y a una<br />
ciudadanía más solidaria y justa.<br />
La Prepa Ibero, nos dijimos, debe responder a una necesidad<br />
muy clara: la de ayudar a formar a los jóvenes que están en una<br />
edad cronológica en la que pueden apropiarse de valores y reforzar<br />
los ya adquiridos, asunto tan importante en nuestros días y<br />
en una sociedad que se torna cada vez más violenta e indiferente<br />
hacia los demás.<br />
Así, poco a poco, con un trabajo intenso y apasionante, el<br />
equipo fue delineando la propuesta de una escuela de educación<br />
media superior que guíe a sus alumnos en un marco de excelencia<br />
académica y humana, que promueva una educación de<br />
calidad y que forme ciudadanos, personas comprometidas, que<br />
desarrollen sensibilidad artística y estética, que adquieran competencias<br />
laborales, y compromisos sociales.<br />
Hoy, el equipo multidisciplinario que inició sus reuniones<br />
hace un año, sigue soñando, pero a la vez ha dado pasos para la<br />
consecución del sueño. Se ha diseñado un programa y un plan<br />
de estudios que responde a la modalidad del Bachillerato General<br />
de la SEP, y con el sello específico de la institución que le da<br />
inspiración, la Ibero. Los documentos ya están en manos de las<br />
autoridades competentes para obtener la Revalidación Oficial<br />
de Estudios (RVOE).<br />
La Prepa Ibero cuenta con todo<br />
el respaldo y el prestigio de la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, de su<br />
larga y conocida trayectoria,<br />
lo que le ha valido reconocimiento<br />
nacional e internacional, y<br />
recientemente el de la ANUIES<br />
y la SEP como la mejor universidad<br />
privada de México.<br />
A la pregunta que muchos se hacen de qué distingue a la<br />
Prepa Ibero, digamos, de inicio, que cuenta con todo el respaldo<br />
y el prestigio de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, de su larga y<br />
conocida trayectoria, lo que le ha valido reconocimiento nacional<br />
e internacional, y recientemente el de la ANUIES y la SEP<br />
como la mejor universidad privada de México. Sumado a ello,<br />
el equipo de trabajo responde que la distinguen, cuando menos,<br />
siete aspectos:<br />
a) La preocupación por lograr excelencia académica y humana<br />
b) La formación social y en valores<br />
c) Una filosofía humanista de inspiración cristiana<br />
d) La formación en competencias<br />
e) Las materias Ibero<br />
f ) Los proyectos transversales<br />
g) El servicio social<br />
¿De qué se trata todo esto? Poco a poco iremos detallando cada<br />
aspecto; baste decir, por ahora, que confiamos en que lo que la<br />
distingue, la hará a un mismo tiempo una Prepa en la que se enfaticen<br />
el trabajo en equipo, la solución de problemas, la apertura a<br />
la diversidad, el pensamiento crítico, la solidaridad, el cuidado de<br />
sí mismo, del entorno y de los demás, la conciencia ecológica.<br />
En virtud de que la Prepa Ibero iniciará labores en agosto del<br />
2010, se ha acondicionado un espacio dentro de la <strong>Universidad</strong><br />
misma para alojarla en tanto las instalaciones propias de la Prepa<br />
están listas. Ello quiere decir que los alumnos dispondrán de<br />
instalaciones de primer nivel, pero que tendrán, a un mismo<br />
tiempo, su espacio propio, acorde a las necesidades de un bachillerato.<br />
Una vez que el edificio nuevo esté terminado, responderá,<br />
no sólo a demandas arquitectónicas, ecológicas, ambientales<br />
y estéticas sino también, al propio proyecto y modelo educativo<br />
que se ha planteado.<br />
Por todas estas razones es que podemos sostener que: ¡La excelencia<br />
ya tiene Prepa!<br />
Ibero 45
EL VIAJERO ILUSTRADO<br />
›Vietnam: ¿Guerra o<br />
seducción?<br />
Texto y fotos:<br />
Carlota Peón Guerrero<br />
Directora Jurídica de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México<br />
Vietnam. ¿Guerra o seducción? Estas eran las dos ideas en<br />
mi mente antes del viaje. Por un lado, las innumerables<br />
referencias a la guerra; por otro, el lado seductor de este<br />
país oriental que me venía del cine (El perfume de la papaya verde,<br />
El amante o Indochina). Al no interesarme el lado bélico, opté por<br />
sumergirme en las aguas seductoras de este fascinante país.<br />
El recorrido empezó en la capital, Hanoi. La ebullición de esta<br />
ciudad empieza temprano. Salí a recorrer sus calles de madrugada,<br />
todavía con los efectos del cambio de horario. Me impresionó<br />
ver la cantidad de gente a estas horas de la mañana en todos<br />
los espacios públicos: personas que hacían tai chi en los parques<br />
con sus abanicos rojos, mercados ambulantes en plena actividad,<br />
y calles repletas de motocicletas y bicicletas. Hanoi o “ciudad<br />
rodeada de ríos”, ofrece al visitante una amplia gama de parques<br />
y templos, casi todos budistas. En el lago más famoso de Hanoi,<br />
46 IBERO
Vietnam es un país maravilloso,<br />
aún no abrumado por el<br />
turismo. Su gente es cálida<br />
y sonriente, su naturaleza<br />
exuberante, sus templos y<br />
costumbres interesantes, su<br />
comida exquisita.<br />
destaca el templo de Hoan Kiem con su precioso puente de laca<br />
roja. El templo de Van Mieu o templo de la literatura es una visita<br />
obligada en Hanoi. Este templo era lugar de estudio y meditación<br />
de los mandarines que aprendían las ideas de Confucio.<br />
En el barrio más exclusivo de Hanoi, en donde se encuentra<br />
gran parte de las embajadas, respiré un aire de la colonia francesa:<br />
Grandes bulevares con palmeras y casonas color ocre con<br />
balcones de madera. Ahí se ubican algunos de los hoteles más<br />
famosos de la capital, como el Hotel Metropole. Este barrio es<br />
un remanso del caos que reina en el barrio antiguo, en donde<br />
me perdí en un enorme mercado de comida. Era el mediodía.<br />
Después del impacto de ver una pila de perros rostizados con su<br />
cola enroscada, una imagen que nunca olvidaré, observé algunos<br />
otras curiosidades entre los puestos: licores con víboras que<br />
funcionan como afrodisiacos según los locales y los durianes,<br />
enormes frutas con picos y olor penetrante. Minutos más tarde<br />
el olfato me guió a unos puestos de comida de donde emanaba<br />
un exquisito vapor: pequeñas ollas de peltre con caldos en plena<br />
ebullición (Pho, caldo de res con pasta de arroz y hierbas frescas),<br />
Nems fritos o fríos (versión vietnamita de los rollos primavera<br />
elaborados con hoja de arroz, carne o mariscos, fideos de arroz y<br />
cilantro), los banh bao (bollos de pasta rellenos de carne de puerco<br />
y huevo) y la clásica ensalada de papaya verde.<br />
Al salir del mercado me percaté de un problema que enfrentan<br />
los peatones extranjeros: ¿Cómo cruzar el río de motos y bicicletas<br />
frente a mí? Más tarde aprendí que no se puede esperar a<br />
que el flujo se detenga, sino que hay que caminar lentamente y<br />
Ibero 47
EL VIAJERO ILUSTRADO<br />
En las banquetas se instalan mesas<br />
y sillas diminutas en donde se<br />
sirve comida. Por las tardes, esas<br />
banquetas se vuelven salones de té,<br />
pasatiempo reservado a los hombres.<br />
esperar a que los demás vehículos te esquiven. Grupos de estudiantes<br />
salían de clases con su uniforme azul marino y moño rojo<br />
al cuello, así como muchachas con el tradicional vestido blanco<br />
Au sai en sus bicicletas. En las banquetas se instalan mesas y sillas<br />
diminutas en donde se sirve comida. Por las tardes, esas banquetas<br />
se vuelven salones de té, pasatiempo reservado a los hombres.<br />
En la noche fui a un teatro de marionetas acuáticas en el que<br />
se cuentan historias y leyendas locales, con música tradicional<br />
vietnamita que combina influencias provenientes de la China y<br />
la India. Es impresionante cómo los artistas manejan estas marionetas<br />
tradicionales de madera, sostenidas por unos largos palos,<br />
invisibles para el espectador.<br />
Al norte, casi en la frontera con China, se encuentra la emblemática<br />
bahía de Ha Long, confluencia de casi dos mil islas con<br />
dinastía Nguyen. La visita de la ciudadela<br />
me llevó de patio en patio, a la manera de<br />
las muñecas rusas, hasta la ciudad prohibida.<br />
También visité los mausoleos de los<br />
emperadores Minh Mang y Tuc Duc. La<br />
mayoría de los templos no han sido restaurados<br />
recientemente, lo cual le da un<br />
atractivo muy especial, y se encuentran<br />
rodeados por bosques, lagos o ríos.<br />
Recorrí el pintoresco pueblo de Hoi<br />
An con sus estrechas calles de piedra y<br />
casas de influencia china, con balcones de madera y patios interiores<br />
con altares para honrar a sus muertos, que las familias<br />
muestran a cambio de una módica entrada. Hoi An es el paraíso<br />
de las compras, sobre todo de la seda, incluyendo las típicas lamparitas<br />
de seda que se exportan a todo el mundo.<br />
Danang, conocido por su famosa playa (China beach) merece<br />
un desvío, sobre todo la visita del museo nacional de antropología<br />
con piezas monumentales de la cultura Champa, antigua civilización<br />
del territorio en el que ahora se asientan Vietnam y Cambodia.<br />
Ho Chi Minh (que algunos occidentales siguen llamando Saigón)<br />
me regresó a la modernidad. La visita al palacio de la reunificación<br />
bien merece la pena por razones históricas y arquitectónicas,<br />
al igual que el barrio antiguo con casas estilo colonial,<br />
el museo nacional de arte y algunos edificios de gobierno. En<br />
diversas formaciones de roca. Según una<br />
leyenda, los pináculos son el lomo de un<br />
dragón que se hundió en el mar. Visité<br />
las grutas en algunas de estas islas pero lo<br />
más espectacular fue sin duda el paseo en<br />
barco en donde aún se pueden admirar<br />
los antiguos veleros chinos, juncos, como<br />
los de la película Indochina. En medio de<br />
este archipiélago el barco apagó el motor<br />
y disfruté de una deliciosa comida de<br />
mariscos y pescado fresco al vapor con<br />
salsa agridulce.<br />
Al sur, casi al centro del país, se localiza<br />
Hue, antigua ciudad imperial de la<br />
la principal ciudad comercial de Vietnam,<br />
se encuentran grandes tiendas, hoteles y<br />
restaurantes para satisfacer los gustos del<br />
visitante más exigente.<br />
Vietnam es un país maravilloso, aún no<br />
abrumado por el turismo. Su gente es cálida<br />
y sonriente, su naturaleza exuberante,<br />
sus templos y costumbres interesantes, su<br />
comida exquisita. Es también importante<br />
resaltar su profundo orgullo nacionalista,<br />
resultado de interminables sacrificios.<br />
Quedé con ganas de volver después de<br />
esta deliciosa probada. Vietnam, definitivamente<br />
seductor.<br />
48 IBERO
SABERES/sabores<br />
›El tequila:<br />
Una bebida que se fuma<br />
El tequila debe su nombre a una<br />
población de origen prehispánico,<br />
ubicada a poco más de 1200<br />
metros sobre el nivel del mar y<br />
a poco menos de 60 kilómetros<br />
al noroeste de Guadalajara, capital del Estado<br />
de Jalisco. Es cabecera de un municipio<br />
que lleva el mismo nombre y en el que<br />
se asientan más de 170 poblados pequeños.<br />
En esta región crece, desde tiempos<br />
precolombinos, un maguey mezcalero de<br />
color menos verde que azul, que ha sido<br />
bautizado científicamente con el nombre<br />
de agave azul tequilana Weber del cual procede<br />
el tequila.<br />
Esta planta se da en suelos arcillosos y en un clima semiseco,<br />
pues el exceso de agua le es dañino y acaba por pudrirla. De ahí<br />
que se siembre en las laderas de los cerros por donde el agua resbala<br />
sin que pueda estancarse y de que la orografía de la región<br />
parezca peinada de magueyes.<br />
La planta tarda en madurar alrededor de diez años y no es sino<br />
hasta entonces cuando se practica “la jima”, que es la acción de<br />
deshojarla, sacrificándola, para obtener “la piña” o corazón de<br />
la planta del cual nacen las hojas y cuyo peso aproximado es de<br />
30 kilos. Las piñas son tatemadas en horno y de ellas se extrae<br />
un mosto que es depositado en tinajas para su fermentación.<br />
Una vez fermentado pasa a los alambiques, donde se destila. Así<br />
se produce el tequila blanco, que es el de más alta graduación<br />
alcohólica. Pero hay otras variantes, que alargan el proceso: el<br />
tequila “joven abocado”, que es más suave; el “reposado”, que<br />
permanece un par de meses en grandes pipones, y el “añejo”,<br />
que se conserva en barricas de encino entre uno y tres años.<br />
Los buenos tequilas ostentan en su etiqueta la leyenda “100%<br />
agave” para diferenciarse de aquellos que utilizan en su producción<br />
otros azúcares hasta en un 49%, que es lo permitido por<br />
Gonzalo Celorio<br />
Narrador, ensayista e investigador. Secretario<br />
de la Academia Mexicana de la Lengua.<br />
Ha sido Académico Distinguido del<br />
Departamento de Letras de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong>. Su más reciente libro es<br />
Cánones subversivos (Tusquets, 2009)<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
la ley. Recientemente, el tequila cuenta ya<br />
con denominación de origen, circunscrita<br />
a diversos municipios de cinco estados de<br />
la República, a saber: Jalisco, Michoacán,<br />
Guanajuato, Nayarit y Tamaulipas.<br />
k<br />
Como el tabaco, el tequila se disfruta<br />
más de regreso que de ida. No se paladea<br />
debajo de la lengua, no se entretiene en la<br />
boca, sino que se ingiere de un solo golpe,<br />
hasta adentro, y es después, al exhalarse,<br />
cuando su espíritu se manifiesta. El tequila<br />
es una bebida que se fuma.<br />
Suele acompañarse de tres diminutivos y<br />
sus correspondientes posesivos: su sangrita,<br />
su limoncito y su salecita. No voy a hablar de la sangrita, que es<br />
secundaria y, cuando tiene marca, puede ser tan calamitosa como<br />
las viudas que le prestan el nombre de sus difuntos maridos. Se<br />
dice que el limón y la sal, según consta en un poema de Efraín<br />
Huerta, han de colocarse en la hondonada que se forma, por la<br />
parte del dorso de la mano, entre el índice y el pulgar. Semejante<br />
ritual, bastante pegosteoso por cierto, hoy día sólo lo practican<br />
quienes no toman tequila habitualmente pero giran instrucciones<br />
a los extranjeros que, para sentirse mexicanos en una noche<br />
de Garibaldi, optan por cambiar el margarita por un tequila de<br />
veras. Hay quienes dicen que el limón debe chuparse antes del<br />
trago, para preparar la garganta. Pienso lo contrario. El limón, ya<br />
espolvoreado de sal, viene a matizar esa exhalación, ese eructo<br />
suave y silencioso, apenas susurrado, que sucede a la ingestión<br />
decidida. Para mí, la mejor compañera del tequila, empero, es la<br />
cerveza. No hablo de mezclas, Dios me libre, sino de alternancias.<br />
La cerveza, con sus levaduras, su efervescencia, sus blanquísimas<br />
espumas, teje una red sutil en la que cae el tequila, que siempre<br />
da saltos mortales. Además, la cerveza quita la sed. Y la sed es cosa<br />
seria. Ay de aquel que sacie con tequila su sed. Recientemente se<br />
Foto: Corbis.<br />
50 IBERO
ha instaurado la práctica lamentable de combinar el tequila con<br />
refresco de toronja o de cola. Las mezclas de tequila me parecen<br />
abominables pero no se puede desconocer el prestigio del coctel<br />
llamado margarita, elaborado con tequila, jugo de limón y unas<br />
gotas de cointreau sobre hielo frappé y servido en una copa champañera<br />
escarchada de sal.<br />
El tequila es un aperitivo y como tal se toma a mediodía, antes<br />
de comer, a menos de que la tarde, como dicen, esté tequilera. Es<br />
una bebida que debe contarse con rigor notarial. Nunca hay que<br />
tomarse más de tres tequilas (se entiende que dobles, en caballito<br />
grande) porque sus efectos son muy rápidos e intensos. El primero<br />
serena y tranquiliza; el segundo exalta; el tercero conduce<br />
natural y de perderme en los serpentines de sus alambiques hasta<br />
que el tequila se rompe —qué verbo maravilloso— a los 46<br />
grados.<br />
Las propiedades del tequila son muchas y magníficas. El historiador<br />
José María Muriá, que ha dedicado buena parte de sus<br />
trabajos de investigación precisamente al tequila, cita en un pequeño<br />
y muy recomendable libro de divulgación a don Lázaro<br />
Pérez, quien destaca en su Estudio sobre el maguey llamado mezcal<br />
en el estado de Jalisco, publicado en 1887, las “virtudes de esta bebida<br />
que la experiencia tiene confirmadas”:<br />
“Despertar el natural apetito de los alimentos, en las personas<br />
que por alguna causa lo han perdido; favorecer las digestiones<br />
El tequila es un aperitivo y como tal se toma a<br />
mediodía, antes de comer, a menos de que la tarde,<br />
como dicen, esté tequilera. Es una bebida que debe<br />
contarse con rigor notarial. Nunca hay que tomarse<br />
más de tres tequilas.<br />
a la frontera de la nostalgia. El cuarto rebasa esa frontera y puede<br />
provocar la depresión o recuperar los atributos del segundo, el de<br />
la exaltación, y provocar la disputa peleona.<br />
La cruda del tequila es espantosa, como todas las crudas, pero<br />
ésta en particular genera una aversión a la bebida misma. Para que<br />
la cuña apriete ha de ser del mismo palo, dice el refrán. Ni manera:<br />
si se rebasó la dosis, no hay más que volver al tequila, con la alcahuetería<br />
maravillosa de una cerveza: un clavo saca a otro clavo.<br />
Últimamente, sobre todo en Guadalajara, suele servirse el tequila<br />
en copa coñaquera. Tal actitud seguramente responde al<br />
deseo de proporcionarle el prestigio del coñac. No está mal porque<br />
el tequila lo merece, pero a mí me gusta servido en caballito.<br />
Para que galope.<br />
k<br />
De un tiempo a esta parte, han proliferado las marcas de tequila<br />
y sus coleccionistas. Algunas marcas son muy afortunadas y acaso<br />
tengan más valor literario que etílico, como el Suave patria, que<br />
ostenta en su etiqueta tricolor, realzada en oros heráldicos, un<br />
águila porfiriana. Lástima de la omisión del artículo, aunque, aun<br />
sin él, puede beberse con “una épica sordina”. El Caballito cerrero,<br />
que, por ser del cerro, no usa Herradura —fábrica de la que procedió<br />
y de la cual acabó por independizarse. El Centinela imperial<br />
—que cuida el sueño del emperador. Pero yo sólo bebo Herradura<br />
blanco de 46°. Conozco el proceso de su elaboración, desde<br />
la siembra del hijuelo hasta el alambique. He tenido el privilegio,<br />
gracias a la generosidad de mis amigos Marieta y Javier Portilla, de<br />
jimar el agave en el rancho de San José del Refugio en Amatitán,<br />
de presenciar la horneada de las piñas, de ver su desgarramiento,<br />
de oler el mosto, que huele a cruda, y advertir su fermentación<br />
difíciles; tonificar las funciones gástricas; tener una acción real<br />
en aquellas enfermedades en que la atonía hace el principal papel<br />
y en las dispepsias que, a menudo son rebeldes a todos los<br />
agentes conocidos de la Terapéutica; [...] vigorizar las funciones<br />
de la economía debilitadas por la edad; calmar la sed ocasionada<br />
por la insolación, propiedad que aprovechan con el mejor éxito<br />
muchos caminantes, evitándose así, las enfermedades, a veces<br />
de terminación fatal, que sobrevienen cuando para satisfacer<br />
aquella imperiosa necesidad, usan del agua natural; atenuar notablemente<br />
los efectos que sobre la economía produce en ciertas<br />
ocasiones, una extraordinaria baja de temperatura del ambiente;<br />
calmar la ingrata sensación del hambre, por espacio de muchas<br />
horas, por ser un alimento de los llamados respiratorios; levantar<br />
las fuerzas agotadas por un trabajo excesivo; avivar la inteligencia,<br />
ahuyentar el fastidio y procurar ilusiones agradables.”<br />
k<br />
El tequila ha sido más filmado que escrito. O por lo menos es<br />
más conocido por la época de oro del cine nacional que por sus<br />
alusiones literarias. Todo mundo tiene presentes las imágenes de<br />
Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, apurando el<br />
caballito hasta el final o si no, bebiéndolo a pico de botella para<br />
animar la confidencia, para amarrar el llanto ocasionado por la<br />
mujer perdida, para envalentonar el duelo.<br />
k<br />
—¿Qué quieres tomar? —le pregunté a un amigo que llegó a<br />
casa un sábado al mediodía.<br />
Me respondió con un plural espléndido y peligroso, que anunciaba<br />
lluvias y tormentas:<br />
—Tequilas —me dijo.<br />
Ibero 51
LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />
Qué leer<br />
y por qué<br />
Arturo Ahmed Romero /<br />
Armando González Torres /<br />
Angélica de Icaza / Félix Suárez<br />
Esta sección de IBERO acude a los lectores expertos, a los<br />
apasionados en la lectura, y son ellos los que recomiendan<br />
los siguientes libros que podrían entregar a otros lectores<br />
experiencias imborrables y transformadoras. Agradecemos a<br />
Arturo Ahmed Romero, Armando González Torres, Angélica<br />
de Icaza y Félix Suárez la disposición a responder nuestra<br />
encuesta y compartir así su interés con nuestros lectores.<br />
Arturo Ahmed Romero recomienda<br />
La hipótesis de la felicidad, de Jonathan Haidt<br />
e ¿Y después de la crisis qué...?, de Jacques<br />
Attali [Gedisa, Barcelona, 2006 y 2009]<br />
El libro que yo recomendaría es La hipótesis<br />
de la felicidad (Gedisa, Barcelona, 2006),<br />
de Jonathan Haidt. Mi incursión en la<br />
psicología positiva se basa en la necesidad<br />
de tener herramientas necesarias para<br />
compartir con mis alumnos experiencias<br />
viejas sobre la felicidad. En este libro Haidt<br />
demuestra que la felicidad existe en la<br />
mente de los individuos, y para referenciarla<br />
acude a pensadores como Platón,<br />
Buda, Aristóteles, y otros. Asimismo, busca<br />
en diferentes científicos como Freud<br />
las bases necesarias sobre la felicidad. Esta<br />
hipótesis sobre la felicidad encuentra una<br />
manera diferente sobre la vida y lo sencillo<br />
que es encontrarla. Otro libro que leí<br />
casi a fin de año es ¿Y después de la crisis,<br />
qué...? Propuesta para una nueva democracia<br />
mundial (Gedisa, Barcelona, 2009), de<br />
Jacques Attali Jacques. Ante los agoreros<br />
de la crisis mundial, este libro presenta un<br />
claro panorama de la economía y hacia<br />
dónde va. Nos da un escenario real de la<br />
economía y nos invita a la reflexión. Nos<br />
da lecciones sobre las diferentes crisis pasadas<br />
y nos pone en las manos la solución<br />
aparente como respuesta a una visión diferente<br />
de la vida y la democracia. El libro<br />
no es un decálogo de soluciones; es también<br />
un estudio sobre las amenazas que se<br />
avecinan en nuestra actualidad.<br />
ARTURO AHMED ROMERO. Director General<br />
del Instituto de Desarrollo Profesional<br />
para Libreros, Sociedad Civil.<br />
Armando González Torres recomienda<br />
¿Qué son las revoluciones? y otros<br />
ensayos, de Guy Davenport [Magenta,<br />
México, 2009]<br />
Recomendaría especialmente ¿Qué son la<br />
revoluciones? y otros ensayos sobre arte y literatura<br />
(Magenta, México, 2009), de Guy<br />
Davenport (1927-2005), un escritor y<br />
pintor norteamericano de reputación un<br />
tanto secreta. Este libro contiene una selección<br />
de ensayos de muy diversos temas<br />
y épocas, que van desde el tópico historiográfico<br />
de la <strong>revolución</strong> hasta perfiles<br />
de autores de lengua inglesa como Ruskin<br />
o Pound. En general, en sus ensayos<br />
de arte y literatura, Davenport defiende<br />
una idea fuerte de tradición y piensa que<br />
la innovación más genuina parte de una<br />
conciencia del pasado. Sin embargo, lo<br />
más importante no son sus tesis, sino la<br />
rigurosa y elocuente exaltación con que<br />
transmite estas ideas, susceptibles de despertar<br />
en el lector una sensación de fervor<br />
y descubrimiento estético.<br />
ARMANDO GONZÁLEZ TORRES. Poeta, ensayista<br />
y crítico literario. Premio Nacional de<br />
Ensayo “José Revueltas” 2008. Autor de<br />
los libros ¡Que se mueran los intelectuales!<br />
(Joaquín Mortiz, 2005) y Del crepúsculo de<br />
los clérigos (Terracota, 2008).<br />
Angélica de Icaza recomienda la trilogía<br />
Millennium, de Stieg Larsson [Destino,<br />
Barcelona, 2009]<br />
Soy una lectora tardía. Descubrí la literatura<br />
al mismo tiempo que el amor: en la<br />
adolescencia. No tengo prejuicios en lo<br />
que se refiere a temas o autores, y si estos<br />
últimos están “de moda”, no por ello<br />
siento un rechazo instantáneo. Por eso me<br />
di el lujo de leer la trilogía Millennium:<br />
Los hombres que no amaban a las mujeres,<br />
La chica que soñaba con un cerillo y un galón<br />
de gasolina, y La reina en el palacio de las<br />
corrientes de aire, del escritor sueco Stieg<br />
Larsson, y puedo decir que mi vocación<br />
de lectora voraz y agradecida se vio sumamente<br />
satisfecha. El personaje central,<br />
Lizbeth Salander, me cautivó casi tanto<br />
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como la Maga de Cortázar. ¡Qué horror!, dirán algunos lectores<br />
que le tienen fobia a los best sellers (despreciando así el gusto de<br />
cientos o miles de lectores que se inclinan por algún título de<br />
gran venta). Yo me pregunto: ¿Qué hace a un lector? ¿La cantidad<br />
o la complejidad de los libros leídos? No, me respondo, lo<br />
que hace a un lector es la voracidad con la que aborda los libros<br />
y, en ocasiones, el agradecimiento con los que los deja.<br />
ANGÉLICA DE ICAZA. Poeta, editora y promotora de la lectura. Coordina<br />
el área de Formación de Mediadores de la Asociación<br />
Civil A Leer/IBBY México.<br />
Félix Suárez recomienda Poema de Gilgamesh [Tecnos, Madrid,<br />
2005, 4ª edición, Colección Clásicos del Pensamiento]<br />
Curiosamente, no es un libro de las listas de los más vendidos<br />
ni de los que uno lee por obligación en la universidad. Es un<br />
libro antiguo, el más antiguo de la tradición literaria occidental.<br />
Se trata del Poema de Gilgamesh. Y uno se pregunta por qué a<br />
esta edad viruelas si es un libro que uno debería haber leído<br />
cuando mucho allá en la preparatoria. Pues no: lo he venido<br />
a leer por completo a esta edad, hace apenas unos meses. Y he<br />
descubierto en él uno de los poemas más gloriosos con los que<br />
he tenido la fortuna (y la gracia) de toparme. Hay en este largo<br />
poema una suerte de treno que entona Gilgamesh por la muerte<br />
de Enkidu. Tal vez mi experiencia como lector monolingüe no<br />
es vasta ni tampoco especializada,<br />
pero podría decir, sin temor a<br />
equivocarme, que se trata de uno<br />
de los más hermosos responsos<br />
funerarios que nos ha dejado la<br />
tradición literaria y religiosa de<br />
Occidente.<br />
FÉLIX SUÁREZ. Poeta, ensayista y editor.<br />
Premio Internacional de Poesía<br />
Jaime Sabines. Su más reciente<br />
libro es También la noche es claridad:<br />
Antología poética 1984-2009<br />
(Praxis, 2009). Cursa el Doctorado<br />
en Letras Modernas en la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />
de México.
MÚsica para camaleones<br />
Qué<br />
escuchar<br />
y por qué<br />
Beatriz Palacios<br />
Asistente de edición de Ibero<br />
Música para camaleones está dedicada a la recomendación<br />
de obras musicales, para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />
investigadores, expertos, editores, musicólogos y denodados<br />
amantes de la música. En esta ocasión agradecemos a Jaime<br />
López, Betsy Pecanins y Valentín Rincón, el que con tanta<br />
gentileza y generosidad hayan accedido a compartir con los<br />
lectores de IBERO su experiencia y su pasión.<br />
JAIME LÓPEZ. Compositor, guitarrista y cantante.<br />
Autor, entre muchos otros temas, de “Chilanga<br />
banda”, cuenta con una veintena de discos y recientemente<br />
presentó con Óscar Chávez el espectáculo<br />
Dos tipos descuidados.<br />
Jaime López recomienda: Highway 61,<br />
de Bob Dylan [1965]; Transformer, de Lou<br />
Reed [1972], y Live in London, de Leonard<br />
Cohen [2009]<br />
Highway 61 de Bob Dylan es un disco muy<br />
importante por la experimentación, muy<br />
al natural, que este músico logró en él. De<br />
manera personal, hay muchos sonidos en este<br />
disco que me mueven y forman parte de mi<br />
infancia, de hecho recuerdo una canción que<br />
comienza diciendo: “Cuando estés perdido<br />
bajo la lluvia en Juárez”. Transformer, donde<br />
viene incluida la célebre canción “Walk on<br />
the wild side”, es un disco extraordinario por<br />
los sonidos que Lou Reed logra en sus composiciones<br />
y por la tremenda voz expresiva<br />
de este cantante. Con Transformer me parece<br />
que Reed logra su mejor momento, por<br />
la forma en la que narra las historias, cómo<br />
están ambientadas sonoramente y sobre todo<br />
la colaboración de David Bowie como productor.<br />
En algún momento todos pasamos por<br />
el conflicto de creer que el rock ha muerto,<br />
pero el Transformer de Lou Reed me demostró<br />
desde entonces que nada se crea ni se destruye,<br />
sólo se transforma. Live in London es un<br />
álbum muy recomendable; en realidad todos<br />
los discos del músico canadiense Leonard Cohen<br />
(exceptuando Death of a Ladies’ Man, que<br />
en lo personal no me gusta mucho), son unas<br />
verdaderas joyas que vale la pena escuchar.<br />
Betsy Pecanins recomienda:<br />
Huapangueando, de Ernesto Anaya [2009]; Lo<br />
esencial de Cecilia Toussaint, de Cecilia Toussaint<br />
[2009], y Sones, de Betsy Pecanins [2009]<br />
Huapangueando de Ernesto Anaya es un disco<br />
excelente, de un músico muy fino y muy generoso<br />
con su trabajo, que brinda un amplio<br />
panorama de la música tradicional mexicana.<br />
En Lo esencial, Cecilia Toussaint recopila<br />
en cuatro discos buena parte de su música; es<br />
un disco realmente muy recomendable por la<br />
importancia y la trayectoria de esta cantante. Y<br />
aunque no debería recomendar un disco mío,<br />
me gustaría mucho que pudieran escuchar Sones;<br />
es un trabajo hecho con muchísimo amor<br />
en el que el son tiene un tratamiento muy a<br />
mi manera, y aunque no es propiamente de<br />
blues, hay un par de canciones bluseadas con<br />
fusiones interesantes.<br />
BETSY PECANINS. Cantante original, propositiva e<br />
innovadora, es una presencia fundamental en el ámbito<br />
musical mexicano. Destaca su trabajo de fusión<br />
de la canción ranchera, mexicana y el bolero con el<br />
blues y el jazz, de lo que da cuenta en más de 15<br />
discos grabados.<br />
Valentín Rincón recomienda: Los<br />
que son y no son, de Ñico Saquito [1999];<br />
Encuentros y despedidas, de Carmina<br />
Cannavino y Lucho González [1999]; Cosas<br />
de niños, de Ana Belén, Mocedades, Miguel<br />
Bosé y Victor Manuel [1980] y Ensamble<br />
Rincón, canciones para niños con sólo voces, de<br />
Los Hermanos Rincón [2008]<br />
Ñico Saquito fue un cantautor representativo<br />
de la vieja trova cubana y logró, con sus composiciones<br />
y con sus notables interpretaciones<br />
festivas, una fama bien lograda, y este disco es<br />
prueba de ello. La cantante Carmina Cannavino<br />
tiene una bella y cálida voz que refleja el<br />
sentimiento sincero de sus interpretaciones, y<br />
el guitarrista que la acompaña en este disco lo<br />
hace de manera impecable. Cosas de niños es<br />
un disco muy original con canciones de compositores<br />
mexicanos ampliamente reconocidos,<br />
cantadas por artistas españoles con una<br />
consolidada trayectoria. En Ensamble Rincón...<br />
están incluidas canciones clásicas y nuevas de<br />
los Hermanos Rincón interpretadas a capella.<br />
En eso consiste la originalidad de este disco<br />
cuyo contenido es conveniente que sea conocido<br />
por los niños, quienes apreciarán una<br />
nueva manera de interpretar canciones.<br />
VALENTÍN RINCÓN. Compositor, músico y cantante.<br />
Fundador del grupo Los Hermanos Rincón con<br />
casi cuatro décadas de existencia, y conductor del<br />
programa Trovando para los niños, de Radio <strong>Universidad</strong>.<br />
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innovación tecnológica<br />
eBook Alex<br />
Esta novedosa versión de reproductor de libros digitales<br />
cuenta con una pantalla superior a escala de grises EPD<br />
de 6 pulgadas y una inferior LCD a color de 3.5 pulgadas,<br />
con resolución de hasta 600×800 pixeles. El Alex utiliza el<br />
sistema operativo Android de Google lo que aumenta la<br />
cantidad de funciones, además de que obtiene los libros<br />
de Google Books, aparte de contar con su propia Alex<br />
Shop para más contenido. Posee un navegador Web, por<br />
lo que puede reproducir videos y música mientras se lee<br />
un libro, y llevar a cabo cualquier otra función instalando<br />
más aplicaciones desde el Android Market. El dispositivo<br />
puede aguantar dos semanas o 7,500 cambios de página<br />
sin requerir ser recargado.<br />
Bolígrafo con videocámara<br />
Fabricada por la empresa japonesa Thanko, salió a la luz la nueva<br />
Super Slim Video Pen 2, una pluma con apenas 30 gramos de<br />
peso y 14 centímetros de longitud, la cual graba video en alta<br />
definición a 30 cuadros por segundo y tiene capacidad para<br />
almacenar hasta 1.5 horas de video en su memoria interna, además<br />
de permitir capturar imágenes en JPG en alta resolución.<br />
›Dispositivos<br />
e instrumentos<br />
que facilitan<br />
la vida<br />
Audífonos deportivos<br />
La empresa Sennheiser junto con la firma<br />
deportiva Adidas desarrolló una novedosa<br />
línea de audífonos que combinan una<br />
alta calidad de sonido con una excelente<br />
comodidad y resistencia, tanto al agua,<br />
como al sudor y al frío de hasta menos<br />
10 grados centígrados, a lo que se suma<br />
su innovador diseño, que evita vibraciones<br />
ante el golpeteo de una carrera de<br />
velocidad.<br />
Dispositivo para proyecciones desde el<br />
BlackBerry<br />
Research in Motion presentó su nuevo producto BlackBerry<br />
Presenter, el cual permite realizar presentaciones desde el Black-<br />
Berry, sin requerir para ello de una laptop. Así, se conecta el celular<br />
a través de Bluetooth al BlackBerry<br />
Presenter, y éste a su vez, por medio de<br />
conexiones VGA o S-video, a proyectores<br />
o pantallas. Soporta videos en formatos<br />
NTSC y PAL y permite resoluciones<br />
VGA, SVGA y XGA de hasta 1024 x 768<br />
pixeles.<br />
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