12.10.2014 Views

Revista Veterinaria Zacatecas 2009 - Universidad Autónoma de ...

Revista Veterinaria Zacatecas 2009 - Universidad Autónoma de ...

Revista Veterinaria Zacatecas 2009 - Universidad Autónoma de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

M C Francisco Javier Domínguez Garay<br />

Rector <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong><br />

I Q Armando Silva Chairez<br />

Secretario General<br />

M en C Jesús Octavio Enríquez Rivera<br />

Secretario Académico<br />

C P Emilio Morales Vera<br />

Secretario Administrativo<br />

Ph D José Manuel Silva Ramos<br />

Director <strong>de</strong> la Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia<br />

Dr en C Romana Melba Rincón Delgado<br />

Responsable <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> Licenciatura<br />

Ph D Carlos Fernando Aréchiga Flores<br />

Responsable <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> Doctorado<br />

Ph D Héctor Gutiérrez Bañuelos<br />

Responsable <strong>de</strong>l Programa <strong>de</strong> Maestría<br />

Dr en C Rómulo Bañuelos Valenzuela<br />

Coordinador <strong>de</strong> Investigación<br />

M en C Juan Ignacio Dávila Félix<br />

Secretario Administrativo<br />

Dr en C Francisco Javier Escobar Medina<br />

Director Técnico y Editor <strong>de</strong> la <strong>Revista</strong> <strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong>


CONTENIDO<br />

Artículos <strong>de</strong> revisión<br />

Review articles<br />

Epilepsia en cánidos<br />

Epilepsy in the canine<br />

Adriana Mayeli Bouchán-Gatea, Adriana Lucía Perea-Lugo, Francisco Javier<br />

Escobar-Medina……………………………………………………………….<br />

89-106<br />

Cólico en equinos: factores <strong>de</strong> riesgo y sugerencias para reducir su<br />

frecuencia<br />

Equine colic: risk factors and suggestions to reduce its inci<strong>de</strong>nce<br />

Martha Viviana Ramírez-Montes, Carlos Fernando Aréchiga-Flores, José<br />

Eduardo Tonatiuh Ramos-Verges, Francisco Javier Escobar-Medina………..<br />

107-120<br />

Artículos científicos<br />

Original research articles<br />

Efecto macho en el inicio <strong>de</strong> la estación reproductiva <strong>de</strong> cabritas prepúberes<br />

F1 Boer x Nubia<br />

Effect of the presence of males on the start of the mating season of<br />

prepuberal Boer x Nubian F1 female goats<br />

Martha Olivia Díaz-Gómez, Jorge Urrutia-Morales, Manuel Antonio Ochoa-<br />

Cor<strong>de</strong>ro………………………………………………………………………...<br />

121-125<br />

Comportamiento reproductivo <strong>de</strong> ganado bovino productor <strong>de</strong> carne<br />

Reproductive behavior in beef cattle<br />

José Carlos Vera-Chávez, Francisco Javier Escobar-Medina, Fe<strong>de</strong>rico <strong>de</strong> la<br />

Colina-Flores………………………………………………………………….<br />

127-134


Nuestra Portada<br />

Vista <strong>de</strong>l Jardín In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y Cerro <strong>de</strong> la Bufa. <strong>Zacatecas</strong>, Zac.<br />

Fotografía: Salvador Romo Gallardo, tel 8 99 24 29, e-mail jerg14@hotmail.com<br />

<strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> es una publicación anual <strong>de</strong> la Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina<br />

<strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong>. ISSN: 1870-5774. Sólo<br />

se autoriza la reproducción <strong>de</strong> artículos en los casos que se cite la fuente.<br />

Correspon<strong>de</strong>ncia dirigirla a: <strong>Revista</strong> <strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong>. <strong>Revista</strong> <strong>de</strong> la Unidad<br />

Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong><br />

<strong>Zacatecas</strong>. Carretera Panamericana, tramo <strong>Zacatecas</strong>-Fresnillo Km 31.5. Apartados Postales<br />

9 y 11, Calera <strong>de</strong> Víctor Rosales, Zac. CP 98 500. Teléfono 01 (478) 9 85 12 55. Fax: 01<br />

(478) 9 85 02 02. E-mail: vetzac@uaz.edu.mx. URL http://www.uaz.edu.mx/publicaciones<br />

Precio por cada ejemplar $25.00<br />

Distribución: Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong><br />

Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong>.


EPILEPSIA EN CÁNIDOS<br />

Adriana Mayeli Bouchán-Gaeta, Adriana Lucía Perea-Lugo y Francisco Javier Escobar-Medina<br />

Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong><br />

E-mail: fescobar@uaz.edu.mx<br />

RESUMEN<br />

La epilepsia es un pa<strong>de</strong>cimiento cerebral con señales eléctricas anormales entre neuronas y caracterizada por<br />

dos o más ataques epilépticos recurrentes, los cuales se manifiestan por contracciones musculares violentas o<br />

convulsiones. Se alteran las señales eléctricas entre neuronas o potencial <strong>de</strong> acción, el cual bajo condiciones<br />

normales se realiza con apertura y cierre <strong>de</strong> canales iónicos: se abren los canales <strong>de</strong> sodio, y estos iones<br />

tien<strong>de</strong>n a dirigirse <strong>de</strong>l fluido extracelular al axoplasma, con este proceso se realiza la <strong>de</strong>spolarización. La<br />

<strong>de</strong>spolarización exagerada y prolongada, coinci<strong>de</strong> con el inicio <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scargas convulsivas en los focos<br />

epilépticos. Posteriormente, se abren los canales potasio, y con su salida <strong>de</strong> la célula, la membrana vuelve a su<br />

potencial <strong>de</strong> reposo normal (período <strong>de</strong> repolarización) pero con los iones en el lugar equivocado, K + fuera y<br />

Na + <strong>de</strong>ntro. La bomba sodio-potasio se encarga <strong>de</strong> regresarlos a su lugar original. En cánidos se han<br />

encontrado alteraciones en canales potasio, no permiten la salida <strong>de</strong> este ión en el proceso <strong>de</strong> reporalización;<br />

la membrana permanece <strong>de</strong>spolarizada, con las consecuencias antes mencionadas. La porción terminal <strong>de</strong> las<br />

neuronas se dirigen al músculo para estimular potenciales <strong>de</strong> acción similares a los neuronales. Anormales<br />

potenciales <strong>de</strong> acción neuronales conllevan a potenciales <strong>de</strong> acción musculares anormales y por consiguiente<br />

a convulsiones. La epilepsia <strong>de</strong> acuerdo al tipo <strong>de</strong> crisis pue<strong>de</strong> ser general o localizada; e idiopática,<br />

sintomática y probablemente sintomática con relación a las alteraciones cerebrales. Las convulsiones pese a<br />

<strong>de</strong>sarrollarse en un proceso continuo se han divido para su estudio en 3 períodos: preictal o aura, ictal o<br />

estado convulsivo, y posictal. En las convulsiones generalizadas se involucran neuronas <strong>de</strong> los dos<br />

hemisferios cerebrales, con alteración <strong>de</strong> la conciencia y manifestaciones motoras bilaterales violentas con<br />

afección a todo el cuerpo en forma <strong>de</strong> contracciones musculares tónicas (sostenidas) o clónicas (repetitivas),<br />

así como movimientos natatorios y temblores. Las localizadas, también conocidas como parciales o focales,<br />

se realizan por actividad <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> neuronas limitado y por consiguiente con manifestación en<br />

segmentos corporales restringidos, por lo regular sin pérdida <strong>de</strong> la conciencia. La idiopática es un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

funcional <strong>de</strong> la corteza cerebral, típicamente relacionada con la edad, raza y sexo <strong>de</strong>l animal; simétrica, <strong>de</strong><br />

recurrentes convulsiones tónico-clónicas generalmente con pérdida <strong>de</strong> la conciencia y asociado con ataques<br />

motores generalizados. Es la causa más frecuente <strong>de</strong> convulsiones en cánidos. La epilepsia sintomática es el<br />

resultado <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n estructural cerebral como neoplasias, malformaciones e inflamación. Probablemente<br />

sintomática es una alteración con posible causa estructural, como la sintomática, pero sin causa etiológica aún<br />

<strong>de</strong>terminada, como las displasias corticales. El aura es una manifestación previa a los ataques convulsión.<br />

Durante esta fase, el perro muestra cambios <strong>de</strong> la conducta como inquietud, ansiedad, ocultamiento,<br />

alucinaciones, miedo, búsqueda <strong>de</strong> la atención, agitación y vocalización. El período ictal correspon<strong>de</strong> al<br />

evento convulsivo, se manifiesta por movimientos involuntarios y se caracteriza por pérdida repentina <strong>de</strong> la<br />

conciencia, así como actividad tónico-clónica, entre otros. Por lo regular dura <strong>de</strong> 1 a 2 minutos. En el período<br />

posictal, el animal pue<strong>de</strong> mostrar confusión, ansiedad, <strong>de</strong>sorientación, ataxia, ambulancia, inquietud, letargo,<br />

somnolencia, polidipsia, polifagia o hiporexia y verda<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>ficiencias neurológicas como <strong>de</strong>bilidad, ceguera<br />

temporal (amaurosis), midriasis y trastornos sensoriales o motores; su duración es extremadamente variable.<br />

El diagnóstico <strong>de</strong> la enfermedad se realiza con la historia clínica <strong>de</strong>l paciente y en pruebas especiales como<br />

tomografía axial y resonancia magnética. Se trata con fenobarbital, bromuro <strong>de</strong> potasio y diazepam (por vía<br />

rectal). Aún se tienen interrogantes en el conocimiento <strong>de</strong> la enfermedad; sin embargo, con la información<br />

disponible se pue<strong>de</strong> aumentar la calidad <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los pacientes.<br />

Palabras clave: epilepsia, cánidos, canales iónicos<br />

<strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 89-106


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Epilepsia es un pa<strong>de</strong>cimiento cerebral con señales<br />

eléctricas anormales entre neuronas y<br />

caracterizada por dos o más ataques epilépticos<br />

recurrentes, los cuales se manifiestan por<br />

contracciones musculares violentas o<br />

convulsiones. 1<br />

La epilepsia es la causa más frecuente <strong>de</strong><br />

convulsiones en cánidos, 2 y en casos <strong>de</strong><br />

tratamiento ina<strong>de</strong>cuado se pue<strong>de</strong> transformar en<br />

status epilepticus 3 que es una convulsión <strong>de</strong> 20 a<br />

30 minutos <strong>de</strong> duración con daño cerebral o varias<br />

convulsiones discretas sin recuperación total <strong>de</strong> la<br />

conciencia entre ellas. 4 A<strong>de</strong>más, pertenece a los<br />

campos <strong>de</strong>l conocimiento con mayor atención, la<br />

frecuencia y calidad <strong>de</strong> las investigaciones se han<br />

incrementado con el transcurso <strong>de</strong>l tiempo tanto<br />

en las funciones <strong>de</strong> los canales iónicos neurales y<br />

características <strong>de</strong> la enfermedad, como en su<br />

diagnóstico y tratamiento. Por ejemplo,<br />

alteraciones en canales K + , <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong><br />

voltaje, pue<strong>de</strong>n inducir hiperexcitabilidad <strong>de</strong> la<br />

neurona para facilitar crisis epilépticas; 5 lo mismo<br />

suce<strong>de</strong> con los canales iónicos activados por<br />

ligandos, su hiperactividad provocada por<br />

glutamato, 6 la falta <strong>de</strong> neurotransmisores<br />

inhibitorios 7 y ausencia <strong>de</strong>l balance entre<br />

aminoácidos estimulatorios e inhibitorios se han<br />

relacionado con epilepsia. 8<br />

Esta enfermedad, pese al avance <strong>de</strong> las<br />

investigaciones, aún tiene lagunas importantes en<br />

su conocimiento. No se sabe con exactitud las<br />

causas <strong>de</strong> las crisis generalizadas, entre otras<br />

alteraciones. Lo cual invita a orientar proyectos <strong>de</strong><br />

investigación para contestar las múltiples<br />

interrogantes que aún prevalecen.<br />

Con base en lo anterior, es importante revisar<br />

los conocimientos vigentes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la transmisión<br />

<strong>de</strong>l impulso nervioso hasta su tratamiento para<br />

presentarlo en un documento accesible a<br />

estudiantes y profesionistas <strong>de</strong>dicados a la clínica<br />

en animales <strong>de</strong> compañía, particularmente<br />

cánidos.<br />

El presente trabajo se realizó con el propósito<br />

<strong>de</strong> recolectar, revisar y analizar la información<br />

vigente en epilepsia canina y presentarla en un<br />

documento accesible para estudiantes <strong>de</strong> Medicina<br />

<strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia, y profesionistas<br />

<strong>de</strong>dicados a la clínica <strong>de</strong> cánidos.<br />

IMPULSO NERVIOSO<br />

La neurona, al igual que las <strong>de</strong>más células <strong>de</strong>l<br />

organismo, posee las propieda<strong>de</strong>s fundamentales<br />

<strong>de</strong> todas las células: excitabilidad,<br />

conductibilidad, retractilidad, absorción,<br />

asimilación, respiración, secreción y excreción.<br />

De las anteriores, las dos primeras son altamente<br />

diferenciadas. Por lo tanto, respon<strong>de</strong><br />

eficientemente a los estímulos a<strong>de</strong>cuados, realiza<br />

la conducción perfecta <strong>de</strong>l impulso nervioso a<br />

través <strong>de</strong> su cuerpo y a lo largo <strong>de</strong> sus<br />

prolongaciones, y finalmente transmite la señal<br />

nerviosa a otra neurona o hacia un órgano<br />

periférico. El músculo estriado recibirá la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

contraerse, la glándula secretará su producción o<br />

el vaso sanguíneo reducirá su calibre cuando se<br />

necesite. 9 El impulso nervioso se realiza en una<br />

sola dirección, <strong>de</strong> las <strong>de</strong>ndritas al cuerpo celular y<br />

posteriormente al axón. La membrana <strong>de</strong>l axón<br />

separa los compartimentos intra y extracelular. 9<br />

La membrana celular <strong>de</strong> la neurona en<br />

reposo, es <strong>de</strong>cir sin estímulo, se encuentra<br />

polarizada. La superficie exterior es<br />

eléctricamente positiva y la interior eléctricamente<br />

negativa. 10 Esto constituye el potencial <strong>de</strong><br />

membrana en reposo y se <strong>de</strong>be a la diferencia <strong>de</strong><br />

concentraciones <strong>de</strong> iones a cada lado <strong>de</strong> la<br />

membrana: mayor concentración <strong>de</strong> potasio <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> la célula que en el exterior y la presencia <strong>de</strong><br />

aniones sólo en el interior. A<strong>de</strong>más, mayor<br />

concentración <strong>de</strong> sodio en el exterior que en el<br />

interior, así como cloruros (Figura 1). Los iones<br />

<strong>de</strong> potasio y sodio presentan carga positiva, y los<br />

cloruros, proteínas y otros aniones, negativa. 9<br />

El impulso nervioso se realiza por medio<br />

<strong>de</strong> potencial <strong>de</strong> acción 11 y se presenta cuando la<br />

membrana <strong>de</strong> la neurona sufre alguna alteración<br />

por cambios físicos o químicos, como<br />

estimulación eléctrica, aplicación <strong>de</strong> sustancias,<br />

lesión mecánica, frío, calor, etc. 12 El potencial <strong>de</strong><br />

acción se realiza por medio <strong>de</strong> apertura/cierre <strong>de</strong><br />

las familias <strong>de</strong> canales iónicos, 13 se abren los<br />

canales <strong>de</strong> sodio, y estos iones tien<strong>de</strong>n a dirigirse<br />

<strong>de</strong>l fluido extracelular al axoplasma. El resultado,<br />

ingresa el sodio y la línea basal comienza su<br />

ascenso hacia la positividad, se está llevando a<br />

cabo el proceso <strong>de</strong> la <strong>de</strong>spolarización; aumenta el<br />

ingreso <strong>de</strong> sodio hasta su concentración máxima<br />

en el axoplasma y la membrana cambia sus cargas<br />

eléctricas (eléctricamente negativa en la superficie<br />

exterior y positiva en la superficie interior); se ha<br />

realizado la <strong>de</strong>spolarización completa <strong>de</strong> la<br />

membrana, <strong>de</strong> -85 a +40 milivoltios,<br />

aproximadamente. 14-18 Después se cierran los<br />

canales <strong>de</strong> sodio. 19 Los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> este proceso se<br />

90


Epilepsia en cánidos<br />

presentan en la Figura 2. La <strong>de</strong>spolarización<br />

exagerada y prolongada, es <strong>de</strong>cir el ingreso<br />

excesivo <strong>de</strong> iones sodio, también llamada<br />

<strong>de</strong>spolarización paroxística, coinci<strong>de</strong> con el inicio<br />

<strong>de</strong> las <strong>de</strong>scargas convulsivas en los focos<br />

epilépticos. 20<br />

Figura1. Concentraciones iónicas <strong>de</strong> la membrana neural en reposo 9<br />

Iones intracelulares<br />

Na + : 14 mM<br />

K + : 140 mM<br />

Cl - :<br />

4 mM<br />

Ca2 + : 1 mM<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

K + K + K +<br />

+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +<br />

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -<br />

K + K + K + K + K + K + K + K + K + K + K + K + K + K +<br />

P - P - P - P - P -<br />

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -<br />

+ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +<br />

K + K + K +<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

Iones extracelulares<br />

Na + : 142 mM<br />

K + : 4 mM<br />

Cl - :<br />

120 mM<br />

Ca2 + : 18 mM<br />

91


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

Figura 2. Potencial <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> la neurona. A en reposo, B ingreso <strong>de</strong> Na + y <strong>de</strong>spolarización. C salida <strong>de</strong> K +<br />

y repolarización, D acción bomba Na + /K + . 14-19 Detalles en el texto<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

40<br />

K + K +<br />

+ + + + + + + + + + + + +<br />

20<br />

- - - - - - - - - - - - - -<br />

0<br />

K + K + K + K + K + K + K + K + K +<br />

-20<br />

-40<br />

- - - - - - - - - - - -<br />

-60<br />

+ + + + + + + + + + + + + +<br />

K + K +<br />

-80<br />

-100<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

Na + K + Na + K + Na + K + Na + K + Na + -100<br />

40<br />

- - - - - - - - - - - - - -<br />

20<br />

0<br />

+ + + + + + + + + + + + +<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

-20<br />

K + K +<br />

-40<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

-60<br />

+ + + + + + + + + + +<br />

-<br />

-80<br />

- - - - - - - - - - - - - -<br />

-100<br />

K + K + K + K + K + K + K + K + K + K +<br />

40<br />

+ + + + + + + + + + + + + +<br />

20<br />

- - - - - - - - - - - - -<br />

0<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

-20<br />

-40<br />

- - - - - - - - - - - - - -<br />

-60<br />

+ + + + + + + + + + + + + + +<br />

-80<br />

K + K + K + K + K + K + K + K + K + K +<br />

-100<br />

Na + 40<br />

Na + Na + Na + Na + Na + Na + Na +<br />

K + K +<br />

20<br />

+ + + + + + + + + + + + + + +<br />

0<br />

- - - - - - - - - - - - -<br />

-20<br />

K + K + K + K + K + K + K + K + K + K +<br />

-40<br />

- - - - - - - - - - - - - -<br />

-60<br />

+ + + + + + + + + + + + +<br />

-80<br />

Milivoltios<br />

Milivoltios<br />

Milivoltios<br />

Milivoltios<br />

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10<br />

Milisegundos<br />

92


Poco tiempo <strong>de</strong>spués, el trazo antes<br />

mencionado se dirige nuevamente a la<br />

negatividad; 14 esto se presenta por apertura <strong>de</strong><br />

canales potasio, y su salida <strong>de</strong> la célula, con lo<br />

cual, la membrana vuelve a su potencial <strong>de</strong> reposo<br />

normal (período <strong>de</strong> repolarización) pero con los<br />

iones en el lugar equivocado, K+ fuera y Na+<br />

<strong>de</strong>ntro (Figura 2). La bomba sodio-potasio se<br />

encarga <strong>de</strong> regresarlos a su lugar original, extrae<br />

iones sodio e introduce potasio, y así se mantiene<br />

hasta la llegada <strong>de</strong> otro potencial <strong>de</strong> acción. 19 En<br />

humanos, los genes codificadores <strong>de</strong> canales K+<br />

pue<strong>de</strong>n sufrir mutaciones espontáneas y asociarse<br />

con canalopatías como epilepsia, 21 y en cánidos se<br />

han encontrado alteraciones en canales potasio, no<br />

permiten la salida <strong>de</strong> este ión en el proceso <strong>de</strong><br />

repolarización; la carga eléctrica <strong>de</strong> la membrana<br />

permanece positiva, como suce<strong>de</strong> en la<br />

<strong>de</strong>spolarización paroxística, con las consecuencias<br />

antes mencionadas. 22<br />

La porción terminal <strong>de</strong> las neuronas se<br />

dirigen al músculo para estimular potenciales <strong>de</strong><br />

acción similares a los neuronales. Para lo cual, en<br />

la unión con el músculo pier<strong>de</strong> la vaina <strong>de</strong> mielina<br />

y se divi<strong>de</strong> en múltiples botones terminales, los<br />

cuales secretan acetilcolina. El potencial <strong>de</strong> acción<br />

viaja por las fibras musculares esqueléticas y<br />

mediante la liberación <strong>de</strong> calcio se estimulan las<br />

proteínas contráctiles <strong>de</strong>l músculo (actina y<br />

miosina) para el acortamiento <strong>de</strong> los extremos<br />

terminales y por consecuencia la contracción<br />

muscular. Por lo tanto, alteraciones en los<br />

potenciales <strong>de</strong> acción neurales conllevan a<br />

contracciones musculares anormales, 23 como las<br />

convulsiones 24 en el caso <strong>de</strong> la epilepsia. 25<br />

CANALES IÓNICOS<br />

Los canales iónicos reconocen, seleccionan y<br />

conducen iones específicos; se abren y cierran<br />

como respuesta a señales eléctricas (voltaje),<br />

mecánicas (presión), térmicas (calor) o químicas<br />

(ligandos). Para enten<strong>de</strong>r sus efectos en la<br />

epilepsia es interesante revisar los canales iónicos<br />

<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l voltaje (respon<strong>de</strong>n a señales<br />

eléctricas) y los activados por ligandos.<br />

DEPENDIENTES DEL VOLTAJE<br />

Los canales iónicos <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong><br />

voltaje son moléculas <strong>de</strong> proteínas que forman<br />

poros en la membrana plasmática <strong>de</strong> neuronas 26-29<br />

y células musculares, 30,31 entre otras, para llevar a<br />

cabo el gradiente iónico <strong>de</strong> un lado a otro <strong>de</strong> la<br />

membrana, mediante transferencia <strong>de</strong> iones Na + ,<br />

K + y Ca + <strong>de</strong> acuerdo al voltaje transmembranal. 32<br />

A<strong>de</strong>más, regulan la forma y frecuencia <strong>de</strong> los<br />

potenciales <strong>de</strong> acción. 33,34 Estos canales iónicos<br />

reciben el nombre <strong>de</strong>l ión correspondiente y<br />

poseen dos subunida<strong>de</strong>s, α y β. 35-42 La proteína α<br />

es más larga, compuesta por 2000 aminoácidos,<br />

los cuales forman 4 series (I a IV), cada una con 6<br />

segmentos transmembranales (llamados S1 -S6) y<br />

dividida en dos dominios modulares distintos, el<br />

voltaje-sensible unido a los segmentos<br />

transmembranales S1-S4 y el módulo <strong>de</strong>l poro<br />

unido a los segmentos transmembranales S5-<br />

S6. 43,44<br />

Canales sodio<br />

Los canales sodio <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> voltaje<br />

son esenciales para iniciar y propagar los<br />

potenciales <strong>de</strong> acción en neuronas y otras células<br />

excitables como miocitos y células endocrinas. 18<br />

La <strong>de</strong>spolarización <strong>de</strong> la membrana por algunos<br />

milivoltios, activan e inactivan estos canales<br />

durante milisegundos. 45 Con el influjo <strong>de</strong> los iones<br />

sodio a través <strong>de</strong> la membrana se inicia la fase <strong>de</strong><br />

incremento <strong>de</strong>l potencial <strong>de</strong> acción, <strong>de</strong> negativo a<br />

positivo. 14-18<br />

De acuerdo a la convención Internacional<br />

<strong>de</strong> la Unión <strong>de</strong> Farmacólogos, 46 la nomenclatura<br />

<strong>de</strong> los canales sodio se compone por el símbolo<br />

químico <strong>de</strong>l ión (en este caso Na) y el principal<br />

regulador fisiológico (v, <strong>de</strong> voltaje como<br />

subíndice) seguido <strong>de</strong>l número indicador <strong>de</strong> la<br />

subfamilia <strong>de</strong>l gene y el número asignado para la<br />

isoforma <strong>de</strong>l canal específico como <strong>de</strong>cimal; por<br />

ejemplo, Na v 1.1.<br />

Según los estudios realizados por<br />

Catterall, 47 Catterall et al. 45 y Wood et al., 48 los<br />

canales sodio <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l voltaje son<br />

complejos multiméricos compuestos por una<br />

subunidad α (260 KDa), asociada a una o más<br />

subunida<strong>de</strong>s β auxiliares (β1, β2 y/o β3) <strong>de</strong> 33-36<br />

KDa. La subunidad α <strong>de</strong>l canal sodio se pliega en<br />

4 dominios (I-IV) con 6 segmentos espirales α<br />

transmembranales (S1-S6). En cada dominio, el<br />

voltaje sensor se localiza en el segmento S 4 , el<br />

cual contiene residuos <strong>de</strong> aminoácidos cargados<br />

positivamente en cada tercera posición. El filtro<br />

iónico extracelular <strong>de</strong>l poro es muy estrecho y<br />

ancho el intracelular. Un enlace entrante entre<br />

espirales S5 y S6 se empotra en la región<br />

transmembranal <strong>de</strong>l canal para formar el filtro<br />

iónico-selectivo extracelular <strong>de</strong>l poro. La parte


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

intracelular se forma por los cuatro segmentos S6.<br />

Pequeñas ligas extracelulares conectan los<br />

segmentos transmembranales, los más largos unen<br />

los segmentos S5 o S6. Ligas largas intracelulares<br />

unen los cuatro dominios homólogos. La<br />

terminaciones amino y carboxi <strong>de</strong> los dominios<br />

también constituyen la cara interna <strong>de</strong>l canal<br />

sodio. El poro acuoso conductor <strong>de</strong>l ion se<br />

localiza en la subunidad α.<br />

Las subunida<strong>de</strong>s Na v 1.1 y Na v 1.3<br />

generalmente se localizan en el soma <strong>de</strong> la<br />

neurona, pue<strong>de</strong>n controlar la excitabilidad<br />

neuronal por medio <strong>de</strong> la iniciación y propagación<br />

<strong>de</strong> los potenciales <strong>de</strong> acción en <strong>de</strong>ndritas y axones.<br />

La subunidad Na v 1.2 se expresa en los axones no<br />

mielinizados, conduce los potenciales <strong>de</strong> acción. 49<br />

La subunidad Na v 1.6 se localiza en los nódulos <strong>de</strong><br />

Ranvier, los huecos entre la cubierta <strong>de</strong> mielina <strong>de</strong><br />

los axones mielinizados para realizar la<br />

conducción <strong>de</strong> los potenciales <strong>de</strong> acción. 50,51 La<br />

Na v 1.7 se expresa extensamente en el sistema<br />

nervioso periférico y parece localizarse en los<br />

axones, don<strong>de</strong> inicia y propaga los potenciales <strong>de</strong><br />

acción. 52 Las subunida<strong>de</strong>s Na v 1.4 y Na v 1.5 forman<br />

canales sodio musculares encargadas <strong>de</strong> controlar<br />

la excitabilidad <strong>de</strong>l esqueleto y miocitos<br />

cardiacos, respectivamente. 53<br />

Canales potasio<br />

Los canales potasio (K+) constituyen la<br />

clase más abundante y diversa <strong>de</strong> los canales<br />

iónicos; son proteínas extendidas en las<br />

membranas que permiten el flujo <strong>de</strong> iones K+ a<br />

través <strong>de</strong> un poro selectivo al K+. Su actividad se<br />

pue<strong>de</strong> regular por medio <strong>de</strong> voltaje, 54 pero<br />

también a través <strong>de</strong> calcio 55,56 y ATP. 57,58 Los<br />

canales K+ son importantes para mantener la<br />

fisiología normal <strong>de</strong> repolarización e<br />

hiperpolarización celular, relajación <strong>de</strong>l músculo<br />

liso, liberación <strong>de</strong> neurotransmisores y secreción<br />

<strong>de</strong> insulina, entre otras funciones. 59<br />

Los canales K+, con base en su<br />

estructura, así como criterios fisiológicos y<br />

farmacológicos, se clasifican en 3 principales<br />

familias: 2TM, 4TM y 6TM con 2, 4 y 6 regiones<br />

transmembranales, respectivamente. 54,60 La<br />

familia 2TM se compone <strong>de</strong> 7 subfamilias<br />

(K IR 1.x, K IR 2.x, K IR 3.x, K IR 4.x, K IR 5.x, K IR 6.x y<br />

K IR 7.x) y también se le conoce como rectificador<br />

interno <strong>de</strong> los canales K+. 54,61 La familia 4TM<br />

incluye 6 subfamilias (TWIK, TREK, TASK,<br />

TALK, THIK, TRESK) y es la base para la<br />

propagación <strong>de</strong> la corriente en las células<br />

neuronales. 54,61 La familia 6TM, por su parte,<br />

incluye 13 subfamilias (K v 1.x, K v 2.x, K v 3.x,<br />

K v 4.x, K v 7.X, K v 10.x, K v 11.x, K v 12.x, K Ca 1.x,<br />

K Ca 2.x, K Ca 3.x, K Ca 4.x, y K Ca 5.x), <strong>de</strong> las cuales, la<br />

K v 7.x, también conocida como KCNQ, tiene 5<br />

subtipos (K v 7.1, K v 7.2, K v 7.3, K v 7.4, K v 7.5) y es<br />

voltaje <strong>de</strong>pendiente. 60,62,63 Los 6 segmentos<br />

transmembranales <strong>de</strong> la familia 6TM, se divi<strong>de</strong>n<br />

en dos diferentes dominios modulares, el módulo<br />

voltaje-sensible unido por los segmentos<br />

transmembranales S1-S4, y el módulo <strong>de</strong>l poro<br />

unido por los segmentos S5-S6. El cuarto<br />

segmento o S4, actúa como el mayor componente<br />

al módulo sensible al voltaje, el cual respon<strong>de</strong> a<br />

los cambios <strong>de</strong>l potencial eléctrico<br />

transmembranal y conlleva cambios que conducen<br />

a la parte voltaje-<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l canal. 43,44 La<br />

conducción <strong>de</strong> los iones a través <strong>de</strong>l poro, para el<br />

flujo rápido y selectivo <strong>de</strong>l ion potasio, se forma<br />

con asociación estrecha <strong>de</strong> los dos últimos<br />

segmentos (S5 y S6) alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la cavidad<br />

central llena <strong>de</strong> líquido. 64,65<br />

Cuatro polipéptidos componen los<br />

canales potasio voltaje <strong>de</strong>pendientes, cada uno,<br />

como se anotó anteriormente, con 6 segmentos<br />

transmembranales, con un sólo poro en la región<br />

5ª y 6ª <strong>de</strong> estos segmentos. Esta familia incluye<br />

varios canales rectificadores retardados<br />

responsables <strong>de</strong> la repolarización. 54<br />

Los canales K+ se componen <strong>de</strong> dos<br />

subunida<strong>de</strong>s: formadora primaria <strong>de</strong>l poro α y<br />

reguladora asociada. 61 La unión <strong>de</strong> varias<br />

subunida<strong>de</strong>s forma una estructura circular con un<br />

poro en el centro, para el paso <strong>de</strong> los iones. 64,65<br />

Los canales K+ <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong> voltaje<br />

participan en la repolarización e hiperpolarización<br />

<strong>de</strong> la membrana neuronal y sus alteraciones<br />

pue<strong>de</strong>n inducir a hiperexcitabilidad que facilita las<br />

crisis epilépticas. 5,66,67<br />

Canales calcio<br />

Los canales selectivos para el catión<br />

divalente Ca 2+ constituye la otra familia <strong>de</strong> canales<br />

iónicos activados por voltaje, representan un<br />

vínculo importante entre las señales eléctricas <strong>de</strong><br />

la membrana plasmática y los procesos<br />

intracelulares que utilizan calcio como ligando<br />

(exocitosis y contracción muscular) o como<br />

segundo mensajero en rutas <strong>de</strong> señalización<br />

intracelular, como expresión génica y división<br />

celular. 68-70<br />

94


Epilepsia en cánidos<br />

La función <strong>de</strong>l canal <strong>de</strong> calcio<br />

<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> voltaje induce aumento <strong>de</strong> Ca 2+<br />

intracelular y disminución <strong>de</strong> Ca 2+ extracelular. La<br />

entrada <strong>de</strong> calcio en las neuronas presinápticas<br />

facilita la liberación <strong>de</strong> neurotransmisores, y a<br />

nivel pos-sináptico produce <strong>de</strong>spolarización<br />

sostenida. 32,71-73<br />

ACTIVADOS POR LIGANDOS<br />

El γ-amino butírico (GABA por sus<br />

siglas en inglés) y el glutamato son ligandos que<br />

regulan la función <strong>de</strong> las neuronas, el primero<br />

inhibe y el segundo estimula su actividad.<br />

La hiperactividad <strong>de</strong> estos canales<br />

iónicos también se han relacionado con la<br />

epilepsia, entre los más importantes se pue<strong>de</strong>n<br />

mencionar los activados por glutamato y acetil<br />

colina; ambos se localizan en el sistema nervioso<br />

central y los activados por acetil colina también se<br />

pue<strong>de</strong>n encontrar en la unión neuromuscular. 6,74-77<br />

La falta <strong>de</strong> neurotransmisores<br />

inhibitorios, es <strong>de</strong>cir, sustancias que en vez <strong>de</strong><br />

estimular la función eléctrica <strong>de</strong> las neuronas la<br />

frenan, como el GABA, también se ha relacionado<br />

con la epilepsia, 7,78 y la falta <strong>de</strong> balance entre los<br />

aminoácidos excitadores y los inhibidores se ha<br />

propuesto como el posible mecanismo <strong>de</strong> los<br />

ataques epilépticos en general 8,79-81 y en los<br />

cánidos en particular. 82,83 El estudio <strong>de</strong> los<br />

neurotransmisores excitadores e inhibidores es<br />

muy importante para la epilepsia, porque su<br />

equilibro es la base <strong>de</strong> muchos medicamentos<br />

utilizados para controlar la enfermedad.<br />

Las alteraciones en los canales iónicos<br />

activados por ligandos repercuten en la respuesta<br />

<strong>de</strong>l receptor a los ligandos, así como en la<br />

permeabilidad al flujo <strong>de</strong> iones, entre ellos al<br />

calcio. 69,70 La actividad disminuida <strong>de</strong> los canales<br />

activados por acetil colina conducen a menor<br />

liberación <strong>de</strong> GABA y por consiguiente a<br />

hiperexcitabilidad neuronal, característica<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nante <strong>de</strong> las crisis epilépticas. 6<br />

CARACTERÍSTICAS DE LA<br />

ENFERMEDAD<br />

La epilepsia <strong>de</strong> acuerdo al tipo <strong>de</strong> crisis pue<strong>de</strong> ser<br />

general o localizada; e idiopática, sintomática y<br />

probablemente sintomática con relación a las<br />

alteraciones cerebrales. Las convulsiones pese a<br />

<strong>de</strong>sarrollarse en un proceso continuo se han<br />

dividido para su estudio en 3 períodos: preictal o<br />

aura, ictal o estado convulsivo y posictal.<br />

TIPO DE CRISIS<br />

En las convulsiones generalizadas se<br />

involucran neuronas <strong>de</strong> los dos hemisferios<br />

cerebrales, con alteración <strong>de</strong> la conciencia y<br />

manifestaciones motoras bilaterales violentas con<br />

afección a todo el cuerpo en forma <strong>de</strong><br />

contracciones musculares tónicas (sostenidas) o<br />

clónicas (repetitivas), así como movimientos<br />

natatorios y temblores. 22 Son frecuentes los signos<br />

<strong>de</strong> hiperactividad como midriasis, salivación,<br />

piloerección, micción y <strong>de</strong>fecación; también se<br />

observa castañeo <strong>de</strong> la mandíbula (trismos),<br />

opistótonos, apnea y espasmos faciales. 84<br />

No se conoce con exactitud la causa <strong>de</strong><br />

las crisis generalizadas, pue<strong>de</strong>n ser consecuencia<br />

<strong>de</strong> la pérdida primaria <strong>de</strong> neuronas inhibitorias y<br />

sus conexiones, o el aumento <strong>de</strong><br />

neurotransmisores en neuronas excitatorias. La<br />

concentración <strong>de</strong> GABA, neurotransmisor<br />

inhibitorio, se ha encontrado reducida en el<br />

líquido cefalorraquí<strong>de</strong>o 85 y elevado el glutamato,<br />

neurotransmisor excitatorio, en el espacio<br />

extracelular. 86 La excitabilidad neuronal también<br />

se pue<strong>de</strong> incrementar por la reducción en la<br />

sensibilidad <strong>de</strong> los receptores GABA, se han<br />

encontrado en lugares diferentes a su posición<br />

normal, en el citoplasma don<strong>de</strong> no tiene actividad<br />

funcional y no en la membrana sináptica. El<br />

cambio <strong>de</strong> posición transforma una convulsión en<br />

status epilepticus (convulsión <strong>de</strong> 20 a 30 minutos<br />

<strong>de</strong> duración con daño cerebral o dos o más<br />

convulsiones discretas sin recuperación total <strong>de</strong> la<br />

conciencia entre ellas). La consecuencia, no pue<strong>de</strong><br />

actuar el GABA para reducir la excitabilidad<br />

neuronal e incluso se pue<strong>de</strong> presentar resistencia a<br />

fármacos GABAénergicos. 87 La liberación<br />

excesiva y persistente <strong>de</strong> glutamato, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />

incrementar la excitabilidad neuronal, también<br />

pue<strong>de</strong> conducir a toxicidad <strong>de</strong> células nerviosas<br />

mediada por calcio, en hipocampo, amígdala,<br />

neurocorteza y tálamo; lo cual se presenta por lo<br />

regular <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s convulsivas<br />

prolongadas. 86 El hallazgo <strong>de</strong> hemorragias<br />

perivasculares en la corteza cerebral pue<strong>de</strong>n ser el<br />

origen primario <strong>de</strong> las convulsiones<br />

generalizadas. 88<br />

Las localizadas, también conocidas como<br />

parciales o focales, se realizan por actividad <strong>de</strong> un<br />

sistema <strong>de</strong> neuronas limitado y por consiguiente<br />

con manifestación en segmentos corporales<br />

restringidos, por lo regular sin pérdida <strong>de</strong> la<br />

conciencia. 22 Investigaciones realizadas en<br />

humanos indican la presencia <strong>de</strong> alteraciones en<br />

95


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

los potenciales <strong>de</strong> acción en algunas poblaciones<br />

La parte tónica <strong>de</strong> la convulsión<br />

con las hembras. 92,93,96,97,106,107,118, crisis convulsiva. 94,101,107,121<br />

neuronales <strong>de</strong> la corteza cerebral y provocan<br />

convulsiones, probablemente por disminución o<br />

regularmente dura un minuto y se caracteriza por<br />

contracción sostenida <strong>de</strong> los músculos, pérdida <strong>de</strong><br />

modificación <strong>de</strong> la función <strong>de</strong>l GABA. 89,90 conciencia, <strong>de</strong>cúbito lateral con miembros<br />

A<strong>de</strong>más, en cánidos se ha i<strong>de</strong>ntificado la<br />

capacidad <strong>de</strong> estos grupos neuronales para<br />

exten<strong>de</strong>rse a otras regiones, 86 con la participación<br />

<strong>de</strong>l glutamato como agente excitatorio mediante<br />

extendidos, opistótonos, respiración irregular,<br />

cianosis, salivación, <strong>de</strong>fecación y vómito. En la<br />

parte clónica <strong>de</strong> la contracción, con duración<br />

variable (30 segundos a 10 minutos), se observan<br />

un proceso dinámico. 22 La estimulación se contracciones rítmicas <strong>de</strong> los músculos con<br />

extien<strong>de</strong> a otras poblaciones <strong>de</strong> neuronas, con la movimientos <strong>de</strong> remo y masticatorios; a<strong>de</strong>más,<br />

subsiguiente actividad convulsiva y repetida en <strong>de</strong>fecación, tremores generalizados midriasis<br />

regiones inicialmente no afectadas. La inclusión<br />

<strong>de</strong> grupos neuronales <strong>de</strong>l hemisferio opuesto se<br />

pupilar y vómito. 107<br />

Algunos animales pue<strong>de</strong>n presentar<br />

pue<strong>de</strong> realizar en forma in<strong>de</strong>pendiente al estímulo<br />

primario. 22<br />

únicamente la parte tónica <strong>de</strong> la convulsión, la<br />

cual se manifiesta con rigi<strong>de</strong>z muscular; 101,107 en<br />

ocasiones manifiestan convulsiones parciales con<br />

ALTERACIONES CEREBRALES<br />

signos motores, asimétricos, contracciones<br />

rítmicas <strong>de</strong> músculos masticatorios, vómito y<br />

Según los estudios publicados por diarrea, 92,101 e incluso progresar hacia conciencia<br />

Cochrane, 91 se pue<strong>de</strong>n i<strong>de</strong>ntificar varios tipos <strong>de</strong> alterada, agresión y miedo; 120 en <strong>de</strong>terminados<br />

epilepsia: idiopática, sintomática y probablemente casos progresan hasta convulsiones<br />

sintomática.<br />

La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> epilepsia idiopática,<br />

generalizadas. 92,101,107<br />

La epilepsia sintomática es el resultado<br />

sintomática y probablemente sintomática en una <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n estructural cerebral como<br />

población <strong>de</strong> 63 perros, se encontró <strong>de</strong>l 25%, 16% neoplasias, malformaciones e inflamación.<br />

y 45%, respectivamente. 92 En otro estudio, 44% y<br />

46% <strong>de</strong> 50 perros presentaron epilepsia idiopática<br />

y sintomática, respectivamente; el 10% restante no<br />

Probablemente sintomática es una alteración con<br />

posible causa estructural, como la sintomática,<br />

pero sin causa etiológica aún <strong>de</strong>terminada, como<br />

pa<strong>de</strong>cieron la enfermedad. 93 En general, la las displasias corticales. Las epilepsias idiopática<br />

prevalencia se ha encontrado <strong>de</strong> 0.5 al 5.0%. 94-98<br />

La epilepsia idiopática es un <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

funcional <strong>de</strong> la corteza cerebral, típicamente<br />

y probablemente sintomática se clasifican con<br />

frecuencia en un solo grupo <strong>de</strong>bido a la dificultad<br />

para establecer la distinción <strong>de</strong> una con la otra, y<br />

relacionada con la edad, 84 raza 99-105 y sexo <strong>de</strong>l generalmente se tratan con los mismos productos.<br />

animal; 106 simétrica, 107 <strong>de</strong> recurrentes La hipoglicemia también pue<strong>de</strong> provocar<br />

convulsiones tónico-clónicas generalmente con convulsiones, alteración conocida como epilepsia<br />

pérdida <strong>de</strong> la conciencia 84,101,107 y asociado con reactiva. 91<br />

ataques motores generalizados. 107 Es la causa más<br />

frecuente <strong>de</strong> convulsiones en cánidos 2,101,107 y no<br />

se ha relacionado con la época <strong>de</strong>l año. 93,101<br />

La primera convulsión en epilepsia<br />

idiopática se presenta entre 6 meses y 5 años <strong>de</strong><br />

edad <strong>de</strong>l animal 84,92,101 y las alteraciones son más<br />

acentuadas en perros <strong>de</strong> 1 a 3 años. 2<br />

Las razas <strong>de</strong> perros Pastor Belga, 108,109<br />

CONVULSIONES<br />

El aura correspon<strong>de</strong> a la manifestación<br />

antes <strong>de</strong> una convulsión. El perro muestra<br />

cambios <strong>de</strong> la conducta como inquietud, ansiedad,<br />

ocultamiento, alucinaciones, miedo, búsqueda <strong>de</strong><br />

la atención, agitación y vocalización. A<strong>de</strong>más,<br />

pue<strong>de</strong> haber conducta estereotipada, sensitiva o<br />

Beagle, 96 Keeshound, 110,111 Cobrador motora (marchando, lamiendo o tratan <strong>de</strong> atrapar<br />

Labrador, 97,101,112 Cobrador Dorado, 113 Bernese <strong>de</strong> moscas), patrones autonómicos (tialismo, micción<br />

las Montañas, 114 Shetland Ovejero, 115 Sabueso o vómitos) o, incluso, episodios psíquicos no<br />

Lobo Irlandés, 116 English Spring Spaniel, 103 habituales (ladrar en exceso, solicitar una mayor o<br />

Lagotto Romagnolo 117 y Tervueren menos atención) y manifiestan una gran<br />

Belga 92,93,118,119 presentan mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la<br />

enfermedad. En machos la inci<strong>de</strong>ncia se ha<br />

encontrado ligeramente mayor en comparación<br />

sensibilidad al ruido o luz fluctuante. La duración<br />

<strong>de</strong> este período varía <strong>de</strong> algunos minutos hasta<br />

horas o incluso un día; culmina con el inicio <strong>de</strong> la<br />

96


Epilepsia en cánidos<br />

El período ictal correspon<strong>de</strong> al evento<br />

convulsivo, se manifiesta por movimientos<br />

involuntarios y se caracteriza por pérdida<br />

repentina <strong>de</strong> la conciencia, así como actividad<br />

tónico-clónica. Por lo regular dura <strong>de</strong> 1 a 2<br />

minutos. El animal generalmente presenta rigi<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> la musculatura en las extremida<strong>de</strong>s, con<br />

opistótonos y rechinido <strong>de</strong> los dientes en la fase<br />

tónica. A<strong>de</strong>más, pue<strong>de</strong> aparecer tialismo, micción<br />

y <strong>de</strong>fecación. En seguida se presenta la fase<br />

clónica, con movimientos <strong>de</strong> pedaleo y pue<strong>de</strong><br />

acompañarse con movimientos masticatorios. 101<br />

El período posictal como su nombre lo<br />

indica se presenta inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l<br />

ictus, el animal pue<strong>de</strong> mostrar confusión,<br />

ansiedad, <strong>de</strong>sorientación, ataxia, ambulancia,<br />

inquietud, letárgica, sueño, rara vez agresión,<br />

actividad intestinal-vesical inapropiada,<br />

polidipsia, polifagia o hiporexia y verda<strong>de</strong>ras<br />

<strong>de</strong>ficiencias neurológicas como <strong>de</strong>bilidad, ceguera<br />

temporal (amaurosis), midriasis y trastornos<br />

sensoriales o motores; su duración es<br />

extremadamente variable. 101<br />

cazamoscas, agresión, miedo, hiperactividad y<br />

fotofobia se han encontrado en perros Bull<br />

Terrier, los cuales se han relacionado con<br />

trastornos hormonales y estrés. 120,126,127<br />

Las alteraciones neurológicas asimétricas<br />

como marcha circular, hemiparesia, ceguera<br />

unilateral, sensitiva unilateral, en el período<br />

interictal sugiere la presencia <strong>de</strong> lesiones<br />

intracreaneales focales como trastornos<br />

inflamatorios, vasculares o neoplásicos. 122<br />

Los estudios se pue<strong>de</strong>n complementar<br />

con tomografía axial computarizada para <strong>de</strong>scartar<br />

hidrocéfalo oculto, y con resonancia magnética<br />

para <strong>de</strong>tectar lesiones estructurales <strong>de</strong> tejidos<br />

blandos. 128-130<br />

El encefalograma, comúnmente utilizado<br />

en humanos, permite i<strong>de</strong>ntificar en los perros<br />

eventos verda<strong>de</strong>ramente convulsivos 94,131-134 y<br />

patrones transitorios con distribución asimétrica,<br />

<strong>de</strong> gran variación en amplitud y duración<br />

consecuencia <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scargas neuronales en<br />

epilepsia idiopática, 113 aún en animales<br />

anestesiados. 107 TRATAMIENTO<br />

DIAGNÓSTICO<br />

El diagnóstico <strong>de</strong> la epilepsia se basa en la historia<br />

clínica <strong>de</strong>l paciente y en pruebas especiales.<br />

En la historia clínica se realiza <strong>de</strong> manera<br />

rutinaria con atención a los antece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

enfermeda<strong>de</strong>s, traumatismos, vacunas recibidas,<br />

dieta, exposición a tóxicos, medicamentos, peso y<br />

comportamiento como ambulación y períodos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scanso; 122 se <strong>de</strong>be <strong>de</strong>scribir en forma <strong>de</strong>tallada<br />

el episodio convulsivo, en don<strong>de</strong> se incluya la<br />

frecuencia y duración <strong>de</strong>l evento. 123 A<strong>de</strong>más,<br />

comportamiento <strong>de</strong>l paciente entre convulsiones,<br />

signos focales al inicio <strong>de</strong> la convulsión, hora <strong>de</strong>l<br />

día y relación con otras activida<strong>de</strong>s con ejercicio o<br />

alimentación. 101,112,124,125 La enfermedad se <strong>de</strong>be<br />

diferenciar <strong>de</strong> manifestaciones por dolor, colapso<br />

<strong>de</strong>bido a problemas cardiacos o respiratorios,<br />

signos vestibulares y síncopes. 122<br />

La edad a la manifestación <strong>de</strong> la primera<br />

crisis es importante para relacionarla con las<br />

características <strong>de</strong> la epilepsia idiopática, las crisis<br />

iniciales generalmente se presentan en perros <strong>de</strong> 1<br />

a 3 años <strong>de</strong> edad (Chang et al., 2006); su<br />

expresión en animales más jóvenes o mayores a<br />

las eda<strong>de</strong>s citadas podría <strong>de</strong>berse a consecuencia<br />

<strong>de</strong> otras alteraciones como inflamaciones y<br />

enfermeda<strong>de</strong>s metabólicas, vasculares e<br />

hiperadrenocorticismo. 2,122 Cambios en el<br />

comportamiento como persecución <strong>de</strong> la cola,<br />

El tratamiento <strong>de</strong> la epilepsia se instituye en<br />

periodos prolongados, 84 los productos utilizados<br />

en epilepsia canina son: fenobarbital, bromuro <strong>de</strong><br />

potasio y diacepam por vía rectal.<br />

El fenobarbital es anticonvulsivo,<br />

disminuye la función neuronal y se utiliza<br />

comúnmente para tratar ataques epilépticos en<br />

cánidos, 84 su acción se basa en reducir los efectos<br />

excitadores <strong>de</strong>l glutamato y aumentar los efectos<br />

inhibidores <strong>de</strong>l GABA; proporciona buen control<br />

<strong>de</strong> los ataques, es relativamente barato, fácil <strong>de</strong><br />

aplicar y efectivo <strong>de</strong>l 60 al 80% <strong>de</strong> los casos <strong>de</strong><br />

epilepsia idiopática. 84,122 Los cánidos en general<br />

presentan a<strong>de</strong>cuada tolerancia al<br />

medicamento 135,136 hasta el grado <strong>de</strong> proporcionar<br />

buena calidad <strong>de</strong> vida en los animales, incluso en<br />

tratamientos prolongados. 137 Se metaboliza<br />

principalmente en el hígado y aproximadamente<br />

una tercera parte se elimina sin cambios por vía<br />

renal. 138 Se aplican 2 a 4 mg/Kg <strong>de</strong> peso divididos<br />

en q8 o 12 h. 84,122 En caso necesario, la dosis se<br />

pue<strong>de</strong> incrementar a 18-20 mg/Kg <strong>de</strong> peso<br />

dividida en q8 o 12 h. 122 Sin embargo, se <strong>de</strong>be<br />

tener cuidado con administración <strong>de</strong> dosis<br />

elevadas, pue<strong>de</strong>n ser tóxicas. 139 En caso <strong>de</strong> tomar<br />

la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> incrementar la dosis, el aumento se<br />

realiza en forma paulatina.<br />

97


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

El fenobarbital tiene una vida media <strong>de</strong><br />

24 a 36 horas, establece su nivel terapéutico 10-15<br />

días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> su aplicación. Por lo<br />

tanto, en pacientes con crisis seriadas o frecuentes<br />

es recomendable aplicaciones rápidas, para<br />

proporcionar a<strong>de</strong>cuada concentración sérica <strong>de</strong><br />

mantenimiento (15-45 µg/mL); lo cual se logra<br />

con inyección intravenosa con base en el peso x<br />

0.8 x concentración sérica <strong>de</strong>seada. 139 En estos<br />

pacientes también se pue<strong>de</strong> combinar el<br />

tratamiento <strong>de</strong> fenobarbital con productos <strong>de</strong><br />

acción inmediata como benzodiacepinas. 140<br />

El fenobarbital pue<strong>de</strong> provocar<br />

hiperexcitabilidad, inquietud, sedación, ataxia,<br />

polifagia, poliuria y polidipsia, particularmente en<br />

el intervalo <strong>de</strong>l inicio <strong>de</strong> su aplicación al<br />

establecimiento <strong>de</strong> niveles terapéuticos. La<br />

mayoría <strong>de</strong> estos efectos adversos <strong>de</strong>saparecen<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las primeras semanas <strong>de</strong> tratamiento.<br />

La sedación, polifagia y poliuria perduran durante<br />

más tiempo. 122 A<strong>de</strong>más, pue<strong>de</strong> provocar discrasias<br />

sanguíneas y hepatotoxicidad durante los primeros<br />

5 meses <strong>de</strong> tratamiento. 122,139,141,142 En animales<br />

con estas alteraciones, se <strong>de</strong>be reducir<br />

paulatinamente y suspen<strong>de</strong>r la dosificación <strong>de</strong><br />

fenobarbital; no retirarlo en forma súbita, podría<br />

ser perjudicial; 84 se retira paulatinamente y<br />

reemplaza por un producto sin acción hepática<br />

como bromuro <strong>de</strong> potasio. 143 La persistencia en<br />

su aplicación pue<strong>de</strong> conducir a la muerte <strong>de</strong>l<br />

animal. 122 Algunos animales no respon<strong>de</strong>n al<br />

tratamiento con fenobarbital, se <strong>de</strong>be administrar<br />

otro producto para controlar la enfermedad. 144<br />

Los pacientes con aplicación <strong>de</strong><br />

fenobarbital (solo o combinado con bromuro <strong>de</strong><br />

potasio) durante períodos prolongados pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>sarrollar hipertrigliceri<strong>de</strong>mia. La concentración<br />

<strong>de</strong> triglicéridos en perros tratados con fenobarbital<br />

se <strong>de</strong>be revisar periódicamente porque es un factor<br />

<strong>de</strong> riesgo para la pancreatitis. 145<br />

El bromuro <strong>de</strong> potasio es eficiente para<br />

controlar las convulsiones en perros, 146 incluso en<br />

los tratados previamente con fenobarbital y este<br />

producto no les controló la enfermedad o les<br />

<strong>de</strong>sarrolló toxicidad. 84,122,139,146<br />

La dosis inicial <strong>de</strong> bromuro <strong>de</strong> potasio es<br />

<strong>de</strong> 20 - 40 mg/Kg <strong>de</strong> peso en el alimento,<br />

administrado q12 en el alimento para reducir<br />

nauseas y obtener concentración sérica <strong>de</strong> 2 a 5<br />

mg/mL. 122 Se pue<strong>de</strong> ofrecer una vez al día en los<br />

perros que toleran el tratamiento (40-50 mg/Kg <strong>de</strong><br />

peso/día). Los animales con insuficiencia renal<br />

<strong>de</strong>ben recibir la mitad <strong>de</strong> la dosis y revisar<br />

frecuentemente su concentración sérica. 143 La vida<br />

media <strong>de</strong> este producto es larga, aproximadamente<br />

28 días.<br />

El bromuro <strong>de</strong> potasio controla las<br />

convulsiones en aplicación paralela al<br />

fenobarbital; se elimina por filtración glomerular<br />

y todos sus efectos adversos son reversibles con la<br />

reducción <strong>de</strong> la dosis o suspensión <strong>de</strong>l<br />

tratamiento. 100,122 La dosificación <strong>de</strong> bromuro <strong>de</strong><br />

potasio se contraindica únicamente en los perros<br />

con alteraciones renales. 143<br />

La polifagia es el efecto adverso más<br />

importante con aplicación <strong>de</strong> bromuro <strong>de</strong> potasio,<br />

la presenta el 25 % aproximadamente <strong>de</strong> los<br />

animales tratados; en casos severos, los pacientes<br />

se <strong>de</strong>ben alimentar con dietas bajas en calorías 147<br />

y sin cloruro. 148 También se pue<strong>de</strong> presentar<br />

sedación, dolor muscular, ataxia, <strong>de</strong>ambulación,<br />

constipación, incoordinación, poliuria, polidipsia<br />

y prurito en la piel. 84,122,139,143,149,150 Los efectos<br />

adversos <strong>de</strong>saparecen con la reducción <strong>de</strong> la<br />

dosis, 151 y en casos graves se tratan con cloruro <strong>de</strong><br />

sodio al 0.9%, por vía intravenosa, durante 12<br />

horas. 146 También se pue<strong>de</strong> administrar, y con la<br />

misma eficiencia, bromuro <strong>de</strong> sodio, se utiliza en<br />

casos <strong>de</strong> hiperadrogenismo, don<strong>de</strong> se restringe el<br />

consumo <strong>de</strong> potasio. 122<br />

Aplicación <strong>de</strong> diacepam por vía rectal se<br />

utiliza en perros con ataques epilépticos que no<br />

han respondido satisfactoriamente al tratamiento<br />

con fenobarbital o bromuro <strong>de</strong> potasio,<br />

particularmente en animales con convulsiones en<br />

racimo (dos o más convulsiones en períodos<br />

cortos, minutos a 24 horas, pero con recuperación<br />

<strong>de</strong> conciencia entre convulsiones) y, por su<br />

gravedad, parecen necesitar atención <strong>de</strong><br />

emergencia. 152-154 Se aplican 0.5 mg/Kg <strong>de</strong> peso<br />

corporal; dosis más elevadas (2 mg/Kg <strong>de</strong> peso) se<br />

utilizan en perros con terapia crónica <strong>de</strong><br />

fenobarbital. 151,155 También se dispone <strong>de</strong><br />

aplicaciones intranasal, <strong>de</strong> fácil administración<br />

que incluso las pue<strong>de</strong>n realizar los dueños <strong>de</strong> los<br />

animales. 156<br />

Se han utilizado otras bienzodiacepinas<br />

como felbamato, 157,158 , gabapentina, 122,157<br />

levetiracetam 157 y zonisamida, 157 pero en general<br />

su vida media es muy corta, por lo cual no es<br />

recomendable para terapia <strong>de</strong> mantenimiento.<br />

CONCLUSIÓN<br />

La epilepsia es la causa más frecuente <strong>de</strong><br />

convulsiones en cánidos, se presenta por<br />

alteraciones en el impulso nervioso y su<br />

98


Epilepsia en cánidos<br />

transmisión. De acuerdo al tipo <strong>de</strong> crisis pue<strong>de</strong> ser<br />

general o localizada; e idiopática, sintomática y<br />

probablemente sintomática con relación a las<br />

alteraciones cerebrales. Las convulsiones pese a<br />

<strong>de</strong>sarrollarse en un proceso continuo se han divido<br />

para su estudio en 3 períodos: preictal o aura,<br />

ictal o estado convulsivo y posictal. El diagnóstico<br />

se realiza con la historia clínica <strong>de</strong>l paciente y en<br />

pruebas especiales como tomografía axial y<br />

resonancia magnética, entre otras. Se trata con<br />

fenobarbital, bromuro <strong>de</strong> potasio y diacepam por<br />

vía rectal. Aún se tienen interrogantes en el<br />

conocimiento <strong>de</strong> la enfermedad; sin embargo, con<br />

la información disponible se pue<strong>de</strong> aumentar la<br />

calidad <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> los pacientes.<br />

REFERENCIAS<br />

1. Commission on Epi<strong>de</strong>miology and<br />

Prognosis, International League Against<br />

Epilepsy. Gui<strong>de</strong>lines for epi<strong>de</strong>miology<br />

studies on epilepsy. Epilepsia 1993; 34:<br />

592-596.<br />

2. Chang Y, Mellor DJ, An<strong>de</strong>rson TJ.<br />

Idiopathic epilepsy in dogs: owner’s<br />

perspectives on management with<br />

phenobarbitione and/or potassium<br />

bromi<strong>de</strong>. J Small Anim Pract 2006; 47:<br />

574-581.<br />

3. Saito M, Mañana KR, Sharp N, Olby NJ.<br />

Risk factors for <strong>de</strong>velopment of status<br />

epilepticus in dogs with idiopathic<br />

epilepsy and effects of status epilepticus<br />

on outcome and survival time: 32 cases<br />

(1990-1996). J Am Vet Med Assoc 2001;<br />

219: 618-623.<br />

4. Lowestein DH, Bleck T, Macdonald RL.<br />

It’s time to revise the <strong>de</strong>finition of status<br />

epilepticus. Epilepsia 1999; 40: 120-122.<br />

5. Jung S, Jones TD, Lugo JN, Sheerin AH,<br />

Miller JW, D’Ambrosio R, An<strong>de</strong>rson<br />

AE, Poolos NP. Progresive <strong>de</strong>ndritic<br />

HCN channelopathy during<br />

epileptogenesis in the rat pilocarpine<br />

mo<strong>de</strong>l of epilepsy. J Neurosci 2007; 27;<br />

13012-13021.<br />

6. Lei<strong>de</strong>nheimer NJ. Regulation of<br />

excitation by GABA (A) receptor<br />

internalization. Results Probl Cell Differ<br />

2008; 44: 1-28.<br />

7. Pitkanen A, Matilainen R, Halonen T,<br />

Kutvonen R, Hartikainen P, Riekkinen.<br />

Inhibitory and excitatory amino acids in<br />

cerebrospinal fluid of chronic epileptic<br />

patients. J Neural Transm 1989; 76: 221-<br />

230.<br />

8. Catalepe O, Towfighi J, Cannucci RC.<br />

Cerebrospinal fluid concentrations of<br />

glutamate and GABA during perinatal<br />

cerebral hypoxia-ischemia and seizures.<br />

Brian Res 1996; 709: 326-330.<br />

9. Kan<strong>de</strong>l ER. Nerve cells and behavior. In:<br />

Kan<strong>de</strong>l ER, Schwartz JH, Jessell TM.<br />

Principles of Neural Science, fourth ed.<br />

McGraw Hill: USA, 2000: 19-35.<br />

10. Llinás RR. The intrinsic<br />

electophysiological properties of<br />

mammalian neurons: insights into central<br />

nervous system function. Science 1988;<br />

242: 1654-1664.<br />

11. Buzsáki G. Large-scale recording<br />

neuronal ensembles. Nat Neurosci 2004;<br />

7: 446-451.<br />

12. Pastor J. Fundamentos biofísicos <strong>de</strong> la<br />

actividad neuronal. Rev Neurol 2000; 30:<br />

741-755.<br />

13. Destexhe A, Mainen ZF, Sejnowski TJ.<br />

Synthesis of mo<strong>de</strong>ls for excitable<br />

membranes, synaptic transmission and<br />

neuromodulation using a common<br />

kinetics formalism. J Comput Neurosci<br />

1994; 1: 195-230.<br />

14. Hodgking AL, Huxley AF. Action<br />

potentials recor<strong>de</strong>d from insi<strong>de</strong> a nerve<br />

fiber. Nature 1939; 114: 710-711.<br />

15. Hodgking AL, Huxley AF. Currents<br />

carried by sodium and potassium ions<br />

thorough membrane of the giant axon of<br />

Loligo. J Physiol 1952a; 116: 449-472.<br />

16. Hodgking AL, Huxley AF. The<br />

components of membrane conductance in<br />

the giant axon of Loligo. J Pysiol 1952b;<br />

116: 473-496.<br />

17. Hodgking AL, Huxley AF. The dual<br />

effect of membrane potential on sodium<br />

conductance in the giant axon of Loligo.<br />

J Physiol 1952c; 116: 497-506.<br />

18. Hodgking AL, Huxley AF. A<br />

quantitative <strong>de</strong>scription of membrane<br />

current and its application to conductance<br />

and excitation in nerve. J Physiol 1952d;<br />

117: 500-544.<br />

19. Clay JR. Axonal excitability revisited.<br />

Prog Biophys Mol Biol 2005; 88: 59-90.<br />

20. Martino GH, Martino RH. Manual <strong>de</strong><br />

epilepsia. 1a ed. Buenos Aires,<br />

Argentina: Nobuko, 2007.<br />

99


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

21. Ptácek LJ, Fu YH. Channels and disease:<br />

past, present, and future. Arch Neurol<br />

2004; 61: 1665-1668.<br />

22. March PA. Seizures: classification,<br />

etiologies, and pathophysiology. Clin<br />

Tech Small Anim Pract 1998; 13: 119-<br />

131.<br />

23. Meola G, Hanna MG, Fontaine B.<br />

Diagnosis and new treatment in muscle<br />

channelopathies. J Neurol Neurosurg<br />

Psychiatry <strong>2009</strong>; 80: 360-365.<br />

24. Cannon SC. Phatomechanisms in<br />

channelopathies of skeletal muscle and<br />

brain. Annu Rev Neurosci 2006; 29: 387-<br />

415.<br />

25. Davies NP, Hanna MG. The skeletal<br />

muscle channelopathies: distinct entities<br />

and overlapping syndromes. Curr Opin<br />

Neurol 2003; 16: 559-568.<br />

26. Boiko T, Van Wart A, Caldwell JH,<br />

Levinson SR, Trimmer JS, Matthews G.<br />

Funtional specialization of the axon<br />

initial segment by isoform-specific<br />

sodium channel targeting. J Neurosci<br />

2003; 23: 2306-2313.<br />

27. Obermair GJ, Szabo Z, Bourinet E,<br />

Flucher BE. Differential targeting of the<br />

L-type Ca 2+ channel α IC (Ca v 1.2) to<br />

synaptic and extrasynaptic compartments<br />

in hippocampal neurons. Eur J Neurosci<br />

2004; 19: 2109-2122.<br />

28. Chang SY, Zagha E, Kwon ES, Ozaita A,<br />

Bobik M, Martone ME, Ellisman MH,<br />

Heintz N, Rudy B. Distribution of K v 3.3<br />

potassium channel subunits in distinct<br />

neuronal population of mouse brain. J<br />

Comp Neurol 2007; 502: 953-972.<br />

29. Van Wart A, Timmer JS, Matthews G.<br />

Polarized distribution of ion channels<br />

within microdomains of the axon initial<br />

segment. J Comp Neurol 2007; 500: 339-<br />

352.<br />

30. Subramanyam P, Obermair GJ,<br />

Baumgartner S, Gebhart M, Striessnig J,<br />

Kaufmann A, Geley S, Flucher BE.<br />

Activity and calcium regulate nuclear<br />

targeting of the calcium channel β 4b<br />

subunit in nerve and muscle cells.<br />

Channels (Austin) <strong>2009</strong>; 3: 1-13.<br />

31. Tuluc P, Molenda M, Schlick B,<br />

Obermair GJ, Flucher BE, Jurkat-Rott K.<br />

A Ca v 1.1 Ca 2+ channel splice variant with<br />

high conductance and voltage-sensitivity<br />

alters EC coupling in <strong>de</strong>veloping skeletal<br />

muscle. Biophys J <strong>2009</strong>; 96: 35-44.<br />

32. Dodson PD, Billups B, Rusznak Z, Szucs<br />

G, Barker MC, Forsythe ID. Presynaptic<br />

rat K v 1.2 channels suppress synaptic<br />

terminals hyperexcitability following<br />

action potential invasion. J Physiol 2003;<br />

550: 27-33.<br />

33. Miller C. 1990: annus mirabilis of<br />

potassiun channels. Science 1991; 252:<br />

1092-1096.<br />

34. MacKinnon R. Potassium channels.<br />

FEBS Lett 2003; 555: 62-65.<br />

35. Bosse E, Regulla S, Biel M, Ruth P,<br />

Meyer HE, Flockerzi V, Hofmann F. The<br />

cDNA and <strong>de</strong>duced amino acid sequence<br />

of the gamma subunit of the L-type<br />

calcium channel from rabbit skeletal<br />

muscle. FEBS Lett 1990; 267: 153-156.<br />

36. Strong M, Chandy KG, Gutman GA.<br />

Molecular evolution of voltage-sensitive<br />

ion channel genes: on the origins of<br />

electrical excitability. Mol Biol Evol<br />

1993; 10: 221-242.<br />

37. Pongs O, Leicher T, Berger M, Roeper J,<br />

Bahring R, Wray D, Giese KP, Silva AJ,<br />

Strom JF. Functional and molecular<br />

aspects of voltage-gated K+ channel beta<br />

subunits. Ann NY Acad Sci 1999; 868:<br />

344-355.<br />

38. An<strong>de</strong>rson PA, Greenberg RM. Phylogeny<br />

of ion channels: clue to structure and<br />

function. Com Biochem Physiol B<br />

Biochem Mol Biol 2001; 129: 17-28.<br />

39. Goldin AL. Evolution of voltage-gated<br />

channels. J Ex Biol 2002; 205: 575-584.<br />

40. Yu FH, Catterall WA. The VGLchanome:<br />

a protein superfamily<br />

specialized for electrical signaling and<br />

ionic homeostasis. Sci STKE 2004; 2004:<br />

re15.<br />

41. Tseng TT, McMahon AM, Johnson VT,<br />

Mangubat EZ, Zahm RJ, Pacold ME,<br />

Jakobsson E. Sodium channel auxiliary<br />

subunits. J Mol Microbiol Biotechnol<br />

2007; 12: 249-262.<br />

42. Davies A, Hendrich J, Van Minh AT,<br />

Wratten J, Doglas L, Dolphin AC.<br />

Functional biology of the α 2 δ subunits of<br />

volatage-gated calcium channels. Trends<br />

Pharmacol Sci 2007; 28: 220-228.<br />

100


Epilepsia en cánidos<br />

43. Swarts KJ. Towards a structural view of<br />

gating in potassium channels. Nat Rev<br />

Neurosci 2004; 5: 905-916.<br />

44. Jogini V, Roux B. Dynamics of the<br />

Kv1.2 voltage-gated K + channel in a<br />

membrane environment. Biophys J 2007;<br />

93: 3070-3082.<br />

45. Catterrall WA, Golding AL, Waxman<br />

SG. International Union of<br />

Pharmacology. XXXIX. Compendium of<br />

voltage gated ion channels: sodium<br />

channels. Pharmacol Rev 2003; 55: 575-<br />

578.<br />

46. Goldin AL, Branchi RL, Caldwell JH,<br />

Hofman F, Howe JR, Hunter JC, Kallen<br />

RG, Man<strong>de</strong>l G, Meisler MH, Netter YB,<br />

Noda M, Tamkun MM, Waxman SG,<br />

Wood JN, Catterall WA. Nomenclature<br />

of voltage-gated sodium channels.<br />

Neuron 2000; 28: 365-368.<br />

47. Catterall WA. From ionic currents to<br />

molecular mechanisms: the structure and<br />

function of voltage-gated sodium<br />

channels. Neuron 2000; 26: 13-25.<br />

48. Wood JN, Boorman JP, Okuse K, Baker<br />

MD. Voltage-gated sodium channels and<br />

pains pathways. J Neurobiol 2004; 61:<br />

55-71.<br />

49. Westenbroek RE, Merrick DK, Catterall<br />

WA. Differential subcellular localization<br />

of the RI and RII Na + channel subtypes<br />

in central neurons. Neuron 1989; 3: 695-<br />

704.<br />

50. Boiko T, Rasband MN, Levinson SR,<br />

Caldwell JH, Man<strong>de</strong>l G, Trimmer JS,<br />

Matthews G. Compact myelin dictates<br />

the differential targeting of two sodium<br />

channel isoforms in the same axon.<br />

Neuron 2001; 30: 91-104.<br />

51. Kaplan MR, Cho MH, Ullian EM, Isom<br />

LL, Levinson SR, Barres BA.<br />

Differential control of clustering of the<br />

sodium channels Na v 1.2 and Na v 1.6 at<br />

<strong>de</strong>veloping CNS no<strong>de</strong>s of Ranvier.<br />

Neuron 2001; 30: 105-119.<br />

52. Toledo-Aral JJ, Moss BL, He ZJ,<br />

Koszowski AG, Whisenand T, Levisnon<br />

SR, Wolf JJ, Silos-Santiago I, Halegoua<br />

S, Man<strong>de</strong>l G. I<strong>de</strong>ntification of PNI, a<br />

predominant coltage-<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nt neurons.<br />

Proc Nat Acad Sci USA 1997; 94: 1527-<br />

1532.<br />

53. Goldin AL. Resurgence of sodium<br />

channel research. Annu Rev Pysiol 2001;<br />

63: 871-894.<br />

54. Jenkinson DH. Potassium channels –<br />

multiplicity and challenges. Br J<br />

Pharmacol 2006; 147 (Suppl): S63-71.<br />

55. Marchenko SM, Thomas RC. Nuclear<br />

Ca 2+ signalling in cerebellar Purkinje<br />

neurons. Cerebellum 2006; 5: 36-42.<br />

56. Bootman MD, Fearnley C, Smyrnias I,<br />

MacDonald F, Ro<strong>de</strong>rick HL. An update<br />

on nuclear calcium signalling. J Cell Sci<br />

<strong>2009</strong>; 122: 2337-2350.<br />

57. Aguilar-Bryan L, Bryan J. Molecular<br />

biology of a<strong>de</strong>nosine triphosphatesensitive<br />

potassium channels. Endocr<br />

Rev 1999; 20: 101-135.<br />

58. Baukrowitz T, Fakler B. K ATP channels<br />

gated by intracellular nucleoti<strong>de</strong>s and<br />

phospholipids. Eur J Biochem 2000; 267:<br />

5842-5848.<br />

59. Laniado ME, Abel PD, Lalani EN. Ion<br />

Channels. BMJ 1997; 315: 1171-1172.<br />

60. Yu FH, Yarovoy V, Gutman GA,<br />

Catterall WA. Overview of molecular<br />

relationships in the voltage-gated ion<br />

channel superfamily. Pharmacol Rev<br />

2005; 57: 387-395.<br />

61. Alexan<strong>de</strong>r SP, Mathie A, Peters JA.<br />

Gui<strong>de</strong> to receptors and channels (GRAC)<br />

3 rd edition. Br J Pharmacol 2008; 153<br />

(Suppl 2): S1-209.<br />

62. Gutman GA, Chandy KG, Grissmer S,<br />

Lazdunski M, McKinnon D, Prado LA,<br />

Robertson GA, Rudy B, Sanguinetti MC,<br />

Stühmer W, Wang X. International<br />

Union of Pharmacology. LIII.<br />

Nomenclature and molecular<br />

relationships of voltage-gated potassium<br />

channels. Pharmacol Rev 2005; 57: 473-<br />

508.<br />

63. Kubo Y, A<strong>de</strong>lman JP, Clapham DE, Jan<br />

LY, Karschin A, Kurachi Y, Lazdunski<br />

M, Nichols CG, Seino S, Van<strong>de</strong>nberg<br />

CA. International Union of<br />

Pharmacology LIV. Nomenclature and<br />

molecular relationships of inwardly<br />

rectifying potassium channels. Pharmacol<br />

Rev 2005; 57: 509-526.<br />

64. Doyle DA, Morais Cabral J, Pfuetzner<br />

RA, Kuo A, Gulbis JM, Cohen SL, Chait<br />

BT, MacKinnon R. Th estructure of the<br />

potasium channel: molecular basis of K +<br />

101


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

conduction and selectivity. Science 1998;<br />

280: 69-77.<br />

65. Long SB, Campbell EB, Mackinnon R.<br />

Crystal structure of mammalian voltage<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nt<br />

Shaker family K+ channel.<br />

Science 2005; 309: 897-903.<br />

66. Campos J, Canelón M, García M.<br />

Aspectos clínicos <strong>de</strong> las canalopatías<br />

epilépticas. Rev Neurol 2000; 30: S41-<br />

S45.<br />

67. Escayg A, Heils A, MacDonald BT,<br />

Haug K, Sab<strong>de</strong>r T, Meisler MH. A novel<br />

scn1a mutation associated with<br />

generalized epilepsy with febrile seizures<br />

plus and prevalence of variants in<br />

patients with epilepsy. Am J Hum Genet<br />

2001; 68: 866-873.<br />

68. Catterall WA. Structure and regulation of<br />

voltage-gated Ca2+ channels. Annu Rev<br />

Cell Dev Biol 2000; 16: 521-555.<br />

69. Adams PJ, Snutch TP. Calcium<br />

cannelopathies: voltage-gated calcium<br />

channels. Subcell Biochem 2007; 45:<br />

215-251.<br />

70. Gazulla J, Tintore M. P/Q-type voltage<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nt<br />

calcium channels in<br />

neurological disease. Neurologia 2007;<br />

22: 511-516.<br />

71. Wang H, Kunkel DD, Schwartzkroin PA,<br />

Tempel BL. Localization of K v 1.1. and<br />

K v 1.2, two K channel proteins, to<br />

synaptic terminals, somata, and <strong>de</strong>ndrites<br />

in the mouse brain. J Neurosci 1994; 14:<br />

4588-4599.<br />

72. Cooper EC. Milroy A, Jan YN, Jan LY,<br />

Lowenstein DH. Presynaptic localization<br />

of K v 1.4-cointaining A-type potassium<br />

channels near excitatory synapses in the<br />

hippocampus. J Neurosci 1998; 18: 965-<br />

974.<br />

73. Herranz JL. Canalopatías: un nuevo<br />

concepto en la etiología <strong>de</strong> las epilepsias.<br />

Biol Pedriatr 2002; 42: 20-30.<br />

74. Rogers SW, Andrews I, Gharing LC.<br />

Autoantibodies to glutamate receptor<br />

GluR3 in Rasmussen’s encephalitis.<br />

Science 1994; 265; 648-651.<br />

75. Ito M, Kobayashi K, Fujii T, Okuno T,<br />

Hirose S, Iwata H, Mitsudome A,<br />

Kaneko S. Electoclinical picture of<br />

autosomal dominat nocturnal frontal<br />

epilepsy in a Japanese family. Epliepsia<br />

2000; 41: 52-58.<br />

76. Lopes CI, Scheffer IE, Berkovic SF,<br />

Rousseau M, An<strong>de</strong>rmann E, Rouleau<br />

GA. A new locus for generalized<br />

epilepsy with febrile seizures plus maps<br />

to chromosome 2. A J Human Genet<br />

2000; 66: 698-701.<br />

77. Biel M, Michalakis S. Function and<br />

dysfunction of CNG channels: insights<br />

from channelopathies and mouse mo<strong>de</strong>ls.<br />

Mol Neurobiol 2007; 35: 266-277.<br />

78. Loscher W. Relationship between GABA<br />

concentrations in cerebrospinal fluid and<br />

seizure excitability. J Neurochem 1982;<br />

38: 293-295.<br />

79. Griffith NC, Cunningham AM,<br />

Goldsmith R, Brandler R. Interictal<br />

behavioral alterations and cerebrospinal<br />

fluid amino acid changes in a chronic<br />

seizure mo<strong>de</strong>l of temporal lobe epilepsy.<br />

Epilepsia 1991; 32: 769-777.<br />

80. Nakase H, Tada T, Hashimoto H,<br />

Kurokawa S, Hirabayashi H, Hoshida T,<br />

Sakaki T, Ohnishi H. Experimental study<br />

of the mechanisms of seizure induction:<br />

changes in the concentrations of<br />

excitatory amino acids in the epileptic<br />

focus of the cat amygdale kindling<br />

mo<strong>de</strong>l. Neurol Med Chir 1994; 34: 418-<br />

422.<br />

81. Roettger VR, Goldfinger MD. HPLC-EC<br />

<strong>de</strong>termination of free primary amino acid<br />

concentrations in cat cisternal<br />

cerebrospinal fluid. J Neurosci Methods<br />

1991; 39: 263-270.<br />

82. Po<strong>de</strong>ll M, Hadjiconstantionu M.<br />

Cerebrospinal fluid gamma-aminobutyric<br />

acid and glutamate values in dogs with<br />

epilepsy. Am J Vet Res 1997; 58: 451-<br />

456.<br />

83. Po<strong>de</strong>ll M, Hadjiconstantionu M. Low<br />

concentrations of cerebrospinal fluid<br />

GABA correlate to a reduce response to<br />

Phenobarbital therapy in primary canine<br />

epilepsy. J Vet Intern Med 1999; 13: 89-<br />

94.<br />

84. Knowles K. Idiopathic epilepsy. Clin<br />

Tech Small Anim Prac 1998; 13: 144-<br />

151.<br />

85. Ellenberger C, Mevissen M, Doherr M,<br />

Scholtsik G, Jaggy A. Inhibitory and<br />

excitatory neurotransmitters in the<br />

cerebrospinal fluid of epileptic dogs. Am<br />

J Vet Res 2004; 65: 1108-1113.<br />

102


Epilepsia en cánidos<br />

86. Morita T, Takahashi M, Takeuchi T,<br />

Hikasa Y, Ikeda S, Sawasa M, Sato K,<br />

Shibahara T, Shimada A. Changes in<br />

extracellular neurotransmitters in the<br />

cerebrum of familiar idiopathic epileptic<br />

Shetland Sheepdogs using an<br />

intracerebral microdyalisis technique and<br />

immunohistochemical study for<br />

glutamate metabolis. J Vet Med Sci<br />

2005; 67: 1119-1126.<br />

87. Chen J, Naylor D, Wasterlain C.<br />

Advances in pathophysiology of status<br />

epilepticus. Acta Neurol Scand Suppl<br />

2007; 186: 7-15.<br />

88. Palmer AC. Pathological changes in the<br />

brain associated with fits in dogs. Vet<br />

Rec 1972; 90: 167-172.<br />

89. Palma E, Spinelli G, Torchia G,<br />

Martinez-Torres A, Ragozzino D, Miledi<br />

R, Eusebi F. Abnormal GABAa receptors<br />

from the human epileptic hippocampal<br />

subiculum microtransplanted to Xenopus<br />

oocytes. Proc Natl Acad Sci 2005; 102;<br />

2514-2518.<br />

90. Palma E, Amici M, Sobrero F, Spinelli<br />

G, Di Angelantonio S, Ragozzino D,<br />

Mascia A, Scoppetta C, Esposito V,<br />

Miledi R, Eusebi F. Anomolos levels of<br />

Cl - transporters in the hippocampal<br />

subiculum form temporal lobe epilepsy<br />

patients make GABA excitatory. Proc<br />

Natl Acad Sci 2006; 103: 8465-8468.<br />

91. Cochrane SM. Update on seizures in the<br />

dog and cat. Proc MSAVA Congress.<br />

Sydney, Australia, 2007.<br />

92. Berendt M, Gram L. Epilepsy and seizure<br />

classification in 63 dogs: a reappraisal of<br />

veterinary epilepsy terminology. J Vet Int<br />

Med 1999; 13: 14-20.<br />

93. Po<strong>de</strong>ll M, Fenner WR, Powers JD.<br />

Seizures classification in dogs from a<br />

nonreferral-based population. J Am Vet<br />

Med Assoc 1995; 11: 1721-1728.<br />

94. Holliday TA, Cunningham JG, Gutnick<br />

MJ. Comparative clinical and<br />

electroencephalographic studies of<br />

canine epilepsy. Epilepsia 1970; 11: 281-<br />

292.<br />

95. Koestner A, Rehfeld CE. Idiopathic<br />

epilepsy in a Beagle colony. ANL- 7536.<br />

ANL Rep 1968; 178-179.<br />

96. Bielfelt SW, Redman HC, McCellan<br />

RO.Sire-and-sex-related differences in<br />

rates of epileftiform seizures in a<br />

purebred beagle dog colony. Am J Vet<br />

Res 1971; 32: 2039-2048.<br />

97. Berendt M, Bredal H, Pe<strong>de</strong>rsen LG,<br />

Alban L, Alvin J. A cross-sectional study<br />

of epilepsy in Danish Labrador<br />

Retrievers: prevalence and selected risk<br />

factors. J Vet Int Med 2002; 16: 262-268.<br />

98. Muñana K, Vitek S, Tarver W, Saito M,<br />

Skeen T, Sharp N, Olby NJ, Haglund<br />

MM. Use of vagal nerve stimulation as a<br />

treatment for refractory epilepsy in dog. J<br />

Am Vet Med Assoc 2002; 221; 977-983.<br />

99. Gerard V, Conrack C. I<strong>de</strong>ntifying the<br />

cause of an early onset of seizures in<br />

puppies with epilepsy with epileptic<br />

parents. Vet Med 1991; 86: 1060-1061.<br />

100. Po<strong>de</strong>ll M, Fenner WR. Bromi<strong>de</strong> therapy<br />

in refractory canine idiopathic epilepsy. J<br />

Vet Intern Med 1993; 7: 318-327.<br />

101. Heynold Y, Faissler D, Steffen F, Jaggy<br />

A. Clinical, epi<strong>de</strong>miological and<br />

treatment results of idiopathic epilepsy in<br />

54 Labrador Retrievers: a long study. J<br />

Anim Pract 1997; 38: 7-14.<br />

102. Patterson E, Mickelson J, Da Y, Roberts<br />

M, McVey S, O’Brien D, Johnsons GS,<br />

Armstrong PJ. Clinical characteristics<br />

and inheritance of idiopathic epilepsy in<br />

Vizslas. J Vet Intern Med 2003; 17: 319-<br />

325.<br />

103. Patterson EE, Armstrong J. O’Brien DP,<br />

Roberts MC, Johnson GS, Mickelson JR.<br />

Clinical <strong>de</strong>scription and mo<strong>de</strong> of<br />

inheritance of idiopathic epilepsy in<br />

English Springer Spaniels. J Am Vet<br />

Med Assoc 2005; 226: 54-58.<br />

104. Lohi H, Young E, Fitzmaurice S,<br />

Rusbridge C, Chan E, Vervoot M,<br />

Turnbull Z, Zhao XE, Lanzano L,<br />

Paterson AD, Suffer NB, Ostran<strong>de</strong>r EA,<br />

André C, Shelton GD, Ackerley CA,<br />

Scherer SW, Minassian BA. Expan<strong>de</strong>d<br />

repeat in canine epilepsy. Science 2005;<br />

307: 81.<br />

105. Chandler K. Canine epilepsy. What can<br />

we learn from human seizures disor<strong>de</strong>rs?<br />

Vet J 2006; 172: 207-217.<br />

106. Srenk P, Jaggy A, Gillard C, Basato A,<br />

Horin P. Genetische grundlagen <strong>de</strong>r<br />

idiopathischen epilepsie beim Gol<strong>de</strong>n<br />

Retriever. Tierärtl Prax 1994; 22: 574-<br />

578.<br />

107. Jaggy A, Bernandini M. Idiopathic<br />

epilepsy in 125 dogs: a long-term study.<br />

103


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

Clinical and electroencephalographic<br />

findings. J Samll Anim Prac 1998; 39:<br />

23-29.<br />

108. Famula TR, Oberbauer AM, Brown KN.<br />

Heritability of epileptic seizures in the<br />

Belgian Tervueren. J Small Anim Pract<br />

1997; 38: 349-352.<br />

109. Oberbauer AM, Grossman DI, Irion DN,<br />

Schaffer AL, Eggleston ML, Famula TR.<br />

The genetic of epilepsy in the Belgian<br />

Tervueren and Sheepdog. J Heredity<br />

2003; 94: 57-63.<br />

110. Wallace M. Keeshounds: a genetic study<br />

of epilepsy and EEG readings. J Small<br />

Anim Pract 1975; 16: 1-10.<br />

111. Hall SJ, Wallace ME. Canine epilepsy: a<br />

genetic counseling program for<br />

keeshounds. Vet Rec 1996; 138: 358-<br />

360.<br />

112. Jaggy A, Faissler D, Gaillard C, Srenk P,<br />

Graber H. Genetic aspects of idiopathic<br />

epilepsy in Labrador Retrievers. J Small<br />

Anim Pract 1998; 39: 275-280.<br />

113. Srenk P, Jaggy A. Interictal<br />

electroencephalographic findings in<br />

family of Gol<strong>de</strong>n Retrievers with<br />

idiopathic epilepsy. J Small An Pract<br />

1996; 37: 317-321.<br />

114. Kathmann I, Jaggy A, Busato A, Bartschi<br />

M, Gaillard C. Clinical and genetic<br />

investigation of idiopathic epilepsy in the<br />

Bernese Mountain dog. J Small Anim<br />

Pract 1999; 40: 319-325.<br />

115. Morita T, Shimada A, Takeuchi T,<br />

Hikasa Y, Ohama E.<br />

Cliniconeuropathologic findings of<br />

familial frontal lobe epilepsy in Shetland<br />

Sheepdogs. Can J Vet Res 2002; 66: 35-<br />

41.<br />

116. Casal ML, Manuve RM, Janis AM,<br />

Werner P, Henthorn PS. Epilepsy in Irish<br />

Wolfhounds. J Vet Int Med 2006; 20:<br />

131-135.<br />

117. Jokinen TS, Metsähonkala L,<br />

Bergamasco L, Viitmaa R, Syriä P, Lohi<br />

H, Snellman M, Jeserevics J, Cizinauskas<br />

S. Benign familial juvenile epilepsy in<br />

Lagotto Romagnolo dogs. J Vet Intern<br />

Med 2007; 21: 464-471.<br />

118. Van <strong>de</strong>r Vel<strong>de</strong>n NA. Fits in Tervueren<br />

Shepherd dogs. A presumed hereditary<br />

trait. J Small Anim Prac 1968; 9: 63-70.<br />

119. Famula TR, Oberbauer MA. Reducing<br />

the inci<strong>de</strong>nce of epileptic seizures in the<br />

Belgian Tervueren through selection.<br />

Prev Vet Med 1998; 33: 251-259.<br />

120. Dodman N, Knowles K, Shuster L,<br />

Moon-Fanelli A, Tidweññ A, Keen C.<br />

Behavioral changes associated with<br />

suspected complex parietal seizures in<br />

Bull Terrier. J Am Vet Med Assoc 1996;<br />

208: 688-691.<br />

121. Shell LG. Un<strong>de</strong>rstanding the<br />

fundamentals of seizures. Vet Med 1993;<br />

88: 622-628.<br />

122. Thomas WB. Idiopathic epilepsy in dogs.<br />

Vet Clin North Am Small Anim Pract<br />

2000; 30: 183-206.<br />

123. Berendt M, Gredal H, Alving A.<br />

Characteristic and phenomenology of<br />

epileptic partial seizures in dogs:<br />

similarities with human seizure<br />

semiology. Epilepsy Res 2004; 61: 167-<br />

173.<br />

124. Parent JM. Clinical management of<br />

canine seizures. Vet Clin North Am<br />

Small Anim Pract 1988; 18: 947-963.<br />

125. Licht BG, Licht MH, Harper KM, Lin S,<br />

Curtin JJ, Hyson LL, Willard K. Clinical<br />

presentation of naturally occurring<br />

seizures: similarities to human seizures.<br />

Epilepsy Behav 2003; 3: 460-470.<br />

126. Po<strong>de</strong>ll M. Seizures in dogs. Vet Clin<br />

North Am Small Anim Pract 1996; 4:<br />

779-809.<br />

127. Dodman N, Bronson R, Gliatto J. Tail<br />

chasing in a Bull Terrier. J Am Vet Med<br />

Assoc 1993; 202: 758-760.<br />

128. Bagley RS, Gavin PR. Seizures as a<br />

complication of brain tumors in dogs.<br />

Clin Tech Small An Pract 1998; 13: 179-<br />

184.<br />

129. Mellema LM, Koblik PD, Kortz GD,<br />

LeCouter LA, Chechowitz MA,<br />

Dickinson PJ. Reversible magnetic<br />

resonance imaging abnormalities in dogs<br />

following seizures. Vet Radiol<br />

Ultrasound 1999; 40: 588-595.<br />

130. Bush WW, Barr CS, Darrin EW, Shofer<br />

FS, Vite CH, Steinberg SA Results of<br />

cerebrospinal fluid analysis, neurological<br />

examination findings, and age at the<br />

onset of seizures as predictors for results<br />

of magnetic resonance imaging of the<br />

brain in dogs examined because of<br />

seizures: 115 cases (1992-2000). J Am<br />

Vet Med Assoc 2002; 220: 781-784.<br />

104


Epilepsia en cánidos<br />

131. Holliday TA, Williams DC. Interictal<br />

paroxysmal discharges in the<br />

electroencephalograms of epileptic dogs.<br />

Clin Tech Small An Pract 1998; 13: 132-<br />

143.<br />

132. Berendt M, Hogenhaven H, Flagstad A,<br />

Dam M. Electroencephalography in dogs<br />

with epilepsy: similarities between<br />

human and canine findings. Acta Neurol<br />

Scand 1999; 99: 276-283.<br />

133. Hasegawa D, Fujita M, Nakamura S.<br />

Electrocorticographic and histological<br />

findings in a Shetland Sheepdog with<br />

intractable epilepsy. J Vet Med Sci 2002;<br />

64: 277-279.<br />

134. Pellegrino FC, Sica RE. Canine<br />

electroencephalographic recording<br />

technique: findings in normal and<br />

epileptic dogs. Clin Neurophysiol 2004;<br />

115: 477-487.<br />

135. Frey HH, Göbel W, Löscher W.<br />

Pharmacokinetics of primidone and its<br />

active metabolites in the dog. Arch Int<br />

Pharmacodyn 1979; 242: 14-30.<br />

136. Al-Tahan F, Frey HH. Absorption<br />

kinetics and bioavailability of<br />

phenobarbital after oral administration in<br />

dogs. J Vet Pharmacol Ther 1985; 8;<br />

205-207.<br />

137. Lord L, Po<strong>de</strong>ll M. Owner perception of<br />

the care of long-term Phenobarbitaltreated<br />

epileptic dogs. J Small Anim Prac<br />

1999; 40: 11-15.<br />

138. Frey HH. Anticonvulsant drugs used in<br />

the treatment of epilepsy. Probl Vet Med<br />

1989; 1: 558-577.<br />

139. Bollinger-Schmitz K, Kline K. An<br />

overview of canine idiopathic epilepsy<br />

for the small animal practitioner. Iowa:<br />

Iowa State University Vet 2000; 62: 23-<br />

29.<br />

140. Lösher W, Frey HH. Pharmacokinetics of<br />

diazepam in the dog. Arch Int<br />

Pharmacodyn 1981; 254: 180-195.<br />

141. Jacobs G, Clavert C, Kaufman A.<br />

Neuropenia and thrombocytopenia in<br />

three dogs treated with anticonvulsant. J<br />

Am Vet Med Assoc 1998; 212: 681-684.<br />

142. Dayrell-Hart B, Steinberg SA,<br />

VanWinkle TJ, Farnbach GC.<br />

Hepatotoxicity of Phenobarbital in dogs:<br />

18 cases (1985-1989). J Am Vet Med<br />

Assoc 1991; 199; 1060-1066.<br />

143. Nichols ES, Trepanier LA, Linn K.<br />

Bromi<strong>de</strong> toxicosis secondary to renal<br />

insufficiency in an epileptic dogs. J Am<br />

Vet Med Assoc 1996; 208; 231-233.<br />

144. O’Brien D, Simpson ST, Longshore R,<br />

Kroll RA, Goetze L. Nimodine for<br />

treatment of idiopathic epilepsy in dogs.<br />

J Am Vet Med Assoc 1997; 210: 1298-<br />

1310.<br />

145. Kluger EK, Malik R, Ilkin WJ, Snow D,<br />

Sullivan DR, Govendir M. Serum<br />

triglyceri<strong>de</strong> concentration in dogs with<br />

epilepsy treated with phentobarbital and<br />

phentobarbital and bromi<strong>de</strong>. J Am Vet<br />

Med Assoc 2008; 233: 1270-1277.<br />

146. Trepanier LA. Use of bromi<strong>de</strong> as an<br />

anticonvulsant for dogs with epilepsy. J<br />

Am Vet Med Assoc 1995; 207: 163-166.<br />

147. Sisson A. Medical management of<br />

recurrent seizures in dogs and cats. J Vet<br />

Int Med 1990; 4: 181.<br />

148. Shaw N, Trepainer LA, Center SA,<br />

Garlands S. High dietary chlori<strong>de</strong> content<br />

associated with loss of therapeutic serum<br />

chlori<strong>de</strong> concentrations in a epileptic<br />

dogs. J Am Vet Med Assoc 1996; 208:<br />

234-236.<br />

149. Boothe DM. Anticonvulsant therapy in<br />

small animals. Vet Clin North Am Small<br />

Anim Pract 1998; 28: 411-448.<br />

150. Yohn SE, Wallace MB, Sharp PE.<br />

Bromi<strong>de</strong> toxicosi (bromism) in a dog<br />

treated with potassium bromi<strong>de</strong> for<br />

refractory seizures. J Am Vet Med Assoc<br />

1992; 201: 468-470.<br />

151. Po<strong>de</strong>ll M. Antiepileptic drug therapy.<br />

Clin Tech Small Anim Prac 1998;<br />

13:185-192.<br />

152. Wagner SO, Sams RA, Po<strong>de</strong>ll M.<br />

Chronic phenobarbital therapy reduces<br />

plasma benzodiazepine concentration<br />

after intravenous and rectal<br />

administration of diazepam in the dog. J<br />

Vet Pharmacol Ther 1998; 21: 335-341.<br />

153. Mealey KL, Boothe DM. Bioavailability<br />

of benzodiazepines following rectal<br />

administration of diazepam in dogs. J Vet<br />

Pharmacol Terap 1995; 18: 72-74.<br />

154. Po<strong>de</strong>ll M. The use of diazepam per<br />

rectum at home for the acute<br />

management of cluster seizures in dogs. J<br />

Vet Int Med 1995; 9: 68-74.<br />

105


A M Bouchán-Gaeta et al<br />

155. Po<strong>de</strong>ll M, Smeak D, Lord LK. Diazepam<br />

used to control cluster seizures in dogs. J<br />

Vet Inter Med 1998; 12: 120-121.<br />

156. Platt SR, Ran<strong>de</strong>ll SC, Scott KC,<br />

Chrisman CL, Hill RC, Gronwall RR.<br />

Comparison of plasma benzodiazepine<br />

concentrations following intranasal and<br />

intravenous administration of diazepam<br />

to dogs. Am J Vet Res 2000; 61: 651-<br />

654.<br />

157. Platt SR, Adams L, Garosi C, Abramson<br />

J, Pen<strong>de</strong>rs J, De Stefani A, Matiasek L.<br />

Treatment with gabapectin of 11 dogs<br />

with refractory idiopathic epilepsy. Vet<br />

Rec 2006; 159: 881-884.<br />

158. McGee JH, Erikson DJ, Galbreath C,<br />

Willigan DA, Sofia RD. Acute,<br />

subchronic, and chronic toxicity studies<br />

with felbamate, 2-phenil-1,3-propanediol<br />

dicarbamate. Toxicol Sci 1998; 45: 225-<br />

232.<br />

ABSTRACT<br />

Bouchán-Gaeta AM, Perea-Lugo AL, Escobar-Medina FJ. Epilepsy in the canine. Epilepsy is a brain<br />

disor<strong>de</strong>r caused by abnormal neuronal electric signaling, characterized by the onset of two o more recurrent<br />

seizures manifested as violent muscular contractions or convulsions. In epilepsy, electric signals or action<br />

potentials among neurons are altered. In normal conditions, the action potentials among neurons take place<br />

due to the opening and closing ionic channels. As a result of the opening of sodium channels, Na + ions are<br />

moved from the extracellular fluid into the axoplasm in or<strong>de</strong>r to <strong>de</strong>polarize the cell. Excessive and prolonged<br />

<strong>de</strong>polarizations coinci<strong>de</strong> with the onset of epileptic convulsions. Later, potassium channels are opened and K +<br />

ions are taken out from the cell and the membrane’s normal resting potential is reestablished (repolarization<br />

period), although the two types of ions occupy swapped locations: Na + in the insi<strong>de</strong> and K + in the outsi<strong>de</strong>. The<br />

sodium-potassium pump takes them back to their original locations. In the dog, alterations in the potassium<br />

channels have been found that do not allow for ion exit during the repolarization process, and keep the<br />

membrane <strong>de</strong>polarized, making the consequences mentioned above happen. The terminal portion of the<br />

neurons reaches the muscle to stimulate similar action potentials to those found in neurons. Abnormal neuron<br />

action potentials lead to abnormal muscle action potentials, and therefore, to convulsions. Depending on the<br />

brain disturbances that elicit convulsive crises, they may be classified into various types: general, localized,<br />

idiopathic, symptomatic or asymptomatic. The course of convulsions has been divi<strong>de</strong>d into three phases:<br />

preictal or aural, ictal or convulsive and postictal states. Neurons of both brain hemispheres get involved<br />

during generalized convulsive episo<strong>de</strong>s, which comprise consciousness alterations, and violent bilateral<br />

dynamic manifestations that affect the whole body with tonic (sustained) or clonic (repetitive) muscle<br />

contractions, swim-like movements and tremors. Localized seizures, also known as partial or focal<br />

convulsions, take place due to the compromise of a confined group of neurons that cause restricted body<br />

segments to contract, often without loss of consciousness. Idiopathic epilepsy is a brain cortex functional<br />

disor<strong>de</strong>r, typically related to age, breed and sex. It is characterized by generalized dynamic seizures that<br />

inclu<strong>de</strong> symmetric tonic-clonic recurrent convulsions and loss of consciousness. It is the most common type<br />

of epilepsy in dogs. Symptomatic epilepsy is the result of a structural brain disor<strong>de</strong>r like a tumor,<br />

malformation or inflammation. Asymptomatic epilepsy is probably an alteration with a structural cause, as in<br />

the case of symptomatic epilepsy, but without a known etiology, as it can be seen in cortical dysplasias. The<br />

aura is an event that occurs before convulsive movements start. During this phase, dogs show behavioral<br />

changes such as restlessness, anxiety, hiding, hallucinations, fear, agitation and vocalization. The ictal period<br />

makes up the core of the convulsive episo<strong>de</strong>. It is manifested by involuntary movements and it is<br />

characterized by sud<strong>de</strong>n conscious loss and tonic-clonic activity. On a regular basis, it lasts from 1 to 2<br />

minutes. During the postictal period, the animal may show confusion, anxiety, disorientation, ataxia, lethargy,<br />

somnolence, polydipsia, polyphagia, hyporexia and truly neurological <strong>de</strong>ficiencies as weakness, temporary<br />

blindness, mydriasis and dynamics or sensorial disor<strong>de</strong>rs. Its duration is highly variable. Diagnosis can be<br />

ma<strong>de</strong> based on the patient’s clinical history and on the results obtained through specific diagnostic techniques<br />

like computerized axial tomography and magnetic resonance imaging. Epilepsy may be treated with<br />

phenobarbital, potassium bromi<strong>de</strong> and diazepam. Many questions about this disease remain to be answered;<br />

however, with the available information today, the patient’s quality of life may be increased. <strong>Veterinaria</strong><br />

<strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 89-106<br />

Keywords: Epilepsy, canine, ionic channels<br />

106


CÓLICO EN EQUINOS: FACTORES DE RIESGO Y SUGERENCIAS PARA REDUCIR SU<br />

FRECUENCIA<br />

Martha Viviana Ramírez-Montes, 1 Carlos Fernando Aréchiga-Flores, 1 José Eduardo Tonatiuh Ramos-<br />

Verges, 2 Francisco Javier Escobar-Medina 1<br />

1 Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong>, 2 Clínica<br />

Santo Tomás (México, DF)<br />

E-mail: fescobar@uaz.edu.mx<br />

RESUMEN<br />

Se buscó, recolectó y seleccionó la información sobre los factores <strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong>l cólico en equinos, y con base<br />

en su análisis se realizaron sugerencias para reducir su frecuencia. Los principales factores <strong>de</strong> riesgo son:<br />

alimentación, carga parasitaria, cólico previo, actividad física, características <strong>de</strong> los animales, alojamiento,<br />

época <strong>de</strong>l año, transporte y <strong>de</strong>ntadura. Los caballos alimentados con grano en su dieta incrementan el riesgo a<br />

presentar cólicos. Los granos disminuyen el pH en el colon y modifican la flora intestinal; por consiguiente<br />

favorecen la producción <strong>de</strong> enterotoxinas y su absorción. A<strong>de</strong>más, reducen el contenido <strong>de</strong> agua en la ingesta<br />

e incrementan la producción <strong>de</strong> gas. El riesgo <strong>de</strong> cólico también se incrementa con alteraciones en la cantidad<br />

<strong>de</strong> alimento y horarios <strong>de</strong> alimentación. Estos factores también conducen al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> úlceras y por<br />

consiguiente a la presencia <strong>de</strong> cólicos por esta vía. Strongylus vulgaris, Parascaris equorum y Anaplocephala<br />

perfolata son los parásitos más frecuentes relacionados con el cólico en equinos. Después <strong>de</strong> la presentación<br />

<strong>de</strong>l cólico se registra elevado riesgo <strong>de</strong> manifestar futuros episodios <strong>de</strong> cólico. También los cambios en la<br />

actividad física <strong>de</strong> los caballos conllevan a su presencia. Los caballos <strong>de</strong> todas las razas son susceptibles a<br />

presentar cólicos; sin embargo, se ha encontrado mayor inci<strong>de</strong>ncia en caballos Árabes y Pura Sangre Inglés.<br />

También parece relacionarse con la edad <strong>de</strong> los animales, el riesgo se incrementa en caballos <strong>de</strong> 2 a 8 años <strong>de</strong><br />

edad. Los alojamientos reducidos se asocian con el incremento <strong>de</strong>l riesgo a la presencia <strong>de</strong> cólicos, caballos<br />

mantenidos en pastoreo durante todo el año son menos propensos que animales alojados en confinamiento. El<br />

transporte durante períodos prolongados y la mala <strong>de</strong>ntadura parecen influir en su presencia. Por lo tanto, para<br />

prevenirlo es importante revisar la calidad <strong>de</strong> la dieta, así como la frecuencia y cambios <strong>de</strong> alimentación. En<br />

las explotaciones con elevado riesgo <strong>de</strong> cólicos se <strong>de</strong>be controlar constantemente la carga parasitaria, el<br />

contenido <strong>de</strong> concentrados en la dieta, provisión a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> agua, eliminar los cambios drásticos en<br />

alimentación y evitar el confinamiento <strong>de</strong> los animales.<br />

Palabras clave: cólico equino, factores <strong>de</strong> riesgo, reducción <strong>de</strong> la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólico<br />

<strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 107-120<br />

Los cólicos pue<strong>de</strong>n afectar a caballos <strong>de</strong><br />

INTRODUCCIÓN<br />

10.6, por 100 caballos años. 3,5-7 cólico previo, actividad física, características <strong>de</strong><br />

todas las razas, algunos estudios sugieren un<br />

El cólico se ha <strong>de</strong>finido <strong>de</strong> varias maneras. Para incremento en la inci<strong>de</strong>ncia en caballos Árabes 2 y<br />

Proudman y Eduards 1 son las enfermeda<strong>de</strong>s Pura Sangre. 6<br />

intestinales; Cohen et al. 2 y Tinker et al., 3 el<br />

Los cólicos también parecen relacionarse<br />

síndrome con dolor asociado a enfermeda<strong>de</strong>s<br />

abdominales; Reeves et al. 4 dolor abdominal <strong>de</strong><br />

con la edad <strong>de</strong> los animales. Potrillos menores a 2<br />

años <strong>de</strong> edad y caballos mayores a 10 años<br />

origen digestivo, y Kaneene et al. 5 como la presentan menor riesgo <strong>de</strong> cólicos simples. 8 El<br />

distensión <strong>de</strong>l estómago e intestino. El cólico es la riesgo se incrementa en animales <strong>de</strong> edad<br />

manifestación clínica <strong>de</strong> gran cantidad <strong>de</strong> intermedia.<br />

enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

Existen otros factores que podrían incidir<br />

Según los datos <strong>de</strong> la literatura, la<br />

inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólico en los caballos, varía <strong>de</strong> 3.3 a<br />

en el riesgo a la presentación <strong>de</strong> cólicos en<br />

equinos como alimentación, carga parasitaria,


M V Ramírez-Montes et al.<br />

los animales, alojamiento, época <strong>de</strong>l año,<br />

transporte y <strong>de</strong>ntadura.<br />

Bajo condiciones normales, la mortalidad<br />

se ha <strong>de</strong>terminado <strong>de</strong> 0.45 a 0.83 por 100 caballos<br />

años. La ruptura estomacal, estrangulación<br />

obstructiva y enteritis se han encontrado como las<br />

causas predominantes <strong>de</strong> muerte. 3,9,10<br />

Con base en lo anterior, es frecuente el<br />

riesgo <strong>de</strong> cólico en los equinos. Por lo tanto,<br />

constituye un campo importante para la práctica<br />

profesional <strong>de</strong>l Médico Veterinario Zootecnista;<br />

sobre todo por tratarse <strong>de</strong> un problema con<br />

múltiples agentes causales y por consiguiente<br />

diferentes tratamientos para resolver el problema.<br />

En el presente trabajo se discuten en<br />

forma sucinta los principales factores <strong>de</strong> riesgo<br />

asociados al cólico en equinos, como son:<br />

alimentación, carga parasitaria, cólico previo,<br />

actividad física, características <strong>de</strong> los animales,<br />

alojamiento, época <strong>de</strong>l año, transporte y<br />

<strong>de</strong>ntadura. También se presentan sugerencias para<br />

evitar el cólico en estos animales. No se abordan<br />

otras partes <strong>de</strong>l problema, don<strong>de</strong> también se<br />

dispone <strong>de</strong> gran cantidad <strong>de</strong> información, como<br />

reseña, historia, inspección, examen clínico <strong>de</strong>l<br />

paciente, diagnóstico y tratamientos <strong>de</strong>bido a que<br />

Arteaga-Silva 11 lo abordo previamente.<br />

El propósito <strong>de</strong>l presente trabajo fue<br />

recolectar, revisar y analizar la información más<br />

relevante en factores <strong>de</strong> riesgo en cólico <strong>de</strong><br />

equinos y establecer sugerencias para reducir su<br />

frecuencia<br />

FACTORES DE RIESGO<br />

La inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólico en los caballos, varía <strong>de</strong><br />

3.3 a 10.6, por 100 caballos años. 3,5-7 La<br />

información se presenta en la Figura 1. La<br />

variación se <strong>de</strong>be, sin duda, a las diferentes<br />

condiciones establecidas para los animales.<br />

Los factores <strong>de</strong> riesgo relacionados con<br />

su presentación son: alimentación, carga<br />

parasitaria, cólico previo, actividad física,<br />

características <strong>de</strong> los animales, alojamiento, época<br />

<strong>de</strong>l año, transporte y <strong>de</strong>ntadura, entre otros.<br />

12<br />

Figura 1. Proporción <strong>de</strong> inci<strong>de</strong>ncia y mortalidad en 100 caballos/año por cólico<br />

Cólicos por 100 caballos año<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

Tinker et al.(8) Hillyer et al.(7) Traub-Dargatz et al.(6) Kaneene et al.(5)<br />

Estudios <strong>de</strong> cohorte<br />

Inci<strong>de</strong>ncia<br />

Mortalidad<br />

108


Cólico en equinos<br />

ALIMENTACIÓN<br />

La dieta se ha relacionado con la<br />

presencia <strong>de</strong> cólico en los equinos. El concentrado<br />

preparado con maíz entero se relaciona con su<br />

manifestación, 8,12 su consumo incrementó 3.4% <strong>de</strong><br />

riesgo por Kilogramo ingerido en un estudio casocontrol<br />

realizado con 812 animales. 13 Tinker et<br />

al. 8 examinaron prospectivamente el riesgo <strong>de</strong><br />

cólico en 31 caballos granja durante un año; e<br />

i<strong>de</strong>ntificaron como factores <strong>de</strong> riesgo el cambio <strong>de</strong><br />

alimentación a concentrado (razón <strong>de</strong> momios =<br />

3.6 con relación a los animales sin cólico) y<br />

alimentación con elevados niveles <strong>de</strong> concentrado<br />

(2.5 – 5 Kg/día, razón <strong>de</strong> momios = 4.8, y >5<br />

Kg/día, razón <strong>de</strong> momios = 6.3, con relación a los<br />

animales alimentados sin concentrado). El <strong>de</strong>talle<br />

<strong>de</strong> esta información se presenta en la Figura 2.<br />

7<br />

Figura 2. Razón <strong>de</strong> momios <strong>de</strong>l riesgo para cólico en caballos alimentados<br />

con diferente cantidad <strong>de</strong> concentrado. Los valores entre 2.5-5 Kg y >5Kg<br />

fueron diferentes (P


M V Ramírez-Montes et al.<br />

Alteraciones en la calidad <strong>de</strong>l alimento<br />

también influyen en la presencia <strong>de</strong> cólico en<br />

equinos. El heno <strong>de</strong> pasto Bermuda <strong>de</strong> mala<br />

calidad se relaciona con atonía <strong>de</strong>l íleon, con la<br />

subsiguiente presencia <strong>de</strong> cólico. 23 En un estudio<br />

realizado con 1030 casos y 1030 control, los<br />

cuales se alimentaron con cambios <strong>de</strong> heno, el<br />

riesgo para la presentación <strong>de</strong> cólico se multiplicó<br />

por 9.8. 12 Alimentación exclusivamente con<br />

forraje disminuye su manifestación. 8,12 De hecho,<br />

el riesgo para manifestar cólico se reduce en los<br />

animales con acceso a pastoreo y estanques. 12,24<br />

El riesgo <strong>de</strong> cólico también se incrementa<br />

con alteraciones en la cantidad <strong>de</strong> alimento y<br />

horarios <strong>de</strong> alimentación. 2,4,12,25<br />

Ausencia <strong>de</strong> abreva<strong>de</strong>ros constituye otro<br />

factor <strong>de</strong> riesgo para cólicos, 12 por acceso limitado<br />

al agua, 13 su baja temperatura o ausencia en el<br />

invierno. 5 Los factores antes citados también<br />

participan para la presencia <strong>de</strong> cólico <strong>de</strong>bido al<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> úlceras. Las cuales se pue<strong>de</strong>n<br />

presentar en la parte distal <strong>de</strong>l esófago, parte<br />

glandular y no glandular <strong>de</strong>l estómago y duo<strong>de</strong>no<br />

proximal. 26 Las úlceras gástricas se localizan con<br />

mayor frecuencia en la parte proximal <strong>de</strong>l<br />

estómago (80%), pared compuesta por epitelio<br />

escamoso no glandular; en la parte distal sólo se<br />

ha encontrado el 20%. 27 La prolongada exposición<br />

<strong>de</strong> la pared estomacal es el factor primario para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> las úlceras. 28<br />

Los caballos alimentados con forraje<br />

muestran menor prevalencia <strong>de</strong> úlceras. 29 <strong>de</strong>bido a<br />

la mayor producción <strong>de</strong> saliva. Con el consumo <strong>de</strong><br />

heno o forraje fresco se producen 400 – 480 g <strong>de</strong><br />

saliva por 100 g <strong>de</strong> materia seca consumida; en<br />

comparación con 206g/100 g <strong>de</strong> materia seca con<br />

el consumo <strong>de</strong> granos. Por lo tanto, la secreción<br />

salival con el consumo <strong>de</strong> heno es el doble que la<br />

producida con dietas a base <strong>de</strong> granos, <strong>de</strong>bido en<br />

parte al prolongado período <strong>de</strong> masticación<br />

necesario para la ingestión <strong>de</strong> forraje. 30 La saliva<br />

ejerce función buffer en el contenido ácido<br />

estomacal y por consiguiente, su menor<br />

producción, como suce<strong>de</strong> en los animales<br />

alimentados con granos, favorece el daño a la<br />

pared gástrica. A esto se <strong>de</strong>be su mayor frecuencia<br />

en la parte no glandular <strong>de</strong>l estómago, no posee<br />

mucosa y no secreta bicarbonato. 28 Las dietas a<br />

base <strong>de</strong> concentrados son ricas en carbohidratos<br />

hidrolizables, las bacterias los fermentan para la<br />

producción <strong>de</strong> ácidos grasos volátiles, los cuales,<br />

particularmente el ácido butírico, en el medio<br />

ácido <strong>de</strong>l estómago (pH ≥4) provoca daños en la<br />

parte escamosa no glandular. 31,32<br />

Alimentación intermitente también se ha<br />

relacionado con la causa y el incremento <strong>de</strong><br />

úlceras gástricas, particularmente en la parte<br />

proximal, no glandular <strong>de</strong>l estómago. 33,34 Los<br />

caballos secretan ácido continuamente, en forma<br />

in<strong>de</strong>pendiente a los períodos <strong>de</strong> alimentación,<br />

incluso en el ayuno. El pH <strong>de</strong>l fluido gástrico en<br />

caballos en ayuno se ha encontrado <strong>de</strong> 2.0 ó<br />

menos. 35 Los animales alimentados a voluntad<br />

durante 24 horas presentan pH más elevado que<br />

los mantenidos en ayunas, 36 lo cual se <strong>de</strong>be al<br />

estímulo <strong>de</strong>l forraje sobre la producción <strong>de</strong> saliva.<br />

El tipo <strong>de</strong> alimentación también se ha<br />

relacionado con la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> úlceras, <strong>de</strong>bido su<br />

impacto sobre la neutralización <strong>de</strong>l medio ácido.<br />

Na<strong>de</strong>au et al. 29 estudiaron la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> úlceras<br />

en 6 caballos provistos <strong>de</strong> cánulas gástricas y<br />

alimentados con heno <strong>de</strong> alfalfa y concentrado o<br />

heno <strong>de</strong> pasto bromeo sin grano adicional. Los<br />

animales alimentados con alfalfa y concentrado<br />

presentaron pH más elevado en su fluido gástrico<br />

y redujeron el número y severidad <strong>de</strong> ulceraciones<br />

en el epitelio escamoso no glandular en<br />

comparación con los caballos alimentados con<br />

heno <strong>de</strong> pasto bromeo. En este trabajo no se<br />

<strong>de</strong>terminó la producción <strong>de</strong> saliva pero se sugirió<br />

que la capacidad buffer <strong>de</strong>l heno <strong>de</strong> alfalfa y/o<br />

concentrado fue mayor que el heno <strong>de</strong> pasto.<br />

Resultados similares obtuvieron Lybbert et al. 37<br />

en un estudio realizado con caballos mantenidos<br />

con alimentación a base <strong>de</strong> henos <strong>de</strong> pasto<br />

Bermuda y alfalfa; en ambos grupos la dieta se<br />

complementó con la misma cantidad <strong>de</strong><br />

concentrado y se sometieron a similares regímenes<br />

<strong>de</strong> ejercicio. La severidad <strong>de</strong> las úlceras se realizó<br />

por medio <strong>de</strong> endoscopías gástricas. Los animales<br />

mantenidos con heno <strong>de</strong> pasto Bermuda<br />

presentaron úlceras más severas que los caballos<br />

alimentados con alfalfa, lo cual comprueba el<br />

mayor efecto buffer <strong>de</strong>l heno <strong>de</strong> alfalfa.<br />

Con base en lo anterior, las úlceras se<br />

pue<strong>de</strong>n tratar con neutralizadores <strong>de</strong> la producción<br />

<strong>de</strong> ácidos e inhibidores <strong>de</strong> secreción acida<br />

gástrica. La estrategia más a<strong>de</strong>cuada para<br />

neutralizar el medio ácido <strong>de</strong>l estómago y proteger<br />

la mucosa <strong>de</strong> su efecto, es incrementar la<br />

producción <strong>de</strong> saliva para aprovechar su efecto<br />

buffer; lo cual se logra fácilmente con el cambio<br />

<strong>de</strong> alimentación: dietas a base <strong>de</strong> forrajes y menor<br />

nivel <strong>de</strong> concentrados.<br />

Las úlceras gástricas en caballos también<br />

se han tratado con inhibidores <strong>de</strong> la secreción<br />

110


Cólico en equinos<br />

acida gástrica como antagonistas <strong>de</strong> histamina tipo<br />

2 e inhibidores <strong>de</strong> H+/K+ ATPasa, entre otros<br />

tratamientos.<br />

Los inhibidores <strong>de</strong> la secreción gástrica,<br />

como cimetidina 38-40 y ranitidina, 41,42 compiten<br />

con la histamina por los receptores en las células<br />

parietales y por consiguiente bloquean el efecto<br />

estimulatorio <strong>de</strong> la histamina sobre la secreción <strong>de</strong><br />

ácidos gástricos.<br />

Los inhibidores <strong>de</strong> H + /K + ATPasa, como<br />

omeprazole, bloquean directamente la bomba <strong>de</strong><br />

protones por medio <strong>de</strong> la substitución <strong>de</strong><br />

benzimidazoles, 43-50 son muy eficientes para<br />

inhibir la secreción ácida gástrica en caballos 51-57<br />

y la presentación en pasta es segura, fácil <strong>de</strong><br />

administrar y aceptable. 50,58<br />

CARGA PARASITARIA<br />

Strongylus vulgaris, Parascaris equorum<br />

y Anaplocephala perfolata son los parásitos más<br />

frecuentes relacionados con el cólico en equinos. 59<br />

Los estróngilos se asocian con el riesgo<br />

<strong>de</strong> cólico <strong>de</strong>bido a sus múltiples acciones:<br />

obstructivas, traumáticas e irritación, entre otras. 60<br />

Presentan ciclo directo, los parásitos adultos viven<br />

en el intestino grueso (colon) y el ciego; eliminan<br />

sus huevecillos a través <strong>de</strong> las heces. Los animales<br />

se infestan por medio <strong>de</strong> alimentos contaminados,<br />

y las larvas inmaduras migran en la circulación<br />

sanguínea a diferentes partes <strong>de</strong>l organismo. Las<br />

larvas <strong>de</strong> estróngilos alteran la motilidad <strong>de</strong>l<br />

intestino <strong>de</strong>lgado y durante su permanencia en los<br />

vasos sanguíneos pue<strong>de</strong>n obstruir la circulación y<br />

provocar trombosis, 61 particularmente en la arteria<br />

mesentérica craneal 60,62 y aorta adyacente. 60,63 En<br />

trabajos realizados con ingestión <strong>de</strong>l estado L3,<br />

por métodos experimentales, 63 el parásito se<br />

transforma en L4 en la submucosa <strong>de</strong>l íleon, ciego<br />

y colon ventral. 60 Posteriormente, migra a las<br />

arterias ileocecales y mesentéricas craneales<br />

don<strong>de</strong> provoca daños vasculares; 60 trombosis<br />

severas se han observado en la arteria mesentérica<br />

craneal, 25 días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la infestación<br />

experimental, 60,63 con manifestación <strong>de</strong> cólico en<br />

potros infestados experimentalmente <strong>de</strong> 2 semanas<br />

<strong>de</strong> edad, 60 y con infestación natural en animales <strong>de</strong><br />

2 meses <strong>de</strong> edad. 64 En esta parte <strong>de</strong> la circulación<br />

sanguínea, el parásito muda al estado L5; regresa<br />

a las arteriolas <strong>de</strong> la submucosa <strong>de</strong>l colon mayor y<br />

finalmente migra al lumen intestinal para<br />

madurar. 60,63<br />

El riesgo e inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólicos se ha<br />

reducido por medio <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> estróngilos con<br />

estrategias a<strong>de</strong>cuadas. 65-67 Desparasitación <strong>de</strong><br />

yeguas algunos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto y potrillos<br />

<strong>de</strong> 6 a 8 meses <strong>de</strong> edad; así como manejo <strong>de</strong> la<br />

pastura para impedir el ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>l<br />

parásito. 68-70 Exámenes coproparasitológicos para<br />

supervisar cargas parasitarias en los animales, así<br />

como la utilización <strong>de</strong> productos que reduzcan a<br />


M V Ramírez-Montes et al.<br />

obstrucción en los animales <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> anestesias<br />

generales. 90,91<br />

Los episodios <strong>de</strong> cólico se manifiestan en<br />

2 a 3 meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> las intervenciones<br />

quirúrgicas; posteriormente, la inci<strong>de</strong>ncia<br />

disminuye al valor similar que los compañeros sin<br />

cirugías. 2 Lo mismo suce<strong>de</strong> en los animales con<br />

obstrucción <strong>de</strong> colon, presentan elevado riesgo <strong>de</strong><br />

repetir episodios <strong>de</strong> cólico. 92 La motilidad<br />

intestinal se pue<strong>de</strong> alterar por la disminución en el<br />

número <strong>de</strong> neuronas en el plexo mientérico <strong>de</strong> la<br />

flexura pélvica y región dorsal <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l colon<br />

en caballos con obstrucción crónica <strong>de</strong>l colon, con<br />

el subsiguiente incremento en la predisposición a<br />

futuras obstrucciones. 90 En la mortalidad no se<br />

han encontrado diferencias estadísticamente<br />

significativas, la proporción entre los animales sin<br />

y con previa cirugía abdominal fue <strong>de</strong> 12% y 17%,<br />

respectivamente. 88<br />

Los tratamientos médicos también<br />

incrementan el riesgo al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> cólico<br />

<strong>de</strong>bido al estrés, particularmente en los<br />

tratamientos que actúan sobre la motilidad<br />

intestinal. 5,25<br />

ACTIVIDAD FÍSICA<br />

Según los estudios realizados por<br />

Dabareiner y White, 92 los cambios en la actividad<br />

física <strong>de</strong> los caballos conllevan a la presencia <strong>de</strong><br />

cólicos. La disminución aguda <strong>de</strong>l ejercicio o<br />

cambios a la inactividad, como suce<strong>de</strong> en los<br />

animales confinados por lesiones o <strong>de</strong>spués<br />

practicarles cirugías. Con frecuencia, en estos<br />

casos, los caballos manifiestan obstrucción <strong>de</strong>l<br />

ciego y <strong>de</strong>l colon mayor. 92<br />

Los caballos <strong>de</strong> carreras y caballos<br />

utilizados en cabalgatas <strong>de</strong> resistencia presentan<br />

incremento <strong>de</strong>l riesgo a úlceras y cólicos<br />

relacionados con alteraciones en la función <strong>de</strong>l<br />

intestino posterior. 3,7,8,12,93-97 En estos animales, la<br />

prevalencia <strong>de</strong> úlceras gástricas es muy<br />

elevada, 95,96,98-102 hasta <strong>de</strong>l 100% en animales en<br />

períodos <strong>de</strong> competencia y 91% durante los<br />

entrenamientos. 99 Lo mismo suce<strong>de</strong> con los<br />

caballos sometidos a elevada actividad física,<br />

como los <strong>de</strong>dicados a espectáculos. 103<br />

En los equinos, el ejercicio excesivo se<br />

relaciona con su alimentación, <strong>de</strong>bido a los<br />

elevados requerimientos <strong>de</strong> energía para realizar<br />

sus funciones. Por lo tanto, se alimentan con<br />

piensos <strong>de</strong> mayor <strong>de</strong>nsidad energética<br />

especialmente concentrados ricos en almidón y<br />

azúcar (carbohidratos no estructurales, por<br />

ejemplo granos <strong>de</strong> cereal), por lo cual disminuyen<br />

el consumo <strong>de</strong> forraje. Los caballos <strong>de</strong> carreras <strong>de</strong><br />

450 y 550 Kg <strong>de</strong> peso generalmente se alimentan<br />

con 3 – 6 Kg <strong>de</strong> concentrado por día, y algunos<br />

>8Kg/día. 104-106 Esta alimentación con elevado<br />

contenido <strong>de</strong> grano en los caballos, y/o baja<br />

proporción forraje: concentrado (por ejemplo 30:<br />

70), se ha relacionado los citados problemas<br />

gastrointestinales.<br />

CARACTERÍSTICAS DE LOS ANIMALES<br />

Los caballos <strong>de</strong> todas las razas son<br />

susceptibles a presentar cólicos; sin embargo, se<br />

ha encontrado mayor inci<strong>de</strong>ncia en caballos<br />

Árabes 2,8,12,89 y Pura Sangre Inglés; 6 esto se podría<br />

<strong>de</strong>ber al manejo particular <strong>de</strong> cada raza.<br />

Enterolitiasis es más frecuente en los caballos<br />

Árabes o en las razas miniaturas. 107 Según los<br />

estudios realizados por Tinker et al. 8 caballos Pura<br />

Sangre Inglés son más propensos a manifestar la<br />

enfermedad.<br />

Animales jóvenes (10 años) aparentemente muestran menos<br />

riesgos <strong>de</strong> cólicos simples; el riesgo se incrementa<br />

en los caballos <strong>de</strong> 2 a 8 años <strong>de</strong> edad. 8 Sin<br />

embargo, en otro estudio el riesgo se incrementó<br />

en caballos mayores a 10 años en comparación<br />

con los animales <strong>de</strong> 1 a 5 años <strong>de</strong> edad. 12 La<br />

diferencia entre los trabajos citados<br />

probablemente se <strong>de</strong>ba a interacción con otros<br />

factores: nivel <strong>de</strong> actividad y tipo <strong>de</strong> alimentación,<br />

como se discute en otra parte <strong>de</strong>l presente trabajo.<br />

El tipo <strong>de</strong> cólico se relaciona con la edad <strong>de</strong>l<br />

animal. 2,4,25 Los potrillos recién <strong>de</strong>stetados y <strong>de</strong> un<br />

año <strong>de</strong> edad presentan mayor susceptibilidad a<br />

intususcepción ileocecal. 108 Obstrucciones<br />

intestinales por enterolitos 109 y lipomas<br />

estrangulantes 108 son frecuentes en caballos<br />

mayores a 11 años <strong>de</strong> edad; por estas causas, los<br />

cólicos en animales adultos se resuelven<br />

frecuentemente con cirugía. 108<br />

En algunos caballos presentan mayor<br />

diámetro <strong>de</strong>l anillo inguinal, por consiguiente<br />

incrementan la inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> hernias, y el cólico<br />

se manifiesta en estos animales. 110<br />

El género pue<strong>de</strong> participar en el riesgo a<br />

enfermeda<strong>de</strong>s como hernia inguinal en sementales<br />

y <strong>de</strong>splazamiento/vólvulos en yeguas<br />

periparturientas. Los machos (castrados y<br />

sementales) y <strong>de</strong> edad avanzada parecen tener más<br />

riesgo <strong>de</strong> entrampamiento <strong>de</strong>l intestino <strong>de</strong>lgado en<br />

el foramen epiplóico. El cólico simple parece<br />

afectar <strong>de</strong> igual manera a machos y hembras, lo<br />

112


Cólico en equinos<br />

cual probablemente se relacione con el manejo o<br />

las activida<strong>de</strong>s. 2,4,12,25 En algunos estudios se ha<br />

encontrado mayor frecuencia <strong>de</strong> cólico en los<br />

sementales que en los machos castrados 5 y en otro<br />

los resultados fueron opuestos, los castrados<br />

fueron más susceptibles. 88<br />

La estatura 111 y temperamento,<br />

particularmente la irritabilidad y<br />

excitabilidad, 13,112 se han relacionado con aumento<br />

<strong>de</strong>l riesgo a entrampamiento <strong>de</strong>l foramen<br />

epiplóico, con la subsiguiente presentación <strong>de</strong><br />

cólico. Caballos muy nerviosos no se <strong>de</strong>ben<br />

alimentar al mismo tiempo que los compañeros<br />

para reducir el riesgo.<br />

Las yeguas presentan incremento <strong>de</strong>l<br />

riesgo a <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong>l colon o vólvolo<br />

durante la parte final <strong>de</strong> la gestación y durante la<br />

lactancia, particularmente <strong>de</strong>l día 60 al 150<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto, con la subsiguiente<br />

manifestación <strong>de</strong> cólico; esto se <strong>de</strong>be<br />

probablemente a la concentración sérica <strong>de</strong> calcio<br />

y alteraciones en la dieta <strong>de</strong> la madre, como<br />

incremento <strong>de</strong> energía para preservar la<br />

producción <strong>de</strong> leche. 8 El tratamiento <strong>de</strong>l cólico<br />

conduce al aborto 3.5 veces más con medios<br />

quirúrgicos que médicos; tiempo prolongado <strong>de</strong><br />

anestesia e hipotensión durante la operación<br />

fueron los factores <strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong> mayor<br />

inci<strong>de</strong>ncia. 113<br />

El estrés <strong>de</strong> los animales durante su<br />

transporte pue<strong>de</strong> influir en la presencia <strong>de</strong> cólicos<br />

a través <strong>de</strong> la ulceración <strong>de</strong>l estómago. 114<br />

Infecciones gastointestinales con<br />

presencia <strong>de</strong> fiebre provocan cólicos. 8<br />

ALOJAMIENTO<br />

Los alojamientos reducidos se asocian<br />

con el incremento <strong>de</strong>l riesgo a la presencia <strong>de</strong><br />

cólicos, caballos mantenidos en pastoreo durante<br />

todo el año son menos propensos que animales<br />

alojados en confinamiento. 12 El encierro genera<br />

estrés y aburrimiento, lo cual pue<strong>de</strong> incrementar el<br />

riesgo a cólicos crónicos. 5,19 Estos animales<br />

presentan por lo general obstrucción <strong>de</strong>l colon,<br />

entrampamiento <strong>de</strong>l intestino <strong>de</strong>lgado en el<br />

foramen epiplóico. El acto <strong>de</strong> aerofagia establece<br />

presión negativa en el abdomen lo cuan conduce a<br />

movimientos intestinales en el espacio potencial<br />

<strong>de</strong>l reducido saco omental. 111,115<br />

Los cambios <strong>de</strong> alojamiento también<br />

predisponen al cólico, 2,8,12,116 con frecuencia se<br />

asocian a modificaciones <strong>de</strong> la dieta 12 y cambios<br />

en la actividad, 2,12 factores anteriormente<br />

señalados como causas <strong>de</strong> cólico.<br />

ÉPOCA DEL AÑO<br />

La temporada <strong>de</strong>l año podría influir sobre<br />

la manifestación <strong>de</strong> cólico en los caballos. Tinker<br />

et al. 3 encontraron mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólicos<br />

durante diciembre, marzo y agosto; y Cohen et<br />

al. 12 lo relacionaron con el clima, el riesgo a la<br />

presencia <strong>de</strong> cólico se incrementó en los animales<br />

previamente expuestos a cambios climáticos.<br />

TRANSPORTE<br />

El transporte incrementa el riesgo al<br />

cólico, particularmente durante períodos largos<br />

con alimentación a base <strong>de</strong> granos y mantenidos<br />

en espacios reducidos. 8,24,117<br />

DENTADURA<br />

Una mala <strong>de</strong>ntadura predispone a<br />

obstrucción y distensión simple <strong>de</strong> colon con la<br />

subsiguiente manifestación <strong>de</strong> cólico por mala<br />

masticación <strong>de</strong> alimentos. 24<br />

SUGERENCIAS PARA REDUCIR LA<br />

FRECUENCIA DE CÓLICOS<br />

Con base en la información analizada, en la<br />

prevención <strong>de</strong>l cólico se <strong>de</strong>berían tomar en cuenta<br />

los factores <strong>de</strong> riesgo anteriormente discutidos.<br />

En la dieta, revisar el contenido <strong>de</strong><br />

carbohidratos solubles y ofrecer la cantidad <strong>de</strong><br />

concentrado a<strong>de</strong>cuada para mantener la condición<br />

corporal en los animales, sobre todo en los lugares<br />

con elevada inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> cólicos.<br />

La frecuencia <strong>de</strong> alimentación también es<br />

un factor importante a consi<strong>de</strong>rar, simular un<br />

sistema cercano al comportamiento <strong>de</strong>l animal en<br />

pastoreo es lo más a<strong>de</strong>cuado. Sin embargo, no<br />

siempre se pue<strong>de</strong> lograr en la práctica, pero es<br />

posible mantener los caballos bajo un patrón <strong>de</strong><br />

alimentación constante y a base <strong>de</strong> forraje.<br />

Alimentación continua reduce aci<strong>de</strong>z gástrica y<br />

por consiguiente minimiza el riesgo a la presencia<br />

<strong>de</strong> cólico. Los cambios en la dieta <strong>de</strong>ben ser<br />

graduales, no llevarlos a cabo en forma drástica;<br />

realizar mezclas <strong>de</strong>l forraje anterior y nuevo<br />

durante un período <strong>de</strong> transición. Con base en el<br />

incremento <strong>de</strong>l riesgo a cólico en animales con<br />

cambio <strong>de</strong> heno ó grano <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 2<br />

semanas, 24,118 la duración <strong>de</strong>l período <strong>de</strong> transición<br />

113


M V Ramírez-Montes et al.<br />

<strong>de</strong>bería ser 1 semana, por lo menos, con<br />

incremento gradual en la proporción <strong>de</strong>l nuevo<br />

forraje; a<strong>de</strong>más, ofrecer cantida<strong>de</strong>s conservadoras<br />

<strong>de</strong> concentrado en la dieta o llevar a cabo cambios<br />

ligeros en el tipo <strong>de</strong> grano y concentrado. El<br />

incremento repentino <strong>de</strong>l grano (por ejemplo,<br />

almidón) en la ración, una porción <strong>de</strong>l almidón<br />

pasa al ciego sin digerir, don<strong>de</strong> experimenta<br />

rápida fermentación con producción elevada <strong>de</strong><br />

lactato y gas, así como disminución <strong>de</strong>l pH en el<br />

14, 119, 120<br />

ciego.<br />

La calidad <strong>de</strong>l forraje es otro elemento<br />

importante <strong>de</strong> tomar en cuenta. Se <strong>de</strong>be ofrecer <strong>de</strong><br />

buena calidad y palatable pare evitar el consumo<br />

<strong>de</strong> paja utilizada para cama. El animal difícilmente<br />

<strong>de</strong>grada en el intestino grueso la fibra altamente<br />

lignificada (paja), su ingestión conduce al<br />

incremento <strong>de</strong>l riesgo <strong>de</strong> cólicos por impacción.<br />

En las explotaciones con elevado riesgo<br />

<strong>de</strong> cólicos es importante controlar constantemente<br />

la carga parasitaria, el contenido <strong>de</strong> concentrados<br />

en la dieta, provisión a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> agua, eliminar<br />

los cambios drásticos en alimentación y evitar el<br />

confinamiento <strong>de</strong> los animales.<br />

Revisar varias veces al año, mediante<br />

conteo <strong>de</strong> huevecillos en heces, la carga<br />

parasitaria, y aumentar su frecuencia en los casos<br />

<strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> animales <strong>de</strong>ntro y fuera <strong>de</strong> las<br />

instalaciones. Desparasitar los animales a<br />

intervalos y productos a<strong>de</strong>cuados para evitar<br />

cargas parasitarias elevadas. Algunos parásitos<br />

crean resistencia a los vermífugos. 121-124 y se<br />

dispone <strong>de</strong> técnicas para <strong>de</strong>terminarla. 125,126<br />

El ejercicio <strong>de</strong>bería realizarse en forma<br />

regular y en períodos constantes; revisar<br />

frecuentemente los animales bajo ejercicio intenso<br />

para i<strong>de</strong>ntificar alteraciones como úlceras<br />

gástricas. En caballos sujetos a confinamiento<br />

agudo por lesiones o en períodos <strong>de</strong> convalecencia<br />

posteriores a intervenciones quirúrgicas,<br />

ofrecerles dietas compuestas únicamente <strong>de</strong><br />

forraje; a estos animales no siempre es posible<br />

proporcionarles tiempo para sus ejercicios.<br />

CONCLUSIÓN<br />

La alimentación, la carga parasitaria, el cólico<br />

previo, la actividad física, características <strong>de</strong> los<br />

animales, el alojamiento, la época <strong>de</strong>l año, el<br />

transporte y la <strong>de</strong>ntadura son los principales<br />

factores <strong>de</strong> riesgo para la presentación <strong>de</strong> cólico<br />

en los caballos. Por lo tanto, en explotaciones con<br />

elevado riesgo <strong>de</strong> cólicos es importante controlar<br />

constantemente la carga parasitaria, el contenido<br />

<strong>de</strong> concentrados en la dieta, provisión a<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong><br />

agua, eliminar los cambios drásticos en<br />

alimentación y evitar el confinamiento <strong>de</strong> los<br />

animales.<br />

REFERENCIAS<br />

1. Proudman CJ, Eduards GB. Are<br />

tapeworms associated with equine colic?<br />

A case control study. Equine Vet J 1993;<br />

25: 224-226.<br />

2. Cohen ND, Matejka PL, Honnas CM,<br />

Hooper RN. Case-control study of the<br />

association between various management<br />

factors and <strong>de</strong>velopment of colic in<br />

horses. Texas Equine Colic Study Group.<br />

J Am Vet Med Assoc 1995; 206: 667-<br />

673.<br />

3. Tinker MK, White NA, Lessard P,<br />

Thatcher CD, Pelzer KD, Davis B,<br />

Carmel DK. Prospective study of equine<br />

colic inci<strong>de</strong>nce and mortality. Equine Vet<br />

J 1997; 29: 448-453.<br />

4. Reeves MJ, Gay JM, Hilbert BJ, Morris<br />

RS. Association of age, sex and breed<br />

factors in acute equine colic: a<br />

retrospective study of 320 cases admitted<br />

to a veterinary teaching hospital in the<br />

USA. Prev Vet Med 1989; 7: 149-160.<br />

5. Kaneene JB, Ross WA, Miller R. The<br />

Michigan equine monitoring system. II.<br />

Frequencies and impact of selected<br />

health problems. Prev Vet Med 1997; 29:<br />

277-292.<br />

6. Traub-Dargatz JL, Kopral CA, Seitzinger<br />

AH, Garber LP, For<strong>de</strong> K, White NA.<br />

Estimate of the national inci<strong>de</strong>nce of and<br />

operation-level risk factors for colic<br />

among horses in the United States, spring<br />

1998 to spring 1999. J Am Vet Med<br />

Assoc 2001; 219: 67-71.<br />

7. Hillyer MH, Taylor FG, French NP. A<br />

cross-sectional study of colic in horses on<br />

thoroughbred training premises in the<br />

British Isles in 1997. Equine Vet J. 2001;<br />

33: 380-385.<br />

8. Tinker MK, White NA, Lessard P,<br />

Thatcher CD, Pelzer KD, Davis B,<br />

Carmel DK. Prospective study of equine<br />

colic risk factors. Equine Vet J 1997; 29:<br />

454-458.<br />

9. MacDonald MH, Pascoe JR, Stover SM,<br />

Meagher DM. Survival after small<br />

114


Cólico en equinos<br />

intestine resection and anastomosis in<br />

horses. Vet Surg 1989; 18: 415-423.<br />

10. Proudman CJ, Smith JE, Edwards GB,<br />

French NP. Long-term survival of equine<br />

surgical colic cases. Part 1: patterns of<br />

mortality and morbility. Equine Vet J<br />

2002; 34: 432-437.<br />

11. Arteaga-Silva E. Diagnóstico,<br />

clasificación y tratamiento <strong>de</strong> cólicos en<br />

el hospital equino Brazos Valley en<br />

Navasota Texas, EUA. Tesis <strong>de</strong><br />

Licenciatura. Unidad Académica <strong>de</strong><br />

Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia <strong>de</strong> la<br />

<strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong>,<br />

septiembre <strong>2009</strong>.<br />

12. Cohen ND, Gibbs PG, Woods AM.<br />

Dietary and other management factors<br />

associated with colic in horses. J Am Vet<br />

Med Assoc 1999; 215: 53-60.<br />

13. Reeves MJ, Salman MD, Smith S. Risk<br />

factors for equine acute abdominal<br />

disease (colic): results from a multicenter<br />

case-control study. Prev Vet Med<br />

1996; 26: 285-301.<br />

14. Willard JG, Willard JC, Wolfram SA,<br />

Baker JP. Effect of diet on cecal pH and<br />

feeding behavior of horses. J Anim Sci<br />

1977; 45: 87-93.<br />

15. Julliand V, Fombelle A, Drougoul C,<br />

Jacotot E. Feeding and microbial<br />

disor<strong>de</strong>rs in horses: Part 3- Effects of<br />

three hay: grain ratios on microbial<br />

profile and activities. J Eq Vet Sci 2001;<br />

21: 543-546.<br />

16. Bailey SR, Rycroft A, Elliot J.<br />

Production of amines in equine cecal<br />

contents in an in vitro mo<strong>de</strong>l of<br />

carbohydrate overload. J Anim Sci 2002;<br />

51: 1930-1934.<br />

17. Garner HE, Moore JN, Johnson JH,<br />

Clark L, Amend JF, Tritschler LG,<br />

Coffman JR, Sprouse RF, Hutcheson DP,<br />

Salem CA. Changes in the cecal flora<br />

associated with the onset of laminitis.<br />

Equine Vet J 1978; 10: 249-252.<br />

18. Lopes MA, White NA 2 nd , Crisman MV,<br />

Ward DL. Effects of feeding large<br />

amonts of grain on colic contents and<br />

feces in horses. Am J Vet Res 2004; 65:<br />

687-694.<br />

19. Clarke L, Roberts M, Argenzio R.<br />

Feeding and digestive problems in<br />

horses: physiologic responses to a<br />

concentrated meal. Vet Clin North Am<br />

Equine Pract 1990; 6: 433-449.<br />

20. Cohen ND, Toby E, Russel AJ, Murphey<br />

EL, Wang N. Are feeding practices<br />

associated with duo<strong>de</strong>nitis –proximal<br />

jejunitis? Equine Vet J 2006; 38: 526-<br />

531.<br />

21. White NA 2 nd , Dabareiner RM.<br />

Treatment of impaction colics. Vet Clinc<br />

Norh Am Equine Pract 1997; 13: 243-<br />

259.<br />

22. Hudson JM, Cohen ND, Gibbs PG,<br />

Thompson JA. Feeding practices<br />

associated with colic in horses. J Am Vet<br />

Med Assoc 2001; 219: 1419-1425.<br />

23. Little D, Blikslanger AT. Factors<br />

associated with <strong>de</strong>velopment of ileal<br />

impaction in horses with surgical colic:<br />

78 cases (1986-2000). Equine Vet J<br />

2002; 34: 464-468.<br />

24. Hillyer MH, Taylor FG, Proudman CJ,<br />

Edwards GB, Smith JE, French NP. Case<br />

control study to i<strong>de</strong>ntify risk factors for<br />

simple colonic obstruction and distention<br />

colic in horses. Equine Vet J 2002; 34:<br />

455-463.<br />

25. Proudman CJ. A two years survey of<br />

equine colic in general practice. Equine<br />

Vet J 1991; 24: 90-93.<br />

26. Andrews FM, Bernard W, Cohen N,<br />

Divers T, MacAllister C, Pipers F.<br />

Recommendation for the diagnosis and<br />

treatment of equine gastric ulcer<br />

syndrome (EGUS). Eq Vet Educ 1999a;<br />

1: 122-134.<br />

27. Andrews FM, Na<strong>de</strong>au JA. Clinical<br />

syndromes of gastric ulceration in foals<br />

and mature horses. Equine Vet J 1999; 29<br />

(Suppl): 81-86.<br />

28. Argenzio RA. Comparative<br />

patholophysiology of nonglandurar<br />

ulcers disease: a review and<br />

experimental studies. Equine Vet J 1999;<br />

29 (Suppl): 19-23.<br />

29. Na<strong>de</strong>au JA, Andrews FM, Mathew AG,<br />

Argenzio RA, Blackford JT, Sohtell M,<br />

Saxton AM. Evaluation of diet as a cause<br />

of gastric ulcers in horses. Am J Vet Res<br />

2000; 61: 784-790.<br />

30. Meyer H, Coenen M, Gurer C.<br />

Investigations of saliva production and<br />

chewing in horses fed various feeds. Proc<br />

9 th Equine Nutrition Physiology<br />

115


M V Ramírez-Montes et al.<br />

Symposium, East Lansing, Mich 1985:<br />

38-41.<br />

31. Na<strong>de</strong>au JA, Andrews FM, Patton CS,<br />

Argenzio RA, Mathew AG, Saxton AM.<br />

Effect of hydrochloric, acetic, butyric,<br />

and propionic acids on pathogenesis of<br />

ulcers in the nonglandular portion of the<br />

stomach. Am J Vet Res 2003; 64: 404-<br />

412.<br />

32. Na<strong>de</strong>au JA, Andrews FM, Patton CS,<br />

Argenzio RA, Mathew AG, Saxton AM.<br />

Effects of hydrochloric, valeric and other<br />

volatile fatty acids on pathogenesis of<br />

ulcers in the nonglandular portion of the<br />

stomach of horses. Am J Vet Res 2003;<br />

64: 413-417.<br />

33. Murray MJ, Schusser GF. Measurement<br />

of 24-hr gastric pH using an indwelling<br />

pH electro<strong>de</strong> in horses unfed, fed and<br />

treated with ranitidine. Equine Vet J<br />

1993; 25: 417-421.<br />

34. Murray MJ. Pathophysiology of peptic<br />

disor<strong>de</strong>rs in foals and horses: a review.<br />

Equine Vet J 1999; 29 (Suppl): 14-18.<br />

35. Murray MJ. Aetiopathogenesis and<br />

treatment of peptic ulcers in horses: a<br />

comparative review. Equine Vet J 1992;<br />

13 (Suppl): 63-74.<br />

36. Murray MJ, Schusser G. Application of<br />

gastric pH-metry in horses: measurement<br />

of 24 hours gastric pH in horses fed,<br />

fasted and treated with ranitidine. J Vet<br />

Inter Med 1989; 6: 133.<br />

37. Lybbert T, Gibbs P, Cohen N, Scott B,<br />

Sigler D. Feeding alfalfa hay to<br />

exercising horses reduces the severity of<br />

gastric squamous mucosal ulceration.<br />

Proc AAEP 2007; 53: 525-526.<br />

38. Furr MO, Murray MJ. Treatment of<br />

gastric ulcers in horses with histamine<br />

type 2 receptor antagonists. Equine Vet J<br />

1989; 7 (Suppl): 77-79.<br />

39. Baggot JD. Drug therapy in the neonatal<br />

foal. Vet Clin North Am Equine Pract<br />

1994; 10: 87-107.<br />

40. Lewis S. Gastric ulceration in an equine<br />

neonate. Can Vet J 2003; 44: 420-421.<br />

41. Murray MJ. Suppression of gastric<br />

acidity in horses. J Am Vet Med Assoc<br />

1997; 211: 37-40.<br />

42. Buchanan BR, Andrews FM. Treatment<br />

and prevention of equine gastric ulcer<br />

syndrome. Vet Clin North Am Equine<br />

Pract 2003; 19: 575- 597.<br />

43. Fellenius E, Gerglindh T, Sachs G, Olbe<br />

L, Elan<strong>de</strong>r B, Sjöstrand SE, Wallmark B.<br />

Substituted benzimidazoles inhibit<br />

gastric acid secretion by blocking (H + +<br />

K + ) ATPasa. Nature (London) 1981; 290:<br />

159-161.<br />

44. Larsson H, Mattson H, Sun<strong>de</strong>ll G,<br />

Carlsson E. Animal pharmacodynamics<br />

of omeprazole. A review of its<br />

pharmacological properties in vivo.<br />

Scand J Gastroenterol 1985; 108: 23-35.<br />

45. Wallmark B. Mechanism of action of<br />

omeprazole. Scand J Gastroenterol 1986;<br />

118: 11-17.<br />

46. Hallerbäck B, Solhaug JH, Carling L,<br />

Glise H, Hallgren T, Kagevi I, Svedberg<br />

LE, Wählby L. Recurrent ulcer after<br />

treatment with cimetidine or sucralfate.<br />

Scand J Gastroenterol 1987; 22: 791-797.<br />

47. Murray MJ, Grodinsky C. The effect of<br />

famotidine, ranitidine and magnesium<br />

hydroxi<strong>de</strong>/aluminium hydroxi<strong>de</strong> on<br />

gastric fluid pH in adult horses. Equine<br />

Vet J 1992; 11 (Suppl): 52-55.<br />

48. MacAllister CG, Lowery F, Stebbins M,<br />

Newman MS, Young B. Transendoscopic<br />

electrocautery-induced gastic ulcers as a<br />

mo<strong>de</strong>l for gastic healing studies in<br />

ponies. Equine Vet J 1994; 26: 100-103.<br />

49. Clarke CK, Merritt AM, Borrow JA,<br />

Steible CK. Effect of aluminium<br />

hydroxi<strong>de</strong>/magnesium hydroxi<strong>de</strong> antacid<br />

and bismuth subsalicylate on gastric pH<br />

in horses. J Am Vet Med Assoc 1996;<br />

208: 1687-1691.<br />

50. Doucet MY, Vrins AA, Dione R, Alva R,<br />

Ericsson G. Efficacy of a paste<br />

formulation of omeprazole for the<br />

treatment of naturally occurring gastric<br />

ulcers in training standarbred racehorses<br />

in Canada. Can Vet J 2003; 44: 581-585.<br />

51. Sangiah S. MacAllister CC, Amouza<strong>de</strong>h<br />

HR. Effect of misoprostol and<br />

omeprazole on basal gastric pH and free<br />

acid content in horses. Res Vet Sci 1989;<br />

47: 350-354.<br />

52. Andrews FM, Jenkins CC, Blackford JT,<br />

Frazier DL, Olovsson SG, Mattson H.<br />

Effect of oral omeprazole on basal and<br />

pentagastrin-stimulated gastric secretion<br />

in young females horses. Equine Vet J<br />

1992; 13: 80-83.<br />

53. Andrews FM, Doherty TJ, Blackford JT,<br />

Na<strong>de</strong>au JA, Saxton AM. Effects of orally<br />

116


Cólico en equinos<br />

administered enteric-coated omeprazole<br />

on gastric secretion in horses. Am J Vet<br />

Res 1999; 60: 929-931.<br />

54. Andrews FM, Sifferman RL, Bernard W,<br />

Hughes FE, Holste JE, Daurio CP, Alva<br />

R, Cox JL. Efficacy of omeprazole paste<br />

in the treatment and prevention of gastric<br />

ulcers in horses. Equine Vet J 1999; 29<br />

(Suppl): 81-86.<br />

55. Baker SJ, Gerring EL. Effects of single<br />

intravenously administered doses of<br />

omeprazole and ranitidine on intragastric<br />

pH and plasma gastrin concentration in<br />

nonfed ponies. Am J Vet Res 1993; 54:<br />

2068-2074.<br />

56. Daurio CP, Holste JE, Andrews FM,<br />

Merritt AM, Blackford JT, Dolz F,<br />

Thompson DR. Effect of omeprazole<br />

paste on gastric acid secretion in horses.<br />

Equine Vet J 1999; 29 (Suppl): 59.62.<br />

57. Haven ML, Dave K, Burrow JA, Merritt<br />

AM, Harris D, Zhang D, Hickey CJ.<br />

Comparison of the antisecretory effects<br />

of omeprazole when administered<br />

intravenously, as acid-stable granules and<br />

as an oral paste in horses. Equine Vet J<br />

1999; 29 (Suppl): 54-58.<br />

58. Plue RE, Wall HG, Daurio C, Attebery<br />

DK, Cox JL, Wallace DH. Safety of<br />

omeprazole paste in foals and mature<br />

horses. Equine Vet J 1999; 29 (Suppl):<br />

63-66.<br />

59. Reinemeyer CR, Nielsen MK. Parasitism<br />

and colic. Vet Clin North Am Equine<br />

Pract <strong>2009</strong>; 22: 233-245.<br />

60. Duncan JL, Pirie HM. The life cycle of<br />

Strongylus vulgaris in the horse. Res Vet<br />

Sci 1972; 13: 374-379.<br />

61. Love S. The role of equine strongyles in<br />

the pathogenesis of colic and the current<br />

options for prophylaxis. Equine Vet J<br />

1992; 13 (Suppl): 5-9.<br />

62. DeLay J, Peregrine AS, Parsons DA.<br />

Verminosis arteritis in a 3-month-old<br />

Thorouhgbred foal. Can Vet J 2001; 42:<br />

289-291.<br />

63. Duncan JL, Pirie HM. The pathogenesis<br />

of single experimental infection with<br />

Strongylus vulgaris in foals. Res Vet Sci<br />

1975; 18: 82-93.<br />

64. Lyons ET, Drudge JH, Tolliver SC,<br />

Granstrom DE. The role of intestinal<br />

nemato<strong>de</strong>s in foal diarrhea. Vet Med<br />

1991; 86: 320-328.<br />

65. Lyons ET, Drudge JH, Seercaek TW,<br />

Crowe MW, Tolliver SC. Prevalence of<br />

Strongylus vulgaris and Parascaris<br />

equorum in Kentucky Thoroughbreds at<br />

necropsy. J Am Vet Med Assoc 1981;<br />

179: 818-819.<br />

66. Herd RP. Epi<strong>de</strong>miology and control of<br />

equine parasites in northern temperate<br />

regions. Vet Clin North Am Equine Pract<br />

1986; 2: 337-355.<br />

67. Herd RP. A 10-point plan for equine<br />

worm control. Vet Med 1995; 90: 481-<br />

485.<br />

68. Slocombe JOD, McCraw BM, Pennock<br />

PW, Llewellyn HR. Anthelminthic<br />

treatment of migrating stage of<br />

Strongylus vulgaris. Proc Am Assoc<br />

Equine Pract 1980; 37-44.<br />

69. Slocombe JOD, McCraw BM, Pennock<br />

PW, Vasey J. Effectiveness of ivermectin<br />

against late 4 th -sage Strongylus vulgaris<br />

in ponies. Am J Vet Res 1982; 43: 1525-<br />

1529.<br />

70. Monahan CN, Chapman MR, Taylor<br />

HW, French DD, Klei TR. Dose titration<br />

of moxi<strong>de</strong>ctin oral gel against migrating<br />

Strongylus vulgaris and Parascaris<br />

equorum larvae in pony foals. Vet<br />

Parasitol 1995; 60: 103-110.<br />

71. Uhlinger C. Investigations into the<br />

inci<strong>de</strong>nce of field colic. Equine Vet J<br />

1992; 13: 11-18.<br />

72. Ryu SH, Jang JD, Bak UB, Lee C, Youn<br />

HJ, Lee YL. Gastrointestinal impaction<br />

by Parascaris equorum in a<br />

Thoroughbred foal in Jeju, Korea. J Vet<br />

Sci 2004; 5: 181-182.<br />

73. Cribb NC, Cote NM, Bouré LP,<br />

Peregrine AS. Acute small intestinal<br />

obstruction associated with Parascaris<br />

equorum infection in young horses: 25<br />

cases (1985-2004). N Z Vet J 2006; 54:<br />

338-343.<br />

74. Southwood LL, Ragle CA, Sny<strong>de</strong>r JR,<br />

Hendrickson DA. Surgical treatment of<br />

Ascarid impactions in horses and foals.<br />

AAEP Proc 1996; 42: 258-261.<br />

75. Clayton HM. Ascarids. Recent advances.<br />

Vet Clin North Am Equine Pract 1986; 2:<br />

313-328.<br />

76. DiPietro JA, Paul A. Todd KS Jr.<br />

Evaluation of mebendazole used<br />

concurrently with piperazine<br />

117


M V Ramírez-Montes et al.<br />

monohydrochlori<strong>de</strong> in horses. J Am Vet J<br />

Assoc 1983; 182: 1002-1004.<br />

77. Proudman CJ, Trees AJ. Tapeworns as a<br />

cause of intestinal disease in horses.<br />

Parasitol Today 1999; 4: 156-159.<br />

78. Chapan MR, Frech DD, Keli TR.<br />

Gastrointestinal helminthes of ponies in<br />

Louisiana: a comparison of species<br />

currently prevalent with those present 20<br />

years ago. J Parasitol 2002; 88: 1130-<br />

1134.<br />

79. Lyons ET, Tolliver SC, Collins SS.<br />

Prevalence of large endoparasites at<br />

necropsy in horses infected with<br />

Population B small strongyles in a herd<br />

established in Kentucky in 1966.<br />

Parasitol Res 2006; 99: 114-118.<br />

80. Proudman CJ, French NP, Trees AJ.<br />

Tapeworm infection is a significant risk<br />

factor for spasmodic colic and ileal<br />

impaction colic in the horse. Equine Vet<br />

J 1998; 30: 194-199.<br />

81. Ryu S, Bak U, Kim J, Yoon H, Seo H,<br />

Kim J, Park J, Lee C. Cecal rupture by<br />

Anaplocephala perfoliata infection in a<br />

thoroughbred horse in Seoul Race Park,<br />

South Korea. J Vet Sci 2001; 2: 189-193.<br />

82. Barclay WP, Phillips TN, Foerner JJ.<br />

Introsusception associated with<br />

Anaplocephala perfoliata infection in<br />

five horses. J Am Vet Med Assoc 1982;<br />

180: 752-753.<br />

83. Crosgrove JS, Sheeran JJ, Sainty TJ.<br />

Intussusception associated with infection<br />

with Anaplocephala prfoliata in a two<br />

year old Thoroughbred. Ir Vet J 1986;<br />

40: 35-36.<br />

84. Owen RA, Jagger DW, Quan-Taylor R.<br />

Cecal intrussusception in horses and the<br />

significance of Anaplocephala perfoliata.<br />

Vet Res 1989; 124: 34-37.<br />

85. Proudman CJ, Holdstock NB.<br />

Investigation of an outbreak of<br />

tapeworm-associated colic in a training<br />

yard. Equine Vet J 2000; 32 (Suppl): 37-<br />

41.<br />

86. Gasser RB, Williamson RMC, Beveridge<br />

I. Anaplocephala perfoliata in horses –<br />

significant scope for future research,<br />

improved diagnosis and control.<br />

Parasitology 2005; 131: 1-13.<br />

87. Berzoa GA, Barclay WP, Phillips TN,<br />

Foerner JJ, Donawick WJ. Cecal<br />

perforation and peritonitis associated<br />

with Anaplocephala perfoliata infection<br />

in three horses. J Am Vet Med Assoc<br />

1983; 183: 804-806.<br />

88. Cohen ND, Honnas CM. Risk factors<br />

associated with <strong>de</strong>velopment of diarrhea<br />

in horses after celiotomy for colic: 190<br />

cases (1990-1994). J Am Vet Med Assoc<br />

1996; 209: 810-813.<br />

89. Cohen ND, Peloso JG. Rick factors for<br />

history of previous colic and for chronic,<br />

intermittent colic in a population of<br />

horses. J Am Vet Med Assoc 1996; 208:<br />

697-703.<br />

90. Schausser GE, White NA. Morphologic<br />

and quantitative evaluation of the<br />

myenteric plexus and neurons in the large<br />

colon of horses. J Am Vet Med Assoc<br />

1997; 210: 928-934.<br />

91. An<strong>de</strong>rson MS, Clark L, Dyson SJ,<br />

Newton JR. Risk factors for colic in<br />

horses after general anesthesia for MRI<br />

or nonabdominal surgery: absence of<br />

evi<strong>de</strong>nce of effect from perianaesthetic<br />

morphine. Equine Vet J 2006; 38: 368-<br />

374.<br />

92. Dabareiner RM, White NA. Large colon<br />

impaction in horses: 147 cases (1985-<br />

1991). J Am Vet Med Assoc 1995; 206:<br />

679-685.<br />

93. Murray MJ, Grodinsky C, An<strong>de</strong>rson CW,<br />

Rau<strong>de</strong> PF, Scmidt GR. Gastric ulcers in<br />

horses: a comparison of endoscopic<br />

finding in horses with and without<br />

clinical signs. Equine Vet J 1989; 7:<br />

68.72.<br />

94. Murray MJ. Gastric ulcerations in horses:<br />

91 cases (1987-1990). J Am Vet Med<br />

Assoc 1992; 201: 117-120.<br />

95. Vatistas N, Syn<strong>de</strong>r JR, Carlson G,<br />

Johnson B, Arthur RM, Thurmond M,<br />

Zhou H, Lloyd KLK. Cross-sectional<br />

study of gastric ulcers of the squamous<br />

mucosa in Thoroughbred racehorses.<br />

Equine Vet J 1999; 29 (Suppl): 34-39.<br />

96. Vatistas N, Sifferman RL, Holste J, Cox<br />

JL, Pinalto G, Schultz KT. Induction and<br />

maintenance of gastric ulceration in<br />

horses in race training. Equine Vet J<br />

1999; 29 (Suppl): 40.44.<br />

97. Sandin A, Andrews FM, Na<strong>de</strong>au JA,<br />

Nilsson G. Effect of nervous excitation<br />

on acid secretion in horses. Acta Physiol<br />

Scand 2000; 168: 437-442.<br />

118


Cólico en equinos<br />

98. Hammond CJ, Mason DK, Watkins KL.<br />

Gastric ulceration in mature<br />

Thoroughbred horses. Equine Vet J 1986;<br />

18: 284-287.<br />

99. Murray MJ, Schusser GF, Pipers GS,<br />

Gross SJ. Factors associated with gastric<br />

lesions in Thoroughbred racehorses.<br />

Equine Vet J 1996; 28: 368-374.<br />

100. Rabuffo TS, Orsini JA, Sullivan E.<br />

Associations between age or sex and<br />

prevalence of gastric ulcerations in<br />

Standardbred racehorses in training. J<br />

Am Vet Med Assoc 1999; 221: 1156-<br />

1159.<br />

101. Dionne RM, Vrins A, Doucet MY, Pare<br />

J. Gastric ulcers in Standarbred<br />

racehorses: prevalence, lesion,<br />

<strong>de</strong>scription, and risk factors. J Vet Intern<br />

Med 2003; 17: 218-222.<br />

102. Nieto JE, Syn<strong>de</strong>r JR, Beldomenico P,<br />

Aleman M, Kerr JW, Spier SJ.<br />

Prevalence of gastric ulcers in endurance<br />

horses – a preliminary report. Vet J 2004;<br />

167: 33-37.<br />

103. McClure SR, Glickman LT, Glickman<br />

NW. Prevalence of gastric ulcers in show<br />

horses. J Am Vet Med Assoc 1999; 215:<br />

256-259.<br />

104. Gallagher K, Leech J, Stowe H. Protein,<br />

energy and dry matter consumption by<br />

racing Thoroughbreds: a field study. J<br />

Equine Vet Sci 1988; 12: 43-47.<br />

105. Southwood LL, Evans DL, Bry<strong>de</strong>n WL,<br />

Rose RJ. Nutrient intake of horses<br />

Thoroughbred and Standarbred stables.<br />

Aust Vet J 1993; 70: 164-168.<br />

106. Richards N, Hinch GN, Rowe JB. The<br />

effect of current grain feeding practices<br />

on hindgut starch fermentation and<br />

acidosis in the Australian racing<br />

Thoroughbred. Aust Vet J 2006; 84: 402-<br />

407.<br />

107. Cohen ND, Vontur CA, Rakestraw PC.<br />

Risk factors for enterolithiasis among<br />

horses in Texas. J Am Vet Med Assoc<br />

2000; 216: 1787-1794.<br />

108. Proudman CJ. A two year, prospective<br />

study of equine colic general practice.<br />

Equine Vet J 1992; 24: 90-93.<br />

109. Hassel DM, Langer DL, Sny<strong>de</strong>r JR,<br />

Drake CM, Goo<strong>de</strong>ll ML, Wyle A.<br />

Evaluation of enterolithiasis in equids:<br />

900 cases (1973-1996). J Am Vet Med<br />

Assoc 1999; 214: 233-237.<br />

110. Schnei<strong>de</strong>r RK, Milne DW, Kohn CW.<br />

Acquired inguinal hernia in the horse: a<br />

review of 27 cases. J Am Vet Med Assoc<br />

1982; 180: 317-320.<br />

111. Archer DC, Pnchbeck GK, Frech NP,<br />

Proudman CJ. Risk factors for epiploic<br />

foramen entrapment colic: an<br />

international study. Equine Vet J 2008;<br />

40: 33-34.<br />

112. Archer DC, Pnchbeck GK, Frech NP,<br />

Proudman CJ. Risk factor for epiploic<br />

foramen entrapment colic in a UK horse<br />

population: a prospective case control<br />

study. Equine Vet J 2008; 40: 405-410.<br />

113. Chenier TS, Whitehead AE. Foaling rates<br />

and risk factors for abortion in pregnant<br />

mares presented for medical or surgical<br />

treatment of colic: 153 cases (1993-<br />

2005). Can Vet J <strong>2009</strong>; 50: 481-485.<br />

114. MacAllister CG, Sangiah S. Effect of<br />

ranitidine of healing of experimental<br />

induced gastric ulcers in ponies. Am J<br />

Vet Res 1993; 54: 1103-1107.<br />

115. Archer DC, Freeman DE, Doyle AJ,<br />

Proudman CJ, Edwards GB. Association<br />

between cribbing and entrapament of the<br />

small intestine in the epiploic foramen in<br />

horses: 68 cases (1991-2002). J Am Vet<br />

Med Assoc 2004; 224: 562-564.<br />

116. Reeves MJ. What really causes colic in<br />

horses? Epi<strong>de</strong>miology’s role in<br />

elucidating the ultimate multi-factorial<br />

disease. Equine Vet J 1996; 29: 413-414.<br />

117. Uhlinger C. Effects of three antihelmintic<br />

schedules on the inci<strong>de</strong>nce of colic in<br />

horses. Equine Vet J 1990; 22: 251-254.<br />

118. Cohen ND. The John Hickman Memorial<br />

Lecture: colic by numbers. Equine Vet J<br />

2003; 35: 343-349.<br />

119. De Fombelle A, Julliand V, Drugoul C,<br />

Jacotot E. Feeding and microbial<br />

disor<strong>de</strong>rs in horses : part 1 – effect of an<br />

abrupt incorporation of two levels of<br />

barley in a hay diet on microbial profiles<br />

and activities. J Equine Vet Sci 2001; 21:<br />

439-445.<br />

120. De Fombelle A, Veiga L, Drougol C,<br />

Julliand V. Effect of diet composition<br />

and feeding pattern on the prececal<br />

digestibility of starches from diverse<br />

botanical origins measured with a mobile<br />

nylon bag technique in horses. J Anim<br />

Sci 2004; 82: 3625-3634.<br />

119


M V Ramírez-Montes et al.<br />

121. Prichard R. Anthelmintic resistance in<br />

nemato<strong>de</strong>s: extent, recent un<strong>de</strong>rstanding<br />

and future direction for control and<br />

research. Int J Parasitol 1990; 20: 515-<br />

523.<br />

122. Prichard R. Anthelmintics resistance. Vet<br />

Parasitol 1994; 54: 259-268.<br />

123. Kaplan RM. Anthelmintic resistance in<br />

nemato<strong>de</strong>s of horses. Vet Res 2002; 33:<br />

491-507.<br />

124. Coles GC. Anthelimintic resistance –<br />

looking to the future: a UK perspective.<br />

Res Vet Sci 2005; 78: 99-108.<br />

125. Johansen MV. An evaluation of<br />

techniques used for the <strong>de</strong>tection of<br />

anthelmintic resistance in nemato<strong>de</strong><br />

parasites of domestic livestock. Vet Res<br />

Commun 1989; 13: 455-466.<br />

126. Coles GC, Jackson F, Pomroy WE,<br />

Pichard RK, von Samson-Himmelstierna<br />

G, Silvestre A, Taylor MA, Cercruysse J.<br />

The <strong>de</strong>tection of anthelmintic resistance<br />

in nemato<strong>de</strong>s of veterinary importance.<br />

Vet Parasitol 2006; 136: 167-185.<br />

ABSTRACT<br />

Ramírez-Montes MV, Aréchiga-Flores CF, Ramos-Verges JET, Escobar-Medina FJ. Equine colic: risk<br />

factors and suggestions to reduce its inci<strong>de</strong>nce. Scientific literature was searched for publications on risk<br />

factors for equine colic. Once these publications were analyzed, a few suggestions about how to reduce the<br />

inci<strong>de</strong>nce of this condition were proposed. Among the most important risk factors for equine colic are:<br />

feeding practices, parasite load, previous colic occurrence, physical activity level, physical characteristics,<br />

lodging, season of the year, type of transportation and the quality of <strong>de</strong>ntition. Grain-fed horses have an<br />

increased risk for colic inci<strong>de</strong>nce because grains reduce colon pH and modifies intestinal flora, which is<br />

followed by an increased production and absorption of enterotoxins. Grain-feeding also reduces the water<br />

content of the diet and increases gas production. The risk for colic to take place is also increased by<br />

ina<strong>de</strong>quate meal timing and by the amount of food offered. It is known that these factors contribute to<br />

conditions such as ulcers and colic. Strongylus vulgaris, Parascaris equorum and Anaplocephala perfoliata<br />

are among the most frequently equine parasites associated with colic inci<strong>de</strong>nce. After an initial colic episo<strong>de</strong>,<br />

relapses are very likely. Changes in physical activity have as well an effect on equine colic inci<strong>de</strong>nce. All<br />

breeds of horses are susceptible to colic; however, higher inci<strong>de</strong>nces have been reported in Thoroughbreds<br />

and Arabian horses. The inci<strong>de</strong>nce of equine colic is also related to age, since horses of 2 to 8 years of age are<br />

more likely to suffer from this condition. Lodging horses in small stalls has been also associated with<br />

increased colic inci<strong>de</strong>nce. Horses kept in pastures are less susceptible to colic than confined horses. Exten<strong>de</strong>d<br />

periods of transportation and impaired <strong>de</strong>ntitions have also been associated with equine colic. Therefore, in<br />

or<strong>de</strong>r to prevent the onset of colic in horses, it is important to assess the quality of and the changes in the diet<br />

and meal timing. In horse stables that show a high colic inci<strong>de</strong>nce, we must control parasite infestation levels,<br />

manage the amount of concentrate on diet, provi<strong>de</strong> an a<strong>de</strong>quate water provision, avoid drastic diet changes<br />

and keep horses in ample lodgings. <strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 107-120<br />

Keywords: equine colic, risk factors, reduction of colic inci<strong>de</strong>nce<br />

120


EFECTO MACHO EN EL INICIO DE LA ESTACIÓN REPRODUCTIVA DE CABRITAS<br />

PREPÚBERES F1 BOER X NUBIA<br />

Martha Olivia Diaz-Gómez, 1 Jorge Urrutia-Morales, 2 Manuel Antonio Ochoa-Cor<strong>de</strong>ro 1<br />

E-mail: jorurrmo@hotmail.com<br />

1 Facultad <strong>de</strong> Agronomía, <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> San Luis Potosí, 2 Campo Experimental San Luis,<br />

Instituto Nacional <strong>de</strong> Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias<br />

RESUMEN<br />

El presente trabajo se realizó con el propósito <strong>de</strong> evaluar el efecto macho sobre el inicio <strong>de</strong> la función<br />

reproductiva estacional en cabritas vírgenes Boer x Nubia, y se llevó a cabo en las instalaciones <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong><br />

Selección y Reproducción Caprina <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> San Luis Potosí (22° 12’ N, 100° 55’ O y a<br />

1835 msnm). Se utilizaron 33 hembras ¾ Boer y ¼ Nubia con 34.1 ± 2.17 (Media ± DE) Kg <strong>de</strong> peso y <strong>de</strong> 8.2<br />

a 9.4 meses <strong>de</strong> edad. Las hembras se mantuvieron en estabulación y aisladas <strong>de</strong> la presencia física <strong>de</strong> machos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento. El 14 <strong>de</strong> julio se les permitió interactuar con dos machos adultos <strong>de</strong> la misma raza,<br />

sexualmente activos, provistos <strong>de</strong> peto protector para evitar la cópula y se <strong>de</strong>terminaron celos dos veces<br />

diariamente (8:00 a 9:00 h y 18:00 a 19:00 h) durante 42 días. Veinticinco cabras (75.7%) mostraron estro<br />

durante el período que se realizó el estudio; <strong>de</strong> éstas, 22 (88.0%) lo manifestaron entre 7 y 10 días posteriores<br />

a la interacción con los machos, y 24 lo repitieron 21.6 ± 2.2 días <strong>de</strong>spués. Se concluye que la mayoría <strong>de</strong> las<br />

cabras Boer x Nubia <strong>de</strong> 8 a 9 meses <strong>de</strong> edad, respon<strong>de</strong>n al estímulo <strong>de</strong>l efecto macho y mantienen actividad<br />

ovárica similar a que presentan durante la estación reproductiva.<br />

Palabras clave: Cabras prepúberes, efecto macho, Boer x Nubia<br />

<strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 121-125<br />

INTRODUCCIÓN<br />

En los sistemas pastoriles <strong>de</strong> producción caprina<br />

<strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> México se acostumbra realizar dos<br />

empadres al año. El primero en los meses <strong>de</strong> enero<br />

y febrero, para obtener los nacimientos al inicio <strong>de</strong><br />

la temporada <strong>de</strong> lluvias; el segundo entre junio y<br />

julio para empadrar por primera ocasión a las<br />

cabritas jóvenes. 1-5 Por otro lado, en los sistemas<br />

intensivos es importante aumentar la frecuencia <strong>de</strong><br />

pariciones, a más <strong>de</strong> un parto por año, para lo cual<br />

se alarga la temporada <strong>de</strong> empadre. Sin embargo,<br />

esto último es difícil <strong>de</strong> logarlo en la práctica<br />

<strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> la estación <strong>de</strong> anestro<br />

bien <strong>de</strong>finida en los caprinos. 6-9 La duración <strong>de</strong>l<br />

anestro varía <strong>de</strong> acuerdo a la raza <strong>de</strong>l animal; en<br />

México, las cabras <strong>de</strong> razas lecheras (Saane,<br />

Alpina, Granadina) presentan estaciones <strong>de</strong><br />

anestro prolongadas, más largas que las cabras<br />

Criolla y Nubia. 10-14 La introducción <strong>de</strong> machos<br />

sexualmente activos en el rebaño al final <strong>de</strong> la<br />

temporada <strong>de</strong> anestro, promueve la ovulación y el<br />

celo. Por lo tanto, a<strong>de</strong>lanta la temporada<br />

reproductiva, 15-17 práctica <strong>de</strong> gran utilidad para<br />

incrementar la eficiencia reproductiva <strong>de</strong> los<br />

caprinos.<br />

Pocos minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la introducción<br />

<strong>de</strong>l macho se incrementan la frecuencia y<br />

amplitud <strong>de</strong> los pulsos <strong>de</strong> hormona luteinizante<br />

(LH) en las cabras, lo cual conduce a la<br />

ovulación. 18,19 En la mayoría <strong>de</strong> las hembras el<br />

primer cuerpo lúteo sufre regresión en un período<br />

corto, menor a la duración normal (ciclo corto). La<br />

función ovárica subsiguiente se relaciona con la<br />

profundidad <strong>de</strong>l anestro. La mayoría <strong>de</strong> las cabras<br />

con anestro profundo ovulan por la influencia <strong>de</strong>l<br />

macho y regresan al anestro. Las hembras bajo<br />

anestro menos profundo, por su parte, continúan<br />

con su actividad cíclica normal. Al acercarse el<br />

inicio <strong>de</strong> la estación reproductiva, el ciclo corto<br />

inducido con la introducción <strong>de</strong> machos<br />

sexualmente activos, por lo general se continúa<br />

con celo potencialmente fértil. Por lo contrario, en<br />

cabras bajo anestro profundo, el macho pue<strong>de</strong><br />

estimular hasta dos ciclos cortos antes <strong>de</strong> regresar<br />

al anestro. 20 Chemineau 21 encontró ovulaciones en<br />

el 97% <strong>de</strong> las cabras entre 2 y 8 días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la<br />

introducción <strong>de</strong>l macho y 75% <strong>de</strong> esas<br />

ovulaciones se asociaron con fases lúteas <strong>de</strong> corta


M O Díaz-Gómez et al.<br />

duración. Resultados similares han sido<br />

observados en ovejas Merino. 22<br />

La estación <strong>de</strong> anestro en hembras prepúberes<br />

tien<strong>de</strong> a ser más prolongada y profunda que en<br />

cabras adultas. 23 Por esta razón, se esperaría<br />

menor influencia <strong>de</strong>l efecto macho para estimular<br />

actividad ovárica cíclica e incluso que algunas<br />

regresaran al anestro <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la presentación<br />

<strong>de</strong>l primer celo. 24,25 El objetivo <strong>de</strong>l presente<br />

trabajo fue evaluar el efecto macho sobre el inicio<br />

<strong>de</strong> la función reproductiva estacional en cabras<br />

Boer x Nubia prepúberes.<br />

MATERIAL Y MÉTODOS<br />

El estudio se realizó en el Centro <strong>de</strong> Selección y<br />

Reproducción Caprina <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong><br />

San Luis Potosí (22° 12’ N, 100° 55’ O, y a 1835<br />

msnm), con clima seco frio, temperatura media<br />

anual <strong>de</strong> 17.8 °C y 271 mm <strong>de</strong> precipitación<br />

media anual. Se utilizaron 33 cabras vírgenes ¾<br />

Boer x ¼ Nubia con 34.1 ± 2.17 Kg <strong>de</strong> peso<br />

(Media ± DE) y entre 8.2 y 9.4 meses <strong>de</strong> edad. Las<br />

hembras permanecieron estabuladas y se<br />

alimentaron con 1 Kg/cabeza/día <strong>de</strong> alfalfa<br />

henificada y 0.5 Kg/cabeza/día <strong>de</strong> sorgo molido.<br />

Las cabras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su nacimiento permanecieron<br />

aisladas <strong>de</strong> los machos hasta el 14 <strong>de</strong> julio, en esta<br />

fecha se introdujeron <strong>de</strong> dos en dos a un corral<br />

con 2 sementales <strong>de</strong> la misma raza (provistos con<br />

peto protector para impedir la cópula) dos veces al<br />

día, durante 1 hora en cada ocasión (8:00 a 9:00 y<br />

18:00 a 19:00 h) para i<strong>de</strong>ntificar las hembras en<br />

estro (estro = aceptación <strong>de</strong> cópula). Los machos<br />

se cambiaron a la mitad <strong>de</strong>l estudio para eliminar<br />

el factor cansancio.<br />

Se utilizó estadística <strong>de</strong>scriptiva para<br />

caracterizar la respuesta reproductiva al efecto <strong>de</strong>l<br />

macho y la prueba <strong>de</strong> bondad <strong>de</strong> ajuste<br />

multinomial basada en χ 2 (o ji-cuadrada) 26 para<br />

<strong>de</strong>terminar si ésta se <strong>de</strong>bió al efecto macho o al<br />

inicio natural <strong>de</strong> la estación reproductiva. Para<br />

ello se consi<strong>de</strong>ró como hipótesis nula la<br />

equiprobabilidad <strong>de</strong> los 21 días <strong>de</strong> duración <strong>de</strong>l<br />

ciclo estral, para que ocurra el inicio <strong>de</strong> la estación<br />

reproductiva.<br />

RESULTADOS<br />

En la Figura 1 se presenta la distribución <strong>de</strong> los<br />

estros durante el trabajo. El estro se manifestó en<br />

el 75.7% (25 <strong>de</strong> 33) <strong>de</strong> las cabritas estudiadas, dos<br />

<strong>de</strong> éstas lo mostraron al tercer día <strong>de</strong> la entrevista<br />

con los machos, la mayoría (88%, 22 <strong>de</strong> 33) entre<br />

los días 7 – 10 y solamente una en el día 15.<br />

La distribución <strong>de</strong> los celos varió<br />

significativamente con la esperada durante la<br />

estación reproductiva (P


Efecto macho en cabritas<br />

latitud, cabras <strong>de</strong> distinta edad y bajo fotoperiodo<br />

natural, iniciaron su actividad cíclica en agosto y<br />

septiembre, 27 y en el presente trabajo lo hicieron<br />

<strong>de</strong> 7 a 10 días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la entrevista con el<br />

macho, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l 21 al 24 <strong>de</strong> julio, fechas que<br />

correspon<strong>de</strong>n al anestro prepuberal en sus<br />

contrapartes <strong>de</strong> la misma especie. 27 Por lo tanto, la<br />

presencia <strong>de</strong>l macho influyó en la inducción <strong>de</strong>l<br />

estro y a<strong>de</strong>lantó la temporada reproductiva; hecho<br />

importante para programar celos durante la época<br />

<strong>de</strong> anestro y aumentar la eficiencia y por<br />

consecuencia las pariciones en esta especie.<br />

El macho influyó en la inducción <strong>de</strong>l celo<br />

en las cabras <strong>de</strong>l presente trabajo <strong>de</strong> la misma<br />

manera como se ha observado que suce<strong>de</strong> en<br />

animales adultos, 17,20,21 con manifestación <strong>de</strong> celos<br />

en el día 8 posterior al ingreso <strong>de</strong>l macho al<br />

rebaño. 28-30 Sin embargo, este celo no correspon<strong>de</strong><br />

a la primera ovulación, ésta generalmente se<br />

presenta en los primeros tres días <strong>de</strong>l tratamiento,<br />

con variable presentación <strong>de</strong> celos y por lo regular<br />

acompañada <strong>de</strong> baja fertilidad. 28-30 Después <strong>de</strong> las<br />

primeras ovulaciones se <strong>de</strong>sarrollan cuerpos lúteos<br />

<strong>de</strong> duración menor a los cuerpos lúteos <strong>de</strong>l ciclo<br />

estral normal (alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 5 días); posteriormente<br />

se presenta la segunda ovulación<br />

aproximadamente en el día 8, casi siempre<br />

acompañada <strong>de</strong> celo, 28-30 lo cual coinci<strong>de</strong> con el<br />

celo encontrado en los animales <strong>de</strong>l presente<br />

trabajo.<br />

De las 25 cabritas que manifestaron estro,<br />

24 lo volvieron hacer 21.6 ± 2.23 días <strong>de</strong>spués;<br />

esto es notable y no coinci<strong>de</strong> con estudios<br />

realizados en cor<strong>de</strong>ras Merino <strong>de</strong> 10 meses <strong>de</strong><br />

edad y fuera <strong>de</strong> la temporada reproductiva, 22<br />

algunas cor<strong>de</strong>ras en este trabajo ovularon <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong>l ingreso <strong>de</strong>l macho al rebaño pero no<br />

continuaron presentando ciclos estrales,<br />

regresaron al anestro. La diferencia entre el<br />

presente trabajo y el estudio con ovejas 22<br />

probablemente se <strong>de</strong>bió a la profundidad <strong>de</strong>l<br />

anestro. En el presente trabajo, las cabras se<br />

encontraban en el período <strong>de</strong> transición a la<br />

estación reproductiva, con anestro poco profundo.<br />

A<strong>de</strong>más, las cabras son más precoces que las<br />

ovejas.<br />

Con base en lo anterior, se concluye que<br />

la mayoría <strong>de</strong> las cabras Boer x Nubia <strong>de</strong> 8 a 9<br />

meses <strong>de</strong> edad respon<strong>de</strong>n al estímulo <strong>de</strong> los<br />

machos y mantienen su actividad ovárica similar<br />

al comportamiento durante la estación<br />

reproductiva. Esto permite, por un lado,<br />

involucrarlas en empadres a temprana edad y<br />

fuera <strong>de</strong> la temporada reproductiva y, por otro,<br />

incluirlas en esquemas <strong>de</strong> manejo reproductiva<br />

acelerado, con empadres fuera <strong>de</strong> la estación<br />

reproductiva.<br />

AGRADECIMIENTOS<br />

Los autores agra<strong>de</strong>cen a las Autorida<strong>de</strong>s y al<br />

personal <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Selección y Reproducción<br />

Caprina <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> San Luis<br />

Potosí, por las facilida<strong>de</strong>s brindadas y por la<br />

participación en la realización <strong>de</strong>l presente<br />

trabajo.<br />

REFERENCIAS<br />

1. Castillo CM, Aparicio GE, Urrutia MJ,<br />

García DCA. Caracterización <strong>de</strong> la<br />

caprinocultura en cinco ejidos <strong>de</strong>l<br />

municipio <strong>de</strong> Venados, SLP. En: V<br />

Reunión Nacional sobre Caprinocultura.<br />

<strong>Zacatecas</strong>, Zac, México 1989: 28-31.<br />

2. Suárez ME <strong>de</strong>, Ruiz ZF, Aguirre VL.<br />

Características <strong>de</strong> la producción caprina<br />

en comunida<strong>de</strong>s ejidales al sur <strong>de</strong>l<br />

municipio <strong>de</strong> Saltillo, Coah. En: VI<br />

Reunión Nacional sobre Caprinocultura.<br />

San Luis Potosí, SLP, México 1990: 128-<br />

131.<br />

3. Vala<strong>de</strong>z OE, Ríos QC. Tipificación <strong>de</strong> las<br />

unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> producción caprina al sur <strong>de</strong><br />

Coahuila. En V Reunión Nacional sobre<br />

Caprinocultura, San Luis Potosí, SLP,<br />

México 1990: 132-134.<br />

4. Vargas LS, Vázquez AR, Mora PM,<br />

Nava CR. El sistema pastoril caprino <strong>de</strong><br />

la gana<strong>de</strong>ría familiar <strong>de</strong> un ejido <strong>de</strong>l norte<br />

<strong>de</strong> México. En V Reunión Nacional sobre<br />

Caprinocultura, San Luis Potosí, SLP,<br />

México 1990: 135-139.<br />

5. Salinas H, Ávila JL, Falcón R. Factores<br />

limitantes en el sistema <strong>de</strong> producción <strong>de</strong><br />

caprinos en <strong>Zacatecas</strong>, México. Turrialba<br />

1991; 41: 47-52.<br />

6. Shelton M. Reproduction and breeding of<br />

goats. J Dairy Sci 1978; 61: 994-1010.<br />

7. Ortavant R, Pelletier J, Rivault JP,<br />

Thimonier J, Volland-Nail P.<br />

Photoperiod: main proximal and distal<br />

factors of the circannual cycle of<br />

reproduction in farm mammals. Oxford<br />

Rev Reprod Biol 1985; 7: 305-345.<br />

8. Mohammad WA, Grossman M,<br />

Vatthauer JL. Seasonal breeding in<br />

123


M O Díaz-Gómez et al.<br />

United States dairy goats. J Dairy Sci<br />

1984; 67: 1813-1825.<br />

9. Chemineau P, Daveau A, Mauruce F,<br />

Delgadillo JA. Seasonal of estrus and<br />

ovulation is not modified by subjecting<br />

female Alpine goats to a tropical<br />

photoperiod. Small Rumin Res 1992; 8:<br />

229-312.<br />

10. Esquivel MH, Torres AF, Montes PR,<br />

Centurión CF, Cámara SR, Tegalado PT.<br />

Estacionalidad reproductiva <strong>de</strong> las cabras<br />

bajo condiciones <strong>de</strong>l trópico subhúmedo.<br />

En: Reunión Nacional <strong>de</strong> Investigación<br />

Pecuaria, Chihuahua, Chih, México<br />

1992: 246.<br />

11. Monroy A, Espinoza JL, Cepeda R,<br />

Carrillo M. Estacionalidad <strong>de</strong> la actividad<br />

sexual <strong>de</strong> cabras cruzadas en el<br />

municipio <strong>de</strong> La Paz, Baja California<br />

Sur. En: Reunión Nacional sobre<br />

Caprinocultura, Monterrey, NL, México<br />

1991: 99-101.<br />

12. Trejo G A, Pérez R Y. Actividad ovárica<br />

estacional durante dos años en cabras<br />

criollas sacrificadas. En: Reunión<br />

Nacional <strong>de</strong> Investigación Pecuaria en<br />

México. México, DF, México 1986: 174.<br />

13. Valencia MJ, Zarco QL, Ducoing WA,<br />

Murcia MC, Navarro GH, Martínez AJ,<br />

Anta JE, Rivera RJ. Caracterización <strong>de</strong> la<br />

estación <strong>de</strong> anestro en cabras criollas y<br />

Granadinas mantenidas en un plano<br />

nutricional constante en el Altiplano<br />

Mexicano. En: Reunión Nacional <strong>de</strong><br />

Investigación Pecuaria en México.<br />

México, DF, México 1988: 124.<br />

14. Cervantes J, Ducoing WA, Flores F,<br />

Zarco QL. Inducción <strong>de</strong> actividad ovárica<br />

durante la época <strong>de</strong> anestro en cabras<br />

lecheras mediante el tratamiento con<br />

acetato <strong>de</strong> melengestrol (MGA) oral<br />

combinado con PMSG. En: Reunión<br />

Nacional <strong>de</strong> Investigación Pecuaria.<br />

México, DF, México 1989: 165.<br />

15. Ott RS, Nelson DR, Hixon JE. Effect of<br />

the presence of the male on initiation of<br />

estrous cycle activity of goats.<br />

Theriogenology 1980; 13: 183-190.<br />

16. Shelton M. The influence of the presence<br />

of a male goat on the initiation of estrous<br />

cycling and ovulation in Angora does. J<br />

Anim Sci 1960; 19: 368-375.<br />

17. Skinner JD, Hofmeyr HS. Effect of the<br />

male goat and of progesterone and<br />

PMSG treatment on the inci<strong>de</strong>nce of<br />

oestrus in the anoestrus Boer goat doe.<br />

Proc S Soc Anim Prod 1969; 8: 155-156.<br />

18. Chemineau P. Effects of a progestagen<br />

on buck-induced short ovarian cycles in<br />

the creole meat goat. Anim Reprod Sci<br />

1985; 9: 87-94.<br />

19. Chemineau P, Normant E, Ravault JP,<br />

Thimonier J. Induction and persistence of<br />

pituitary and ovarian activity in the outof-season<br />

lactating dairy goat after the<br />

treatment combining a skeleton<br />

photoperiod, melatonin and the male<br />

effect. J Reprod Fertil 1986; 78: 497-504.<br />

20. Belibasaki S, Zygoyiannis D, Davies P,<br />

Doney JM. Milk progesterone profiles<br />

during anoestrus through to pregnancy in<br />

Greek dairy goats (Capra prisca): the<br />

effect of melatonine treatment and male<br />

introduction. Anim Prod 1993; 56: 333-<br />

339.<br />

21. Chemineau P. Reproductive<br />

performances in a “Creole” meat goat<br />

flock at three mating periods. In:<br />

Proceedings of International Conference<br />

on Goat Production and Disease 1982;<br />

495.<br />

22. Pearce DT, Oldham CM. The ram effect,<br />

its mechanism and application to the<br />

management of sheep. In: Lindsay DR,<br />

Pearce DT. Reproduction in Sheep.<br />

Cambridge University Press, Cambridge<br />

1985: 26-34.<br />

23. Urrutia MJ. Inicio <strong>de</strong> la estación<br />

reproductiva <strong>de</strong> ovejas Rambouillet en<br />

México. Téc Pecu Méx 1991; 29: 47-51.<br />

24. Murtagh JJ, Gray SJ, Lindsay DR,<br />

Oldham CM, Pearce DT. The effect of<br />

the presence of rams on the continuity of<br />

ovarian activity of mai<strong>de</strong>n Merino ewes<br />

in spring. Australian Wool Corporation.<br />

Technical Publication. In: Lindsay DR,<br />

Pearce DT. Reproduction in Sheep.<br />

England: Cambridge University Press,<br />

1984: 37-38.<br />

25. Oldham CM, Pearce DT, Gray SJ.<br />

Progesterone priming and age of ewe<br />

affect the life-span of corpora lutea<br />

induced in the seasonally anovulatory<br />

Merino ewe by the 'ram effect'. J Reprod<br />

Fertil 1985; 75: 29-33.<br />

26. Sheskiu DJ. Handbook of parametric and<br />

nonparametric statistical procedures. 2 nd<br />

124


Efecto macho en cabritas<br />

ed. New York: Chapman & Hall/CRC<br />

2000: 147.<br />

27. Erario A, Escobar FJ, Rincón RM, <strong>de</strong> la<br />

Colina F, Meza C. Efecto <strong>de</strong>l fotoperíodo<br />

sobre la edad a la pubertad en la cabra.<br />

Rev Chapingo Serie Zonas Áridas 2004;<br />

3: 155-158<br />

28. Chemineau P. Possibilities of using bucks<br />

to stimulate ovarian and oestrous cycles<br />

in anovulatory goats- a review. Livest<br />

Prod Sci 1987; 17: 135-147.<br />

29. Restall BJ. Artificial insemination of<br />

Australian goats stimulated by the “buck<br />

effect. Proc Aust Soc Anim Prod 1988;<br />

17: 302-305.<br />

30. Walk<strong>de</strong>n-Brown SW, Restall BJ,<br />

Henniawati. The male effect in the<br />

Australian Cashmere goat. 1. Ovarian<br />

and behavioral response of seasonally<br />

anovulatory does following the<br />

introduction of bucks. Anim Reprod Sci<br />

1993; 32: 41-53.<br />

ABSTRACT<br />

Díaz-Gómez MO, Urrutia-Morales J, Ochoa-Cor<strong>de</strong>ro MA. EFFECT OF THE PRESENCE OF<br />

MALES ON THE START OF THE MATING SEASON OF PREPUBERAL BOER × NUBIAN F1<br />

FEMALE GOATS. This experiment was carried out in or<strong>de</strong>r to evaluate the effect of male presence on the<br />

start of seasonal reproductive activity in intact Boer×Nubian female kids. It was performed at the facilities of<br />

the Centro <strong>de</strong> Selección y Reproducción Caprina un<strong>de</strong>r the responsibility of the government of the state of<br />

San Luis Potosí in Mexico (22° 12’ N, 100° 55’ W, and at an altitu<strong>de</strong> of 1,835 m). We utilized 33 ¾ Boer × ¼<br />

Nubian prepuberal female goats weighing 34.2 ± 2.2 kg (mean ± sd) with ages between 8.2 and 9.4 months.<br />

Female goats were kept in stalls apart from male contact since the day they were born. On July 14 th , they were<br />

allowed to mix with two adult sexually active males of the same breed, which wore protective aprons in or<strong>de</strong>r<br />

to prevent mating. Goats were watched for estrus every day from 8:00 to 9:00 h and from 18:00 to 19:00 h<br />

during 42 days. 25 goats (75.7%) showed estrus during the experimental time period. Among these goats, 22<br />

(88.0%) showed estrus between days 7 and 10 after their introduction to the males, and 24 returned to estrus<br />

21.6 ± 2.2 days later. In conclusion, most of the Boer × Nubian 8 to 9 month-old female goats used in this<br />

study respon<strong>de</strong>d to the presence of males by showing estrus soon after their introduction and sustained<br />

ovarian activity in a similar fashion as it occurs during a regular mating season. <strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>;<br />

Keywords, prepuberal goats, male effect, Boer x Nubia<br />

125


COMPORTAMIENTO REPRODUCTIVO DE GANADO BOVINO PRODUCTOR DE<br />

CARNE<br />

José Carlos Vera-Chávez, Francisco Javier Escobar-Medina, Fe<strong>de</strong>rico <strong>de</strong> la Colina-Flores<br />

Unidad Académica <strong>de</strong> Medicina <strong>Veterinaria</strong> y Zootecnia, <strong>Universidad</strong> Autónoma <strong>de</strong> <strong>Zacatecas</strong><br />

E-mail: fescobar@uaz.edu.mx<br />

RESUMEN<br />

Se <strong>de</strong>terminó la condición corporal a través <strong>de</strong>l año y el comportamiento reproductivo <strong>de</strong> vacas productoras<br />

<strong>de</strong> carne bajo las condiciones <strong>de</strong> manejo animal prevalecientes en 3 ranchos a 21° 28’ <strong>de</strong> latitud norte y 103°<br />

20’ <strong>de</strong> longitud oeste; 1940 msnm, 750 – 800 mm <strong>de</strong> precipitación media anual y con variación <strong>de</strong><br />

temperatura ambiente entre 18-20 °C. En estos ranchos, los animales se mantienen bajo pastoreo durante todo<br />

el año, pertenecen a diferentes razas y son <strong>de</strong> distinta edad y número <strong>de</strong> partos. Las vacas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto<br />

permanecen con sus crías las 24 horas <strong>de</strong>l día hasta el <strong>de</strong>stete, el cual se realiza <strong>de</strong> 6 a 8 meses <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> los<br />

becerros. A<strong>de</strong>más, se mantienen en compañía <strong>de</strong> toros con capacidad reproductiva reconocida durante todo el<br />

tiempo. Por lo tanto, el empadre se realiza en el momento <strong>de</strong>l celo. Las explotaciones se visitaron<br />

semanalmente para <strong>de</strong>terminar la condición corporal <strong>de</strong> los animales durante un año (septiembre 2007- agosto<br />

2008); y se anotaron los eventos reproductivos más importantes: fecha <strong>de</strong> parto, empadre y <strong>de</strong>stete. El<br />

diagnóstico <strong>de</strong> gestación se realizó dos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l empadre. Las vaquillas concibieron por primera<br />

ocasión a los 21.5, 22.7 y 22.7 meses <strong>de</strong> edad en los ranchos 1, 2 y 3, respectivamente. El valor medio <strong>de</strong> la<br />

condición corporal, en el mismo or<strong>de</strong>n, fue <strong>de</strong> 5.2, 6.0 y 5.4. Las hembras redujeron significativamente<br />

(P


J C Vera-Chávez et al.<br />

a<strong>de</strong>cuadamente. 15,16 La nutrición <strong>de</strong> la vaca se<br />

pue<strong>de</strong> medir por medio <strong>de</strong> su condición corporal. 17<br />

El estudio <strong>de</strong> la fisiología reproductiva<br />

posparto permite i<strong>de</strong>ntificar los factores limitantes<br />

en la eficiencia reproductiva <strong>de</strong>l ganado bovino y<br />

buscar opciones para incrementarla y con esto<br />

aumentar la rentabilidad <strong>de</strong> las empresas<br />

<strong>de</strong>dicadas a la explotación <strong>de</strong>l ganado bovino. El<br />

propósito <strong>de</strong>l presente trabajo fue <strong>de</strong>terminar la<br />

condición corporal a través <strong>de</strong> un año y el<br />

comportamiento reproductivo <strong>de</strong> vacas<br />

productoras <strong>de</strong> carne bajo las condiciones <strong>de</strong><br />

manejo animal prevalecientes en el Teúl <strong>de</strong><br />

González Ortega, <strong>Zacatecas</strong>.<br />

MATERIAL Y MÉTODOS<br />

El estudio se realizó en tres ranchos <strong>de</strong> bovinos<br />

productores <strong>de</strong> carne <strong>de</strong>l Teúl <strong>de</strong> González Ortega,<br />

<strong>Zacatecas</strong>, a 21° 28’ 03” <strong>de</strong> latitud norte y 103°<br />

20’ 11” <strong>de</strong> longitud oeste; 1940 msnm, 750 - 800<br />

mm <strong>de</strong> precipitación media anual y con variación<br />

<strong>de</strong> temperatura ambiente entre 18 – 20 °C..<br />

El primer rancho cuenta con 37 animales,<br />

los cuales pastorean sobre gramas nativas<br />

conocidas comúnmente como cabeza <strong>de</strong> burro y<br />

pelillo <strong>de</strong> gato. En el terreno, a<strong>de</strong>más, se localizan<br />

árboles <strong>de</strong> roble, palo colorado y encino; así como<br />

arbustos <strong>de</strong> manzanilla.<br />

El segundo tiene <strong>de</strong> 9 vacas, pastorean<br />

durante todo el año en grama nativa Ban<strong>de</strong>rilla. El<br />

terreno cuenta, a<strong>de</strong>más, con huisache, tepame,<br />

vara dulce y nopal.<br />

El tercero posee 13 animales, pastorean<br />

sobre pasto cabezón y cabeza <strong>de</strong> burro, y su<br />

alimentación se complementa con rastrojo con<br />

maíz cada tercer día.<br />

Los 3 ranchos cuentan con animales <strong>de</strong><br />

diferente raza, edad y número <strong>de</strong> partos,<br />

consumen sales minerales para complementar su<br />

alimentación durante todo el año; cada seis meses<br />

se <strong>de</strong>sparasitan y se vacunan.<br />

Las vacas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto permanecen<br />

con sus crías durante todo el tiempo, las 24 horas<br />

<strong>de</strong>l día, hasta el <strong>de</strong>stete, el cual se realiza <strong>de</strong> 6 a 8<br />

meses <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> los becerros. A<strong>de</strong>más,<br />

permanecen en compañía <strong>de</strong> toros con capacidad<br />

reproductiva reconocida durante todo el tiempo;<br />

por lo tanto, el empadre se realiza en el momento<br />

<strong>de</strong>l celo.<br />

Las explotaciones se visitaron<br />

semanalmente para <strong>de</strong>terminar la condición<br />

corporal <strong>de</strong> los animales durante un año<br />

(septiembre 2007 – agosto 2008). A<strong>de</strong>más, se<br />

anotaron los eventos reproductivos que se<br />

presentaron: fechas <strong>de</strong>l parto, empadre y <strong>de</strong>stete<br />

<strong>de</strong> las crías. El diagnóstico <strong>de</strong> gestación se realizó<br />

dos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l empadre.<br />

Procesamiento <strong>de</strong> datos<br />

Los resultados se interpretaron mediante<br />

estadística <strong>de</strong>scriptiva <strong>de</strong> la condición corporal en<br />

los animales durante el experimento. Las<br />

observaciones se dividieron en 2 partes; la primera<br />

<strong>de</strong> la semana 1 a 24, con la intención <strong>de</strong> evaluar<br />

la pérdida <strong>de</strong> condición corporal <strong>de</strong> las vacas<br />

conforme transitaban <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> lluvias a la<br />

temporada <strong>de</strong> sequía. La segunda <strong>de</strong> la semana 25<br />

a 48 para establecer la diferencia entre ranchos.<br />

Los datos se analizaron por medio <strong>de</strong>l paquete<br />

estadístico SPSS versión 14, con base en el<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> mediciones repetidas siguiente:<br />

Y ijk = µ ί + B ί x + C (ij) + E (ij)<br />

Don<strong>de</strong>:<br />

Y ijk es la condición corporal,<br />

µ ί valor <strong>de</strong> condición corporal como or<strong>de</strong>nada al<br />

origen,<br />

B ί x ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la condición corporal con<br />

respecto a la semana <strong>de</strong>l experimento,<br />

C (ij) efecto <strong>de</strong> el individuo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada rancho,<br />

E (ij) error experimental.<br />

Para probar la hipótesis con respecto al<br />

intervalo entre partos se utilizaron los intervalos<br />

<strong>de</strong> confianza para la media, basados en el<br />

promedio aritmético y el promedio geométrico,<br />

también se estudiaron los intervalos <strong>de</strong> confianza<br />

para la media <strong>de</strong> días abiertos.<br />

RESULTADOS<br />

Los becerros pesaron 29.5 Kg al nacimiento en el<br />

rancho 1 y 32.3 Kg en el rancho 2. De acuerdo a<br />

su grupo genético, las crías <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> razas<br />

europeas pesaron 30.6 Kg y 29.3 Kg la cruza cebú<br />

x europeo al nacimiento. Las vaquillas<br />

concibieron por primera ocasión a los 21.5, 22.7 y<br />

22.7 meses en los ranchos 1, 2 y 3<br />

respectivamente. La primera concepción <strong>de</strong> los<br />

animales <strong>de</strong> acuerdo al grupo genético se registró<br />

a los 21.4 y 26.6 en los animales <strong>de</strong> razas<br />

europeas y cebú, respectivamente. Los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong><br />

esta información se presentan en el Cuadro 1.<br />

Las edad media <strong>de</strong> las vacas fue <strong>de</strong> 54.4,<br />

46.3 y 50.3 meses en los ranchos 1, 2 y 3,<br />

respectivamente. Las cuales al inicio <strong>de</strong>l<br />

experimento tenían 2.7, 2.0 y 2.3 partos. Con<br />

relación al grupo genético, las hembras <strong>de</strong> razas<br />

128


Reproducción bovinos productores <strong>de</strong> carne<br />

europeas registraron 45.9 meses <strong>de</strong> edad y 49.7<br />

meses la cruza <strong>de</strong> europeo x cebú. Ambos grupos<br />

genéticos habían tenido 2 partos. Los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong><br />

esta información se pue<strong>de</strong>n observar en el Cuadro<br />

2.<br />

En la Figura 1 se presenta la condición<br />

corporal <strong>de</strong> las vacas durante todo el estudio. Las<br />

hembras redujeron significativamente (P < 0.05)<br />

el valor <strong>de</strong> esta variable conforme transcurrieron<br />

los primeros 9 meses <strong>de</strong>l trabajo, excepto en el<br />

rancho 3. Posteriormente, las hembras <strong>de</strong>l rancho<br />

2 aumentaron su condición corporal hasta<br />

presentar el mismo valor que al principio <strong>de</strong>l<br />

experimento. Las vacas <strong>de</strong>l rancho 1, por su parte,<br />

incrementaron la condición corporal en los<br />

últimos 3 meses <strong>de</strong>l estudio, pero no alcanzaron el<br />

mismo valor que al principio <strong>de</strong>l estudio.<br />

Las vacas <strong>de</strong>l rancho 2 no se<br />

comportaron <strong>de</strong> la misma manera que las hembras<br />

<strong>de</strong> las otras explotaciones. Al principio <strong>de</strong>l trabajo<br />

mantuvieron la misma condición corporal durante<br />

dos meses, posteriormente la redujeron<br />

paulatinamente hasta febrero; valor que<br />

mantuvieron hasta el final <strong>de</strong>l experimento<br />

(Figura 1).<br />

El promedio <strong>de</strong> la condición corporal fue<br />

<strong>de</strong> 5.2, 6.0 y 5.4 en las vacas <strong>de</strong> los ranchos 1, 2 y<br />

3, respectivamente. Las cuales registraron, en el<br />

mismo or<strong>de</strong>n, 202.4, 345.0 y 219.3 días <strong>de</strong><br />

intervalo entre parto y concepción. Esta<br />

información se muestra en el Cuadro 3.<br />

Con relación al grupo genético <strong>de</strong>l<br />

animal, las vacas <strong>de</strong> razas europeas presentaron<br />

5.5 <strong>de</strong> condición corporal y 5.4 la cruza europeo x<br />

cebú. El intervalo parto concepción fue <strong>de</strong> 230.9 y<br />

238.9 días en las hembras <strong>de</strong> razas europeas y la<br />

cruza <strong>de</strong> europeo x cebú, respectivamente (Cuadro<br />

3).<br />

Cuadro 1. Medias (± DE) <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong> los becerros al nacimiento y edad a la primera<br />

concepción con relación al rancho y grupo genético<br />

Rancho Peso <strong>de</strong>l becerro Edad a la primera concepción<br />

1<br />

2<br />

3<br />

Grupo genético<br />

Europeo<br />

Europeo x Cebú<br />

29.5 ± 2.1<br />

32.3 ± 2.5<br />

30.6 ± 2.2<br />

29.3 ± 1.7<br />

25.1 ± 3.9<br />

22.7 ± 9.2<br />

22.7 ± 5.3<br />

21.4 ± 5.6<br />

26.6 ± 2.9<br />

Cuadro 2. Medias (± DE) <strong>de</strong> la edad y número <strong>de</strong> partos en las vacas<br />

con relación al rancho y grupo genético<br />

Rancho Edad <strong>de</strong> las vacas Número <strong>de</strong> partos<br />

(meses)<br />

1<br />

54.4 ± 19.7<br />

2.7 ± 1.9<br />

2<br />

3<br />

Grupo genético<br />

Europeo<br />

Europeo x Cebú<br />

46.3 ± 11.9<br />

50.3 ± 12.7<br />

45.9 ± 19.5<br />

49.7 ± 23.0<br />

2.0 ± 1.7<br />

2.3 ± 1.2<br />

2.0 ± 1.8<br />

2.0 ± 2.1<br />

129


J C Vera-Chávez et al.<br />

DISCUSIÓN<br />

La edad a la primera concepción en las vaquillas<br />

<strong>de</strong>l presente trabajo se presentó en dos ranchos a<br />

los 22.7 meses y a 25.1 meses en la otra<br />

explotación. Edad más tardía que otro estudio<br />

realizado en la misma región, con similares<br />

grupos genéticos e igual manejo <strong>de</strong> los animales,<br />

Larios-Jiménez et al. 18 encontraron la primera<br />

concepción a la edad <strong>de</strong> 15 a 20 meses en un<br />

trabajo realizado en 11 explotaciones <strong>de</strong> ganado<br />

bovino. Por lo tanto, en el presente estudio, los<br />

animales parieron por primera ocasión <strong>de</strong> 31.7 a<br />

34.1 meses <strong>de</strong> edad; 7.7 a 10.1 meses <strong>de</strong> retraso<br />

que la capacidad reproductiva <strong>de</strong> las vaquillas. La<br />

edad óptima al primer parto es <strong>de</strong> 2 años en esta<br />

especie. 19<br />

Cuadro 3. Medias (± DE) <strong>de</strong> la condición corporal y duración <strong>de</strong>l intervalo parto –<br />

concepción (días) <strong>de</strong> las vacas con relación al ranchos y grupo genético<br />

Rancho Condición corporal Intervalo parto - concepción<br />

1<br />

2<br />

3<br />

Grupo genético<br />

Europeo<br />

Europeo x Cebú<br />

5.2 ± 0.6<br />

6.0 ± 0.5<br />

5.4 ± 0.5<br />

5.5 ± 0.7<br />

5.4 ± 0.6<br />

204.2 ± 149.2<br />

345.0 ± 48.5<br />

219.3 ± 123.3<br />

230.9 ± 157.3<br />

238.9 ± 153.5<br />

8<br />

Figura 1. Condición corporal semanal en las vacas <strong>de</strong><br />

los 3 ranchos<br />

7<br />

Condición corporal<br />

6<br />

5<br />

4<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

Fecha<br />

Rancho 1 Rancho 2 Rancho 3<br />

130


Reproducción bovinos productores <strong>de</strong> carne<br />

La edad tardía a la primera concepción <strong>de</strong><br />

las vaquillas <strong>de</strong>l presente trabajo seguramente se<br />

<strong>de</strong>bió a la nutrición <strong>de</strong> los animales, se<br />

mantuvieron en pastoreo sin cantida<strong>de</strong>s<br />

importantes <strong>de</strong> complemento alimenticio. Las<br />

hembras alimentadas con nivel elevado <strong>de</strong> energía<br />

en la ración presentan la pubertad a edad más<br />

joven, 20,21 incluso se pue<strong>de</strong> inducir antes <strong>de</strong> 300<br />

días <strong>de</strong> edad, con el incremento <strong>de</strong> la proporción<br />

<strong>de</strong> granos en la dieta. 22-24 Las becerras <strong>de</strong>l<br />

nacimiento a la pubertad no manifiestan ciclos<br />

estrales <strong>de</strong>bido a la retroalimentación negativa <strong>de</strong>l<br />

estadiol ovárico sobre el eje hipotálamo-hipófisisgónada.<br />

24-26 El resultado, la secreción <strong>de</strong> GnRH en<br />

hipotálamo y gonadotropinas en lóbulo anterior <strong>de</strong><br />

hipófisis no es a<strong>de</strong>cuada para la maduración<br />

folicular, la ovulación y el mantenimiento <strong>de</strong>l<br />

cuerpo lúteo; en síntesis, la ovulación no se<br />

presenta. 27,28 La secreción <strong>de</strong>l factor <strong>de</strong><br />

crecimiento parecido a la insulina (IGF-1) se<br />

relaciona con la nutrición <strong>de</strong>l animal, a edad más<br />

joven en las vaquillas mejor alimentadas. 29 Este<br />

factor contribuye a <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar el concierto<br />

hormonal <strong>de</strong>l eje hipotálamo-hipófisis-ovario para<br />

la ovulación. 30<br />

Las vaquillas cruzadas <strong>de</strong> cebú en el<br />

presente trabajo tendieron a incrementar la edad a<br />

la primera concepción, y por consiguiente la<br />

ten<strong>de</strong>ncia a edad más tardía al primer parto, que<br />

las hembras <strong>de</strong> razas europeas, lo cual coinci<strong>de</strong><br />

con la información <strong>de</strong> la literatura. 18,31,32<br />

El ganado bovino tiene la capacidad <strong>de</strong><br />

presentar intervalos entre partos <strong>de</strong> 12 meses o<br />

menos, esto se <strong>de</strong>be a la duración <strong>de</strong> su gestación<br />

(9 meses). Por lo tanto, en los hatos don<strong>de</strong> se<br />

<strong>de</strong>see mantener eficiencia reproductiva óptima, las<br />

vacas <strong>de</strong>ben concebir durante los 3 meses<br />

posteriores al parto. Las hembras <strong>de</strong>l presente<br />

trabajo presentaron 204.2, 345.0 y 219.3 días <strong>de</strong><br />

intervalo entre parto y primera concepción, en los<br />

ranchos 1, 2 y 3, respectivamente; es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong><br />

114.2 a 255 días <strong>de</strong> retraso con relación a las<br />

vacas con eficiencia reproductiva óptima. Estos<br />

resultados se <strong>de</strong>bieron a la condición corporal <strong>de</strong><br />

los animales, se redujo paulatinamente conforme<br />

transcurrió la primera parte <strong>de</strong>l estudio, <strong>de</strong> la<br />

semana 1 a la 24, en su tránsito <strong>de</strong> la temporada<br />

<strong>de</strong> lluvias a la época <strong>de</strong> sequía. En la semana 24<br />

(11 <strong>de</strong> febrero) los animales aún se encontraban en<br />

la estación <strong>de</strong> invierno y continuaron reduciendo<br />

el valor <strong>de</strong> su condición corporal hasta la semana<br />

37 (12 <strong>de</strong> mayo) don<strong>de</strong> se registró el menor valor.<br />

Lo anterior sumado a la presencia <strong>de</strong>l<br />

becerro durante todo el tiempo junto a la madre<br />

para su amamantamiento hasta el <strong>de</strong>stete,<br />

contribuyo a reducir la eficiencia reproductiva <strong>de</strong><br />

estos animales. El amamantamiento o la presencia<br />

únicamente (aunque no lo amamante) <strong>de</strong>l becerro<br />

participa en el incremento <strong>de</strong>l intervalo <strong>de</strong>l parto<br />

al primer estro y por consiguiente a la concepción<br />

en el período posparto. Lo cual se <strong>de</strong>be al<br />

incremento <strong>de</strong> la sensibilidad hipotalámica <strong>de</strong>l<br />

efecto <strong>de</strong> retroalimentación negativa <strong>de</strong>l estradiol<br />

ovárico, con la subsiguiente reducción en la<br />

secreción <strong>de</strong> GnRH en hipotálamo y LH en<br />

hipófisis anterior. 33 Por lo tanto, no se completa la<br />

maduración folicular y no se presenta la<br />

ovulación. El amamantamiento también pue<strong>de</strong><br />

reducir la secreción <strong>de</strong> LH por un mecanismo<br />

in<strong>de</strong>pendiente al estradiol ovárico. 33 En el proceso<br />

neural intermedio entre amamantamiento y<br />

secreción <strong>de</strong> GnRH podrían participar<br />

neurotransmisores, péptidos opioi<strong>de</strong>s endógenos, 34<br />

y hormonas como la oxitocina. 35 Aplicación <strong>de</strong><br />

antagonistas <strong>de</strong> opioi<strong>de</strong>s endógenos (naloxona)<br />

incrementan la frecuencia pulsátil <strong>de</strong> LH en vacas<br />

lactando, 36 acorta el anestro posparto y con ello<br />

aumenta la eficiencia reproductiva. 37 La reducción<br />

<strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> permanencia entre madre y cría es<br />

buena opción para disminuir la duración <strong>de</strong>l<br />

anestro posparto en el ganado bovino, como se ha<br />

llevado a cabo en otros hatos. 38,39 Sin embargo, no<br />

se acostumbra en la región don<strong>de</strong> se realizó el<br />

presente trabajo. Sería interesante investigar la<br />

influencia <strong>de</strong>l amamantamiento bajo las<br />

condiciones <strong>de</strong> esta región para conocer con<br />

exactitud su capacidad para incrementar la<br />

eficiencia reproductiva <strong>de</strong> los animales.<br />

Con base en la duración media <strong>de</strong> la<br />

gestación en el ganado bovino, 280 días, 40 las<br />

vacas <strong>de</strong>l presente trabajo presentaron intervalos<br />

entre partos <strong>de</strong> 484.2 a 625 días, lo cual es más<br />

largo que otros estudios realizados en la misma<br />

región; Larios-Jiménez et al. 18 encontraron en<br />

promedio 397.4 días <strong>de</strong> intervalo, con 359 días<br />

como menor valor y 454 el mayor.<br />

El año en el cual se realizó este trabajo<br />

probablemente fue atípico en la región, con menor<br />

precipitación pluvial y por consiguiente menor<br />

disponibilidad <strong>de</strong> alimento. Los gana<strong>de</strong>ros, en<br />

general, conocen bien sus animales, y aunque no<br />

se cuenta con registros en todos los hatos,<br />

recuerdan con aceptable aproximación las fechas<br />

<strong>de</strong> los principales eventos reproductivos. 18 Con<br />

base en la información proporcionada por los<br />

dueños <strong>de</strong> los ranchos, la edad <strong>de</strong> las vacas varió<br />

<strong>de</strong> 46.3 a 54.4 meses y habían tenido <strong>de</strong> 2 a 2.7<br />

partos. Sí a la edad <strong>de</strong> los animales se le resta la<br />

131


J C Vera-Chávez et al.<br />

fecha probable <strong>de</strong>l primer parto, y con el resultado<br />

se calculan los intervalos entre partos con base al<br />

número <strong>de</strong> partos, las vacas mantuvieron<br />

intervalos entre partos mayores a 12 meses pero<br />

más cortos a los encontrados en el tiempo que se<br />

realizó el estudio. Por lo tanto, la eficiencia<br />

reproductiva fue mayor en los años anteriores y<br />

comparable con el otro estudio realizado bajo<br />

condiciones similares. 18 Sería interesante<br />

continuar con esta línea <strong>de</strong> investigación para<br />

conocer con <strong>de</strong>talle la eficiencia reproductiva <strong>de</strong><br />

los hatos <strong>de</strong> esta región. Para lo cual es<br />

recomendable incluir otras variables como<br />

disponibilidad <strong>de</strong> alimentos a través <strong>de</strong>l año y<br />

someter las vacas periódicamente a diagnóstico <strong>de</strong><br />

crecimiento folicular y ovulación, por medio <strong>de</strong><br />

palpación rectal o ultrasonografía.<br />

En estos ranchos, las vacas presentan sus<br />

partos durante todo el año, como suce<strong>de</strong> en<br />

muchas explotaciones <strong>de</strong>l campo mexicano, no se<br />

han programado en forma estacional. Las<br />

acompañan toros <strong>de</strong> capacidad reproductiva<br />

reconocida durante todo el tiempo. Por lo tanto, el<br />

empadre se realiza en el momento <strong>de</strong> manifestar<br />

estro. Lo cual constituye una ventaja para estudiar<br />

la eficiencia reproductiva bajo condiciones<br />

diferentes a la mayoría <strong>de</strong> los estudios en este<br />

campo <strong>de</strong>l conocimiento. Se podrían establecer la<br />

diferencia en la eficiencia reproductiva <strong>de</strong> las<br />

vacas conforme transcurren las épocas <strong>de</strong>l año y<br />

relacionarlas con la reducción e incremento <strong>de</strong> la<br />

condición corporal.<br />

CONCLUSIÓN<br />

Los animales en el presente trabajo concibieron<br />

por primera ocasión entre 22.7 y 25.1 meses <strong>de</strong><br />

edad. Por lo tanto, presentaron su primer parto <strong>de</strong><br />

31.7 a 34.1 meses <strong>de</strong> edad; 7 a 10.1 <strong>de</strong> retraso que<br />

la capacidad reproductiva <strong>de</strong> las vaquillas. El<br />

intervalo parto - concepción varió <strong>de</strong> 204.2 a<br />

345.0 días, <strong>de</strong> 114.2 a 255 días <strong>de</strong> retraso con<br />

relación a las vacas con eficiencia reproductiva<br />

óptima. Este comportamiento reproductivo se<br />

<strong>de</strong>bió a la reducción paulatina en la condición<br />

corporal <strong>de</strong> las vacas durante la mayor parte <strong>de</strong>l<br />

año.<br />

REFERENCIAS<br />

1. Ungerfeld R. Socio-sexual signalling and<br />

gonadal function: opportunities for<br />

reproductive management in domestic<br />

ruminants. Soc Reprod Fertil 2007; 64<br />

(Suppl): 207-221.<br />

2. Scaramuzzi RJ, Martin GB. The<br />

importance of interaction among nutrition,<br />

seasonality and socio-sexual factors in the<br />

<strong>de</strong>velopment of hormone free methods for<br />

controlling fertility. Reprod Domest Anim<br />

2008; 43 (Suppl 2): 129-136.<br />

3. Griffith MK, Williams GL. Roles of<br />

maternal vision and olfaction in sucklingmediated<br />

inhibition of luteinizing<br />

hormone secretion. Expression of<br />

maternal selectivity, and lactation<br />

performance of beef cows. Biol Reprod<br />

1996; 54: 761-768.<br />

4. Clarke IJ. Two <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>s of measuring<br />

GnRH secretion. Reproduction 2002; 59<br />

(Suppl): 1-13.<br />

5. Walters DL, Schams D, Schallemberger<br />

E. Pulsatile secretion of goandotropins,<br />

ovarian steroids and ovarian oxytocin<br />

during luteal phase of the oestrous cycle<br />

in the cow. J Reprod Fertil 1984; 71: 479-<br />

491.<br />

6. Riley GM, Peters AR, Lamming GE.<br />

Induction of pulsatile LH release, FSH<br />

release and ovulation in post-partum<br />

acyclic beef cows by repeated small doses<br />

of GNRH. J Reprod Fertil 1981; 63: 559-<br />

565.<br />

7. Webb R, Garnsworthy PC, Gong JC,<br />

Armstrog DG. Control of follicular<br />

growth: local interactions and nutritional<br />

influences. J Anim Sci 2004; 82 (E-<br />

Suppl): E63-74.<br />

8. Sun<strong>de</strong>rland SJ, Crowe MA, Boland MP,<br />

Roche JF, Ireland JJ. Selection,<br />

dominance and atresia of follicles during<br />

the oestrous cycle of heifers. J Reprod<br />

Fertil 1994; 101: 547-555.<br />

9. Hansel W, Concannon PW, Lukaszewska<br />

JH. Corpora lutea of the large domestic<br />

animals. Biol Reprod 1973; 8: 222-245.<br />

10. Price CA, Webb R. Steroid control of<br />

gonadotropin secretion and ovarian<br />

function in heifers. Endocrinology 1988;<br />

122: 2222-2231.<br />

11. Butler WR, Katz LS, Arriola J, Milvae<br />

RA, Foot RH. On negative feedback<br />

regulation of gonadotropins in castrate<br />

and intact cattle with comparison of two<br />

FSH radioimmunoassys. J Anim Sci 1983;<br />

56: 919-929.<br />

132


Reproducción bovinos productores <strong>de</strong> carne<br />

12. Ireland JJ, Roche JF. Effect of<br />

progesterone of basal and LH and<br />

episodic LH and FSH secretion in heifers.<br />

J Reprod Fertil 1982; 64: 295-302.<br />

13. Hansel W, Shemesh M, Hixon J,<br />

Lukaszewska J. Extraction, isolation and<br />

i<strong>de</strong>ntification of a luteolytic substance<br />

from bovine endometrium. Biol Reprod<br />

1975; 13: 30-37.<br />

14. Kindahl H, Lin<strong>de</strong>ll JO, Edqvist LE.<br />

Release of prostaglandin F 2 α during the<br />

oestrous cycle. Acta vet scand 1982; 77<br />

(Suppl): 143-158.<br />

15. Stagg K, Diskin MG, Sreenan JM, Roche<br />

JF. Follicular <strong>de</strong>velopment in long-term<br />

anoestrous suckler beef cows fed two<br />

levels of energy postpartum. Amin<br />

Reprod Sci 1995; 38: 49-61.<br />

16. Spitzer JC, Morrison DG, Wettemann RP,<br />

Faulkner LC. Reproductive responses and<br />

calf birth and weaning weights as affected<br />

by body condition at parturition and<br />

postpartum weight gains in primiparous<br />

beef cows. J Anim Sci 1995; 73: 1251-<br />

1257.<br />

17. Dziuk PJ, Bellows RA. Management of<br />

reproduction of beef cattle, sheep and<br />

pigs. J Anim Sci 1983; 57 (Suppl 2): 355-<br />

379.<br />

18. Larios-Jiménez A, Escobar-Medina FJ,<br />

Flores-Sandoval F, <strong>de</strong> la Colina-Flores F.<br />

Eficiencia reproductiva <strong>de</strong>l ganado bovino<br />

productor <strong>de</strong> carne. Vet Zac 2007; 3: 21-<br />

31.<br />

19. Lesmeister JL, Burfening PJ, Blackwell<br />

RL. Date of first calving in beef cows and<br />

subsequent calf production. J Anim Sci<br />

1973; 36: 1-6.<br />

20. Kurz SG, Dyer RM, Hu Y, Wright MD,<br />

Day ML. Regulation of luteinizing<br />

hormone secretion in prepubertal heifers<br />

fed an energy-<strong>de</strong>ficiency diet. Biol Reprod<br />

1990; 43: 450-456.<br />

21. Day ML, Imakawa K, Zalesky DD, Kittok<br />

RJ, Kin<strong>de</strong>r JE. Effects of restriction of<br />

dietary energy intake during the<br />

prepubertal period on secretion of<br />

luteinizing hormone and responsiveness<br />

of the pituitary to luteinizing hormonereleasing<br />

hormone in heifers. J Anim Sci<br />

1986; 62: 1641-1648.<br />

22. Gasser CL, Grum DE, Mussard ML,<br />

Fluhart FL, Kin<strong>de</strong>r JE, Day ML. Induction<br />

of precocious puberty in heifers I:<br />

enhanced secretion of luteinizing<br />

hormone. J Anim Sci 2006; 84: 2035-<br />

2041.<br />

23. Gasser CL, Burke CR, Mussard ML,<br />

Behlke EJ, Grum DE, Kin<strong>de</strong>r JE, Day<br />

ML. Induction of precocious puberty in<br />

heifers II: advanced ovarian follicular<br />

<strong>de</strong>velopment. J Anim Sci 2006; 84: 2042-<br />

2049.<br />

24. Gasser CL, Bridges GA, Mussard ML,<br />

Grum DE, Kin<strong>de</strong>r JE, Day ML. Induction<br />

of precocious puberty in heifers III.:<br />

hastened reduction of estradiol negative<br />

feedback on secretion of luteinizing<br />

hormone. J Anim Sci 2006; 84: 2050-<br />

2056.<br />

25. An<strong>de</strong>rson WJ, Forrest DW, Schulze AL,<br />

Kraemer DC, Bowen MJ, Harms PG.<br />

Ovarian inhibition of pulsatile luteinizing<br />

hormone secretion in prepubertal Holstein<br />

heifers. Domest Anim Endocrinol 1985;<br />

2: 85-91.<br />

26. An<strong>de</strong>rson WJ, Forrest DW, Goff BA,<br />

Shaikh AA, Harms PG. Ontogeny of<br />

ovarian inhibition of pulsatile luteinizing<br />

hormone secretion in postnatal Holstein<br />

heifers. Domest Anim Endocrinol 1986;<br />

3: 107-116.<br />

27. Evans AC, Currie WD, Rawlings NC.<br />

Effects of naloxone on circulating<br />

gonadotropin concentrations in prepuberal<br />

heifers. J Reprod Fertil 1992; 96: 847-<br />

855.<br />

28. Day ML, Imakawa K, Garcia-Win<strong>de</strong>r M,<br />

Zalesky DD, Schanabacher BD, Kittok<br />

RJ, Kin<strong>de</strong>r JE. Endocrine mechanism of<br />

puberty in heifers: estradiol negative<br />

feedback regulation on luteinizing<br />

hormone secretion. Biol Reprod 1984; 31:<br />

332-341.<br />

29. Yelich JV, Wetteman RP, Marston TT,<br />

Spicer LJ. Luteinizing hormone, growth<br />

hormone, insulin like growth factor-I,<br />

insulin and metabolites before puberty in<br />

heifers fed to gain at two rates. Domest<br />

Anim Endocrinol 1996; 13: 325-338.<br />

30. Hashizime T, Kumahara A, Fujino M,<br />

Okada K. Insulin-like growth factor I<br />

enhances gonadotropin-releasing<br />

hormone-stimulated luteinizing hormone<br />

release from bovine anterior pituitary<br />

cells. Anim Reprod Sci 2002; 70: 13-21.<br />

133


J C Vera-Chávez et al.<br />

31. Chenoweth PJ. Aspects of reproduction in<br />

female Bos indicus cattle: a review. Aust<br />

Vet J 1994; 71: 422-426.<br />

32. Wiltbank JN, Spitzer JC. Investigaciones<br />

recientes sobre la reproducción regulada<br />

en el ganado bovino. Rev Mundial Zoot<br />

1978; 27: 30-35.<br />

33. Zalesky DD, Forrest DW, McArthur NH,<br />

Wilson JM, Morris DL, Harms PG.<br />

Suckling inhibits release of luteinizing<br />

hormone-release hormone from the bovine<br />

median eminence following ovariectomy.<br />

J Anim Sci 1990; 68: 444-448.<br />

34. McNelly AS. Suckling and the control of<br />

gonadotropin secretion. In: Knobil E, Neil<br />

J. The Physiology of Reproduction.<br />

Second ed. Raven Press: New York 1994:<br />

1179-1212.<br />

35. Stevenson JS, Knoppel EL, Minton JE,<br />

Salfen BE, Garverick HA. Estrus,<br />

ovulation, luteinizing hormone, and<br />

suckling-induced hormones in<br />

mastectomized cows with and without<br />

unrestricted presence of the calf. J Anim<br />

Sci 1994; 72: 690-699.<br />

36. Cross JC, Rutter LM, Manns JG. Effects<br />

of progesterone and weaning on LH and<br />

FSH responses to naloxone in postpartum<br />

beef cows. Domest Anim Endocrinol<br />

1987; 4: 111-122.<br />

37. Stevenson JS, Jaeger JR, Rettmer I, Smith<br />

MW, Corah LR. Luteinizing hormone<br />

release and reproductive traits in<br />

anestrous, estrus cycling, and<br />

ovariectomized cattle after tyrosine<br />

supplementation. J Anim Sci 1997; 75:<br />

2754-2761.<br />

38. Lamb GC, Miller BL, Lynch JM,<br />

Thompson KE, Heldt JS, Loest CA,<br />

Gireger DM, Stevenson JS. Twice daily<br />

suckling but not milking with calf<br />

presence prolongs postpartum<br />

anovulation. J Anim Sci 1999; 77: 2207-<br />

2218.<br />

39. Bell DJ, Spitzer JC, Burns GL.<br />

Comparative effects of early weaning or<br />

once-daily suckling on occurrence of<br />

postpartum estrus in primiparous beef<br />

cows. Theriogenology 1998; 50: 707-715.<br />

40. Jainu<strong>de</strong>en MR, Hafez ESE. Cattle and<br />

water buffalo. In: Hafez ESE.<br />

Reproduction in Farm Animals. 6 ed. Lea<br />

and Febiger: Phila<strong>de</strong>lphia, 1993: 297-314.<br />

ABSTRACT<br />

Vera-Chávez JC, Escobar-Medina FJ, <strong>de</strong> la Colina-Flores F. Reproductive behavior in beef cattle. Body<br />

condition and reproductive behavior were recor<strong>de</strong>d in beef cattle dams kept un<strong>de</strong>r the prevailing management<br />

conditions of three average ranches in Southern <strong>Zacatecas</strong>, Mexico. These ranches are located around 21° 28’<br />

N and 103° 20’ W; at an altitu<strong>de</strong> of 1,970 m; receive an annual rainfall between 750 and 800 mm, and have a<br />

mean annual temperature ranging from 18 to 20 °C. Dams graze un<strong>de</strong>r range conditions all year long and<br />

have a variety of racial compositions, ages and parities. Calves are kept together with their mothers all day<br />

long until weaning at 6 to 8 months of age. Besi<strong>de</strong>s, dams are in the company of proven sire bulls all the time.<br />

Therefore, mating takes place at the moment cows show estrus. Body condition was estimated weekly for a<br />

year (from September 2007 to august 2008), and relevant reproductive events, such as dates of mating, birth<br />

and weaning, were recor<strong>de</strong>d as well. Cows were checked for pregnancy two months after mating. Heifers’<br />

first conception occurred at 21.5, 22.7 and 22.7 months of age in ranches 1, 2 and 3, respectively. Mean<br />

annual body condition was 5.2, 6.0 and 5.4, in the same or<strong>de</strong>r. Cows showed a steady <strong>de</strong>crease (P < 0.05) in<br />

body condition during the first nine months of the experiment in ranches 1 and 2. Afterwards, cows recovered<br />

during the remaining three month but they did not reach the body condition they had at the beginning of the<br />

experiment. However, the cows in ranch 3 behaved differently to those in the other ranches. They kept their<br />

original body condition during the first two months of the experiment, after which they began to lose<br />

condition slowly until February 2008. From this month on, these cows maintained the same mean body<br />

condition until the end of the experiment. Cows had a mean parturition to conception interval of 202, 345 and<br />

219 days in ranches 1, 2 and 3 respectively. It can be conclu<strong>de</strong>d that the animals monitored in this study<br />

presented a lower than optimum reproductive capacity due to the gradual loss of body condition they suffered<br />

during most of the year. <strong>Veterinaria</strong> <strong>Zacatecas</strong> <strong>2009</strong>; 3: 127-134<br />

Keywords: reproductive behavior, beef cattle, body condition<br />

134

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!