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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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29a. reunión - continuación 22a. sesión ordinaria<br />

legislaturas provinciales, la Sala <strong>de</strong> Representantes <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires, los concejos<br />

municipales <strong>de</strong> las provincias; que se removía a los miembros <strong>de</strong> la Corte Suprema <strong>de</strong> Justicia…”<br />

Entonces, el país necesita la evolución correspondiente. Nosotros estamos haciendo los aportes<br />

en el campo político; pero necesitamos <strong>de</strong>finitivamente una corresponsabilidad <strong>de</strong> esta conciencia.<br />

Tengo confianza.<br />

Yo preguntaría qué insulto, qué agresión, le hizo algún partido político a los sectores militares<br />

para este <strong>de</strong>sencuentro que ahora tenemos que reparar. ¿Qué actitud grosera tuvo la Unión<br />

Cívica Radical en la historia contra las Fuerzas Armadas? Yrigoyen <strong>de</strong>cía que los militares eran<br />

ciudadanos y conspiraba con ellos para rescatar el campo <strong>de</strong> la soberanía popular, como en 1893<br />

ó 1905. Lo mismo cuando hablaba con el criterio civil al hombre que tenía que custodiar esto que<br />

nosotros preten<strong>de</strong>mos: soberanía, institución, integración territorial, el prestigio <strong>de</strong> la Nación.<br />

Asimismo ¿qué agresión les ha hecho el justicialismo, que representa la mitad <strong>de</strong> la República, y<br />

que incluso nació incubado en la pretensión social <strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> las propias Fuerzas Armadas<br />

para que fuera recibiendo golpes militares?<br />

Todo este dolor sirvió para que ahora estemos aprendiendo una lección que, evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

tenemos que absorber todos los argentinos.<br />

Hace muchos años, en 1974, tuve el atrevimiento <strong>de</strong> dar una breve conferencia en el Comité<br />

Latinoamericano <strong>de</strong> la Unión Cívica Radical, sobre el tema: “Fuerzas Armadas en la política <strong>de</strong><br />

Latinoamérica”.<br />

Dije entonces algunas cosas que me voy a permitir repetir, con la autorización <strong>de</strong> los señores<br />

senadores. Les pido disculpas y seré muy breve.<br />

Yo hablaba <strong>de</strong> la inestabilidad política <strong>de</strong> nuestras naciones y <strong>de</strong>cía que las revoluciones y<br />

las guerras por nuestra in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia se lucieron en una América inmóvil, con una estructura<br />

social marginada <strong>de</strong> los mercados, con altos porcentajes <strong>de</strong> analfabetismo y, principalmente, sin<br />

organización.<br />

Esto afirmó un proceso <strong>de</strong> caudillismo, y po<strong>de</strong>mos citar el caudillismo militar, que en sus<br />

distintas etapas estuvo factoreado por todos estos ingredientes. Y aparece no sólo en países <strong>de</strong><br />

América, sino también en muchos otros. Había muchas colonias en Asia y en África. Y dije que<br />

si pudiéramos invertir los calendarios, si Lumumba hubiera vivido en la época <strong>de</strong> Moreno y éste<br />

en la época <strong>de</strong> aquél, seguramente habrían matado a Mariano Moreno por las mismas causas por<br />

las que asesinaron a Lumumba.<br />

Ocurre que la probabilidad <strong>de</strong> estabilidad política es alta cuando las inquietu<strong>de</strong>s sociales son<br />

bajas. A este respecto —esto es lo que quería mencionar, tal vez como uno <strong>de</strong> los factores <strong>de</strong><br />

nuestra inestabilidad—, Lambert sostiene que una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> las perturbaciones es la que él<br />

llama “la contracción <strong>de</strong> la historia”, que obliga a efectuar en pocos años cambios que, por ejemplo,<br />

en Europa se produjeron en largos y silenciosos siglos. En tiempos <strong>de</strong> nuestra emancipación<br />

americana el capitalismo ya triunfaba en Europa y en Estados Unidos, mientras que el dominio<br />

<strong>de</strong> España y la naturaleza <strong>de</strong> una sociedad <strong>de</strong> conquistadores mantenían todavía el trabajo forzado<br />

y la estructura arcaica en nuestra América latina.<br />

Des<strong>de</strong> nuestra in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, América ha <strong>de</strong>bido soportar un conjunto <strong>de</strong> revoluciones casi<br />

superpuestas que habían acompañado en el curso <strong>de</strong> la Edad Media la reunificación <strong>de</strong> las soberanías<br />

dispersas por el feudalismo: la burguesa, que en el siglo XVII había arrebatado a la nobleza<br />

el monopolio <strong>de</strong> la función pública; posteriormente, las <strong>de</strong>l siglo XIX, que introdujeron al proletariado<br />

en la escena política; finalmente, las <strong>de</strong>más socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l siglo XX.<br />

Todo esto fue vivido por América en una historia <strong>de</strong> contradicción que sirvió y factoreó<br />

nuestra inestabilidad política. Esta inestabilidad política, en la que tuvieron una influencia indudable<br />

para el <strong>de</strong>sarrollo latinoamericano y <strong>de</strong> nuestro país las Fuerzas Armadas muestra la<br />

yuxtaposición <strong>de</strong> la historia, y se <strong>de</strong>riva un estado <strong>de</strong> revolución casi permanente. Seguramente<br />

allí encontraremos algunas <strong>de</strong> las falencias <strong>de</strong> nuestra propia estabilidad.<br />

711<br />

1986

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