Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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06.10.2014 Views

22 y 23 de octubre de 1986 ejercicio los poderes antecedentes, y todos los otros concedidos por la presente Constitución al Gobierno de la Nación Argentina”. De manera que nuestra Constitución en primer término hace referencia a la defensa y garantía de la forma republicana de gobierno, de la necesidad de sostenerla y restablecerla si es preciso, y luego establece la necesidad de que ésto sea reglamentado por una ley. No corresponde lo que sostiene el oficialismo en cuanto a que si está establecido en la Constitución no es necesario que se incluya en una ley; porque si fuera así ninguna ley sería necesaria y nosotros estaríamos de más. Las cuestiones establecidas en la Constitución deben ser reglamentadas y explicitadas para que tengan entonces manifestación y puedan desarrollarse. Sigo sobre las razones que fundamentan el carácter obligatorio de la intervención de las Fuerzas Armadas en cuestiones internas. Yo he apreciado que es una realidad de la vida, que es constitucionalmente obligatorio y políticamente necesario, porque el presidente ejerce esa función con el Congreso y para que las Fuerzas Armadas tengan su techo legal y sepan a qué atenerse, puesto que la gran tragedia de los últimos tiempos ha sido que las Fuerzas Armadas reprimieran la guerrilla, que era una realidad, fuera de un sistema normativo; para que las Fuerzas Armadas, en consecuencia, puedan prepararse para la eventualidad de intervenciones extrañas lo que implica preparación psicológica, doctrinaria, reglamentos, ejercitaciones, planes, estudios, armamentos adecuados, y ésto, nos guste o no, es una realidad de la vida y una realidad que también a nosotros nos impone la Constitución y lo tenemos que cumplir como hombres de leyes y legisladores. Porque si es el gobierno el que lo ordena no puede haber ningún temor. Si lo decidimos nosotros como Poder Legislativo, ningún temor debemos tener sobre el mal uso que las Fuerzas Armadas hagan de su poder, puesto que se establecerán los modos y, será el presidente quien lo ordene, como se proponía en el proyecto, con la aquiescencia del Congreso. 668 —Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, senador Fernando de la Rúa. Sr. Bravo Herrera.—Los otros argumentos en contra de la intervención de las Fuerzas Armadas en cuestiones internas residen por ejemplo en la afirmación de que no va a haber guerrillas, que no habrá subversión marxista y que, en el caso de que la hubiera, sería dominante por las actuales Fuerzas de Seguridad. Se dan cifras más o menos aproximadas: Gendarmería Nacional, 14 mil; Prefectura Naval, 12 mil; Policía Federal, 45 mil, lo que da un total de 71 mil. He tomado esto del Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados. Se hacía referencia a que eran 15 mil guerrilleros y que, por lo tanto, serían dominables. Pero hay que hacer notar que si estas cifras existieron en la época en que la guerrilla se dio y tuvieron que intervenir las Fuerzas Armadas con el concurso de toda la población y con todos los medios legales del caso, fue muy trabajoso dominarla. Es decir, el asunto no ha sido gratuito. Intervinieron los representantes de todos los partidos políticos. Por lo tanto, la participación de las Fuerzas Armadas en caso de una subversión de este tipo es necesaria porque si bien su poder de fuego es teóricamente superior, el poder de movilización de la guerrilla es tal que la respuesta debe ser contundente. De modo que debe estar establecido legalmente el procedimiento que se debe seguir, de forma que estén amparados los derechos elementales de los ciudadanos y de la sociedad, así como también las Fuerzas Armadas en el cumplimiento de su deber. Debe existir una doctrina, al igual que los elementos adecuados. Nos estamos moviendo dentro de una realidad mundial que no debemos desatender, además del aspecto legal que he hecho notar. Voy a citar a un autor francés, Roger Trinquier —es una lectura muy corta; por eso haré uso de la paciencia de los señores senadores—, que dice: “En la guerra moderna no nos enfrentamos

28a. reunión - 22a. sesión ordinaria a un ejército organizado de acuerdo con las líneas tradicionales, sino con un ejército algunas veces muy pequeño, pero consistente y efectivo, que trabaja en la clandestinidad dentro de la misma población, manipulado por determinada organización. A ése es al que hay que temer, y ése es el que hay que derrotar”. Este autor, coronel francés, continúa diciendo: “Nuestro ejército en Argelia pasa de los 300 mil hombres, equipados con los más moderno armamentos. Nuestro adversario no tiene —porque todavía seguía la guerra en esa época— más de 30 mil, equipados por lo general con armas casi en desuso. Si tuviéramos oportunidad de enfrentarnos a este enemigo en el campo tradicional de batalla, un sueño que todavía controla la mente de algunos generales, la victoria se obtendría en cuestión de horas. Pero el problema es mucho más complejo. Por eso, la lucha tiene ya más de seis años, sin que se vislumbre todavía la posibilidad de la victoria”. “Para encontrar solución al problema tenemos que empezar por darnos cuenta de que en la guerra moderna no estamos luchando frente a determinado grupo armado esparcido en determinado territorio, sino frente a una peligrosa y bien armada organización clandestina cuyo papel principal es imponer su voluntad a una población. La victoria sólo podrá obtenerse cuando logremos destruir esa organización. Y éste es el pensamiento que tiene que guiarnos a través de todos nuestros movimientos dentro de la guerra moderna.” Hago a un lado, señor presidente, señores senadores, la justicia de esta guerra, que era de liberación de un pueblo que ya es nación; me estoy refiriendo a cómo un ejército, ante la situación de una guerra no convencional —o sea de situación interna, porque en ese entonces aquélla era parte de Francia—, tenía que recurrir a determinado sistema. Es necesario, entonces, legislar para que las Fuerzas Armadas, ante esta realidad que golpea al mundo actual en muchísimos países, se muevan dentro de la legalidad. Por otra parte, en nuestro caso así lo ordena la Constitución Nacional y nosotros somos hombres de derecho, que estamos aquí justamente por eso. Tengan en cuenta que se habla, por ejemplo, de volcar todas estas fuerzas —Gendarmería y otras— cuando se advierta una actividad subversiva. Sin embargo, yo tengo aquí —desmintiendo las enojadas afirmaciones de algunos dirigentes, sobre todo del gobierno, con respecto a la situación de la delincuencia, cuando dicen que no hay o que es muy poca— una encuesta que publica el diario La Nación, en su edición del 21 de octubre, referida a las compañías de seguro, que demuestra que se manifiesta la permanente descapitalización de las empresas de seguros en un negocio que está fuertemente afectado por el auge de la delincuencia. Entonces, ¿cómo se puede pensar hipotéticamente que fuerzas que tienen un cometido determinado van a dejar a un lado esa acción, cuando todavía la cumplen heroicamente pero en forma no total por falta de efectivos? Es decir que no se pueden utilizar estas fuerzas en otra cuestión que no sea la interna de represión del delito común porque no tienen más efectivos que para eso. Entonces, podemos decir que la cuestión es que no se legisla porque exista o no guerrilla o peligro en la Argentina, sino porque es una realidad mundial. La guerra —ya lo manifesté— puede ser interna o externa. No es necesaria una hipótesis de conflicto de guerra para legislar sobre ella; debe existir una ley integral de Defensa Nacional. La actuación de las Fuerzas Armadas —también lo he manifestado y lo recalco ahora— no se da por libre voluntad de ellas sino que está ordenada por el poder político, parte del cual somos nosotros, junto con el Poder Ejecutivo. Dejo entonces constancia de que, de acuerdo al análisis que he hecho de muchísimos países del mundo, ninguna nación, por más poderosa que sea y por más medios económicos —y, por ende, materiales— y humanos con que cuente, puede hacer una división total, de manera que siempre sean dos elementos completamente separados los que atiendan la defensa exterior y la interior. Esta ha sido una cuestión primigenia, de los orígenes de la humanidad. Cuando era una sola 669 1986

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a un ejército organizado <strong>de</strong> acuerdo con las líneas tradicionales, sino con un ejército algunas<br />

veces muy pequeño, pero consistente y efectivo, que trabaja en la clan<strong>de</strong>stinidad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

misma población, manipulado por <strong>de</strong>terminada organización. A ése es al que hay que temer, y<br />

ése es el que hay que <strong>de</strong>rrotar”.<br />

Este autor, coronel francés, continúa diciendo: “Nuestro ejército en Argelia pasa <strong>de</strong> los 300<br />

mil hombres, equipados con los más mo<strong>de</strong>rno armamentos. Nuestro adversario no tiene —porque<br />

todavía seguía la guerra en esa época— más <strong>de</strong> 30 mil, equipados por lo general con armas<br />

casi en <strong>de</strong>suso. Si tuviéramos oportunidad <strong>de</strong> enfrentarnos a este enemigo en el campo tradicional<br />

<strong>de</strong> batalla, un sueño que todavía controla la mente <strong>de</strong> algunos generales, la victoria se obtendría<br />

en cuestión <strong>de</strong> horas. Pero el problema es mucho más complejo. Por eso, la lucha tiene ya<br />

más <strong>de</strong> seis años, sin que se vislumbre todavía la posibilidad <strong>de</strong> la victoria”.<br />

“Para encontrar solución al problema tenemos que empezar por darnos cuenta <strong>de</strong> que en<br />

la guerra mo<strong>de</strong>rna no estamos luchando frente a <strong>de</strong>terminado grupo armado esparcido en <strong>de</strong>terminado<br />

territorio, sino frente a una peligrosa y bien armada organización clan<strong>de</strong>stina cuyo<br />

papel principal es imponer su voluntad a una población. La victoria sólo podrá obtenerse cuando<br />

logremos <strong>de</strong>struir esa organización. Y éste es el pensamiento que tiene que guiarnos a través <strong>de</strong><br />

todos nuestros movimientos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la guerra mo<strong>de</strong>rna.”<br />

Hago a un lado, señor presi<strong>de</strong>nte, señores senadores, la justicia <strong>de</strong> esta guerra, que era <strong>de</strong> liberación<br />

<strong>de</strong> un pueblo que ya es nación; me estoy refiriendo a cómo un ejército, ante la situación<br />

<strong>de</strong> una guerra no convencional —o sea <strong>de</strong> situación interna, porque en ese entonces aquélla era<br />

parte <strong>de</strong> Francia—, tenía que recurrir a <strong>de</strong>terminado sistema.<br />

Es necesario, entonces, legislar para que las Fuerzas Armadas, ante esta realidad que golpea al<br />

mundo actual en muchísimos países, se muevan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la legalidad. Por otra parte, en nuestro<br />

caso así lo or<strong>de</strong>na la Constitución Nacional y nosotros somos hombres <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, que estamos<br />

aquí justamente por eso.<br />

Tengan en cuenta que se habla, por ejemplo, <strong>de</strong> volcar todas estas fuerzas —Gendarmería<br />

y otras— cuando se advierta una actividad subversiva. Sin embargo, yo tengo aquí —<strong>de</strong>smintiendo<br />

las enojadas afirmaciones <strong>de</strong> algunos dirigentes, sobre todo <strong>de</strong>l gobierno, con respecto a<br />

la situación <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia, cuando dicen que no hay o que es muy poca— una encuesta que<br />

publica el diario La Nación, en su edición <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> octubre, referida a las compañías <strong>de</strong> seguro,<br />

que <strong>de</strong>muestra que se manifiesta la permanente <strong>de</strong>scapitalización <strong>de</strong> las empresas <strong>de</strong> seguros en<br />

un negocio que está fuertemente afectado por el auge <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia. Entonces, ¿cómo se<br />

pue<strong>de</strong> pensar hipotéticamente que fuerzas que tienen un cometido <strong>de</strong>terminado van a <strong>de</strong>jar a<br />

un lado esa acción, cuando todavía la cumplen heroicamente pero en forma no total por falta <strong>de</strong><br />

efectivos? Es <strong>de</strong>cir que no se pue<strong>de</strong>n utilizar estas fuerzas en otra cuestión que no sea la interna<br />

<strong>de</strong> represión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lito común porque no tienen más efectivos que para eso.<br />

Entonces, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que la cuestión es que no se legisla porque exista o no guerrilla o<br />

peligro en la Argentina, sino porque es una realidad mundial.<br />

La guerra —ya lo manifesté— pue<strong>de</strong> ser interna o externa. No es necesaria una hipótesis <strong>de</strong><br />

conflicto <strong>de</strong> guerra para legislar sobre ella; <strong>de</strong>be existir una ley integral <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> Nacional.<br />

La actuación <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas —también lo he manifestado y lo recalco ahora— no se<br />

da por libre voluntad <strong>de</strong> ellas sino que está or<strong>de</strong>nada por el po<strong>de</strong>r político, parte <strong>de</strong>l cual somos<br />

nosotros, junto con el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo.<br />

Dejo entonces constancia <strong>de</strong> que, <strong>de</strong> acuerdo al análisis que he hecho <strong>de</strong> muchísimos países<br />

<strong>de</strong>l mundo, ninguna nación, por más po<strong>de</strong>rosa que sea y por más medios económicos —y, por<br />

en<strong>de</strong>, materiales— y humanos con que cuente, pue<strong>de</strong> hacer una división total, <strong>de</strong> manera que<br />

siempre sean dos elementos completamente separados los que atiendan la <strong>de</strong>fensa exterior y la<br />

interior.<br />

Esta ha sido una cuestión primigenia, <strong>de</strong> los orígenes <strong>de</strong> la humanidad. Cuando era una sola<br />

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