Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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21 de agosto de 1985 568 Tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano.—Señor presidente: digamos que el señor diputado Vanossi me ha entendido. Se trata de un giro de ciento ochenta grados y la reflexión tiene mucho valor, porque frente a aquel Poder Ejecutivo que en forma reiterada pedía a sus legisladores que sobre la base del número transfirieran funciones, esperamos que este otro llegue a un final diferente. Con relación a lo manifestado por el señor diputado Zubiri en el sentido de que el último párrafo del artículo 8º debería aventar mis dudas, quiero aclararle que no es así y le voy a dar la explicación con ejemplos. Tal como figura redactado este último párrafo, su incumplimiento implicaría una violación a los deberes del funcionario público. Esto podría sintetizarse en lo siguiente. Un grupo de inteligencia utiliza mecanismos electrónicos de espionaje, de seguimiento y de acción en un determinado lugar, con fondos del Estado. Entonces, infiltra un centro de estudiantes o un sindicato, graba lo que se dice en las reuniones, participa de la toma de establecimientos, promueve conflictos, genera disturbios y posteriormente se descubre que ha estado haciendo eso durante mucho tiempo, aplicándose una pena por violación a los deberes del funcionario público. La sanción llega después que se ha perseguido a los ciudadanos con los fondos que ellos mismos pagan. Voy a dar un ejemplo menos dramático. Se instalan y se “pinchan” los teléfonos de centenares de dirigentes políticos, escuchándose todo lo que se conversa. Algunos de esos dirigentes políticos se vinculan con un servicio de inteligencia extranjero o privado que detecta y comprueba que el servicio de inteligencia estatal ha estado grabando durante los últimos años estas conversaciones. Se formula la denuncia y después de un largo procedimiento judicial se condena al funcionario que ya ha sido separado de sus funciones por el Poder Ejecutivo. Pero en este caso deben transcurrir dos años, se cambió de destino al funcionario y la sanción vuelve a ser tardía. La única forma de aprisionar al chancho es agarrándolo. No se le puede sacar una foto, sino que hay que agarrarlo y ponerlo en el chiquero. Entonces, o hay control previo o habrá que pensar que hay control sobre los ciudadanos. Si las sanciones se aplican después de cometido el delito, y es un delito grave contra la democracia, entonces es indispensable poner un contralor parlamentario. Daré un tercer ejemplo. Supóngase una lucha interna del partido oficialista en una provincia. Podría ocurrir que alguno de los participantes designe a una persona para que espíe a otra, y el que ganó o perdió se entere luego de lo sucedido y haga la denuncia. A ese individuo lo reemplazan y lo condenan, pero ha estado espiando durante ese lapso. Entonces, señor presidente, aprovechemos esta oportunidad. Tenemos una democracia con alto consenso, un presidente con elevado prestigio y el 90 por ciento de la ciudadanía dispuesta a asumir el costo político y personal de someter los servicios de inteligencia al control del Congreso. Hagámoslo ahora, porque quizás mañana sea tarde. Sr. Presidente (Silva).—Tiene la palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Stolkiner.—Señor presidente, señores diputados: lamento que entremos en un terreno de divagaciones ejemplificativas y en temas totalmente atécnicos. Estamos considerando el artículo 8º del despacho de la comisión y se está cuestionando aquí la figura administrativa del secretario de Estado de Informaciones. Por el artículo 3º se precisa con indudable exactitud que este organismo de la Defensa Nacional depende del Poder Ejecutivo. Me extraña, señor presidente, que los distinguidos colegas de los bloques minoritarios, tan susceptibles en otros aspectos cuando se trata de marcar supuestas e inexistentes transgresiones al principio de división y de funcionalidad de los poderes públicos, pretendan en este caso, en lesión constitucional evidente y en transgresión inadmisible al principio de división de los poderes, que un secretario de Estado del Poder Ejecutivo sea designado con acuerdo del Senado. Simplemente me permito leer la segunda parte del inciso 10 del artículo 86 de la Constitución Nacional: “…por sí sólo nombra y remueve —el presidente de la Nación, el titular de nuestro

23a. reunión - continuación 13a. sesión ordinaria Ejecutivo unipersonal— los ministros del despacho, los oficiales de sus secretarías, los agentes consulares y demás empleados de la administración…”. Esta es una secretaría que depende funcionalmente del Ejecutivo, por disposición de los artículos que ya hemos aprobado. Sr. Manzano.—¿Me permite una interrupción el señor diputado, con la venia de la Presidencia? Sr. Presidente (Silva).—¿La concede, señor diputado? Sr. Stolkiner.—Sí, señor presidente. Sr. Presidente (Silva).—Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por Mendoza. Sr. Manzano.—Acepto la lección de conducta parlamentaria que me acaba de dar el señor diputado Stolkiner y me excuso por no haberle concedido una interrupción al señor diputado Vanossi. Sobre el tema en discusión deseo hacer algunas reflexiones. En 1853 no se utilizaban medios electrónicos de espionaje; para espiar había que poner la oreja detrás de la puerta. Desde aquel entonces la sociedad ha cambiado, al igual que el concepto de poder. Por eso señalé que era extraconstitucional la propuesta que formulaba. Habría que cambiar el cargo de secretario de Estado para transformarlo en jefe de una central de inteligencia designado con acuerdo del Senado. Los servicios de inteligencia son organismos con poderes tan amplios que deben estar controlados por el Parlamento, que es un poder con representación plural; de lo contrario, serían de uso del partido que ocasionalmente detenta el Poder Ejecutivo. Sr. Presidente (Silva).—Continúa en el uso de la palabra el señor diputado por Córdoba. Sr. Stolkiner.—Voy a responder con mucho gusto al señor legislador que acaba de formular estas manifestaciones. No hago mis razonamientos en función de los equipos electrónicos o de espías que se pegan a las puertas. Estamos en un país que ha sufrido una década de humillaciones y que debe volver a la ley. Estoy hablando en defensa de las leyes porque debemos ajustarnos a ellas. No me molestará que el señor diputado propugne una reforma de las leyes estructurales de la Nación para poder defender su posición en el futuro; pero en este caso debemos pensar siempre en postrarnos ante la ley para que jamás volvamos a caer bajo la férula de los dictadores. En este momento debemos hacer un culto de la división de los poderes. Nada de nuevo traería aparejado el hecho de que el secretario de Informaciones sea el jefe de una central de inteligencia, que por su denominación me hace recordar ciertos regímenes que afortunadamente han sido superados pero que dolorosamente tiene presentes la humanidad. No quiero una central de informaciones sino un presidente ecuánime, prestigioso y criterioso como el que tenemos; un presidente que nombre a una persona de su máxima confianza para que maneje las informaciones que debe rendir a él y no al Parlamento, un hombre a quien pueda remover cuando quiera sin que el Senado se moleste. Señor presidente: las reflexiones del señor diputado Manzano tendrán mucho de verosimilitud teniendo en cuenta las tragedias que sufre la humanidad, víctima en algunos aspectos de su progreso tecnológico pero los argentinos hemos vuelto al estado de derecho y a ello debemos ajustarnos. Para el nombramiento de un ministro o secretario del Poder Ejecutivo no se puede requerir el acuerdo del Senado sin transgredir la consideración de la figura presidencial. Por último, recuerdo que ya hace muchos años un malogrado profesor argentino de origen riojano, el doctor César Enrique Romero, en uno de sus trabajos hablaba de la evolución del derecho constitucional en los tiempos modernos. La estructuración del Estado —nos guste o no a los legisladores— va avanzando en el sentido de acordar —para la necesaria evolución y progreso de los pueblos— más potestades y tal vez menos controles a los poderes del Ejecutivo. Este no es nuestro caso. Nosotros tenemos la Constitución de 1853 que es sabia y previsora y a ella debemos ajustarnos. En ese sentido, no obstante todos los razonamientos del señor diputado Manzano 569 1985

23a. reunión - continuación 13a. sesión ordinaria<br />

Ejecutivo unipersonal— los ministros <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spacho, los oficiales <strong>de</strong> sus secretarías, los agentes consulares<br />

y <strong>de</strong>más empleados <strong>de</strong> la administración…”.<br />

Esta es una secretaría que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> funcionalmente <strong>de</strong>l Ejecutivo, por disposición <strong>de</strong> los artículos<br />

que ya hemos aprobado.<br />

Sr. Manzano.—¿Me permite una interrupción el señor diputado, con la venia <strong>de</strong> la Presi<strong>de</strong>ncia?<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Silva).—¿La conce<strong>de</strong>, señor diputado?<br />

Sr. Stolkiner.—Sí, señor presi<strong>de</strong>nte.<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Silva).—Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado por<br />

Mendoza.<br />

Sr. Manzano.—Acepto la lección <strong>de</strong> conducta parlamentaria que me acaba <strong>de</strong> dar el señor<br />

diputado Stolkiner y me excuso por no haberle concedido una interrupción al señor diputado<br />

Vanossi.<br />

Sobre el tema en discusión <strong>de</strong>seo hacer algunas reflexiones. En 1853 no se utilizaban medios<br />

electrónicos <strong>de</strong> espionaje; para espiar había que poner la oreja <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la puerta. Des<strong>de</strong> aquel<br />

entonces la sociedad ha cambiado, al igual que el concepto <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Por eso señalé que era extraconstitucional<br />

la propuesta que formulaba. Habría que cambiar el cargo <strong>de</strong> secretario <strong>de</strong> Estado<br />

para transformarlo en jefe <strong>de</strong> una central <strong>de</strong> inteligencia <strong>de</strong>signado con acuerdo <strong>de</strong>l Senado.<br />

Los servicios <strong>de</strong> inteligencia son organismos con po<strong>de</strong>res tan amplios que <strong>de</strong>ben estar controlados<br />

por el Parlamento, que es un po<strong>de</strong>r con representación plural; <strong>de</strong> lo contrario, serían <strong>de</strong><br />

uso <strong>de</strong>l partido que ocasionalmente <strong>de</strong>tenta el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo.<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Silva).—Continúa en el uso <strong>de</strong> la palabra el señor diputado por Córdoba.<br />

Sr. Stolkiner.—Voy a respon<strong>de</strong>r con mucho gusto al señor legislador que acaba <strong>de</strong> formular<br />

estas manifestaciones.<br />

No hago mis razonamientos en función <strong>de</strong> los equipos electrónicos o <strong>de</strong> espías que se pegan<br />

a las puertas. Estamos en un país que ha sufrido una década <strong>de</strong> humillaciones y que <strong>de</strong>be volver<br />

a la ley. Estoy hablando en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las leyes porque <strong>de</strong>bemos ajustarnos a ellas.<br />

No me molestará que el señor diputado propugne una reforma <strong>de</strong> las leyes estructurales <strong>de</strong> la<br />

Nación para po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r su posición en el futuro; pero en este caso <strong>de</strong>bemos pensar siempre<br />

en postrarnos ante la ley para que jamás volvamos a caer bajo la férula <strong>de</strong> los dictadores.<br />

En este momento <strong>de</strong>bemos hacer un culto <strong>de</strong> la división <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>res. Nada <strong>de</strong> nuevo traería<br />

aparejado el hecho <strong>de</strong> que el secretario <strong>de</strong> Informaciones sea el jefe <strong>de</strong> una central <strong>de</strong> inteligencia,<br />

que por su <strong>de</strong>nominación me hace recordar ciertos regímenes que afortunadamente han<br />

sido superados pero que dolorosamente tiene presentes la humanidad.<br />

No quiero una central <strong>de</strong> informaciones sino un presi<strong>de</strong>nte ecuánime, prestigioso y criterioso<br />

como el que tenemos; un presi<strong>de</strong>nte que nombre a una persona <strong>de</strong> su máxima confianza para<br />

que maneje las informaciones que <strong>de</strong>be rendir a él y no al Parlamento, un hombre a quien pueda<br />

remover cuando quiera sin que el Senado se moleste.<br />

Señor presi<strong>de</strong>nte: las reflexiones <strong>de</strong>l señor diputado Manzano tendrán mucho <strong>de</strong> verosimilitud<br />

teniendo en cuenta las tragedias que sufre la humanidad, víctima en algunos aspectos <strong>de</strong><br />

su progreso tecnológico pero los argentinos hemos vuelto al estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho y a ello <strong>de</strong>bemos<br />

ajustarnos. Para el nombramiento <strong>de</strong> un ministro o secretario <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo no se pue<strong>de</strong><br />

requerir el acuerdo <strong>de</strong>l Senado sin transgredir la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> la figura presi<strong>de</strong>ncial.<br />

Por último, recuerdo que ya hace muchos años un malogrado profesor argentino <strong>de</strong> origen<br />

riojano, el doctor César Enrique Romero, en uno <strong>de</strong> sus trabajos hablaba <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho<br />

constitucional en los tiempos mo<strong>de</strong>rnos. La estructuración <strong>de</strong>l Estado —nos guste o no a<br />

los legisladores— va avanzando en el sentido <strong>de</strong> acordar —para la necesaria evolución y progreso<br />

<strong>de</strong> los pueblos— más potesta<strong>de</strong>s y tal vez menos controles a los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Ejecutivo. Este no es<br />

nuestro caso. Nosotros tenemos la Constitución <strong>de</strong> 1853 que es sabia y previsora y a ella <strong>de</strong>bemos<br />

ajustarnos. En ese sentido, no obstante todos los razonamientos <strong>de</strong>l señor diputado Manzano<br />

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