Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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15 de agosto de 1985 468 participación de las Fuerzas Armadas en el desarrollo económico del país. Fundamentalmente, en dos hipótesis: en áreas en donde la inversión privada no existe porque no es negocio, aunque representen una posibilidad vital para la Nación, y en aquellos casos en que el objeto de investigación o de desarrollo se refiere a una cuestión de seguridad estratégica nacional. El proyecto de ley en análisis deja sin lugar al sistema de planeamiento en base a un argumento incluido en el mensaje que lo acompaña, uno de cuyos párrafos dice que el sistema establecido por la ley 16.970 —cuya derogación se pretende— “fue concebido y elaborado para apoyar un régimen autoritario” y que se prestó “para que las Fuerzas Armadas ejercieran un control sobre las decisiones del presidente de la Nación”. Me pregunto y pregunto a los señores diputados, si no merece igual calificación la Secretaría de Planeamiento, que fue creada en las mismas instancias y que actualmente se encuentra a cargo del ex ministro de Economía, doctor Grispun. La única diferencia que tiene la Secretaría de Planeamiento con este sistema de planeamiento —tan duramente vituperado— es que se ocupa del desarrollo y de la economía, en vez de la Defensa Nacional. La Secretaría no se destruyó, sino que pasó a ser una oscura dependencia del Ministerio de Defensa. Esto no ocurrió en virtud de una ley surgida de este Parlamento, una ley de la democracia, sino que se hizo en época de la dictadura militar. Con la supresión del sistema de planeamiento y acción para la seguridad se trató de lograr que el presidente de la Nación tuviese una doble fuente de asesoramiento; a partir de esta ley obtendrá asesoramiento de una sola fuente oficial: el Ministerio de Defensa Nacional. De esta forma sus posibilidades de acierto disminuyen sensiblemente. Además, en el proyecto ni siquiera aparece claramente si corresponde al primer mandatario la designación del secretario del gabinete de Defensa Nacional; no lo establece el artículo 4º del proyecto del Poder Ejecutivo ni tampoco el 6º del dictamen, por lo cual se requiere su modificación a los señores diputados de la bancada oficialista. Por último, señor presidente, en relación con los argumentos específicos del tema, no entendemos la excesiva delegación de facultades del presidente de la Nación y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de aire, mar y tierra, en el Ministerio de Defensa. Debo reiterar que esta delegación ha sido corregida en el dictamen de la mayoría, pero entendemos que se trata de una modificación inadecuada. En los casos críticos las facultades del Ejecutivo deben ser más amplias, sin ningún tipo de vinculaciones y con posibilidad de doble asesoramiento. Reservo algunas cuestiones para la discusión en particular, a efectos de proponer modificaciones específicas que creo que son viables. No obstante, con la licencia de la Presidencia y de los señores diputados, me apartaré un poco del tema y haré referencia a un supuesto espíritu belicista o beligerante que se atribuye al peronismo en esta materia. De ninguna manera es así. Mis palabras tampoco implican algún tipo de acusación, pero debo señalar que para nosotros la paz es un objetivo que está compartido con otros valores, porque nunca puede ser un fin en sí misma. En ese sentido coincidimos plenamente con los últimos documentos doctrinarios de la Iglesia Católica que, al hablar de la paz, agrega los aditamentos de justicia y verdad. Esto nos hace suponer con sensatez que la misma Iglesia Católica no concibe la paz sin justicia ni verdad. Señor presidente: no somos belicistas; tampoco somos pacifistas. Los peronistas simplemente somos pacíficos. (Aplausos). Sr. Presidente (Pugliese).—Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires. Sr. Gurioli.—Señor presidente: consideramos que de las definiciones doctrinarias que ha hecho el señor diputado Cavallaro se desprende un método para resolver el tema de la organización nacional para tiempo de guerra o la cuestión de la Defensa Nacional, según el lenguaje que se adopte. Nosotros creemos que ese método consiste en la amplia participación del pueblo organizado, porque la guerra es una cosa demasiado seria como para dejársela a los militares. Esa amplia

22a. reunión - continuación 13a. sesión ordinaria participación no puede reducirse simplemente a las discusiones que hemos mantenido en la Comisión de Defensa y hoy en este recinto. Fue por eso que no habíamos presentado un proyecto alternativo y sí íbamos a objetar varios artículos durante la discusión en particular. Es nuestra ambición que queden de manifiesto —hasta el momento creo que lo estamos cumpliendo— las grandes ideologías que se dan hoy en día para interpretar la realidad nacional, algunas de las cuales han tenido vigencia también en el pasado. Sobre el tema de la defensa existen indudablemente una visión liberal, una visión autoritaria —en este caso es lo mismo que se utilice la cruz esvástica o la hoz y el martillo porque el resultado para el pueblo trabajador es el mismo: la prisión— y una visión nacional, popular, revolucionaria, cristiana y democrática del papel que tienen que cumplir las Fuerzas Armadas en una nación dependiente —como bien lo ha señalado mi compañero Sabadini—, en una nación conflictuada, que se encuentra en la difícil posición que tiene la Argentina en el concierto internacional. Históricamente, cada vez que el país tuvo una auténtica conducción nacional, como ocurrió con San Martín, con Rosas, con Yrigoyen y con Perón, las Fuerzas Armadas cumplieron un papel liberador en la guerra o en la paz. La independencia política de 1816 se logró fundamentalmente sobre la base de la acción de un ejército extraído de la nada, y conducido por San Martín en sus inicios, tuvo que forjar sus fusiles y sus cañones con la plenitud de la energía nacional, porque las damas mendocinas debieron confeccionar uniformes y banderas. La independencia también se aseguró por el accionar de aquellos gauchos irregulares que comandaba Güemes en el norte, los que impidieron solos y durante años el paso de las fuerzas realistas. —Ocupa la Presidencia el señor vicepresidente 2º de la Honorable Cámara, doctor Oscar Luján Fappiano. Sr. Gurioli.—También contribuyó a asegurar la independencia una marina improvisada con buques mercantes y dirigida por un comandante que no había nacido en el país, don Guillermo Brown. La independencia económica se ha basado en buena medida en la acción que desplegaron algunos militares, tendientes a resolver las necesidades logísticas que imponía una fuerza armada que tenía aquel objetivo. La creación de YPF se debe en gran parte a la actuación del general Mosconi y al interés primordial de las Fuerzas Armadas para asegurar la logística en materia de combustibles. Si la Argentina cuenta con industria siderúrgica ello se debe a la acción y a la visión del general Savio y a la actitud de las Fuerzas Armadas, dirigida a asegurar el acero para sus armas y a romper una cadena de dependencia. Si nuestro país tiene una industria aeroespacial de primera línea, ello es consecuencia del comportamiento de las Fuerzas Armadas y en su momento del brigadier San Martín, quien desarrolló en Córdoba una estructura de base capaz de construir el Pulqui 1 y el Pulqui 2, que fueron un orgullo en aquella época y estuvieron en la primera línea en el orden mundial. Por medio de su creador el justicialismo desarrolló, incluso antes de 1945, su doctrina nacional —y militar— que como bien se ha dicho aquí se reflejaba en la idea de la nación en armas. A pesar de no poder debatir el tema de la Defensa Nacional con las instituciones dedicadas a la producción y al trabajo, con los propios especialistas de las Fuerzas Armadas y con todos los estamentos que componen la comunidad organizada de la Nación, contamos en este momento con algunas ventajas que no tuvieron otros Parlamentos. Por ejemplo, es la primera vez que la Argentina contemporánea puede debatir estos temas después de haber padecido en los últimos quince años enfrentamientos violentos, confrontándose en el terreno de las armas con los dos grandes centros del imperio mundial. 469 1985

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participación no pue<strong>de</strong> reducirse simplemente a las discusiones que hemos mantenido en la<br />

Comisión <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> y hoy en este recinto. Fue por eso que no habíamos presentado un proyecto<br />

alternativo y sí íbamos a objetar varios artículos durante la discusión en particular.<br />

Es nuestra ambición que que<strong>de</strong>n <strong>de</strong> manifiesto —hasta el momento creo que lo estamos<br />

cumpliendo— las gran<strong>de</strong>s i<strong>de</strong>ologías que se dan hoy en día para interpretar la realidad nacional,<br />

algunas <strong>de</strong> las cuales han tenido vigencia también en el pasado.<br />

Sobre el tema <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa existen indudablemente una visión liberal, una visión autoritaria<br />

—en este caso es lo mismo que se utilice la cruz esvástica o la hoz y el martillo porque el resultado<br />

para el pueblo trabajador es el mismo: la prisión— y una visión nacional, popular, revolucionaria,<br />

cristiana y <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l papel que tienen que cumplir las Fuerzas Armadas en una nación<br />

<strong>de</strong>pendiente —como bien lo ha señalado mi compañero Sabadini—, en una nación conflictuada,<br />

que se encuentra en la difícil posición que tiene la Argentina en el concierto internacional.<br />

Históricamente, cada vez que el país tuvo una auténtica conducción nacional, como ocurrió<br />

con San Martín, con Rosas, con Yrigoyen y con Perón, las Fuerzas Armadas cumplieron un papel<br />

liberador en la guerra o en la paz.<br />

La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia política <strong>de</strong> 1816 se logró fundamentalmente sobre la base <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong><br />

un ejército extraído <strong>de</strong> la nada, y conducido por San Martín en sus inicios, tuvo que forjar sus<br />

fusiles y sus cañones con la plenitud <strong>de</strong> la energía nacional, porque las damas mendocinas <strong>de</strong>bieron<br />

confeccionar uniformes y ban<strong>de</strong>ras. La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia también se aseguró por el accionar<br />

<strong>de</strong> aquellos gauchos irregulares que comandaba Güemes en el norte, los que impidieron solos y<br />

durante años el paso <strong>de</strong> las fuerzas realistas.<br />

—Ocupa la Presi<strong>de</strong>ncia el señor vicepresi<strong>de</strong>nte 2º <strong>de</strong> la<br />

Honorable Cámara, doctor Oscar Luján Fappiano.<br />

Sr. Gurioli.—También contribuyó a asegurar la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia una marina improvisada con<br />

buques mercantes y dirigida por un comandante que no había nacido en el país, don Guillermo<br />

Brown.<br />

La in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia económica se ha basado en buena medida en la acción que <strong>de</strong>splegaron<br />

algunos militares, tendientes a resolver las necesida<strong>de</strong>s logísticas que imponía una fuerza armada<br />

que tenía aquel objetivo.<br />

La creación <strong>de</strong> YPF se <strong>de</strong>be en gran parte a la actuación <strong>de</strong>l general Mosconi y al interés primordial<br />

<strong>de</strong> las Fuerzas Armadas para asegurar la logística en materia <strong>de</strong> combustibles.<br />

Si la Argentina cuenta con industria si<strong>de</strong>rúrgica ello se <strong>de</strong>be a la acción y a la visión <strong>de</strong>l general<br />

Savio y a la actitud <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas, dirigida a asegurar el acero para sus armas y a<br />

romper una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.<br />

Si nuestro país tiene una industria aeroespacial <strong>de</strong> primera línea, ello es consecuencia <strong>de</strong>l<br />

comportamiento <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y en su momento <strong>de</strong>l brigadier San Martín, quien <strong>de</strong>sarrolló<br />

en Córdoba una estructura <strong>de</strong> base capaz <strong>de</strong> construir el Pulqui 1 y el Pulqui 2, que fueron<br />

un orgullo en aquella época y estuvieron en la primera línea en el or<strong>de</strong>n mundial.<br />

Por medio <strong>de</strong> su creador el justicialismo <strong>de</strong>sarrolló, incluso antes <strong>de</strong> 1945, su doctrina nacional<br />

—y militar— que como bien se ha dicho aquí se reflejaba en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la nación en armas.<br />

A pesar <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>batir el tema <strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> Nacional con las instituciones <strong>de</strong>dicadas a<br />

la producción y al trabajo, con los propios especialistas <strong>de</strong> las Fuerzas Armadas y con todos los<br />

estamentos que componen la comunidad organizada <strong>de</strong> la Nación, contamos en este momento<br />

con algunas ventajas que no tuvieron otros Parlamentos.<br />

Por ejemplo, es la primera vez que la Argentina contemporánea pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>batir estos temas<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber pa<strong>de</strong>cido en los últimos quince años enfrentamientos violentos, confrontándose<br />

en el terreno <strong>de</strong> las armas con los dos gran<strong>de</strong>s centros <strong>de</strong>l imperio mundial.<br />

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