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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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15 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1985<br />

450<br />

Es saludable recordar también, señor presi<strong>de</strong>nte, que al justicialismo se le <strong>de</strong>be la introducción<br />

<strong>de</strong> los conceptos políticos <strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> Nacional, que aún siguen teniendo vigencia plena<br />

en las <strong>de</strong>mocracias <strong>de</strong> avanzada <strong>de</strong>l mundo mo<strong>de</strong>rno, especialmente en lo que se refiere a la<br />

concepción social y al pensamiento popular que in<strong>de</strong>fectiblemente necesita cualquier sistema<br />

<strong>de</strong>fensivo; porque para nosotros, los justicialistas, la <strong>Defensa</strong> Nacional <strong>de</strong>be ser popular, ya que<br />

si no es popular no es nacional, y si no es nacional no es <strong>de</strong>fensa.<br />

Esto es lo que nos obliga y anima a hacer una efectiva contribución a este <strong>de</strong>bate para superar<br />

lúcidamente la grave confusión que doctrinas extrañas al sentimiento nacional, importadas <strong>de</strong><br />

los centros imperiales, han introducido en este área específica <strong>de</strong> la conducción <strong>de</strong>l Estado, conducción<br />

que no dudamos no podrá ser superada por improvisaciones vacías <strong>de</strong> conceptuaciones<br />

doctrinarias y políticas que alimenten proyectos tibios e insuficientes que nada tienen que ver<br />

con las reales exigencias <strong>de</strong> nuestro pueblo en su avance <strong>de</strong>cisivo hacia el camino <strong>de</strong> la liberación<br />

nacional en su forma más elevada <strong>de</strong> convivencia participativa.<br />

Estamos persuadidos, señor presi<strong>de</strong>nte y señores legisladores, <strong>de</strong> que las Fuerzas Armadas<br />

<strong>de</strong>ben ser efectivamente conducidas por los po<strong>de</strong>res constitucionales, por lo que no creemos que<br />

esa conducción se pueda limitar a medidas tibias y menos aún que se pueda reducir a relevar a un<br />

general <strong>de</strong> vez en cuando, a disparar un cañonazo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un tanque <strong>de</strong> guerra o a tomar una copa<br />

en un campo <strong>de</strong> instrucción militar anticipadamente preparado al efecto, sino que <strong>de</strong>be <strong>de</strong>finir<br />

con perfiles nítidos objetivos y cursos <strong>de</strong> acción concretos para resolver los gran<strong>de</strong>s problemas<br />

por los que hoy atraviesan las Fuerzas Armadas.<br />

Por eso es que los peronistas queremos resaltar en beneficio <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>mocracia, válidamente<br />

recuperada por el pueblo argentino, la antigua <strong>de</strong>cisión que caracterizó a nuestros gobiernos mediante<br />

la cual se establecía que era la Nación la que <strong>de</strong>bía tener una clara política para sus Fuerzas<br />

Armadas si se pretendía contar con militares que sirvieran efectiva y fielmente a la política <strong>de</strong> la<br />

Nación.<br />

La organización <strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> Nacional <strong>de</strong> un país es una vasta y compleja tarea <strong>de</strong> años y<br />

años por medio <strong>de</strong> la cual se han <strong>de</strong> ejecutar una serie <strong>de</strong> medidas preparatorias durante la paz,<br />

crear en sus Fuerzas Armadas las mejores condiciones con el objeto <strong>de</strong> conquistar el éxito que en<br />

la una contienda que pueda presentarse.<br />

Las palabras “<strong>Defensa</strong> Nacional” pue<strong>de</strong>n hacer pensar que se trata <strong>de</strong> un problema cuyo<br />

planteo y resolución incumbe únicamente a las Fuerzas Armadas <strong>de</strong> la Nación. La realidad es<br />

bien distinta. En su solución entran en juego todos sus habitantes, todas sus energías, todas sus<br />

riquezas —sean éstas materiales, espirituales o morales—, sus industrias y producciones más diversas<br />

y todos sus medios <strong>de</strong> transporte y vías <strong>de</strong> comunicación; en una palabra, todos los recursos<br />

<strong>de</strong> que dispone el país y la utilización <strong>de</strong> todos los esfuerzos <strong>de</strong> los que su población sea capaz<br />

para la consecución <strong>de</strong> la victoria, siendo las Fuerzas Armadas exclusivamente el instrumento <strong>de</strong><br />

lucha <strong>de</strong> ese gran conjunto que constituye la nación en armas.<br />

El concepto <strong>de</strong> nación en armas o <strong>de</strong> guerra total es en cierta medida la teoría más mo<strong>de</strong>rna<br />

<strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> Nacional, por la cual las naciones buscan encauzar en la paz y utilizar en la guerra<br />

hasta la última fuerza viva <strong>de</strong>l Estado para conseguir su objetivo político. Lo que ocurre es que la<br />

preparación <strong>de</strong> la <strong>Defensa</strong> Nacional es —como <strong>de</strong>cíamos hoy— una obra <strong>de</strong> largo aliento, que<br />

requiere un constante esfuerzo realizado durante mucho tiempo. La guerra es un problema tan<br />

variado y complejo que <strong>de</strong>jar todo librado a la improvisación para el momento en que aquélla<br />

se presente significaría seguir esa política suicida que tanto criticamos en ocasión <strong>de</strong>l reciente<br />

conflicto <strong>de</strong> las islas Malvinas y el Atlántico Sur.<br />

El aforismo si vis pacem para bellum —si quieres la paz, prepárate para la guerra— se encuentra<br />

suficientemente <strong>de</strong>mostrado con multitud <strong>de</strong> ejemplos históricos que impi<strong>de</strong>n siquiera que<br />

se pretenda su discusión. Acá <strong>de</strong>bemos recordar a von Clausewitz, quien manifestó que la guerra<br />

es la continuación <strong>de</strong> la política, por otros medios. Un país en lucha pue<strong>de</strong> representarse por

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