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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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Discurso <strong>de</strong>l Dr. Raúl R. Alfonsín (cena anual <strong>de</strong> camara<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> las FF.AA.)<br />

exagero si digo que la Argentina afronta hoy el mayor <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> su historia: el <strong>de</strong> su propia reconstrucción<br />

a partir <strong>de</strong> un estado <strong>de</strong> postración y <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia que la ha corroído en todos los<br />

ór<strong>de</strong>nes.<br />

Aunque el aspecto económico <strong>de</strong> la reconstrucción aparece hoy en primer plano por la dramaticidad<br />

<strong>de</strong> sus apremios, ésto es sólo parte <strong>de</strong> una tarea global que nos obliga a realizar, replantear<br />

y reformular hábitos estructurales, formas <strong>de</strong> convivencia y modos <strong>de</strong> articulación entre los<br />

distintos sectores <strong>de</strong> la sociedad.<br />

Todos los componentes <strong>de</strong> nuestra vida comunitaria fueron cayendo a lo largo <strong>de</strong> las últimas<br />

décadas en un proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>sintegración tal que nos obliga ahora, que nos impone<br />

hoy, la ineludible obligación <strong>de</strong> encarar la reconstrucción en términos necesariamente globales.<br />

Cualquier intento <strong>de</strong> reconstruir un sector estará con<strong>de</strong>nado al fracaso si lo encaramos aisladamente<br />

y no se inserta en un esfuerzo por reconstruir el todo.<br />

Tenemos en realidad que reformular el país, ponernos en claro con nosotros mismos sobre el<br />

mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Nación que <strong>de</strong>seamos.<br />

Si se me pidiera que <strong>de</strong>finiera en pocas palabras el componente clave <strong>de</strong>l proceso histórico<br />

que nos llevó a nuestro actual estado <strong>de</strong> postración, yo lo caracterizaría como una progresiva<br />

pérdida <strong>de</strong> nuestro sentido <strong>de</strong> la juridicidad.<br />

Durante los últimos cincuenta años y en todos sus sectores, el país ha vivido cultivando crecientes<br />

proclivida<strong>de</strong>s a la acción directa, al atajo antijurídico, a la violencia explícita o implícita.<br />

Lo que <strong>de</strong>fine a una sociedad como una totalidad integrada es la presencia <strong>de</strong> un tablero <strong>de</strong><br />

juego común a todos, reconocido por todos y respetado por todos, es <strong>de</strong>cir, la conciencia generalizada<br />

<strong>de</strong> que nuestras acciones e interacciones <strong>de</strong>ben sujetarse a normas válidas para todo el<br />

cuerpo social.<br />

El todo social se <strong>de</strong>sintegra <strong>de</strong> hecho cuando aquel tablero se <strong>de</strong>sdibuja y pier<strong>de</strong> presencia;<br />

cuando los grupos internos <strong>de</strong>l conjunto tratan <strong>de</strong> alcanzar sus propios fines al margen <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n<br />

jurídico o cuando se proponen fines que sólo son alcanzables mediante una violación <strong>de</strong> la juridicidad<br />

reguladora <strong>de</strong> la sociedad global.<br />

En esta pérdida <strong>de</strong>l sentido jurídico y <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong> integración social que sólo en la<br />

juridicidad pue<strong>de</strong> fundarse, han <strong>de</strong>sempeñado un papel <strong>de</strong> relieve los golpes <strong>de</strong> Estado.<br />

Tales apelaciones a la acción directa han plagado a la historia <strong>de</strong>l país en el último medio<br />

siglo. Un exceso <strong>de</strong> simplismo ha llevado a <strong>de</strong>finirlos como golpes militares, expresión en la que<br />

aquella propensión a ignorar la juridicidad y subvertir las normas integradoras <strong>de</strong> la sociedad<br />

aparece imputada a un solo sector <strong>de</strong>l país, librando <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s a los <strong>de</strong>más.<br />

Esta visión <strong>de</strong>l golpe <strong>de</strong> Estado carece <strong>de</strong> asi<strong>de</strong>ro en la realidad. Si nos atenemos a ella en la<br />

interpretación <strong>de</strong> nuestra historia reciente nos con<strong>de</strong>naremos a no enten<strong>de</strong>r la trama íntima <strong>de</strong><br />

nuestra <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia y por lo tanto a no saber qué hacer para superarla.<br />

Los golpes <strong>de</strong> Estado han sido siempre cívico-militares. La responsabilidad indudablemente<br />

militar <strong>de</strong> su aspecto operativo no <strong>de</strong>be hacernos olvidar la pesada responsabilidad civil <strong>de</strong> su<br />

programación y alimentación i<strong>de</strong>ológica.<br />

El golpe ha reflejado siempre una pérdida <strong>de</strong>l sentido jurídico <strong>de</strong> la sociedad y no sólo una<br />

pérdida <strong>de</strong>l sentido jurídico <strong>de</strong> los militares.<br />

Sería absurdo en consecuencia esperar que la superación <strong>de</strong>l golpismo provenga <strong>de</strong> una autocrítica<br />

militar o <strong>de</strong> una acción <strong>de</strong> la civilidad sobre los militares.<br />

La superación <strong>de</strong>l golpismo sólo pue<strong>de</strong> provenir <strong>de</strong> una reflexión global <strong>de</strong> la sociedad argentina<br />

sobre la misma. Este es el único criterio realista e históricamente objetivo que pue<strong>de</strong> servirnos<br />

<strong>de</strong> punto <strong>de</strong> partida para el esfuerzo por reconstruir reflexivamente la unidad <strong>de</strong> la Nación.<br />

Incurriríamos también en una injusticia y en un error interpretativo <strong>de</strong> nuestra historia reciente,<br />

si consi<strong>de</strong>ráramos que sólo en los golpes <strong>de</strong> Estado se ha reflejado la pérdida <strong>de</strong>l sentido<br />

jurídico.<br />

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1985

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