Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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20 y 21 de noviembre de 1975 324 política exterior. En Yalta el mundo fue dividido; con maestría, entre las grandes potencias vencedoras, el diputado Sandler ha señalado uno de los extremos, ha caracterizado la política de uno de los grandes colosos entre los que se dividieron el mundo, y anotado los errores que resultaban, que en su crítica compartimos, en punto a la penetración imperialista y a la forma de cómo el nacionalismo de cada uno de estos grandes estados fue incidiendo en las naciones más pequeñas, que aparecieron como sus satélites. Pero advierto una falla en la exposición del señor diputado Sandler y tal vez ella se deba sólo a una cuestión de tiempo. Él analizó el punto de vista y la acción de uno de los grandes colosos entre los que está dividido y manejado el mundo, pero se olvidó de los otros. Acaso se debe a eso el que no sea del todo exacta la conclusión a que arriba. Se olvidó que así como hay un imperialismo norteamericano, hay uno soviético y otro chino, que también se traduce en actos tan deplorables como el de que los marines ocupen un pueblo americano, ya que también es deplorable que los tanques rusos entren y ocupen Polonia, Hungría o Checoslovaquia. Debemos señalar esto para que nuestra posición sea absolutamente equilibrada, a la vez que clara nuestra concepción frente al peligro. Como bien lo señaló el diputado Musacchio, yo también creo en la tremenda importancia que tiene para la autodeterminación de los pueblos la gravitación de los capitales, cómo manejan nuestro comercio, cómo intrigan, cómo procuran la caída de los gobiernos, sobre todo cuando éstos son populares. Esto es cierto, pero también es cierto que la otra potencia quiere agrandar su círculo. El señor diputado recordó cómo a uno de estos países chicos, a Cuba, lo sacaron de una órbita, lo pusieron en la otra y casi se origina la guerra. Este propósito ha transformado la política internacional y el problema de la seguridad, porque también es imperialismo querer imponer por la fuerza, y en este caso por la de las armas, un régimen o un sistema distinto al que nosotros hemos prometido defender cuando juramos como diputados, que es el régimen en que nos hemos formado, en el que hemos vivido, en el que viven nuestros hijos y en el que queremos que vivan nuestros nietos. Desde luego —y salgo con esto al cruce del argumento— que no quiero un mundo estático; está totalmente fuera de lugar un planteo semejante. Quiero un mundo en evolución y en transformación revolucionaria, pero dentro de una democracia social, preservando la libertad y conservando la dignidad del hombre. Desgraciadamente esta mañana un grupo de chicos y de muchachos que concurrieron a esta Cámara vio un mal espectáculo, no por la calidad de los discursos, que fueron magníficos, sino porque en ese momento no cumplíamos con nuestra responsabilidad como diputados, ya que no había en las bancas un solo legislador de la mayoría y únicamente un puñado de diputados de las minorías. Esta juventud que vino aquí, que fue reconfortada por los discursos que escuchó, pienso que a su vez se ha ido amargada al ver este Parlamento, pues se estaba tratando nada menos que la ley de defensa con muy pocos diputados, que demostraban su preocupación por tan importante asunto. Comparto el criterio de que esta ley podría ser mejor y que, como lo señalaba el señor diputado Lucena, debería comprender más cosas. Yo he tenido la responsabilidad de subscribir con el doctor Illia un proyecto de ley de defensa, que fue enviado a la Cámara, en el cual se contemplaba integralmente el tema de la defensa, que no es algo exclusivo de las Fuerzas Armadas. El concepto limitado ha quedado ya superado y hoy tiene que haber un país en armas en caso de conflicto bélico. Ya que tan importante como el número de las tropas y su adiestramiento, es la posibilidad de mantener el frente interno y la conciencia nacional, de contar con el apoyo logístico necesario. Todos los ejércitos, por importantes que sean, si no tienen el apoyo fundamental de su pueblo, de su esfuerzo y de su industria están prácticamente destinados al fracaso, por grandes almirantes, generales y brigadieres que tengan. Por todo esto, en nuestro proyecto nos ocupábamos de reflejar cuál era la participación de

49a. reunión - continuación 2a. sesión extraordinaria todos en la Defensa Nacional, es decir, la del ciudadano común, la del intendente municipal, la del pueblo, la del militar, etcétera. También establecíamos algunos de los preceptos que se propugnan en este proyecto de ley. Tal vez, nosotros tomamos una previsión que no ha sido establecida en este proyecto de ley, y que era aquella que comenzaba por definir los conceptos para que no hubiera posibilidad de discusión —como ahora— en que nos detenemos para meditar qué es lo que se quiere decir cuando se utiliza cada uno de los conceptos que se emplean. Como estas definiciones son muy breves voy a pasar a señalarlas de inmediato. En un título especial de “glosario de términos” —repito—, para evitar esto que está sucediendo aquí de que con las mismas palabras expresemos distintos conceptos, definíamos cada uno de ellos. A los efectos de la interpretación de aquella ley se entendía por Seguridad Nacional la situación en virtud de la cual los intereses vitales de la Nación se hallan a cubierto de cualquier tipo de ataque o agresión externa, conmoción interior, causas de emergencia grave o catástrofe. Definíamos como objetivos e intereses nacionales, los fines básicos y permanentes contenidos en la Constitución Nacional en virtud de los cuales el Estado actúa con miras a la consecución del bienestar y seguridad nacionales. Hablábamos de los objetivos políticos diciendo que eran el conjunto de metas que se propone el gobierno nacional —que pueden ser iguales a las de este gobierno y distintas a las del que venga mañana, pero siempre son objetivos nacionales en una época o situación determinada— tendientes a alcanzar los objetivos e intereses nacionales. Definíamos a la política nacional como el conjunto de modos de acción que fija el gobierno nacional tendiente a lograr en la oportunidad los objetivos políticos. Decíamos que política de defensa es la parte de la política nacional tendiente a lograr y a mantener en la Nación un índice adecuado de seguridad. A la estrategia nacional la definíamos como la ciencia y el arte de emplear, por parte del gobierno nacional, los medios disponibles del potencial nacional para materializar los modos de acción filados por la política nacional. Calificábamos a la estrategia y defensa como la parte de la estrategia nacional tendiente a materializar los modos de acción fijados por la política de defensa. Definíamos a la estrategia militar —y aquí entran a jugar las Fuerzas Armadas— como la ciencia y el arte de emplear el potencial militar nacional para materializar los modos de acción de la política de defensa, mediante la aplicación de la fuerza y la amenaza de su empleo. En consecuencia, para interpretar los alcances de aquella ley nos manejábamos con el glosario de términos que acabo de mencionar. Entonces uno advierte que en esta oportunidad se formulan al proyecto de ley en consideración observaciones que confunden conceptos. Por ejemplo, es cierto que hay que programar todo lo que aquí se ha dicho. Ya he expresado que la redacción de este proyecto de ley tiene un sinnúmero de falencias, así como también que en nuestro país hay un sinnúmero de cosas por hacer. Pero lo importante es que esta ley da los medios para implementar la tan discutida ley de Defensa Nacional. En los artículos 13 y 14 se arbitran los medios para poder llevarla a cabo. Ahora bien, si los hombres no realizan la labor y el trabajo que el proyecto de ley exige, evidentemente las finalidades perseguidas por la ley no se logran. Yo no comparto el criterio de que aquí, en el nuevo proyecto, se da una especie de dictadura del ministro de Defensa. Por el contrario, yo creo que hace bien la ley porque concentra en un lugar la responsabilidad de preocuparse por la defensa, pero no se la deja a él solamente ya que la política tiene que proponerla al consejo que está integrado por el presidente de la República y la totalidad de los ministros. De manera entonces, que es la totalidad del Poder Ejecutivo la que en definitiva resuelve en cada una de las propuestas que eleva el ministro de Defensa. Vale decir, no se establece la dictadura del ministro de Defensa. Lo que sí creo importante que haya conservado la ley y mantenido sus preceptos es dar 325 1975

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todos en la <strong>Defensa</strong> Nacional, es <strong>de</strong>cir, la <strong>de</strong>l ciudadano común, la <strong>de</strong>l inten<strong>de</strong>nte municipal, la<br />

<strong>de</strong>l pueblo, la <strong>de</strong>l militar, etcétera. También establecíamos algunos <strong>de</strong> los preceptos que se propugnan<br />

en este proyecto <strong>de</strong> ley. Tal vez, nosotros tomamos una previsión que no ha sido establecida<br />

en este proyecto <strong>de</strong> ley, y que era aquella que comenzaba por <strong>de</strong>finir los conceptos para que<br />

no hubiera posibilidad <strong>de</strong> discusión —como ahora— en que nos <strong>de</strong>tenemos para meditar qué es<br />

lo que se quiere <strong>de</strong>cir cuando se utiliza cada uno <strong>de</strong> los conceptos que se emplean.<br />

Como estas <strong>de</strong>finiciones son muy breves voy a pasar a señalarlas <strong>de</strong> inmediato. En un título<br />

especial <strong>de</strong> “glosario <strong>de</strong> términos” —repito—, para evitar esto que está sucediendo aquí <strong>de</strong> que<br />

con las mismas palabras expresemos distintos conceptos, <strong>de</strong>finíamos cada uno <strong>de</strong> ellos.<br />

A los efectos <strong>de</strong> la interpretación <strong>de</strong> aquella ley se entendía por Seguridad Nacional la situación<br />

en virtud <strong>de</strong> la cual los intereses vitales <strong>de</strong> la Nación se hallan a cubierto <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong><br />

ataque o agresión externa, conmoción interior, causas <strong>de</strong> emergencia grave o catástrofe.<br />

Definíamos como objetivos e intereses nacionales, los fines básicos y permanentes contenidos<br />

en la Constitución Nacional en virtud <strong>de</strong> los cuales el Estado actúa con miras a la consecución<br />

<strong>de</strong>l bienestar y seguridad nacionales.<br />

Hablábamos <strong>de</strong> los objetivos políticos diciendo que eran el conjunto <strong>de</strong> metas que se propone<br />

el gobierno nacional —que pue<strong>de</strong>n ser iguales a las <strong>de</strong> este gobierno y distintas a las <strong>de</strong>l que<br />

venga mañana, pero siempre son objetivos nacionales en una época o situación <strong>de</strong>terminada—<br />

tendientes a alcanzar los objetivos e intereses nacionales.<br />

Definíamos a la política nacional como el conjunto <strong>de</strong> modos <strong>de</strong> acción que fija el gobierno<br />

nacional tendiente a lograr en la oportunidad los objetivos políticos.<br />

Decíamos que política <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa es la parte <strong>de</strong> la política nacional tendiente a lograr y a<br />

mantener en la Nación un índice a<strong>de</strong>cuado <strong>de</strong> seguridad.<br />

A la estrategia nacional la <strong>de</strong>finíamos como la ciencia y el arte <strong>de</strong> emplear, por parte <strong>de</strong>l gobierno<br />

nacional, los medios disponibles <strong>de</strong>l potencial nacional para materializar los modos <strong>de</strong><br />

acción filados por la política nacional.<br />

Calificábamos a la estrategia y <strong>de</strong>fensa como la parte <strong>de</strong> la estrategia nacional tendiente a<br />

materializar los modos <strong>de</strong> acción fijados por la política <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa.<br />

Definíamos a la estrategia militar —y aquí entran a jugar las Fuerzas Armadas— como la<br />

ciencia y el arte <strong>de</strong> emplear el potencial militar nacional para materializar los modos <strong>de</strong> acción <strong>de</strong><br />

la política <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa, mediante la aplicación <strong>de</strong> la fuerza y la amenaza <strong>de</strong> su empleo.<br />

En consecuencia, para interpretar los alcances <strong>de</strong> aquella ley nos manejábamos con el glosario<br />

<strong>de</strong> términos que acabo <strong>de</strong> mencionar. Entonces uno advierte que en esta oportunidad se formulan<br />

al proyecto <strong>de</strong> ley en consi<strong>de</strong>ración observaciones que confun<strong>de</strong>n conceptos. Por ejemplo, es<br />

cierto que hay que programar todo lo que aquí se ha dicho. Ya he expresado que la redacción <strong>de</strong><br />

este proyecto <strong>de</strong> ley tiene un sinnúmero <strong>de</strong> falencias, así como también que en nuestro país hay<br />

un sinnúmero <strong>de</strong> cosas por hacer. Pero lo importante es que esta ley da los medios para implementar<br />

la tan discutida ley <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> Nacional. En los artículos 13 y 14 se arbitran los medios<br />

para po<strong>de</strong>r llevarla a cabo.<br />

Ahora bien, si los hombres no realizan la labor y el trabajo que el proyecto <strong>de</strong> ley exige, evi<strong>de</strong>ntemente<br />

las finalida<strong>de</strong>s perseguidas por la ley no se logran.<br />

Yo no comparto el criterio <strong>de</strong> que aquí, en el nuevo proyecto, se da una especie <strong>de</strong> dictadura<br />

<strong>de</strong>l ministro <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong>. Por el contrario, yo creo que hace bien la ley porque concentra en un<br />

lugar la responsabilidad <strong>de</strong> preocuparse por la <strong>de</strong>fensa, pero no se la <strong>de</strong>ja a él solamente ya que la<br />

política tiene que proponerla al consejo que está integrado por el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la República y la<br />

totalidad <strong>de</strong> los ministros. De manera entonces, que es la totalidad <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo la que en<br />

<strong>de</strong>finitiva resuelve en cada una <strong>de</strong> las propuestas que eleva el ministro <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong>. Vale <strong>de</strong>cir, no<br />

se establece la dictadura <strong>de</strong>l ministro <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong>.<br />

Lo que sí creo importante que haya conservado la ley y mantenido sus preceptos es dar<br />

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