Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa
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20 y 21 de noviembre de 1975 314 entendiendo que los esquemas científicos de análisis de la realidad no son patrimonio de ideologías. Las concreciones ideológicas fruto del análisis de la realidad están reservadas sí a las filosofías y a las doctrinas, pero el análisis de la realidad en cuanto a la veracidad de lo que significa no es patrimonio de ningún ideólogo, de ninguna doctrina ni de ninguna filosofía. De ahí que no voy a detenerme en el análisis metodológico del plan preparado para el período 1971/75 (decreto ley 16.970), o en el realizado por el actual gobierno para el período 1974/77 (decreto 185, 6/11/73). Pero sí voy a referirme a algunas opiniones que constituyen la expresión del partido gobernante y que avalan lo que acabo de decir, insertas en el capítulo Prólogo y antecedentes, páginas 9-10, del segundo plan. Refiriéndose al Plan Trienal de gobierno, el documento sintetiza los objetivos y metas que será posible alcanzar sobre la base de la concertación que —dice— ya ha logrado materializar el gobierno. Se sostiene que “la planificación es un proceso continuo que, entre otras formas, se objetiva periódicamente en documentos como el presente, donde se miden y compatibilizan los esfuerzos que se proponen cumplir los sectores de la vida nacional para alcanzar las metas que le son comunes y exponer, de modo integrado, el conjunto de las políticas y medidas con las que el Estado contribuye a su logro”. “Exponer de modo integrado no es atender solamente la expresión de una parcialidad; no se trata de evaluar las proposiciones de un sector, por más especializado, conspicuo y preparado que éste sea. Es la integralidad del país la que tiene que proponer las políticas, en base a ese análisis patriótico y científico de la realidad. Es en esa oportunidad donde el estado contribuye como elemento de gestor del bien común. Pero las políticas deben ser consideradas y establecidas por distintos sectores con representatividad en la vida del país y con las características que resulten de esa consideración el plan será guía de la acción cotidiana”. “El plan así da al gobierno, a los grupos económicos y a los trabajadores una visión global del país, la que seguramente tendremos si cada uno cumple con la misión que le corresponde y tiende a facilitar, mediante una misión integradora, la ejecución de las acciones que permiten el cumplimiento de esos objetivos” (párrafo 3 o del Prólogo del Plan Trienal, página 9). Desde que me he instalado en esta banca, ha tenido un leit motiv con respecto al presupuesto. Permanentemente he exigido al ministro de Economía de turno y a la Comisión de Presupuesto y Hacienda de esta Cámara respecto al cumplimiento del presupuesto y a la guía orientadora que significaba a cada uno saber en qué lugar está instalado, hacia dónde quiere ir y qué debe hacer. Hasta hoy no lo hemos conseguido, señor presidente. El ejemplo que acabo de dar viene al caso porque ahora estamos tratando un proyecto de ley de Defensa Nacional. Queremos demostrar el despropósito de referirnos a la Defensa Nacional como un concepto abstracto si antes no tenemos reactualizada una visión única, o por lo menos concertada o integrada, de lo que debe ser el proyecto de nuestro país, la Nación a que aspiramos. Tenemos que entender cuáles son las futuras políticas, no las que han fracasado, no las referidas a lo que no se concibió como deseado. Debemos considerar previamente las políticas que vamos a instrumentar de hoy en más, haciendo borrón y cuenta nueva de lo anterior. Entonces sí, señor presidente, encontraría coherencia al hecho de presentar este proyecto de ley a la consideración de la Honorable Cámara. Quizás la urgencia por querer superar la coyuntura nos ahogue en un vaso de agua y haga naufragar nuestras mejores aspiraciones para llegar a ese anhelo de todos los corazones humildes, de convertir a nuestro país en la Argentina Potencia. No contamos con el proyecto de presupuesto para el año 1976 y no conocemos cuál es la filosofía económica para poder hacer las rectificaciones en orden al proceso de esta liberación nacional, que es el frontispicio que identifica a este Parlamento. No conocemos cuáles han de ser las orientaciones programáticas de las restantes áreas ministeriales. No conocemos las propuestas políticas para el futuro ejercicio. No sabemos si el presupuesto se compadece con este Plan Trienal proyectado para 1974-1977 o si ha quedado de nuevo atrás, relegado, olvidado, en alguno de los tantos anaqueles de la biblioteca de la Casa de Gobierno.
49a. reunión - continuación 2a. sesión extraordinaria ¿Es que el proyecto de liberación y recuperación nacional se compatibiliza con esto? La ley 16.970, que vamos a derogar, es mucho más funcional, más precisa, con mayor exactitud técnica, con mayor precisión legislativa. Tiene, es cierto, una serie de vicios que rozan lo inconstitucional, tal como lo han expuesto algunos señores diputados, pero desde el punto de vista conceptual, del esclarecimiento de lo que debe asumirse como defensa de la Nación, resulta evidente que tiene una claridad elaborativa superior. Lamento que se haya tomado ese modelo —que crea el CONASE— no para perfeccionarlo sino para mutilarlo, para hacerlo ininteligible, para crear confusión y para consagrar semejante anacronismo desde el punto de vista institucional y legislativo como cuando al tratar sobre la formulación de la doctrina, políticas y estrategias de la Defensa Nacional establece que el ministro de Defensa es el único depositario de todas las responsabilidades de implementación concernientes a toda la Defensa Nacional. Me remito a lo establecido en los incisos a), b), c), g) y k) del artículo 16 del dictamen de comisión. No puedo silenciar la inclusión de semejantes cláusulas en el proyecto de ley. No tiene ningún antecedente. Amablemente le solicité al señor diputado Lazzarini que tomara en cuenta este cuestionamiento frontal al proyecto. Sin embargo en el curso de su exposición no escuché una respuesta. Gentilmente le pedí que anotara mis observaciones porque eran preocupaciones que realmente me angustiaban. No deseo detenerme en la lectura y análisis del artículo 16 del proyecto, que es conocido por todos los señores diputados. Deseo señalar, sí, que a ese ministro de Defensa se le dan una serie de atribuciones, una serie de áreas que están mucho más allá de lo que constitucionalmente significa un ministerio. (Artículo 87 de la Constitución Nacional.) Es más, el artículo 88 de la Constitución determina que “cada ministro es responsable de los actos que legaliza; y solidariamente de los que acuerda con sus colegas”. Y el artículo 89 determina que “los ministros no pueden por sí solos, en ningún caso, tomar resoluciones, a excepción de lo concerniente al régimen económico y administrativo de sus respectivos departamentos”. El Poder Ejecutivo en nuestro país es unipersonal, y la Constitución determina —lo hemos leído— claramente cuáles son las funciones, las calidades, las aptitudes y las capacidades de los señores ministros. Nos hemos acostumbrado a que la expectativa creada por la designación de un nuevo ministro de Economía (por ejemplo) supere a las creadas por las posibles decisiones políticas del mismo presidente de la República. Es una desvirtuación de conceptos que estamos tratando de rescatar. El Poder Ejecutivo de la Nación es ejercido por una sola persona; es unipersonal. Y si alguna vez se ha atacado a nuestro régimen ha sido precisamente por eso, por ser un régimen personalista, y es así porque responde a las raíces históricas de nuestro pueblo. En buena hora los hombres del ‘53, que por su formación no tenían un gran sentido de lo telúrico y que racionalmente estaban educados en la recepción de las novedades doctrinarias de fuera de nuestro país, tuvieron el sentido patriótico, la agudeza y la sabiduría de adecuarse a las exigencias culturales predominantes en nuestra tierra. El presidente manda, el presidente es una persona de carne y hueso que conduce y guía. Y en este proyecto de ley se otorgan atribuciones a un ministro que son extremadamente amplias, cuando la experiencia del país, y no la referida solamente a este período parlamentario, nos indica que muchas veces estos funcionarios no han llegado a durar veinticuatro horas en sus cargos. Algunos señores diputados han expresado la preeminencia que desde hace treinta años —esto referido a la conclusión de los mandatos por los presidentes civiles— han tenido las Fuerzas Armadas en el escenario político de nuestro país. Y si esto es válido en lo que hace a nuestro régimen institucional presidencial, cuánto más lo es —en el plano de las facultades constitucionales del Poder Ejecutivo de turno— con respecto a los ministros. 315 1975
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20 y 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1975<br />
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entendiendo que los esquemas científicos <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> la realidad no son patrimonio <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ologías.<br />
Las concreciones i<strong>de</strong>ológicas fruto <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> la realidad están reservadas sí a las filosofías<br />
y a las doctrinas, pero el análisis <strong>de</strong> la realidad en cuanto a la veracidad <strong>de</strong> lo que significa<br />
no es patrimonio <strong>de</strong> ningún i<strong>de</strong>ólogo, <strong>de</strong> ninguna doctrina ni <strong>de</strong> ninguna filosofía. De ahí que<br />
no voy a <strong>de</strong>tenerme en el análisis metodológico <strong>de</strong>l plan preparado para el período 1971/75 (<strong>de</strong>creto<br />
ley 16.970), o en el realizado por el actual gobierno para el período 1974/77 (<strong>de</strong>creto 185,<br />
6/11/73). Pero sí voy a referirme a algunas opiniones que constituyen la expresión <strong>de</strong>l partido<br />
gobernante y que avalan lo que acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir, insertas en el capítulo Prólogo y antece<strong>de</strong>ntes, páginas<br />
9-10, <strong>de</strong>l segundo plan.<br />
Refiriéndose al Plan Trienal <strong>de</strong> gobierno, el documento sintetiza los objetivos y metas que<br />
será posible alcanzar sobre la base <strong>de</strong> la concertación que —dice— ya ha logrado materializar el<br />
gobierno. Se sostiene que “la planificación es un proceso continuo que, entre otras formas, se objetiva<br />
periódicamente en documentos como el presente, don<strong>de</strong> se mi<strong>de</strong>n y compatibilizan los esfuerzos<br />
que se proponen cumplir los sectores <strong>de</strong> la vida nacional para alcanzar las metas que le son comunes<br />
y exponer, <strong>de</strong> modo integrado, el conjunto <strong>de</strong> las políticas y medidas con las que el Estado contribuye<br />
a su logro”. “Exponer <strong>de</strong> modo integrado no es aten<strong>de</strong>r solamente la expresión <strong>de</strong> una parcialidad;<br />
no se trata <strong>de</strong> evaluar las proposiciones <strong>de</strong> un sector, por más especializado, conspicuo y preparado<br />
que éste sea. Es la integralidad <strong>de</strong>l país la que tiene que proponer las políticas, en base a ese análisis<br />
patriótico y científico <strong>de</strong> la realidad. Es en esa oportunidad don<strong>de</strong> el estado contribuye como elemento<br />
<strong>de</strong> gestor <strong>de</strong>l bien común. Pero las políticas <strong>de</strong>ben ser consi<strong>de</strong>radas y establecidas por distintos sectores<br />
con representatividad en la vida <strong>de</strong>l país y con las características que resulten <strong>de</strong> esa consi<strong>de</strong>ración el<br />
plan será guía <strong>de</strong> la acción cotidiana”. “El plan así da al gobierno, a los grupos económicos y a los trabajadores<br />
una visión global <strong>de</strong>l país, la que seguramente tendremos si cada uno cumple con la misión<br />
que le correspon<strong>de</strong> y tien<strong>de</strong> a facilitar, mediante una misión integradora, la ejecución <strong>de</strong> las acciones<br />
que permiten el cumplimiento <strong>de</strong> esos objetivos” (párrafo 3 o <strong>de</strong>l Prólogo <strong>de</strong>l Plan Trienal, página 9).<br />
Des<strong>de</strong> que me he instalado en esta banca, ha tenido un leit motiv con respecto al presupuesto.<br />
Permanentemente he exigido al ministro <strong>de</strong> Economía <strong>de</strong> turno y a la Comisión <strong>de</strong> Presupuesto<br />
y Hacienda <strong>de</strong> esta Cámara respecto al cumplimiento <strong>de</strong>l presupuesto y a la guía orientadora que<br />
significaba a cada uno saber en qué lugar está instalado, hacia dón<strong>de</strong> quiere ir y qué <strong>de</strong>be hacer.<br />
Hasta hoy no lo hemos conseguido, señor presi<strong>de</strong>nte.<br />
El ejemplo que acabo <strong>de</strong> dar viene al caso porque ahora estamos tratando un proyecto <strong>de</strong> ley<br />
<strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> Nacional. Queremos <strong>de</strong>mostrar el <strong>de</strong>spropósito <strong>de</strong> referirnos a la <strong>Defensa</strong> Nacional<br />
como un concepto abstracto si antes no tenemos reactualizada una visión única, o por lo menos<br />
concertada o integrada, <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be ser el proyecto <strong>de</strong> nuestro país, la Nación a que aspiramos.<br />
Tenemos que enten<strong>de</strong>r cuáles son las futuras políticas, no las que han fracasado, no las referidas<br />
a lo que no se concibió como <strong>de</strong>seado. Debemos consi<strong>de</strong>rar previamente las políticas que vamos<br />
a instrumentar <strong>de</strong> hoy en más, haciendo borrón y cuenta nueva <strong>de</strong> lo anterior. Entonces sí, señor<br />
presi<strong>de</strong>nte, encontraría coherencia al hecho <strong>de</strong> presentar este proyecto <strong>de</strong> ley a la consi<strong>de</strong>ración<br />
<strong>de</strong> la Honorable Cámara.<br />
Quizás la urgencia por querer superar la coyuntura nos ahogue en un vaso <strong>de</strong> agua y haga<br />
naufragar nuestras mejores aspiraciones para llegar a ese anhelo <strong>de</strong> todos los corazones humil<strong>de</strong>s,<br />
<strong>de</strong> convertir a nuestro país en la Argentina Potencia.<br />
No contamos con el proyecto <strong>de</strong> presupuesto para el año 1976 y no conocemos cuál es la<br />
filosofía económica para po<strong>de</strong>r hacer las rectificaciones en or<strong>de</strong>n al proceso <strong>de</strong> esta liberación<br />
nacional, que es el frontispicio que i<strong>de</strong>ntifica a este Parlamento.<br />
No conocemos cuáles han <strong>de</strong> ser las orientaciones programáticas <strong>de</strong> las restantes áreas ministeriales.<br />
No conocemos las propuestas políticas para el futuro ejercicio. No sabemos si el presupuesto<br />
se compa<strong>de</strong>ce con este Plan Trienal proyectado para 1974-1977 o si ha quedado <strong>de</strong> nuevo atrás,<br />
relegado, olvidado, en alguno <strong>de</strong> los tantos anaqueles <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> Gobierno.