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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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20 y 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1975<br />

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han sido previstos en la legislación? Porque también es cierto que el Estado y la sociedad no pue<strong>de</strong>n<br />

quedar inermes frente a lo que perturba los intereses vitales <strong>de</strong> la Nación, para que ocurra en<br />

el or<strong>de</strong>n interno. La Constitución tiene previsto un sistema muy claro.<br />

Para lo externo, nuestra Carta Fundamental prevé la <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> guerra cuando ésta es<br />

ofensiva. Según el inciso 21 <strong>de</strong>l artículo 67 <strong>de</strong> la Constitución Nacional correspon<strong>de</strong> su autorización<br />

por el Po<strong>de</strong>r Legislativo, acto en base al cual el Po<strong>de</strong>r Ejecutivo pue<strong>de</strong> formular tal <strong>de</strong>claración,<br />

<strong>de</strong> acuerdo con lo dispuesto por el inciso 18 <strong>de</strong>l artículo 86 <strong>de</strong> la Carta Fundamental.<br />

Este sistema, por ejemplo, es el que se ejercitó al <strong>de</strong>clarar la guerra contra el Paraguay, Mitre lo<br />

hizo así. No obstante ello, en el aspecto <strong>de</strong>fensivo ya el Ejército Nacional había tomado medidas,<br />

porque, por supuesto, cuando la guerra es <strong>de</strong>fensiva no se pue<strong>de</strong> estar a la espera <strong>de</strong> que se reúna<br />

el Congreso para <strong>de</strong>clararla.<br />

Veamos la hipótesis, ya no <strong>de</strong> guerra sino <strong>de</strong> conmoción interior. Está prevista en las figuras<br />

que <strong>de</strong>fine la Constitución. En el estado <strong>de</strong> sitio distingue entre conmoción interior y ataque exterior,<br />

pero la medida siempre está dada para resguardar la Constitución y a las autorida<strong>de</strong>s surgidas<br />

<strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n constitucional. Pero, ¿cómo se <strong>de</strong>creta el estado <strong>de</strong> sitio? En el primer supuesto,<br />

lo hace el Congreso; así lo dispone el inciso 26 <strong>de</strong>l artículo 67 <strong>de</strong> la Constitución Nacional. En el<br />

caso <strong>de</strong> ataque exterior, durante el período <strong>de</strong> sesiones ordinarias, se requiere el previo acuerdo<br />

<strong>de</strong>l Senado, conforme con el artículo 53 <strong>de</strong> la Constitución, y el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo, en<br />

función <strong>de</strong> lo dispuesto por el inciso 19 <strong>de</strong>l artículo 86 <strong>de</strong> nuestra Carta Magna, pudiéndolo hacer<br />

por sí el propio Po<strong>de</strong>r Ejecutivo en caso <strong>de</strong> receso parlamentario.<br />

En cuanto a los alcances <strong>de</strong> la medida, sostenemos que las limitaciones <strong>de</strong>ben ser las menores<br />

posibles y presididas por el signo <strong>de</strong> la razonabilidad, en cuanto esas mismas limitaciones sean necesarias<br />

para mantener la vigencia <strong>de</strong> las instituciones y <strong>de</strong> la Constitución, y la integridad <strong>de</strong> la Nación.<br />

Pero aún hay, a<strong>de</strong>más, otro remedio previsto en la Constitución para los casos <strong>de</strong> conmoción<br />

interior cuyas características se asemejan a la hipótesis analizada por el señor diputado Lazzarini:<br />

un terremoto que exige una intervención inmediata <strong>de</strong> las fuerzas para poner or<strong>de</strong>n. Esto pue<strong>de</strong><br />

superarse con la intervención fe<strong>de</strong>ral. ¿Acaso no permite el artículo 6 o <strong>de</strong> la Constitución Nacional<br />

que se intervenga una provincia cuando existe una alteración grave <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n que ponga en peligro<br />

el ejercicio <strong>de</strong> sus autorida<strong>de</strong>s?<br />

Frente a las nuevas figuras <strong>de</strong> conmoción interior, quiero aclarar que esto ya fue previsto<br />

en la Constitución <strong>de</strong> 1949. En la parte final <strong>de</strong> su artículo 34 se implantó la novedad <strong>de</strong>l estado<br />

<strong>de</strong> prevención y alarma en caso <strong>de</strong> alteración <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n público que amenazara perturbar<br />

el normal <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> la vida o activida<strong>de</strong>s primordiales <strong>de</strong> la población. Y según esa<br />

Constitución, una ley <strong>de</strong>terminaría los efectos jurídicos <strong>de</strong> tal medida; pero ésta no suspen<strong>de</strong>ría<br />

sino que, transitoriamente, limitaría las garantías constitucionales en la medida que fuera indispensable.<br />

Era una buena fórmula para regular la situación.<br />

Sin embargo, en 1951, frente a un episodio <strong>de</strong> insurrección o rebelión militar, el gobierno<br />

<strong>de</strong>l general Perón <strong>de</strong>cretó el estado <strong>de</strong> guerra interno. Lo hizo por <strong>de</strong>creto 19.376, <strong>de</strong>l 28 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1951; y esa misma tar<strong>de</strong> se reunió el Congreso, que ratificó la medida por ley 14.062.<br />

La coyuntura mostraba como absurdo el oponerse a la sanción <strong>de</strong> la medida, dado que había<br />

existido un movimiento sedicioso para <strong>de</strong>poner a las autorida<strong>de</strong>s constitucionales.<br />

Y al fin —¡lo que son las cosas!— siempre la coyuntura que toca nuestra fibra más íntima<br />

en lo nacional termina siendo lo permanente. Esa ley no se <strong>de</strong>rogó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su sanción hasta 1955,<br />

habiéndose aplicado el estado <strong>de</strong> guerra interno a toda una serie <strong>de</strong> situaciones que nada tenían<br />

que ver ni con asonadas militares ni con movimientos subversivos, sino, por el contrario, a las<br />

discrepancias o enfrentamientos políticos con sectores opositores. Por extraña paradoja, esta ley<br />

no permitió <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r al gobierno, que cayó frente a un episodio <strong>de</strong> armas. Y como contrasentido<br />

último, el gobierno que llegó a <strong>de</strong>rogar por <strong>de</strong>creto la Constitución <strong>de</strong> 1949, el <strong>de</strong> la llamada<br />

Revolución Libertadora, por <strong>de</strong>creto 140, <strong>de</strong> 1955, <strong>de</strong>jó sin efecto el estado <strong>de</strong> guerra interno.

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