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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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20 y 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1975<br />

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relaciones <strong>de</strong>l domi, <strong>de</strong> la paz. Des<strong>de</strong> ese momento era <strong>de</strong>shonroso y atentatorio contra el or<strong>de</strong>n<br />

interno y el interés <strong>de</strong> la comunidad querer mantener durante la paz, <strong>de</strong> las puertas <strong>de</strong> la ciudad<br />

para a<strong>de</strong>ntro, el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la guerra, la disciplina y, lo que es más grave, la preeminencia <strong>de</strong> un<br />

grupo <strong>de</strong> acción, porque ese grupo estaba capacitado para la guerra y no para el ejercicio <strong>de</strong>l<br />

gobierno en la paz.<br />

Nosotros no queremos, como lo expresa Bertrand <strong>de</strong> Jouvenel en su obra sobre La soberanía,<br />

llegar a ninguno <strong>de</strong> los límites absurdos resultantes <strong>de</strong> contraponer el concepto <strong>de</strong> Fuerzas<br />

Armadas con el <strong>de</strong> pueblo, porque —lo he dicho— <strong>de</strong>ben estar unidos en una concepción integral<br />

<strong>de</strong> la Nación.<br />

Dice Bertrand <strong>de</strong> Jouvenel: “Permitid a los hombres conducirse en el ejército o en el taller como<br />

en sus casas, domi, y vuestro ejército será <strong>de</strong>rrotado y se arruinará vuestra empresa. Pero, al contrario,<br />

exten<strong>de</strong>d a toda su vida y a todo momento la disciplina <strong>de</strong> la acción y habréis creado entonces el<br />

totalitarismo. La disciplina <strong>de</strong> la acción es ruda. No es contrario a la libertad prestarse a ello; es muy<br />

conforme a la dignidad <strong>de</strong>l hombre aceptarla para el fin que persigue; el hombre permanece en cierta<br />

manera superior a esta disciplina cuando escoge un grupo <strong>de</strong> acción a cuyas reglas pliega parte <strong>de</strong> su<br />

personalidad. Por el contrario, el hombre se ahoga cuando a la pluralidad <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> acción en la<br />

sociedad suce<strong>de</strong> el grupo <strong>de</strong> acción único que engloba la existencia social toda entera, y hace reinar<br />

sobre la vida toda una disciplina que no se pue<strong>de</strong> aceptar sino circunscrita a unos límites”.<br />

Estamos <strong>de</strong> acuerdo en que, para ciertos aspectos <strong>de</strong> la lucha, la <strong>Defensa</strong> Nacional imponga<br />

la disciplina necesaria para triunfar. Pero hay límites, y esos límites no los vamos a inventar<br />

nosotros; esos límites están dados por la Constitución. Por otra parte, las Fuerzas Armadas, por<br />

boca <strong>de</strong> sus hombres responsables y sus conductores, afortunadamente vienen repitiendo hace<br />

tiempo que, para ellas, las fi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s son a la Nación, la Constitución y las leyes. De tal manera<br />

que cuando hablo <strong>de</strong> los límites constitucionales me estoy refiriendo a lo que la Constitución<br />

prohíbe, a lo que está más allá <strong>de</strong> lo establecido en la misma.<br />

Aprovechando la liberalidad con que el señor diputado Lazzarini concedió interrupciones,<br />

hablamos ayer <strong>de</strong> esos límites al dialogar sobre la interpretación <strong>de</strong> la Constitución y las doctrinas<br />

que las sucesivas Cortes actuantes a partir <strong>de</strong>l año 1958 vinieron elaborando.<br />

Para nosotros, en el análisis constitucional <strong>de</strong>l proyecto y en las objeciones fundamentales<br />

que hacemos a los artículos 2 o , 7 o , 20, 21, 30 y 35, <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> la mayoría —y en relación a los<br />

cuales nosotros hemos propuesto nuestro propio texto—, <strong>de</strong>be tenerse un concepto claro sobre<br />

el método interpretativo <strong>de</strong> la Constitución. A nosotros ni siquiera nos preocupa si se <strong>de</strong>ben o<br />

no dar los po<strong>de</strong>res proyectados; lo que sabemos es que no se pue<strong>de</strong>n dar, porque la Constitución<br />

lo prohíbe, y si las reglas <strong>de</strong>l juego no se acatan no habrá manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rnos los argentinos<br />

acerca <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> contribuir a la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la sociedad.<br />

Sr. Lazzarini.—¿Me permite una interrupción, señor diputado?<br />

Sr. Portero.—Sí, señor diputado.<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Sánchez Toranzo).—Para una interrupción tiene la palabra el señor diputado<br />

Lazzarini.<br />

Sr. Lazzarini.—Efectivamente, hice referencia ayer a la interpretación constitucional, porque<br />

todos sabemos que estamos amparados por una Constitución hecha hace más <strong>de</strong> cien años y que<br />

en el país hay dos tipos <strong>de</strong> Constitución: la Constitución literal, <strong>de</strong> la vieja época liberal, o inclusive<br />

<strong>de</strong> la vieja Corte liberal, y la Constitución Nacional, interpretada por el organismo a quien<br />

la misma Constitución ha otorgado el honor <strong>de</strong> ser el último intérprete constitucional, que es la<br />

Corte Suprema <strong>de</strong> Justicia <strong>de</strong> la Nación. Por eso es que, a través <strong>de</strong> la interpretación <strong>de</strong> la Corte,<br />

esa vieja y elástica Constitución nos ha dado algunas nuevas instituciones y ha <strong>de</strong>jado el paso a<br />

los nuevos factores sociales que han acaecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces hasta ahora.<br />

Lo más natural es que cuando hablamos <strong>de</strong> la Constitución no lo hacemos refiriéndonos a<br />

ella en su estricta literalidad, porque <strong>de</strong> hacerlo estaríamos hablando <strong>de</strong> una Constitución que

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