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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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49a. reunión - continuación 2a. sesión extraordinaria<br />

Corpus o que esa singularidad geográfica <strong>de</strong>l Paraná no pueda estar al servicio <strong>de</strong> todos los países<br />

americanos a los que riega y que la gran perjudicada sea la República Argentina. Me duele más<br />

que, por los años perdidos, nuestra diplomacia no haya estado preparada para <strong>de</strong>cir no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

principio a la Organización Latinoamericana <strong>de</strong> la Energía (OLADE), y que durante este período<br />

<strong>de</strong> gobierno la torpeza <strong>de</strong> nuestros representantes casi nos lleve a admitir respecto <strong>de</strong>l problema<br />

<strong>de</strong>l Paraná una tesis que nos perjudicaría.<br />

El 11 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1973 se abre una gran expectativa nacional: el pueblo <strong>de</strong> la República recupera<br />

su soberanía, concurre a las urnas y elige a sus mandatarios. La gran particularidad que<br />

tuvo la elección fue que los gran<strong>de</strong>s partidos mayoritarios hablaron antes <strong>de</strong> ese acto y se comprometieron<br />

a lo que iban a hacer. Hubo compromisos programáticos y compromisos políticos<br />

para que el partido gobernante no fuera jaqueado ni fuera el adversario al que había que <strong>de</strong>spojar<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r por cualquier medio. Esos compromisos políticos se empezaron a cumplir el mismo<br />

día en que escuchamos aquí el mensaje presi<strong>de</strong>ncial. En un palco <strong>de</strong> este recinto estaban los representantes<br />

<strong>de</strong> todos los partidos políticos, rivales entre sí; pero ellos coincidían y —diría más—<br />

<strong>de</strong>seaban que este gobierno respondiera a todas las expectativas y <strong>de</strong>spejara todas las incógnitas.<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros actos <strong>de</strong> este gobierno, medida que ahora es muy criticada por los ciegos,<br />

por los que no ven el porvenir, por los que me atrevería a <strong>de</strong>cir que no piensan en el futuro<br />

<strong>de</strong> sus hijos, por los que creen que la Argentina termina al terminar sus propias vidas, fue la<br />

sanción <strong>de</strong> una ley <strong>de</strong> amnistía. Aplaudo esa medida a la distancia, cosa que pocos hacen porque<br />

dicen que los <strong>de</strong>lincuentes liberados <strong>de</strong> las cárceles siguieron matando. En ese momento la sociedad<br />

argentina, por medio <strong>de</strong> su Parlamento, dio una tregua, dio un ejemplo y una posibilidad <strong>de</strong><br />

paz. Muchos <strong>de</strong> nosotros sabíamos que los que se beneficiaban con esa tregua no la iban a acatar.<br />

Sabíamos que <strong>de</strong>bió ser bilateral. Sabíamos que los que están embarcados en esa guerra i<strong>de</strong>ológica<br />

no son <strong>de</strong>lincuentes comunes, sino que están comprometidos. Pero el gran sentido <strong>de</strong> la ley<br />

<strong>de</strong> amnistía fue otro: se quería que los que ya estaban en favor <strong>de</strong> los métodos violentos eligieran<br />

nuevos cauces políticos, que canalizaran sus inquietu<strong>de</strong>s en la <strong>de</strong>mocracia, a favor o en contra <strong>de</strong>l<br />

gobierno <strong>de</strong> turno, pero que <strong>de</strong>mocráticamente pudieran expresar sus i<strong>de</strong>as. No nos interesa que<br />

hayan continuado en la guerrilla ni que a los <strong>parlamentarios</strong> se nos señale con el <strong>de</strong>do diciendo<br />

que liberamos a los hombres que continuaron matando; también hubo <strong>parlamentarios</strong> muertos,<br />

y habrá más <strong>parlamentarios</strong>, civiles y militares muertos por obra <strong>de</strong> la incomprensión. Y ése fue<br />

un acto <strong>de</strong> comprensión nacional; se quería evitar —repito— que se siguiera reclutando gente<br />

para la guerrilla. Sin duda se logró el objetivo, aunque no se pueda dimensionar su resultado.<br />

Hoy, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esa tremenda inestabilidad y falta <strong>de</strong> continuidad constitucional, está nuevamente<br />

en peligro lo que creíamos iba a ser una nueva etapa <strong>de</strong>mocrática <strong>de</strong>l país. Me he referido<br />

ya a lo dicho por el ministro <strong>de</strong>l Interior en el sentido <strong>de</strong> que habrá elecciones en 1977, <strong>de</strong> que<br />

llegaremos a ese día cada vez más lejano <strong>de</strong> 1977. El radicalismo siempre lo quiso así y hará todo<br />

lo posible para que el pueblo pueda votar y <strong>de</strong>cidir, comprometiéndose a acatar el resultado <strong>de</strong>l<br />

acto soberano <strong>de</strong>l pueblo.<br />

Pero hoy, cuando tratamos el tremendo problema <strong>de</strong> la violencia que implica este proyecto<br />

sobre seguridad interna, porque ése ha sido el leit motiv para que este proyecto llegara aquí, vemos<br />

el panorama ensombrecido por aquellos que siguieron matando y que quisieron imponer<br />

su método <strong>de</strong> lucha. No lo digo para aprovechar la dramática coyuntura actual y po<strong>de</strong>r criticar<br />

<strong>de</strong>saciertos <strong>de</strong>l gobierno, pero podría transcribir palabras <strong>de</strong> gente que pertenece o perteneció al<br />

gobierno, que señala errores, lo que es aprovechado por la prédica guerrillera para que nuestros<br />

jóvenes universitarios y militantes gremiales puedan ser seducidos diciéndoles que aquí no hay<br />

otra solución que luchar arriesgando la vida, utilizando para ello el crimen político, crimen que<br />

ha tenido gravísimas consecuencias para la República.<br />

Por suerte, por la comprensión <strong>de</strong> dos gran<strong>de</strong>s dirigentes <strong>de</strong> los partidos mayoritarios, ese<br />

crimen político tiene hasta ahora efectos localizados. Pero hubo un momento en que llegué a<br />

289<br />

1975

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