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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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20 y 21 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1975<br />

248<br />

constituyen el sistema mundial <strong>de</strong> relaciones internacionales? ¿Qué factores dinamizan a este sistema<br />

y qué fuerzas pue<strong>de</strong>n estar actuando en contra <strong>de</strong> una política exterior argentina, o contra<br />

la Nación Argentina, en los múltiples aspectos <strong>de</strong> su existencia como conjunto unitario y soberano?<br />

Toda ley <strong>de</strong> <strong>Defensa</strong> Nacional <strong>de</strong>be ser la respuesta concreta, históricamente condicionada,<br />

a la dinámica mundial <strong>de</strong> relaciones internacionales y <strong>de</strong> cuyo sistema pue<strong>de</strong> partir una agresión<br />

para nuestra Nación.<br />

El sistema mundial <strong>de</strong> las relaciones internacionales —dirían los analistas <strong>de</strong> sistemas— es<br />

una black box, es <strong>de</strong>cir, una caja negra, un sistema en el cual ingresan distintos estímulos, provenientes<br />

principalmente <strong>de</strong> los Estados-naciones, y que produce ciertos efectos que por lo general<br />

están más allá <strong>de</strong> la voluntad individual <strong>de</strong> una sola nación; pero a<strong>de</strong>más, el <strong>de</strong>sarrollo tecnológico,<br />

la producción en masa, la presentación <strong>de</strong> Estados-naciones característicos y específicos,<br />

como las superpotencias, el armamento termonuclear, el fervor nacionalista <strong>de</strong> las naciones jóvenes<br />

que nacen sobre los escombros <strong>de</strong>l sistema colonial antiguo, son todos factores que constantemente<br />

dinamizan al sistema internacional, que da así respuestas propias que <strong>de</strong>be enfrentar<br />

nuestro país como nación soberana.<br />

Un dato que no pue<strong>de</strong> ser ignorado es que el nacionalismo es un común atributo <strong>de</strong> todas<br />

las naciones, y no el dato propio <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> ellas. Diría, con un autor, que el nacionalismo es<br />

el pulso vital <strong>de</strong> una nación; no son nacionalistas las naciones que están moribundas o al bor<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>saparición. Pero, más importante que <strong>de</strong>stacar esto, es reconocer que registramos dos<br />

versiones <strong>de</strong> nacionalismo: uno es <strong>de</strong>fensivo y otro agresivo. El nacionalismo <strong>de</strong>fensivo, que caracteriza<br />

a todo lo largo <strong>de</strong> su historia a la República Argentina, consiste en la firma voluntad <strong>de</strong><br />

una nación <strong>de</strong> ser respetada en su lengua, su cultura, su organización económica y en la tabla <strong>de</strong><br />

valores que le sirve <strong>de</strong> fundamento. Este nacionalismo es la base ético-política <strong>de</strong>l principio que<br />

obliga a respetar la auto<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> los pueblos.<br />

Pero hay también otro nacionalismo, el nacionalismo agresivo, por el cual algunas naciones<br />

—por las razones que fueren— están convencidas, y a veces <strong>de</strong>cididas, a imponer sus valores a<br />

otros pueblos <strong>de</strong>l mundo. Los imperialistas también son nacionalistas, pero agresivos.<br />

Particularmente importante en el sistema internacional es el <strong>de</strong>snivel <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo que existe<br />

entre las naciones en la actualidad. Siempre han habido diferencias entre las naciones, pero es a<br />

partir <strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial don<strong>de</strong> se da un salto tremendo, ya que <strong>de</strong> una veintena <strong>de</strong><br />

naciones se llega a más <strong>de</strong> ciento cincuenta naciones. En este escenario mundial las diferencias<br />

aparecen como un problema <strong>de</strong>l sistema internacional.<br />

En estos últimos treinta años se ha cumplido virtualmente el proceso <strong>de</strong> la nacionalización<br />

<strong>de</strong> los pueblos <strong>de</strong> una manera vertiginosa. Ningún pueblo ha querido <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser nación, contar<br />

con su Estado-nación in<strong>de</strong>pendiente y participar así en el sistema internacional. Pero la brecha<br />

existente entre los grados <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo nacional es tan tremenda que pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse que ella<br />

es el principal motor <strong>de</strong> la política internacional actual. Quien quiera podría trazar una especie<br />

<strong>de</strong> línea divisoria entre una pequeña parte <strong>de</strong>l mundo, cuantitativamente consi<strong>de</strong>rada, que estima<br />

que las cosas <strong>de</strong>ben permanecer en el estado en que están, y otra parte <strong>de</strong>l mundo, cuantitativamente<br />

mayoritaria, que tiene la firme <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> alcanzar los niveles <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> que<br />

goza la primera, sin que le importe <strong>de</strong>masiado qué cosas <strong>de</strong>ben ser cambiadas.<br />

Decir esto, y expresar que un latente conflicto internacional se huele, y a menudo se visualiza,<br />

a lo largo <strong>de</strong> esa línea divisoria, es prácticamente lo mismo. Intuir que existe un mundo revolucionario,<br />

hasta ayer ajeno a la escena mundial, y otro contrarrevolucionario, hasta ayer hegemónico<br />

en términos efectivos, no es señalar nada nuevo, al menos para aquellos que leen los diarios.<br />

Sr. Lazzarini.—¿Me permite una interrupción, señor diputado?<br />

Sr. Sandler.—Aunque mi intención es no conce<strong>de</strong>r interrupciones para que mi exposición<br />

sea coherente, con mucho gusto se la concedo al señor diputado.<br />

Sr. Presi<strong>de</strong>nte (Pereira).—Para una interrupción, tiene la palabra el señor diputado Lazzarini.

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