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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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48a. reunión - continuación 2a. sesión extraordinaria<br />

Existe otro tipo <strong>de</strong> subversión que aunque a veces artificiosamente provocada se engendra en<br />

causas reales. Cuando a los ciudadanos <strong>de</strong> un país se les niega justicia, se los persigue i<strong>de</strong>ológicamente,<br />

se los vulnera en sus liberta<strong>de</strong>s y se los priva <strong>de</strong> lo que legítimamente les correspon<strong>de</strong>,<br />

la subversión exclusivamente interna o provocada y alentada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el exterior pue<strong>de</strong> ser la respuesta.<br />

En este caso, la guerrilla se <strong>de</strong>sarrolla y actúa con el apoyo <strong>de</strong> la población que le proporciona<br />

todas las facilida<strong>de</strong>s que necesita y las fuerzas <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n son impotentes entonces para<br />

<strong>de</strong>struirla. Por eso sostengo que, cuando existen causas reales <strong>de</strong> la subversión, sólo se conseguirá<br />

hacerla <strong>de</strong>saparecer cuando se actúe <strong>de</strong>cididamente sobre esas causas en el plano político, económico<br />

y social. El empleo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r militar no va más allá <strong>de</strong> la anulación transitoria <strong>de</strong> los efectos,<br />

que naturalmente se incrementan a medida que las causas persisten o se agravan.<br />

Cuando no se perciben o no se quieren percibir las razones intrínsecas <strong>de</strong> la subversión y no<br />

se hace lo que se <strong>de</strong>be para suprimirla, su erradicación por la fuerza se torna imposible. Del empleo<br />

<strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r militar contra ella se <strong>de</strong>riva un distanciamiento cada vez mayor entre el pueblo y<br />

el ejército que forma parte <strong>de</strong> ese pueblo, y se genera así una <strong>de</strong> las contradicciones más agudas<br />

y más negativas.<br />

La imagen <strong>de</strong> los ejércitos como guardias pretorianas <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n político, económico y social<br />

injusto es en extremo perniciosa para la salud <strong>de</strong> los pueblos, para el logro <strong>de</strong> sus aspiraciones,<br />

para la conformación <strong>de</strong>l ser nacional y para su proyección continental. Esta imagen pue<strong>de</strong><br />

aparecer cuando, asfixiados pueblos y gobiernos por agresiones <strong>de</strong> diversa índole, no compren<strong>de</strong><br />

bien a los miembros <strong>de</strong> las instituciones armadas adon<strong>de</strong> <strong>de</strong>ben dirigir su mirada para superar<br />

situaciones conflictivas agobiantes. Por tal razón sostengo que, en el cumplimiento <strong>de</strong> sus misiones<br />

<strong>de</strong> custodia <strong>de</strong> la soberanía, es preciso que los ejércitos perciban con claridad todas las<br />

influencias <strong>de</strong> contorno, si es que quieren conservarse fieles al pueblo <strong>de</strong>l que son parte y fieles a<br />

sí mismos y a sus tradiciones.<br />

En muchos casos, diría que en la mayor parte <strong>de</strong> ellos, se conjugan factores internos y factores<br />

externos para que la guerrilla nazca y prospere. Por mejor que puedan estar inspirados los<br />

gobiernos, suce<strong>de</strong> que no pue<strong>de</strong>n satisfacer las legítimas aspiraciones populares porque se encuentran<br />

prisioneros <strong>de</strong> intereses extranacionales que condicionan y hasta conducen su gestión.<br />

Siendo así, pueblos y gobiernos están por igual a merced <strong>de</strong> agresiones aparentemente incruentas<br />

que los precipitan a la violencia. Cabe preguntarse cuál es el grado <strong>de</strong> seguridad <strong>de</strong> un<br />

país en el que en los últimos años se registran aumentos <strong>de</strong> los índices <strong>de</strong> mortalidad infantil y<br />

en don<strong>de</strong> existen sectores <strong>de</strong> población que consumen menos proteínas que las que necesitan. Es<br />

verda<strong>de</strong>ramente irrisorio pensar que pueda alcanzarse el éxito, confiando solamente en la suma<br />

<strong>de</strong> la potencia <strong>de</strong> las armas, cuando se va <strong>de</strong>teriorando progresivamente el hombre, elemento<br />

principal <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa y razón misma <strong>de</strong> su existir.<br />

Traigo a colación esta lamentable realidad en el afán <strong>de</strong> que surja con la mayor niti<strong>de</strong>z que la<br />

lucha, la represión y la violencia representan enfoques unilaterales <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> la seguridad.<br />

Únicamente tiene vali<strong>de</strong>z para oponerse a la violencia <strong>de</strong> quienes buscan el caos y la <strong>de</strong>strucción,<br />

pero son absolutamente inútiles para resguardarse contra otras agresiones más sutiles y no menos<br />

tremendas.<br />

Somos sensibles a los múltiples problemas que crea la civilización tecnológica y va <strong>de</strong> suyo<br />

que tratamos <strong>de</strong> superarlas. Pero, paralelamente, reclamamos el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r plenamente<br />

a los beneficios que supone. Una posición distinta llevaría a la paradoja <strong>de</strong> que las naciones menos<br />

favorecidas <strong>de</strong>ben ayudar a las otras a mejor sobrellevar su opulencia.<br />

El Ejército que comando constantemente se nutre en un hondo sentimiento americanista,<br />

suficientemente probado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los albores <strong>de</strong> su existencia. Nuestra concepción <strong>de</strong> la vida que<br />

nos pone al servicio <strong>de</strong>l prójimo va mucho más allá <strong>de</strong> las fronteras. La permanente, renovada y<br />

firme lucha por la preservación, consolidación y máximo <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ntidad<br />

histórica nacional, sirve a estos sentimientos fraternos. Para el más eficaz ejercicio <strong>de</strong> nuestra<br />

203<br />

1975

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