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Antecedentes legales y parlamentarios - Ministerio de Defensa

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48a. reunión - continuación 2a. sesión extraordinaria<br />

toma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> los sectores oprimidos frente a su situación. A ellos se refería el Santo Padre<br />

cuando <strong>de</strong>cía a los campesinos: ‘Hoy el problema se ha agravado porque habéis tomado conciencia<br />

<strong>de</strong> vuestras necesida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> vuestros sufrimientos, y… no podéis tolerar que estas condiciones <strong>de</strong>ban<br />

perdurar sin ponerles solicito remedio.’”<br />

A mayor abundamiento, en la página 68 <strong>de</strong> esta publicación, refiriéndose a los “monopolios<br />

internacionales e imperialismo internacional <strong>de</strong>l dinero” —así se titula el acápite— se dice:<br />

“Queremos subrayar que los principales culpables <strong>de</strong> la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia económica <strong>de</strong> nuestros países<br />

son aquellas fuerzas que, inspiradas en el lucro sin freno, conducen a la dictadura económica y al<br />

“imperialismo internacional <strong>de</strong>l dinero”, con<strong>de</strong>nado por Pío XI en la Quadragesimo anno y por<br />

Pablo VI en la Populorum progressio”. No quiero leer nada más, pero advierto que todo esto es<br />

doctrina <strong>de</strong> la Iglesia.<br />

Tengo aquí también una publicación <strong>de</strong> las Encíclicas papales, que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Rerum novarum,<br />

<strong>de</strong> hace 80 años, hasta la actualidad, encíclicas en las que, si bien encontramos con claridad<br />

la <strong>de</strong>fensa que <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> propiedad hace la Iglesia, se confiere a ese <strong>de</strong>recho un profundo<br />

sentido social y al Estado el <strong>de</strong>ber fundamental que significa la afirmación <strong>de</strong> que no es posible<br />

tolerar las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales sin que los pueblos luchen por sus <strong>de</strong>rechos.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, si la <strong>de</strong>mocracia es, tal como yo la <strong>de</strong>finía, la integridad <strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong><br />

la renovación total, la apertura <strong>de</strong> las puertas para todas las i<strong>de</strong>as, si la Iglesia piensa <strong>de</strong>l modo<br />

expuesto, yo pregunto por qué razones algunos dicen que quienes nos pronunciamos en este<br />

sentido queremos cambiar la vida <strong>de</strong>mocrática y cristiana <strong>de</strong> la Nación. No, señores diputados;<br />

lo que ocurre es que hay sectores que se dicen cristianos, pero que no están embebidos <strong>de</strong> la<br />

doctrina <strong>de</strong> Cristo; cumplen formalmente con los mandatos <strong>de</strong> la Iglesia y semanalmente, también<br />

<strong>de</strong> modo formal, cumplen esos preceptos, pero en realidad no practican los postulados <strong>de</strong><br />

la Iglesia. Hay quienes se dicen <strong>de</strong>mocráticos, pero no están dispuestos a per<strong>de</strong>r sus privilegios.<br />

Entonces, ¿qué nos achacan a nosotros? No es cierto que sean <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> la cristianidad,<br />

<strong>de</strong>l mundo occi<strong>de</strong>ntal o <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia; son en realidad sectores egoístas que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n su<br />

dinero, que tratan <strong>de</strong> que todos usemos su lenguaje, que hace <strong>de</strong> nosotros enemigos <strong>de</strong> la nacionalidad,<br />

cuando la verdad es que no hace falta tener i<strong>de</strong>as importadas para pensar como pensamos.<br />

Solamente hace falta —y ésta es la i<strong>de</strong>a que compartimos— tener un pensamiento profundamente<br />

nacional y argentino para concluir, en <strong>de</strong>finitiva, que subversivos son también los<br />

sectores que violan las leyes escritas y morales <strong>de</strong> la Nación; que hacen contrabando en forma<br />

monstruosa; que vacían empresas; que se llevan sus ganancias al exterior; que hacen maniobras<br />

monopólicas, acaparando los productos que necesita el pueblo; que se quedan con las ganancias<br />

que correspon<strong>de</strong>n a otros; que encarecen los artículos; que, en <strong>de</strong>finitiva, hacen especulación y<br />

se enriquecen con maniobras monopólicas. Todo esto y mucho más es, naturalmente, violencia,<br />

y también es subversión, porque viola concretamente las leyes escritas y las leyes morales <strong>de</strong> la<br />

Nación.<br />

En el or<strong>de</strong>n internacional, tampoco es cierto que los países rectores sean <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong>l<br />

sistema <strong>de</strong>mocrático auténtico. En <strong>de</strong>finitiva, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir —ejemplos sobran en nuestra<br />

América latina— que cuando un gobierno, no obstante ser elegido por la voluntad popular, tocó<br />

intereses <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados monopolios, aquellos países colaboraron en su <strong>de</strong>rrocamiento, porque<br />

en resumidas cuentas el interés económico era más po<strong>de</strong>roso que aquella seudo <strong>de</strong>mocracia<br />

proclamada y no practicada. En cambio, cuando un país tiene un régimen dictatorial, pero es<br />

sumiso a <strong>de</strong>terminados intereses económicos, a su gobierno no solamente no se lo toca, sino que<br />

también se lo <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>.<br />

Nosotros hemos tenido concretamente el dilema <strong>de</strong> que mientras los países <strong>de</strong> América latina,<br />

entre ellos la Argentina, no podían comerciar con los países socialistas, los Estados Unidos<br />

e Inglaterra lo estaban haciendo, manteniéndonos a nosotros en una situación <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia,<br />

situación que <strong>de</strong>bemos reconocer que cuando comenzó este gobierno se rompió en la<br />

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