Popper Karl - La Logica de la Investigacion Cientifica
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216 La lógica de la investigación científica lo cual hemos logrado cumplir el programa de Heisenberg (la eliminación de los elementos metafísicos), pero por un método exactamente opuesto al suyo : ya que, mientras él trataba de excluir ciertas magnitudes que consideraba inadmisibles (sin llegar a conseguirlo enteramente), yo he invertido su tentativa, por así decirlo, haciendo ver que el formalismo que contiene dichas magnitudes es correcto precisamente porque éstas no son metafísicas. Una vez que hemos abandonado el dogma incluido en la limitación impuesta por Heisenberg sobre la precisión alcanzable, ya no hay razón por la que hayamos de dudar de la significación física de tales magnitudes. Las relaciones de dispers¡ón,f. son predicciones frecuencialcs acerca de trayectorias: y, por tanto, éstas han de ser medibles —justamente del mismo modo en que han de poderse averiguar empíricamente, digamos, las tiradas en que sale cinco— para que seamos capaces de contrastar nuestras predicciones frecucnciales acerca de ellas— o acerca de dichas tiradas. La repulsa de Heisenberg al concepto de trayectoria, y su hablar de «magnitudes no observables», hacen ver claramente la influencia de ideas filosóficas, especialmente positivistas. Bajo la misma influencia escribe March: «Tal vez pueda decirse, sin miedo de ser mal entendido ... que para el físico un cuerpo sólo tiene realidad en el instante en que lo observa. Como es nntura!, nndic está tan enajena, do como para afirmar que un cuerpo cesa de eristir en el momento en que nos volvemos de espaldas a él; ¡^cro en ese momento cesa de ser objeto de investigación para el físico, pues no existe posibilidad de decir nada acerca de él que esté basado en experimentos» ^ Dicho de otro modo : la hipótesis de que un cuerpo se mueve siguiendo esta o aquella trayectoria mientras no se le observa es inverificahle: lo cual es obvio, desde luego, pero carece de interés. Lo que sí tiene importancia, sin embargo, es que esta hipótesis y otras parecidas a ella son falsahles: basándonos en la hipótesis de que se mueve a lo largo de cierta trayectoria somos capaces de predecir que será observable en tal o cual posición, lo cual constituye una predicción que puede refutarse. En el próximo apartado veremos que la teoría cuántica no excluye este modo de proceder; pero, en realidad, lo que hemos dicho ahora es muy suficiente *'\ ya que acaba con todas las dificultades en relación con la «carencia de sentido» del concepto de trayectoria. Nos daremos cuenta de hasta qué punto aclara esto la atmósfera si recordamos las drásticas conclusiones que se habían extraído del supuesto fallo del concepto de trayectoria, y que Schlick ' MARCH, Die Grundlagen der Quantenmechanik, pág. 1. *La posición de Reichenbach —que someto a crítica en mi Postscript, apartado *13— es parecida. *' El comienzo de esta cláusula (desde «pero, en realidad» hasta «suficiente») no estaba en el texto original. Lo he insertado aquí porque ya no creo en el razonamiento del «próximo apartado» (el 77), al que me he referido en la frase anterior, y porque lo que sigue es, en realidad, enteramente independiente del apartado que viene a continuación: pues se basa en el argumento que acabo de dar según el cual se necesitan cálculos sobre la trayectoria pasada del electrfin para contrastar las predicciones estadísticas de la teoría, de modo que tales cálculos distan mucho de «carecer de sentido». http://psikolibro.blogspot.com
Algujms observaciones sobre la teoría cuántica 217 formula de este modo: «Quizá el modo más conciso de describir la situación que estamos examinando sea decir (como hacen los investigadores más eminentes de los problemas cuánticos) que la validez de los conceptos ordinarios espacio-temporales está confinada a la esfera de lo observable macroscópicamente, y que éstos no son aplicables a las dimensiones atómicas»'. Scblick alude aquí probablemente a Bohr, que escribe: «Por tanto, puede asumirse qxie, en lo que se refiere al problema general de la teoría cuántica, no es una mera cuestión de un cambio en las teorías mecánicas y electrodinámicas, y que podría describirse con les conceptos físicos ordinarios, sino el fracaso profundo de nuestras imágenes espacio-temporales, que hasta ahora 86 habían utilizado para la descripción de los fenómenos naturales» *. Heisenberg adojiló esta idea de Bohr —a saber, la renuncia a las descripciones espacio-temporales— como base de su programa de investigación ; su éxito pareció hacer patente que se trataba de una renuncia fructuosa, pero, realmente, el programa no llegó nunca a realizarse hasta el final. A la luz de nuestro análisis parece ahora justificable el empico frecuente e inevitable —si bien se haga subrepticiamente— de conceptos espacio-temporales; pues aquél ha, puesto de manifiesto que las relaciones estadísticas de dispersión son enunciados acerca de la dispersión de la posición más momento, y, por ello, enunciados sobre trayectorias. Una vez que hemos mostrado que las relaciones de incertidumbre son enunciados probabilitarios formalmente singulares, podemos desenmarañar también la intrincada madeja de sus interpretaciones objetiva y subjetiva. En el apartado 71 nos dimos cvienta de que todo enunciado de este tipo puede interpretarse asimismo subjetivamente, como una predicción indefinida, es decir, como un enunciado referente a la incertidumbre de nuestro conocimiento. Hemos visto también bajo qué Supuestos tiene que fracasar el intento justificado y necesario de interpretar objetivamente un enimciado de esta índole: cuando se pretende sustituir una interpretación objetiva estadística por una interpretación objetiva singular, atribuyendo la incertidumbre directamente al evento aislado *^. Con todo, si se interpretan (directamente) las fórmulas de Heisenberg en un sentido subjetivo, se pone en peligro la posición de la física como ciencia objetiva, ya que para ser coherente habría que interpretar asimismo subjetivamente las ondas de probabilidad de Schródinger ; ésta es la conclusión que saca Jeans", que escribe: «En resumen, la imagen corpuscular nos SCHLICK, Die Kausalitat in der gegeniuartigen Physik, Die Naturwissenschaften 19 (1931), pág. 159. * BOHR, Die Naturwissenschaften 14 (1926), pág. 1. Este es uno de los puntos en que he cambiado de opinión desde entonces (cf. mi Postscript, capítulo *V); pero el argumento principal en favor de la interpretación objetiva permanece inalterado. Según lo que pienso actualmente, la teoría de Schródinger puede y debe ser interpretada no sólo como objetiva y singular, sino íimultáneamente como probubilística. ' JEANS, The New Background of Science (1933, pág. 236; 2." ed., 1934, página 240) [ed. cast., 1936, pág. 188 (T.)}. En el texto de Jeans, la segunda http://psikolibro.blogspot.com
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216 <strong>La</strong> lógica <strong>de</strong> <strong>la</strong> investigación científica<br />
lo cual hemos logrado cumplir el programa <strong>de</strong> Heisenberg (<strong>la</strong> eliminación<br />
<strong>de</strong> los elementos metafísicos), pero por un método exactamente<br />
opuesto al suyo : ya que, mientras él trataba <strong>de</strong> excluir ciertas<br />
magnitu<strong>de</strong>s que consi<strong>de</strong>raba inadmisibles (sin llegar a conseguirlo enteramente),<br />
yo he invertido su tentativa, por así <strong>de</strong>cirlo, haciendo ver<br />
que el formalismo que contiene dichas magnitu<strong>de</strong>s es correcto precisamente<br />
porque éstas no son metafísicas. Una vez que hemos abandonado<br />
el dogma incluido en <strong>la</strong> limitación impuesta por Heisenberg<br />
sobre <strong>la</strong> precisión alcanzable, ya no hay razón por <strong>la</strong> que hayamos<br />
<strong>de</strong> dudar <strong>de</strong> <strong>la</strong> significación física <strong>de</strong> tales magnitu<strong>de</strong>s. <strong>La</strong>s re<strong>la</strong>ciones<br />
<strong>de</strong> dispers¡ón,f. son predicciones frecuencialcs acerca <strong>de</strong> trayectorias:<br />
y, por tanto, éstas han <strong>de</strong> ser medibles —justamente <strong>de</strong>l mismo modo<br />
en que han <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rse averiguar empíricamente, digamos, <strong>la</strong>s tiradas<br />
en que sale cinco— para que seamos capaces <strong>de</strong> contrastar nuestras<br />
predicciones frecucnciales acerca <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s— o acerca <strong>de</strong> dichas tiradas.<br />
<strong>La</strong> repulsa <strong>de</strong> Heisenberg al concepto <strong>de</strong> trayectoria, y su hab<strong>la</strong>r<br />
<strong>de</strong> «magnitu<strong>de</strong>s no observables», hacen ver c<strong>la</strong>ramente <strong>la</strong> influencia<br />
<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as filosóficas, especialmente positivistas. Bajo <strong>la</strong> misma influencia<br />
escribe March: «Tal vez pueda <strong>de</strong>cirse, sin miedo <strong>de</strong> ser mal<br />
entendido ... que para el físico un cuerpo sólo tiene realidad en el<br />
instante en que lo observa. Como es nntura!, nndic está tan enajena,<br />
do como para afirmar que un cuerpo cesa <strong>de</strong> eristir en el momento<br />
en que nos volvemos <strong>de</strong> espaldas a él; ¡^cro en ese momento cesa <strong>de</strong><br />
ser objeto <strong>de</strong> investigación para el físico, pues no existe posibilidad<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir nada acerca <strong>de</strong> él que esté basado en experimentos» ^ Dicho<br />
<strong>de</strong> otro modo : <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que un cuerpo se mueve siguiendo esta<br />
o aquel<strong>la</strong> trayectoria mientras no se le observa es inverificahle: lo<br />
cual es obvio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, pero carece <strong>de</strong> interés. Lo que sí tiene<br />
importancia, sin embargo, es que esta hipótesis y otras parecidas<br />
a el<strong>la</strong> son falsahles: basándonos en <strong>la</strong> hipótesis <strong>de</strong> que se mueve a lo<br />
<strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> cierta trayectoria somos capaces <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>cir que será observable<br />
en tal o cual posición, lo cual constituye una predicción que<br />
pue<strong>de</strong> refutarse. En el próximo apartado veremos que <strong>la</strong> teoría cuántica<br />
no excluye este modo <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r; pero, en realidad, lo que hemos<br />
dicho ahora es muy suficiente *'\ ya que acaba con todas <strong>la</strong>s<br />
dificulta<strong>de</strong>s en re<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> «carencia <strong>de</strong> sentido» <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong><br />
trayectoria. Nos daremos cuenta <strong>de</strong> hasta qué punto ac<strong>la</strong>ra esto <strong>la</strong><br />
atmósfera si recordamos <strong>la</strong>s drásticas conclusiones que se habían extraído<br />
<strong>de</strong>l supuesto fallo <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> trayectoria, y que Schlick<br />
' MARCH, Die Grund<strong>la</strong>gen <strong>de</strong>r Quantenmechanik, pág. 1. *<strong>La</strong> posición <strong>de</strong> Reichenbach<br />
—que someto a crítica en mi Postscript, apartado *13— es parecida.<br />
*' El comienzo <strong>de</strong> esta cláusu<strong>la</strong> (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> «pero, en realidad» hasta «suficiente»)<br />
no estaba en el texto original. Lo he insertado aquí porque ya no creo en el razonamiento<br />
<strong>de</strong>l «próximo apartado» (el 77), al que me he referido en <strong>la</strong> frase anterior,<br />
y porque lo que sigue es, en realidad, enteramente in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l apartado que<br />
viene a continuación: pues se basa en el argumento que acabo <strong>de</strong> dar según el cual se<br />
necesitan cálculos sobre <strong>la</strong> trayectoria pasada <strong>de</strong>l electrfin para contrastar <strong>la</strong>s predicciones<br />
estadísticas <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría, <strong>de</strong> modo que tales cálculos distan mucho <strong>de</strong> «carecer<br />
<strong>de</strong> sentido».<br />
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