Popper Karl - La Logica de la Investigacion Cientifica
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122 La lógica de la investigación científica Con todo, sigue siendo posible comparar los grados de composición de los enunciados básicos, y, por tanto, los de otros enunciados. Ello se consigue eligiendo arbitrariamente una clase de enunciados relativamente atómicos, que tomamos como término de comparación: es posible definir semejante clase por medio de un esquema o matriz generadora (por ejemplo, «hay un aparato de medida de ... en el lugar ... y su aguja se encuentra entre los trazos ... y ... de la escala»), de modo que la clase de todos los enunciados obtenidos a partir de esta matriz (o función de enunciados) por introducción de valores determina(]os sea la de los enunciados que definimos como relativamente atómicos, y, por lanío, igualmente compuestos. Podemos llamar «cam/JO» a la clase de todos estos enunciados juntamente con todas las conyuucioncs que pueden formarse con ellos; podemos, asimismo, llamar «acervo-71 del campo» a la conyunción de n enunciados diferentes relativamente atómicos de un campo, y decir que su grado de composición es igual al número n. Si para una teoría t existe un campo de enunciados singulares (pero no necesariamente básicos) y bay cierto número d tal que la teoría í no pueda ser falsada por ningún acervo-c/ de dicho campo, pero pueda serlo por algunos acervos-tZ + 1, diremos entonces que d es el número característico de la teoría con respecto a tal campo. Todos los enunciados del campo cuyo grado de composición sea menor o igual que d serán compatibles con la teoría y estarán permitidos por ella, cualquiera que sea su contenido. Ahora ya es posible apoyar la comparación de los grados de contrastabilidad de teorías en su número característico d. Mas para evitar las faltas de coherencia que podrían provenir del uso de diferentes campos, es necesario emplear un concepto algo más restringido que el de campo, que es el de campo de aplicación: dada una teoría t, decimos que un campo es campo de aplicación de la teoría t si existe un número característico d de la teoría t con respecto a dicho campo, y si, además, satisface ciertas condiciones ulteriores (que explicamos en el apéndice I). Al número característico, d, de una teoría t relativamente a un campo de aplicación, le llamo dimensión de t con respecto a éste. Resulta obvio utilizar la expresión «dimensión», ya que podemos imaginar que todos los accrvos-n posibles del campo están dispuestos espacialmente (en un espacio de configuración de infinitas dimensiones) ; si, por ejemplo, d = 3, los enunciados admisibles por razón de tener una composición demasiado pequeña forman un subcspacio tridimensional de dicha configuración ; y la transición decí=3a(i = 2 corresponde al paso de un volumen a una superficie. Cuanto más pequeña es la dimensión d, tanto más restringida se encuentra la clase de los enunciados que independientemente de su contenido son incapaces de contradecir a la teoría, en virtud de su bajo nivel de composición ; y tanto mayor será el grado de falsabilidad de ésta. No hemos restringido el concepto de campo de aplicación a los enunciados básicos, sino que cualesquiera tipos de enunciados singulares ])ueden pertenecer al campo dicho; pero sí comparamos las http://psikolibro.blogspot.com
Grados de contrastabilidad 123 dimensiones de los enunciados básicos valiéndonos del campo, podremos estimar su grado de composición. (Suponemos que a enunciados singulares de elevada composición corresponden enunciados básicos también de elevada composición.) Puede suponerse, por tanto, que a una teoría de mayor dimensión corresponde una clase de enunciados básicos de mayor dimensión y tal que todos los enunciados de esta clase están permitidos por la teoría, con entera independencia de lo que afirmen. Esto responde a la pregunta acerca de cómo están relacionados los dos métodos de comparar los grados de contrastabilidad, es decir, el qne utiliza la dimensión de cada teoría y el que se apoya en la relación de subclasificación. Habrá casos en que no se podrá emplear ninguno de los dos, o sólo uno de ellos, y entonces —como es natural—• no habrá ocasión para que entren en conflicto ; pero si en un caso concreto son aplicables ambos métodos, se puede concebir que dos teorías de igual dimensión tengan, sin embargo, grados diferentes de falsabilidad si se las examina por el método basado en la relación de subclasificación : en tales casos, debe aceptarse el veredicto de este último método, ya que habría demostrado ser el más sensible; todos los demás casos en que puedan aplicarse ambos métodos, conducirán al mismo resultado, ya que —según puede demostrarse mediante un teorema muy sencillo de la teoría de la dimensión— la dimensión de una clase tiene que ser mayor o igual que la de sus subclases^. 39. DIMENSIÓN DE UN CONJUNTO DE CURVAS En ocasiones podemos identificar sencillamente lo que he llamado «campo de aplicación» de una teoría con el campo de su representación gráfica, es decir, con el área de un papel cuadriculado en el que representamos la teoría por un gráfico, de modo que cada punto de este campo pueda considerarse representativo de un enunciado relativamente atómico; entonces, la dimensión de la teoría con respecto a este campo (definida en el apéndice I) es idéntica a la dimensión del conjunto de curvas que corresponde a aquélla. Voy a estudiar estas relaciones valiéndome de los dos enunciados q j s del apartado 36 (obsérvese que nuestra comparación de dimensiones se aplica a enunciados con diferentes predicados). La hipótesis q —la de que todas las órbitas planetarias son circunferencias— es tridimensional, pues para su falsación se necesitan, al menos, cuatro enunciados singulares del campo, que corresponderán a cuatro puntos de su representación gráfica. La hipótesis s —a saber, que todas las órbitas planetarias son elipses— es pentadimensional, ya que se requiere un mínimo de seis enunciados singulares del campo (a los que corresponderán seis puntos del gráfico) para falsaria. Hemos visto ya en el ' Cf. MENCER, Dimensionstheorie (1928), pág. 81. * Puede asumirse que las condiciones que se requieren para que sea válido este teorema están satisfechas siempre por lo» «espacios» de que aquí nos ocupamos. http://psikolibro.blogspot.com
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Con todo, sigue siendo posible comparar los grados <strong>de</strong> composición<br />
<strong>de</strong> los enunciados básicos, y, por tanto, los <strong>de</strong> otros enunciados.<br />
Ello se consigue eligiendo arbitrariamente una c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> enunciados<br />
re<strong>la</strong>tivamente atómicos, que tomamos como término <strong>de</strong> comparación:<br />
es posible <strong>de</strong>finir semejante c<strong>la</strong>se por medio <strong>de</strong> un esquema o matriz<br />
generadora (por ejemplo, «hay un aparato <strong>de</strong> medida <strong>de</strong> ... en el lugar<br />
... y su aguja se encuentra entre los trazos ... y ... <strong>de</strong> <strong>la</strong> esca<strong>la</strong>»),<br />
<strong>de</strong> modo que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> todos los enunciados obtenidos a partir <strong>de</strong> esta<br />
matriz (o función <strong>de</strong> enunciados) por introducción <strong>de</strong> valores <strong>de</strong>termina(]os<br />
sea <strong>la</strong> <strong>de</strong> los enunciados que <strong>de</strong>finimos como re<strong>la</strong>tivamente atómicos,<br />
y, por <strong>la</strong>nío, igualmente compuestos. Po<strong>de</strong>mos l<strong>la</strong>mar «cam/JO» a<br />
<strong>la</strong> c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> todos estos enunciados juntamente con todas <strong>la</strong>s conyuucioncs<br />
que pue<strong>de</strong>n formarse con ellos; po<strong>de</strong>mos, asimismo, l<strong>la</strong>mar «acervo-71<br />
<strong>de</strong>l campo» a <strong>la</strong> conyunción <strong>de</strong> n enunciados diferentes re<strong>la</strong>tivamente<br />
atómicos <strong>de</strong> un campo, y <strong>de</strong>cir que su grado <strong>de</strong> composición es<br />
igual al número n.<br />
Si para una teoría t existe un campo <strong>de</strong> enunciados singu<strong>la</strong>res<br />
(pero no necesariamente básicos) y bay cierto número d tal que <strong>la</strong><br />
teoría í no pueda ser falsada por ningún acervo-c/ <strong>de</strong> dicho campo,<br />
pero pueda serlo por algunos acervos-tZ + 1, diremos entonces que d<br />
es el número característico <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría con respecto a tal campo. Todos<br />
los enunciados <strong>de</strong>l campo cuyo grado <strong>de</strong> composición sea menor<br />
o igual que d serán compatibles con <strong>la</strong> teoría y estarán permitidos<br />
por el<strong>la</strong>, cualquiera que sea su contenido.<br />
Ahora ya es posible apoyar <strong>la</strong> comparación <strong>de</strong> los grados <strong>de</strong> contrastabilidad<br />
<strong>de</strong> teorías en su número característico d. Mas para evitar<br />
<strong>la</strong>s faltas <strong>de</strong> coherencia que podrían provenir <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> diferentes<br />
campos, es necesario emplear un concepto algo más restringido que<br />
el <strong>de</strong> campo, que es el <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> aplicación: dada una teoría t,<br />
<strong>de</strong>cimos que un campo es campo <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría t si existe<br />
un número característico d <strong>de</strong> <strong>la</strong> teoría t con respecto a dicho campo,<br />
y si, a<strong>de</strong>más, satisface ciertas condiciones ulteriores (que explicamos<br />
en el apéndice I).<br />
Al número característico, d, <strong>de</strong> una teoría t re<strong>la</strong>tivamente a un<br />
campo <strong>de</strong> aplicación, le l<strong>la</strong>mo dimensión <strong>de</strong> t con respecto a éste.<br />
Resulta obvio utilizar <strong>la</strong> expresión «dimensión», ya que po<strong>de</strong>mos<br />
imaginar que todos los accrvos-n posibles <strong>de</strong>l campo están dispuestos<br />
espacialmente (en un espacio <strong>de</strong> configuración <strong>de</strong> infinitas dimensiones)<br />
; si, por ejemplo, d = 3, los enunciados admisibles por razón <strong>de</strong><br />
tener una composición <strong>de</strong>masiado pequeña forman un subcspacio tridimensional<br />
<strong>de</strong> dicha configuración ; y <strong>la</strong> transición <strong>de</strong>cí=3a(i = 2<br />
correspon<strong>de</strong> al paso <strong>de</strong> un volumen a una superficie. Cuanto más pequeña<br />
es <strong>la</strong> dimensión d, tanto más restringida se encuentra <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se<br />
<strong>de</strong> los enunciados que in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> su contenido son incapaces<br />
<strong>de</strong> contra<strong>de</strong>cir a <strong>la</strong> teoría, en virtud <strong>de</strong> su bajo nivel <strong>de</strong> composición<br />
; y tanto mayor será el grado <strong>de</strong> falsabilidad <strong>de</strong> ésta.<br />
No hemos restringido el concepto <strong>de</strong> campo <strong>de</strong> aplicación a los<br />
enunciados básicos, sino que cualesquiera tipos <strong>de</strong> enunciados singu<strong>la</strong>res<br />
])ue<strong>de</strong>n pertenecer al campo dicho; pero sí comparamos <strong>la</strong>s<br />
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