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ASTURIAS MIGUEL ANGEL. Senor Presidente

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M i g u e l Á n g e l A s t u r i a s<br />

E l s e ñ o r p r e s i d e n t e<br />

Sólo Camila persistía en aquel hundirse de su cuerpo en el anulamiento, alta, dulce y cruel<br />

como una cruz de camposanto...<br />

El Sueño, señor que surca los mares oscuros de la realidad, le recogió en una de sus<br />

muchas barcas. Invisibles manos le arrancaron de las fauces abiertas de los hechos, olas<br />

hambrientas que se disputaban los pedazos de sus víctimas en peleas encarnizadas.<br />

—¿Quién es? —preguntó el Sueño.<br />

—Miguel Cara de Ángel... —respondieron hombres invisibles. Sus manos, como sombras<br />

blancas, salían de las sombras negras, y eran impalpables.<br />

—Llevadle a la barca de... —el Sueño dudó— ... los enamorados que habiendo perdido la<br />

esperanza de amar ellos, se conforman con que les amen.<br />

Y los hombres del Sueño le conducían obedientes a esa barca, caminando por sobre esa<br />

capa de irrealidad que recubre de un polvo muy fino los hechos diarios de la vida, cuando un<br />

ruido, como una garra, se los arrancó de las manos...<br />

... La cama...<br />

... Las sirvientas...<br />

No; la esquela, no... ¡Un niño!<br />

Cara de Ángel pasóse la mano por los ojos y alzó la cabeza aterrorizado. A dos pasos de su<br />

cama había un niño acezoso, sin poder hablar. Por fin dijo:<br />

—Es ... que.. ...man... da ... a decir... la señora de la fonda... que se vaya para allá...,<br />

porque la señorita... está muy... grave...<br />

Si tal hubiera oído del Señor <strong>Presidente</strong>, no se habría vestido el favorito con tanta rapidez.<br />

Salió a la calle con el primer sombrero que arrancó de la capotera, sin amarrarse bien los<br />

zapatos, mal hecho el nudo de la corbata...<br />

—¿Quién es? —preguntó el Sueño. Sus hombres acababan de pescar en las aguas sucias<br />

de la vida una rosa en vías de marchitarse.<br />

—Camila Canales... —le respondieron...<br />

—Bien, ponedla, si hay lugar, en la barca de las enamoradas que no serán felices...<br />

—¿Cómo dice, doctor? —la voz de Cara de Ángel sobaba dejos paternales. El estado de<br />

Camila era alarmante.<br />

—Es lo que yo creo, que la fiebre le tiene que subir. El proceso de la pulmonía...<br />

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