27.08.2014 Views

ASTURIAS MIGUEL ANGEL. Senor Presidente

ASTURIAS MIGUEL ANGEL. Senor Presidente

ASTURIAS MIGUEL ANGEL. Senor Presidente

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

M i g u e l Á n g e l A s t u r i a s<br />

E l s e ñ o r p r e s i d e n t e<br />

—¡No, señor, no se lo lleve, no lo está haciendo de intento, sospeche que está loco —<br />

intervino la mujer de don Benjamín entre la policía y el titiritero—; vea que está loco, no se lo<br />

lleve..., no, no le pegue!... ¡Figúrese cómo estará de loco que dice que vio toda la ciudad<br />

tumbada por tierra como el Portal!<br />

Los presos seguían pasando... Ser ellos y no ser los que a su paso se alegraban en el fondo<br />

de no ser ellos... Al tren de carretillas de mano sucedían el grupo de los que cargaban al<br />

hombro la pesada cruz de las herramientas y atrás, en formación, los que arrastraban el ruido<br />

de la serpiente cascabel en la cadena.<br />

Don Benjamín se le fue de las manos al gendarme, que alegaba con su mujer cada vez más<br />

recio, y corrió a saludar a los presos con palabras sacadas de su cabeza.<br />

—¡Quién te ve y quién te vio, Pancho Tanancho, el de la cuchilla como cuero y punta con<br />

ganas en dormitorio de corcho!... ¡Quién te vio y quién te ve hecho un Juan Diego, Lolo<br />

Cusholo, el del machete colipavo!... ¡Quién te ve a pie y quién te vio a caballo, Mixto<br />

Melindres, agua dulce para la daga, mamplor y traicionero!...<br />

¡Quién te vio con la plomosa cuando te llamabas Domingo y quién te ve sin el chispero<br />

triste como día entre semanas!... ¡La que les pegó las liendres que les destripe los piojos!... ¡La<br />

tripa bajo los trapos que no es pepián pa’la tropa!... ¡El que no tenga candados para callarse<br />

la boca, que se ponga los condedos!...<br />

Empezaban a salir los empleados de los almacenes. Los tranvías iban que no cabía una<br />

gente. Alguna vez un carruaje, un automóvil, una bicicleta... Repentín de vida que duró lo que<br />

tardaron el sacristán y el estudiante en atravesar el atrio de la Catedral, refugio de mendigos<br />

y basurero de gente sin religión, y en despedirse a la puerta del Palacio Arzobispal.<br />

El estudiante burló los escombros del Portal del Señor a lo largo de un puente de tablas<br />

sobrepuestas. Una ráfaga de viento helado acababa de alzar espesa nube de polvo. Humo sin<br />

llama de la tierra. Restos de alguna erupción distante. Otra ráfaga hizo llover pedazos de<br />

papel de oficio, ahora ocioso, sobre lo que fue salón del Ayuntamiento. Retazos de tapices<br />

pegados a las paredes caídas se agitaban al paso del aire como banderas. De pronto surgió la<br />

sombra del titiritero montado en una escoba, a su espalda las estrellas en campo de azur y a<br />

sus pies cinco volcancitos de cascajo y piedra.<br />

¡Chiplongón!... Zambulléronse las campanadas de las ocho de la noche en el silencio...<br />

¡Chiplongón!... ¡Chiplongón!...<br />

El estudiante llegó a su casa, situada al final de una calle sin salida y, al abrir la puerta,<br />

cortada por las tosecitas de la servidumbre que se preparaba a responder la letanía, oyó la voz<br />

de su madre que llevaba el rosario:<br />

—Por los agonizantes y caminantes... Porque reine la paz entre los Príncipes Cristianos...<br />

Por los que sufren persecución de justicia... Por los enemigos de la fe católica... Por las<br />

necesidades sin remedio de la Santa Iglesia y nuestras necesidades... Por las benditas ánimas<br />

del Santo Purgatorio...<br />

Kyrie eleison.<br />

Guatemala, diciembre de 1922<br />

París, noviembre de 1925, 8 de diciembre de 1932<br />

178

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!