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arte y cultura
en el arte mundial destacando Medio Oriente donde le gustaría
trabajar sobre todo en “Abu Dabi. Allí en la isla De Saadivat, van
a crear un Guggenheim, un Louvre, un Museo de Oriente,…
posiblemente se va a concentrar el mayor numero de museos de
calidad del mundo, aunque a mí me interesa especialmente porque
es un región que quiere reescribir la historia del arte, que aspira a
construir una nuevo relato del arte comparando todas las culturas y
viendo cuáles son los puntos de unión entre ellas. Hace poco estuve
allí y me impresionó mucho la exposición sobre los que va a ser la
colección del futuro Museo Louvre de Abu Dabi. Es una visión
distinta en la que se conjugan una Princesa Bactriana del 3000 a.C.
con unas pinturas de Yves Klein de los años 60 del pasado siglo.
Tradicionalmente esta región ha sido un cruce de caminos, especialmente
comerciales, y en cierta forma todas las culturas han convergido
allí, lo que me parece interesantísimo; Además sus autoridades
culturales tiene una apertura mental enorme que impulsan
otra forma de ver el arte que tiene en cuenta los puntos en común
de todas las culturas. También influye que hay muchísimos medios
económicos que es una parte fundamental para realizar proyectos
de gran calidad”.
La Dolce Vita, la alegría de vivir
a la italiana. Volvemos a la última exposición de Cristina
en Madrid, una muestra que ha permitido al público rememorar
el espíritu y la estética de la Roma de la Dolce Vita, captado gracias
a la labor de los primeros “paparazzos”, entre los que destaca Gepetti,
Secchiaroli, Zavattini. Uno de los momentos más apasionantes,
desde un punto de vista intelectual y artístico, de la segunda mitad
del siglo XX en el que Roma se reinventa gracias a las estrellas del
celuloide, los escritores y artistas que hacen que la ciudad eterna se
convierta en una de las capitales culturales a nivel mundial. Un vitalismo
que se traduce en una peculiar forma de entender la vida que
tiene su reflejo en las costumbres o la moda, campo en el que emerge
con fuerza el “Made in Italy” con firmas como Brioni, Bvlgari o
Valentino cuyas creaciones han sido incluidas en la exposición, y
que Cristina quiso recuperar “estando en Italia cuando conocí a
uno de los responsables del archivo de Gepetti que entonces estaba
restaurando muchas instantáneas. Tuve acceso a estos archivos y vi
la maravilla que tenían. Partiendo de este material comencé a estudiar,
profundizando en el tema durante tres años, a los que hay que
añadir dos años más de preparación de la exposición. Fue un trabajo
muy metódico ya que cuando comienzas a investigar cualquier tema
descubres multitud de temas colaterales que están implicados. Hay
que tener en cuenta que cada movimiento que surge, cada fenómeno
que nace no es algo aislado sino que bebe de diversas fuentes.
Poder comprender en toda su complejidad lleva mucho tiempo. A
lo mejor podía haberlo hecho de otra forma preparando la muestra
exclusivamente con las fotografías del archivo Gepetti, pero a mí me
gusta trabajar todos esos aspectos colaterales que explican porqué se
convierte Roma en el Hollywood de Europa; Quería plasmar ese
nuevo estilo de vida que traen las estrellas del cine, se trata de una
revolución de la moda, de la vida social, elementos que, en cierta forma,
tiene que plasmarse para que la exposición tenga estilo y ofrezca
una visión completa que es lo que me gusta dar en mis trabajos.
Gracias a todo esto cuando propuse el proyecto a la Comunidad
de Madrid, enseguida les encantó la idea”. Comentamos las maravillosas
instantáneas que forman la exposición. David Niven y Ava
Gardner tras un “clandestino” baño, la imponente figura de Charlton
Heston que contrasta con la frescura juvenil de Elsa Martinelli,
la presencia profundamente latina de Sofia Loren en un descanso...
Le preguntó por el papel de los “paparazzos” en la magia de estos
instantes: “Son fundamentales, en primer lugar porque además de
“paparazzos” algunos eran grandes fotógrafos, grandes artistas. Ellos
fueron los primeros, de hecho Secchiaroli es el paparazzo en el que
se inspira Fellini para hacer la Dolce Vita. Realmente los originales
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Ava Gardner y David Niven, en estudios Cineccitá durante un descanso del rodaje, 1958. © Cortesía de David Secchiaroli.
eran buenos fotógrafos tenían un ojo especial que les permitió
inmortalizar esta época y convertirla en eterna. Estas fotografías
son un testimonio, documentan de una forma fantástica lo que
tenía esta época, sin ellos no nos habría quedado este legado
histórico. Más adelante surgieron muchísimos y el “paparazzo”
cambio. Entonces los originales se retiraron y se dedicaron a ser
fotógrafos de ciertos artistas, por ejemplo Secchiaroli era el fotógrafo
personal de Sofía Loren. Realmente estos eran los privilegiados
que existieron al principio y que pudieron vivir y plasmar
algo especial y único que fue aquella Roma”. Entre aquellos personajes
que protagonizan esa época dorada destaca a “Fellini, de
quien Balthus me hablaba mucho, porque era un hombre sorprendente,
un fantasioso, un creador maravilloso que sorprendía
ofreciendo nuevas formas de ver la vida. Creo que junto con
Mastroniani son los que mejor encarnan lo que realmente era
lo mejor de la Dolce Vita… por supuesto también me hubiera
encantado conocer a la pareja del momento Elisabeth Taylor y
Richard Burton, ¿A quién no le hubiera gustado compartir un
café con ellos? Ha pasado medio siglo de aquellos tiempos, los
míticos estudios Cinecitta, epicentro de toda esta explosión vital,
están en peligro de demolición por la especulación inmobiliaria,
le pregunto a Cristina ¿Qué nos ha quedado de aquella época?
¿Ha quedado algo más que unas cuantas películas y unas maravillosas
instantáneas? Me responde convencida: “Creo que ha
quedado esa forma de vivir tan artística y el estilo italiano, no sólo
en el terreno cultural sino en forma de vida, en la moda. Es el arte
de vivir a la italiana que es casi tan importante como su plástica, es
un estilo tan vital que se ha quedado ligado a la ciudad de Roma
para siempre gracias a la Dolce Vita. Es un mito que mucha gente
piensa que sigue siendo real y acude a Roma buscando ese boom
vital y artístico que está en el corazón de los italianos que yo creo
que sigue tan vivo hoy como en ese ayer”.
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