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Maura, a quien sucedió en el cargo Eduardo
Grane, un auténtico “self made man”
que consolidó la posición del Country
Club con convicción y perseverancia. Sin
embargo, su paso al frente de Tortugas
fue breve, ya que se retiró en 1967 para
ocupar la presidencia de la Inmobiliaria
Las Tortugas S.A. Osvaldo Maquieira
sucedió en el puesto a Eduardo hasta que
en 1980 cedió el testigo al actual presidente,
Francisco Dorignac. Osvaldo duplicó el
campo de golf de nueve hoyos que había en
Tortugas e incorporó 14 nuevas hectáreas.
Un lugar que consideraba prácticamente
como su casa, ya que en él pasaba todos
los veranos y los fines de semana del resto
del año. Por su parte, Francisco Dorignac,
al igual que sus cuatro hermanos, creció
en el club y se hizo grande como jugador
de polo, ganándose pronto la confianza de
Antonio Maura, que cada vez le fue confiando
tareas de mayor responsabilidad.
Fue director del equipo Tortugas en 1964,
subcapitán de polo en 1970, después capitán,
tesorero y vicepresidente, hasta que
en 1980 se hizo cargo de la presidencia.
Para él, el polo es una pasión. No sola-
mente jugarlo sino todo lo que lo rodea. Y
tanto es así que a pesar de las limitaciones
de la edad todavía trata de seguir jugando
tres o cuatro veces por semana. “El polo es
una terapia para el ser humano impresionante,
algo que no solamente se vive en la
cancha sino antes, durante y después del
juego. Y en el caso de la terapia, el caballo
El polo es una
terapia para el
ser humano
impresionante, no
solamente en
la cancha
es un tema que se usa mucho, ya que es
un animal muy inteligente”. Francisco
no se cansa de hablar de estos magníficos
animales, fundamentales en el deporte del
polo. Aunque pueda resultar ridículo, él
asegura que hay caballos “que saben qué
nivel de polo vas a jugar ese día”. Es decir,
que, de alguna manera, perciben si el partido
es importante o no, si es una final o una
eliminatoria. Bien sea por la emoción que se
palpa en el ambiente, la música o la gente
que lo rodea, el caballo intuye lo decisivo
que puede llegar a ser ese partido. Cuando
un jugador se cae, Francisco asegura que
el caballo se queda como muerto esperando
que saquen al jugador del campo. “Es un
deporte de mucho contacto. Como jugador
te puedo decir que nunca me preocupé por
manejar el caballo, es como si el caballo
siguiera tu mente e instintivamente viera
la jugada. Eso no se consigue de un día para
otro”. Aunque acoge la práctica de muchos
deportes, Tortugas significa polo y Francisco
ha sabido mantener vivo ese lifestyle que
lo hace único y característico. De hecho su
concepción hay que atribuirla a un grupo de
polistas y amigos convocados por Antonio
Maura en la cancha de la granja de Tortuguitas,
que luego pasó a llamarse Las Tortugas.
Este joven proyecto solicitó afiliarse a
la Asociación Argentina de Polo el 7 de junio
de 1927 con unos colores, azul marino y oro
a cuadros invertidos, que paradójicamente
distan mucho del naranja actual. El equipo
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