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20.07.2014 Views

p o l o correspondía a su rango de agregado civil honorario de la Embajada de España en Argentina. Una vez en este país, su frenética actividad le llevó a ser representante de la compañía naviera Transatlántica Española, después a fundar la empresa Maura y Coll de importación y exportación y la Sociedad Formio Argentina. Más adelante fue presidente de la Compañía Hispano Argentina de Obras Públicas y Finanzas con la que contribuyó a la red subterránea de Buenos Aires, en cuyas estaciones todavía perduran algunos murales de azulejos que ilustran acontecimientos de la historia de Hispanoamérica. Durante la década de los años 20 del pasado siglo, Antonio Maura recorrió extensos territorios y creó en 1923 la granja Solórzano, donde trazó la primera cancha de polo en la que disfrutaría junto a sus amigos en los días festivos. El nombre del Club proviene, según nos contó el actual presidente, Francisco Dorignac, de un día, en el que Antonio Maura y sus amigos jugaban al polo, y su mujer, Sara Escalante, les llamó la atención sobre la lentitud del juego, así que les propuso el nombre de ‘Tortugas’ para su equipo. A Maura le pareció oportuno y lo adoptó. Antonio Maura trazó en 1923 una cancha de polo que disfrutaría con amigos los fines de semana Por aquella época, cuando se jugaba un torneo, Don Antonio ideó colocar unas carpas en el monte para evitar a los jugadores las peripecias del viaje de ida y vuelta a Buenos Aires. Así que poco a poco fue tomando forma la idea de que los jugadores se establecieran en el terreno, algo que dio lugar al Tortugas Country Club, o “la ciudad deportiva sudamericana”, como solía llamarla Maura. Con el tiempo fueron sentando las bases del primer club de campo con sede permanente, que dispuso de su propia centro social, canchas de polo, golf, tenis, pelota, piscina olímpica, pista hípica, caballerizas, viviendas para los empleados y actividad comercial paralela para el disfrute de socios y familias, que vieron cómo su sueño se iba cumpliendo. Así, el 22 de agosto de 1930 se firmó el acta oficial de fundación del club cuyas finalidades se precisan como “la práctica del polo, el golf, la natación, el tiro al pichón y toda clase de ejercicios físicos o atléticos” a las que se sumó el “fomento de la edificación de chalets para uso de los accionistas y socios del club deportivo”. 1 2 (1) Al indagar los orígenes del Club Tortugas aparece la figura de un noble español, que con la distancia de los tiempos, encarna el espíritu de empresa y la visión de futuro de su estirpe. Hablamos de don Antonio Maura y Gamazo. (2) El casamiento de Sara Escalante y Antonio Maura, en la madrileña iglesia de San Gerónimo. Imágenes extraídas del libro “Tortugas. Non Omnis Moriar” www.spend-in.com •47

p o l o 4 3 5 (3) Sin dudas, el polo inspiró a Don Antonio Maura para emprender la fundación del Tortugas Country Club. En esta fotografía de época aparece junto con Luis Lacey, entre otros. (4) Final del campeonato abierto del club de 1966, con la presencia del Duque de Edimburgo. (5) Descanso y refrigerio durante una pausa del polo, allá por los años 30. (6) La presencia de las damas era y es indispensable en todo partido de polo. (7) Equipo de Tortugas integrado por Enrique Patrón Costas, Jorge Tanoira, Carlos Debaiseaux y Gastón Dorignac. Imágenes extraídas del libro “Tortugas. Non Omnis Moriar” 6 7 48• www.spend-in.com

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correspondía a su rango de agregado civil<br />

honorario de la Embajada de España en Argentina.<br />

Una vez en este país, su frenética<br />

actividad le llevó a ser representante de la<br />

compañía naviera Transatlántica Española,<br />

después a fundar la empresa Maura<br />

y Coll de importación y exportación y la<br />

Sociedad Formio Argentina. Más adelante<br />

fue presidente de la Compañía Hispano Argentina<br />

de Obras Públicas y Finanzas con<br />

la que contribuyó a la red subterránea de<br />

Buenos Aires, en cuyas estaciones todavía<br />

perduran algunos murales de azulejos que<br />

ilustran acontecimientos de la historia de<br />

Hispanoamérica. Durante la década de los<br />

años 20 del pasado siglo, Antonio Maura<br />

recorrió extensos territorios y creó en 1923<br />

la granja Solórzano, donde trazó la primera<br />

cancha de polo en la que disfrutaría junto a<br />

sus amigos en los días festivos.<br />

El nombre del Club proviene, según nos<br />

contó el actual presidente, Francisco Dorignac,<br />

de un día, en el que Antonio Maura<br />

y sus amigos jugaban al polo, y su mujer,<br />

Sara Escalante, les llamó la atención sobre<br />

la lentitud del juego, así que les propuso<br />

el nombre de ‘Tortugas’ para su equipo. A<br />

Maura le pareció oportuno y lo adoptó.<br />

Antonio Maura trazó<br />

en 1923 una cancha<br />

de polo que disfrutaría<br />

con amigos los fines<br />

de semana<br />

Por aquella época, cuando se jugaba un<br />

torneo, Don Antonio ideó colocar unas carpas<br />

en el monte para evitar a los jugadores<br />

las peripecias del viaje de ida y vuelta<br />

a Buenos Aires. Así que poco a poco fue<br />

tomando forma la idea de que los jugadores<br />

se establecieran en el terreno, algo que<br />

dio lugar al Tortugas Country Club, o “la<br />

ciudad deportiva sudamericana”, como<br />

solía llamarla Maura. Con el tiempo fueron<br />

sentando las bases del primer club de<br />

campo con sede permanente, que dispuso<br />

de su propia centro social, canchas de polo,<br />

golf, tenis, pelota, piscina olímpica, pista<br />

hípica, caballerizas, viviendas para los<br />

empleados y actividad comercial paralela<br />

para el disfrute de socios y familias, que<br />

vieron cómo su sueño se iba cumpliendo.<br />

Así, el 22 de agosto de 1930 se firmó el acta<br />

oficial de fundación del club cuyas finalidades<br />

se precisan como “la práctica del polo,<br />

el golf, la natación, el tiro al pichón y toda<br />

clase de ejercicios físicos o atléticos” a las<br />

que se sumó el “fomento de la edificación de<br />

chalets para uso de los accionistas y socios<br />

del club deportivo”.<br />

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(1) Al indagar los orígenes del Club Tortugas aparece la figura de un noble español, que con<br />

la distancia de los tiempos, encarna el espíritu de empresa y la visión de futuro de su estirpe.<br />

Hablamos de don Antonio Maura y Gamazo. (2) El casamiento de Sara Escalante y Antonio Maura,<br />

en la madrileña iglesia de San Gerónimo.<br />

Imágenes extraídas del libro “Tortugas. Non Omnis Moriar”<br />

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