Bhagavad Gita - The Conscious Living Foundation
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Annie Besant – <strong>Bhagavad</strong> <strong>Gita</strong><br />
del <strong>Bhagavad</strong> <strong>Gita</strong>. Todo este coloquio lo escucha Sañjaya gracias a la aptitud que para<br />
ello le había otorgado previamente Krishna, y después de oído le relata al rey ciego<br />
Dhritharashtra.<br />
* * *<br />
Si hubiésemos de atenernos a la letra del relato, fácil fuera poner reparos de<br />
verosimilitud, unidad de acción y circunstancias de lugar y tiempo. La realidad, según<br />
convencionalmente la entendemos, se quiebra en muchos puntos del épico argumento;<br />
pero sobre la letra que mata prevalece el vivificante espíritu, la verdadera realidad<br />
encubierta con el espléndido ropaje de las alegorías, símbolos, mitos, fábulas e<br />
imaginativas figuras que con magnífica opulencia enriquecen las literaturas orientales.<br />
Para documentar esta afirmación transcribiremos algunos juicios de comentadores tan<br />
notables como Brehon, Judge y Subba Row, que han sido compilados por nuestro<br />
erudito compatriota el señor Roviralta Borrell, a cuyas citas nos referimos.<br />
Dice Brehon, que quien estudie atentamente el <strong>Bhagavad</strong> <strong>Gita</strong>, pronto echará de ver el<br />
íntimo sentido oculto a manera de substrátum en el fondo del poema y que sólo se<br />
vislumbra a través del simple significado de las palabras.<br />
Según W. Q. Judge, el <strong>Bhagavad</strong> <strong>Gita</strong> puede interpretarse con siete claves distintas por<br />
lo menos, pudiendo referirse a la evolución del hombre, del universo, del mundo astral,<br />
a las jerarquías de la Naturaleza, al carácter moral, etcétera. La interpretación<br />
generalmente admitida bajo la referencia del poema a la evolución individual, es que el<br />
rey Dhritharashtra simboliza el cuerpo humano en que para proseguir su evolución se<br />
reencarna el espíritu estimulado por el deseo de vida y compelido por la ley kármica.<br />
La ceguera nativa del rey da a entender que el cuerpo sin espíritu vivificador es materia<br />
insensible, y, por lo tanto, incapaz de gobernar; y así, el autor del Mahabharata, pone en<br />
manos de Pandu la regencia del reino de Hastinapura, siendo rey tan sólo de nombre<br />
Dhritharashtra o el cuerpo físico.<br />
Por otra parte, los Kuravas simbolizan el yo inferior, los elementos ya pasionales, ya<br />
tenebrosos del individuo, el aspecto material de nuestro ser, mientras que los Pandavas<br />
sintetizados en Arjuna, simbolizan el Yo superior, los elementos armónicos y puramente<br />
espirituales del individuo.<br />
El sabio brahmán Subba Row, entiende que Arjuna simboliza la mónada humana, el<br />
hombre en su más elevada realidad, y que en Krishna debe reconocerse la encarnación<br />
de la Divinidad, el Logos hecho carne para aleccionar al hombre. La batalla de<br />
Kurukshetra simboliza el porfiado combatir entre las potencias que propenden a<br />
esclavizarnos en la materia y las que nos impelen al logro de la iluminación espiritual<br />
simbolizada en el trono de Hastinapura; los Kuravas, o sea el yo inferior personificado<br />
en Duryodhana, prevalecen temporalmente en la soberanía del reino, entretanto quedan<br />
en apartamiento y destierro los Pandavas, esto es, los elementos espirituales de la<br />
naturaleza humana.<br />
El desaliento de Arjuna y su desmayo en combatir a gentes de su propia sangre y<br />
parentesco, simboliza el disgusto que el hombre siente al disponerse a luchar contra las<br />
pasiones y vicios que son parte de su naturaleza, aunque en inferior e innoble aspecto.<br />
También se da a entender con ello, que cuando el hombre se halla en el dintel del<br />
conocimiento espiritual, es precisamente cuando desfallece con riesgo de que le venzan<br />
sus implacables enemigos, y que en semejantes circunstancias la victoria o la derrota<br />
dependen del efecto producido por las exhortaciones del Logos que en nuestro interior<br />
deja oir el elocuente silencio de su voz.<br />
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