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él le dijo que había estado corriendo todas las mañanas. De vez en cuando, parecía salir a la superficie y darle a Levi una mirada evaluadora. Después de la cena, Levi insistió en limpiar la mesa y lavar los platos. En cuanto despareció en la cocina, su padre se inclinó hacia ella. —¿Ese es tu novio? —Cath rodó los ojos, pero asintió. —¿Por cuánto tiempo? —Un mes —dijo Cath—. Más o menos. Un poco más. No lo sé. —¿Cuántos años tiene? —Veintiuno. —Parece mayor… —Es el cabello. Su padre asintió. —Parece simpático. —Es el mejor —dijo Cath, tan sincera como le fue posible, esperando que él le creyera—. Es un buen chico, lo juro. —No sabía que habías roto con Abel. Después de que los platos estuvieron hechos —Cath los secó— ella y Levi iban a ver una película, pero su padre se estremeció cuando empezó a mover sus papeles del sofá. —¿Ustedes chicos no tienen en mente ver televisión arriba? Lo prometo, Cath, soy todo tuyo mañana. Yo solo. —Claro —dijo ella—. No demasiado tarde, ¿de acuerdo? Él sonrió, pero cuando ella se la iba a devolver, ya estaba de regreso en su cuaderno. Cath miró a Levi y con un movimiento de cabeza le indicó que subieran las escaleras. Ella lo sintió detrás suyo, conteniendo el estómago todo el camino. Cuando llegaron a la cima, Levi tocó la parte posterior de su brazo, y ella se alejó de él, hacia su dormitorio. Parecía la habitación de una niña, ahora que se lo estaba imaginando a través de sus ojos. Era grande, con techo inclinado, alfombra color rosa profundo, y a juego, dos camas a cada lado, con edredón color crema. Cada centímetro de las paredes y techos estaban cubiertos por posters y fotografías; ella y Wren nunca quitaron las cosas a medida que envejecían. Ponían cosas nuevas. Estilo Shabby Simon Snow. Cuando Cath miró a Levi, sus ojos brillaban, se mordía el labio inferior. Ella lo empujó y él se echó a reír. 296

—Esta es la cosa más adorable que jamás he visto —dijo él. Ella suspiró. —Está bien… —No, en serio. Siento que esta habitación debe ser conservada para que la gente del futuro vea como eran los adolescentes del siglo veintiuno. —Lo entiendo. —Oh Dios —dijo Levi, sin dejar de reír—. No puedo soportarlo. — Empezó a caminar de vuelta a las escaleras, y luego, después de un segundo, se acercó de nuevo y volvió a estallar en carcajadas. —Está bien —dijo Cath, acercándose a su cama y sentándose para apoyarse en la cabecera. Su edredón era rosa y verde pálido. Tenía fundas de Simon Snow. Había un móvil Sanrio encima de su cabeza, como un atrapa sueños. Levi se acercó a la cama y se sentó en el medio. —Te ves tan deslumbrantemente linda en estos momentos, que siento que debo hacer un agujero en un trozo de papel solo para verte. Ella rodó los ojos, y Levi empujó sus pies, para poner sus piernas a través de los tobillos. —Todavía no puedo creer que tu padre me envió a tu habitación la primera vez que me conoce. Lo único que él sabe sobre mí es que te llevé afuera en una tormenta de nieve. —Él es así —dijo Cath—. Nunca nos ha mantenido atadas a una correa —¿Nunca? ¿Ni siquiera cuando eran niñas? —Nop. —Negó con la cabeza—. Confía en nosotras. Además, tú lo viste, su mente divaga. —Bueno, cuando conozcas a mis padres, no esperes que mi madre nos pierda de vista. —Apuesto a que Reagan amaría eso. Los ojos de Levi se ampliaron. —No hay un amor perdido entre mi madre y Reagan, créeme. La hermana mayor de Reagan quedó embarazada en su último año, y mi mamá estaba bastante segura de que esto se propagó en las familias. Tenía un círculo de oración por nosotros. Cuando se enteró de que rompimos, en realidad elevó sus manos al cielo. tela. Cath sonrió incómoda y tiró una almohada a su regazo, cogiendo la —¿Te molesta cuando hablo de Reagan? —preguntó. —Yo soy quién la trajo a colación. 297

—Esta es la cosa más adorable que jamás he visto —dijo él.<br />

Ella suspiró. —Está bien…<br />

—No, en serio. Siento que esta habitación debe ser conservada para<br />

que la gente del futuro vea como eran los adolescentes del siglo veintiuno.<br />

—Lo entiendo.<br />

—Oh Dios —dijo Levi, sin dejar de reír—. No puedo soportarlo. —<br />

Empezó a caminar de vuelta a las escaleras, y luego, después de un<br />

segundo, se acercó de nuevo y volvió a estallar en carcajadas.<br />

—Está bien —dijo Cath, acercándose a su cama y sentándose para<br />

apoyarse en la cabecera. Su edredón era rosa y verde pálido. Tenía<br />

fundas de Simon Snow. Había un móvil Sanrio encima de su cabeza, como<br />

un atrapa sueños.<br />

Levi se acercó a la cama y se sentó en el medio. —Te ves tan<br />

deslumbrantemente linda en estos momentos, que siento que debo hacer<br />

un agujero en un trozo de papel solo para verte.<br />

Ella rodó los ojos, y Levi empujó sus pies, para poner sus piernas a<br />

través de los tobillos. —Todavía no puedo creer que tu padre me envió a tu<br />

habitación la primera vez que me conoce. Lo único que él sabe sobre mí<br />

es que te llevé afuera en una tormenta de nieve.<br />

—Él es así —dijo Cath—. Nunca nos ha mantenido atadas a una<br />

correa<br />

—¿Nunca? ¿Ni siquiera cuando eran niñas?<br />

—Nop. —Negó con la cabeza—. Confía en nosotras. Además, tú lo<br />

viste, su mente divaga.<br />

—Bueno, cuando conozcas a mis padres, no esperes que mi madre<br />

nos pierda de vista.<br />

—Apuesto a que Reagan amaría eso.<br />

Los ojos de Levi se ampliaron. —No hay un amor perdido entre mi<br />

madre y Reagan, créeme. La hermana mayor de Reagan quedó<br />

embarazada en su último año, y mi mamá estaba bastante segura de que<br />

esto se propagó en las familias. Tenía un círculo de oración por nosotros.<br />

Cuando se enteró de que rompimos, en realidad elevó sus manos al cielo.<br />

tela.<br />

Cath sonrió incómoda y tiró una almohada a su regazo, cogiendo la<br />

—¿Te molesta cuando hablo de Reagan? —preguntó.<br />

—Yo soy quién la trajo a colación.<br />

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