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—Pero Cath, la mayoría de los escritores no lo hacen. La mayoría de<br />

nosotros no somos Gemma T. Leslie. —Hizo un gesto con la mano a la<br />

oficina—. Escribimos sobre los mundos que ya conocemos. He escrito<br />

cuatro libros, y tienen lugar en una ciudad a ciento veinte kilómetros de mi<br />

ciudad natal. La mayoría son de cosas que sucedieron en mi vida real.<br />

—Pero usted escribe novelas históricas.<br />

La profesora asintió con la cabeza. —Tomo algo que me sucedió en<br />

1983 y hago que suceda a otra persona en 1943. Pongo mi vida aparte de<br />

esa manera, intentando entenderla mejor por escrito.<br />

—¿Así que todo en sus libros es cierto?<br />

La profesora se inclinó la cabeza y tarareó. —Mmmm... Sí. Y no. Todo<br />

comienza con algo de verdad, entonces lo muevo a su alrededor, a veces<br />

me alejo totalmente de ella. Pero el punto es que no empiezo con nada.<br />

—Nunca he escrito nada que no sea mágico —dijo Cath.<br />

—Aún puedes, si eso es lo que quieres. Pero no tienes que emprender<br />

en el nivel molecular, con una especie de Big Bang en tu cabeza.<br />

Cath apretó las uñas en las palmas de las manos.<br />

—Tal vez para esta historia —dijo la profesora Piper delicadeza—,<br />

podrías empezar con algo real. Un sólo día de tu vida. Algo que te<br />

confundió o intrigó, algo que deseas explorar. Empieza por ahí y mira a ver<br />

qué pasa. Puedes mantenerla cierta, o dejar que se convierta en una cosa<br />

más, puedes agregar magia, pero date un punto de partida.<br />

Cath asintió, más que por estar dispuesta por procesar todo lo que la<br />

profesora decía.<br />

—Quiero volver a reunirnos —dijo la profesora Piper—. En un par de<br />

semanas. Volvamos juntas y hablemos sobre dónde te encuentras.<br />

Cath aceptó y corrió hacia la puerta, esperando no parecer grosera.<br />

Unas semanas. Claro. Como si un par de semanas solucionarán el agujero<br />

en mi cabeza.<br />

284<br />

Levi no bajaría su ropa.<br />

—Puedo llevarlo —dijo Cath. Su cabeza todavía estaba en la oficina<br />

de la profesora Piper, y no se sentía de humor para... bueno, para Levi.<br />

Para su juego de buen carácter constante. Si Levi fuera un perro, sería un

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