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Después de otras cincuenta páginas, Cath estaba adormilada. En algún momento, Levi se había apoyado contra ella, y entonces se recostó, y era difícil pensar en lo que estaba sucediendo en ese lado de su cuerpo porque estaba ocupada leyendo... Aunque había casi un capítulo entero allí donde sus labios y sus ojos se movían, su cerebro no estaba manteniendo un registro de nada más que lo cálido que estaba. Lo caliente que era el novio de su compañera de cuarto. Uno de los novios de su compañera de cuarto. ¿Eso importaba? Si Reagan tenía tres novios, ¿significaba que esto era sólo un tercio? Solo inclinarse contra Levi probablemente no estaba mal. Pero apoyarse contra él porque era caliente y no-exactamente-suave... malo. La voz de Cath se puso áspera, y él se sentó alejándose un poco. — ¿Quieres tomar un descanso? —preguntó. Asintió, sólo parcialmente agradecida. Levi se puso de pie y se desperezó. Los faldones de su camisa de franela no se levantaban mucho por encima de la cintura de sus pantalones vaqueros. Cath se levantó también y se frotó los ojos. —Estás cansada —dijo—. Vamos a parar. —No vamos a parar ahora —dijo—. Ya casi hemos terminado. —Todavía tenemos un centenar de páginas... —¿Te estás aburriendo? —No. Sólo siento que es demasiado, lo que estás haciendo por mí. Bordeando lo explotador. —Pufff —dijo Cath—. Estaré de vuelta. Y entonces terminaremos. Estamos a medio hacer, y quiero saber qué pasa. Todavía nadie dijo: ―Sigue siendo tú mismo, muchacho‖. Cuando regresó, Levi estaba en el pasillo, apoyado contra la puerta. Debía haber subido al piso de los chicos para ir al baño. —Esto es raro ahora que sé que tienes una llave —dijo. Lo dejó entrar, y él se dejó caer sobre la cama otra vez y le sonrió. Cath miró a la silla del escritorio, entonces sintió una mano en su manga. La atrajo a su lado en la cama, y sus ojos se encontraron por un segundo. Cath apartó la mirada como si no lo hubieran hecho. 164

—Mira lo que vendemos en Starbucks —dijo, sosteniendo una barra de energía hacia ella. Cath la tomó. —Dicha de arándanos. Guau. Esto me remonta a dos meses enteros. —Los meses son diferentes en la universidad —dijo Levi—, sobre todo en el primer año. Demasiado sucede. Cada mes de primer año es igual a seis meses regulares, son como mes de perro. Desenvolvió la barra de proteína y le ofreció la mitad. La tomó y la golpeó contra la de ella. —Salud. 165 Era muy tarde. Y demasiado oscuro en la sala para estar leyendo esta cantidad. La voz de Cath ahora era áspera, como si alguien hubiera pasado un cuchillo sin filo a través de ella. Como si se estuviera recuperando de un resfriado o un ataque de llanto. En algún momento Levi había puesto su brazo izquierdo a su alrededor y la atrajo hacia su pecho, había estado inquieta y frotándose la espalda en la pared, y Levi sólo se estiró detrás de ella y la atrajo hacia él. Entonces su mano había vuelto a caer en la cama y se quedó allí. Excepto cuando se estiraba o se movía. Cuando se movía, Levi llevaría la mano hasta el hombro de Cath para sostenerla contra él mientras se ajustaba. Podía sentir su pecho subiendo cuando respiraba. Podía sentir su aliento en el cabello a veces. Cuando movió la barbilla, se topó con la parte posterior de su cabeza. Los músculos de los brazos de Cath, su espalda y cuello estaban empezando a doler, solo por estar manteniendo tanta atención. Perdió su lugar en el libro y dejó de leer por un momento. La barbilla de Levi chocó con su cabeza. —Tómate un descanso — dijo con una voz que no era un susurro, pero era tan suave. Asintió, y él sujetó su codo izquierdo, mientras extendió su brazo derecho a través de ella para llegar al vaso de agua. Su cuerpo se curvó a su alrededor por un segundo, luego se recostó de nuevo contra la pared. Mantuvo la mano en su codo. Cath tomó un trago, y luego dejó el agua. Trató de no retorcerse, pero su espalda estaba rígida, y se arqueó contra él. —¿Estás bien? —le preguntó.

—Mira lo que vendemos en Starbucks —dijo, sosteniendo una barra<br />

de energía hacia ella.<br />

Cath la tomó. —Dicha de arándanos. Guau. Esto me remonta a dos<br />

meses enteros.<br />

—Los meses son diferentes en la universidad —dijo Levi—, sobre todo<br />

en el primer año. Demasiado sucede. Cada mes de primer año es igual a<br />

seis meses regulares, son como mes de perro.<br />

Desenvolvió la barra de proteína y le ofreció la mitad. La tomó y la<br />

golpeó contra la de ella. —Salud.<br />

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Era muy tarde.<br />

Y demasiado oscuro en<br />

la sala para estar leyendo esta cantidad. La voz de Cath ahora era áspera,<br />

como si alguien hubiera pasado un cuchillo sin filo a través de ella. Como si<br />

se estuviera recuperando de un resfriado o un ataque de llanto.<br />

En algún momento Levi había puesto su brazo izquierdo a su<br />

alrededor y la atrajo hacia su pecho, había estado inquieta y frotándose la<br />

espalda en la pared, y Levi sólo se estiró detrás de ella y la atrajo hacia él.<br />

Entonces su mano había vuelto a caer en la cama y se quedó allí.<br />

Excepto cuando se estiraba o se movía. Cuando se movía, Levi llevaría la<br />

mano hasta el hombro de Cath para sostenerla contra él mientras se<br />

ajustaba.<br />

Podía sentir su pecho subiendo cuando respiraba. Podía sentir su<br />

aliento en el cabello a veces. Cuando movió la barbilla, se topó con la<br />

parte posterior de su cabeza. Los músculos de los brazos de Cath, su<br />

espalda y cuello estaban empezando a doler, solo por estar manteniendo<br />

tanta atención.<br />

Perdió su lugar en el libro y dejó de leer por un momento.<br />

La barbilla de Levi chocó con su cabeza. —Tómate un descanso —<br />

dijo con una voz que no era un susurro, pero era tan suave.<br />

Asintió, y él sujetó su codo izquierdo, mientras extendió su brazo<br />

derecho a través de ella para llegar al vaso de agua. Su cuerpo se curvó a<br />

su alrededor por un segundo, luego se recostó de nuevo contra la pared.<br />

Mantuvo la mano en su codo.<br />

Cath tomó un trago, y luego dejó el agua. Trató de no retorcerse,<br />

pero su espalda estaba rígida, y se arqueó contra él.<br />

—¿Estás bien? —le preguntó.

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