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—Entonces léelo —dijo ella—. ¿Tu examen es mañana? Tienes tiempo. No se ve muy largo. Levi sacudió su cabeza y miró al suelo otra vez. —No entiendes. Tengo que pasar este examen. —Entonces lee el libro. ¿Ibas a dejar que Reagan lo leyera por ti? Él sacudió nuevamente su cabeza respondiendo no, más como si estuviera sacudiendo su cabeza a la idea de leer el libro. —Te dije —dijo él—. No soy una persona de libros. Levi siempre decía eso. No soy una persona de libros. Como si los libros fueran postres ricos o películas de miedo. —Sí, pero esto es la escuela —dijo ella—. ¿Dejarías a Reagan tomar el examen por ti? —Tal vez —resopló—. Si fuera una opción. Cath puso el libro al lado de él en su cama y fue a su escritorio. — Podrías también ver la película —dijo ella desagradablemente. —No está disponible. Cath hizo un sonido con su garganta. —No entiendes —dijo Levi—. Si no consigo una C en esta clase, me echarán de mi programa. —Entonces lee el libro. —No es tan simple. —Es exactamente así de simple —dijo Cath—. Tienes un examen mañana, tu novia no está aquí para hacerte leer el libro. —No entiendes nada. Levi estaba de pie ahora; había caminado hasta la puerta, pero Cath no giraría para enfrentarlo. Estaba cansada de pelear. La pelea ni siquiera era de ella. —Está bien —dijo ella—. No entiendo. Como sea. Reagan no está aquí y yo tengo un montón de lectura que hacer y a nadie para hacerlo por mí, así que...—Lo escuchó abrir la puerta de un tirón. —Traté de leerlo —dijo él toscamente—. He estado tratando por las últimas dos horas. Es solo que no soy un lector. Nunca he terminado un libro. Cath se giró para mirarlo, sintiendo un agarre de culpa repentina en su estómago. —¿Estás tratando de decirme que no puedes leer? 158

Levi empujó su cabello hacia atrás violentamente. —Por supuesto que puedo leer —dijo—. Jesús Cristo. —Bueno, entonces, ¿qué estás tratando de decirme? ¿Que no quieres? —No. Yo... —Él cerró los ojos y respiró profundamente por su nariz—. No sé por qué estoy tratando de decirte algo. Puedo leer. Solo no puedo leer libros. —Entonces pretende que es una señal de calle realmente larga y confusa a través de ello. —Jesús —dijo, sorprendido. Herido—. ¿Qué he hecho para que seas tan mala conmigo? —No estoy siendo mala —dijo Cath, sabiendo que probablemente lo era—. Solo que no sé qué quieres que diga. ¿Que lo apruebo? Lo que tú y Reagan hacen no es de mi importancia. soy. —Piensas que soy perezoso. —Sus ojos estaban en el suelo—. Y no lo —Bien. —Es como que no me puedo concentrar —dijo, girando lejos de ella en la entrada—. Como que leo el mismo párrafo una y otra vez y sigo sin entender qué dice. Como que las palabras van directo a través de mí y no puedo aferrarme a ellas. —Está bien —dijo ella. Él miró hacia atrás, solo lo suficiente para enfrentarla. Los ojos de Levi eran muy grandes en su rostro cuando no sonreía. —No soy un tramposo — dijo. Luego caminó lejos, dejando la puerta cerrarse detrás de él. Cath exhaló. Luego inhaló. Su pecho estaba tan apretado que dolía de las dos formas. Levi no debería hacerla sentir de esta forma, él no debería siquiera tener acceso a su pecho. Levi no era su novio. Él no era su familia. Ella no lo eligió. Estaba atascada con él, porque estaba atascada con Reagan. Él era un compañero de cuarto por ley. Rebeldes todavía estaba en su cama. Cath lo tomó y salió. —¡Levi! —Corrió por el pasillo—. ¡Levi! Él estaba de pie frente al elevador con la manos en los bolsillos de su chaqueta. 159

Levi empujó su cabello hacia atrás violentamente. —Por supuesto<br />

que puedo leer —dijo—. Jesús Cristo.<br />

—Bueno, entonces, ¿qué estás tratando de decirme? ¿Que no<br />

quieres?<br />

—No. Yo... —Él cerró los ojos y respiró profundamente por su nariz—.<br />

No sé por qué estoy tratando de decirte algo. Puedo leer. Solo no puedo<br />

leer libros.<br />

—Entonces pretende que es una señal de calle realmente larga y<br />

confusa a través de ello.<br />

—Jesús —dijo, sorprendido. Herido—. ¿Qué he hecho para que seas<br />

tan mala conmigo?<br />

—No estoy siendo mala —dijo Cath, sabiendo que probablemente lo<br />

era—. Solo que no sé qué quieres que diga. ¿Que lo apruebo? Lo que tú y<br />

Reagan hacen no es de mi importancia.<br />

soy.<br />

—Piensas que soy perezoso. —Sus ojos estaban en el suelo—. Y no lo<br />

—Bien.<br />

—Es como que no me puedo concentrar —dijo, girando lejos de ella<br />

en la entrada—. Como que leo el mismo párrafo una y otra vez y sigo sin<br />

entender qué dice. Como que las palabras van directo a través de mí y no<br />

puedo aferrarme a ellas.<br />

—Está bien —dijo ella.<br />

Él miró hacia atrás, solo lo suficiente para enfrentarla. Los ojos de Levi<br />

eran muy grandes en su rostro cuando no sonreía. —No soy un tramposo —<br />

dijo.<br />

Luego caminó lejos, dejando la puerta cerrarse detrás de él.<br />

Cath exhaló. Luego inhaló. Su pecho estaba tan apretado que dolía<br />

de las dos formas. Levi no debería hacerla sentir de esta forma, él no<br />

debería siquiera tener acceso a su pecho.<br />

Levi no era su novio. Él no era su familia. Ella no lo eligió. Estaba<br />

atascada con él, porque estaba atascada con Reagan. Él era un<br />

compañero de cuarto por ley.<br />

Rebeldes todavía estaba en su cama.<br />

Cath lo tomó y salió. —¡Levi! —Corrió por el pasillo—. ¡Levi!<br />

Él estaba de pie frente al elevador con la manos en los bolsillos de su<br />

chaqueta.<br />

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