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Formación<br />

acreditada<br />

Evaluación, manejo y tratamiento de las pericarditis<br />

y miocarditis agudas en urgencias<br />

XAVIER FREIXA<br />

Division of Cardiology. Toronto General Hospital, University Health Network, University of Toronto.<br />

Toronto, Canadá.<br />

REVISIÓN<br />

CORRESPONDENCIA:<br />

Xavier Freixa<br />

Division of Cardiology<br />

Toronto General Hospital<br />

University Health Network<br />

Universityof Toronto<br />

Eaton North<br />

Toronto General Hospital<br />

200 Elizabeth Street<br />

Toronto, Ontario<br />

M5G 2C4, Canada<br />

E-mail: xavier.freixa@uhn.on.ca<br />

FECHA DE RECEPCIÓN:<br />

15-12-2009<br />

FECHA DE ACEPTACIÓN:<br />

25-1-2010<br />

Las pericarditis y las miocarditis agudas son enfermedades que en muchos casos se asocian.<br />

La coexistencia de agentes etiológicos comunes, virus en su mayoría, son la principal<br />

causa de esta asociación. No obstante, las diferentes implicaciones pronósticas y<br />

el riesgo de complicaciones específicas a cada proceso, nos deben obligar a intentar diferenciar<br />

entre ambas siempre que sea posible. La evaluación y manejo del paciente<br />

que consulta en un servicio de urgencias con sospecha de pericarditis y/o miocarditis<br />

aguda se deben basar en cuatro pilares fundamentales: clínica, electrocardiograma,<br />

biomarcadores cardiacos y ecocardiografía transtorácica. Esta valoración inicial permite<br />

estratificar el riesgo potencial de complicaciones, la necesidad de ingreso hospitalario y<br />

la instauración de tratamiento específico. Este artículo revisa las principales consideraciones<br />

diagnósticas y terapéuticas actuales de la pericarditis y la miocarditis aguda.<br />

[Emergencias 2010;22:301-306]<br />

Palabras clave: Pericarditis. Miocarditis. Urgencias.<br />

CONFLICTO DE INTERESES:<br />

Ninguno<br />

Las miocarditis y las pericarditis agudas constituyen<br />

dos entidades que deberían diagnosticarse desde<br />

un primer momento en el servicio de urgencias.<br />

No obstante, la coexistencia de agentes etiológicos<br />

comunes 1 , una alta tasa de asociación 2 y síntomas<br />

en algunos casos similares hacen que el diagnóstico<br />

diferencial entre ambas pueda ser difícil. Además,<br />

sus diferentes pronóstico, riesgo de complicaciones<br />

específicas, necesidad de ingreso e implicaciones<br />

terapéuticas obligan a tener un buen conocimiento<br />

de estos dos procesos desde que el paciente consulta<br />

en urgencias. Este artículo pretende revisar,<br />

desde un punto de vista práctico, cómo debería ser<br />

la evaluación, manejo y tratamiento de un paciente<br />

con sospecha de miocarditis y/o pericarditis aguda<br />

en un servicio de urgencias.<br />

Incidencia<br />

La incidencia de la pericarditis aguda se estima<br />

que está cerca del 5% en pacientes que ingresan<br />

en urgencias por dolor torácico de origen no coronario<br />

3 . La asociación con miocarditis o miopericarditis<br />

se aproxima al 15% de todos los casos<br />

diagnosticados de pericarditis aguda 2 . La coexistencia<br />

de agentes etiológicos comunes, en su mayoría<br />

virus 1 , es probablemente la causa de esta<br />

asociación.<br />

La incidencia real de las miocarditis es desconocida<br />

porque en la mayoría de casos cursan de<br />

manera totalmente asintomática 4 . En muchos casos<br />

se diagnostica en forma de miocardiopatía dilatada<br />

en pacientes que han presentado sintomatología<br />

subaguda durante meses 4 .<br />

Criterios diagnósticos<br />

El diagnóstico de pericarditis, miopericarditis o<br />

miocarditis agudas puede ser difícil. Por esto, existe<br />

una serie de criterios que nos pueden ayudar a<br />

su diagnóstico en urgencias.<br />

Emergencias 2010; 22: 301-306 301


X. Freixa<br />

Diagnóstico de pericarditis aguda<br />

Debe cumplir al menos 2 de los siguientes criterios:<br />

1. Dolor torácico típico de pericarditis.<br />

2. Roce pericárdico.<br />

3. Cambios graduales en el electrocardiograma<br />

(ECG) como ascenso difuso del ST.<br />

4. Aparición o aumento de un derrame pericárdico.<br />

Diagnóstico de miopericarditis<br />

El diagnóstico es sugestivo si se cumplen los criterios<br />

1, 2 y 3. Probable: Criterio 1, 2, 3 y 4. Se<br />

considera confirmada si existe diagnóstico anatomopatológico<br />

por biopsia endomiocárdica o autopsia.<br />

1. Diagnóstico de pericarditis aguda.<br />

2. Síntomas sugestivos (disnea, dolor torácico<br />

o palpitaciones) y alteraciones electrocardiográficas<br />

de nueva aparición (taquicardias, bloqueos auriculoventriculares,<br />

extrasistolia o alteraciones del<br />

segmento ST/T) o disfunción ventricular izquierda<br />

focal o difusa de inicio desconocido.<br />

3. Ausencia de otro agente causal.<br />

4. Uno de los siguientes:<br />

a. Elevación de biomarcadores cardiacos (CK-<br />

MB, Troponina I o T).<br />

b. Disfunción del ventrículo izquierdo focal o<br />

difusa de reciente aparición.<br />

c. Prueba de imagen compatible con el diagnóstico<br />

de miocarditis (resonancia magnética con gadolinio,<br />

escáner con galio-67 o anticuerpos antimiosina).<br />

La miocarditis fulminante se define por ser una<br />

miocarditis aguda con presentación en forma de<br />

shock cardiogénico agudo que requiere la rápida<br />

instauración de medidas de soporte mecánico y/o<br />

farmacológico.<br />

Etiología<br />

Las infecciones virales son responsables de la<br />

mayoría de casos 1 , aunque existen muchas otras<br />

causas (Tabla 1). El perfil de los agentes virales causales<br />

ha cambiado con el paso del tiempo. Mientras<br />

que entre 1950 y 1990, los coxsackievirus B<br />

eran los agentes más frecuentemente detectados, a<br />

finales de los 90 se añadieron los adenovirus y finalmente<br />

el parvovirus B19 5 . De todas maneras, las<br />

miopericarditis se han relacionado con multitud de<br />

otros virus como el Epstein-Barr, el citomegalovirus,<br />

el herpesvirus humano 6, el echovirus y hasta el virus<br />

de la hepatitis C, que se relaciona con cuadros<br />

de miocarditis y miocardiopatía dilatada 6 .<br />

Tabla 1. Agentes etiológicos de pericarditis y/o miocarditis<br />

aguda<br />

1. Agentes infecciosos<br />

1.1. Virus: Adenovirus, Arbovirus, Arenavirus, Coxsackie ,<br />

Epstein–Barr , Citomegalovirus, Echovirus, Encefalomiocarditis,<br />

Hepatitis B, Herpes virus 6, Virus Inmunodeficiencia Humana-1,<br />

Influenza B, Rubeola , Parvovirus B19, Poliomielitis, Virus<br />

Respiratorio Sincitial.<br />

1.2. Bacterias: Brucelosis, Clostridium, Difteria, Francisela, Gonococo,<br />

Haemophilus, Legionela, Meningococo, Micobacteriosis.<br />

Mycoplasma, Neumococo, Psittacosis, Salmonela, Estafilococo,<br />

Streptococo, Enfermedad de Whipple, Rickettsis, Fiebre Q, Tifus,<br />

Borrelia, Leptospira, Sífilis.<br />

1.3. Hongos: Actinomyces, Aspergilus, Blastomyces, Candida,<br />

Coccidioides, Cryptococo, Histoplasma, Nocardia, Sporothrix.<br />

1.4. Parásitos: Cysticercus, Echinococo, Esquistosoma, Toxocara,<br />

Trichinela, Entamoeba, Leishmania, Trypanosoma,<br />

Toxoplasma.<br />

2. Agentes no infecciosos<br />

2.1. Autoinmunes:<br />

– Post-daño pericárdico/miocárdico: infarto agudo de<br />

miocardio, post-pericardiectomía, post-traumática.<br />

– Enfermedades autoinmunes: lupus eritematoso, artritis<br />

reumatoide, síndrome de Sjögren, esclerosis sistémica,<br />

vasculitis, síndrome de Behçet, fiebre mediterránea familiar.<br />

– Pericarditis autorreactiva.<br />

2.2. Neoplásicas:<br />

– Tumores primarios: Mesotelioma.<br />

– Metástasis: los tumores más frecuentes son los de mama,<br />

pulmón y el linfoma.<br />

2.3. Metabólicas: uremia, mixedema.<br />

2.4. Traumáticas:<br />

– Directas: Perforación esofágica, traumatismo penetrante.<br />

– Indirectas: traumatismo no penetrante, post-radioterapia.<br />

2.5. Fármacos-drogas: metildopa, cocaína, sulfonamidas,<br />

antraciclinas.<br />

Clínica<br />

En las pericarditis agudas, el síntoma más común<br />

es la aparición de un dolor torácico de intensidad<br />

generalmente severa. A pesar que habitualmente<br />

el dolor tiene una aparición más gradual,<br />

este dolor puede llegar a confundirse con un dolor<br />

de origen coronario, y hace que el paciente<br />

consulte a un servicio de urgencias en muchos casos.<br />

El dolor típicamente se irradia a la zona trapezoidal<br />

y escapular, aumenta con la inspiración, la<br />

tos o el decúbito y generalmente se calma al incorporar<br />

o sentar al paciente en la camilla. La<br />

aparición de fiebre, astenia, mialgias y un cuadro<br />

catarral previo pueden ayudar al diagnóstico diferencial,<br />

aunque sólo aparecen en el 21% de las<br />

pericarditis 2 .<br />

En las miocarditis, el dolor torácico sólo aparece<br />

en el 35% de los casos. Con frecuencia, este<br />

dolor torácico es difícil de distinguir de un dolor<br />

coronario, especialmente si se acompaña de cambios<br />

en el ECG y elevación de los biomarcadores<br />

cardiacos. Por eso, en algunos casos estos pacientes<br />

son sometidos a un estudio angiográfico que<br />

revela coronarias normales. Se estima que hasta el<br />

302 Emergencias 2010; 22: 301-306


EVALUACIÓN, MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PERICARDITIS Y MIOCARDITIS AGUDAS EN URGENCIAS<br />

78% de pacientes cateterizados de forma urgente<br />

por dolor torácico con coronarias normales presentan<br />

algún signo de miocarditis focal o difusa<br />

en las pruebas de imagen 7 . Además de dolor torácico,<br />

las miocarditis también se pueden asociar a<br />

multitud de otros síntomas, que en muchos casos<br />

vienen derivados de un mayor o menor grado de<br />

insuficiencia cardiaca (fatiga, disnea, ortopnea o<br />

disnea paroxística nocturna). Las palpitaciones secundarias<br />

a arritmias también pueden ser motivo<br />

de consulta y el antecedente de un síndrome febril<br />

o pseudogripal previo al ingreso acontece en<br />

el 50% de las miocarditis 2 .<br />

Exploración física<br />

El roce pericárdico es la manifestación más relevante<br />

de la pericarditis aguda. Se estima que<br />

aparece entre el 33 y el 85% de los casos y se<br />

considera un hallazgo patognomónico 8-10 . Su existencia<br />

confirma el diagnóstico pero su ausencia<br />

no lo descarta.<br />

En las miocarditis, la mayoría de pacientes presentan<br />

una exploración física normal. No obstante,<br />

si se asocia disfunción ventricular, se pueden<br />

objetivar signos secundarios a insuficiencia cardiaca<br />

como taquicardia, crepitantes pulmonares, ingurgitación<br />

yugular, galope cardiaco, etc. La hipotensión<br />

al ingreso es poco frecuente, pero es un<br />

signo de mal pronóstico que generalmente se<br />

asocia a una disfunción ventricular severa.<br />

Electrocardiagrama<br />

Los cambios electrocardiográficos de la pericarditis<br />

aguda son frecuentes y típicamente presentan<br />

4 fases que se registran hasta en el 60% de<br />

los pacientes 11 .<br />

– Fase I: El primer hallazgo es el descenso difuso<br />

del segmento PR, principalmente en V5 y V6<br />

seguido por el ascenso difuso y cóncavo del segmento<br />

ST. Acontece entre las primeras horas y<br />

días. El ascenso del ST es más frecuente si se asocia<br />

a miocarditis (hasta en el 90% de los casos).<br />

– Fase II: Normalización de los segmentos PR y ST.<br />

– Fase III: Negativización difusa de la onda T.<br />

– Fase IV: Normalización del ECG o persistencia<br />

de las ondas T negativas.<br />

En las miocarditis, la sensibilidad del ECG es baja<br />

(47%) 12 , la asociación de cambios atípicos es frecuente<br />

(40%). Entre los cambios más relevantes<br />

destaca el ascenso focal del ST, la inversión de la<br />

onda T previa al ascenso del ST. La existencia de<br />

ondas Q o bloqueo de rama izquierda se asocia a<br />

una elevada tasa de muerte o trasplante cardiaco 13 .<br />

La aparición de arritmias cardiacas (frecuentemente<br />

extrasistolia supraventricular o ventricular,<br />

pero también taquicardias ventriculares no sostenidas<br />

en casos más agresivos) es más frecuente en<br />

las miocarditis (60%) que en las pericarditis agudas<br />

(10%).<br />

Biomarcadores cardiacos<br />

El ascenso de la troponina I y la fracción MB<br />

de la creatincinasa (CK-MB) sérica son los hallazgos<br />

más relevantes. La troponina I es un biomarcador<br />

de daño miocárdico más sensible que la<br />

CK-MB 14 . Se estima que la elevación de estos biomarcadores<br />

se produce entre el 32% 15 en población<br />

no seleccionada con pericarditis aguda, pero<br />

asciende hasta el 70% 16 en los pacientes hospitalizados.<br />

La elevación de la troponina I es transitoria,<br />

con normalización de los niveles entre 7 y 10<br />

días después de la presentación.<br />

En las miocarditis, la troponina I tiene una gran<br />

especificidad (89%) pero una baja sensibilidad<br />

(34%) 14 . De esta manera, puede ser normal entre<br />

el 44 y 66% de los casos, pero en caso de elavación,<br />

puede ayudar a confirmar el diagnóstico.<br />

El ascenso de troponina I se ha relacionado directamente<br />

con la extensión de la inflamación, pero<br />

no parece relacionarse con un peor pronóstico.<br />

Por el contrario, los niveles bajos de troponina I se<br />

han relacionado con un peor pronóstico en el caso<br />

de ingreso por miocarditis fulminante que se debe<br />

probablemente a una presentación subaguda 17 .<br />

Ecocardiograma<br />

El examen ecocardiográfico no es esencial para<br />

establecer el diagnóstico, pero es una herramienta<br />

de gran utilidad para determinar y/o cuantificar la<br />

existencia de derrame pericárdico, taponamiento<br />

cardiaco o función ventricular.<br />

El hallazgo ecocardiográfico más frecuente es<br />

la existencia de un derrame pericárdico, sobre todo<br />

en el caso de la pericarditis aguda, que aparece<br />

en aproximadamente el 60% de los casos 18 . El<br />

derrame pericárdico se clasifica en 3 grupos según<br />

la distancia diastólica entre el pericardio y el ventrículo<br />

19 : 1) derrame ligero de menos de 10 mm;<br />

2) derrame moderado de 10 a 20 mm; 3) derrame<br />

severo de más de 20 mm. La incidencia de taponamiento<br />

cardiaco secundario a derrame pericárdico<br />

severo es aproximadamente del 3%.<br />

Emergencias 2010; 22: 301-306 303


X. Freixa<br />

La realización de un exámen ecocardiográfico<br />

transtorácico es de gran ayuda, sobre todo si se<br />

sospecha una disfunción ventricular tras la exploración<br />

física. El conocimiento de la función ventricular<br />

permite instaurar de manera precoz un tratamiento<br />

adecuado e incluso medidas de soporte<br />

mecánico, como un balón de contrapulsación aórtico<br />

o una asistencia ventricular. La disfunción ventricular<br />

derecha parece que es el mayor predictor<br />

de muerte y necesidad de trasplante cardiaco 20 .<br />

Otras exploraciones<br />

La resonancia magnética cardiaca (RMc) con<br />

gadolinio es probablemente la prueba con un mejor<br />

balance entre sensibilidad (85%) y especificidad<br />

(95%) 21 . Además, permite identificar si la<br />

miocarditis es focal o difusa y por tanto dirigir<br />

una eventual biopsia endomiocárdica, que aumenta<br />

su sensibilidad. Las alteraciones en la RMc<br />

pueden persistir hasta un mes después del inicio<br />

de los síntomas.<br />

La biopsia endomiocárdica tiene una alta especificidad<br />

(90-100%) pero una baja sensibilidad<br />

(38%) a causa de la recogida de muestras de miocardio<br />

no afectados. Tan sólo existen dos situaciones<br />

donde debe realizarse la biopsia como una indicación<br />

I de la Sociedad Europea de Cardiología 22 ,<br />

Tabla 2. Factores de mal pronóstico en la pericarditis aguda<br />

1. Fiebre superior a 38ºC.<br />

2. Inicio subagudo.<br />

3. Inmunodepresión.<br />

4. Tratamiento anticagulante.<br />

5. Causa traumatológica.<br />

6. Miopericarditis.<br />

7. Derrame pericárdico severo.<br />

8. Taponamiento cardiaco.<br />

9. Ausencia de respuesta a antiinflamatorios después de 1 semana.<br />

que son ante la sospecha de miocarditis fulminante<br />

de nueva aparición o de miocarditis de células<br />

gigantes.<br />

Manejo en urgencias y tratamiento<br />

El diagnóstico de pericarditis o miocarditis agudas<br />

se debe basar en 3 pilares fundamentales, que<br />

son: la valoración clínica (síntomas y exploración<br />

física), el ECG y los biomarcadores cardiacos (troponina<br />

y/o CKMB). En función del diagnóstico de<br />

sospecha se debería seguir el algoritmo que se<br />

presenta en la Figura 1, donde la identificación de<br />

los factores de mal pronóstico asociados a pericarditis<br />

18 (Tabla 2) y la realización de un estudio ecocardiográfico<br />

transtorácico deberían focalizar la<br />

valoración en urgencias. En el caso de la pericarditis<br />

aguda, la identificación de estos factores aso-<br />

CLÍNICA<br />

ECG<br />

Troponina-I / CK-MB<br />

Sospecha de<br />

PERICARDITIS AGUDA<br />

ECOCARDIOGRAFÍA<br />

Sospecha de<br />

MIOPERICARDITIS o<br />

MIOCARDITIS AGUDA<br />

Sospecha de<br />

IAMEST<br />

CORONARIOGRAFÍA<br />

URGENTE<br />

PREDICTORES DE<br />

MAL PRONÓSTICO<br />

INGRESO HOSPITALARIO<br />

CORONARIAS SIN<br />

LESIONES AGUDAS<br />

NO<br />

ALTA CON AINES<br />

SÍ<br />

INGRESO HOSPITALARIO<br />

ECOCARDIOGRAFÍA<br />

(EVALUACIÓN FUNCIÓN VENTRICULAR)<br />

MONITORIZACIÓN<br />

TRATAMIENTO SINTOMÁTICO<br />

RECURRENCIA<br />

ESTUDIO ETIOLÓGICO<br />

AINES (EMPÍRICAMENTE)<br />

SI DISFUNCIÓN VENTRICULAR SINTOMÁTICA:<br />

SOPORTE MECÁNICO +/– FARMACOLÓGICO<br />

Figura 1. *Ver tabla 2. IAMEST: infarto agudo de miocardio con elevación del ST. AINES: antiInflamatorios<br />

no esteroideos. CK-MB: fracción MB de la creatincinasa.<br />

304 Emergencias 2010; 22: 301-306


EVALUACIÓN, MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PERICARDITIS Y MIOCARDITIS AGUDAS EN URGENCIAS<br />

ciados a un mal pronóstico son de vital importancia,<br />

ya que permiten predecir el riesgo de complicaciones<br />

o la probabilidad de que existan procesos<br />

asociados 18 . En ausencia de cualquiera de estos<br />

factores, el riesgo de complicaciones es bajo y por<br />

tanto un tratamiento ambulatorio con antiinflamatorios<br />

es una estrategia segura. Por el contrario, la<br />

aparición de al menos uno de estos factores conlleva<br />

una situación de alto riesgo y, por tanto, se<br />

debería indicar el ingreso hospitalario para la monitorización,<br />

el estudio etiológico y el tratamiento<br />

específico en caso necesario. La sospecha de miocarditis<br />

aislada o asociada es uno de los factores<br />

de mal pronóstico que debe motivar el ingreso y<br />

monitorización por los potenciales riesgos de disfunción<br />

ventricular y arritmias cardiacas.<br />

El tratamiento con aspirina u otros antiinflamatorios<br />

no esteroideos (AINES) es el tratamiento de<br />

elección de la pericarditis aguda. La dosis inicial de<br />

aspirina debe ser de 500 ó 1.000 mg cada 6 horas<br />

y debe mantenerse mientras el dolor y la fiebre<br />

persistan. La dosis puede reducirse una vez que los<br />

síntomas vayan remitiendo a un ritmo, por ejemplo,<br />

de 500 mg cada 8 horas durante 1 semana y<br />

250 mg cada 8 ó 12 horas durante 2 semanas. Si<br />

el paciente no responde o en caso que la aspirina<br />

esté contraindicada, se pueden utilizar otros AINES<br />

como la indometacina 75-225 mg/día o el ibuprofeno<br />

1.600-3.200 mg/día. La asociación de paracetamol<br />

o diclofenaco al tratamiento estándar pueden<br />

ser medidas adicionales útiles para el control<br />

puntual de los síntomas. En todos los casos se debe<br />

indicar protección gástrica y reposo relativo en<br />

cama o silla mientras persistan los síntomas.<br />

El tratamiento con colchicina representa una<br />

alternativa válida en caso de recurrencia, ya que<br />

es el único fármaco que ha demostrado una reducción<br />

de la tasa de recurrencia. La dosis recomendada<br />

es de 2 mg al día durante 2 días, seguida<br />

de una dosis de 0,5 mg cada 12 horas como<br />

dosis de mantenimiento.<br />

Los corticoides deberían constituir la última línea<br />

de tratamiento ya que son un marcador independiente<br />

de recurrencia. No obstante, en caso<br />

de necesidad se recomienda usarlos a altas dosis<br />

(1-1,5 mg/kg) durante 1 mes, con una reducción<br />

posterior lenta e inicio de tratamiento con AINES<br />

antes de finalizar los tratamientos 23 .<br />

En las miocarditis, el tratamiento con AINES no<br />

parece ser efectivo e incluso se ha demostrado un<br />

aumento de la mortalidad asociado a una activación<br />

del daño miocárdico 24 . Por tanto, se recomienda<br />

tratamiento con AINES a dosis bajas sólo<br />

para el control sintomático. La existencia de signos<br />

de insuficiencia cardiaca o hipotensión asociada<br />

a disfunción ventricular severa debería motivar<br />

la instauración de medidas de soporte mecánico<br />

(balón de contrapulación intraaórtico o sistemas<br />

de asistencia circulatoria) o farmacológico. En caso<br />

que el paciente presente tolerancia hemodinámica,<br />

se deberían iniciar fármacos como los inhibidores<br />

de la enzima convertidora de la<br />

angiotensina y los betabloqueantes de manera<br />

precoz. Finalmente, no debe olvidarse monitorizar<br />

al paciente debido al riesgo potencial de arritmias.<br />

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22 Cooper LT, Baughman KL, Feldman AM, Frusicci A, Jessup M,<br />

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X. Freixa<br />

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Evaluation, management, and treatment of acute pericarditis and myocarditis<br />

in the emergency department<br />

Freixa X<br />

Acute pericarditis is often found in association with acute myocarditis, mainly because viral infection is the most<br />

common cause of both. However, the different prognostic implications and specific risk of complications of each entity<br />

obliges us to distinguish between them whenever possible. The evaluation and management of an emergency<br />

department patient suspected of having acute pericarditis or myocarditis must rest on 4 pillars: clinical presentation,<br />

electrocardiography, biomarkers of heart disease, and transthoracic echocardiography. These initial assessments will<br />

indicate the level of risk of complications and guide the decisions of whether to admit the patient or not and start<br />

specific treatment. This review provides an up-to-date discussion of the main diagnostic and therapeutic considerations<br />

in acute pericarditis and myocarditis. [Emergencias 2010;22:301-306]<br />

Key words: Pericarditis. Myocarditis. Emergency health services.<br />

306 Emergencias 2010; 22: 301-306

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