Humor en serio - Aguilar
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I. LOS CHISTES<br />
POLÍTICOS EN<br />
CONTEXTO TEÓRICO<br />
Era tan p<strong>en</strong>dejo que creía que golpe de<br />
Estado era pegarle a una mujer embarazada.<br />
El análisis del humor<br />
Los análisis de los chistes son escasos. De hecho<br />
muchos autores frecu<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te recurr<strong>en</strong> al estudio<br />
de Freud (1973) escrito a principios de siglo <strong>en</strong> el<br />
que sugiere que los chistes sacan a la superficie lo<br />
críptico o escondido, permiti<strong>en</strong>do ver lo subconsci<strong>en</strong>te.<br />
También a principios de siglo Bergson (1973)<br />
examinó las causas de la risa y estudió el subconsci<strong>en</strong>te.<br />
Una de sus contribuciones es el análisis de lo<br />
cómico y el papel social de la risa.1Otro autor citado<br />
profusam<strong>en</strong>te es Jankelevitch (1982) y su análisis<br />
de la ironía.<br />
Los tratados académicos son pocos, aunque hay<br />
una ext<strong>en</strong>sa lista de publicaciones humorísticas o sobre<br />
el humor (Fultz, 1970, que incluye caricatura<br />
1. “La risa debe ubicarse <strong>en</strong> su medio natural, la sociedad, y por <strong>en</strong>cima<br />
de todo, uno debe determinar su función utilitaria, que es una función<br />
social... La risa debe responder a determinadas exig<strong>en</strong>cias de la vida común.<br />
La risa debe t<strong>en</strong>er una función social” (Bergson, 1973, 18).<br />
25
política, Rius, 1984; Pruneda, 1958; A. D., 1960),<br />
tratami<strong>en</strong>tos cómicos o irónicos de la política (Covo,<br />
1987) y hasta columnas periodísticas sarcásticas<br />
como las del estadunid<strong>en</strong>se Art Buchwald, el israelí<br />
Efraim Kishon o Marco Almazán. Han sido los filósofos<br />
y los psicólogos los que mayor at<strong>en</strong>ción le han<br />
prestado al humor.<br />
Estudios más reci<strong>en</strong>tes han arrojado luz sobre los<br />
difer<strong>en</strong>tes compon<strong>en</strong>tes del humor. Pitchford (1960)<br />
exploró las funciones sociales del humor y Eastman<br />
(1972) los s<strong>en</strong>tidos del humor. El humor étnico es<br />
una fu<strong>en</strong>te importante para estudiar la cultura política<br />
y la ideología, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> su aspecto<br />
discriminatorio (Telushkin, 1992).<br />
Sólo reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te ha recibido at<strong>en</strong>ción el humor<br />
político. Entre los trabajos reci<strong>en</strong>tes destaca el de<br />
Schütz (1977), que ofrece un refrescante y novedoso<br />
acercami<strong>en</strong>to a los clásicos. Su lectura cómica de los<br />
griegos y su búsqueda sobre cómo los políticos hac<strong>en</strong><br />
uso del humor son especialm<strong>en</strong>te interesantes, <strong>en</strong> particular<br />
el capítulo sobre Lincoln. Lukes y Galnoor<br />
(1985) compilaron chistes alrededor del mundo. Banc<br />
y Dundes (1986) realizaron una colección de chistes<br />
rumanos, que reeditaron como colección de chistes políticos<br />
del Este europeo (1990). Ambos estudios promet<strong>en</strong><br />
un análisis profundo y avances teóricos, pero<br />
dejan al lector con muchas preguntas sin responder.<br />
Kishtainy (1985) se conc<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el análisis del humor<br />
político egipcio, mi<strong>en</strong>tras que Beezley (1985) y<br />
Schmidt (1990a) examinan el humor político mexicano<br />
desde la perspectiva del folclor y el elitelore,<br />
respectivam<strong>en</strong>te.<br />
No obstante estos esfuerzos, el humor político<br />
continúa si<strong>en</strong>do un territorio inexplorado. Levine<br />
(1968) acepta que hay poco interés <strong>en</strong> investigar ci<strong>en</strong>tíficam<strong>en</strong>te<br />
el humor, mi<strong>en</strong>tras que Banc y Dundes<br />
(1990, 11) com<strong>en</strong>tan que la mayoría de los estudios<br />
disponibles son meras compilaciones de chistes po<br />
26
líticos “totalm<strong>en</strong>te desprovistas de com<strong>en</strong>tario o<br />
análisis”. La cantidad de preguntas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes es<br />
<strong>en</strong>orme y a cada nueva investigación surg<strong>en</strong> más.<br />
Hay muchas colecciones de chistes. La mayoría<br />
busca <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>er sin más pret<strong>en</strong>sión que ser divertidas.<br />
En estos libros los chistes políticos o escasean<br />
o no exist<strong>en</strong>. Uno debe aceptar el hecho de que mucha<br />
g<strong>en</strong>te busca estos libros por puro <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to.<br />
Pero acerca de la escasez de estudios sobre chistes<br />
políticos se pued<strong>en</strong> ofrecer varias explicaciones:2<br />
1. Los chistes son un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o común y corri<strong>en</strong>te,<br />
y como tal, pasan desapercibidos para los investigadores.<br />
La g<strong>en</strong>te experim <strong>en</strong>ta con ellos<br />
cotidianam<strong>en</strong>te, vive con ellos y los usa con cierta<br />
frecu<strong>en</strong>cia. Sin interés <strong>en</strong> las cosas comunes y corri<strong>en</strong>tes,<br />
los individuos, incluy<strong>en</strong>do a los académicos,<br />
han ignorado a los chistes como objeto de<br />
análisis.<br />
2. La risa es considerada hasta cierto grado como<br />
algo maligno, debido quizá a que ciertas “<strong>en</strong>fermedades”<br />
m<strong>en</strong>tales usualm<strong>en</strong>te produc<strong>en</strong> explosiones de<br />
risa, o a que la risa at<strong>en</strong>ta contra la solemnidad y seriedad<br />
con que la g<strong>en</strong>te trata asuntos que considera<br />
importantes. La risa es cond<strong>en</strong>ada3 y juzgada of<strong>en</strong>siva<br />
porque su estallido supone un acto de hostilidad,<br />
y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia se le reprime.4 Los adultos suel<strong>en</strong><br />
controlar a los niños con el argum<strong>en</strong>to de que “la<br />
2. Durante mucho tiempo me sugirieron que escribiera un libro sobre<br />
chistes políticos mexicanos para volverme rico, lo que finalm<strong>en</strong>te hice<br />
(Schmidt, 1996b), aunque la última parte de la afirmación no la he comprobado.<br />
3. Véase una magnífica exposición de este tema <strong>en</strong> Eco (1989).<br />
4. Desde nuestra niñez individual, así como desde el tiempo de la niftez<br />
de la civilización, los impulsos hostiles <strong>en</strong> contra de nuestros semejantes<br />
están sujetos a las mismas limitaciones y represión progresiva que nuestros<br />
impulsos sexuales (Freud, 1973,91). De mi colección de anécdotas:<br />
<strong>en</strong> una c<strong>en</strong>a <strong>en</strong> la casa de un diplomático <strong>en</strong> la ciudad de México, conocí<br />
a un funcionario de la oficina de pr<strong>en</strong>sa de la presid<strong>en</strong>cia. Cuando me<br />
27
g<strong>en</strong>te se va a reír de ti”, con lo que la risa se convierte<br />
<strong>en</strong> sinónimo de ridículo.<br />
3. Los chistes políticos rara vez se registran, quizá<br />
porque la política debe ser seria y solemne.5 O<br />
será que la solemnidad ofrece una capa muy delgada<br />
de respetabilidad. Schütz (1977, 189) cita la Ley<br />
Corwin de la política: “Nunca hagas reír a la g<strong>en</strong>te.<br />
Si quieres t<strong>en</strong>er éxito <strong>en</strong> la vida debes ser solemne<br />
como un asno.”6 Kundera agrega (1986, 254): “Ningún<br />
movimi<strong>en</strong>to que int<strong>en</strong>te cambiar al mundo es<br />
capaz de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar la burla o el desprecio, el corrosivo<br />
contra toda pret<strong>en</strong>sión.” Los chistes y otras formas<br />
del humor político rara vez son transcritos y<br />
analizados, y lo mismo ocurre con los materiales de<br />
qui<strong>en</strong>es escrib<strong>en</strong> sobre el humor.<br />
Para los políticos aparecer como un ser excepcional<br />
es prácticam<strong>en</strong>te una necesidad exist<strong>en</strong>cial, y por<br />
lo tanto crean m itos que los m uestran como<br />
semidioses. El político se pres<strong>en</strong>ta fr<strong>en</strong>te a la sociedad<br />
como el mejor individuo de la humanidad, cercano<br />
a la perfección, infalible, casi hasta el grado de<br />
no necesitar revelar ninguna emoción. No debe aceptar<br />
públicam<strong>en</strong>te que está influido por pasiones humanas.<br />
Si utiliza el humor, es para mejorar su imag<strong>en</strong><br />
(Gardner, 1986) y mant<strong>en</strong>erse por <strong>en</strong>cima del ciudadano<br />
común y corri<strong>en</strong>te.<br />
Los chistes políticos destruy<strong>en</strong> este mito, y con<br />
él el misterio de la política y de la vida de los polípreguntó<br />
<strong>en</strong> qué trabajaba, le respondí que era investigador del humor<br />
político, a lo que repuso que bajo ninguna circunstancia permitiría que<br />
se contaran chistes del presid<strong>en</strong>te De la Madrid, para luego agregar<br />
que como lo mío era académico, yo le contara algunos.<br />
5. Aquí se han manejado de la misma manera todos los chistes políticos;<br />
sin embargo, se requeriría una distinción más precisa <strong>en</strong>tre los chistes<br />
políticos que se escrib<strong>en</strong> para la televisión (para los programas de Jay<br />
Leño o David Letterman <strong>en</strong> Estados Unidos, por ejemplo) y los que cu<strong>en</strong>ta<br />
la g<strong>en</strong>te <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral.<br />
6. De acuerdo con Udall (1988, XV-XVI), esta idea se atribuye a un<br />
asesor del presid<strong>en</strong>te estadunid<strong>en</strong>se James Garfield (1881).<br />
28
ticos. Los pres<strong>en</strong>tan como seres con familiares y<br />
amantes, y que sufr<strong>en</strong>, lloran, <strong>en</strong>vejec<strong>en</strong>, hac<strong>en</strong> el<br />
amor y hasta usan el sanitario. En pocas palabras,<br />
los chistes despojan a los políticos de su aura mística,<br />
revelan su santurronería y demuestran el horror<br />
que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> de sí mismos: comprobar que son<br />
seres humanos.<br />
Más aún, los políticos buscan un lugar <strong>en</strong> la historia<br />
con la mejor imag<strong>en</strong> posible, pero el filo de los<br />
chistes am<strong>en</strong>aza con cortar esta aspiración. Cuando<br />
un chiste aparece por escrito, automáticam<strong>en</strong>te pasa<br />
a formar parte del registro histórico, y hasta puede<br />
convertirse <strong>en</strong> punta de lanza contra la imag<strong>en</strong> del<br />
político.<br />
4. La confusión g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> los conceptos complica<br />
el análisis.7 El humor se confunde con frecu<strong>en</strong>cia<br />
con lo cómico, la risa, chanza, caricatura, comedia,<br />
parodia, ing<strong>en</strong>io, ironía, sarcasmo, chistes y sátira,<br />
como si todos estos fueran sinónimos. Falta mucho<br />
por hacer para que estos conceptos adquieran validez<br />
ci<strong>en</strong>tífica <strong>en</strong> su análisis. Con esto <strong>en</strong> m<strong>en</strong>te trataremos<br />
de abrir brecha.<br />
Las manifestaciones del humor y sus sujetos de<br />
ataque están determinados por relaciones históricas,<br />
culturales y sociales. Los chistes políticos, la más<br />
popular de las manifestaciones del humor, seleccionan<br />
su objetivo con base <strong>en</strong> la cultura e historia políticas<br />
y <strong>en</strong> aquellos elem<strong>en</strong>tos políticos que irritan<br />
a la sociedad.<br />
El análisis de este estudio se conc<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el humor<br />
verbal, especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el chiste, y omite el<br />
7. Cuando realizaba la investigación para este estudio, me sorpr<strong>en</strong>dió<br />
que <strong>en</strong> la biblioteca de la UCLA hubiera muy pocas refer<strong>en</strong>cias bajo la<br />
categoría “humor”; pero cuando busqué “sátira”, <strong>en</strong>contré una muy larga<br />
lista de refer<strong>en</strong>cias. Obviam<strong>en</strong>te, el concepto de “sátira” de los bibliotecarios<br />
es erróneo. Expondré definiciones y conceptos <strong>en</strong> una sección<br />
posterior de este capítulo.<br />
29
humor gráfico (como el cartón periodístico, mejor conocido<br />
como caricatura) por dos razones básicas:8<br />
1. No todos los cartones o tiras cómicas son caricaturas.9<br />
Una taxonomía del humor gráfico supone<br />
una investigación más amplia.<br />
2. En este libro analizo el comportami<strong>en</strong>to involuntario<br />
y espontáneo <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de que es indirecto,<br />
no comprometido y no planeado, aunque sea<br />
int<strong>en</strong>cional. Difícilm<strong>en</strong>te se le pued<strong>en</strong> atribuir estas<br />
características al cartón o a la caricatura gráfica.<br />
Aún más, <strong>en</strong> estas formas se establece una<br />
relación cli<strong>en</strong>telar <strong>en</strong>tre el autor y el lector que está<br />
aus<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los chistes. Hay lectores que al seguir a<br />
un(a) autor(a) establec<strong>en</strong> una relación ideológica<br />
que implica la coincid<strong>en</strong>cia con sus puntos de vista.10<br />
Esta relación no se desarrolla con los chistes.<br />
El anonimato <strong>en</strong> las otras formas de humor político<br />
g<strong>en</strong>era una relación directa solam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el mom<strong>en</strong>to<br />
de la comunicación. De acuerdo con Freud<br />
(1973, 137), <strong>en</strong> el chiste intervi<strong>en</strong><strong>en</strong> tres individuos:<br />
el que lo cu<strong>en</strong>ta, el que lo escucha y el sujeto del chiste.<br />
Entre el que platica y el que escucha se establece<br />
un <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to que pone <strong>en</strong> su lugar al sujeto del<br />
8. Estas mismas razones de omisión son válidas para el humor político<br />
televisado o <strong>en</strong> teatro por carecer de espontaneidad; ambos son cuidadosam<strong>en</strong>te<br />
dirigidos. Durante la campaña presid<strong>en</strong>cial de 1992 <strong>en</strong> Estados<br />
Unidos, el comediante Jay Leño, conductor del programa The Tonight<br />
Show <strong>en</strong> la cad<strong>en</strong>a NBC, anunció que incluiría chistes sobre Bill Clinton<br />
para ser justo, porque ya había abusado de los referidos al presid<strong>en</strong>te<br />
George Bush.<br />
9. Para una definición de la caricatura, véase A. D. (1960), CIESPAL<br />
(1990), Pruneda (1958), Rius (1984), Freud (1973) y la taxonomía del<br />
humor incluida <strong>en</strong> este capítulo.<br />
10. En julio de 1988, bajo el auspicio del Departam<strong>en</strong>to de Comunicación,<br />
organicé una serie de confer<strong>en</strong>cias sobre humor político <strong>en</strong> la<br />
UNAM. La primera sesión, <strong>en</strong> la que participaron los caricaturistas de<br />
La Jomada Magú y El Fisgón, fue muy concurrida, al grado de haberse<br />
quedado g<strong>en</strong>te fuera del salón. Ambos hicieron una pres<strong>en</strong>tación humo-<br />
30
chiste, lo que puede ser importante para el chiste, pero<br />
la relación termina tan pronto como el chiste se ha<br />
contado. El que cu<strong>en</strong>ta el chiste no lo inv<strong>en</strong>tó, y si lo<br />
hizo no tuvo <strong>en</strong> m<strong>en</strong>te a una persona <strong>en</strong> especial para<br />
contárselo; de ahí que <strong>en</strong> este caso no emerja una relación<br />
cli<strong>en</strong>telar.<br />
En algunos casos, el chiste político puede considerarse<br />
una caricatura de la persona o situación a la<br />
que se dirige la burla, lo que por sí mismo revela<br />
otra de las características de los chistes.<br />
Nuestra at<strong>en</strong>ción se <strong>en</strong>foca a los chistes porque<br />
son la forma humorística más frecu<strong>en</strong>te, y también<br />
porque no crea compromisos. Me conc<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> los<br />
chistes políticos porque muestran una opinión<br />
societaria libre y sin restricciones y repres<strong>en</strong>tan una<br />
forma espontánea de comportami<strong>en</strong>to político. Pero<br />
para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der los chistes repasemos primero los distintos<br />
géneros del humor.<br />
Una definición del humor<br />
En la lectura de varios <strong>en</strong>sayos sobre el humor, y<br />
especialm<strong>en</strong>te sobre chistes políticos, queda sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
claro que las preguntas básicas ap<strong>en</strong>as se<br />
están formulando. Estas preguntas sugier<strong>en</strong> algunas<br />
de las direcciones teóricas y metodológicas <strong>en</strong> las<br />
que se mueve la discusión sobre el humor<br />
El humor ti<strong>en</strong>e una asociación primaria con el estado<br />
de ánimo.11Esta concepción refleja la perspectiva<br />
fisiológica y se refiere a los humores corpóreos<br />
rística de su relación con Carlos Salinas de Gortari, <strong>en</strong> la que abordaron<br />
temas como la libertad de pr<strong>en</strong>sa y la corrupción de los periodistas. Después<br />
de la sesión —que fue muy larga, por cierto— , los estudiantes rodearon<br />
a los caricaturistas para pedirles que autografiaran el cartón del<br />
día. Ésta me pareció una ocurr<strong>en</strong>cia inusual <strong>en</strong> una facultad que sufre, o<br />
sufría, de gran solemnidad ideológica. El día <strong>en</strong> que se habló del análisis<br />
político del humor la audi<strong>en</strong>cia fue mucho m<strong>en</strong>or.<br />
11. El término “humor” deriva del latín humor o, más apropiado, umor,<br />
que significa “líquido” (Encyclopaedia Britannica, 1990, vol. 6, 145).<br />
31
que, se cree, determinan la salud humana y la predisposición<br />
(Gold<strong>en</strong>son, 1984,415). El humor ti<strong>en</strong>e una<br />
fuerza creativa y curativa,12 anímica aunque se id<strong>en</strong>tifique<br />
a la risa como síntoma patológico (Moody,<br />
1978). La <strong>en</strong>ergía invertida <strong>en</strong> la risa libera t<strong>en</strong>siones<br />
y estrés y ayuda a curar <strong>en</strong>fermedades y frustración<br />
social. La risa resulta de un chiste, sátira o reacción<br />
cómica contra la agresión. En el humor también se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra agresión y apr<strong>en</strong>sión (Encyclopaedia<br />
Britannica, 1990, vol. 6, 144), El elem<strong>en</strong>to c<strong>en</strong>tral<br />
del análisis de Freud sugiere que los chistes son<br />
int<strong>en</strong>cionales y siempre ti<strong>en</strong><strong>en</strong> un objetivo.<br />
La es<strong>en</strong>cia del humor político es la corrección de<br />
situaciones indeseadas y la liberación de restricciones<br />
sociales, morales y políticas, especialm<strong>en</strong>te<br />
resultantes de la represión política. El humor expresa<br />
una lección moral con una corrección producida<br />
por una emoción positiva de alegría y la liberación<br />
<strong>en</strong>ergética de la risa.13<br />
El humorista es, <strong>en</strong> este caso, un moralista que se<br />
disfraza de ci<strong>en</strong>tífico, algo así como un anatomista<br />
que practica disecciones para <strong>en</strong>fermarnos del estómago.<br />
El humor, <strong>en</strong> el estricto s<strong>en</strong>tido del término,<br />
es la trasposición de la moral a lo ci<strong>en</strong>tífico<br />
(Bergson, 1973, 107).<br />
En circunstancias difíciles el humor sirve de instrum<strong>en</strong>to<br />
para percibir los aspectos divertidos de una<br />
12. “Imaginación jocosa, ing<strong>en</strong>io simpático. Ironía romántica equival<strong>en</strong>te<br />
al triunfo del poder creativo del alma del artista sobre todo cont<strong>en</strong>ido y<br />
toda forma (Hegel)” (Runes, 1983, 312).<br />
13 “Cuando se consigue el discernimi<strong>en</strong>to humorístico, el despertar se<br />
increm<strong>en</strong>ta para luego decrecer. Estos cambios <strong>en</strong> el despertar están asociados<br />
con la emoción positiva de la alegría y se acompañan de varios<br />
grados de risa y sonrisas... Bu<strong>en</strong>a parte del humor conti<strong>en</strong>e elem<strong>en</strong>tos de<br />
distorsión sobre el conocimi<strong>en</strong>to propio del mundo... Se interfiere <strong>en</strong> el<br />
humor cuando estos roles se reviert<strong>en</strong>” (McGhee, 1985, 371-372).<br />
32
situación14al tiempo que redefine los roles, colocando<br />
al humorista o al que cu<strong>en</strong>ta el chiste por <strong>en</strong>cima<br />
de su objetivo. El cu<strong>en</strong>tachistes adquiere el derecho<br />
legítimo de criticar al sujeto con el humor.<br />
El humor político <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta las situaciones que<br />
molestan a la sociedad descubri<strong>en</strong>do la verdad e iluminando<br />
el juego político oculto. El Estado se<br />
autonomiza de la sociedad y los gobernantes desarrollan<br />
un proyecto político para repres<strong>en</strong>tarse a sí<br />
mismos, aun cuando esto los lleva a actuar contra<br />
los intereses inmediatos de la clase dominante<br />
(Schmidt, 1988). Esta autonomización induce a la<br />
élite a limitar el poder de los gobernantes sin destruir<br />
al sistema. La élite preserva una fachada de unidad<br />
nacional tras de la cual usa el humor como<br />
instrum<strong>en</strong>to de confrontación. El humor repres<strong>en</strong>ta<br />
el deseo de la élite de participar sin comprometerse<br />
y sin at<strong>en</strong>tar contra la estabilidad del sistema político.<br />
Cuando este humor rebasa a la élite15 y es adoptado<br />
por el pueblo, se convierte <strong>en</strong> una forma jubilosa<br />
de <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar al liderazgo liberando t<strong>en</strong>siones sociales<br />
y estrés político sin poner <strong>en</strong> peligro al gobierno.<br />
Para la élite política un chiste puede ser poco plac<strong>en</strong>tero,<br />
pero más conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>te que una revuelta. El<br />
humor político es un instrum<strong>en</strong>to de agresión contra<br />
el liderazgo político que oprime a la sociedad, porque<br />
transgrede valores políticos y morales, normas,<br />
rituales y símbolos impuestos para def<strong>en</strong>der a los<br />
gobernantes.<br />
Los chistes políticos ocasionalm<strong>en</strong>te rebasan la<br />
línea <strong>en</strong>tre este humor y el humor g<strong>en</strong>érico. Com<br />
14. “En un s<strong>en</strong>tido abstracto, [humor] es la capacidad de percibir o expresar<br />
los aspectos <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>idos de una situación... Platón (y también<br />
Thomas Hobbes) sosti<strong>en</strong>e que nos reímos de personas o situaciones que<br />
nos hac<strong>en</strong> s<strong>en</strong>timos superiores” (Gold<strong>en</strong>son, 1984,415). Lipman (1993)<br />
analiza el papel del humor durante el Holocausto.<br />
15. No he <strong>en</strong>contrado evid<strong>en</strong>cias de chistes que se hayan originado <strong>en</strong> las<br />
clases populares.<br />
33
part<strong>en</strong> la es<strong>en</strong>cia del humor: se adaptan a las circunstancias<br />
e intereses que modelan el ord<strong>en</strong> moral por<br />
medio del cual la sociedad ord<strong>en</strong>a valores y símbolos<br />
para burlarse de las normas y rituales establecidos<br />
por la política. En este s<strong>en</strong>tido el chiste es<br />
transgresor. Para ejemplificar, considérese el chiste<br />
que me contó uno de mis hermanos, que es médico,<br />
y que se trata de una burla contra la solemnidad de<br />
un acontecimi<strong>en</strong>to muy <strong>serio</strong>:<br />
Era la toma de posesión del primer presid<strong>en</strong>te judío<br />
de Estados Unidos. Su madre estaba s<strong>en</strong>tada junto a<br />
uno de los secretarios del nuevo gabinete. Ella, muy<br />
emocionada, le dice: “¿Se da usted cu<strong>en</strong>ta de lo que<br />
está pasando? ¡El primer presid<strong>en</strong>te judío de Estados<br />
Unidos, y es mi hijo!” El secretario voltea y paci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />
le dice: “Sí, señora, estoy muy consci<strong>en</strong>te<br />
de ello.” Después de unos mom<strong>en</strong>tos ella se voltea<br />
de nuevo y le dice: “Pero, ¿<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de usted bi<strong>en</strong>? Mi<br />
hijo, el primer presid<strong>en</strong>te judío de Estados Unidos, ¡y<br />
es hermano del doctor!”<br />
Este chiste ataca la solemnidad de la toma de posesión<br />
presid<strong>en</strong>cial con una refer<strong>en</strong>cia a la estereotipada<br />
imag<strong>en</strong> de que los padres judíos (especialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> Estados Unidos) desean que su hijo se convierta<br />
<strong>en</strong> el epítome del éxito como miembro de una de las<br />
profesiones más prestigiosas y mejor pagadas: la de<br />
médico. El valor social es transferido al chiste político<br />
para devaluar la imag<strong>en</strong> del político y la importancia<br />
del suceso. Después de todo, el que supone ser<br />
el presid<strong>en</strong>te más poderoso del mundo ocupa solam<strong>en</strong>te<br />
un segundo lugar, después de su hermano el<br />
doctor.<br />
Los chistes políticos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el propósito de d<strong>en</strong>igrar<br />
y ridiculizar a los políticos y su imag<strong>en</strong>. Otras<br />
formas del humor cumpl<strong>en</strong> la misma función cuando<br />
se aplican a la política, y cada género ti<strong>en</strong>e características<br />
especiales que determinan su circulación.<br />
„.
Pero antes de seguir det<strong>en</strong>gámonos <strong>en</strong> la taxonomía<br />
del humor para aclarar el análisis.<br />
Hacia una taxonomía del humor<br />
En esta sección id<strong>en</strong>tificamos tres elem<strong>en</strong>tos y ocho<br />
géneros del humor para pres<strong>en</strong>tarlos de acuerdo con<br />
su tratami<strong>en</strong>to <strong>en</strong> la bibliografía especializada. La<br />
comicidad, la risa y el ing<strong>en</strong>io son los elem<strong>en</strong>tos<br />
g<strong>en</strong>erales de situaciones humorísticas. Chanzas, caricaturas,<br />
comedia, parodia, ironía, sarcasmo, sátira<br />
y chistes son géneros. La forma y frecu<strong>en</strong>cia de estos<br />
géneros dep<strong>en</strong>de de determinantes culturales y<br />
de contexto. Los com<strong>en</strong>tarios sobre cada uno de ellos<br />
son limitados, toda vez que mi propósito es despertar<br />
la conci<strong>en</strong>cia del lector sobre la riqueza y diversidad<br />
<strong>en</strong> el objeto del humor.<br />
Elem<strong>en</strong>tos g<strong>en</strong>erales del humor<br />
Comicidad<br />
Lo cómico puede ser definido como “todo incid<strong>en</strong>te<br />
que llama nuestra at<strong>en</strong>ción sobre algo físico de<br />
una persona cuando lo moral es lo importante” y<br />
como<br />
toda combinación de actos y de acontecimi<strong>en</strong>tos que<br />
nos produce, insertas una <strong>en</strong> otra, la ilusión de la<br />
vida y la s<strong>en</strong>sación de una disposición mecánica<br />
(Bergson, 1973, 50, 64).<br />
Lo cómico es una<br />
palabra que significa risible o divertido, pero como<br />
concepto no es fácil de definir. Kant <strong>en</strong>fatizó el ele-<br />
35