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SILICATACIÓN y FLUATACIÓN 167 se. empieza por frotadas con una brocha de grama o de alambre, si hiciere falta, para quitar la capa más gruesa de suciedad. Después se pasa, con una brocha ordinaria, el fluato de revoque a 10° Bé Y la piedra vuelve a tomar su color natural. El fiua to de revoque se expende en disolución a 40° Bé; para obtenerJo a 10°, basta diluirlo en tres veces su volumen de agua de . modo que se obtengan cuatro litros con uno solo. También existe el fluato de amoniaco que goza de la propiedad especial de no formar óxidos que coloreen la piedra. Como que es muy poco soluble no presenta grandes ventajas. En resumen: Para el endurecimiento simpleJ sin cambio de- color, las substancias más ventajosas son: el fluosilicato doble, el fiuosilicato de zinc que da mayor blancura, y el fluosilicato de magnesia. Para empapar rápidamente la piedraJ impermeabilizarla como pletamenteJ bruñirla y endurecerla instantáneamente: el fluosilicato de alúmina, que conviene emplear casi siempre a la terminación del trabajo. ' Para los efectos de coloraciónJ veremos después cómo se emplean otros fluosilicatos. Todas estas sales se introdujeron por primera vez en el mercado por Kessler, que descubrió los fluosilicatos de alúmina y de zinc, así como los fluosilicatos de magnesia, de alúmina y de cromo cristalizados. Alisadura y pulimento.- Una condición que debe tener todo procedimiento para endurecer la piedra, y que posee el de Kessler, es que dé a la piedra endurecida la misma apariencia que las piedras duras tienen, cuando se apomazan en seco. Las calizas blandas, casi siempre, son de granos gruesos poco apretados, que se desprenden cuando se trata de pulimentarlas; otras veces son cavernosas y, al cortarlas, dejan al descubierto cavidades donde se alojan los insectos, el polvo y algunas veces las vegetaciones. Para las que no tienen cavidades pero cuyo grano es poco tenaz, es suficiente, muchas veces, no apomazar la superficie sino después de un primer endurecimiento más o menos profundo, por ejemplo: al día siguiente de una impregnacipn de fluosilicato doble, o bien inmediatamente después de empapadas con fluato de alúmina. Si tienen oquedades, es menester taparlas. El nuevo procedimiento ofrece, para esto, un recurso muy particular. Basta rellenar los huecos con una pasta formada con detritus de la misma caliza, embebida en agua pura o con fluato preliminar (avant fluate), diluído en una o dos partes de agua y dejar secar; después, se dan rápidamente, con el auxilio de un pincel, varias capas de fluosilicato de concentración creciente. Se empieza con una diso-

168 OBRAS ACCESORIAS lución que no pase de 6° Bé Y se continúa con otras a 12, 20 Y 40°, hasta la completa imbibición. La única precaución que hay que tomar, durante esta operación, es que la piedra absorba instantáneamente el líquido cada vez que se da una mano, no permaneciendo en la superficie ni un momento, por lo menos durante las dos o tres primeras capas; de lo contrario, el ácido carbónico desprendido en el interior de la pasta que se ha aplicado, no encontrando suficiente 'salida por haber obstruído los poros el líquido en exceso, levantaría, desagregándola, la capa exterior ya endurecida. Por lo tanto, si se notase que el líquido no entra muy de prisa, se dejará secar la piedra antes de continuar. Una vez que el líquido ha penetrado a través de la pasta, hasta la piedra, ya no hay peligro de que se desprenda aquélla. El polvo depositado en los huecos llega a ponerse tan duro como la misma piedra fluatada y no se puede rayar con la uña. Basta apomazar la superficie de la piedra que se ha taponado para dejarla completamente lisa. En vez de formar una pasta para tapar los huecos superficiales I de la piedra, es ordinariamente más expedito humedecerla primero con una disolución a 12° de fluato preliminar y alisarla luego, con piedra pómez Q con un trozo de la misma piedra. La piedra pómez forma una pasta, con los productos del desgaste de la caliza húmeda, que. tapona los agujeros. La operación de alisadura exige un aprendizaje de visu) la del endurecimiento que le sigue también es delicada, por el peligro de desprendimiento. Se facilita utilizando el fluato preliminar, pero también se puede, con el mismo objeto y' sin recurrir a su empleo, agregar a los detritus de la piedra un poco de cal o de cemento, y endurecer luego por impregnación. En general, es de mejor efecto-por lo menos cu.ando la superficie de la piedra no se presenta de plano-dejar intactas las cavidades de dimensiones ordinarias y apomazar su exterior hasta que haya desaparecido toda rugosidad, completando después el endurecimiento. La alisadura debe hacerse en seco, después de una imbibición dada la víspera. PULIMENTo.-Para pulir se. impregna la superficie, una o dos veces, con fluosilicato ácido de alúmina, a 15°,Bé. Este puliment, no tiene el brillo de un barniz, pero es suficiente para el exterior, donde no sería estético un bri 110excesi vo; ~n el interior es fácil realizar el brillo por los medios conocidos y emplea- ~ dos para los mármoles. IMPERMEABILIZACIÓN. ~ De . . lo dicho sobre los silicatos alcalinos, se deduce que una piedra porosa que no se ha impermeabilizado más que en la superficie, se echa a perder si el agua llega a penetrar "

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lución que no pase de 6° Bé Y se continúa con otras a 12, 20 Y 40°,<br />

hasta la completa imbibición.<br />

La única precaución que hay que tomar, durante esta operación,<br />

es que la piedra absorba instantáneamente el líquido cada vez que se<br />

da una mano, no permaneciendo en la superficie ni un momento, por<br />

lo menos durante las dos o tres primeras capas; de lo contrario, el<br />

ácido carbónico desprendido en el interior de la pasta que se ha aplicado,<br />

no encontrando suficiente 'salida por haber obstruído los poros<br />

el líquido en exceso, levantaría, desagregándola, la capa exterior ya<br />

endurecida.<br />

Por lo tanto, si se notase que el líquido no entra muy de prisa,<br />

se dejará secar la piedra antes de continuar.<br />

Una vez que el líquido ha penetrado a través de la pasta, hasta<br />

la piedra, ya no hay peligro de que se desprenda aquélla.<br />

El polvo depositado en los huecos llega a ponerse tan duro como<br />

la misma piedra fluatada y no se puede rayar con la uña. Basta apomazar<br />

la superficie de la piedra que se ha taponado para dejarla<br />

completamente lisa.<br />

En vez de formar una pasta para tapar los huecos superficiales I<br />

de la piedra, es ordinariamente más expedito humedecerla primero<br />

con una disolución a 12° de fluato preliminar y alisarla luego, con<br />

piedra pómez Q con un trozo de la misma piedra. La piedra pómez<br />

forma una pasta, con los productos del desgaste de la caliza húmeda,<br />

que. tapona los agujeros.<br />

La operación de alisadura exige un aprendizaje de visu) la del<br />

endurecimiento que le sigue también es delicada, por el peligro de<br />

desprendimiento. Se facilita utilizando el fluato preliminar, pero<br />

también se puede, con el mismo objeto y' sin recurrir a su empleo,<br />

agregar a los detritus de la piedra un poco de cal o de cemento,<br />

y endurecer luego por impregnación.<br />

En general, es de mejor efecto-por lo menos cu.ando la superficie<br />

de la piedra no se presenta de plano-dejar intactas las cavidades<br />

de dimensiones ordinarias y apomazar su exterior hasta que haya<br />

desaparecido toda rugosidad, completando después el endurecimiento.<br />

La alisadura debe hacerse en seco, después de una imbibición dada<br />

la víspera.<br />

PULIMENTo.-Para pulir se. impregna la superficie, una o dos<br />

veces, con fluosilicato ácido de alúmina, a 15°,Bé.<br />

Este puliment, no tiene el brillo de un barniz, pero es suficiente<br />

para el exterior, donde no sería estético un bri 110excesi vo; ~n el<br />

interior es fácil realizar el brillo por los medios conocidos y emplea- ~<br />

dos para los mármoles.<br />

IMPERMEABILIZACIÓN. ~ De<br />

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lo dicho sobre los silicatos alcalinos,<br />

se deduce que una piedra porosa que no se ha impermeabilizado<br />

más que en la superficie, se echa a perder si el agua llega a penetrar<br />

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