r - Sociedad Española de Historia de la Construcción

LIBRO' IV, CAPíTULO VIII. 105
48 Dexo establecidas, segun me han sido enseíÍada~, todas las leyes
y proporciones de los Templos, y distinguidas sus ordenes y simetrías;
procurando declarar sus varias figuras y diferencias por estos escritos, del
mejor modo que me ha sido posible. Trataré ahora de las aras de los
Dioses inmortales 'l7, Y. de su propia y acomodada situacion para los sa- 'l7
.
crificios.
CAPíTULO
VIII.
De la situacion de las aras de los Dioses.
49 Las aras deben mirar al ~riente ~ , y siempre serán menos ele- 1
vadas que los simulacros qu~ hubiere en el Templo, para que los que
oran, y los que sacrifican, estando en diferentes elevaciones, y en reverencia
cada uno de su deidad, puedan veda sin embarazo. La diversidad
de sus altur~s será como se sigue: á Jupiter y demas Dioses celestiales
se harán elevadisimas ~ : á Vesta, á la Tierra y al Mar baxas; y siguiendo ~
esta regla. se logrará la propiedad en las aras: las quales se colocarán en
medio de los Templos 3.
3
50 Explicadas las proporciones de los Templos en este Libro, tratarémos
en el siguiente de la distribucion' de los edi.ficios públicos.
ARque
ciencias; pero un juicio racional y depurado nunca se
dcxa llevar del exemplo que se desvía de la verdad y se veneraba. Tambien resulta de aquí que los Tem-
plos no tenian puerta por aquella parte del p6stico, como
razon natural. La bella Archítectura, cuyas reglas estableció
la buena eleccion y gusto, siguiendo los pasos de . de la liramax;mll,6 altar principal, á cuya deidad es-
en tantos lugares he prevenido. Esta ley se entiende solo
la simple natUraleza, no debe padecer vicio por la ignorancia
taba dedicado el Templo; pero en las capillas que se
ó capricho de uno á otro Architecto, como llamaban lIedi,ulile, habia regularmente otras deidades
no le padece ninguna de las otras artes por culpa de sus Con sus aras.
profesores. Siempre fue, es, y será mayor el numero de 2 En piso eminente sobre algunas gradas; )' al contrario
de las de Vesta, de la Tierra, del Mar &c. Estos
los ignorantes y presumidos, que el de los habiles y prudentes;
y para desgracia de las bellas artes, casi siempre Dioses celestiales se llamaban Cosentes: eran doce, seis
los ignorantes prevalecen con sus mañas é intrigas á los hembras, y seis varones. El Poeta Ennio los comprendi6
sabios. Buen testigo es Vitruvio, que aunque modestisimo
en estos dos versos:
y lleno de integridad, no pudo menos de quexarse 1uno, Vesta, Minerv", Ceresque,Diana, Venus,Mllrs,
de ello repetidas veces, singularmente en el Proemio del 1der,urius, 10v;s, Neptu/lus, Vulcan"s, .Apollo.
Libro 111. Pero este no es lugar de llevar mas adelante 3 Los códices MSS. van discordes en estas ultimas
esta materia, sobradamente s~bida de todos) y aun palabras, en la situacion ó lugar de las aras. Unos tienen
tocada por experiencia. ,
,nedietat;onibus, y otros meditAtionibus.En los textos de
27 En uno de los códices Vaticanos, despues de las locundo ya se lee med;is aedibus;y hay lugar para sospechar
que esta eorreccion fue de ingenio, y no toma-
palabras Deorum inmortAlIum,se leen en el mismotexto
la~-siguientes: i,!,o ~tius demonum, las quales. no es posible
da de códices. Yo tengo por legitima la leccion medi-
sean de Vltruvlo, por no hallarse en mngun otro tAtionibus,con que quiso Vitruvio significar la congruenda
códice, ni convenir con el gentilismo que Vitruvio profesó,
cia de rito que debia procurar el Architecto para situar
siendo Romano, y habiendo muerto antes de la las aras de los Dioses, segun pedian los atributos, esencia
venida de Christo. Fueron sin duda intercaladas por algun
copista neciamente pio , que con buen zeló, aunles
creían en cada deidad. Este modo de explicarse no .
cia , ó efectos naturales 6 sobrenaturales, que los gentique
indiscreto, quiso introducir en un libro de un gentil
es nUevoen Vitruvio, y sería faeilcitar muchassinteses
palabras de Christiano. Asi, no es de maravillar que semejantes. De lo que dixe en la Nota 1 se sigue que
los que ilustran é interpretan los autores antiguos se vean la com:ccion in med;is Aedibus es muy dudosa: sin embargo
podria recibirse entendiendo por ello, no el medio
muchas veces necesitados á corregir y enmendar algunas
cosas evidentemente falsas, 6 que por buenas conjeturas del Templo en longitud y latitud, que sería el centro,
se demuestran tales, 6 con vehemente sospecha de ser. sino el medio solo en latitud; pero cerca de la pared
intrusas por negligencia 6 malicia de copiantes) antes de
la invencíon de la imprenta.
t E~to es. se situab:1.Oal cabo del Templo que mirá
al oriente) segun diximos Cap. S) delante de la deidad
del p6stico, segun acostumbramos situar el altar mayor
en las Igltsias. O bien podria entenderse de los Templos
hypetros, en que parece natural se colocasen las aras en
medio del descubierto, por tener puerta en ambos cabos
j y acaso
tambien de los redondos con ceUa.
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