Aurelio Castrillo, ilustre músico bilbaino

mayo de 2005 Bilbao 31
El próximo año se cumple el centenario de su nacimiento
Aurelio Castrillo, ilustre músico bilbaino
Karmelo Errekatxo
AURELIO Castrillo fue un músico
total. Este bilbaino nacido
en 1906, además de ser un excelente
pianista, dotado por naturaleza
de una gran musicalidad,
alcanzó como profesor un nivel
extraordinario. Quienes escucharon
sus trabajos pianísticos y
de cámara exaltaron su faceta de
intérprete. En el campo docente,
fue catedrático del Conservatorio
Juan Crisóstomo Arriaga, al
que accedió en 1943. Creó una
escuela de la que surgieron algunos
de los mejores pianistas
que por entonces dio Bilbao:
Achúcarro, Emma Jiménez, Isabel
Picaza, Ibarra y muchos que
hoy son profesores en el Conservatorio
bilbaino.
Fue en esta misma institución
donde dio sus primeros pasos.
Por aquel entonces, asistía al
histórico edificio de la calle
Santa María. Sus profesores
fueron Derteano, Füster y Marsick,
director del Conservatorio
y de la Orquesta Sinfónica. Finalizada
su carrera con un Primer
premio con distinción bajo
el brazo, marchó a París a perfeccionarse.
Allí fue alumno de
la gran pianista francesa Marguerite
Long. Ésta en 1930, en
carta autógrafa, elogiaba las dotes
musicales de su discípulo
bilbaino en la prestigiosa Ecole
parisina del número 18 de la
Rue Fourcroy. Llegó a tocar en
la Sala Gaveau de la capital
francesa.
Entre sus primeras actuaciones
profesionales figura el recital
dado en la Sala de la Filarmónica
bilbaina, en febrero de
1927, a beneficio del “Sr. Castrillo
para ampliar sus estudios
en París”. Dos años después, en
el madrileño Teatro de la Comedia,
el “joven bilbaino Aurelio
Castrillo... para perfección de
sus estudios en París y otras capitales
europeas” ofreció una
Castrillo, un gran músico y pedagogo
Boceto del
Trío de
Cámara de
Bilbao
actuación sobre la que el crítico
y musicólogo Adolfo Salazar escribió:
“sus versiones son modelo
de respeto y seriedad”. Este
mismo recital fue repetido en la
Filarmónica de Bilbao doce días
más tarde. En la misma sala bilbaina,
con la Filarmónica de
Madrid dirigida por Pérez Casas,
interpretó Tres movimientos
de Petrushka, de Stravinsky.
A partir de entonces Castrillo
comienza, siempre con éxito,
una carrera de pianista por las
más importantes ciudades españolas.
En marzo de 1933 actuó
nuevamente en la Filarmónica,
en esta ocasión con la Sinfónica
de Bilbao y Arambarri. Como
ocurrió en todos los campos de
la vida social y artística, la Guerra
Civil truncó la carrera musical
de quien ya era un pianista
de renombre. En los difíciles
años posteriores a la toma de
Bilbao, en 1938, con Jenaro Morales,
concertino de la Orquesta
bilbaina, interpretó en la Filarmónica
un recital de sonatas. Un
poco después, con el violonchelista
Gabriel Verkos se formó el
Trío de Cámara de Bilbao que
fue uno de los conjuntos camerísticos
de mayor prestigio en toda
España. En 1943 el grupo
obtuvo el Primer Premio Nacional
de Música.
Los componentes del trío,
además de cumplir con sus tareas
didácticas, practicaban música
en muy diferentes cometidos.
Castrillo era requerido por intérpretes
vocales e instrumentales
por ser un gran acompañante
de cámara; “acompañó con una
delicadeza y encanto inimitables”,
escribió Martínez en el
periódico Hierro en 1943, con
motivo del concierto de la mezzo
bilbaina Lidia Ibarrondo en
la Filarmónica. Gorostidi, con
respecto al mismo programa
El músico era requerido por los
intérpretes por ser un gran
acompañante de cámara
ofrecido en el Victoria Eugenia
de San Sebastián, destacó el trabajo
del pianista como el del un
“ideal colaborador”.
En 1947, en el Palacio de la
Música de Madrid, con la Orquesta
Nacional y dirección de
Argenta estrenó el Concierto
vasco, op. 51, del baracaldés
Rodrigo A. De Santiago, premiado
en el Concurso Nacional
de 1942. El crítico Fernández
Cid en aquella ocasión escribió:
“Castrillo puso a contribución de
su empresa solista las excelentes
dotes musicales y técnicas que
hacen de él un pianista ilustre”.
A propósito de la misma actuación
el compositor Joaquín Rodrigo
dijo: “sirvió para demostrarnos
a un pianista de positivos
méritos, excesivamente modesto”.
Fue, como recuerdan su hijo
José Antonio y su esposa Guillermina,
ambos discípulos del
padre, un gran pedagogo. Hasta
muy mayor gustaba de improvisar
al piano. Por su carácter serio,
introvertido, tímido, le gustaba
escuchar más que hablar,
como hacer música compartida
más que en solitario. Fue amigo
de casi todos los músicos de su
tiempo, desde Escudero a Arambarri.
Por defender a un profesor
del Conservatorio contra el criterio
de Pírfano, entonces director
de la institución, fue despedido,
aunque readmitido con la marcha
de quien no dejó muy buen
recuerdo de su trabajo al frente
del Conservatorio. Como comentó
una persona que lo conoció
muy a fondo, “fue el profesor
de piano por excelencia en la capital
vizcaina”.
El próximo año se cumple su
centenario. Bien merece un recuerdo
y homenaje este bilbaino
ilustre que no tuvo más defecto
que ser un artista de carácter tímido.
Discografía vasca
K. E.
Ría Nervión IV. 15 obras del
cancionero popular bilbaino,
una de ellas de origen alemán.
Cinco corales vizcainas y un
otxote. LCD-109.
Cuarto y último disco de la destacada
serie ‘Ría Nervión’, Santurtzitik
Bilbora. Abesbatzak
Abesten. El ideólogo de esta colección,
Agustín Velasco, promotor
y colaborador de los discos,
puede estar seguro de que, a pesar
de algunas críticas, –por cierto,
estériles– esta antología ha supuesto
una contribución al mantenimiento
del rico caudal de la música
tradicional, en este caso concreto
relacionada con ambas márgenes
de la Ría bilbaina. Y si es
una gran verdad que la música es
una faceta cultural de un país, olvidarla
sería silenciar parte de su
cultura.
En total, la serie completa tiene
una duración de 4 horas y 20 minutos
de grabación musical, que
recoge 64 canciones, de las cuales
37 estaban compuestas anteriormente;
las 27 restantes, creadas
con motivo de esta colección, han
sido armonizadas por diez compositores
de Euskadi de reconocido
prestigio.
La discografía está a disposición
de los aficionados y profesionales
que así lo deseen. El acceso
a ella puede realizarse contactando
con cualquiera de las
diez corales que han intervenido
en las interpretaciones: Biotz
Alai, Jatorki, Otxote Danok Bat,
Ondarreta, San Antón, Santa Lucía,
Schola Cantorum, Abeskideak,
Orfeón de Sestao y Deustoarrak.
En las 15 obras de este último
CD, en su mayoría populares bilbainas,
han intervenido como armonizadores
los compositores
Cordero Castaños, Aragües Bernad,
Gorostiza y Egaña, Zölten y
Arregui, Enfadaque, Hurtado de
Saratxo, Intxausti y Salaberri.
Bilbaoko Udal Txistu Banda.
Obras para banda de txistu,
cuarteto de cuerda, txistu y
acordeón y grupo folk. Bilbao
Musika. ZC–372.
Dentro de sus múltiples actividades,
Bilbaoko Udal Txistu Banda,
presenta a través de este CD
una muestra de su extensión musical,
que abarca diferentes aspectos
relacionados con la música y danza
de la Villa y que tienen su centro
dinamizador y de estudio en
BilbaoMusika. Desde hace tres
años, este organismo aglutina a la
Banda Municipal de Música y de
la propia de txistularis, ocupándose
además de la Escuela Municipal
de Música. En este disco encontramos
dos obras tradicionales, una
de Ansorena y otra de Sorozabal
para banda de txistu; una fusión de
txistu y cuarteto de cuerda que firma
Jabier Ituarte, titulada Aire Zahar
bat y que resulta un curioso
trabajo de música de cámara. La
música contemporánea tiene presencia
a través de Honai, de H. Estremiana.
El repertorio de danza
tradicional cuenta con una jota y
arin-ariña arreglados por X. Bikandi,
director de BilbaoMusika.
De E. Basurto y J.J. Cestona son
dos logrados solos de txistu. Concluyen
la grabación dos estupendas
muestras a cargo de la Agrupación
Folk, de Phil Cunninghan la
primera y otra popular arreglada
por A. Furundarena.
Los profesionales e interesados
en estas grabaciones pueden contactar
con amaiabilbao@bilbaomusika.net.