La SabidurÃa del Ser 43 - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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Revista Sabiduría <strong>del</strong> <strong>Ser</strong> No. <strong>43</strong><br />
www.samaelgnosis.net<br />
Yum Cimil “El amo de la muerte”<br />
YUM CIMIL “El amo de la muerte”, se<br />
acostumbraba llamarlo también con el nombre de AH<br />
PUCH (ser malévolo asociado con la guerra y los<br />
sacrificios) lo representaban con la cabeza y el cuerpo<br />
algo descarnados, el vientre hinchado y con manchas<br />
de la descomposición <strong>del</strong> cuerpo, en la mitología maya<br />
es el dios y rey de Xibalbá (el inframundo). Como<br />
adorno lleva unos cascabeles y ojos de muerto en el<br />
pelo, las muñecas y los tobillos. Era considerado jefe de<br />
los demonios y reinaba sobre el más inferior de los<br />
nueve mundos subterráneos, sus compañeros son el<br />
perro, el ave mohán y la lechuza, considerados como<br />
criaturas de mal agüero y de muerte. Otros dioses<br />
asociados también a la muerte tienen en la mejilla el<br />
signo parecido a % y el ojo de muerto. El dios Jaguar y<br />
los Bolontikú (9 señores de la noche) complementan<br />
este grupo de dioses asociados con la muerte, no solo<br />
<strong>del</strong> cuerpo físico y los estados post-mortem, sino<br />
también con la muerte de nuestros agregados<br />
psicológicos.<br />
Estos Dioses de la muerte, con sus elementos y adornos, solamente son una<br />
representación de esta etapa final de la vida y a la que todos tendremos que enfrentarnos en<br />
algún momento, empero en el aspecto interior son seres infinitamente misericordiosos que<br />
trabajan de acuerdo a leyes naturales y cósmicas, cumplen con un papel que les es<br />
asignado; tienen a su servicio a los Ángeles de la muerte quienes son los encargados de<br />
desconectar el alma <strong>del</strong> cuerpo físico y nos pueden guiar en los estados post-mortem,<br />
mientras que los Ángeles de la Vida trabajan conectando la vida al óvulo fecundado.<br />
En otro aspecto también son partes <strong>del</strong> <strong>Ser</strong> que se encargan de instruirnos en los<br />
procesos íntimos de la muerte de los defectos de tipo psicológico, el hecho de declarar la<br />
guerra al ego que cargamos dentro, implica que estemos en estado de alerta en todo<br />
momento, tenemos que pasar muchas veces noches tenebrosas, noches de combates contra<br />
aquellos enemigos de nuestro <strong>Ser</strong> y de nuestra Madre Divina, ellos son los señores de<br />
Xibalbá, tal y como afirma la mitología maya, sin embargo, el ego es una tremenda realidad<br />
que vivimos de instante en instante. Su figura está asociada frecuentemente con el dios de la<br />
guerra y de los sacrificios humanos: necesitamos salir victoriosos en las guerras internas<br />
contra nuestros enemigos ocultos.<br />
Los mayas creían en la inmortalidad <strong>del</strong> alma y en una vida póstuma y según su forma<br />
en que había vivido el difunto, era recompensado o castigado de acuerdo a sus obras<br />
después de la muerte. Si sus obras buenas excedían a las malas, iba de vacaciones a los<br />
paraísos elementales de la naturaleza, si sus malas acciones excedían a las buenas, eran<br />
enviadas esas almas a los mundos subterráneos donde reinaban los señores de Xibalbá, un<br />
lugar de tormentos, de sufrimientos y de dolor. Sus mensajeros eran las lechuzas.<br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> 11