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Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

sangre de Berthach (¿el Adán gaedhélico?) , el infatigable, el fundador de <strong>la</strong> Ceinne<br />

primitiva" 63 .<br />

A nadie mendigaron paz los Tuatha, ni prestaron jamás el más mínimo vasal<strong>la</strong>je... El<br />

valeroso ejército de ellos arrolló como un alud al de los Formo-orionzs, entre los gritos de<br />

dolor y de rabia de estos últimos.<br />

"He aquí los más gloriosos caudillos Tuatha..." (los describe uno por uno, como a<br />

verdaderas gentes cainitas de irresistible y mágico poder). "He aquí también el desdichado<br />

fin de a<strong>que</strong>l gran pueblo <strong>que</strong> desapareció para siempre de <strong>la</strong> tierra a los ojos de los mortales<br />

cuando <strong>la</strong>s aguas del diluvio lo invadieron todo..."<br />

Llegado a este punto, el poema de O'Flinn se en<strong>la</strong>za fueron otros fragmentarios publicados<br />

en <strong>la</strong>s Transations of Ossianic Society (volumen 1, pág. 49), donde se describe otra de <strong>la</strong>s<br />

batal<strong>la</strong>s, <strong>la</strong> de Gabhra, con el terrible encuentro entre Oscar y Cairpre, los respectivos<br />

caudillos, encuentro <strong>que</strong> parece uno de los pasajes más culminantes de <strong>la</strong> Ilíada: el desafío<br />

entre Héctor y Aquiles. Cántanse también en estos poemas, como otros tantos lugares<br />

sagrados, <strong>la</strong>s tumbas en <strong>que</strong> reposan los caudillos vencidos <strong>que</strong> cayeron bajo <strong>la</strong> Espada<br />

Mágica de a<strong>que</strong>llos "Sigfredos-Tuathas" análogos al héroe humano inmortalizado por<br />

Wágner, y, en fin, se nos hab<strong>la</strong> simbólicamente en estos términos de <strong>la</strong> gran catástrofe<br />

at<strong>la</strong>nte <strong>que</strong> arrebató a los Tuatha de <strong>la</strong> vista de los hombres mortales (Book of Ballymote;<br />

fols. 279 y 280):<br />

"...Dagda-Morias, el buen Dios grande, el divino Fuego, hermano de Ogma (o Ma-go) , el<br />

inventor de <strong>la</strong> escritura de los ogams-craobs, tuvo por hija a Brígida 64 , diosa <strong>que</strong> fué de <strong>la</strong><br />

Poesía, <strong>la</strong> Elocuencia, <strong>la</strong> Medicina, <strong>la</strong> Música, <strong>la</strong> Astronomía y <strong>la</strong> Alquimia. Para beneficiar<br />

Brígida a su desdichado hijo Avagg-dolly, enclen<strong>que</strong> y raquítico -"el hijo de Eva", como si<br />

dijéramos; <strong>la</strong> pobre y desvalida humanidad física y mortal-, le quiso enri<strong>que</strong>cer con dotes<br />

intelectuales y morales o mágicas <strong>que</strong> oscureciesen sus defectos físicos, y al efecto le<br />

preparó una gran Caldera Mágica, donde "el agua viva de <strong>la</strong> inspiración" hirvió durante un<br />

año y un día ininterrumpidos, para poder obtener con el<strong>la</strong> tan sólo tres gotas del bendito Elixir<br />

<strong>que</strong> da <strong>la</strong> inmortalidad. Gwion el chico, hijo del poeta de <strong>la</strong> Tierra del Descanso, y, por<br />

consiguiente, un jina, probó de a<strong>que</strong>l<strong>la</strong> agua con su dedo, adquiriendo el don de <strong>la</strong><br />

c<strong>la</strong>rividencia y de <strong>la</strong> profecía, lo <strong>que</strong> le permitió huir de <strong>la</strong> gran catástrofe <strong>que</strong> preparaba a los<br />

hombres <strong>la</strong> perversidad de Ceridwin, vo<strong>la</strong>ndo a su patria nativa; pero en el momento mismo<br />

de <strong>la</strong> hazaña de Gwion el jina, el resto del líquido de <strong>la</strong> caldera se derramó por toda <strong>la</strong> tierra,<br />

dando lugar al Diluvio... Desde entonces <strong>la</strong>s gentes jinas de los Tuatha de Danand, dicen los<br />

textos citados, desaparecieron de <strong>la</strong> Tierra de Erinn para vivir en el encantado Reino de <strong>la</strong>s<br />

Hadas (reino de <strong>la</strong> imaginación, o de faery), pero ellos no murieron, por<strong>que</strong> no podían morir,<br />

sino <strong>que</strong>, por causa del veneno de <strong>la</strong> caldera -el pecado de Adán o de los adantes-, siguen<br />

viviendo en los rath sepulcrales, en el tarn de <strong>la</strong> montaña, en los pagos o recintos benditos<br />

63 Hay un viejo libro <strong>que</strong> podemos denominar de El judío errante, y es el <strong>Libro</strong> del destino de los hijos de Tuirin, o sea <strong>la</strong><br />

gente so<strong>la</strong>r, <strong>la</strong> gente jaina, puesto <strong>que</strong> Tuyria es uno de los mil nombres arios del Sol. Dicho códice bárdico es uno de los<br />

muchos códices ir<strong>la</strong>ndeses reeditados en <strong>la</strong> Edad Media <strong>que</strong> se conservan en varias Bibliotecas de Ir<strong>la</strong>nda y <strong>que</strong> se<br />

enumeran en el capítulo VII de De gentes del otro mundo, donde puede verlo por extenso el curioso lector.<br />

Hay también, entre otras, una notable leyenda acerca del errante judío (pueblo, más bien <strong>que</strong> hombre), y es <strong>la</strong> de El<br />

ho<strong>la</strong>ndés errante, <strong>que</strong> sirviera a Wágner para argumento de su drama musical El bu<strong>que</strong> fantasma (tomo III de <strong>la</strong> Biblioteca<br />

de <strong>la</strong>s Maravil<strong>la</strong>s, cap. VII). En efecto, como allí se dice, <strong>la</strong> doctrina jaina primitiva, o de <strong>la</strong> Buena Ley, tiene <strong>que</strong> caminar<br />

siempre errante por el mundo, ocultando, como Helias o Lohengrin, "su patria y su nombre", mientras no caen sus<br />

enseñanzas en gentes leales, capaces de guardar<strong>la</strong>s y enaltecer<strong>la</strong>s.<br />

64 Siempre <strong>la</strong> radical sánscrita brig, de <strong>la</strong> <strong>que</strong> antes nos ocupáramos, como base de tantos nombres sánscritos y<br />

occidentales re<strong>la</strong>cionados con el concepto de <strong>la</strong> idea, <strong>la</strong> luz, el germen <strong>que</strong> se extiende".<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 99 www.samaelgnosis.net

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