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Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

CAPÍTULO VII. PABLO, EL INICIADO CRISTIANO37<br />

El "Apóstol de <strong>la</strong>s gentes", según el P. Scio. de San Miguel. - Saulo y su maestro Gamaliel. - Una opinión del<br />

profesor Wider. - Pablo, ciudadano romano y adorador de "El Dios Desconocido", de los griegos. - Pablo y el<br />

"Velo" religioso mosaico. - Pablo, cabalista. - Las "Potestades del Aire" y sus luchas contra el candidato a <strong>la</strong><br />

Iniciación. - Pablo y "<strong>la</strong> cárcel" de P<strong>la</strong>tón. - Dualismo cruel del hombre mientras en <strong>la</strong> Tierra habita. - El<br />

"lenguaje de Sabiduría" hab<strong>la</strong>do entre los "perfectos". - La promesa de <strong>la</strong> resurrección. - Pablo y <strong>la</strong>s doctrinas<br />

de Oriente. - El Dios interior nos ha de resucitar. - Otras enseñanzas iniciáticas del Apóstol. - El encuentro en el<br />

camino de Damasco. - "Apostasía" y "anastasis". - Lo <strong>que</strong> sobre todo esto dice <strong>la</strong> Maestra H. P. B.<br />

Leyendo con <strong>la</strong> atención <strong>que</strong> el<strong>la</strong>s merecen <strong>la</strong>s sublimes enseñanzas iniciáticas transcritas<br />

en el capítulo anterior, acerca de <strong>la</strong> verdad, al par <strong>que</strong> de <strong>la</strong> mentira de <strong>la</strong> muerte física, no<br />

podemos menos de preguntamos: ¿Quién es ese hombre sublime, ese Apóstol de <strong>la</strong>s<br />

gentes, <strong>que</strong> con tan sabia gal<strong>la</strong>rdía se expresa respecto al problema más hondo <strong>que</strong> desde<br />

luengos siglos avasal<strong>la</strong> a <strong>la</strong>s mentes de los hombres no iniciados en <strong>la</strong> Antigua Sabiduría?<br />

¿Quién es ese eximio cristiano <strong>que</strong> de tan prodigiosa manera nos hace retornar <strong>la</strong> vista hacia<br />

los misterios, aparentemente perdidos, <strong>que</strong> antes fuesen el alimento espiritual de esos<br />

pueblos gigantes <strong>que</strong> se han l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong><br />

Ario-India, <strong>la</strong> Persia, el Egipto, <strong>la</strong> Grecia primitiva, y de otros, aún más antiguos, de los <strong>que</strong><br />

<strong>la</strong> historia vulgar ya no tiene ni memoria siquiera?<br />

Un libro como el presente, <strong>que</strong> trata, simbólicamente, del problema de "<strong>mata</strong>r a <strong>la</strong> muerte",<br />

al tenor de <strong>la</strong>s frases mismas de <strong>la</strong> citada Epísto<strong>la</strong> primera de San Pablo a los de Corinto,<br />

tiene <strong>que</strong> otorgar por fuerza al gran Iniciado de Tarso una atención especial.<br />

Saulo, después Paulo o Pablo, nació de padres judíos, en Tarso de Cilicia -dice <strong>la</strong><br />

advertencia general sobre <strong>la</strong>s epísto<strong>la</strong>s de San Pablo del Padre Scío de San Miguel 38 -.<br />

37 Estamos bien seguros de <strong>que</strong> <strong>la</strong>s doctrinas <strong>que</strong> exponemos en este capitulo habrán de producir honda emoción en los<br />

espíritus verdaderamente rehgiosos, a<strong>que</strong>llos efectivos "católicos" <strong>que</strong> han sentido <strong>la</strong>tir místicamente en su pecho al Cristo<br />

Interior de <strong>que</strong> el Apóstol nos hab<strong>la</strong>. Pero como, por desgracia, no faltan tampoco espíritus timoratos y gazmoños,<br />

partidarios de <strong>la</strong> letra <strong>que</strong> <strong>mata</strong>, hombres seudorreligiosos en fin, <strong>que</strong> desearían encerrado todo en sus moldes cretinos y <strong>que</strong><br />

quisieran en vano ir en contra de alguna de nuestras religiosas manifestaciones, protestamos, de una vez para siempre en <strong>la</strong>s<br />

páginas de este libro, del pleno derecho científico <strong>que</strong> les asiste para examinar noblemente todas estas cuestiones a <strong>la</strong> luz de<br />

una filosofía sincera, no de otro modo como, a vueltas de mil dimes y diretes, le tuvieron según <strong>la</strong> misma Iglesia, Galileo<br />

para afirmar <strong>la</strong> rotación de <strong>la</strong> Tierra, a despecho de lo <strong>que</strong> los pacatos atribuían a Josué; Copérnico y Kepler para defender el<br />

Sistema del Mundo y fijeza del Sol contra los <strong>que</strong> a título falsamente religioso se le <strong>que</strong>rían oponer y Colón, en fin, para<br />

sostener <strong>la</strong> existencia del continente americano contra todos los ignorantes teólogos de <strong>la</strong> Junta de Sa<strong>la</strong>manca.<br />

Somos teósofos por encima, no en contra de <strong>la</strong>s religiones vulgares, y nos atenemos sólo al lema teosófico <strong>que</strong> dice:<br />

Satyah nasti paro dharma, no hay religión más elevada <strong>que</strong> <strong>la</strong> Verdad.<br />

Siempre será aplicable a <strong>la</strong> necedad del mundo, necedad <strong>que</strong> quiere someterlo todo al lecho de Procusto de sus prejuicios,<br />

a<strong>que</strong>llo <strong>que</strong> nos enseña Quevedo en su Epísto<strong>la</strong> satírica y censoria contra <strong>la</strong>s costumbres presentes en los castel<strong>la</strong>nos<br />

(Versos 4 al 6) .<br />

"¡No ha de haber un espíritu valiente'<br />

¡Siempre se ha de sentir lo <strong>que</strong> se dice'<br />

¡Nunca se ha de decir lo <strong>que</strong> se siente?'<br />

38 El profesor A. Wilder, en su artículo Pablo, el fundador del Cristianismo, dice con viva intuición <strong>que</strong> en <strong>la</strong> persona de<br />

Aher, <strong>que</strong> figura en el Talmud o tradición de los hebreos, se reconoce c<strong>la</strong>ramente al Apóstol Pablo. "En efecto: éste parece<br />

haber sido reconocido bajo diversos nombres. Se le l<strong>la</strong>mó Saul a causa de su visión re<strong>la</strong>tiva al Paraíso; Sheol, del nombre<br />

hebreo del otro mundo, y Paul (Pablo) como apodo equivalente a hombre pe<strong>que</strong>ño. Su verdadero nombre jurídico no era el<br />

de Aher sino el de Elisha ben Abriah, pues <strong>que</strong> Aher u other (otro) es un epíteto empleado en <strong>la</strong> Biblia para designar a <strong>la</strong>s<br />

personas ajenas a <strong>la</strong> política judía, y le fué aplicado por haber extendido su ministerio apostólico a los gentiles".<br />

De todos estos nombres sacaremos el debido partido más ade<strong>la</strong>nte, al ocuparnos de los jinas.<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 75 www.samaelgnosis.net

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