Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
<strong>que</strong> en punto a tales cuestiones existe siempre entre iniciados y profanos:<br />
"Yo, hermanos, no os puedo hab<strong>la</strong>r como a hermanos espirituales, sino como a hombres<br />
carnales, como a verdaderos párvulos de Cristo; por<strong>que</strong>, habiendo aún envidias y contiendas<br />
entre vosotros, ¿no es así <strong>que</strong> todavía sois carnales y andáis según el hombre? Por eso os<br />
di a beber leche- y no vianda... Como sabio arquitecto, eché el cimiento para <strong>que</strong> otros<br />
edifi<strong>que</strong>n sobre él... ¿No sabéis <strong>que</strong> sois templo de Dios, y <strong>que</strong> el espíritu de Dios mora en<br />
vosotros?"<br />
Semejante lenguaje de Pablo no es otro <strong>que</strong> el empleado por Jesús hab<strong>la</strong>ndo de los<br />
Misterios iniciáticos o Reino de los Cielos, como es fácil ver consultando el capítulo XIII del<br />
Evangelio de San Mateo, donde se dice exactamente lo mismo, después de exponer <strong>la</strong><br />
hermosísima parábo<strong>la</strong> del sembrador, parábo<strong>la</strong> <strong>que</strong>, por resultar perfectamente aplicable a <strong>la</strong><br />
semil<strong>la</strong> <strong>que</strong> <strong>que</strong>remos sembrar con este libro, nos será permitido reproducir:<br />
"1. En a<strong>que</strong>l día saliendo Jesús se sentó en <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> del mar. 25 - 2. Y se llegaron a él<br />
muchas gentes, por manera <strong>que</strong> entrando en un barco se sentó en él, <strong>que</strong>dando toda <strong>la</strong><br />
gente en <strong>la</strong> ribera. 26 3. Y les habló muchas cosas por parábo<strong>la</strong>s, diciendo: "He aquí <strong>que</strong> salió<br />
un sembrador a sembrar. - 4. Y cuando sembraba, cayeron algunas semil<strong>la</strong>s junto al camino<br />
y vinieron <strong>la</strong>s aves del cielo y se <strong>la</strong>s comieron. - 5. Otras cayeron en lugares pedregosos en<br />
donde no tenían mucha tierra, naciendo al punto por lo mismo <strong>que</strong> no tenían tierra profunda.<br />
- 6. Mas, en saliendo el sol, se secaron y <strong>que</strong>maron por<strong>que</strong> no tenían raíz. - 7. Otras cayeron<br />
entre espinas y, creciendo <strong>la</strong>s espinas, <strong>que</strong>daron ahogadas. - 8. Y otras, cayendo en tierra<br />
buena, rindieron, al fin, su fruto: una a ciento, otra a sesenta y otra a treinta. - 9. El <strong>que</strong> tenga<br />
oreja para oír, <strong>que</strong> oiga. - 10. Mas, los discípulos, llegándose a él, le dijeron: "¿Por qué les<br />
hab<strong>la</strong>s por parábo<strong>la</strong>s?" - 11. A lo <strong>que</strong> el Maestro les respondió: "Por<strong>que</strong> a vosotros tan sólo<br />
os es dado el saber los misterios del Reino de los Cielos, cosa <strong>que</strong> aún no es dado a ellos. -<br />
12. Pues al <strong>que</strong> tiene, a ése se le dará y tendrá más, pero al <strong>que</strong> no tiene, aun lo <strong>que</strong> tiene se<br />
le quitará. - 13. Por eso les hablo por parábo<strong>la</strong>s, por<strong>que</strong> viendo, no ven, y oyendo, no oyen ni<br />
entienden. - 14. Cumpliéndose en ellos <strong>la</strong> profecía de Isaías <strong>que</strong> dice: vuestro oído .oirá, y no<br />
entenderéis, y vuestro ojo verá, y no veréis. 27 - 15. Por<strong>que</strong> el corazón de este pueblo se ha<br />
hecho más grosero y ha cerrado sus ojos para no ver, y tapado sus orejas para no oír, y<br />
apartado de mí su corazón para no ser convertidos y sanados. 28 - 16. Mas, bienaventurados<br />
vuestros ojos, por<strong>que</strong> ya ven, y vuestros oídos, por<strong>que</strong> ya oyen.17. Vosotros, pues, oíd <strong>la</strong><br />
pa<strong>la</strong>bra del <strong>que</strong> siembra. -18. Cualquiera <strong>que</strong> escucha <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra del reino de Dios y no <strong>la</strong><br />
entiende, viene el malo y arrebata lo <strong>que</strong> se sembró en su corazón: éste es el <strong>que</strong> fué<br />
sembrado junto al camino. -19. Mas el <strong>que</strong> fué sembrado sobre <strong>la</strong>s piedras, éste es el <strong>que</strong><br />
oye <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, y por el pronto <strong>la</strong> recibe con gozo. - 20. Pero no tiene en sí raíz, antes es de<br />
poca duración, y cuando le sobreviene tribu<strong>la</strong>ción y persecución por <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, se<br />
escandaliza luego. - 21. Y el <strong>que</strong> fué sembrado entre espinas, éste es el <strong>que</strong> oye <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra,<br />
pero los cuidados de este siglo y el engaño de <strong>la</strong>s ri<strong>que</strong>zas ahogan <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y <strong>que</strong>da<br />
infructuosa. - 22. Y el <strong>que</strong> fué sembrado en tierra buena, éste es el <strong>que</strong> oye <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra y <strong>la</strong><br />
25 Es decir, se puso a predicar como el Oanes o Dagón caldeo desde <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> del mar. Para los demás detalles re<strong>la</strong>tivos al<br />
origen y simbolismo de este gran Instructor, véanse los extractos de Beroso <strong>que</strong> han llegado hasta nosotros.<br />
26 Esto, por supuesto, es puro símbolo. Se trata aquí de <strong>la</strong> eterna nave <strong>que</strong>, cual <strong>la</strong> de Lutecia, "fluctúa, pero no le sumerge".<br />
Acerca de esta nave emblemática <strong>que</strong> flota sobre <strong>la</strong>s aguas astrales de <strong>la</strong> destrucción y del pecado, existen multitud de mitos<br />
en todos los países.<br />
27 Esto es, a nuestro juicio, una alusión directa al gran pecado de <strong>la</strong> caída de <strong>la</strong> Atlántida, al perder el hombre el uso del<br />
tercer ojo: el ojo de <strong>la</strong> intuición y de <strong>la</strong> doble vista. Los detalles re<strong>la</strong>tivos a esta terrible transformación. A partir de <strong>la</strong> cual<br />
somos aquí abajo verdaderos ciegos, con ojos <strong>que</strong>, viendo no ven, pueden leerse en <strong>la</strong>s páginas 373 y siguientes de nuestro<br />
libro De gentes del otro mundo.<br />
28 He aquí una coincidencia perfecta con el famoso mito de Isabeau, Isabel o Isis <strong>la</strong> Hermosa, <strong>que</strong> describimos en <strong>la</strong><br />
Introducción de esta BIBLIOTECA: (Véase Hacia <strong>la</strong> Gnosis: Ciencia y Teosofía).<br />
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