Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
esta divina excelencia, tenía <strong>que</strong> pasar por varios estados -los rupa-lokas o mundos de <strong>la</strong><br />
forma hindúes-. La metempsychosis era tan sólo dicha sucesión de estados ascendentes, a<br />
lo <strong>la</strong>rgo de los cuales el thumos o cuerpo de carne, y hasta el Phren o cuerpo psíquico, eran<br />
iluminados a través de tales ciclos de sucesivo refugio o ascenso hacia moradas a <strong>la</strong>s <strong>que</strong><br />
los buddhistas l<strong>la</strong>man zion, y cabalistas, gnósticos, <strong>la</strong> Sión o Jerusalén celestial. Las<br />
personificaciones o cristalizaciones metafísicas de <strong>la</strong>s acciones buenas o ma<strong>la</strong>s del hombre,<br />
<strong>que</strong> los buddhistas denominan skandas o tendencias, arreg<strong>la</strong>n o condensan, después de <strong>la</strong><br />
muerte del cuerpo material un cuerpo etéreo o astral, duplicado efectivo de lo <strong>que</strong> el hombre<br />
fuera antes moralmente en dicho cuerpo físico. De aquí los sufrimientos del ya nuevamente<br />
nacido hasta <strong>que</strong> logre desprenderse de todo pensamiento o pasión terrenos.<br />
En el Ritual funerario egipcio, el alma buena o purificada, juntamente con su espíritu<br />
superior o increado, es más o menos víctima en el otro mundo de <strong>la</strong> negra influencia del<br />
dragón ApoPhis. Si ha logrado el conocimiento final de los misterios celestiales e infernales,<br />
<strong>la</strong> gnosis, o sea <strong>la</strong> completa reunión con el espíritu, triunfaría de tal enemigo; de lo contrario<br />
no puede el alma librarse de su muerte<br />
segunda. Esta muerte consiste en <strong>la</strong> disolución gradual de <strong>la</strong> forma astral en sus elementos<br />
primitivos; pero este tremendo destino puede evitarse mediante el conocimiento del "Nombre<br />
Misterioso e Inefable", "<strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra Perdida", de los cabalistas, o sea <strong>la</strong> Iniciación.<br />
¿Cuál era el castigo inherente a <strong>la</strong> negligencia de estos problemas? Cuando el hombre ha<br />
llevado en esta existencia una vida naturalmente pura y virtuosa, no hay para él castigo<br />
alguno en el otro mundo, sino un simple retardo, mayor o menor, hasta <strong>que</strong> se vea allí lo<br />
suficientemente purificado para recibir a su "Señor espiritual", <strong>que</strong> es uno de los Elohim o<br />
Dioses de <strong>la</strong> poderosa "Hueste Celestial", un "habitante del sol"; pero si, por el contrario, el<br />
"alma" se paraliza y, como principio semianimal <strong>que</strong> aún es, se vuelve inconsciente de su<br />
mitad subjetiva -el "Señor" dicho- más pronto o más tarde, el alma pierde finalmente de vista<br />
su divina misión en <strong>la</strong> Tierra... Al modo entonces del Vourda<strong>la</strong>k o vampiro de <strong>la</strong>s leyendas<br />
servias, el cerebro se alimenta, vive y desarrol<strong>la</strong> más y más su poder a expensas de a<strong>que</strong>l<strong>la</strong><br />
Fuerza Trascendente, <strong>que</strong> es su padre espiritual. El alma, ya sólo consciente a medias y<br />
embriagada más y más con el valor embrutecedor de <strong>la</strong> vida terrena, se vuelve insensible,<br />
perdiendo hasta <strong>la</strong> esperanza de su redención. Impotente para discernir ya <strong>la</strong> pura luz de su<br />
Espíritu y oír <strong>la</strong> Voz avisadora de éste su "Angel Guardián" y "su Dios", enfoca todas sus<br />
aspiraciones hacia <strong>la</strong> mejor comprensión y el más completo desenvolvimiento de su vida<br />
natural o terrena, capacitándose, pues, so<strong>la</strong>mente para descubrir los misterios de <strong>la</strong><br />
Naturaleza física. Sus penas y alegrías, sus zozobras y esperanzas, se cifran ya sólo en su<br />
existencia terrestre; rechaza indignada todo cuanto no puede ser demostrado por los órganos<br />
de acción y de sensación, empezando así por decaer del modo más a<strong>la</strong>rmante, hasta <strong>que</strong>,<br />
por fin, muere el alma por completo, y muchos años antes de separarse del cuerpo físico el<br />
principio de vida es aniqui<strong>la</strong>do totalmente con frecuencia. Cuando <strong>la</strong> <strong>que</strong> l<strong>la</strong>mamos muerte<br />
llega al fin para semejantes seres, <strong>la</strong> garra férrea y viscosa de <strong>la</strong> Intrusa, aun<strong>que</strong> encuentra<br />
como de costumbre una Vida a <strong>la</strong> <strong>que</strong> asirse, ya no hal<strong>la</strong>, en cambio, alma alguna <strong>que</strong><br />
libertar, por<strong>que</strong> <strong>la</strong> esencia entera de ésta ha sido anteriormente absorbida por el sistema<br />
material y vital del hombre físico. Esta horrible muerte, en fin, sólo deja en libertad un<br />
verdadero cadáver espiritual, o a lo sumo un efectivo idiota. Incapaz ,de cernerse en otras<br />
regiones más elevadas, ni de despertar de su letargo, pronto es disuelta en los elementos<br />
mismos de <strong>la</strong> atmósfera de <strong>la</strong> Tierra.<br />
"Los iluminados, los hombres justos, a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong> por su propio esfuerzo han llegado a <strong>la</strong><br />
suprema ciencia del Hombre interno y al conocimiento de <strong>la</strong> verdad, han recibido, como<br />
Marco Antonio, instrucciones de los dioses al efecto, ora durante el sueño, ora de otro modo.<br />
Auxiliados por los puros espíritu o ángeles "<strong>que</strong> habitan en <strong>la</strong>s regiones de <strong>la</strong><br />
<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 55 www.samaelgnosis.net