Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl
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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />
Don Mario Roso de Luna<br />
denominada Geometría de posición, por Rouché y Comberouse. ¿Cabe hal<strong>la</strong>r entonces<br />
página más bel<strong>la</strong> <strong>que</strong> dicha página poético-analógicacometaria, re<strong>la</strong>tiva a ese desdichado<br />
cometa o "peregrino" <strong>que</strong> se l<strong>la</strong>ma adolescente? Leed <strong>la</strong> paráfrasis, y asombraos de lo<br />
divino de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve de Hermes Trimegisto: "Esparcidos o repartidos sin aparente orden ni<br />
concierto -decimos-, los adolescentes surgidos a <strong>la</strong> vida del seno de sus respectivas<br />
familias, bogan y vagan como estos gérmenes, "semil<strong>la</strong>s" o "cometas" de familias futuras,<br />
en un batal<strong>la</strong>r perpetuo, por los ámbitos de <strong>la</strong> vida. Los hombres ya formados, en cambio,<br />
verdaderos soles del firmamento social <strong>que</strong> ya han logrado establecer sobre más firmes<br />
bases sus vidas, atraen o repelen a los hombres nuevos <strong>que</strong> vagabundean<br />
cometariamente "o de" flor en flor y de espina en espina". Muchos, ¡ay!, de estos pobres y<br />
humanos cometas perecen tristemente absorbidos por esos "soles" más fuertes,<br />
perdiendo su prístina iniciativa; es decir, girando ya desde entonces en <strong>la</strong> cerrada órbita<br />
decretada por ellos, o también, como dice <strong>la</strong> conocida fábu<strong>la</strong>, cayendo en unos o en otros<br />
vicios, de tal modo <strong>que</strong>:<br />
"Así, si bien se examina,<br />
los humanos corazones<br />
perecen en <strong>la</strong>s prisiones<br />
del vicio <strong>que</strong> les domina".<br />
No hay <strong>que</strong> dudarlo, no. Cada uno de los dichos infantiles cometas humanos comienza su<br />
existencia social en <strong>la</strong>s condiciones más hostiles. Día tras día les cumple <strong>la</strong> hercúlea tarea de<br />
conquistarse un puesto propio en el mundo. Para lograrlo, vense obligados a circu<strong>la</strong>r entre<br />
cuantos, por haberle antecedido en <strong>la</strong> vida, parecen ya más firmes y consolidados. Cual<br />
navío <strong>que</strong> surca por entre innúmeros abismos y arrecifes, van procurando salvarse de ser<br />
absorbido o retenidos en esc<strong>la</strong>vitud por a<strong>que</strong>llos <strong>que</strong>, sucesivamente, van atrayéndole o<br />
repeliéndole. Así, no es de extrañar el <strong>que</strong>, antes de trascender a esa edad, no en vano<br />
denominada "<strong>la</strong> Edad de los Cristos", muchos de a<strong>que</strong>llos humanos cometas perezcan moral<br />
y aun físicamente, como término final de <strong>la</strong> ya cerrada órbita de subordinación "o elipse <strong>que</strong><br />
han acabado por describir en tomo del sol esc<strong>la</strong>vizador" respectivo, mientras <strong>que</strong> a<strong>que</strong>llos<br />
"hombres-cometas", más fuertes y temp<strong>la</strong>dos por <strong>la</strong> terrible lucha, no obstante estar<br />
influenciados también poderosamente en su prístina trayectoria rectilínea, logran escapar a <strong>la</strong><br />
destrucción o esc<strong>la</strong>vitud <strong>que</strong> les. amenaza y huyen, al fin, por el arco de salida o de<br />
liberación "de sus hipérbo<strong>la</strong>s o parábo<strong>la</strong>s respectivas"...<br />
¿A qué, pues, seguir ponderando los gal<strong>la</strong>rdos triunfos logrables por el método analógicoteosófico<br />
sobre el cretino y feo método meramente positivista? El cristal <strong>que</strong> depositamos en<br />
el seno de una solución dimorfa y <strong>que</strong> hace cristalizar a su vez en su forma propia y no en <strong>la</strong><br />
otra forma de su dimorfismo a <strong>la</strong> masa entera disuelta, no es sino un vagabundo, "un<br />
cometa". El vil ano floral arrebatado por los vientos del seno antes maternal y ya seco o<br />
muerto de <strong>la</strong> flor de <strong>la</strong> <strong>que</strong> naciera, no es sino un "cometa", un "peregrino", expuesto a<br />
definitiva destrucción si antes no toma carne en <strong>la</strong> "epidermis" de <strong>la</strong> Madre-Tierra, muriendo<br />
como cometa "para renacer como un vegetal" nuevo y resucitado, idéntico al <strong>que</strong> le diera<br />
"origen y <strong>que</strong>, "orgulloso", permítasenos <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, le viera vo<strong>la</strong>r gal<strong>la</strong>rdo antes y alejarse en<br />
demanda de otras tierras <strong>que</strong> a él le estuvieron vedadas desde a<strong>que</strong>l momento mismo, ya<br />
lejano, en <strong>que</strong> él también tomó tierra a su vez como vo<strong>la</strong>dora semil<strong>la</strong> de otro abuelo vegetal<br />
inmóvil...<br />
Asimismo el espermatozoide animal no es sino un cometa, obligado fatalmente a morir, ora<br />
fecundando, ora sin fecundar previamente, a un óvulo de su propia especie. Por su parte,<br />
también los hombres o pueblos <strong>que</strong> dejaron el hogar patrio, tales como los heteos, los<br />
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