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Libro que mata a la Muerte - Instituto Cultural Quetzalcoatl

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El <strong>Libro</strong> <strong>que</strong> <strong>mata</strong> a <strong>la</strong> <strong>Muerte</strong><br />

Don Mario Roso de Luna<br />

so<strong>la</strong>res todos, añadimos nosotros, tales como Zatr-ganisar-Iuh, "<strong>la</strong> imperial ciudad de<br />

Ganesha" <strong>que</strong> diría un buddhista, o <strong>la</strong> Agama-arcana y <strong>la</strong>s Agama-shastras de los védicos<br />

Upanishad; <strong>la</strong> patria del anciano Sargón, célebre por su biblioteca, <strong>que</strong> alcanzó por lo menos<br />

hasta el siglo VII antes de nuestra Era, y cuyos <strong>la</strong>drillos cuneiformes aún son en el British<br />

Museum <strong>la</strong> desesperación de los doctos, todo con arreglo a <strong>la</strong> etimología griega de Aganós,<br />

<strong>que</strong> significa "lo jina", lo maravilloso, incluso cuando sirve para designar a a<strong>que</strong>l<strong>la</strong> celeste<br />

Agalis, "doncel<strong>la</strong> de Corfú", cuyas obras cita con encomio Ateneo y Su idas, o esa otra<br />

pa<strong>la</strong>bra también griega de Agalma o agalló, cuanto agradar y maravil<strong>la</strong>r pueda, desde el<br />

trípode o el monolito a<strong>que</strong>l de Agalma toy Apollonius de <strong>la</strong>s cercanías de Mileto, hasta el<br />

perfume mismo del agáloco, <strong>la</strong> madera de áloe <strong>que</strong>mada en los sacros fuegos de <strong>la</strong>s<br />

vestales. . .<br />

Sólo los nombres de los dioses Aga o lunares llenarían un capítulo. Así tenemos a <strong>la</strong><br />

autoridad religioso-lunar de Aga-el-Arana, literalmente "<strong>la</strong> magia del fuego producido por el<br />

arani", o por <strong>la</strong> rotación de <strong>la</strong> madera dura sobre el agujero de <strong>la</strong> b<strong>la</strong>nda, <strong>que</strong> no <strong>la</strong> purísima<br />

del rayo de sol encendiendo el fuego sagrado al incidir sobre <strong>la</strong> gema o lente del Sumo<br />

Oficiante, y a sus agalegas o procedimientos mágicos <strong>que</strong> hoy dan nombre aún a unas islitas<br />

del Océano índico. Tenemos también a Agameda, hechicera lunar, "hermana del Sol", <strong>que</strong>,<br />

ému<strong>la</strong> de Circe, componía nefastos brebajes para transformar en bueyes a los hombres <strong>que</strong><br />

caían bajo sus sensuales hechizos; los bueyes de a<strong>que</strong>l establo de Augias, rey de Elida, su<br />

padre, cuya limpieza o "purificación" fué uno de los doce grandes trabajos de Hércules, a <strong>la</strong><br />

manera como se lee en <strong>la</strong> Teogonía de Hesíodo, en <strong>la</strong> Iliada de Homero, y en cien pasajes<br />

de nuestras tradiciones de B<strong>la</strong>nca Flor y de <strong>la</strong>s parsis de Las mil y una noches. Otra<br />

tradición, al hacer<strong>la</strong> esposa del Amulio romano, nos reve<strong>la</strong> c<strong>la</strong>ramente en qué pudo consistir<br />

el destronamiento de Numitor de <strong>la</strong> leyenda de Roma. Tenemos de igual modo a Agamedes,<br />

el greco-asiático, hijo de Estinfalo, o sea de a<strong>que</strong>l monstruo lunar <strong>que</strong> en una <strong>la</strong>guna<br />

mantenía negras aves del mal con carne humana, hasta <strong>que</strong> Hércules acabó con ellos<br />

también en otro heroico trabajo; y al Agamedes, hijo de Ergino o Hercinio ("tenebrosidad de<br />

<strong>la</strong> selva") , rey del Orco y hermano del cíclope Trofonio, por cuyo antro nibelungo ya vimos<br />

penetrar a Telémaco, cerrando con una piedra enorme (<strong>la</strong> cúbica o iniciática) <strong>la</strong>s entradas al<br />

Tesoro del rey de Ilistrix en Beocia (el tesoro troyano de Ilión), también muerto por Hércules.<br />

Viene, asimismo, a nuestras mientes Aga-menon (o Mnemon), personaje de egipcio<br />

abolengo, hijo de otro nibelungo, de Atreo, el riquísimo rey de-Micenas, Tirinto y Argos,<br />

biznieto del atormentado Tántalo y hermano del Mene<strong>la</strong>o de Esp,arta, a. cuyo <strong>la</strong>do se refugió<br />

huyendo de Tieste, y cuyos tesoros (simbolizados en Helena o Selena, <strong>la</strong> Religión lunar) se<br />

apresuró a robar luego Paris, dando lugar a <strong>la</strong> célebre guerra de Troya y a toda <strong>la</strong><br />

complicada trama kármica del sacrificio de Ifigenia, de los furores de Orestes, de los<br />

crímenes de Egisto y de <strong>la</strong>s liviandades de Clitemnestra.<br />

Contamos, en fin, con los Agag, nombre genérico lunar de los bíblicos amalecitas; AgaPita,<br />

uno de los nombres con los <strong>que</strong> Haman (o Hanuman, el dios-mono aliado de Rama en el<br />

Mahabharata) figura en el "bíblico caldeo" <strong>Libro</strong> de Esther (o Lsthara, <strong>la</strong> Estrel<strong>la</strong> parsi); Aga<br />

Khan-Maho-Iati, el Viejo de <strong>la</strong> Montaña del Líbano, iniciador de los fundadores del Templo en<br />

los misterios lunares <strong>que</strong> poseyeron; Agaleas, pseudónimo de un célebre gramático<br />

alejandrino del siglo 11 de nuestra Era, de- <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> de Aristófanes de Bizancio y<br />

comentador de los muchos misterios lunares <strong>que</strong> se leen en Hesiodo y Homero bajo velo<br />

histórico; Agam-Iamoc, divinidad peruana equivalente al Pachacamac inca, y como él sin<br />

Templo ni culto; Agapenor, hijo de Anceo y rey arcadio de Tagea, <strong>que</strong> asistió al sitio de Troya<br />

y participó del "col<strong>la</strong>r de <strong>la</strong> armonía", don celeste <strong>que</strong> equivocadamente se dice le fué<br />

funesto; Agaptolemo o Ptolomeo, uno de los 50 hijos de Egipto (o gran iniciado, al modo de<br />

TriPtoleno, el inventor del arado) , <strong>que</strong> casó con <strong>la</strong> danaide Girena o Sirena; Agares,<br />

<strong>Instituto</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Quetzalcoatl</strong> (Gnosis) 297 www.samaelgnosis.net

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